Partida Rol por web

Frank ajusto el casco para que iluminara su descenso y no espero mas tiempo.
-Venga, cuando antes mejor. -Dijo en alto, mas para convencerse a si mismo, que al resto y viendo que una persona tan nerviosa como Gloria no había tenido problemas en bajar por lo que parecía mas un tobogán improvisado que unas escaleras trabajadas, el no seria menos.

Acomodo la mochila en la espalda mientras sostenía la llave con la mano diestra y palpaba la pared con la libre, como guía, que tuviera luz suficiente no significaba que se llegara a fiar de no torcerse antes de llegar al final.

-Vale, Gambetta ya esta aquí. ¿Que mas puedo hacer por ti? -Intento bromear una vez mas, a pesar de lo tenso de la situación y su falta de tacto.

En cuanto se abre, arrugo la nariz por el olor a cerrado que tiene, sera la humedad. Si, hay que bajar y creo que es importante, pero no se yo. 

-Nosotros os esperamos aqui, no sea que alguien aparezca y nos deje encerrados ahi abajo. No tardeis mucho, ir siempre a la izquierda para volver siempre a la derecha y marcad en los cruces por donde habeis venido - es una tonteria, pero me parece que es bueno recordarlo.

Escucháis desde abajo los consejos de Sharpay, pero la sala no es demasiado grande, es oscura y húmeda, es tan solo una habitación. Sin embargo hay algo que podéis escuchar además de vuestra compañera. Mientras Frank continua descendiendo, a punto de llegar al final de la escalera, un sonido que parece el viento soplar proviene de la pared que queda a vuestra izquierda. 

Al pegar vuestros rostros a la pared, os dais cuenta que no se trata del viento, parece un susurro apenas audible, que no podéis alcanzar de entender, sin embargo notáis un escalofrío en vuestros cuerpos, un miedo ancestral que vuestro subconsciente es capaz de reconocer y hace que deseéis abandonar ese lugar de inmediato.

"¡Iä!, ¡Iä!.. ¡Shub-Niggurath!..  ¡Iä!, ¡Iä! ¡¡Shub-Niggurath!"

Aterrados con vuestros cuerpos temblorosos, observáis una sombra en un rincón parece moverse, emitiendo un gemido lastimero y lo que parece... el gruñido de un cerdo.

Gloria y Frank se han adentrado en aquel sótano en su afán exploratorio, desde vuestra posición podéis observar como las luces que portan se van debilitando a medida que bajan hacia la oscuridad, esa visión os genera un desasosiego evidente pues parece que se están adentrando en las fauces de alguna criatura enorme.

De pronto el golpetazo de una de las contraventanas descolgadas contra la pared os saca del ensimismamiento, la tormenta se recrudece, esta sobre vosotros azotando la sacristía, llueve copiosamente y el viento hace que el agua os salpique a través de las ventanas abiertas y desvencijadas. El sol finalmente se ha puesto tras las montañas y la oscuridad comienza a reinar en Nazarene's Lot.

Gloria estaría mintiendo como una bellaca si negase que se siente un poco más tranquila al ver a Frank Gambetta bajar tras ella al sótano. Mientras ha estado esperando, ha notado un sonido extraño y ha sugerido pegar la oreja a la pared. Ya le da igual llenarse la cara de moho y de suciedad con tal de salir de aquí.

Al principio le parece el aullido del viento, pero pronto comienza a distinguir palabras impronunciables de un idioma ignoto. Como ya no sabe qué es real o qué no, levanta una ceja buscando la confirmación de Frank. Cuando éste le devuelve la mirada, confirmando que la voz es real, a la arquitecta le cambia la cara y palidece por completo.

— ¡Aaaaah! —es lo único que puede gritar, sobresaltándose y lanzando hacia el individuo su llave inglesa—. ¡Quieto ahí, quieto ahíii! —la histeria se apodera de ella al ver que ésta rebota contra la pared y se pierde en la oscuridad—. ¡Mierda, joder, mierda!

No me gusta que nos separemos, pero en este momento era lo mejor para todos. Si entrabamos y acababamos encerrados, se inunda, muertos. 
Miro hacia la ventana, maldita lluvia y decido buscar algo que pueda servir de parapeto para protegernos o vamos a mojarnos si nos quedamos aqui. 
-Padre, ayudeme a subir la mesa para tapar la ventana o algo menos pesado pero, que pueda soportar la tormenta. 

Arnold ayudó a Sharpay con poner algún objeto que sirviera de contrafuerte para que la ventana no permaneciera abierta... 

Un relámpago ilumina toda la cocina de repente, y el trueno correspondiente hace retumbar los cimientos del edificio, buscáis unos tablones cuando escucháis el grito aterrado de Gloria que proviene del sótano, seguido el típico tintineo cuando algo pesado y metálico cae al suelo.

Alguna cosa esta ocurriendo ahí abajo, tenéis la sensación que no deberíais estar allí en ese mismo momento, algo que os pone el vello de punta. En ese momento escucháis un gruñido, fuerte, como el chillido de un cerdo gritando, para vuestro asombro este terrible sonido proviene del sótano.

Un relámpago cae cerca vuestro, el trueno que lo acompaña hace retumbar los cimientos del edificio, la escasa luz que se cuela en el sótano debido al relámpago revela una terrible figura a escasos metros de vosotros.

