Partida Rol por web

Nebula

"Obsesivo objetivo, patética épica" ||Primela||

Cargando editor
04/02/2018, 05:23
8:00 P.M.
Zugarrarmurdi, Navarra, España.


Ascenso. Particularmente a un lugar muy alto, en exceso. ¿Qué era esto? No estabas consciente de un lugar tan alto al que recurrieses habitualmente, ya fuese alguna de las Capillas Tremere a las que asistías usualmente, ni siquiera el departamento en Nueva York de tu Sire estando en un piso tan elevado. No, esto era muchísimo más alto y de paso, al aire libre, en una azotéa o techo, además de ser algo que estaba pasando o pasó hace al menos unos 70 u 80 años, no mucho después de que Norman, tu Sire, te Abrazara y convirtiera en el monstruo que eras ahora. Se podía sentir el viento agitando vuestras prendas, abundante, casi amenazando con empujaros. ¿Qué ocurría? No, no se trataba de "qué", porque tú sabías bien el qué, sino que el "por qué" aquí importaba: ¿Qué te hizo volver a este recuerdo, a este momento y por qué lo estabas viviendo tan nítida, vividamente? Una Primela confusa y novata enotnces, bueno, ligeramente menos novata que la del presente verdadero consultaba entonces a lo que el hombre, su Sire, la miraba. Solo el viento y su resonar en aquel opaco, urbano y antiguo (al menos en relación al tiempo actual, el siglo XXI) escenario servía de música de fondo para esta parte de tu pat-épica.

- Tú siempre mencionaste una y otra vez la metáfora de la gente cayendo de edificios. No me lo dijiste, pero lo ví en tu mente. -Ahí, en ese entonces, cuando eras esa Primela novata y recién convertida, oir eso te causó pánico, lo recuerdas, recuerdas el pánico. Ahora, viéndolo desde muy lejos (temporalmente hablando, futuramente mirando al pasado que estabas rememorando por alguna razón) te parecía insultante, saber que te espió mentalmente quizá cuantas veces.- Así que, emularemos eso mismo. Si tanto deseas caer... Caerás.

Te miró a los ojos y usó la disciplina vampírica que doblega las voluntades, conocida vulgarmente como "Dominación", directamente, haciendo que empezaras a dar pasos. Ah, sí.. ¿En qué edificio estabas? Pues en el puto Empire States, el, entonces, edificio más alto de la existencia, tal cual. Tu Sire ciertamente sabía cómo cagarte la existencia, desde el día en que rompió tu vida por completo, francamente, y tanto tú, como la Primela de esta memoria en tiempo real como la Primela del futuro recordando esto lo sabían bien. Comenzaste a dar paso tras paso, buscando forzar dichos pasos para poder hacerlos pesar y que quizá te doliera la pata o te tropezaras, pero nada, la orden te hacía acercarte y acercarte hasta el borde. En un punto, con la única aptitud Taumatúrgica, la magia que ganaste de Norman y que te explicó que poseías y poseerías mediante su tutela a medida que aprendieras, la Vía Conjuritas o Senda de la Conjuración te hizo intentar por primera vez tu astuto truco de ponerte alguna esposa con un peso para impedir moverte a hacer cosas por obra de este sucio truco u otras órdenes de él, sin embargo los objetos eran efímeros, duraban un poco deteniéndote y luego se desvanecían, causando que siguieras. Finalmente, te concentraste, mordiendo tus dientes con gran fuerza, sangrando, y al sangrar, concentraste tu voluntad para parar en seco. Norman habló.

- Nada mal. No puedo hacerte caer directamente... Pues entonces te arrojaré. ¡Prepárate!

Y entonces sin más, tu Sire apuntó hacia tí, acercándose, para alzarte en el aire, llevarte hasta el borde exacto y, con un rostro lleno de ausencia total de humanidad y piedad, sin burla, pero sin empatía tampoco... Arrojarte, tirarte hasta que cayeras desde lo alto. Aprendiste entonces, a la mala, a potenciar tu cuerpo con tu sangre, inflar tu capacidad física, quizá conjurar objetos alrededor justo a tiempo que sirvieran como armadura. ¿Algún objeto blando que amortiguara la horrorosa caída que estaba por ocurrir? Fuese como fuese, sentiste el descenso y el choque contra el piso.

Y luego despertaste. Tu Super-Tacto debería haberte hecho sentir eso aún siendo un sueño con total nitidez, pero nada, solo la sensación de horror al recordar eso. Además, recuerdas que le dijiste algo, unas palabras antes que te tirara sin piedad, pero no logras recordar cuales, como si hubiesen sido censuradas o algo en tu propia memoria. Despertando algo agitada, pudiste notar como estábais en Zugarrarmurdi, al cual habíais llegado nada menos que ayer, tal cual. Esta casita de campo que era más bien una cabaña bastante decente en tamaño pero no menos pintoresca, era cómoda, francamente, sueños-memorias horrendos o no. No había rastro de él, parecía.

A excepción, claro, de una nota.

Primela, he salido a hacer algunos asuntos. Tienes libertad para moverte dentro de la casa, si bien careces de permiso para salir, por ahora. Hablaremos a posteriori.

Norman.

