Partida Rol por web

- No es en el instituto es en los jardines de la alameda, mañana ya empzaran con los preparativos y es un baile que organizan los fundadores para dar animo a los estudiantes y para que comiences esos estupidos concursos de belleza y popularidad con los de ultimo año - Te explico bastante asqueado con esos ultimos temas.

- Bien las tiendas hables hasta las diez de la noche las del centro comercial - No volvio a la mesa si no que dejo la taza en el fregadero - Con tu permiso voy a darme una ducha y prepararme.

Terminé mi taza y la llevé al fregadero también -Claro, por supuesto. Muchísimas gracias por tu tiempo y por responder a mis preguntas Arthur-Dejé que se fuera a duchar y yo tomé la llave para ir a ver aquella cámara acorazada que decía tener para ver el resultado de mis años de pillaje. ¿Aún tendrán guardadas mis espadas y ropajes?

Cuando entraste en aquella sala una norme sonrisa se dibujo en tu rostro, pues había por todas las pareces armas de todas las epocas, en una vitrina perfectamente cerrada un monton de lienzos para que no se estropearan, habia varios cofres pequeños con joyas aun y otros llenos de ropas de epoca y uno enorme en medio que al abrirlo viste que tenia un monton de dnero agrupado en maletines de distinto tipo de billete.

La visión de aquella sala me maravilló de una manera que no esperaba. Era el sueño de todo pirata: el resumen de toda una época de saqueos y de batallas perfectamente conservado para admirarlo siempre. Desde luego que mi familia lo había hecho bien, debería agradecérselo a Arthur en cuanto lo viera.

Pero ahora era momento de descansar antes de la noche que me esperaba pues se antojaba interesante a la par que importante. Me apetecía volver a ver a Alice, volver a catarla. Pero tenía que conocer a la joven Blame si quería empezar a preparar todo para conseguir la ansiada joya diurna.

Tras coger suficiente dinero subí a la que era siempre mi habitación (que ya estaba perfectamente a oscuras) y tras comprobar bien las persianas me dejé caer en la cama, rindiéndome a los brazos de Morfeo.

Te fuiste a dormir entre sueños y visiones en los que reconocias los cabellos rojizos de Alice, tu anelo por ver el sol te hacia remmemorar el amanecer desde el lugar mas hermoso para ti, desde un navío con la brisa de la mañana golpeando tu rostro.

Dormiste placidamente y cuando despertaste la casa estaba vacia y quedaba poco para el anochecer, Arthur se tomo las molestias de dejarte algo de ropa limpia y sencilla en la comoda por si querias ducharte para tu "cita"

Me levanté de la cama como una rosa y me fui directo a la ducha para poder prepararme para la cita con Alice. Aquel cabello rojo me había visitado en sueños...rojo como la adorable sangre que fluía por sus venas. No tenía la necesidad de alimentarme de ella, aunque estaba seguro de que aquella noche lo acabaría haciendo solo por el placer de saborearla una vez más.

Tras ducharme y prepararme pude observar que Arthur tenía muy buen gusto para la ropa. Me había colocado unos vaqueros con una camisa blanca y una americana gris a juego que me quedaban perfectas y me había peinado como de costumbre. Como siempre, mi barba de tres días en mi cara era casi un símbolo de mi identidad.

Salí con tiempo de casa en cuanto el sol se ocultó para comprarme ropa en varias tiendas y tras pagarles generosamente para que me lo llevaran a casa me fui hacia donde me habían indicado que quedaba el Grill sobre las 8 menos cuarto. Así tendría tiempo de tomar un trago y de ver trabajar a la bella mujer pelirroja.

Cuando llegaste la viste sirviendo mesas con un bonito uniforme que se basaba en una falda corta negra con un delantal del mismo color corto por delante y una camisa blanca que llevaba algo desabrochada. Tenia su perfecta melena agarrada con un pinza en una especie de moño.

Al verte sonrio de medio lado pero no dijo nada sirvio las mesas y se acerco a ti dejandote un vaso de cristal ancho con ron - Invita la casa marinero. - Te dijo con un guiño.

