Partida Rol por web

AQUÍ POSTEAREMOS LAS HISTORIAS DE CADA UNO Y LAS DUDAS DE LOS PERSONAJES, PARA DUDAS DE LA PARTIDA LA OTRA ESCENA

Desde luego no se puede decir que a Karin le hayan regalado nada. Bien es cierto que su familia es acomodada y que nunca le ha faltado de nada, pero lo cierto es que la han apoyado por el prestigio que reportaba a la familia, por el “lo que somos, y nuestra hija debe estar a la altura” siendo ella la que curraba todo el día y dos de cada tres noches. El día que asumes esto de tus padres (Peter y Elisabeth) se te quitan las tonterías. A partir de ahí, un coser y cantar, aprendes a venderles lo que quieres que te paguen y lo haces disfrutando de tu triunfo por partida doble. A cambio sólo tienes que cenar con ellos, de vez en cuando claro. No está mal, podría ser peor. Llegará el día de la independencia familiar, ahora no tengo tiempo ni para hacerme la cama.

El caso es que desde pequeña está loca por la música. Su primer recuerdo es estar en las escaleras de su casa, medio escondida, oyendo la música clásica en una fiesta de sus padres, ella se imaginaba a los músicos, el olor de los instrumentos, el tacto de las cuerdas y teclas… más de una vez se quedo dormida ahí, soñando despierta…

En cuanto tuvo uso de razón se apunto al conservatorio, (a los padres les encantaba la idea de una hija “artista”) y por suerte los profesores consideraban que tenía actitudes, con lo que siguió y siguió… tubo que especializarse en un instrumento y en ese momento ya lo tenía claro, el oboe, quería ser oboísta. Sólo quería ser oboísta… El gusto de la lengüeta, el tacto de las llaves y el sonido de los trinos, no necesitaba más para ser feliz.

Debido a la dificultad del instrumento no tenía muchos compañeros de clase, sólo dos (Josef y Helga) y ella destacó desde el primer momento. Intento ser su amiga, sobre todo de Josef, del que se enamoró locamente, lástima que a él no le gustase ser el segundo de la clase. Le siguió el juego, la enamoró más todavía y aprendió de ella, luego la abandonó, casualmente el día antes de la prueba de fin de curso, así que finalmente Josef consiguió ser el primero en las pruebas. “¿Todo el mundo te utiliza? tus habilidades, tu esfuerzo… ¿todos lo quieren y te roban lo que pueden? No tengo la culpa de ser buena y demostrarlo. Es lo que soy y quiero ser.”

Antes de este fracaso amoroso, empezaron a ir mal los estudios académicos, demasiado tiempo en el conservatorio, no era tonta, es que ni tenía ganas ni le interesaba. Llegó el momento de elegir y eligió: Entrar en la Ópera Estatal de Viena. Josef y ella consiguieron las dos plazas que ofrecían. Por supuesto no se felicitaron mutuamente, para ella es una y no más.

Profesionalmente se ve entrando en la Orquesta Filarmónica de Viena, la mejor del mundo para ella, sin dudarlo. Se imagina tocando en su sede, el Musikverein. Para ello necesita estar tres años demostrando su valía, constancia y tesón. Llegará, ella lo sabe. Su gran sueño hecho realidad. Y no permitirá que la pisoteen otra vez. Nadie.

Así que aquí estamos, aquí estoy, en la Ópera Estatal con mi Oboe. Me llevo bien con la gente de la Opera, sobre todo con Thomas que toca el Violín y que sospecho está enamorado de mi, o lo aparenta para conseguir algo… no puedo evitar no fiarme, no puedo…. Me siento sola, pero mejor sola que mal acompañada, eso lo he aprendido. Intento que no me afecte no tener a quien llamar un viernes por la noche, por suerte para ir al cine no hace falta llevar compañía y es una buena forma de desconectar. Me pregunto si la pasión por la música me distancia del resto del mundo. Dedicarle tanto tiempo es necesario y además gratificante, pero a cambio no consigo tener amigos alrededor que lo entiendan y apoyen, alguien que me anime de vez en cuando, gratuitamente. ¿Por qué me siento un bicho raro, es sólo mala suerte o el problema reside en mí? ¿Será que he acabado justificando mi falta de amigos en el tiempo que dedico a la música o dedico tanto tiempo a la música para justificar que no tengo amigos?

