Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Bukavu

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23/07/2008, 10:48
Obed Semanza

El comentario no tiene gracia. Ninguna. Aunque supongo que el chico tampoco pretende hacer un chiste: exagera, desde luego, porque a pesar de que la cantidad de armas es insuficiente, "su hermano pequeño" jamás podría tener todo aquello en su armario. Lo desagradable del asunto reside en algo que una vez me dijo Nsabimana:
"Los niños aquí se familiarizan antes con un fusil de asalto que con el calostro"...y la realidad de aquel armario, de aquel niño, no debe ser demasiado diferente a lo que su hermano ahora denuncia. Triste, repugnante...e innegable.

Así, me sorprendo a mí mismo asqueado por la forma... más que por el predecible fondo, y le dedico al muchacho una mirada foribunda.

De haberlo traído todo,... ya estaría muerto.- digo entrecerrando los ojos y apartando la cara, molesto por la luz de las linternas que me enfocan. Suelto por un momento la herida y, muy lentamente, levanto la mano.
Estoy limpio. Sólo voy a...tratar de hacer algo con esto...- digo mirando la herida. Empieza a no tener buen aspecto y, con la mano libre y ayudado por los dientes, arranco un trozo largo de tela de la parte inferior de la camisa.

Sé que no es mucho,...pero hubo problemas. De todas formas no voy a daros explicaciones. Sólo respondo ante Mentzele.

Al hacer el nudo, apretando con la mano y mordiendo el jirón de tela, no puedo evitar un gemido seco. Mientras lo hago, mis ojos observan a aquellos muchachos: confiados en su juventud y en su temeridad, respaldados por el grupo y compitiendo entre ellos por ganarse una medalla ante el Gran Hombre. Aún así, percibo que éste no es para mí el lugar más peligroso de Bukavu: llevarle al Diablo un camión semivacío y el cadáver de quién prometió la carga completa...es algo demasiado comprometedor para ellos. Si Mentzele ha llegado a viejo no es ayudado por la confianza, sino por la paranoia.

Tú decides, chaval.- digo en dirección a Trajaj. El Bwakara se juega ahora en mesas que nos vienen grandes...a todos.
Pero decide pronto, porque ahí abajo tienen buenos rastreadores.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Añado un par de tiradas, por si quieres usarlas.

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24/07/2008, 09:20
Trajaj

Por lo menos consigues que tu brazo deje de sangrar, lo cual ya es algo, y la presión de la improvisada venda mitiga un poco el dolor, lo cual ya es mucho mejor, los chicos armados miran a su “líder”, uno que les devuelve las miradas, más tranquilas y confiadas de lo que realmente está.

Nos llevamos las armas, hace el gesto a uno de los hombres para que suba al camión, e informaré a Mentzele de lo que pasado, no me fío de ti, así que te llevaré a otro lugar mientras avisamos se acerca a tu posición, apuntándote mientras procede a cachearte por si llevaras algún arma encima, a continuación, mueve el rifle para que avances, los pasos de otro tren una linterna que ilumina el camino, camináis durante un par de minutos, para luego subir a una vieja furgoneta que en sus origines debió ser blanca, pero que hoy en día está completamente oxidada, como si hubiera sido sacada del fondo de un lago.

El sonido del vehículo se hace notar en el noche, pero no es mucho lo que dura el trayecto, que te ha llevado por una buen entramado de chozas, te resultan vagamente familiares, es la zona de los más radicales, una que los guardias frecuente solo en situaciones especiales, y bajo unas condiciones favorables que casi nunca se dan, el ruido cesa, las puertas se abren y las sempiternas armas en manos de Trajaj y su gente, casi no te los puedes imaginar sin ellas.

Tu destino es una estructura echa por bloques de cemento, sin enlucir, unidos por pegotes de argamasa colocada descuidadamente, el interior no mejora, pues se encuentra casi totalmente vacío, oscuras manchas en el suelo asfaltado, una silla en el centro, y una par de ganchos que cuelgan de unas tuberías de hierro que cruzan la construcción de parte a parte.

Esperaremos aquí dice mientras saca un cigarrillo, te mira, y te ofrece uno.

Notas de juego

La tirada de primeros auxilios es un crítico, así que la hemorragia se detiene, el disparo no te iba a matar, pero si a debilitar, gracias a esa tirada no te afectará con la excepción de acciones directas realizadas por ese brazo.

Lo dejo aquí por si quieres hacer cualquier cosa durante el trayecto o negarte a algo (recuerda que no tengo problema en modificar o borrar mis post si no estás de acuerdo con algo.

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25/07/2008, 13:08
Obed Semanza

No, gracias.- digo, dándole la espalda, avanzado unos pasos hacia el interior de la pequeña nave. Con la suela de la bota examino una de esas manchas oscuras que veo en el suelo. Aún no están totalmente secas. Aparto la vista del piso para volverla hacia el muchacho.
Fumar podría matarte, ¿sabes?.