Siempre tan sociable y efusivo él, claro estaba. Aún así, esa 'libertad dentro de la casa' no sonaba tan mal. Aquí tenías tu laboratorio legítimo, tal cual, en donde podías trabajar en el Proyecto Calabaza sin problemas, a diferencia de como era en Nueva York directamente. Aquel sueño aún te recuerda cómo empezó tu entrenamiento Tremere con tu Sire y cómo sobreviviste, a duras penas aún con todo lo que lograste hacer en plena caída, aprendiendo a base de desesperación y crees que hubiendo entrado en Frenesí vampírico justo antes del choque, lo cual impulsó tus aptitudes corporales aún más para impedirte ser un fiambre. A posteriori, Norman se dedicó a sanarte con su propia sangre, si bien la que hizo no fue exactamente la mejor forma de... ¿Qué? ¿Qué pretendía enseñar con eso? Alguien tan pretencioso casi nunca tenía razones para ser o hacer, verdaderamente.

Por otro lado, te causa duda. ¿Qué palabras no podías recordar que dijiste entonces? Tus memorias y la forma en que las dijiste en aquella memoria-sueño te hacen ver y recordar que fueron palabras de desafío hacia Norman... O por el contrario, palabras de apelativa, como pidiéndole que entrase en razón. Quizá uno de tus tristes intentos de diplomacia eternamente fallidos para con su persona... O quizá algo más, algo como una apología, hacia tí misma, hacia tus ideales. Quizá le respondiste algo cool en relación a eso de 'Caer por edificios' y la crueldad innecesaria de Norman al emularlo o incluso simplemente le habrás dicho algo como que lo que estaba haciendo no tenía ningún sentido y entendió mal todo el asunto metafórico y simbólico, cabreándolo entonces y haciéndolo tirarte con extra mala gana, si bien no recuerdas que haya hecho un gesto contrariado... ¿O sí? Crées que sí. Oh bueno.

Fuese como fuese, tenías la casa para tí. Además, si te sentías realmente atrevida, podrías salir a ya sea ir a ver a "Niña Invernadero" o incluso llamar a Erzsebet para poder acordar una reunión con ella, si es que estaba cerca de aquí en sus nomadeces habituales. Tú sabías que buscaba a Norman y sabía sobre Norman, pero no sabías si sabía sobre este refugio del sujeto en particular, ni se lo habías dicho, no todavía al menos.

Al final, todo dependía de tu deseo de ascender por la jodida pirámida...

O resbalarte por completo de esta hacia tus propios fines.

¿Qué era caer o subir de todos modos?

B.

Notas de juego

Cargando editor
06/02/2018, 23:13
Primela

Mi respiración dolía. Ni siquiera necesitaba realmente respirar dentro de ese cadáver andante en el que me encontraba. Era la pura costumbre de agitar los nervios, de buscar algo rítmico con lo que desconcentrarse de lo dura, áspera, rugosa y afilada que podía resultar la existencia en determinados momentos. A veces, en determinados momentos que se repetirían eternamente en mi mente. La ansiedad aumentaba con el pensamiento de que esas pesadillas podrían ser eternas, tal y como marcaba el hábito al despertar de ellas. 

El aire se enfriaba en mi cuerpo, y se transformaba en astillitas invisibles agitándose en los poros de mi piel. Ódialo. Odia a Norman. Espió tu mente desde el principio. Te tiró del Empire States. Odia a Norman. Pero yo no disponía de la senda de Dominación, y la orden de mi mente solo me hizo pasar miedo. Me hice temblar las manos, notando como el mundo entero se desequilibraba caótico alrededor de mi piel. Cobarde. C-calla. La C se notó tan oclusiva que fue como un látigo explotando dentro de mi boca. Pero mi mente se negaba a seguir las órdenes de mi boca. Te mandas a callar a ti misma, estás loca. Me acaricié la cabeza tierna y autocompasivamente, haciendo circular las espirales de mis huellas dactilares por el cuero cabelludo. 

Poco a poco, fui dejando de necesitar el temblor de las manos, y las caricias de mi cabeza lisonjaron lo suficiente a mi mente como para que se considerase sobornada. Ya estás bien, ya te has recuperado, como siempre. Sigue con tus cosas, haz otra cosa. S-sí - cosquillitas en la lengua extendiéndose hasta las costillas - yo puedo. Seguro que le dije "¡Te odio!". Desearía saber que se lo dije una vez, como mínimo una vez. 

Era complicado luchar contra mi mente. Puede que ese, y no Norman, fuera mi mayor obstáculo. Porque incluso después de intentar odiar a mi sire, el tacto blando de mi cama me abducía hacia un esbozo de sonrisa. Algo tan suave no podía ser malo, opinaba mi cuerpo. Sentí el olor a madera acariciándome la piel, como una canción acústica ambientando una conversación agradable. Los huesos de toda la casa crujieron en mis entrañas cuando puse los pies en el suelo. Pero luego de eso, me quedé quieta, y hubo casi medio segundo de absoluto silencio en mis pies. El suelo se retrataba sus propias arrugas, y me invitaba a conocer las historias que contaban. Pensé en dedicar el día a perseguir fantasmas por el suelo, pero ya soy inútil y cobarde, como para encima ser procastinadora. No pienses eso, automaltratadora de mierda. 

Los cordones de los zapatos expandieron una onda de presión hasta el cuello al acabar de atarlos. Las suelas me separaban ligeramente del suelo, y eso era necesario para tener la cabeza bien puesta. Entonces me di cuenta de que los pasos de Norman no estaban chocando contra mi tacto, ninguna página de ningún libro me estaba cortando los dedos en la distancia, nada indicaba que su presencia estuviera por ahí merodeando... ¿O sería una trampa para darme un susto? ¿O algo peor? Cobarde. Sí, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo... Me protegí el cuerpo con las manos, cruzadas, miré a los lados, sospeché de las paredes...