Bueno te pongo aquí un poco la idea que me gustaría y tu me comentas que te parece. Es un pequeño bocetillo,

Sería un hombre de unos 30 años, americano. Padres militares, ambos desaparecidos cuando el tenía 20 años. A esa edad entro en el ejercito para tratar de averiguar que les había pasado. Fue entrenado y se dió cuenta que realmente matar le atraía, le daba casi incluso placer, aunque de igual manera era una persona extremadamente religiosa, y no concebía el matar por el simple hecho de matar.

Poco a poco va aborreciendo el ejército mas y mas y decide desertar. Se exilia a Rusia, Mosow, en donde hace ciertas amistades que descubren su pasado, poco a poco le van metiendo en un mundo de bandas y mafias, y un día decide aceptar un trabajo por un buen fajo de billetes. Por sus creencias no lo habría hecho, pero el hombre era un proxeneta de niños, y eso le hizo darse cuenta de que si lo hacía por su Dios, no sería mal visto por este.

Desde ese día se ha dedicado a matar por encargo, hasta el punto de que se ha hecho famoso a ciertas esferas, y es conocido como (aun me falta un nombre)

Su atuendo sería elegante de traje casi siempre con un colgante de una cruz que lleva siempre de la muñeca menos de misión que se la pone en el pecho.

Su padre nunca estaba en casa, quizás tuviese otra familia, quizás estaba harto de la manía controladora de su mujer... O incluso de que su hijo mayor se llevara tántas medallas y atenciones, porque el pobrecito se había criado los primeros cuatro años en casa de su abuela, ya que se casaron "de penalti" cuando no llegaban ni a la veintena. Pero el caso es que el niñito se había convertido en un cabrón al que no le importaba pisar a quien fuese con tal de conseguir lo que quería.

Ocho años después que su hermano, nacería ella. Su madre no quería tenerla, su padre sí, pues deseaba la oportunidad de criar a una hija suya lejos de su suegra... Pero el hecho es que la historia se repitió: Mandaron a vivir a la pequeña Liesel con su abuela durante sus primeros doce años... Sencillamente era engorroso para la pareja (ambos empleados) el tener que criar a una niña. Sin embargo su abuela le prestó todo el cariño que debía recibir de una madre, y aunque intentaba sujetarle los pies a la Tierra, era imposible que la niña bajara de las nubes.

Liesel de pequeña estaba (seamos sinceros) bastante rolliza, y además era alta y de complexión fuerte. Su abuela la tenía casi demasiado bien alimentada, y su sobreprotección impidió que la chica saliera a relacionarse con otros niños... Ésta iniciativa fué tomada también para acostumbrarla desde pequeña a dedicarle todo su tiempo a los estudios, pero resultó un rotundo fracaso.

Desde niña, la pelirroja gastaba su tiempo en leer y ver los canales de cines y películas antiguas que estilaba su abuela, además de algún que otro thriller. Ésto fomentó que desarroyara un profundo amor por el teatro y el cine... Convirtiéndola así en, además de la "fea", la rara de su clase.

Nunca le daban el papel principal en las obras de teatro del colegio por su aspecto, la avasallaban a ella y a otros dos niños, que por fuerza mayor se hicieron amigos. Ellos eran Heinrich Lindeman y Renatta Rosso... Él llevaba el pelo largo (pues era hijo de unos "hippies") y tenía cara de niña, y ella era italiana y apenas entendía nada de lo que decían otros...

