Partida Rol por web

Tras salir del cuartel de los vigilantes, caminais hasta el templo, tan majestuosos como siempre, cuando sentis un silbido en el aire como cae algo en mitad de la plaza del mercado en el momento en que suenan las alarmas y que todos los soldados se mueven hacia las murallas.

Y ahora que?, esto es mas animado que el laberinto aquel

Echando la mano a la katana salgo corriendo en direccion a la plaza mientras me hago invisible

-¡Maldita sea!--exclama Aralar molesto por las continuas sorpresas---No puedo defender la ciudad con un bebé en brazos.

Con una mano, el pícaro sujeta al pequeño con fuerza contra su pecho mientras avanza por las calles de Limoria junto a sus compañeros con el estoque desenvainado.

-No tengas miedo--parece decirle mirándolo a los ojos con una tranquilizadora sonrisa antes de darle un suave beso en la frente--Yo te protegeré.

De las puertas del templo salen un grupo de soldados que nunca habiais visto, con ropas eclesiasticas bajo sus armaduras. Una mujer en la puerta de pelo negro como el ala del cuervo que mira todo acompañada por el sumo sacerdote clavando la mirada en vosotros. El bebe esta dormido todo este tiempo como si lo que ocurriera a su alrededor no fuera con el.

-Maldicion, que inoportunos-dijo Ishamar al tiempo que desenvainaba su espada y se lanzaba a la carrera hacia la plaza, momento en el que vio a los extraños salir del templo
-Y quien es esa gente que sale del templo, jamas los habia visto, ni a la mujer. Esto no me gusta compañeros, debemos andar con cautela y esperarnos cualquier cosa
Dicho esto y sin detenerse, siguio corriendo en pos del ruido, hacia la plaza

-Ya sabía yo que ese bebe solo traería problemas- Holgo corre hacia la plaza siguiendo al resto con el arma enfundada a su espalda junto a su arco.

-¡Esperad!- Clavo la mirada en la mujer de pelo negro por unos instantes..¿Quien será?... Los demás siguen corriendo, por lo que me retiro de la puerta del palacio en dirección a la plaza tras despegar mis ojos rojizos de los de la morena..

-¡Aralar dadme al bebe, yo le sujetaré!- Grito el semiorco al ver en apuros al exterminador.

Sonrie mientras clava su mirada en tus ojos Dame al bebe yo lo cuidare mientras vais a combatir, nos estan asediando. Las puertas estan cerradas. Holgo, damelo sabes que no le causare daño alguno En tu mente se forma la imagen de Alexiel alli de pie iluminada por la luz divina con su armadura y sus alas abiertas

-Que extraño, es como si fuera un sueño.. Cuando estaba apunto de echar a correr, una imagen se dibuja en mi mente, una imagen de una hermosa angel..¿Alexiel?- No me fiaba demasiado, pues ni siquiera tengo el bebe entre mis brazos.

-¿Por que nos ayudas...? No puedo entregartelo, no hasta que me demuestres que eres tu de verdad..-

La mujer sonrie y una luz se desprende de ella transformandose en un hermoso angel que os mira y baja las escalinatas hasta Aralar Dejame al bebe, yo le protegere con mi vida para que no puedan atraparle.

Una nueva bola de fuego cruza el cielo impactando en la escuela de magia en una de sus torres el asedio a comenzado una sombracruza el cielo sobre vosotros

Vamos, ya esta el niño colocado, tenemos una ciudad que salvar

-No, gracias. Es que acaba de dormirse y no quisiera despertarlo--miente Aralar ante el extraño ofrecimiento de su impulsivo compañero.

-¡Ni loco!

De pronto, una misteriosa luz se transforma en un precioso ángel que se dirige directamente al pícaro, rogándole que le entregue al bebé. La encantadora criatura parece haber emanado de la mujer que acompaña al sumo sacerdote, por lo que el exterminador se vuelve hacia ella y le pregunta:

-¿A quién me envíais? ¿Acaso dejaríais vos a un ser totalmente indefenso en manos de un completo desconocido?--espeta Aralar agarrando con más fuerza si cabe al pequeño para protegerlo.