Y sobre mi mesita, una nota. ¿Aparecería por detrás y me electrocutaría cuando centrara mi atención en las letras? No, no, es poco probable, es poco probable. Pero no imposible. Nunca se sabía. Sin dejar de proteger mi cuerpo con las manos cruzadas, fui variando lentamente el ángulo de mi cabeza, hasta poder leer la nota. Sentí alivio al terminar de leer. Me odié por sentir alivio al escuchar su voz en mi cabeza. A ti no inútil, ódialo a él. Todavía con las manos cruzadas delante del cuerpo, me acaricié los antebrazos, bloqueándome cualquier pensamiento que no fuera una reproducción de esa sensación suave de ida, y áspera de vuelta. 

¿Qué haría? ¿Qué opciones tenía? Desafía su autoridad. Desconfía de él. No me apetecía hacerme caso, era demasiado trabajo emocional y mucho riesgo de dolor físico. Pero tenía que empezar el día sintiendo que podía luchar, debía hacerlo. 

La nota está en la casa. Tengo libertad dentro de la casa. S-Soy v-valiente... ¿Por qué tartamudeo también c-cuando pienso? Eres tonta Primela. ¡No lo soy! Soy m-muy hábil... Mis ojos relajaron toda mi cara al cerrarse. Mi mano fue acercándose hasta el tacto fibroso del papel. Palpé las letras, absorbí la caligrafía... largas minúsculas rascando las yemas de mis dedos hasta el abismo de la hoja en blanco, redondeadas asperezas sorprendiéndome con abruptas curvas cerradas, sombras abollando el reverso de la hoja... dejé que mi mente empezara a imaginarse el movimiento de una mano esparciendo tinta...

Notas de juego

Intento sacar cualquier información que pueda usando la tercera pelota de auspex en la nota. Quiero ir al momento en el que la escribió. Aunque no consiga información útil, así Primela se siente desafiante! Y también aprovecho y miro un poco como va la dinámica de dados.

Cargando editor
07/02/2018, 04:21
Norman Thessius

Tocaba simplemente ponerte y concentrarte. Sí, sé que viste lo que hice ahí al decir "tocaba" redundanciando (palabra legítima en un 100%, sé que sabes que sé que lo sabes) el asunto de tocar al papel como que igualmente era el turno de hacer ese acto de tocar el papel y, bueno, caer en doble redundancia. Ciertamente toda esta locura había sido producto de un combo doble pero separado de Erzsebet y Norman. No podía ser una mezcla porque, también sabías como la cobarde y triple agente traidora que si esos dos se veían (que, por lo que tu tarea investigativa hecha a la larga, sería más pronto que tarde) se aniquilarían mutuamente sin compartir mucho más que una palabra, considerando tanto la tendencia a lo caótico de la Malkavian como la de lo dramático de Norman. Sea como sea, tocaste el papel y activaste aquella Disciplina de los Vástagos... ¿Cómo se llamaba?

Toque del Espíritu.

Pudiste verlo e incluso escucharlo. ¿Era porque tu Super-Tacto te permitía quasi-sinestéticamente percibir sonidos mediante vibraciones o porque con suficiente experiencia un usuario del Toque del Espíritu podía ver el pasado de un lugar/objeto como un video en completa resolución? No alcanzaste del todo a presentarte casi como con tu sueño, pero pudiste ver dos escenas. Primero, Norman, hablando con alguien, soltando una serie de palabras. Pudiste "ver" y "sentir" su diálogo, ya sea por lectura de labios, interpretación vibratoria como si fueses un theremin andante o simple aptitud psíquica elevada.

- Jaja. ¿No me jodas? Pues sí, hombre, sí, ya te dije eso está hecho... -Pausa, intermedio, por mucha sensorialidad que poseas o seas, tal como dijiste, hábil y talentosa, es imposible al menos con un resultado tan mediocre poder escuchar efectivamente la "voz" del otro al teléfono.- Sí, ya, volveré a Nueva York pronto, ahora estoy en ya sabes donde ya sabes por qué. Sí, sí, no, eso no, no me vengas con cosas.

Por lo que lograbas discernir, el tipo estaba hablando por móvil. ¿Cómo podías ver esto si no tenía que ver con el papel? Ah, ahí estaba, su lápiz, su jodido lápiz de marca Parker, ese lápiz por el que más de una vez había mandado volando a uno que otro vampiro (e incluso a veces, muy a veces, humanos, teniendo que parchar todo el asuntito ese de la Mascarada) a través de una habitación cuando se lo intentaban siquiera tocar sin permiso. Aquel lápiz fue el que usó con el papel y por la conexión, um, emocional o al menos neurótica de Norman con dicho, pudiste por contacto, ver esto. Seguía, sin embargo.

