Partida Rol por web

(...) El champú... No hay nada... No es nada...

Suspiró aliviada, pero se frotó la cara con una mano cuando se visualizó ante el espejo, bajando la mano con la que sostenía su arma... Sollozó nuevamente, desesperada, al tiempo que volvía a colocar el champú como debería estar, y abandonó el baño para volver al salón, echándose una manta por encima...

Acurrucada en tu manta el frío parece aumentar de intensidad, una sensación de desespero e insignificancia nada agradables, casi a oscuras y la cara surcada por los restos de las lágrimas que vienen y van sin control.

De nuevo ese ruido, ese repetitivo goteo, en la misma dirección que antes, ningún golpe previo, los nervios de la chica no están para demasiadas tonterías, pero de pronto otro sonido se impone al resto.

El timbre de la puerta, no te lo esperabas tan pronto, ¿SOLAINÊ?, soy Hugh, he hablado con Mike se escucha con cierta aprensión desde el otro lado de la amenaza escrita.

Hugh Spellman, amigo de la universidad de tu marido, alto ejecutivo de una importante empresa encargada de gestionar otras compañías, a sus veintiocho años también estaba en lo más alto, y en cierta manera, te recordaba a Mike en su actitud, lo conocías de haber quedado con él y sus abundantes parejas en diferentes ocasiones, pero nunca habías llegado a profundizar en su personalidad, a pesar de todo, tu marido siempre ha confiado en él y lo considera uno de sus mejores amigos, sino el mejor.

El nuevo goteo llega acompañado de una profesora de infancia, harta, que descarga un débil golpe sobre el posabrazos de su sofá, enfurruñada... Pero al oir el sonido del timbre volvió a acercarse a la puerta principal apresuradamente, avistando al compañero de su marido tras aquella puerta...

- Hugh... - dijo tras abrirle la puerta, echándose el cabello hacia atrás con una mano... Suspiró - Gracias a Dios... Pasa... - Llevaba un aspecto horrible, con los ojos colorados resaltados por profundas ojeras... Cuando éste ya había entrado, ella, cabizcaba, bajó la mirada hasta la bala que descansaba en el suelo, la cual se había negado a rozar, y entonces le señaló la puerta débilmente a Spellman - Han... escrito eso en la puerta... Creo que me trajeron a casa...

La puerta se abre y una Solaine de aspecto desolador me recibe, joder, ¿Qué demonios ha pasado aquí?, paso cuando me lo dice, mirando la bala en el suelo, luego la puerta, una expresión de mudo asombro en mi rostro.

Nuevamente la bala y luego a los ojos de la joven, ¿Te trajeron a casa?, ¿quién?, ¿tienes tus llaves? pregunto mirando la inscripción una vez más, cerciorándome de que está realmente ahí, no quiero que esté ahí de pie, Tranquila Solaine, ahora ya no estás sola, no hay nada que temer de momento, es complicado saber que decir en estos momentos, apoyo una mano en su espalda mientras cierro la puerta, invitándola a sentarse de nuevo en sofá, me fijo en sus pies descalzos y el cuchillo de la mano.

Dame eso, no vayamos a tener un accidente le digo suavemente, Mike ha llamado a la policía, no tardaré en venir espero a ver si me aclara algo más.

- No, no se quién me ha traído, no recuerdo nada... - negó, apesadumbrada, acompañándolo de vuelta a la sala de estar, volviendo a sentarse - Me he despertado sobre las diez... y media... vestida, con los brazos doloridos - se los frotó nuevamente con gesto confuso - Dí una vuelta por la casa y cuando ví la inscripción de la puerta se... me cayó la bala del bolsillo... Cuando fuí a llamar a la policía escuché una voz masculina repitiéndome aquella frase... No sé quién era... No sé por qué ha entrado en mi casa... - se queda observando el cuchillo que sujetaba, ya le había restado importancia del tiempo que lo había mantenido sujeto, y acabó dejándolo sobre una de las mesillas de la sala... - No he buscado las llaves... Pueden haber sacado copias... Tengo que llamar a un cerrajero... - asintió repetidamente y se abrazó a sí misma... Aún recién levantada se sentía terriblemente cansada a causa del disgusto...

Asiento comprensivamente a las palabras de aquella mujer, no sé que pensar, sinceramente, Si, es una buena idea lo del cerrajero, de hecho es lo primero que hay que hacer, por lo menos no ha entrado en pánico, eso ya es algo a tener cuenta, ¿Tienes una agenda o algo con el número apuntado de alguno? pregunto aún de pie junto al sofá.