Pero entonces llegaron los doce años. Ese año sería el último de una era en su vida: Sus padres se la llevaron de la casa de su abuela, pues ya estaba bien educada y no hacía falta más esfuerzo...
Las notas de Liesel eran normales tirando a buenas, pero a partir de ese suceso empeoraron vertiginosamente... No lograba centrarse, a pesar de tener una habitación con una televisión, un ordenador y un equipo de música... Aquel no era su hogar, le habían arrancado de su casa... Y fué ese mismo año cuando conocieron a una repetidora de lo más peculiar: Alma Hertrich.

Alma era el fuego en persona, un ser que a sus trece años ya irradiaba fuerza y pasión, entrega pura y a la vez impulsividad...
Era la típica niña que no dejaba de meterse en peleas, vestía con vaqueros y camisetas tres tallas mayores que la suya y le discutía a los profesores, al director, a sus padres y al mismísimo Papa si se hubiese puesto delante. Ya tachaba signos nazis con su spray de graffitti y se personaba en manifestaciones contra el orden preestablecido, se metía en trifulcas contra los neo-nazis y en general era una verdadera pasionaria.

Cómo no, Heinrich, Renatta y Liesel fueron el punto de mira del resto de repetidores... Pero Alma se interpuso a patadas y puñetazos, y desde ese día se dedicó a curtir a los tres "marginados".

La primera conversa resultó ser Renatta, que rápidamente se convirtió en una "latin lover" en toda regla, que a pesar de no ser del todo "agraciada", sabía bien cómo lucirse. El siguiente fué Heinrich, sin influencia de Alma o Renatta y por su propio pié, quien se inclinó por las tendencias del mundillo "metal", dejando de ser el "niño con cara de niña" para pasar a ser el "niño metalero".
Pero Liesel tenía la autoestima demasiado minada como para pensar que podía alcanzarles en su "metamorfósis". Se creía incapaz de cambiar...

- Liesel... - Heinrich se arrodilló frente a ella una de las veces en las que huía de los demás niños, entrando en el baño de chicas y encerrándose ahí, abrazándose las piernas - Tú no tienes nada que cambiar... Esos tíos son idiotas... Eres mil veces mejor que todas esas zorras, Lies...

Pero sus complejos la atormentaban tanto o más que las palabras de aquellos matones y matonas... Hasta ese verano en que, de forma natural, el cuerpo de Liesel creció y adelgazó debido a un "estirón".

Ese verano sus padres la arrastraron de viaje a Nueva York para alimentar la farsa de una familia unida... A un hotel cercano a Central Park. Ella decidió pasearse por la parte cercana al hotel, una mañana en la que el sol, sorprendentemente, brillaba en todo su esplendor... Quizá fueron los reflejos que el Astro Rey proyectó en sus cabellos, rojos como el fuego... Quizás él vió algo que nadie había visto...
Era joven. Tenía una sonrisa que podía iluminar un mundo, llevaba una reflex colgada del cuello... Y se estaba acercando a ella, sin que Liesel pudiese siquiera respirar.
No se lo pensó antes de acariciarle la aún carnosa mejilla a la pelirroja y observarla con una sonrisa en la cara.

- Qué mirada tan triste... - comentó. El acento del chico, de unos diecinueve años, le delataba como extranjero, al igual que ella, aunque hablaba de forma totalmente desenvuelta - ¿Porqué esa mirada...?

Liesel no reaccionaba. No pensó siquiera en que el chico pudiera ser peligroso... Ninguna de las estúpidas creídas de su clase lo habría creído... Ninguna había sido tocada por un chico como aquel...

- Yo... Eh... - hablaba inglés bastante bien, pero el bloqueo no ayudaba.

El chico sonrió, eliminando todo aquel mal año de su mente en tan sólo un segundo... Pero entonces se puso a la defensiva. Cuando un chico guapo le sonreía, solía significar que se estaba metiendo con ella o jugándole alguna...

- Mis... Mis compañeros se meten conmigo... Y supongo que tú estás a poco de hacerlo... - dijo ella apartándose.

El chico abrió sus inocente y brillantes ojos marrones, alzando las cejas sorprendido, negando con la cabeza.