- Aquello está más o menos concretado... -Pausa, no, esta vez no era una pausa, seguía hablando pero te costaba ver, demasiada interferencia psíquica... ¿Acaso Norman te estaba bloqueando activamente? ¿Cómo si fuese a saber que harías esto? No, eso sería demas-... "No, sabes bien que es posible", te escuchaste, a tu voz interna, reclamar ante tu propia ingenuidad. Seguiste "viendo" entonces.- Sí, es una molestia, pero voy a... Todo... Sea necesario... Así es... -Más pausas, más interferencias, molestia. "¡Molesto!". Por un segundo creíste que su voz, la de la Primela adentro era la tuya, casi sonaban igual. ¿Producto del, vulgarmente nombrado de modo directo, Auspex que estabas usando, o...?- Así es, ahora voy a salir cazarle... Tengo entendido que... Experimento con sangre... No he querido ojear... Preguntarle directamente y colaborar... -Y entre todo eso que parecía apuntar a que, tras décadas, sospechaba y sabía incluso de "eso" tuyo, la bomba, al final:

- Siento que ella por fin merece algo má-...

Interferencia final, no, esta vez acabose, sencillo, puro y duro, tal cual.

Saliste entonces, sin más, quizá... ¿Cabreada? ¿Sorprendida? ¿Qué fue eso del final? ¿De qué era lo otro que hablaba? ¿Con quién hablaba? Y sobretodo... ¿Qué era eso que iba a hacer? Lograste ver como un último flash de tu memoria en retroactividad cómo es que él soltaba el lapiz terminando de crear la nota con una mano mientras finalizaba su charla de teléfono con la otra, pero no era todo.

Al memorar, viste de nuevo la escena pero... ¿Cómo? Ahora todo era plomizo excepto algo, algo alrededor de Norman.... ¡Su aura! ¿Qué? ¿Pero cómo? Pues sí, al parecer podías ver su aura usando tu nivel ligeramente inferior de la disciplina que expande los sentidos y ve más allá dicho de la manera elegante y debida con el meñique arriba, comenzando a recontemplar la escena con mayor contexto.

A lo que respecta el tiempo en su total de que le conoces y has podido mirar su aura con este poder, el color de este cabrón que es tu sire en particular que siempre predomina, sin fallo, es un verduzco opaco, grotesco, como el color de un escupitajo bien flemoso o un pantano venenoso. Un verde que usualmente significaba desconfianza y por asociación, toxicidad, paranoia, neurosis y tales. Sin embargo, sus colores superficiales y no la base eterna en la pila de colores opacos pero aún así brillosos, paradoja indudable, agregaban tanto un violeta como un púrpura, que significaban respectivamente ansiedad de algo y violencia, tal cual, algo bastante común en él, más que lo anterior. Creías incluso ver un ligero bermellón pero era demasiado fugaz para decidirlo.

Durante el segundo segmento pasó drásticamente a un rojo oscuro-café, que por lo que entendías, representaba rabia, otro sentir muy común en él con casi todo/todos/todo-odos y a su vez molestia y amargura. ¿Qué sucedía? ¿Estaba hablando de...? Suponías que podría ser. Ah, además había destellos, algo que comúnmente veías en su aura cuando usaba el poder de los Tremere por definición, cual fuese, confirmando que estaba bloqueándote a futuro/pasado anticipativamente. Durante la última frase esa que dijo creíste ver un ■■■■■o.

¡Joder, no! ¡Más bloquéos! No podías discernirlo bien, el color, mediante texto, claro. ¿Qué texto? No hay texto aquí, solo visiones, que se re-acaban, de nuevo. Ya con eso, terminaba tu sesión de concentración que, en tiempo real no tomó más de dos minutos, si es que, pero se extendió a un sólido lapso posterior debido al influjo de sensaciones tan potente. Era como sentir doblemente un escenario y tener que de a poco ponerte la ropa de Primela para ser Primela de nuevo, como re-encarnándote grotescamente desde tripas y tal. Uno de los muchos fundamentos de tu tesis (como el apellido falso, que conoces es tan falso como el componente real de frutas o sabores de los sucedáneos de los humanos, de tu sire, Thessius) sobre sangre, vegetales y otras cosas geniales.

Y hablando de eso, afuera está tu invernadero-laboratorio, intacto, y al parecer, un mensaje que no notaste antes de tu contacto gringo tecnohábil de gran carisma en tu móvil. Tu móvil estaba a un lado y te bastó con sentir un vibrar de dicho en modo no-vibrar, para hacernos una idea de tu inmensa sensibilidad, en pos de poder saber que te llegó. Fue casi precognitivo, porque lo viste cuando estaba llegand-por-llegar-o.

¡Oh oh! ¡Prim! Yo, yo, whaszzaaaaaaaap! Ok, vale, suficientes tonterías. ¿No necesitas nada? No he sabido de tí en un rato, ando por Manhattan por si te interesa. Me llegaron nuevas piezas y todo. Esa vez que me dijiste que querías trozos de vibración ajustada... Pues tengo un par. ¿No es suertudo~? Come on, think about it.

Y con "trozos de vibración ajustada" en su elocuente lenguaje, claro, se refería a unos pequeños cositos que funcionalmente hacían funcionar a tu theremin mejor, pero que no encontraste nunca, menos con Norman tirándote de la correa. ¿Justo ahora? Inmenso, casi sonaba demasiado inmensamente suertudo, como decía nuestro amigo aún no nombrado pero cuyo nombre tú sí sabías. Detalles narrativos.

Así mismo, eso te recordó en para "niña invernadero". Si Norman iba a devolveros a N.Y. pronto debías aprovechar a verla ahora que estabas en Zugarrarmurdi para conseguir samples, em, muestras, que no se te pegue el gringo, aunque técnicamente eres gringa de nacimiento. Tú sabes bien lo que ella cobra y quizá chutarte el ego tampoco iría mal, dos por dos, pero el problema era salir de la casa con ello prohibido para tí. ¿Qué harías?