-No. Disculpad mi rechazo. No deseo ofenderos y en verdad que agradezco enormemente vuestra ayuda, mas he jurado llevarlo yo mismo al templo y así lo haré, aunque eso signifique mi muerte.

La dama es la mayor general de La Dama en la tierra. No haria daño a un bebe, podeis confiar en ella yo la daria mi propia vida si estuviera en apuro

Reconociendo al instante la autoridad de Erik en la ciudad, Aralar asiente con preocupación y se pone de rodillas para entregar el bebé a la hermosa dama alada que ha surgido de la luz.

-¡Cuidadlo lo mejor que podais, por favor!--exige el pícaro al ángel mientras sonríe al pequéño dormido por última vez.

-Si no es demasiado pedir, me gustaría que el hermano Blahu se hiciera cargo de él hasta mi vuelta. Una vez volvamos a la normalidad, puede que... Bueno, primero hablaré con Amra, claro.

El joven exterminador deja por fin al niño y regresa raudo junto a sus compañeros para hacer frente a la nueva amenaza que ha surgido en Limoria.

-¿Eso era un dragón?--bromea dando muestras de nuevo de su jovial carácter atrevido.

-Vaya, es ella..Siento haber desconfiado de tu palabra- Hace una ligera reverencia al verla de nuevo ante sus ojos y por haber desconfiado de su palabra. Holgo se queda algo extrañado tras el rechazo del exterminador hacia el Angel y que hace escasos minutos le había rechazado a el también.

-¿Estás segura de que no necesitas ayuda?- Pregunta el semiorco tras haber cogido su habitual postura. -Por el infierno que nos aguarda..¡¿que diablos es esa cosa?!- Parece que el exterminador no calla ni bajo una balsa de agua..-PERO QUEREIS CALLAROS DE UNA VEZ, HAY UN MALDITO DRAGON VOLANDO SOBRE TU REDONDA CABEZA Y TE PREOCUPAS POR QUIEN SE TIENE QUE LLEVAR ESE INSIGNIFICANTE BEBÉ- Miro a Alexiel y una sonrisa picara se me dibuja..

-Tenemos que protegernos...- Susurra mirando a su alrededor observando algun sitio que pueda usar de cobertura o esconderse..

-"Maldito bicho volador.."-

Tras todo el escándalo que acontece a la caída de algo desconocido y ver salir a varios soldados del templo Salomón desenvainó de nuevo su mandoble y su escudo, y entonces fue cuando vio a la mujer convertirse en un ángel. Una guerrera celestial, aquí, en nuestro mundo, puede que sea una señal, tal vez esta gente pueda desvelarme mi destino.

La preciosa criatura coge al misterioso bebé de brazos de Aralar, al parecer es de confianza, no una mera ilusión, por lo que Salomón aún ve aumentadas sus esperanzas de averiguar su cometido en este mundo, y es entonces cuando aparece un dragón sobre la ciudad, una bola de fuego llega hasta una de las torres de la escuela de magos e impacta en ella. ¡Nuestros compañeros estaban en la escuela de magia!

Seguramente el impacto de antes lo había causado ese dragón, y si eso era cierto, debía haber gente herida en los alrededores, además de los pobres desgraciados que hubieran muerto directamente. ¡Aralar espera, voy contigo!

El dragon lanza un aliento salvaje contra el templo que es repelido por un escudo invisible. Se posa en el suelo y ruge mientras mira a todas partes esperando algo antes de comenzar el ataque contra los que estan alli.

Raudo y ágil, Aralar reacciona con celeridad ante la colosal amenaza que bien podría significar el fin de Limoria.

Desaparezco de la vista inmediatamente, pero mis pasos se dirigen hacia el dragon

- No puedo negar que Limoria es de todo salvo aburrida, matemos a ese lagarto gigante. -