Partida Rol por web

¡Vosotros no sois quien para darme órdenes! - Le grito a la guerrera.

Me acerco hacia Alberich. El odio está corriendo por mis entrañas por su culpa y se lo voy a hacer pagar caro. Estando a sólo un par de metros de él me paro y le miro desafiante a los ojos.

- ¡Mal nacido! ¡Te vas a arrepentir de haber venido y atacar a nuestra sacerdotisa! ¡LLAMA DE LA OSCURIDAD!

Estiro mi brazo izquierdo a un lado. De la mano emerge una energía oscura y densa con la que pretendor dañar al nuevo intruso.

Viendo el torpe ataque de la paladina Alberich sonrie mientras dice:

- Usaras magia negra contra mi? muy estupido por tu parte

El hehcicero cierra su puño para en un instante volver a abrirlo, su intencion era la realizacion de un hechizo bastante complicado pero simple para el al mismo tiempo, consistia unicamente en controlar la energia magica de la esfera creada por la paladina y aumentarla varias decenas de vecess y hacerla estallar en la mano de la paladina para acabar con ella

La paladina pierde los nervios ante la presión a la que está sometida. Ver como Alberich poco a poco se está haciendo con el control de la confrontación no la ayuda para pensar las cosas con calma. Haciendo oírdos sordos a las ideas de Khan y Hack decide salir de ésta por su cuenta. Así que desafía a Alberich para luego lanzar un ataque de magia negra. Su mano izquierda concentra energía confiada en hacerle al menos algo de daño y vengarse por el daño que le ha hecho a la sacerdotisa.

Sin embargo, está claro que la ira toma el control de sus actuaciones y eso a Alberich le gusta. El miembro de la Orden sonríe de forma maliciosa viendo como le insulta. No siente ofendido en lo más mínimo y se muestra encantado; que sus enemigos se dejen llevar por sus pasiones demuestran lo débiles que son. Se limita a apretar su puño para responder al desafío de Hel Signy; seguro de que va a salir airoso puesto que todavía no conoce a nadie que domine la magia negra tan bien como él fuera de la Orden.

Así como Hel Signy se mueve de forma exagerada y se acerca corriendo hacia Alberich, este último aparentemente sigue inerte en su posición con la misma sonrisa en su rostro. De forma brusca, la paladina se para en seco y aúlla de dolor. El resultado es que no puede controlar la energia oscura que había invocado provocándole un dolor muy intenso en el brazo, quemándole a su vez la palma de la mano. El dolor es tan insorpotable que cae de rodillas al suelo y con la otra mano se agarra la muñeca en un intento de calmar el dolor sin éxito. La llama de energía oscura se va haciendo cada vez más grande y más densa hasta que finalmente explota reventándole el brazo. La paladina grita para desahogarse agarrándose con más fuerza el ahora muñón sangrante ajena a que uno de los rayos que se forma tras la explosión sobrevuelan vuestras cabezas y se dirige contra ella.

Lo último que podeis ver es que ese rayo toma una tonalidad cada vez clara llegando a ser casi transparente cuando impacta por un lado de las sienes de Hel Signy y saliendo por el otro. Con los ojos en blanco, la paladina cae al suelo. Ya ha dejado de gritar.

Alberich mira serio al grupo y dice:

- Ya me he cansado de vuestras tonterias, quiero la llave ¡¡Ahora!!

La voz del hombre retumba mientras comienza a caminar hacia Kayla a paso apresurado y recita unas palabras:

- Seres del mal y de la oscuridad, otoorgarme el poder, destruid el sello que apresiona al mal, destruid a su portadora y todo el bien.

Poco a poco se comienza a acumular energia en la mano derecha de Alberich para finalmente terminar diciendo:

- Lanza de oscuridad, aquella portada por el dios del mal absoluto, ¡¡Lanza de Baal destruye!!

La energia oscura toma forma de lanza roja enroscada en si misma y Albericht la lanza con gran fuerza contra Kayla

La sacerdotisa derrotada de un solo golpe, y ahora la paladina muerta. Aquel monstruo de la orden ahora se había vuelto a fijar en ella. Ni Hack ni Khan habian dado el brazo a torcer respecto a lo que hacer. ¿Seria acaso el fin?¿Habian llegado y habian sufrido tanto para ahora morir en aquellas condiciones? Era el momento perfecto para empezar a creer en los dioses:

-Shiva, salva a tu templo, salva a la gente que cree en ti...- imploró mientras situaba la mascara enfrente suya.