- ¿Porqué debería...? Estaba pensando en que eres... La niña más bonita que he visto. De mayor serás una preciosidad, no deberías tener esa cara tan triste... ¿Me dejas hacerte una foto?

Liesel negó, desconfiada. Le daba miedo encontrarse en internet una foto titulada "la gordita alemana de Central Park"

- ¡Oh, vamos...! - el chico juntó las manos en el aire, sonriendo - Si me dejas, cuando cumplas dieciocho años, si nos volvemos a ver, te besaré y te invitaré a cenar - rió, intentando animar a la chica, vista la reacción que había tenido al verle.

Liesel se quedó quieta... Sin poner objeciones a que el muchacho le hiciese una foto...

El chico sonrió al tomarla y se sentó en la hierba, guardando la cámara.

- ¿Porqué se meten contigo...?

Liesel se sentó también. Sentía la necesidad de charlar con ese joven... Se había quedado totalmente prendada de él.

- Porque... Estoy gorda y... Y quiero ser actriz...

El muchacho la miró tiernamente, revolviéndole el pelo.

- No tienen ni idea porque están en la edad del pavo... Pero con lo preciosa que vas a ser, a poco que te propongas ponerte guapa, serás la chica más bella del mundo. Guardaré tu foto para acordarme de tí y recordártelo cuando nos volvamos a ver... ¿Qué te parece?

Aquello parecía un cuento de hadas moderno. Le encantaba la situación,habría deseado que no acabara jamás... Pero sus padres llegaron y se la llevaron casi a rastras, mirando malamente al muchacho...

Cuando volvió a Alemania, Liesel sólo pensaba en su príncipe de cuento, del que no sabía su nombre... Cuando se lo contó a Alma y los demas, lo bautizaron el "Ceniciento", ya que lo único que el chico tenía de ella era una fotografía...

- No es exáctamente un zapato de cristal, pero... - reía Alma.

A partir de su vuelta de aquel viaje, Liesel se dedicó en cuerpo y alma a causar sensación en el escenario. Renatta se hizo peluquera y aquello le ayudó a conservar una melena roja perfecta. Alma le hizo de entrenadora personal, Heinrich le ayudaba a ensayar los guiones, sus abuelos le pagaban la escuela de teatro y todos en general supervisaban sus ensayos y su aspecto... Y en tan sólo un año, el patito feo se había convertido en un hermoso y ardiente cisne. En dos ya la llamaban para hacer obras en los teatros de Berlín, de ahí pasó al cine nacional con "Eine Liebe in Auschwitz" y rápidamente dió un salto a las producciones europeas, con "Karakter", ganadora de un Oscar a mejor película extranjera, en la que hacía de actriz secundaria en el papel de Barbara van der Horn. No tardó en llamar la atención de Hollywood por su estatura, buen cuerpo y melena rojiza, de modo que fué llamada a hacer de nuevo de actriz secundaria en la serie adolescente estadounidense "ROAR". A Estados Unidos sólo le siguió Alma, quien por fin había admitido su homosexualidad y estaba deseando conocer mundo "a su manera". Se mantuvo como su preparadora personal y la alejó de vicios fáciles como la droga. Renatta había preferido quedarse en Alemania, donde tenía un negocio próspero, y Heinrich era demasiado amante de la tranquilidad como para moverse tánto como lo tendrían que hacer Liesel y Alma, pero ambos las llamaban habitualmente, pese a que a Liesel le escaseaba el tiempo, pues llamó la atención de firmas como Pantene y marcas de maquillaje para protagonizar sus anuncios.

Con veinte años, su foto estaba en muchas portadas como "Cosmopolitan" o "Elle", y tenía una web en cuya entrada decía: "Tienes una fotografía mía, de hace años en Central Park, súbela y adjuntame tu dirección de correo".

Todos los días se dedicaba a mirar aquellas fotos... Hasta que descubrió la buena... La que ÉL había hecho... Y entonces le mandó un e-mail... A los tres días le vió... Ya no tenía aquellos rizos, de hecho se había rapado y tenía unas entradas que denotaban lo que había podido pasar con aquella melena, pero aunque sus ojos eran tristes, su sonrisa seguía iluminando el mundo.
Al verla, lo primero que hizo fué cogerla de las manos, como para sacarla a bailar, atraerla hacia él y besarla con todas sus ansias.
Había recordado la promesa, y el cuento parecía llegar a su final felíz...