¿Es aquí donde va a ocurrir? En mi interior siento que es así: lo esperaba, casi ya con impaciencia. El punto de inflexión. Aquel momento en el que El plan deja de ser Mi plan, para convertirse en campo abierto para la improvisación. Sabía que pasaría, pero no lo esperaba tan pronto.
Aún así, a pesar de la herida, me siento fuerte. Física y mentalmente. Y determinado. Mi brazo agradece el vendaje, y mi cabeza me cuenta que hago lo que debo y lo que puedo: no se le puede pedir más a un hombre.

En el Cuartel de la Guardia hay un sitio muy parecido a éste.- concluyo, dirigiéndome al chico. Aflojo un poco el nudo unos segundos y vuelvo a apretarlo con fuerza. Está abajo, en los sótanos. Nsabimana lleva allí a los tipos que parecen saber más de lo que cuentan. Eso...dura poco.

Con gravedad, miro al chiquillo. La tortura no me asusta. La posibilidad de morir aquí sí lo hace.

Tú y yo iremos juntos a Kigali...y mataremos tutsis hijos de perra. Acuérdate de esto.

Por eso, porque no me queda otra opción que esperar, porque intentar salir de esta cámara por la fuerza sin hablar previamente con el gran hombre sería mi sentencia de muerte y la de mi hijo...Por todo eso, camino hasta la silla, y me dejo caer en ella.

Acaricio la cruz que cuelga de mi cuello, cierro los ojos y, en silencio, le pido a Dios que me ayude a soportar el dolor, que perdone la mentira...y me permita ser su instrumento para combatir al diablo que vive dentro de los hombres. Que su mirada se pose un segundo en Bukavu,...o que acabemos juntos en el Infierno.

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28/07/2008, 09:29
Trajaj

Trajaj enciende el cigarrillo con un mechero plateado, de esos que se recargan, uno que Dios sabe como habrá conseguido, puesto que de ese estilo son imposibles de encontrar en Bukavu, el pequeño haz de luz del cigarro brilla en la semioscuridad de la estancia, se apoya en una pared cuando tu te sientas en la silla.

Nada me gustaría más que ir a Kigali y matar Tutsis hijos de puta, dice con vehemencia, pero esa no es la única razón por la que hago esto, parece asqueado y cansado cuando citas el sótano de Nsabimana, Ojalá todo fuera tan fácil como volarle los huevos a esos cabrones, ya sabes, “buenos” contra “malos” ahora estáis los dos solos, y su tono de voz y su actitud ha cambiado, dos formas de ser o de comportarse, la imagen suele serlo todo.

Mentzele no es de los que perdona errores informa con voz neutra Aunque supongo que eso ya lo sabes, un acceso de tos que dura lo suficiente como para que sea preocupante, No creo que viva lo suficiente como para morir por culpa del tabaco dice en cuanto puede recuperar el habla.

Como si se hubiera dado cuenta de tu silenciosa oración, o simplemente el mismo estuviera rezando a sus dioses, nada se escucha en un buen rato, sólo el sonido de un continuo goteo, ha llovido estos últimos días, y casi todas las casas tienen ese sonido cuando esto sucede, pero es una pequeña distracción en este opresivo silencio, roto casi veinte minutos después por el chirriar de la puerta.

Ya está aquí susurra con algo de temor Trajaj, arrojando otro el tabaco al suelo, donde se une a otras dos colillas recientes.

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28/07/2008, 17:15
Obed Semanza

Están sentenciados: lo saben y lo asumen. Aceptan su vida tal como es, tal como les viene dada. Como algo efímero que caduca para todos de la misma forma: pronto, con la única esperanza de ser respetados mientras dure. Ésa es la fuerza de aquellos chiquillos,...y en Trajaj encuentro la respuestas a las preguntas que me hago sobre Saró.
Supongo que se trata de una manera más de aliviar mi conciencia..., y reniego de esos pensamientos cuando me doy cuenta del su auténtico por qué. Debo cargar con ello. Debo hacerlo,...hasta que mi venganza le dé su descanso.

Perdido en oscuras reflexiones, los minutos parecen segundos. Dios se había esmerado al crear al hombre: la obra más perfecta de una tecnología enrevesada, compleja, milagrosa...que dejaba de existir con el impacto de un pequeño trozo de metal.

No tenemos derecho...- pienso en voz alta, aún en la silla. Ojos cerrados, caricias a una cruz. Delirios.

...Y una voz me despierta. "Ya está aquí", dice. Mi verdugo/salvador: El Señor podría amarlo, pero yo no. El Reino de los Cielos queda lejos...y los hombres deciden cuánto vale la vida del otro.