Era mejor morir a la vez que la mascara era destruida en vez de que quedara en manos de aquel salvaje. La poca fuerza que habia podido ir recuperando la aprovechó para apartar de un empujón a Hack, la princesa aun podia salvarse.

El tiempo corre. Uno de los paladines ha caído ya y nuestras escasas opciones se van desvaneciendo ante nuestras narices. No puedo permitir que ésto se nos vaya de las manos aún más, solo por la tozudez de la guerrera y la indecisión de la maga ¡¡Maldición!! Si la máscara cae en manos de ese desconocido...

Cita :

Se que mi plan nos brinda una oportunidad. Puede que no sea perfecto, pero es mejor que las alternativas que he escuchado hasta ahora. Si tan solo escucharan...

Cita :

¡¡A la mierda!! ¡¡Que no escuchen, que se queden aquí mirándose la una a la otra!! ¡¡No me quedaré aquí pasmado mientras ese endemoniado se apodera de la llave, o la destruye ante nuestros ojos!!

La cogeré. Es tan simple como eso. Alargaré la mano y la cogeré. La debil hechicera no podrá impedirlo. La cogeré y correré con ella, hacia los túneles, hacia el laberinto por el que hemos llegado hasta aquí. Algo recuerdo de los corredores, es un punto a mi favor. Eso y mi velocidad, y mi capacidad para esconderme. Puedo perderle, puedo dejarle atrás, incluso puedo hacerle caer en una trampa. Y sobre todo, puedo ganar tiempo, que es lo que necesitan para invocar a esa Shiva.

Cita :

¡¡Ahora!!

- ¡Shiva, es tu templo! ¡Haz algo para defenderlo!

Ver a la paladina muerta no me ha conmocionado en modo alguno. En cierto modo se lo estaba buscando ya que sólo provocaba a Alberich. Un paladín nunca actuaría de esa forma. Sin embargo, las palabras de Alberich invocando un nuevo hechizo hace que desagradables escalofríos recorran mi espalda y empiece a sudar a causa de los nervios sobre la incertidumbre de cómo salir de aquí. Lo único que se ocurre es salir por patas por el otro lado pero hubo un momento en que no había salida, o entrada propiamente dicho. Habrá que pensar qué hacer llegados a ese punto si es que ese ser nos deja llegar tan lejos.

Kayla intenta soltarse de mi agarre para bajar; seguro que lo hará para protegerme. ¿No se da cuenta que estoy en mejores condiciones que ella? Hago fuerzas haciéndole ver que sólo se está agotando tontamente.

- No hagas más tonterías Kayla. No estás condiciones. - Le digo con una sonrisa. Parezco algo cinica pero siempre la sonrisa alivia algo la tensión. - ¡Shiva, muestrate o te vas a enterar de lo que es bueno cuando te vea! ¿Me oyes?

Mientras se preparaba para recibir aquel golpe fatal, notó como algo cogía la mascara, sin darse cuenta que era Khan quien la cogía, apretó los dedos más ferreamente.

El paladin tenia que tratar de hacer algo, tenia que jugarsela, no podia permitir que se hiciesen con la mascara, lo unico que podia hacer era confiar en los alli presentes, no tenia otra opcion, asi que mientras corria hacia Albericht con su arma lista grita:

- Marcharos ya, huid a uno de los templos, decis que habia mas espejos en la sala de los espejos, id alli entrad por uno de los espejos y huid, vamos, intentare entretenerlo

Rapidamente mueve su arma la cual se rodea de llamas de color celeste oscuro y dice:

- Señora de los hielos y de la oscuridad dame el poder para poder acabar con mi enemigo.

En ese instante el paladin clava su arma en el suelo fuertemente de la cual comienzan a salir unos tentaculos oscuros que comienzan a formar una barrera de magia y rocas, su intencion es detener el ataque de Albericht uy retrasarle sea como sea

Por una parte los segundos pasan lentamente pero no tenemos tiempo que perder. El paladín nos manda a la sala de los espejos pero, ¿dónde está? Es cierto que llegamos gracias a la sala de espejos del Templo del Agua pero no precisamente llegamos al mismo lugar aquí en la sala del templo de las sombras.