Se llamaba Ethan, era escritor, no muy afamado, pero claro, aquello era Nueva York y era difícil hacerse famoso...
Ella insistió en hacer pública la relación con él, pues inmediatamente aquello recuperó la química que había quedado aquel día en Central Park... Pero él se negó, diciéndole continuamente:

- Mi carrera como escritor es mi carrera como escritor, y la tuya como actriz es mérito sólo tuyo... No quiero aprovecharme de algo tan bonito como nuestra relación para hacerme famoso...

Le besaba las manos tiernamente y entonces cada uno volvía a sus quehaceres... Pero Liesel iba notando cada vez más que Ethan se derrumbaba cada vez que tenía que despedirla del piso de Queens por el que se las veía negras por pagar, ver cómo su novia actriz, guapa y radiante, tenía que abandonar con todo el cuidado del mundo su barrio y esquivar preguntas cada vez más recurrentes de los periodistas de las publicaciones adolescentes...
Solía explicarle a Alma (que se había convertido en su colega de copas, ya que a la muchacha no había quien la tumbara, ya fuera en Queens o en cualquier otra parte del mundo), que sentía que no se merecía a Liesel.

Poco a poco el muchacho cayó en tremendas depresiones, aunque siempre tenía una sonrisa para Liesel cuando ella aparecía...

- Mi sirena... Mi princesa de cuento... - solía decir, cansado, cuando la veía... Cada vez más enamorado...

Liesel lo veía mal, pero tenía claro que era el hombre de su vida, y sabía que ella era la mujer de la de él... De modo que emprendió una forma de obligarle a ver que ella estaba orgullosa de aquella relación, y engañó a Ethan diciéndole que seguía tomando las píldoras, aunque no lo hacía.

Por fin el médico le confirmó el embarazo tras una temporada de rodaje en Europa... "De mes y medio... Gemelos o mellizos" dijo aquel doctor, sonriendo y felicitándola... Y ella no perdió el tiempo en ir a Queens para ir a buscar al padre de sus hijos... Pero él no abría la puerta...

Alma no soltaba su hombro mientras ella lloraba, de rodillas y con los brazos sobre la camilla de frío metal, repitiendo su nombre una y otra vez...

"Una intoxicación por error a la hora de tomar sus antidepresivos... Lo sentimos..."

No podía creer lo que le había ocurrido a su galán de cuento... A su príncipe mendigo... No volvería a verle... A tocarle... A reir con él, a oir su voz, inspirada a la par que su mirada soñadora, narrándole historias nunca escritas durante sus paseos por Central Park...
Nadie fué a verle... Ni sus padres... Y en el funeral sólo estaban ella, Alma, los abuelos de Liesel, Renatta y Heinrich...

La prensa se cebó con la noticia, su fama se disparó de la peor de las maneras en la maldita prensa rosa... Incluso aquello le trajo complicaciones con su embarazo, y fué entonces cuando decidió abandonar aquello. El mundo del espectáculo le había traído la muerte de Ethan... No quería saber más de ello, y regresó a Chemnitz, Alemania, su tierra natal, para dar a luz a sus hijos: Ethan y Johanna...

Ahora los niños tienen dos años, y su madre vive con ellos en un piso junto al de sus abuelos, quienes la ayudan cuando ella desfila, pues actualmente se dedicaba al trabajo de modelo, menos pomposo y sonado que el de actriz si no salías de Alemania... Pero más que suficiente para tener una buena vida.

Con Alma en Hollywood, Liesel empezaba a olvidarse de cómo mantenerse en forma con una tabla de ejercicios y una dieta sana, de manera que entre el estrés que le suponía el trabajo y su deseo de pasar el mayor tiempo posible con sus hijos y atender que estuvieran perfectamente sanos (aunque sus bisabuelos y padrinos se encargaban perfectamente de dicha tarea), acabó sucumbiendo a la bulimia, aunque de eso no hace mucho...

