Partida Rol por web

Hacia mucho que no volvias al que habia sido tu hogar pero este era el momento, anillos de día... sin duda aquello cambiaria tu inmortalidad para siempre y entre los fundadores de el pueblo sabias que habia rumores de una familia de brujos.

Era de noche y la verdad es que tenias bastante hambre y el ruido de la tipica fiesta de adolescentes te llamo la aencion, parecia que celebraban algo en el lago, pues habia bidones con fuego, y un monton de jovenes de unos 17 años bebiendo como si no hubiera mañana.

Mystic Falls...el asentamiento que abandone antes de convertirse en el prospero pueblo que era ahora. El viaje había sido bastante divertido pues un par de noches atrás un incauto maleante había intentado atracarme. La verdad es que sabia bastante bien pese a parecer bastante maltrecho.

Mi garganta me quemaba clamando por algo que la saciara y yo sabia que darle. En cuanto vi aquella fiesta me relamí. Esto es demasiado fácil, como echo de menos una buena cacería. Suspire y me empece a entremezclar entre la multitud, estudiando el ganado en busca de algún donante que me llamara la atención.

Llegaste y habia claramente las ultimas clases del instituto alli bebiendo y bailando pero tambien algunos que eran mayores quizas de los primeros años en la universidad, todos estaban en grupitos o en parejas dandose el lote cosa normal en chicos de esa edad.

Era como un buffet libre pero lo que llamo tu atencion fue una chica jovencita, pelirroja muy guapa que estaba sola en el muelle con un libro de dibujo en la mano y los pies desnudos en el agua.

Desde siempre me habían llamado las pelirrojas pues en mis tiempos no existían los tintes por lo que una muchacha jovencita y de pelo rojo se me antojaba de lo mas exótico. Y ademas esta sola, perfecto.

Poco a poco me fui acercando al muelle esquivando a imberbes muchachos con demasiado alcohol en el cuerpo y tome de una de las improvisadas barras una botella de Ron que olía deliciosamente. Ese era una de las cosas que mas dejaban claro que había sido pirata: sentía predilección por el ron. Camine sin hacer ruido por la mada del muelle y me coloque a su lado. ¿Se puede saber que hace una chica tan guapa y tan sola en este solitario embarcadero? -mi voz era suave, encandilante. Siempre me gustaba juguetear un poco con la comida antes de comérmela...aunque estaba claro que tendría que ser cauto. Si los rumores se extendían, los brujos no querrían hacerme el anillo.

La muchacha levanto la mirada y sonrio de medio lado cerrando el book de dibujo y encogiendose de hombros - Chica deja a su novio esta noche y se vuelve la mala, chica espera a que su mejor amiga deje de darse el lote para volver a casa - comento suspirando y mirando la botella en tu mano.

- ¿Tu no eres un poco mayor para fiestas de instituto? - Pregunto con curiosidad pues ademas no sabia quien eras, habia otros chicos mayores pero a ellos si los conocia.

Su apabullante respuesta me hizo sonreír de medio lado. Destape la botella con la boca y di un largo trago a la botella antes de vaciar un leve chorro en el lago. -A tu salud Roberts, viejo amigo. -susurre mas para mi que para ella. -Acabo de llegar al pueblo, vengo a visitar a... A mi tio Arthur...Arthur Jones. -en realidad yo seria su tatatataratio pero eso era un detalle que a ella no le importaba.

Su comentario me hizo sonreír aunque después mi rostro se contrajo de pura y falsa decepción. -Me ofendéis con vuestras palabras jovencita. -bromee pasándole la botella. -Parecéis una dama con problemas. ¿Quien ha osado importunaros? Lo ajusticiare ahora mismo. -la chica parecía maja y la verdad es que estaba bien buena. Igual jugueteaba con su cuerpo un rato antes de dejarla seca. -Soy Jones...Killian Jones.

- ¿Arthur? No sabia que tenia sobrinos, es amigo de mi familia - Te dijo con una sonrisa dando un golpecito a la madera a su lado por si querias sentarte. - Alice Gibson - Se presento cogiendo la botella y dando un trago bastante mas corto que el tuyo.

- Pues esta dama ha sido importunada por ella misma, comentio el error de aceptar a un chico que no terminaba de gustarle y ahora se siente mal por romperle el corazón - Suspiro de nuevo y en cada suspiro veias las venas de su cuello marcarse y relajarse, tenia un olor dulce. - ¿Y a vos caballero que le trae esta noche a este lugar? - Pregunto siguiendo con el tono antiguo del habla.