Abrí los ojos sorprendido ante la suposición de que quería beber ron. La verdad es que la mujer era sorprendente en todos los sentidos y debía reconocer que aquella falda dejaba poco a la imaginación. -Gracias grumetilla. -agradecí siguiendo su broma. -¿Cómo sabías que iba a pedirte ron. -la pregunta era mera curiosidad y mi sonrisa no se desvaneció mientras saboreaba un trago de la bebida de los dioses.

Volví a examinarla de arriba a abajo sin cortarme un pelo y solté un suave silbido. -Ahora entiendo porque el Grill está tan abarrotado. Estás super sexy Alice.

- Porque ayer lo bebias como si fuera agua, asi que deduje que era tu bebida favorita - Te comento mientras sonreia y te volvia a guiñar un ojo ante tus alagos.

Cuando llego la hora se quito el delantal y entro a coger una chaqueta y salió mirandote con una sonrisa - Cuando usted quiera su dama ya esta disponible - Se la veia mas que contenta y sonriente.

Uhmm un chica observadora, eso es bueno y malo a la vez, debo proceder con cuidado. -Pues acertaste...llevo bebiendo ron...buff diría que siglos. -bromeé sacándole la lengua, viéndola trabajar. Se movía con gracilidad y por alguna extraña razón supuse que en la cama sería igual: salvaje, indomable. Joder Killian, estás enfermo tío. 

Cuando me informó que ya estaba lista vacié mi vaso y me levanté para besar sus labios sin importarme quien nos estuviera mirando. Llevaba con ganas de volver a sentir su cuerpo junto al mío desde la noche anterior, hasta en sueños mi cuerpo anhelaba el suyo así que ya podría estar el mismísimo Papa de Roma que me la seguiría sudando. Tras el beso sonreí y metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta. -No eres la única que se fija en las cosas. -saqué la pulsera y se la coloqué en su sitio. -Ayer debió caerte y me tomé la libertad de guardártela.

Estaba claro que te daba completamente igual quien pudiera veros y por su forma de corresponderte el beso a ella tambien, aunque a ti no te pasaron por alto los murmuros de fondo "¿Quien sera ese hombre? ¿No es un poco mayor para ella? ¿No salia con Dan Kennedy?" Y un largo etc con miradas indiscretas.

Al ver la pulsera ves como suspira aliviada - Gracias, llevaba todo el dia buscandola, si la pierdo a mi madre le da un infarto - Comento mientras se cogia de tu brazo saliendo del local - ¿Improvisamos o tienes algo planeado?

Los rumores llegaron a mis oídos y por un momento pensé en volver a besarla para tocar los cojones pero la noche se antojaba divertida y tenía planes que cumplir. -Igual te parece demasiado parado, pero me apetece ir al cine contigo. Mi tío me ha dicho que la dueña es muy maja y así voy conociendo a gente importante del pueblo, porque a la más guapa la llevo del brazo. -comenté zalamero.

-Después podemos cenar algo si quieres y tras llenar el estómago nos iremos a bailar y beber hasta que caigas rendida a mis encantos. -solté una risotada y salí a la calle con ella a mi lado

Te miro realmente sorprendida de que tuvieras todo tan claro, quizas porque estaba acostumbrada a un "lo que tu quieras" que la principio esta bien pero despues termina cansando.

- Me parece un plan perfecto peeeero, vamos a invertir un par de cosas, pues de lunes a viernes el cine solo abre de noche, y los fines de semana tambien de tarde, asi que si tienes hambre podemos ir a comer algo y despues a la sesion de las diez, y de paso reposamos la comida ¿Te parece? - Sin duda estaba igual de habladora que la noche anterior. - Y... mmmm... ¿Italiano o Braseria? Son los mejores sitios de la ciudad para comer.

Sonreí contento de que me diera su opinión, dejando atrás la barrera de la edad pues muchas mujeres más jóvenes se sentían intimidadas ante un hombre más maduro. -Me parece perfecto el cambio y si me lo permites, me apetece ir a la brasería. Mañana vamos al italiano. ¿Te parece bien? -ya daba por hecho que mañana tendríamos otra cita, la conexión que teníamos así me lo hacía sentir. -Yo escojo el restaurante, tu escoges la peli grumetilla. ¿Qué quieres ver? esperaba no tener que tragarme ninguna película romántica pero lo más importante era conocer a la dueña del cine. Tenía que ver la forma de conseguir mi anillo y la paciencia nunca había sido una de mis virtudes.