Opciones muchas, coraje poco.

- Tiradas (2)

Motivo: Toque del Espíritu {Auspex 3} (Percepción + Empatía) (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 9, 6, 8, 8, 7, 1, 4, 3

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Visiónd el Aura {Auspex 2} (Percepción + Empatía) (Especialidad)

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 10, 7, 6, 6, 8, 6, 4, 8

Dados repetidos: 4

Éxitos: 3

Notas de juego

1. Me dí la libertad de usar a tu Primordiela interna, mayormente porque puedo y porque me pareció genial.

2. Eso de llamar a las Disciplinas con apodos abstractos, largos y poseros siendo elegante y decirles AUSPEX, DOMINACIÓN, TAUMATURGIA, TU TÍA siendo vulgar es más o menos canon, pero tómalo como veas. Es casi un doble meme.

3. Efectivamente descubres que puedes usar Auspex 2 durante Auspex 3. O redescubres, ya sea como jugadora y/o personaje.

4. Tienes derecho a tirar Coraje, tu cantidad de pelotas (niveles) en donde dice "Reserva" a dificultad 7 (donde dice dificultad pones 7) para considerar chutarte a cojones (ovarios, perdón) y salir de una puta buena vez. Si sacas al menos un éxito puedes. Ya interpretarás qué pasa si sacas más. Si sacas fallo, como que podrías mirar afuera pero neh, no quiero mis arterias explotando hoy, gracias. Con un fracaso te encierras absolutamente.

Cargando editor
07/02/2018, 21:29
Primela

Usar la disciplina que casi te teletransporta a un recuerdo podía llegar a ser muy confuso. A veces, cuando dejaba que mi talento especial me guiara y liberara por ese espacio mental "seguro", como mínimo para el cuerpo físico, me dejaba llevar tanto por la situación que era como vivirla, como olvidar que alguna vez no había estado viviéndola. En esta ocasión concreta, puede que por el miedo de estar espiando a mi sire, mis sentidos y yo manteníamos cierta distancia prudencial, resultando en una escena incompleta y algo desenfocada. Era como intentar recordar una situación en la que estuve tan borracha que perdí la lucidez, y solo algunos momentos llamativos aparecían mezclados con la sensación de tener niebla entre los sesos. Emborracharse era bonito... salir con tus amigas, beber algo, sentirse la mujer más liberada de los años 40... no te desconcentres. Se me ocurrió que a lo mejor podía rememorar esa bonita sensación aplicando el toque del espíritu en algún bar de mala muerte a las tantas de la madrugada. 

¿Volverá a Nueva York pronto? ¿Cuanto tiempo estará fuera? Me dije tonta, ilusa, capaz de usar la disciplina que casi te teletransporta a un recuerdo, pero no se me había ocurrido preguntarme algo tan básico. ¿Cuanto tiempo tenía? El cabrón habría omitido esa información a propósito para imbuirme con su paranoia? ¿Estaría esperando justo en la puerta para que saliera para hervirme la sangre como castigo? ¿Estaría en Nueva York? ¿En el mercado del pueblo? 

Una historia paralela de mi imaginación se mezclaba con las interferencias. La necesitaba para calmarme. Era yo misma, plantándole trampas mentales a Norman para sonsacarle información y torturarlo en su psique. Así que... - decía yo, sentada tranquilamente con la nota en el regazo - ese tipo que sabe que estás ya sabes donde ya sabes por qué te molesta, eh? Es una pena que no te puedas deshacer de él... Y en mi bella fantasía, a él se le escapaba toda la información intentando descubrir como había conseguido yo la mía. Bella Fantasía.

Y breve fantasía. A pesar de que podía aparecer como una gran escena representada en el escenario infinito de mi imaginación, no dejaba de ser un instante dentro de la interferencia de un instante. "Salir a cazarle" eran palabras amenazadoras, sin duda. Aunque sería raro que eso estuviera referido a mi, pues podría haberme matado en vez de dejarme una nota si eso hubiese querido. Re-matado, puesto que ya me mató una vez. ¿Casi-mató? Lo que fuera, me jodió la vida y el Más Allá, y sigue esforzándose por superarse día a día. Ódiale. Escúchalo tonta, que te vas a perder la información. Me concentro me concentro me concentro. Por otro lado, a partir del experimento con sangre, bien podría estar refiriéndose a mi...

Egocéntrica, piensa en los demás. ¿Y si se refería a Ersebet con lo de cazarle? ¿Habría salido para matar a mi hermana? Poco probable, pero posible. Ante la perspectiva de Norman cometiendo una atrocidad, esa siempre era la respuesta. Y yo por ahí en medio. Querría... colaborar... conmigo...

La idea de ese monstruo colaborando conmigo era una mezcla de emociones horribles y horriblemente satisfactorias que tendría que haber analizado desde fuera con auspex para entender. Seguro que habría visto, como mínimo, miedo, alivio, y culpa. A juzgar por lo que veía en el aura de mi sire, fuera quien fuera la persona con la que estaba hablando, tenía suficiente poder de algún tipo como para atreverse a darle rabia. No parecía que hablara con alguien que temiera su castigo. Era bueno saber que se podía contar con alguien para conspirar contra Norman. Nononononono shhhh shhhhh shhhhhh no pienses eso se va a dar cuenta vacas perros espaguetis berenjenas calabazastomatesazúcarratónPrimelamellamoPrimelapiedrazarpaojoErsebetnonononononononononono en Erzsebet tampoco nononononononono shhhhh shhhhh niña invernadero RRRRRRRRRRRRRRRRRRRR nadanadanadanadanada...