ESO me da a mí, por primera vez en la vida, el DERECHO de juzgar..., y siento cómo me inunda la rabia y el miedo:

Nsabimana no recibiría a ningún hombre esposado.

Mentzele debe morir.

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29/07/2008, 09:42
Mentzele

Los pasos que se escuchan corresponden a más de una persona, pero sólo la figura de Mentzele se muestra a la luz, vestido de la misma manera elegante que siempre que lo has visto, fuera de lugar en esta tétrica edificación, pero la seguridad de sus movimientos, las mirada severa que lanza sobre Trajaj, y finalmente la de un juez que ya emitido el veredicto sin ni siquiera haber oído lo que tenían que decir las partes que posa sobre ti, te deja claro, si es que no lo tenías ya, que no es ni mucho menos, la primera vez que se encuentra en esta situación.

Camina hasta quedar justo enfrente, se recoloca la chaqueta ajustándose las solapas de la misma, el traje es de color azul marino, con una camisa en un tono más claro, no lleva corbata y el bulto de un arma es fácilmente reconocible bajo el brazo, también lleva unos zapatos de vestir, no muy adecuados para las polvorientas calles del campo, no parece en exceso sorprendido, ni por supuesto nervioso, controla la situación, o por lo menos lo aparenta, hace un gesto a Trajaj para que desaparezca.

Tienes huevos Semanza, tu mismo me lo dijiste, por eso te permití seguir vivo, por eso tu hijo sigue vivo él tiene el poder, y quiere que lo sepas, es evidente por su tono sosegado, te di un voto de confianza y me decepcionas, y eso no me gusta, se acerca a tu posición, observando tu brazo herido, aunque también eres inteligente, y sabías que no me iba a gustar, así que te lo preguntaré sólo una vez, sus ojos vuelven a los tuyos, oscuros, duros, serenos.

¿Qué ha pasado?

Su mirada no te abandona, te penetra, ¿capaz de leer el alma?, dicen que el diablo también es todopoderoso.

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29/07/2008, 15:52
Obed Semanza

Mi mano juguetea nerviosa con el crucifijo cuando la imponente figura de Mentzele aparece en la estancia. Él sabe cómo hacerlo, cómo rodearse de aquel aura sobrenatural e intocable. Cuida los detalles al extremo: la pose, la mirada, incluso su forma de vestir, tan fuera de lugar que aterra. Su voz es grave y rasgada.

Nsabimana siempre creyó que maté a aquel chico.- digo mirándome el brazo herido.-Y ahora mismo sus hombres peinan Bukavu.

Es dificil hablar sin tragar saliva. Tan dificil como mirarle a los ojos y ver en qué se convierte un hombre cuando pierde toda empatía por sus semejantes. Sé que no me odia, sólo siente curiosidad por mí...como alguien que observa, divertido, cómo un ratón trata de escapar de un laberinto.

Ya le dije que en la Guardia hay serpientes, Mentzele. Y que sus lenguas siban en varias direcciones.- una fuerza que no puedo controlar me sujeta a la herrumbrosa silla - No sé quién me vendió, ni con qué propósito. En realidad, eso ya no es asunto mío, sino suyo.

En cualquier caso, con usted nunca he estado en condiciones de negociar. Y menos ahora. Usted quería un camión lleno de armas y una semana sin preguntas...a cambio de dos huecos en un avión.

Yo le ofrezco un camión con lo que pude coger antes de que me pegasen un tiro..., y mi fidelidad. De por vida, Mentzele. La semana se convierte en un tiempo sin plazos...y los dos huecos se convierten en uno sólo.

Respiro hondo antes de hacerlo, antes de mirarle. Y siento cómo el miedo contamina mi sangre. Sin embargo, esta vez, sólo sale verdad de mi boca:

Es todo lo que tengo. Y es suyo si saca de aquí a mi hijo.

Fatigado por el esfuerzo que supone aguantar el oscuro poder de una mirada que podría devorarte las entrañas, vuelvo a agachar la cabeza.

Hable con sus hombres. Compruebe la que se ha formado allá abajo: si vuelvo, soy hombre muerto...pero ahora no es Nsabimana lo que me preocupa. No tocará a mi hijo: poseo cierta...información.

De nuevo jugando de farol, Obed. Es el eslabón débil del plan. Una coartada que explique la posición de Emil. Un motivo para dejarlo rodeado de quien se supone quiere tu cabeza.

Durante cuatro años serví como chófer y confidente de Ferdinand Nahimana, supongo que sabe de quién hablo. Yo conozco su lista. Una lista con nombres, fechas, cargos, historiales: muchos "hermanos hutus" no son lo que dicen ser...

Cartas al descubierto. Todas las fichas en el centro de la mesa. La mano es mala, pero no el farol.