Me senté a su lado y recupere la botella de su mano. -No debería dejaros beber jovencita, no es lo que se espera de una chica de las familias fundadoras. -bromee guiñandole un ojo con picardía mientras volvía a dar otro largo tragona la botella. -Lo bueno de cometer errores es que podéis aprender de ellos mas no os aconsejo que no os arrepintáis de nada. Yo he vivido toda mi existencia así y la verdad es que no me ha ido mal. -Nada mal.

-Pues la verdad es que acabo de llegar y me apetecía comer y beber algo antes de ir a ver a mi tio y vuestra fiesta llamo mi atención. -mire a sus ojos profundamente y deje que mi influencia se apoderara de su subconsciente. -Decidme bella dama, ¿Acaso buscabais la soledad en busca de algo de acción que llenase vuestra insulsa vida? -debía ser cauto, no estaba seguro si la antigua tradición de los fundadores de suministrar verbena a sus familiares seguía en pie o no.

Sus ojos miraron los tuyos y su sonrisa desapareció - Esto es Mystic Falls, aqui nunca pasa nada... - comento sin saber muy bien si lo habia echo por tu hechizo o como una respuesta real, pues la verdad es que se veia pesadez en sus palabras, y por lo que habías investigado hacia muchos años que un vampiro no pisaba esas tierras quizas fuera por la familia de brujos o quizas porque ya no tenian nada que conseguir de aquel lugar.

La ambigüedad dee sus palabras me desconcertó bastante. ¿Acaso es el fruto de la verbena y esta cansada o esta bajo mi control?. Aquella situación era nueva para minués hacia mucho que ningún humano se me resistía cuando usaba mis poderes mentales. Tendría que hacer un movimiento un tanto arriesgado si quería comprobarlo. Puede que llegase a ser mi perdición pero toda mi vida había sido un aventurero y no seria ahora el día que dejara de serlo.

Volví a utilizar mi Don y sin apartar mi mirada de ella hable con la voz mas autoritaria posible pero sin llegar a ser hostil. -Mujer, deja ese bloc a un lado, siéntate sobre mi y besame como si no hubiera mañana para ti.

Te miro alzando una ceja y comenzo a reirse a carcajadas sin poder evitar - Sin duda esto si es algo que no suelen decir los hombres de Mystic Falls ¿Eso es lo que venias a buscar en la fiesta? ¿Una jovencita que se rindiera a tus encantos? - comento riendo de nuevo pero haciendo un gesto que no te paso desapercivido, que fue el que si dejo el bloc de dibujo a un lado mientras reia y te miraba mas que entretenida.

Era la primera vez en muchos tiempo que jugar ocn la comida se hacia tan interesante.

Su reacción dejo claro que las viejas costumbres no habían cesado así que sonreí y le coloque el pelo detrás de la oreja. -Al menos te he hecho reír, algo es algo. -ante mi se planteaba un dilema: si quería alimentarme estaba claro que con la verbena no podría dominar su mente, por lo que no podría borrar sus recuerdos. Pero a la vez la chica me atraía y el hecho de que fuera tan difícil me excitaba de sobremanera.

Observe su cuerpo en busca de algún objeto que pudiese llevar la verbena pues era la única opción que tenia para poder llegar a tener de alimentarme de aquella chica sin desvelarme como un vampiro y sin que cundiera el pánico. -Si quisiera que te rindieras a mis encantos ya serias mía Alice... -seducirla seria sencillo, no era la primera ni seria la única niña que caía en mis redes. Sonreí seductoramente, enseñando mi perfecta dentadura.

Volvio a reirse mientras te miraba con aquellos enormes ojos claros - ¿Estas seguro? Quizas sea la primera que se resista a esos encantos - Te dijo guiñandote un ojo. en ese momento soplo un poco de viento y se le movio el pelo, al levantar su mano derecha pudiste ver en su muñeca una pequeña pulsera con una esfera que seguro tenia algo que era lo que estabas buscando.

- ¿Que edad tienes Killian? - Te pregunto con familiaridad.

Mire sus bonitos ojos durante un segundo hasta que el viento movió su pelo y eso me llevo a aquella pulsera. Bingo! Sonreí con su pregunta y bebí otro trago con parsimonia antes de contestar. -Tengo 26 años -Desde hace mas de 500 años. -Aunque ya se que aparento menos porque estoy como un queso. -bromee sacándole la lengua.

Le ofrecí la botella de nuevo sin dejar de sonreír en ningún momento. -Vaya, que pulsera mas bonita. Me recuerda a una que tenia mi madre. ¿Me dejas verla?-propuse con voz inocente y mirada de niño bueno.

En ningun momento lo he negado, de echo esta claro que lo tienes muy creído - Cogio la botella riendo y dando otro pequeño trago.