Ya estaba saliendo del recuerdo. Me sentía como si me hubiese pasado un año viviendo rodeada del salvapantallas del windows 95. Qué vieja era, ese personal computer ya me hizo sentir vieja. Claro que era joven, muy joven. Claro que estaba muerta. Como las máquinas... Sentí todas las piezas de mi cuerpo ensamblándose para volver a sentirme yo siendo yo... no quiero...

Poco tiempo para pensar que no me gusta mi no-vida. Las cosas para hacer y las decisiones a tomar se acumulan. El mensaje de Jude ya atravesó el continente hasta mi móvil. Los móviles de ahora deben hacer más cosas que el windows 95... El mundo era sólido después de salir e un recuerdo. Me refiero al aire, era opaco, la fricción era como una tortura psicológica de quien sea que se encargue del aire - ¿Dios? ¿Sílfides? ¿Norman? Quien fuera, me complicaba la vida haciendo aire sólido, como recordándome que mi existencia era puro esfuerzo e hipersensibilidad. Algo como unas piezas que llevaba tiempo buscando no me podía estar pasando a mi, porque a lo mejor eso me sacaría un rato de mi paranoica depresión. Tenía que haber algún tipo de trampa de... ¿Dios? ¿Jude? ¿Norman?

Pero quiero esas piezas... Agarré el teléfono, notando su electricidad subir y bajar por sus adentros, su plástico confortantemente redondeado en los bordes, su esqueleto de rompecabezas milimétricos... era un juguete divertido. Tecleé lentamente, consciente del esfuerzo que ponía en cada letra.

I'll think about it.

 Leí mi respuesta. No sabía cuando podría volver a Nueva York, y no sabía si se trataba de una trampa. "Lo pensaré" me pareció una buena respuesta. Ambigua y sin nada de referencia. Cual "hablaremos a posteriori". Estuve a punto de darle a enviar, pero... ¿Y si no es una trampa? ¿Y si de verdad tengo la oportunidad de conseguir esas piezas, y por tonta y cobarde las pierdo? nononono, necesito algo divertido para seguir... Decidí añadir más.

I'll think about it. Te escribiré antes de que acabe el mes.

No sabía cuando iría a Nueva York... pero imaginé que en un mes tenía tiempo de averiguarlo. Solo deseaba que Jude no hiciera el típico juego de decirme que si no las quiero yo, tiene otro interesado y todo eso. Mucho estrés. 

Y todavía quedaban asuntos con ese aparato electrónico que recibe y envía señales comunicativas desde la distancia. Como siempre, era poco probable, pero existía la posibilidad de que la ausencia de mi sire estuviera poniendo a Erzsebet en peligro. De ninguna manera podía lamar y preguntar "oye, por casualidad mi sire está intentando matarte?". Así que opté por marcar el número, darle a llamar, y colgar antes de que nadie tuviera tiempo de atender. Y ya vería-tocaría lo que pasa. 

Y después de procastinar todo lo procastinable, quedaba lo más complicado: decidir qué hacer conmigo. Si de verdad mi sire quería colaborar conmigo, no era buena idea desafiarle... podía darle mucha rabia que decidiera amotinarme justamente cuando quería colaborar conmigo... pero por otro lado, ¿desde cuando intentaba yo seguir sus órdenes? Intentaba con todas mis fuerzas que no me castigara, sí, pero... pero... siempre habían motivos para castigarme... como mínimo que fueran los míos.

Temblé de miedo, el sólido aire se resquebrajó a mi alrededor, deshilachó mi piel. Iba a desafiar su autoridad. Otra vez. Sabía lo que me esperaba. Mi pánico al futuro sería perfectamente palpable cuando el presente se convirtiera en un recuerdo pegado a las paredes. Si yo podía, seguro que él podía el triple. Niña invernadero, ya. 

Tecleé una sola palabra en el móvil para la niña invernadero:

Injerto?

 En realidad no me importaba si tenía los injertos por los que le había preguntado la última vez. Ya había decidido que saldría de la casa. Ya había decidido que, como una adolescente, me fugaría de casa para ir a dar besos y experimentar con hierbas. Mi cerebro ya le había dicho a mi cuerpo camina, vete. Mis pies ya hacían caso.

Todavía temblaba, todavía sospechaba de las sombras de las paredes, del propio eco de mis pasos rebotando contra la pared-mi espalda-pared. Pero conseguí seguir caminando. Lo estás haciendo. Lo estás haciendo. Lo estoy haciendo.

- Tiradas (1)

Motivo: Coraje (el perro cobarde)

Dificultad: 7

Tirada (5 dados): 5, 4, 10, 6, 5

Éxitos: 1

Notas de juego

1. Date esa libertad sin problemas, luego ya reprimelizo la misma información, que mola mucho rolear el auspex 3 :3 . 

2. Ok, me iré inventando mis propios nombres, como que se me pegó lo de ponerles apodos, y de ir repitiendo algunos apodos, ya se le quedó un nombre Primélico, como la disciplina que casi te teletransporta a un recuerdo.

3. Ya me lo habías dicho, y supongo que Primela ya lo sabía. Osea, no debe ser la primera vez que espía cosas con la disciplina que casi te teletransporta a un recuerdo ni en bromaXD.