...,y Nsabimana figura en esa lista.

Notas de juego

¿ Tirada de Persuasión ? ¿Nos lo jugamos a los dados?. Joder, macho, qué tensión...

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30/07/2008, 10:46
Mentzele

Sería imposible calificar la expresión de Mentzele ante la mención de Nahimana, pero se ha quedado parado, mirando a algún lugar detrás de ti, perdido tal vez en el pasado, era difícil imaginar la imagen de Mentzele con un arma y matando tutsis por las calles, o incluso guerreando, no cuadraba con su actitud actual, no parecía ser de los de primera línea, de los que morían.

Entrelaza sus manos, colocándolas delante de sus labios, como quien reza una cristiana oración, recuperando el enfoque sobre tus ojos, se acerca hasta quedar cerca de tu posición, y con un rápido movimiento te agarra del brazo herido, apretando tu reciente herida, con eficiencia, el dolor empieza a hacerse insoportable, pero no dura demasiado, rebaja la presión para que pongas todos tus sentidos en él.

Hubo una época, en la que me importaba matar tutsis, en la que creía que los hutus eran mis “hermanos”, pero ya nada de eso significa nada para mí, su voz se vacía de cualquier emoción, colocando palabra tras palabra como si de la construcción mecánica de un puzzle se tratara, Yo, estoy por encima de un tiempo que ya no es el mío, por encima de la vida y la muerte vuelve a apretar la herida, pero aún así me vengaré de los tutsis, tengo una promesa que cumplir añade ahora si con rabia.

Tengo tantas vidas a mi disposición que una más no significa nada se separa de ti, pero sin darte la espalda, sus pasos son silenciosos, Quiero tu alma Semanza, un pacto a la usanza del Diablo

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31/07/2008, 16:54
Obed Semanza

- Bueno, ¿qué te ha parecido?.
- Eh...Bien, creo. No sé, la esperaba de otra forma. No deja de ser una película comercial de aventuras, ¿no?.
- Pero con mensaje, Obed...
- Si. Es...es evidente. Quiero decir,...no hay que leer demasiado entre líneas.
- ¿Y bien?
- Supongo que es así como funciona la "civilización": el hombre se cree dueño del mundo y arrasa con todo, pero al final queda...expuesta su ignorancia.
- También nos enseña que felicidad y "progreso" no están obligatoriamente ligados. ¿ No crees?.
- Esa parte me la perdí, Laurent. Jajajaja!! Fué cuando falló el viejo proyector.
- Jajajaja!! Es una máquina antigua, como su dueño. La película también tiene sus años, del 32 creo, pero la copia está aún en buen estado. En fin, ya la has visto: mi "Joya de la Corona". "Tarzán de los monos".
- No me digas que...que es uno de los primeros ejemplares...
- Así es.
- Dios mío, Laurent. Debes morderte las uñas cada vez que "Las Tijeras" ponen un pié en la oficina...
- Ultimamente lo hacen con frecuencia. E intuyo el por qué, pero...no es eso de lo que quería hablarte. Volvamos a "Tarzán". ¿ Conoces el nombre del actor protagonista?.
- Si...espera, deja que piense...Weissmuller!. Johnny Weissmuller. Fué campeón olímpico de natación...
- Cinco veces. Era un excelente nadador. Y triunfó en el cine..., pero, y aquí es adonde quiero llegar, "Tarzán" lo devoró.
- ¿Qué quieres decir?
- Cuentan que el personaje suplantó a la persona...y que el viejo Johnny vivió y murió creyendo ser El "Rey de los Monos". Se le veía pasear en taparrabos y se le escuchaba gritar tal como lo hizo en tantas y tantas secuencias.
- Perdió la cabeza. Una pena.
- Si, Obed. Perdió la cabeza,...pero lo importante es que Johnny es sólo un ejemplo, un triste ejemplo, de lo que ocurre en el alma de otros muchos: de tanto interpretar un papel en el que se sienten cómodos y a salvo, acaban perdiendo su propia identidad...y eso les convierten en seres perdidos para el mundo.

...

El ambiente claustrofóbico, la humedad, la oscura habitación y la presencia de aquel ser irreconocible como humano...hace que me sea casi imposible respirar. Abro la boca, buscando oxígeno entre el aire viciado por el miedo, con la cabeza gacha y los ojos observando cómo Mentzele abre un espacio entre los dos.

Me echo una mano a la herida: vuelve a sangrar, y lo hace recordándome el indescriptible dolor que habían provocado aquellos dedos huesudos y fuertes, inyectando un veneno que me llega al alma en forma de terror abominable. Dios me abandona..., y yo le abandono a Él, pero...

Tú no eres el Diablo, Mentzele.- digo entre dientes, humedeciendo mi garganta con una saliva que no existe. Sólo eres un hombre perdido.