Gloria lanza su improvisada arma contra la sombra que comienza a alzarse al fondo del sótano, una criatura achaparrada, de piel blanca como la leche en la que varias venas azules se dejan notar al trasluz de esa fina piel blanquecina. Su cara es horrenda, tiene el hocico de un cerdo, pero dientes amarillentos, torcidos y deformes que no encajan en su boca, sus ojos son pequeños, rojizos parece que casi no puede veros y la escasa luz que emiten vuestras linternas parece molestarle. Tiene unos brazos largos que acaban en cuatro dedos largos con unas garras sucias, mas parecen patas que brazos, pero ahora mismo se alza sobre sus cuartos traseros dejando a la vista su cuerpo abotargado y rechoncho, apenas mide un metro y medio alzado sobre sus piernas, pero la visión es terrorífica, lanza un gruñido fuerte, el mismo ruido que haría un cerdo y se abalanza sobre vosotros.

El sacerdote escapó del sótano intentando que Sharpay hiciera lo mismo, cogió la puerta para ver si esa cosa que estaba ahí abajo subía para cerrarla. 

Frank se había quedado inmóvil sin intentar disimular el miedo que le producían aquellas palabras que no llegaba ha entender pero se enterraban tan dentro de su mente que el horror producido por las mismas le paralizaba cada fibra de su cuerpo, proyectando lo que sucediera a su alrededor como una película muda y borrosa.

Ni siquiera el trueno y su consecuente temblor hacen mella en el orgulloso cuerpo de aquel hombre que seguía tenso, agarrotado, mirando sin parpadear aquella... criatura del color de la ceniza que sabiendo que ya no estaba sola en la oscuridad hablando con sus retorcidas divinidades se abalanzo sobre ellos, saliendo a la luz de sus linternas, para que su deforme cuerpo fuera expuesto y el horror se hiciera físico al dejar de ser simplemente una silueta entre las sombras.

Fue en ese instante, entre el brillo reflejado en sus largas uñas y los gritos de su compañera que rompieron el embrujo abotargado de su mente, para ser consciente que no estaba viendo una película en el sofá de su casa, sino una realidad retorcida y mortal a la que debía hacer frente si deseaba volver a la comodidad del salón.

-¡Madre de DIOS! -Frank grito tanto como pudo a la vez que alzaba su gran clava o al menos una llave inglesa de dimensiones parecidas para descargarla sobre el ser salido del mismo infierno donde la luz no alcanza y la piel pierde cualquier tipo de color. -¡Gloria! ¡ARRIBA! -Grito dando un paso adelante, no estaba seguro de por que lo estaba haciendo, pero sabia que tenia la ventaja de la altura y sin duda pensaba que podía ser mas rápido que aquella cosa, cuando descargo con todas sus fuerzas desde lo alto de su cabeza hacia la de la criatura su arma improvisada, con suerte su cuerpo seria tan endeble como parecía a simple vista y un buen y certero golpe seria suficiente para acabar con aquello o al menos detenerlo lo suficiente para que Gloria escapara y él pudiera subir detrás de ella sin esperar una respuesta inmediata.

Gloria se queda de piedra. Los sucesivos eventos están haciendo que esta sea sin duda la peor noche de su vida. Gracias a Dios,  las maldiciones de su compañero confirman que él también ha visto a la criatura y esta vez no son alucinaciones suyas. ¿O será la peste que hay aquí abajo la que le hace ver cosas?

—Mierda Frank, vámonos, vámonos —ruega desesperada mientras comienza a subir por las escaleras de nuevo hacia sus compañeros—. Corre, no te quedes ahí, ¡sube, sube!

Esa criatura se abalanza hacia Gloria que escapa por la escalera, justo cuando va a atraparla Frank da un paso hacia delante y golpea a ese engendro, puede notar el olor pútrido que desprende. El golpe de Frank pretende ser duro, pero no es muy certero y no golpea de lleno, sin embargo el impulso hace que esa cosa caiga hacia atrás cayendo escaleras abajo mientras emite gemidos lastimeros. 

Es vuestra oportunidad, podéis salir de aquel sótano aprovechando que la criatura yace en el suelo intentando levantarse de nuevo con dificultad. Lo último que acertáis a ver son otro par de ojos rojos mirando hacia vosotros, parece que hay mas de esas cosas allá abajo.

Los gritos y gruñidos siguen saliendo de aquel sótano, Arnold esta tentado de cerrar la trampilla aun con sus compañeros allí abajo, de pronto Gloria irrumpe en la cocina, saliendo por la trampilla. Su cara esta desencajada por el horror, pálida como un cadáver, es como si hubiera visto un fantasma. 

Al poco aparece Frank, aferrando con fuerza su arma improvisada, la tensión con la que sujeta esa llave inglesa hace que los músculos de sus brazos y de su cuello se marquen visiblemente. Respira agitado, con los ojos muy abiertos, no esta tan asustado como parece Gloria, pero sin embargo no puede ocultar su nerviosismo, y el ligero temblor de sus manos revela que esta al borde de colapsar.

Arnold cierra la trampilla en cuanto ve salir a sus dos compañeros...No solo eso sí no que intenta cerrarla con el candado para que quede asegurada o de otra forma. Después se quita de estar enfrente de la puerta y mira a sus compañeros asombrado...