4. Me voy a ver a la niña invernadero! Me tomé la libertad de añadir que le había preguntado sobre algún injerto, a Primela le interesa por algo en concreto, tipo ver como queda el tejido de las ramas justo en la juntura o algo así. Excusa random para investigar algo de plantas. 

5. El gringo tecnohábil se llama Jude, heeeey Juuuuuude, sí. Le respondí que le diré algo en un mes máximoXD.

6. A Erzsebet la llamo y cuelgo, que vea que la he llamado solamente.

Cargando editor
16/02/2018, 22:24

Quiebre es lo que le sucede a un ser que por demasiado tiempo se ha rearmado, una y otra vez, pero es incapaz de poder armarse por completo, correctamente. Al final las piezas se arman y rearman, se soldan, de forjan, se reemplazan y adaptan, pero hay un punto en el que las fisuras se marcan, y marcan y marcan. Aquello es, de hecho, algo superior al mero quiebre, es algo más. Algunos lo llaman corrosión, corrupción e incluso tiempo, pero se le podría nombrar de un modo mucho más simple:

Dolor.

Tu imagería funcionó rápido y entonces viste con claridad, casi como si estuvieses usando, perdonada sea la vulgaridad próxima a ejecutar, Auspex y su Toque del Espíritu, contemplando entonces la dulce escena de manera directa, quizá gracias a tu super-tacto o quizá simplemente gracias a tu imaginación forjada a base de, precisamente, dolor.

Una Primela adulta, que no alcanzó a serlo del todo, algo mayor quizá, con el pelo ligeramente más largo o incluso muy largo, vestida con un espectacular traje serio, como de oficinista o de agente secreta, profesional a más no poder, un contraste en elegancia y estilo al estilo igualmente profesional pero tosco, desconsiderado y asocial del de Norman, sonriendo confiada, cruel, distinta a la Primela normal, al menos la externa.

Al frente suyo, un Norman, joven, que fue condenado a no tener un aspecto mayor al de un post-puberto de sus 20 años como tope, con el pelo desordenado, quizá igualmente más largo y juvenil o más cortito, como representando su deseo de mostrarse serio, pero inmaduro en el proceso. Temeroso, estaba atrapado en una silla metálica y con una serie de cuerdas y cadenas conjuradas por su sire y maestra maltratadora.

Aterrado, intenta zafarse, pero nada. Su Senda, la Vía de la Sangre, la cual aprendió solo porque odiaba y odia la Senda de la Conjuración de su sire no le servía de nada. Tenía la necesidad de apuntar para hacer algo y todos los poderes de Vía Sanguis al menos que él conocía no le permitían efectuar sin tocar. A lo mucho intentaba potenciar su generación o cercanía con Caín artificialmente para nutrirse de fuerza y zafarse, pero nada, le agotaba y mientras lo intentaba, reforzabas con más y más cadenas conjurabas que sonaban con exageradas onmoatopeyas como en los animés japoneses que le gustaban a Jude y a veces te mostraba, dramáticos y todo. Fchng! Shhcng! Chrck!

- Norman. Ahora vas a adivinar donde te clavaré la siguiente tachuela. Andando. Uno, dos...

- ¡No! ¡No! ¡Por favor, maestra! ¡¡¡¡No!!!!

Un sonido. Norman cerró sus ojos y vió que la tachuela se le clavaba en el borde de la manga, a milímetros o menos como podía saber bien su maestra capaz de sentir esa distancia sin tener ni que medirla, mirando entonces a su joven y arrogante pero débil chiquillo asustado, temeroso.

- Tu ropa forma parte de tí, Norman. "Aquel que se considere digno de nulos ropajes considérese divino". ¿No es eso lo que decían tus amados libros de Nietzsche, pequeño nihilista de mierda?

- M-Maestra... ¡Perdóneme! ¡No he hecho nada para merecer est-...!

Y eso fue lo que le hizo hacer el "Tcht" audible a Primela, que para ella misma era como descarrilar un tren con sus propios dientes, doloroso casi. Apuntó a Norman y conjuró un collar que le rodeaba, con una serie de mecanismos complejos que empezó a jalar con, no, ni siquiera usando el Movimiento Mental, sino que siendo el collar tan complejo que podía jalarse solo y de modo programado, cada vez apretando más el cuello del chiquillo entonces y amenazando con decapitarlo. Primela chasqueó los dedos y desconjuró su horrorosa creación que haría al humano John Kramer de Saw orgulloso, dejando a un Norman lleno de heridas en el cuello agotado. Primela conjuró algo en la mesa y se empezó a largar, resonando el paso de su calzado. Una especie de pequeña piedra verde.

- Cómetelo, es Uranio. Si no rastréo restos radioactivos en tu sangre cuando salgas, ya sabrás.

Y así, cerró. Norman miró con completo horror el trozo de, sí, jodido uranio que tenía que comerse.

Música de horror inminente sonaba ahora, y se apagaba el video.

¿Por qué? Porque la humanidad de Primela le impedía proseguir con eso, por dulce fantasía que fuese.

"Te tiró del puto Empire States. ¡SIGUE VIENDO! ¡MALDITA ESTÚPIDA!"

Primela sabía que esa Primela Oscura que le gritaba no era más que un reflejo de su trauma proyectando su Bestia Interna Vampírica, directamente. Sí, Norman le había hecho a Primela comerse piedras, a veces con la sangre post-hervida o no, pero... ¿Uranio? No, no era algo que comparar. La moralidad nunca podía pesar igual para todos.