La vista se nubla y enfoca, alternándose en lo que parece ser una horrible pesadilla. El sueño de un loco.
Aquí tienes mi sangre.

Me incorporo con un gemido y, a duras penas, mantengo la vertical. Me obligo a levantar la barbilla, a disfrazar terror con orgullo. Le miro a los ojos.

Firmaré con ella...

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01/08/2008, 10:32
Mentzele

Un hombre perdido… parece reflexionar sobre las palabras que acaba de escuchar, las manos cruzadas sobre el pecho, con la espalda recta, más bajo que tú, pero casi no se nota, puede que una vez estuviera perdido, pero ahora ya he encontrado mi camino una sonrisa cruel, de pura satisfacción siniestra, y pronto dejaré de ser tan solo un hombre

Se acerca a ti, coloca su cara frente a la tuya, muy cerca, el olor a un caro perfume no oculta el del lugar, el que emana de su cuerpo, el olor de la nada, pasa su mano derecha por tu brazo herido, pero con delicadeza esta vez, manchando la punta de sus dedos con esa sangre que le ofreces, y con ella traza unos símbolos ininteligibles en tu pecho, sin dejar de mirarte a los ojos, los mismo que no han mostrado nunca humanidad, los que quieren aspirar todo lo que tienes en los tuyos.

Retrocede, pero sin darte la espalda, nunca lo hace, Sacaré a tu hijo de Bukavu, pero está condenado vaya donde vaya te mira con ese aire de superioridad abrumador, y te habla con condescendencia, ¿Dónde quieres que vaya?, ¿quién va a cuidad de él?, un hombre en Bukavu, un niño en cualquier otro lugar, por eso nunca quise tener hijos, sabía que no sería un buen padre, como tu tampoco lo eres, condenándole a vivir en un mundo extraño ahora sermonea, Pero yo cumpliré mi parte del trato, a diferencia de otros, exijo, pero siempre correspondo sube el tono de voz, recriminando a alguien invisible.

Notas de juego

Impresionante post el anterior (bueno, todos). No tenía claro donde querías llevar a Emil, por eso lo dejo aquí. XDD

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03/08/2008, 17:53
Obed Semanza

Ni cien disparos como el que recibí en mi brazo dolerían tanto como esa mirada. Aguantar esa sensación tan perturbadora, el perfume que encubre la nada, el contacto de sus dedos con mi piel, con mi sangre...y sus ojos. Sobre todo sus ojos. Siento que no sólo Dios me abandona: también lo hacen las fuerzas. Todo hombre tiene su límite y éste es el mío.

En el camión de las armas...Bajo el asiento del conductor...- digo sin poder terminar la frase, exhausto, dejándome caer de nuevo en la silla. La boca entreabierta. Un hilo de saliva se deliza hasta el suelo y una horrible arcada precede a un vómito infecto. Mi pecho se contrae con violencia, y me siento arder.

Hay un...sobre. Todo está ahí..., y espero...que cumpla con su parte, que ese sobre llegue a su destino..., a pesar de que...encontrará en él cosas...que no van a gustarle...

Con la cabeza gacha y aturdido por la repugnante mezcla de olores, mis ojos entrecerrados sólo pueden ver los pulcros zapatos de Mentzele. Ni siquiera puedo levantar la vista para buscar con la mirada a aquel que es objeto de su reprimenda.

Me niego a creerle. Me obligo a no creerle. Laurent ya lo dijo: "hombres perdidos". Sólo hombres...devorados por sus demonios.

Solo...hombres...- se repite en mi cabeza, pero el corazón me dice, con una lacerante punzanda, que Mentzele no está loco.

Notas de juego

El sobre contiene una carta, una tarjeta y una bolsa de plástico con tres cassettes.

La carta.

Estimada Señorita Djokovic:

el que esté usted leyendo esta carta significa muchas cosas. En estas letras hay resignación y esperanza, pero sobre todo, la última voluntad de un hombre desesperado que necesita saber, antes de morir, que su hijo tendrá una oportunidad.
Sé que no tengo derecho a, ni siquiera, pedirle que comprenda mis motivos. Tampoco me encuentro en posición de pedirle favores. De todos modos y aunque, repito, nada de lo que pueda decir me legitima, pongo la vida de mi hijo, todo lo que me queda, en sus manos. Y lo hago desde la completa vergüeza de un padre que no supo encontrar otra salida.

Cuando lea estas líneas, Emil Semanza, mi hijo, estará frente a usted. Y yo estaré muerto. Desde el Cielo o el Infierno, le doy las gracias.

Atentamente.

Obed Semanza.

P.D: Sirva este documento como prueba de mi total conformidad en que la Señorita Helena Djokovic se haga cargo y ejerza como tutora de mi hijo, Emil Semanza, y disponga todo cuanto crea oportuno por el bien de su educación.