Al comentar lo de la pulsera sonrio y acerco su muñeca a ti - Si claro, me la regalo mi madre en mi decimo cumpleaños creo recordar... esta obsesionada con ella. - Dijo poniendo los ojos en blanco mientras seguia mirandote de esa forma tan directa, si seguia haciendolo asi solo tendrias que soltar la pulsera de su muñeca y hechizarla. Pues si volvia a casa sin ella podia ser sospechoso.

Con la celeridad propia de la de mi raza arrebate con precisión la pulsera con cuidado de no tocar el abalorio ni de hacerle daño a ella y la guarde en mi bolsillo sin que se diese cuenta. Fácil, sencillo y para toda la familia. Pensé juguetón. Esta vez hable confiado pues sabia que la pondría bajo mi influjo sin dudarlo en cualquier momento. -No es que me lo tenga creído, es que soy realista. Al igual que es normal que piense lo increíblemente sexy que me pareces. -comente con sinceridad.

-Estoy seguro de que harías perder el juicio a cualquier hombre con ese par de preciosos ojos Alice...y puede que a alguna mujer también -confesé con sinceridad mientras me acercaba peligrosamente para besarla. Era consciente de mi atractivo y también que ella se sentía atraída por mi por lo que sin mas miramientos mis labios besaron los suyos y reconci el dulce sabor del ron en ellos.

Tus palabras la hicieron sonreir y cuando te acercaste a ella y la besaste no pudo evitar su sorpresa pues pensaba que solo bromearias y las verdad es que el ron comenzaba hacer mella en ella y las ganas de evadirse de lo sucedido tambien, por no comentar que claramente la atraías.

Te devolvio aquel beso y al separaros te miro mordiendose el labio... - Ha sido un placer conocerte Killian... - Susurro girandose para coger su bloc dispuesta a marcharse, pues una cosa era besar a un desconocido y otra llegar a palabras mayores el mismo dia que habia dejado a su novio...

En cuanto se levantó yo mismo lo hice y me incorporé para tomarla de las manos. -Créeme que el placer ha sido mío Alice... la verdad es que hacía mucho tiempo que no conocía a alguien tan interesante.  -Mis ojos se fijaron en los suyos y dejé que mi poder dominase su mente. -Esto no va a dolerte así que no vas a gritar.

Acerqué mi boca a su cuello y hundí mis colmillos en su cuello, saboreando el dulce sabor de su sangre recorriendo mi garganta, saciando la sangre de la que era esclavo. Controlé con maestría el flujo de sangre y paré a tiempo para no desangrarla y que estuviera bien. Acto seguido limpié mi boca con un pañuelo y me mordí levemente en mi mano para darle mi sangre y así cicatrizar la herida. Volví a enfocar mi vista en la suya. -Ahora escúchame bien. No recordarás que te acabo de morder para beber tu sangre. Recordarás que nos hemos conocido, besado y tendrás la impresión que te haya producido. -no me apetecía anular su voluntad, parecía una tía maja. Paré el control y la miré sonriente. -Me gustaría que te quedaras un ratito más y charlar sobre el pueblo. Apenas conozco a nadie y no me vendría tener una amiga que me sepa guiar. -Pedí con ojos de cachorrillo mientras veía cómo mi sangre hacía efecto cicatrizando el mordisco del cuello.

El sabor de Alice era delicioso, dulce, juvenil y tenia algo que te habia echo sentir aun mas atraccion por aquel bombon pelirrojo, el sabor de la sangre pura, virgen... Parecia que aun existian chicas virgenes en estos tiempos con sa edad y aquello si era algo sorprendente.

Se te quedo mirando algo confusa y se mordio el labio - Yo... me gustaria mucho pero... el alcohol me esta haciendo mella y no quiero ser la bruja que se enrollo con otro el mismo dia que dejo a su novio... - Te miro de reojo y suspiro volviendo a morder su labio a la vez que guardaba el bloc en su bolso. - Me da que voy a volver sola a casa asi que si quieres acompañarme dando un paseo, no esta lejos.

Asentí de forma cortés y le ofrecí mi brazo para comenzar a caminar. -No me refería a que nos liáramos preciosa, sino a charlar sin ningún tipo de contacto físico...de momento. -la verdad es que estaba excitado por el sabor de la sangre de Alice, hacía demasiado que no cataba una virgen ya que la única forma de hacerlo sería alimentarme de niñas y eso jamás lo hacía. 

-No eres ninguna bruja, eres una chica muy maja que ha sucumbido a los encantos de este viejo lobo de mar.  -estallé en una sonora carcajada mientras nos encaminábamos hacia un sendero que Alice debía conocer mientras terminaba de un trago lo que quedaba de botella de ron. -Mucho hablas de las brujas, ni que conocieras alguna pelirroja. -la piqué sacándole la lengua.