Partida Rol por web

Katsu se defiende. El adversario no era gran cosa y ese cuerpo, ese personaje, tenía unos atributos físicos altos. Esquivó el ataque de su enemigo, y en una contra, le dio un buen puñetazo en el estomago. Iba a necesitar unos cuantos de esos para dejar a aquel tipo en el suelo, y pasar al siguiente. Centrado en su pelea, no sabía muy bien que pasaba o que hacían los demás... él era más de centrarse en lo suyo aunque por el ruido podía entender que las chicas también peleaban contra matones... Volvería a atacar a ver si podía hacerle más daño al gorila para dejarlo inconsciente...

Logre darle un puñetazo. Aunque con poca fuerza la verdad. Me agarro el puño y me llevo hasta el haciéndome bastante daño.

Entonces me dedico unas palabras, de dolor y sufrimiento. No podía quedarme parada. Esto no era el mundo real. Esto es un mundo de rol , donde la vida valía aun menos que en la realidad. Y a este matón le daría igual matarme que no. Y dudaba que fuera dejarme con vida o que yo quisiera seguir con vida después.

Por lo que me decidí a actuar. Fui a clavarle los dedos en un ojo. Con mala suerte le dolería y con un poco de buena suerte puede que le dejara tuerto.

Lym se mostró sorprendida por lo que vio. No sólo por la imagen que había observado, sino por el hecho de haberlo podido ver con total nitidez. En su forma humana no habría sido capaz de ver lo que Elenaide acaban de hacer, pero ahora, gracias sus ojos élficos, pudo notar cómo la misteriosa mujer golpeaba a gran velocidad con el arma enfudada. Era como estar viendo uno de esos combates donde en apenas segundo suceden grandes intercambios de golpes

- ¿Ojos en HD? ¡Genial!- se dijo emocionada. Pese a los evidentes cambios físicos, también había adquirido habilidades innatas de los elfos como tener una buena vista

Sin embargo, su emoción pronto se vio truncada por las palabras de uno de los matones de Twint. Maldijo la batalla que se estaba produciendo y maldijo aún más a aquel hombre que se acercaba con una espada. Ella sólo tenía una taza. ¡Una maldita taza!

- Curiosa manera de cortejar a una dama.- decía mientras se preparaba para moverse a un lado y esquivar.- Claro que te invito, acércate y contemplarás el país de las maravillas.

La acción de Lymsleia era arriesgada pero valía la pena intentarlo. Esperaría a que estuviera lo suficientemente cerca para esquivar su golpe de espada, para a continuación golpearlo fuertemente con la taza en toda la cabeza. Con un poco de suerte, puntería y fuerza el hombre quedaría inconsciente.

La lucha proseguía en el lugar, los ataques de los matones eran realmente torpes en general, el hombre que tenia agarrada a Akesha recibe un certero golpe de esta metiéndole los dedos en los ojos, gritando suelta a la chica que gana cierta distancia, mientras tanto los movimientos y los ataques del resto se van sucediendo, una taza golpea con fuerza la cabeza de un matón que se ríe mientras dice:

- Ja, crees que eso me va a hacer daño.

Por otro lado en la barra con un arma más contundente iba a iniciarse una lucha más feroz cuando se escucha un fuerte golpe, es Katsu noqueando de un fuerte golpe a su enemigo, pero la puerta se abre bruscamente.

Dos guardias entran en ese instante y miran con ira a los presentes:

​- Alto todo el mundo!!! nos han avisado que había una pelea en esta taberna

Los matones se detienen rápidamente, mientras tanto Elenaide hace lo propio y se queda a la espera de lo que pueda suceder.

Al menos golpearle en el ojo había funcionado. Había ganado distancia. Agarre una silla para partírsela en la cabeza cuando escuche una fuerte voz y me gire para ver que eran los guardias.

-¿Pelea? ¿Que pelea? comente dejando la silla en el suelo.

Me dolía admitirlo pero habían llegado en un buen momento. Por que ellos tenían armas y nosotros no. Por lo que la pelea se podía antojar difícil a pesar de todo el empeño que poníamos.

Un buen golpe.  Eso era lo que le había dado al matón, dejandolo inconsciente. Muy bien, era hora de ayudar a las chicas y... ¿cual iba a ayudar? Miró rápidamente y vio a Lym y decidió ir hacia allí... si una oficial y dos guardias no hubieran entrado en la taberna, cosa que le frenó de ir a piñón contra el matón de Lym. Miraba a la oficial y a los guardias... menudo marrón les había caído. Akesha se hizo la despistada, y el chico de momento, no dijo nada más. Lentamente, caminó hacia donde estaba Lym, como mínimo evitar, que el matón intentara algo, por sorpresa y alevosía. ¿Quien diablos había avisado a la guardia? No se había fijado que saliera nadie de la taberna...

Ok. Dejaría a las chicas hablar, que tenían mas labia al hablar (y seguro que sabían "interpretar" mejor a su personaje). Como ya habían parado de la pelea, tampoco iba a pasar nada más.  Casi, Katsu debía pensar "venga, hombre, tenéis ojos en la cara, ellos están armados y nosotros no... a ver si reunís dos neuronas y os dais cuenta". Cuando estuvo cerca de Lym, le guiñó el ojo con complicidad...