P.P.D: Le adjunto, señorita, tres cassettes. En ellos relato aquello que usted una vez quiso saber, encontrando unicamente hermetismo por mi parte. Espero que lo encuentre interesante y, si decide hacer uso de esta información, nada me gustaría más que sus esfuerzos sirvan para que los ojos del mundo se detengan en los otros muchos "Ferdinand Nahimana" que aún existen, para vergüenza de todos.

El resto.

( Gracias, tío. Me alegra que te gustase el "asunto Tarzán" XDDD ).

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04/08/2008, 10:49
Mentzele

Cumpliré asiente Mentzele, grave, sereno y confiado, Trajaj, llama en voz un poco más alta, Trae el camión a la puerta, que venga un médico y que se lleven a este hombre y lo traten te señala con indiferencia.

Da un par de pasos y se dirige a la salida, Pronto nos volveremos a ver, una promesa que suena a amenaza, no se media vuelta, simplemente desaparece entre las sombras, casi sin hacer sonido al andar, camuflado en los pasos apresurados de un Trajaj que ocupa su lugar en tu campo de visión.

El chico te mira, con toda la compasión que es capaz de expresar, la cual tampoco es demasiada, lleva el rifle en la mano, y sin previo aviso, sin que nada fuera a indicar lo contrario, descarga con fuerza la culata del mismo sobre tu cabeza, haciendo que el dolor y la negrura sean lo último que recuerdes.

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04/08/2008, 10:50
Director

Notas de juego

He movido los post a la escena Selva, que tenía que haberla creado en un principío pero estoy tonto, XDDD.

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02/10/2008, 15:40
Obed Semanza

Me cuesta abrir los ojos. Quiero hacerlo, pero de los párpados parecen colgar un par de sacos terreros. La boca seca. Un regusto metálico en la lengua y una madeja de hilo en la garganta. Karin de Viena lo hizo: no sé cómo, pero lo hizo.

Una brisilla hace que mi piel sudorosa se enfríe, y empiezo a notar la tierra bajo mi espalda, el aire penetrando en los pulmones, limpiándolos de la plasta negra que mastiqué - más que respirar - en aquel lugar oscuro. Y con la consciencia vuelve el dolor, o más bien los recuerdos de éste: morir es doloroso. Nacer también lo es. Ahora sé qué se siente cuando se funde lo uno con lo otro.

-Emil...- farfullo en un gorgojeo al tiempo que los sentidos vuelven poco a poco. Logro abrir los ojos y comprendo que si sigo vivo no es gracias Dios. Es gracias a ella.

Desde el suelo, boca arriba, trato de girar el cuello...pero mis cervicales protestan como los engranajes de una máquina abandonada. Puedo verla ahora y me fijo en su abdomen. No se contrae. No se relaja. No respira. Victoria...

- Karin...Ka...rin...- extiendo el brazo, arrastrándolo, palpando el suelo a mi alrededor. Tengo que incorporarme. Tengo que ponerme en pié...cuando lo que verdaderamente necesito en quedarme aquí, quieto, dormir, esperar,...descansar. Los párpados vuelven a ceder y todo se funde nuevamente en negro...

...

Un cosquilleo en la mano precede al respingo. La violencia del movimiento me coloca incorporado sobre los codos, entumecido. Cerca, una hilera de hormigas ha roto su formación: su camino escalaba mis dedos.

Coloco rodilla en tierra y necesito de tres intentos para ponerme en pié, ayudado por el tronco partido de un árbol muerto. En él apoyo la espalda, y echo el brazo atrás agarrando con las uñas la corteza seca. Las rodillas tiemblan. Escupo tierra. La vista se enfoca: allá, al fondo, una pequeña atalaya. Más abajo, un paisaje inconfundible por tantas veces visto.

El aliento vuelve cuando comprendo que estoy en Bukavu.

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03/10/2008, 12:14
Karin Salzgeber

Esta vez sí, esta vez todo gira de nuevo, la energía nos envuelve y nos aleja de ese horrible sitio, de esas criaturas. Imágenes de los tres, mezcladas, unidas a este dolor que nos cala los huesos, que los rompe en mil pedazos, en los que haga falta para conseguir llegar a la francesa….

De repente estoy tosiendo, una tos seca, boca abajo, giro para dar media vuelta, para quedar hacia arriba, aún con los ojos cerrados. La brisa me despierta un poco más del aturdimiento, torciéndose el gesto en una mueca de dolor, mientras tomo conciencia de mi cuerpo contra el pavimento. Muerdo mis labios y abro los ojos, dolorida, angustiada, al cielo de un nuevo sitio. Mi nombre suena, lejano, roto, no quiero escucharlo, no quiero saber nada….