- ¿Mañana? ¿Tiene pensado quedar conmigo cada dia marinero? - Pregunto sonriente mientras pasaba de cogerte del brazo a entrelazar vuestros dedos cogiendote de la mano.

- Pues a la braseria pues, y película... ¿Jack caza gigantes? Me gustan las peliculas de fantasia - Sin duda la seguridad que tenia en su misma alice para su edad era poco normal, pero algo sin duda mas que atrayente pues tenia un cuerpo en un estado perfecto y desarrollado y una mente clara.

Acaricié su mano con delicadeza y caminé con ella contento de la situación. -La idea es esa, siempre y cuando que tu quieras por supuesto. -concedí seguro de mi mismo. -Además sino siempre me quedará el cloroformo. -bromeé.

-Me gustan las pelis de fantasía. La imaginación es una cualidad que admiro mucho en las personas. -dije encantado con su elección. -Gigantes, brujas, hombres lobo...vampiros... todo ese tema me gusta mucho.

Me dejé guiar por ella que sin duda conocía el pueblo mejor que yo y llegamos al restaurante en un periquete. Como un buen caballero de mi época ayudé a sentarla colocando bien su silla. Tras eso me senté delante y le cedí una carta. -Yo quiero lo mismo que pida aquí la encantadora señorita. -le comenté al camarero que nos atendió. -Y de beber una botella de vino tinto.

Sonrio dandote las gracias al ayudarla a sentarse, miro la carta y despues a ti - Una parrillada para dos y una bandeja de guarniciones variadas - Le entrego la carta al camarero y se marcho. - Asi podras probar un poco de todo lo que tienen porque tanto las bochetas como la costilla estan deliciosas.

Llego el camarero con el vino y lo abrio dejandolo en la mesa con una sonrisa - Pues si te gustan las leyendas amaras Mystic Falls, ahi mil leyendas en el pueblo, desde que fue un pueblo de brujas estilo Salem antes de ser fundando, que los bosques tiene todo tipo de criaturas tipo hombre lobos y hadas, y como siemrpe que en las noches los vampiros buscan presas con las que alimentarse.

Serví su copa antes de servir la mía mientras escuchaba lo que me contaba del pueblo. -Algo he oído por ahí... quizás deberías ir con alguien que te proteja, a fin de cuentas aún eres una grumetilla. -bromeé saboreando el vino con la maestría de quien lleva bebiendo siglos. -No está nada mal, aunque donde esté una buena botella de ron...

Nos trajeron lo pedido y fui probando un poco de todo tal como ella me había sugerido. -Pues tienes razón, está todo delicioso. -comenté halagando su gusto a la hora de escoger. -Y de esas leyendas... ¿hay alguna que perdure a día de hoy? Quiero decir... ¿aún a día de hoy hay rumores?. Ya sabes que soy un aventurero. -le saqué la lengua sonriendo

La comida estaba tan buena como la pinta que tenia y el vino tampoco estaba tan mal. Ella comenzo a comer con bastante hambre aunque si salia de trabajar tambien era normal.

- Pues todo queda en leyendas algunos las creen mas que otros, yo sinceramente... aqui nunca pasa nada, he pasado noche por el bosque dibujando y no he visto ni conejos, asi que supongo que para desgracia de los que buscamos algo de entretenimiento las leyendas no son mas que cuentos para los niños de Mystic - Comento incluso con algun deje de tristeza en sus palabras, cosa que te sorprendio bastante, pues normalmente ciertas criaturas solian atemorizar a las personas.

Se lamenta de una manera que parece que quisiera encontrarse con algo que podría matarla con sólo desearlo. -¿Por desgracia? O estás muy loca o estás deseando correr aventuras. -comenté sonriente. Aquella mujer estaba ganándose por méritos propios que me interesara más allá de un juguete. -O puede que ambas. En cualquier caso, eso me gusta. concedí riéndome con picardía.

-De todas formas, no tientes tanto a la suerte que igual un día te llevas una sorpresa. -dije de forma misteriosa.