Ainia suspiró aliviada al ver entrar a la guardia. - Puede que estemos en problemas pero cualquier cosa es mejor que atravesado por una espada. - Pudo permitir relajarse unos segundos por lo que notó que su mano sujetaba algo, seguía llevando el cuchillo fuertemente aferrado. Durante la lucha reaccionó por instinto y ahora no era totalmente consciente de lo que había hecho. Durante toda su vida siempre se ayudó de su mal humor y su labia para evitar las peleas antes de que empezasen. - Iba a intentar acuchillar a un hombre... ¿Ese instinto fue mío o de la amazona? - Temerosa de sí misma dejó de nuevo el cuchillo sobre la barra.

Levantó la mirada y pudo ver a sus compañeros, todos sanos y salvos. - Gracias a dios...- dejando el cuchillo detrás se encaminó a reunirse con Katsumoto y Lymsleia a la espera de que alguien interviniera, estaba visto que cada vez que ella abría la boca pasaba algo malo.

El hecho de haber golpeado a un matón con una taza y que éste se girase riéndose recordaba a una de esas escenas de animación cómicas. Era como haberse peleado con una piedra y que ésta no se hubiese ni inmutado. Lym arqueó la ceja y dejó escapar una risilla de nervios y estupefacción.

- Estas cosas suelen funcionar…

Y justo cuando estaba a punto de salir por patas y buscar alguna herramienta para enfrentarse a su matón, apareció la guardia deteniendo el combate.

"Deus ex machina, justo a tiempo".

La joven elfa se quedó parada a escasos metros del matón. Katsumoto y Ainia se acercaron a Lym, haciendo que ésta respirase más tranquila. No obstante, los nervios regresaron tras ver la cara de pocos amigos de la guardia. No había que ser demasiado listo como para ver qué estaba sucediendo realmente, quién estaba desarmado y quién armado. Aún así, con valor, Lym dio un paso al frente.

- Menos mal que habéis llegado, ese hombre y sus matones querían llevarse a mis compañeras y a mi y no precisamente con buenas intenciones- decía la elfa señalando a Twint y a los matones.- Nosotros tan sólo buscábamos un lugar para pasar el día y la noche.

Le tiré del pelo al matón cuando, de golpe, escuché las voces de unos guardias. Vi que todos corrían a disimular, así que hice lo mismo. Con un par de pelos que le había conseguido quitar al hombre, me acerqué a una pared y lo usé a modo de plumero, limpiando.

- Así limpiaba así, así ~ (8) - Canturreaba moviendo mi plumero improvisado, tosiendo a la par que salía el polvo.

Aunque estaba en mi "tarea doméstica", puse el oido para escuchar la conversación.

Los guardias miran a los allí presentes y uno de ellos dice:

- Muy bien, no me importa quién ha organizado esto, yo solo veo a unos extranjeros muy sospechosos peleándose en una posada...

Otro de los guardias se acerca y con voz autoritaria añade:

- Que uno de los grupos se marche de aquí ya... los que están armados fuera de la posada nos acompañareis...

Los hombres parecían realmente molestos, pero la guardia se mostraba impasible, entonces cuando prácticamente todos estaban fuera el elfo les mira con odio antes de marcharse, el guardia dice:

- Y ustedes... os tendremos vigilados

Elenaide se acerca y con un tono de voz calmado dice:

- Parece que lo de pasar desapercibidos no es lo vuestro... eso que os ha dicho es un aviso de verdad y deberíais tomarlo en serio

Mira a todos de arriba abajo y añade:

- Parece que sabéis pelear... me haría falta gente con capacidades como las vuestras...

Pues si, un deux ex machine. Los matones se fueron con los guardias... aquello era un critico en una tirada de suerte. Cuando los guardias y los matones estuvieron fueran, Katsu suspiró. De menuda se habían librado... y él era el que mejor se había defendido, valga la redundancia. Miro deredor y vio lo que se había montado. Instantaneamente, empezó a poner las cosas en su lugar... sillas bien puestas, mesas también, pues en parte era culpa suya.

Mientras hacía aquella ingrata labor y con un poco de sentimiento de culpabilidad, le preguntó a la elfa samurai, que a que se refería, dado que solo había hablado solo con Lym y Alice y los otros integrantes del grupo, seguían en la parra:

-Bueno, nos defendemos, solo eso... y bueno, me he perdido un poco, ¿para que requiere nuestra ayuda?

Miró intensamente a esa elfa. Destilaba una extraña sensación... casi como una aura, y aunque impresionaba, no intimidaba. No le importaría que le diera un par de clases de espada...

"¿Sospechosos? ¿Qué tiene de sospechoso que un grupo tan variopinto entre en una taberna/posada para descansar?"