Al volver la cabeza veo a Vi, clavándose sus ojos en mi alma, para siempre, igual que su grito. Restriego la mano por mi cara mientras gimo y niego con la cabeza, lo evidente, lo que sabía que iba a ocurrir, lo que ahora no me creo haber hecho. Por un segundo me daría la vuelta y me quedaría llorando para siempre, en posición fetal, pero entonces todo habría sido en vano. Suspiro, duele tanto, todo… Me incorporo lentamente en el arenoso suelo, despacio, mirando mareada alrededor y quedo de rodillas, Obed está a mi lado, de pié. Yo no estoy segura de que conseguiré quedar apoyada sobre mis pies, suspiro, tendré que intentarlo, como lo demás.

Al llegar arriba me tambaleo un poco, las piernas tiemblan pero me acaban manteniendo, un recuerdo lejano: cuando me limpiaba la mancha más pequeña, el más leve despeinado, un brillo de labios. No me molesto en sacudirme, ni fuerzas, ni ganas. Todo eso ya no existe, sólo espero que ellos, sí.

Tras quitar pesadamente la arena de mis ojos, miro alrededor, buscando una muchacha que desentonaría lo mismo que yo en este austero paisaje, pero ni rastro de Roux.

Obed, carraspeo, voz ronca, cansada. no ha salido bien...Que raro en ti, Karin. Trago saliva. Ese sitio no nos dejaba irnos.

La mujer sigue en el suelo, suspiro de nuevo, mirándola, mis ojos están secos, ¿Por qué?. No debería haberlo hecho, ahora no sé si podré soportarlo. No flaquees…. Te odio. Ella… Santo dios, lo miro a los ojos, avergonzada de mi misma, un desconocido pero mi única compañía. ¿Qué hacemos con ella? Y aprieto mis labios. Una cosa es no flaquear, y otra muy distinta…

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03/10/2008, 16:24
Obed Semanza

Cita:

Obed, no ha salido bien.. Ese sitio no nos dejaba irnos.

Inclinado, con la manos apoyadas sobre las rodillas, levanto la cabeza y frunzo el ceño. Miro a Karin de Viena por un momento, como si ella fuese el árbitro que acaba de anularte un gol en un partido de fútbol. Bajo la mirada.

No soy estúpido, Karin. Pero tampoco demasiado listo...- siento el esfuerzo que debe hacer cada músculo implicado en la articulación de cada palabra. Hablar ahora es agotador...pero necesario.- Si quieres algo de mí, por favor, habla claro. Sin acertijos ni...ni...Entiéndeme: esto no es fácil...

Camino unos pasos y me arrodillo frente a Victoria. Con dos dedos en su cuello compruebo su pulso...y levanto la vista mordiéndome el labio inferior.

Debemos ocultar el cuerpo...- paso la mano sobre el rostro de la mercenaria, cerrando sus ojos. No voy a dejar que se convierta en carroña.- ...y quitarle las ropas.

Observo a Karin. Me cuesta decir aquello, pero no seré ni mejor ni peor persona después de hacerlo.

Eres mujer, blanca, con ropas civiles... Si estamos donde creo, no es difícil que nos encontremos con...con indeseables.- suavizo. Turistas despistados y milicianos ruandeses no eran nunca una buena combinación: a ellas las violaban cincuenta veces, y a ellos les cortaban la cabeza. No es fácil olvidar eso una vez se han visto los cadáveres podridos de unos y otros.

Ayúdame.- digo cogiendo a lo que queda de Victoria por las axilas, esperando que la austriaca se encargue de los pies.

- Tiradas (2)
Cargando editor
05/10/2008, 01:25
Director

Notas de juego

Vaya coña con las tiradas, encuentras un lugar perfecto para esconder a la mujer y si, es el campamento sin ninguna duda.

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06/10/2008, 16:42
Karin Salzgeber

La expresión torna a una evidente confusión, ¿Qué le he dicho? Acertijos, ¿yo? Puede que sea simplemente que ya me cree y no necesita tantos detalles. Me cruzo de brazos mientras suspiro de nuevo, apretando los labios cuando coge el pulso de Vi, mirándolo desolada, en mitad de ninguna parte.

Voy. Y me coloco lentamente frente a ellos. Mi fuerza deja mucho que desear desde siempre, ahora, bastante más. Y en realidad esto es lo de menos. Suspiro pesadamente cuando termina de hablar, no soy tonta, sé lo que me está diciendo, lo que faltaba, la guinda del pastel.

Me aparto el pelo que tengo pegado a la cara con ambas manos, respirando profundamente, un vano intento de calmarme, de intentar pensar, de reponerme. De algo. Tengo que encontrar esperanza. Y también tenemos que conseguir llegar a Roux…. O ella a nosotros.