¿Han robado algo?, a lo mejor ha sido un ladrón con un sentido del humor de tocar mucho los huevos, lo del teléfono si es mucho más raro, pero no se lo voy a decir, no quiero que se altere, Y dices que no te acuerdas de nada de ayer…a lo mejor te trajo tu hermana, o alguna compañera de trabajo, deberíamos preguntarles, no sé, por ir descartando posibilidades, aunque la bala esa joder, ¿por qué diablos tenías una bala en el bolsillo?, me agacho a observar la bala, pero sin tocarla, podría tener huellas o algo así.

No tienes armas en casa ¿verdad?, ¿y alguien que conozcas?

- Puedo... puedo buscar en la guía telefónica... Creo que no han robado nada... - se levantó para buscar la guía entre los cajones de los muebles - Pero... No creo que sean ellas... ¿¿Por qué iban a escribir eso en mi puerta?? ¿¿¿Y la bala...??? - volvía a ponerse nerviosa - ¡Es que no me acuerdo de nada! Salí del... Salí del colegio... Me despedí de los profesores y... - desvía la mirada al suelo, intentando recordar qué es lo que hizo después... - Y no recuerdo nada más... Los brazos... Es como si hubiese hecho esfuerzo físico o... Alguien me hubiera... arrastrado o tirado de ellos, ¡no lo sé! - le temblaban las manos cuando finalmente se hizo con la guía, sosteniéndola entre los brazos, y volvió a sollozar... - ...No tengo armas en casa... Aquí la gente puede portar armas como tal cosa, supongo que los vecinos...

Ey, Solaine, me acerco a ella pasando un brazo sobre su hombro, bajando mi cara para quedar frente a la suya, tranquila, no pasa nada porque no te acuerdes, ya lo harás, sujeto la guía telefónica de sus cansados brazos, dejándola caer sobre el sillón, ¿Por qué no preparamos un té o algo así?, a lo mejor te alivia un poco las tareas rutinarias suelen ayudar a calmar los nervios, eso dicen por lo menos.

¿Pero qué coño puedo decirle a una persona que ve eso escrito en su puerta?, joder, su nombre perfectamente escrito, llama por teléfono a la poli y le dicen lo mismo, es una jodienda importante, No decía que ellas escribieran eso, sino que te trajeran a casa, que impotencia, ojalá pillara al hijo puta que le está haciendo esto.

La-Roux asintió a la propuesta de éste, y se dirigió a la cocina para preparar un té...:

- Mi hermana me habría dejado una nota, o habría llamado... Al igual que mis compañeros de trabajo... - aclaró cabizbaja... Después tragó saliva antes de continuar, tras terminar de poner un cazo de agua a calentar - Y si... ¿Y si alguien me ha estado siguiendo estos días...? Quizás descubrió dónde vivía y... me drogó para traerme aquí... - en ese momento abrió los ojos, horrorizada, mirando a Hugh - ¿¿¿...Y si me ha hecho algo mientras dormía??? O me ha inyectado algo o... No sé...

Joder, cada posibilidad que sugería era peor, ¿Crees que te ha hecho algo?, ¿aparte del dolor en los brazos te encuentras mal?, a lo mejor deberías ir al médico para ver hacerte algún análisis, descartar posibilidades, no era tan diferente de mi trabajo, pero esa expresión, me duele, no es justo, ¿quién ha podido?.

Vuelvo a acercarme a ella, Solaine, tranquila, ya verás como esto tiene una explicación, pero no se me ocurre ninguna, todo es tan absurdo, ¿quién haría algo así sólo para asustar?, ¿algún enemigo de Mike?, ¿de ella?.

Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del timbre, al oírlo la miro, ¿Abro yo?, pregunto, a lo mejor se siente más segura haciéndolo ella.

- Bueno... He tenido un mal despertar, me duele bastante la cabeza... - respondió, para luego alarmarse con el sonido del timbre - ¡No...! Ooo... No, espera... - volvió de nuevo a la entrada, acercándose sigilosamente a la puerta para mirar por la mirilla...

Al asomarte por la mirilla ves a dos hombres, un alto, con una barriga prominente y el pelo largo, gesto cansado pero ojos que no dejan de moverse observando todo lo que hay alrededor, lleva una camisa de flores, no muy elegante, pero si impecable.

El otro es un hombre negro, más joven que el primero, que aparentaría unos cincuenta, este unos treinta, o algo menos, un gorro un poco extraño, cazadora de cuero, y se le ve en buena forma física.