- ¿Cuál es el camino más corto para llegar? - Le pregunto a Mathew.

Mathew responde a Hack:

- Debeis subir las escaleras del lado derecho de la sala y corred por los pasillos, tardareis 10 minutos corrienod e llegar a una sala circular, alli debeis tomar la puerta de enfrente y correr 5 minutos mas para tras atravesar una pequeña sala llegais alli

La joven no era capaz de recobrar las fuerzas, el intento de empujar a Hack, de apartarse de sus brazos era algo impensable. La guerrera era muy fuerte y la maga estaba debil.

Mi desesperado e irracional intento de hacerme con la llave por ls bravas fracasa estrepitosamente. La maga, aún en su estado de aparente debilidad, no duda en defender la preciada posesión con fuerza y coraje, algo que debería hacerla ganarse un poco de mi respeto y admiración. En otras circunstancias. No ahora. No, cuando mi lado más salvaje ha salido a relucir debido a nuestra desesperada situación. Un grito sale de mi boca, un rugido desesperado de pura rabia. Mi mano, esa zarpa enguantada que no ha logrado hacerse con la llave, se eleva sin control deseosa de desatar su furia sobre alguien. Sobre ella. Pero me detengo, justo a tiempo para no cometer una locura, para controlar mis actos con la fría lógica que se me exige. No hay lugar para la pasión en mi oficio.

Cita :

Mis ojos se abren de par en par. ¡¡Eso es, una salida!! Es cuanto necesitamos, y no tarda en explicarnos brevemente el camino a seguir. No hay tiempo que malgastar, y soy consciente de que ya he estado a punto de echarlo todo a perder por mi salvaje cabeza. Tomo a la maga del brazo y tiro de ella, tratando de hacerla reaccionar, al tiempo que la grito sobre el estruendo de la batalla.

• ¡¡No hay tiempo que perder!! ¡¡Corramos!!

Khan estira del brazo a Hack y sin perder más del valioso tiempo que tienen ahora sale corriendo los tres huyendo de Alberich, confiando en Mathew para entrener al miembro de la ordene el tiempo necesario para llegar hasta la sala de los espejos. Después de la tensión sufrida y el agotamiento por el derroche de energías, todavía les quedan fuerzas pa correr tan rápido como sus piernas les permita. Es ahora o nunca. Cuando lleguen a la sala de los espejos habrán cumplido la misión.

Mathew se pone entre Alberich y vosotros para aumentar la ventaja y se le ocurre atacar directamente de forma que Alberich tendría que concentrar el hechizo que está invocando sobre él distrayendo su objetivo: hacerse con la llave a cualquier precio. Así que empuña su arma e invoca un hechizo de forma que un aura rodee su katana y se dispone a atacarle con todas sus fuerzas. Sin embargo falla, ya que al intentarle asestarle el golpe de gracia, el hechicera se teletransporta y en un abrir y cerrar de ojos logra colocarse delante Hack, Khan y Kayla cortándoles el camino. No les da tiempo a hacer nada más; sólo atinais a ver al hechicero sonreir.

Lo siguiene lo veis todo confuso, una explosión y saltais por los aires dispersandoos. Khan acaba chocándose contra la pared más cercana de espaldas, cayendo después al suelo; Hack cae hacia atrás estrepitosamente rodando varios metros. El impacto de la explosión es tal que Hack no consigue mantener el agarre y Kayla cae también al suelo cerca de donde hubo la explosión. Estais agotados, heridos y lejos el uno del otro como para pensar y lo peor de todo es que con el hechizo, Kayla suelta la máscara de forma que cae al suelo y rueda hasta parar justo en los pies de Alberich.

Albericht desde su posicion rie y dice:

- No lo habeis hecho mal, pero no ha sido suficiente, quien sabe a lo mejor sobrevivis y podeis volver a intentarlo.