Los guardias tenían cara de pocos amigos y a juzgar por su actitud autoritaria no hacer caso a sus órdenes podría implicar más problemas. Por suerte, la escena terminó "bien" para el bando de los sospechosos, puesto que la ley andante se llevó a los matones armados y al líder de su comitiva. Algo le decía a Lym que Twint volvería y no precisamente para negociar.

A su vez, Elenaide se acercó de nuevo al grupo para advertir sobre las palabras de los guardias y para dejar caer la posibilidad de ayudarla en algún tema de importancia.

"¿Estará relacionado con el problema de los demonios que ha mencionado antes?"

- Y yo estaré encantad…da de poder ayudados.-respondió Lym, agradecida.- Ah, y gracias por habernos ayudado, tendremos en cuenta vuestro consejo.

Ainia se sonrojó con el comentario de Elenaide sobre pasar desapercibidos y asiente con sumisión. - Sí, sí, iremos con mas cuidado en adelante.-  Pero cuando la elfa los revisó y dejó caer que necesitaba su ayuda, Ainia cambió de actitud se cruzó de brazos y torció el gesto pensativa. - Puede que Katsu sí, pero el resto aparte de armar jaleo hicimos poco. 

Los guardias empezaron a sacar a los hombres armados y con ellos al elfo, Ainia aún cruzada de brazos respondió a la mirada de odio del elfo con la cabeza bien alta, abrió la boca burlarse de él, pero recordando el aviso de no llamar la atención se mantuvo en silencio. - Con una cagada al día es suficiente.-  En ese instante escuchó la respuesta de Limsleia y asintió mirando a Elenaide como apoyo. - Ahora estamos en deuda contigo.

La mujer asiente y dice:

- Si... y las deudas hay que pagarlas, además tal vez os convenga en especial a vuestra amiga Alice, su raza no es muy querida por estas tierras.

La mujer deja un saquito en donde está el posadero y dice:

- Cóbrese de ahí los destrozos y no se preocupe ya que nos marcharemos ya de aquí.

Mira a todos y dice:

- Necesitáis equipo, os llevare a una armería que puede equiparos como es debido, así que vamos, eso si tendréis que pagaros las armas vosotros mismos.

La mujer se gira y se dirige caminando hacia la puerta

- Haremos todo lo que sea necesario para saldarla y ayudaros en vuestro cometido.

Lym había hablado en un tono solemne y caballeroso. No podía negarse a lo que Elenaide les estaba ofreciendo, pues ella mismo le había suplicado su ayuda como un favor que debía ser devuelto. Si no lo hubiese hecho, quizá ahora esos matones habrían causado más daños e incluso podría haberse llevado a las mujeres. La joven elfa se estremeció ante la posibilidad de ser arrastrada por la fuerza sin poder defenderse, a merced de malignos hombres.

Cuando vio que la misteriosa mujer pagaba de su propio bolsillo, Lym respiró aliviada. Seguramente ahora serían personas non gratas en esa posada, pero al menos Elenaide volvía a ser el pasaje de salida para no causar una disputa entre el posadero y los demás.

- Gracias de nuevo, Elenaide.

Lym giró la cabeza hacia sus compañeros y les indicó con la cabeza que la siguiesen. Después posó su mirada en Katsu, a quien le sonrió enseñándole sus blancos dientes y levantando sus dedos pulgares a modo de emoción; luego guiñó a su amiga Ainia.

- Vamos, hay que moverse rápido.

Vaya con Lym, si que se había metido en el personaje. Sino supiera quien era, que era su amigo, ya le estaría tirando los tejos.  Esa sonrisa profident, esos gestos delicados y casi femeninos... Kyle era jodidamente bueno en llevar un personaje femenino. ¿Sabes cuando el maximo en una caracteristica es 100 pero por bonos raciales puedes tener 102 o asi? Pues la elfa, debía tener como que 105. Con aquella cara y sus armas femeninas podría derretir a cualquier personaje masculino, vaya que si.... Katsu le devolvió una sonrisa un poco forzada y quizás un poco nerviosa, y sigo a la elfa samurai, a la elfa que conocía y a las otras chicas. 

Mientras salían de la posada y se iban de compras, pensó un poco en las consecuencias o que podría haber pasado si perdían la pelea tabernera. Estando en un mundo medieval fantástico, la cara de pocos amigos de los matones y sus insinuaciones... aquello podría haber terminado como un comic de Milo Manara. Y aquello era uno de los peores escenarios posibles...y quizás se tendrían que comprar capuchas y capas, para no llamar tanto la atención... otro clásico de las partidas de rol.

Mientras se iban, hizo un gesto a Navi y le dijo:

-¿Estás bien? Parece que no repararon mucho en ti...

La escena transcurrió ajena a mi, "No es tan malo", pensé. "Al menos, esta vez, la culpa no ha sido mia". Me dije a mi misma intentando quitar hierro al asunto.

Me senté en el hombro de Katsu cuando me habló.

- Seguro que me tenían miedo, por eso no me dijeron nada.- Saqué la lengua, bromeando. "Me alegro que no haya sido a más la pelea".

Eso sí, sabía que tendrían que andarse con mucho cuidado, porque no sería la única pelea que tuvieran si no se comportaban.