La joven frunce el ceño con extrañeza y niega a Hugh con gesto de no saber quiénes llaman. Pero se pegó a la pared y cogió el fonoporta, luchando para que su tono de voz sonara sereno...:

- ¿...Sí? - preguntó tras coger aire, esperando respuesta del par de desconocidos.

Tras las disertaciones sobre los Knicks con un hoy errático Travis en ese tema, pues afirma que Marbury es el mejor base de toda la liga pero que no tiene a quien pasarle balones, llegáis al edificio.

Todo es asquerosamente pomposo, joder, la de gente que podría vivir con sólo una milésima parte de lo que hay aquí, pero has aprendido a que hay cosas que es mejor no plantearse para no estar de una mala leche perpetua, el timbre suena al ser pulsado por Taylor y una voz resuena por el portero automático, lo tienen hasta en la puerta de la casa, será para no hablar directamente con lo de otra clase social, manda huevos.

Un tímido y apenas audible ¿si?, se escucha por él mecanismo seguido de un suspiro.

La voz de Travis se eleva mucho más fuerte que la de la mujer.

Policía de Nueva York, nos ha llamado un tal Michael Cavalie porque temía que hubieran asaltado su casa

Travis muestra su placa por la mirilla del aparato y tu haces lo mismo.

Policía de Nueva York, nos ha llamado un tal Michael Cavalie porque temía que hubieran asaltado su casa

La voz del que se acaba de identificar como agente de policía saca del bolsillo lo que parece una placa y la enfoca por unos instantes a la mirilla del fonoporta, aunque no tienes muy claro lo que ves, el tipo de color lo imita.

La francesa de aspecto demacrado traga saliva... No se esperaba aquellas vestimentas, pero echó un vistazo a las placas, quedándose con los nombres, y pensó que quizás irían de incógnito. Así que les abrió la puerta, llamando a Hugh para que se acercara y saludando a los presuntos policías...:

- Buenos días... Pasen... - les permitió pasar, mostrándoles a ambos una inscripción al otro lado de la puerta que rezaba "La-Roux Solaine Cavaliê... Vas a morir...", y no muy lejos de ellos una bala que descansaba sobre el suelo... Ella, por su parte, les miraba con gesto angustiado.

Tras la joven había un hombre alto, vestido con elegancia y el ceño ligeramente fruncido cuando os ve entrar, en un gesto de desconfianza, pero se mantiene en silencio cerca de la chica en una actitud ligeramente protectora.

Ambos hombres entra en el lujoso apartamento, siendo el primero el que lleva la voz cantante, cuando mira la puerta y ve lo escrito su expresión no se altera demasiado, Así que alguien ha escrito eso, ha aparecido esta mañana en su puerta sin más, su actitud es profesional, intercambia una mirada con su compañero, Y ese nombre hace referencia a usted, creo entender, cuénteme algo más, ¿quién tiene acceso al apartamento? parece tranquilo, indiferente pero interesado, es curiosa su actitud.

Cuando te pregunta es como si fuera la primera vez que repara en tu presencia, brindándote una sonrisa profesional.

- Mi marido y yo... Y puesto que él esta de viaje yo soy la única que tiene acceso... - respondió cruzándose de brazos, frunciendo el ceño con extrañeza pero con disposición a colaborar - Me desperté esta mañana sobre la cama con la ropa de ayer... No recuerdo nada de lo que hice después de salir del trabajo y... me duelen los brazos, como si hubiese hecho fuerza con ellos... Creo que alguien me trajo a casa... - añadió con las cejas arqueadas... - Cuando fuí a llamar a la policía es... escuche la voz de un hombre susurrándome la misma frase al teléfono... - señaló la inscripción con los ojos, sin separarse de Spellman.

Cuando dice que sólo ella y su marido tienen las llaves echo un vistazo a la puerta, la cerradura no parece forzada, es más, no parece tener ni un rasguño, ¿una voz de hombre diciéndole la misma frase en el teléfono de la policía?, eso si es raro, no tiene ningún sentido, ¿Está segura de eso? pregunto mirándola a los ojos, no me gusta el otro tipo, tiene algo, mi instinto, otra vez.

Ningún signo de violencia, y luego esa bala, Coge la bala Antoine le dijo a mi compañero, ¿Ha comprobado que pudieran entrar por otro punto de la casa?, ¿falta algo de valor en la misma? un robo aquí seguro que sacaría un buen botín, joder como vive esta gente.