El hechicero estira la mano y hace un gesto, entonces aparece en su mano una oscura lanza de energia que parece estar rodeada de llamas negras, el hechicero sin dudarlo la clava sobre la mascara para destruirla en miles de pedazos, una vez hecho esto dice en un tono de voz de gran sobervia:

- Pense que seria mas dificil, la proxima vez no me molestare en venir, sera mejor encargar esto a alguien mas adecuado para ello, ahora si me disculpais

El hombre se gira lentamente y comienza a caminar para ir desvaneciendose en un hechizo de teletransporte dejando tras de si los restos de la mascara

Hack empieza a correr, y Kayla nota como el llevarla la ralentiza, cada pisada que daba la guerrera la devolvía a la maga a la realidad y al dolor aquel que habia estado intentando sofocar.

Sin saber como se sucedian los acontecimientos, de repente se noto suspendida en el aire, sin los brazos confortantes de su amiga para sujetarla y cayó al suelo. El golpe vació de aire sus pulmones y la mascara escapó de su agarre. Buscó la situación del objeto y vió que estaba a los pies del monstruo de la orden.

-Nooo- la palabra no se oyó, solo la pensó

La mascara habia sido destruida, habian fracasado al intentar proteger la llave, hubiera sido mejor morir y que la llave hubiera quedado a salvo, pero al comprobar la fuerza de Alberich, Kayla sabia que habrian muerto ademas de que la llave tambien hubiera sido destruida.

Al menos seguian vivos, tenian que volver rapidamente al templo del agua a poner sobre aviso a la sacerdotisa. Buscó con la mirada a sus compañeros mientras buscaba fuerzas para intentar incorporarse.

Me incorporo súbitamente, dolorido, desorientado. Apenas si logro respirar, y mis apresuradas bocanadas no permiten entrar demasiado aire a mis pulmones. Tampoco el intenso dolor en mis costillas ayuda. Mi mirada se nubla por momentos, pero trato inútilmente de mantener la posición para plantar cara a...

¿A quién?

¿Donde diablos estoy?

El equilibrio me falla finalmente, trastabillo hacia atrás y mi mano encuentra por casualidad una pared en qué apoyarse. Trato sin mucho éxito de controlar mi respiración, y el martilleo constante de mi acelerado pulso en las sienes. Gruño de dolor cuando me palpo el costado y siento las costillas machacadas.

Ahora lo recuerdo, el impacto contra la pared, la explosión. Corríamos, tratábamos de alejarnos de él, pero nos alcanzó. Mis ojos enfocan nuevamente ante el recuerdo del odioso rostro del desconocido, sonriendo ante nuestro fútil intento. Un odio ciego se apodera de mí, mi mano ignora el dolor y busca mis estrellas mientras me separo de la pared, aún sin asegurar mi propio equilibrio

¡¡¿Donde están?!!

Cierto, ya se las lancé hace un rato, tendré que optar por las dagas...

El sudor empapa mi máscara, mis dientes rechinan entre si por la fuerza con que aprieto mi mandíbula, la cabeza me da vueltas, y solo atino a buscar con la mirada a desconocido, convencido irracionalmente de que solo preciso una oportunidad para devolverle el golpe. Solo una. Y mis pequeños aguijones se clavarán en su carne.

Pero no llego ni a lanzarlas. Mis dagas tiemblan en mis manos palpitantes, mientras la neblin desaparee de mi visión en toda la sala menos en mi enemigo. Para cuando pienso siquiera en apuntar, ha desaparecido. En su lugar solo quedan lo restos de aquello que veníamos a buscar, que juré recuperar.

Mi misión.

Clavo la rodilla en el suelo, vencido, derrotado por mi enemigo, por el dolor, por las circunstancias. Aparto la mirada de mis compañeras, mis protegidas, con una mezcla de rabia y vergüenza. Les doy la espalda y me quito la máscara de mala gana, para dejar el aire acariciar mi piel, para dejar que penetre libremente por mi nariz mientras trato de controlar su paso con mis enormes ojos cerrados.

Dejo que la ira se aleje, junto a lo malos pensamientos, junto a la derrota. Lucho contra mí mismo por alejar todo lo negativo y dejar solo un inmenso vacío. Un vacío que pueda llenar con pensamientos positivos, con esperanza, orgullo y valor. Así me lo enseñaron, ese es el camino en que fui adiestrado.

Un camino en el que, ahora tengo claro, me queda mucho por recorrer.