GICA, HE DESARROLLADO LA PARTE EN QUE ELLA LO DEJA CON JOSEF, PERO CREO QUE ME HE PASADO UN POCO. ASI QUE DE LA CONVERSACIÓN TELEFÓNICA CAMBIA TODO LO QUE QUIERAS, PERO A PARTIR DEL PIIIIIIII SI LO DEJO ENTERO, QUE ESO SI LO HA PENSADO KARIN.

Ring, Ring,…. Sonido lejano, abajo,…… Señorita Karin, es para usted……

- Dígame,

- Hola Karin, soy Josef

- OH, hola cariño (casi en un susurro) que tal llevas la preparación de la traviata? Yo he conseguido sacarla hace dos horas, pero ayer tuve que estar hasta tarde. Tengo ganas de que salgamos mañana del examen y nos vayamos a algún parque a tumbarnos, descansar, coger tus manos…. me pregunto que nos pregunt….
- Mira Karin, no tengo tiempo para esto, te llamo para avisarte de que tu y yo nada, ni mañana después del examen ni muchísimo después. Eres una persona que cansa, que cansa muchísimo, tu soberbia, tu perfección constante, no soporto que me mires con esa cara, todo el tiempo observándome, suplicándome besos, besos que no me gusta darte…. Hasta hoy, ya no aguanto más…
- Pero, pero que dices Josef, si tu y yo estamos muy bien, nunca me habías dich..
- ¡¡¡ QUE NO TE AGUANTO!!! Eres una malcriada fusilánime, me aburres hasta decir basta. Mañana cuando acabe mi examen me voy a ir con mis amigos a brindar por no tener que soportarte ni un día más. Y además te voy a demostrar que soy mucho mejor que tu y esos aires de mierda que te das no te van a servir para nada mañana.
- Yo no se a que te refieres, o porque me dices esto, yo te qui…
- ¡NO!¡Ni una vez más! O nunca dejaré de tener pesadillas, déjame en paz y no seas más patética por dios.

PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Se acabo. ¿se acabo? ¡SE ACABO!, mi…. yo no…. pero que…. lágrimas… muchas lágrimas durante horas interminables, que dolor, mi corazón, OH, Josef, no puede ser que me hayas dicho esas cosas, tan duras y crueles, por qué, por qué, si yo te quería tanto, te quiero tanto… 9 meses....

-Karin, levántate ya, tienes que estar en una hora en el conservatorio para las pruebas, venga, vamos,

¿La prueba? LA PRUEBA. No quiero ir, el va a estar y voy a sentir de nuevo las cosas que me ha dicho, no quiero ir, no puedo ir, como ha podido decirme esas cosas siendo hoy las pruebas… no será qué…, no, no puede ser, no se puede fingir esas cosas durante tanto tiempo, OH, ¿cómo he podido ser tan tonta?, mi Josef nunca haría e….. OH, vamos, arriba a las pruebas, llevas un año entero estudiando para ti y para Josef, venga para el conservatorio, no vas a permitir que se salga con la suya…. aunque al verlo…. nada, al verlo nada, al verlo se va a tragar sus palabras, faltaría más…. Un último esfuerzo, hacer las pruebas y podré venir a llorar todo lo que necesite… pero… duele tanto… ufff, que ansiedad, mis pruebas, las voy a sacar, LAS TENGO QUE SACAR…. pero es que….. Josef, mi amor…

Uhm, una pequeña duda, donde dejas a tus niños cuando tienes que trabajar???...con tu abuela?

tienes agente?...

sigues ahora bulimica?, estás fuera de un peso mínimo?...

Cita:

Abuelos :D O con Heinrich y Renatta si los abuelos tienen que hacer algo.

Cita:

Sip, supongo que sí XDDDD

Cita:

Se supone que lleva poco tiempo así... Se acercaría peligrosamente a un peso poco recomendable.