Oh ¿Y si también funciona al revés?

Lo miro durante un segundo, mordiéndome el labio inferior, dudando… lo primero es hacer lo que ha dicho. Las cojo lentamente, tardando un poco en incorporarme del todo tras agarrar las piernas, colocándolas apoyadas en mi cadera y con los antebrazos por debajo, sé que a pulso no voy a llegar, siempre he sido una enclenque. Levanto la vista, luchando por no tomar conciencia de lo que estoy haciendo, de nuestra precaria situación, de cómo está Vi…

Cuando empieza a caminar, intento seguirle el paso. ¿Dónde crees que estamos? Voz debilitada, notando unas pulsaciones en la sien, las de un incipiente dolor de cabeza. ¿Sabes algún sitio al que podamos ir? Y hay más. Podemos estar en cualquier año, eso también tendremos que averiguarlo... Dios mío, me escucho y todavía me cuesta creer que tenga algún sentido.

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06/10/2008, 20:30
Obed Semanza

Mientras arrastramos el cuerpo de Victoria, me obligo a pensar en su cuerpo como el de una criatura de Dios que necesita de una sepultura digna y una plegaria por su alma. Sin embargo no puedo evitar verla como un pedazo de carne muerta, como una fuente de soluciones y de problemas. Un cadáver, como tantos otros, tirados en mitad de un camino cerca de...

Bukavu.- digo tras soltar el cuerpo cerca, bien escondido bajo un pequeño promontorio de piedras. Fácil acceso si quieres encontrarlo. Difícil de detectar si no es lo que precisamente quieres hacer.- Estamos muy cerca del campamento de refugiados. Allí, al Este... - señalo con el dedo tras incorporarme con un gemido - ...soy proscrito.

Empleo un par de segundos en recuperar el aliento. El polvo que se levanta reseca aún más mi garganta y, con la punta de la bota, escarbo ligeramente en el suelo.
Hace días que no llueve. Eso aquí significa que pronto habrá tormenta...

Con los brazos en jarra, jadeante, miro al Este dándole la espalda a Karin.

Aprisa, Obed.

Te diré algo, Karin de Viena.- me giro hacia ella y niego con la cabeza. - Todo aquello...ha podido ser sólo un sueño. Alguna droga..., delirios de las fiebres...Fué tan...extraño y doloroso...

Sin embargo ahora sé dónde estoy, en qué terreno me muevo...y que tanto mis preguntas como las tuyas tendrán que esperar hasta esta noche. Hasta entonces eres una mercenaria contratada por Jefe de Guardia Nsabimana... y yo, Obed Semanza, tu prisionero.

Vuelvo a darle la espalda y avanzo unos metros, escrutando el terreno.

Vístete.

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08/10/2008, 13:44
Karin Salzgeber

Aprieto la mandíbula mientras intento seguir su ritmo. ¿Bukavu? Ni una idea remota. ¿Un campo de refugiados? Lo miro con perplejidad, y un “proscrito”, ES LO ÚNICO QUE TENGO… Confía…confía...

Suspiro cuando soltamos el cuerpo, teniendo cuidado al dejarlo. Y contesto rápidamente. No lo ha sido, tan real como esas criaturas…. como la cámara. Suspiro mirándolo a los ojos, ¿Qué mas pruebas quiere?

Bajo la vista, aquí está, tirada en el suelo, y yo mirándola, con un nudo en la garganta que amenaza con que deje de respirar. Con la mano izquierda procedo a quitarme el vendaje que llevo en la derecha, mi primera herida. Hace tiempo que no me duele. Abro y cierro la mano un par de veces tras liberarla, comprobando que está curada….

Y ya no tengo más excusas para aplazarlo. Trago saliva.

Me agacho y comienzo quitándole la camisa militar, dejándole la interior, y me la pongo tras quitarme la capa.
Ay, DIOS,
Negando con la cabeza, mi piel reacciona a la brisa y se eriza. Aprieto los labios mientras hago lo mismo con los pantalones. En lo que he acabado, si Thomas me viese, aquí, en mitad de la calle, vistiéndome con….. pues ojalá, significaría que está aquí. Le pongo a ella mis pantalones. Y me incorporo observando el resultado, me queda todo un poco grande, estupendo. Levanto la vista y me giro a Obed, no quiero verla más, aunque nunca vaya a olvidar esta imagen.

No me gusta este plan, ni un poco. Ando un par de pasos y me coloco frente a Obed, No llevaba sus armas, se han desintegrado en el camino, Y me encojo de hombros, reflejando el pesar que siento desde ni sé cuándo no creo que parezca una mercenaria sin una pistola. Estoy segura de que le gusta mi maldición tanto como a mí.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón por el retraso, no tengo internet en mi casa. Creo que se soluciona mañana