No es la primera vez que ha tenido que portar el cuerpo de Kayla pero ésta es la primevera vez que sí ha tenido que cargar con su peso. Y es que en cuestión de un brevísimo instante la hechicera parecía haber duplicado su peso y a Hack le costaba cada vez más trabajo por sujetarla entre sus brazos. La mezcla entre el cansancio, los nervios y que el cuerpo de Kayla reposa sobre sus brazos como un cuerpo peso contribuye a que sus biceps se tensen por momentos.

Pero no la soltaría.

Así que siguiendo a Khan emprende el spring final recorriendo el camino que Mathew les había indicado para llegar a la Sala de los Espejos; la actual meta y prioridad absoluta de los tres. Con un poco de suerte, o más bien bastante suerte, estarían alli y se irian al templo del agua. Además, Mathew hacía de señuelo por lo que todavía disponían de tiempo.

Pero las intenciones de Mathew fueron del todo inútiles.

Sin saber cómo Alberich había llegado ante ellos cortándoles el paso. Hack hizo un esfuerzo por no tratabillar al frenar en su carrera al encontrarse tal obstáculo pero no logró atinar a hacer nada más. Solamente pudo ver esa sonrisa malicienta de Alberich y el brillo especial que había en sus ojos.

Y de pronto, hacía mucho calor.

La guerrera notó como una ola de calor que le abrasaba la piel la tiraba hacia atrás haciéndola rodar varios metros. Ella quería pararse pero por mucho que quisiera clavar las uñas en el pavimento su cuerpo no recibía las órdenes que el cerebro dictaba y su cuerpo siguió rodando. Cuando al fin paró, el cuerpo le dolía de veras por todos lados pero consiguió sacar fuerzas de donde no había para incorporse algo.

¿Dónde está Kayla?

El recuerdo de Kayla fue lo que la ayudó a incorporarse y buscarla. Tumbada boca abajo se arrastraba mirando hacia el frente en busca de su amiga. La halló unos metros delante de ella en el suelo pero parecía que seguía respirando. Esto le devolvió en parte la tranquilidad y buscó a Khan el cual estaba en un lado algo más lejos que la hechicera. También estaba magullado como ella pero seguro que podría dar algo de guerra si hacía falta.

Y fue cuando lo descubrió.

La llave durante la explosión escapó del agarre de Kayla y yacía en el suelo y ahora Alberich se acercaba a ella. Hack quiso coger su espada y tirársela como si de una lanza se tratara pero no tenía fuerzas para ello. Para su desesperación una sala surgió de la mano de Alberich y fue cuando sucedió lo más temido por nosotros tres desde que le vimos.

No se quedó con la llave; la destruyó.

La guerrera ahogó un grito cuando vio cómo se hacía pedazos aquella máscara que tantos quebraderos dio desde que pisó el templo. Tanto esfuerzo para nada. Y de repente, Alberich despareció. Después de eso Hack sólo atinó a ver a cada uno de sus compañeros: Kayla intentaba incorporarse mientras encajaba este golpe tan bien como podía. A su vez, Khan a la vista de Hack pareció que se lo tomó peor puesto que en cuanto se incorporó les dio la espalda. También estaría asimilando la situación como buenamente se puede en estos casos.

Hack simplemente se tiró al suelo boca arriba respiando hondo. Le escocía la cara seguramente por la explosión y el rodamiento pero no se molestó si quiera en tocarse para comprobar si estaba sangrando.

Ahora sólo les queda ir al templo del agua y comunicar lo sucedido.

Ya habia acabado todo, aquel hombre habia cometido un error al no matarla. Era muy fuerte, pero algun dia ella conseguiria tener el poder suficiente para derrotarlo. Hacia mucho que no se había sentido tan vulnerable, tan debil, tan incapaz de hacer algo. Y aquello la frustraba, debía haber muerto, pero seguía con vida, respiraba y sentía su cuerpo dolorido. Lo que habia ocurrido ya no se podía arreglar, ahora debian mirar hacia adelante.

Busco a sus compañeros. Hack estaba boca arriba con los ojos abiertos y respirando fuertemente, lo que habia ocurrido debía haberla afectado más a su orgullo que a su salud.

Khan se encontraba de espaldas, de rodillas y su mascara estaba en el suelo, aun seguía siendo un desconocido para ella.

Sintiendose incapaz de levantarse, se arrastró a la posición donde estaba la sacerdotisa del templo de las sombras. Ahora no existía ninguna razón para no llevarla al templo del agua.