Casa de Liesel:

La habitación de los niños, que está pensada más para el futuro que otra cosa. (Cama suplente para si se traen algún amiguito alguna vez.

La casa tiene más habitaciones pero están en desuso.

Cita:

Es...una preciosidad.

Mira la mía:

Campamento de refugiados ruandeses en Bukavu (Zaire)

Obed Semanza y su hijo Emil, tras alcanzar la frontera Zaireña.

Un verdadero reto, si, esa es la historia de Obama, veremos que puede se puede hacer

Dos cosas, te voy a rellenar la ficha de personaje, cuando puedas completa tú el apartado notas y descripción...por otro lado, si me dices de donde es la foto en la que sales con tu hijo puedo buscar alguna más acorde para hacer un avatar.

Gracias por su colaboración, pronto tendrá su introducción.

Emil Semanza

Emil (la procesión va por dentro...)

Ferdinand Nahimana (el auténtico, tomada durante su juicio por instigador del genocidio ruandés. Director de la RTLM.

Las fotos de Emil las capturo desde el DVD de "Diamantes de sangre": hay unas cuantas buenas fotos que se pueden sacar de ahí, según avance la partida.
Me pongo con las notas.

No sé, verdaderamente, como empezar esto, pero la verdad es que mi historia es cuanto menos “diferente” a la que cualquiera pudiera desear para sí mismo. Lejos de la que un niño normal pueda tener, mi biografía comienza en drama desde el mismo momento en el que aparecí.
Nací sentenciado a muerte por mis padres, con el síndrome de abstinencia, una estupenda herencia que estuvo a punto de hacerme terminar antes de empezar, pero los médicos, benditos médicos, consiguieron sacarme adelante. A partir de ahí puedes hacerte una idea de lo que supone criarse entre 2 yonkis a los que se les olvidaba que tenían que darme de comer o que simplemente existía. La verdad es que no me explico cómo pude crecer en un entorno tan hostil, lleno de jeringuillas por la casa o de heroína en los cajones, además de las compañías que mis padres traían a casa que pululaban por allí a sus anchas. Así me crié, rodeado de mierda tanto en casa como fuera, ya que mi barrio, no era tampoco de lo más recomendable. Lo único que tenía era amigos; de los de verdad, amigos de los que dan la vida y se rompen la cara por ti. Gente como Jamal, Daniel, B o Humberto. Cuántas veces nos habremos partido la cara unos por otros por cualquier tontería. Así que así transcurrió la infancia, entre el infierno de mi casa y las canchas de baloncesto de mi barrio, hasta que cumplí 15años. Un día llegué a mi casa como otros tantos y mis padres estaban discutiendo acaloradamente por temas de drogas, como tantas otras veces, pero en esta ocasión la discusión fue tomando cada vez más intensidad hasta que desde mi cuarto escuché 2 disparos. Corrí hacia el salón y vi a mi padre de pie con una pistola en la mano y a mi madre sobre el sofá con la cabeza reventada. Me arrojé sobre mi padre, lo derribé y comencé a golpearle como si me fuera la vida en ello. Mi padre no respondía, estaba como ausente, pero yo no podía dejar de golpearle. No paré hasta que mi padre quedó completamente inconsciente. Después me quedé sentado sobre él al menos durante una hora. No sabía qué hacer, ni qué decir ni siquiera qué pensar. Tras esto, llamé a la policía sabiendo que me esperaba una dura charla con cualquier agente de asuntos sociales. Así fue, después de toda la escena, me llevaron a un centro de menores y estuve bajo tratamiento psicológico hasta que con 18 me largué de allí. A mi salida tenía claras 2 cosas: O acababa como la mayoría de los que se encontraban en situaciones similares a la mía, en el mundo de la delincuencia, o trataba de de encontrar una salida diferente, rompiendo con todo los fantasmas del pasado. Así que cogí un empleo en una tienda de electrodomésticos y mientras me fui preparando las pruebas para acceder a la Policía. Fue un camino duro y me llevó un par de años conseguir pasar las pruebas para hacerme policía, pero finalmente conseguí tan ansiado premio. Y aquí me encuentro hoy, en mi piso de 30 metros cuadrados, patrullando y deseando que mi capitán se dé cuenta de lo bueno que soy y me dé un ascenso. Lo último que sé de mi antiguo barrio es que todos mis amigos están en la cárcel por asuntos de drogas, excepto Jamal que murió a manos de un tendero al que quería atracar, que mi padre sigue todavía en la cárcel sin visos de salir y de lo demás no quiero saber ni sé nada de nada. La verdad es que he dejado atrás el pasado cerrado con llave. Ahora lo único que centra mis esfuerzos es mi trabajo y el superar todos mis fantasmas.

