Partida Rol por web

05:00, 24/5/05

Martes, 24 de Mayo de 2005, 18:26. 1206 Spooner Av.
Meadowbrook, West Virginia

La puerta cuelga sobre los goznes, dejando ver a la luz de la linterna una amplia sala de estar. A la izquierda hay una amplia chimenea de ladrillo y más allá está la cocina, de aspecto anticuado. Frente a ti, una puerta con panel de cristal coloreado que debe dar a la entrada principal. A la izquierda, en la cocina, hay otra puerta, y a la derecha un arco que se abre a un pasillo.

El suelo es de madera oscura, sin alfombras, y una lámpara de cristal y latón cuelga del centro de la amplia sala. El aire está quieto y polvoriento.

Arrinconadas junto a una pared hay un montón de cajas de cartón, embaladas con cinta americana. Parecen de una empresa de mudanzas.

Mierda, todo parece normal y tranquilo...

Con la garganta seca y un poco nerviosa, doy un paso adelante y busco un interruptor de luz cerca de la puerta de atrás, en la que estoy.

La lámpara se enciende con un "click", llenando la sala de luz.
Hay algunos muebles apartados hacia las paredes, casi todos del tipo de muebles minimalistas orientales. También hay una pequeña pila de tres o cuatro alfombras enrolladas cerca de la chimenea.

Con más luz, puedes ver más detalles: Cajas en los rincones, un rollo de cinta aislante sobre la barra de la cocina, un sofá debajo de las cajas apiladas.
Sobre una mesita hay tres vasos blancos de plástico.

Parece que estaban haciendo una mudanza.

Qué extraño que no hayan cortado el suministro eléctrico de la casa, bueno, mejor que mejor.

Estos muebles de estilo oriental... seguro que los compró la familia Isari.

Apago la linterna y la guardo. Ahora con la luz encendida me siento más segura.

Busco en la Sala de Estar (17x16) retratos o fotos, encima de la chimenea y en las paredes.

Aparte del polvo y los vasos de café rancio, la sala está vacía de todo objeto personal. Hay marcas en el papel de las paredes que indican que en algún momento hubo cuadros, pero ya no están ahí.

La luz parpadea un instante mientras revisas la repisa de la chimenea...

Veamos...

El zumbido eléctrico de las bombillas se escucha una vez más, y las luces parpadean de nuevo, molestas.

Y entonces ves las dos sombras en la pared.

La tuya.. y otra más.

Una sombra alargada de mujer.

???

La luz parpadea, haciendo que la bombilla haga un extraño ruido. Oscuridad. Luz. Oscuridad. Luz.

Parece que ya vuelve a funcionar bien.

Sobre la pared, una sola sombra: La tuya.

Deberían cambiar esa bombilla Pienso, inconscientemente agarro mi pistola con más fuerza.

Viendo que no hay fotos o retratos para poner rostro a los nombres de la libreta encontrada decido investigar un poco más.

Me dirijo a una de las cajas embaladas y la abro.

Mi telefono suena y contesto el mensaje.

Las cajas parecen contener adornos y algunos muebles pequeños desmontados. La mayoría de las piezas muestran damasquinados, filigranas doradas y en general motivos orientales árabes. También hay una o dos cajas con ropa de mujer, y otra llena de cacerolas y piezas de cocina hechas de cobre.

Mmmmm nada interesante.

Será mejor reunirme con los de mi célula antes de indagar más por mi cuenta.

Vuelvo sobre mis pasos a la salida de atrás de la casa y salgo.

La casa de Spooner Av. apenas destaca entre las demás de la zona. Si acaso, pocos paseantes ocasionales llegan a percatarse de algo más que la hiedra que crece sobre el muro norte. Es una casa completamente corriente.

Pero los vecinos no se dejan engañar...

Tres escalones de piedra suben hasta el porche de entrada. La casa parece vacía y cerrada, las cortinas echadas y ninguna luz en el interir que muestre vida.
Si no supiéseis lo que sabéis, seguramente achacaríais el escalofrío que os recorre la espalda al frío y el viento.

Pero sabéis.

La blanca puerta de madera está cerrada. El picaporte se resiste a girar en las manos de Yan.

Oakley miró la puerta con gesto sombrío. Luego se aproximó a Olaya.

-Agente van der Mainer. Creo que es momento de probar con las llaves que encontramos en el depósito del agente Garret. Si hace el favor...

Esperemos que sirvan. No quisiera tener que empezar rompiendo cosas.

-Oído Cocina.- Dice la chica coge las llaves de su chaqueta, estaban en una bolsita de plástico etiquetada. Las saca y prueba.

Con las manos metidas en los enormes bolsillos de mi oscura gabardina, siento el tacto de mi beretta 92 aunque no me reconforta frente a la aparente casa abandonada.

Nada más lejos de la realidad.

- Sí, no me gustaría tener que entrar a la fuerza reventando alguna de esas ventanas. - digo contemplando la casa con sumo interés.