Notas adicionales:
Le tiene pánico a las agujas.
Es negro. Neoyorkino del Bronx
No bebe ni fuma, ni mucho menos se droga.
Sigue medicándose con un tratamiento psicológico para controlar la ira.
Vivo en un piso cutrecillo en un barrio de gama media.
Tengo un coche de 2ª mano, pero está bien cuidado (sé algo de mecánica).
La verdad es que vivo a caballo entre el trabajo y el gimnasio.
Es muy amable.

Ahí tienes los avatares ;)

Alma Hertrich, Renatta Rosso y Heinrich Lindeman, los amigos.

Ethan y Johanna, los hijos.

Te pego aquí la historia que acabo de darme cuenta de que la escena es para eso XD

Anne Marie tuvo una infancia acomodada y tranquila junto a su hermana gemela, menor que ella por 10 minutos. Vivian en casa de sus padres, pero como fueron como todos esos niños cuyos padres trabajan y trabajan y acaban por ser criados por su abuela, una anciana encantadora que hizo de sustituta de sus progenitores.

Nunca tuvo interés en sus estudios, disfrutando mucho más de las relaciones sociales que formaba en la escuela que de los contenidos de la misma. Cuando acabó sus estudios elementales decidió comenzar a trabajar, para disgusto de sus padres y su abuela, pero ella siguió su camino. Sus primeros trabajos fueron de lo más variopinto, pero finalmente encontró su vocación: la hostelería. Gracias a sus grandes dotes para las relaciones sociales, fue ascendiendo más y más dentro de la cadena hotelera en la que estaba empleada. Finalmente, un día debido a cierto requisito que le pidió su jefe (un tipo casado que por lo atroz de la petición no debía de tener una vida sexual satisfactoria con su mujer) decidió dejar la empresa.

Gracias al magnífico finiquito (ya que las amenazas de denuncia por acoso son bastante efectivas) que recibió, pudo hacer realidad su sueño: Regentar una discoteca de tipo Chill- Out en el corazón de la capital francesa. Su proyecto tuvo una magnífica acogida, reportándole cuantiosos beneficios hasta el momento actual.

Anne nunca tuvo ningún gran amor. Ella es una de esas personas que consideran que una pareja significa cortarse las alas, y ella es de las que prefiere volar libremente picoteando de un árbol en otro.

Un día, su hermana llegó a su casa entre lágrimas, ayudando así a afianzar más la idea de que la vida en pareja solo es un dolor de cabeza. Retomaron su fantástica relación, haciendo todo lo que estuvo en su mano para sacar a su hermana del pozo en el que se hallaba. Comenzó a llevarla a fiestas de todo tipo, enseñándole nuevas formas de disfrutar la vida.

Actualmente vive en un loft en París, en pleno corazón de Montmartre. Durante la mañana duerme como un lirón, nunca podrás contactar con ella hasta las 5 o 6 de la tarde, hora en la que vuelve a la vida. Su mundo es la noche parisina.

LOFT DE ANNE:

Por spuesto las paredes del baño son de cristal pero mate...que si no pobres visitas XDD

chicas...tenemos que poner orden en vuestra relacion actual...Solaine vive en Nueva York y Anne Marie en Paris, que sabeis la una de la otra?, hablais con frecuencia?, cual es el grado de intimidad?