Alright~! Pero no me hagas esperar mucho, my friend~! O ya sabes que vienen o-tros cli-en-tes~! Igual te los guardaré y todo pero me costó conseguirlos, eh, considera eeessoooowowowowo~! Bye.

Jude, siempre bobo y siempre carismático pero al final serio y eficiente y con su habitual manipulación de negociante típico de "Si no me lo compras otro lo hará", pero algo más suave contigo, en el fondo. Ser un chatarrero-tecnoespecialista-etc. se le daba bien, lo sabías. Por otra parte, la respuesta de esa otra persona, tu otra contacto de aquí vino en... No, de hecho es irónico, porque quizá no fue tu moralidad o consciencia o humanidad lo que detuvo de ver a Norman comerse el uranio, sino que la vibración del móvil del mensaje de "Niña Invernadero" (a la cual de hecho tenías así en el móvil, sí, no te estoy jodiendo) fue algo tan inmediato, tan desesperado que por tu super-tacto fue lo que realmente te hizo parar el video-imaginación-fantasía-de-poder.

s-sí claro! Digo sí, claro, perdón! Yo le tengo unos injertos listos yalgunas semillas que le estuve guardando! La espero aquí!!

Uff. No necesitabas super-sentidos de ningún tipo o siquiera condición inmortal y grandes poderes para saber que se podía palpar el deseo de esta pobre creatura para recibir tu abuso placentero y esclavizante sin involucrar tu sangre, sino la suya. La adicción era una cosa jodidamente poderosa, mira nada más como escribe en contraste con tu colega que es mucho más loco que ella. Bueno, ya la verás cuando salgas para entender de qué se está hablando.

Sobre Erzsebet, nada, tal cual. Pero al menos no ha sido un visto de la muerte Quarnoziana (si pillas esa referencia y me la mencionas te doy 200 puntos de EXP y ganas Nebula, de una, no estoy bromeando), sino que un nada, es más, no es ni siquiera un "este mensaje se ha enviado", no, es un nada de nada, si bien no te ha llegado mensaje del servidor de SMS's, ergo, Erzsebet debe estar ocupada viajando con su móvil o... No lo sabes, la paranoia te llena, pero últimamente y contra todo pronóstico, confías en el monstruo que es tu falsa hermana mayor y que estará bien, tal cual. Fe, en un vampiro. Ja, lo próximo que veremos será, no sé, una ballena cayendo en pleno bosque español sobre dos sujetos enfrentándose. Absurdo, totalmente.

Sales y te diriges hacia el invernadero. ¡Tiempo en contra!

Toc.

Tic.

Notas de juego

Sigue.

Cargando editor
17/02/2018, 04:04
Montserrat Asturias

Y ya que tocábamos el tema de las fantasías de poder, por qué mejor no nos enfocamos en esta en particular.

Tú la habías visto antes, sí, y la conocías, pero aún cuando llegas al invernadero, entras, como si fuese tu propia casa y la ves directamente cuesta un poco creértelo, esta humana que, realistamente, podría ser tu nieta, porque, realistamente eras una abuelita inmortal o inmortalizada másbien, tenía un par de bongalongas absurdas. Su expresión siempre era amable, suave, ordenada, tranquila, perfecta... Y apenas te ve adentrarte tras tu mísero pero preciso logro de coraje para salir con todo apuro, algo pasa. Su cara se deforma, estás segura... No, nada de "estás segura", tu cabrón aspecto te permite efectivamente sentir la humedad, aunque sea de una o dos meras gotas de no más de pocos milímetros de grosor volumétrico a distancia de 30 o 40 metros, confirmando que sí, ha salivado de solo verte y sí, sudor también, es asqueroso casi y te hace considerar largarte y dejarla con todas las ganas cruelmente, ni siquiera hablando de su expresión retorcida, la de una adicta a la cocaína incurable pero que, en este caso, comparamos cocaína con azúcar a cocaína proporcionalmente hablando... Unas diez veces, al menos.

Si lo pensabas bien considerando eso, los vampiros eran una plaga horrorosa para este mundo.

Pero tiene injertos y semillas, tal cual. Te ve entonces y busca mantenerse quieta y decente. A ver si lo logra, démosle una chance a esta pobre muñeca de trapo sexy a los machistas ojos masculinos y esclava de tus besos sobrenaturales, aunque sea una, quizá dándosela nosotros porque su nombre es casi demasiado cool para una personaje tan secundaria. ¡Daditos!

Apenas, de hecho, se mantiene de pie y logra controlar sus salivares, si bien para tí a medida que te acercas se sienten como un río regresando y... Urgh, urgh, francamente casi sonaba mejor lo del uranio en ese mini-Norman que al menos era algo ficticio que sentir esto, tal cual.

- A-ah, Pr-... Señorita Primela, dama, perdón, aquí le tengo sus inj-jertos.

Soltó entonces una envoltura cuidadosamente hecha, que rodaba como un pergamino o una alfombra con variados injertos, unos diez al menos, ramitas de variadas plantas, algunas que ni tú reconocías, ni sintiéndolas incluso por sus diferencias mínimas en la consistencia, picor, suavidad y más. Aparte, te mostró una caja con unas 20 variantes de semillas. Bastante.

Tragó entonces, no necesitabas una tirada para saber qué quería.

- ...¿Está bien con esto?

Preguntó confirmando su parte de la transacción. A ver, tirar por tirar. Vamos, Primela, la que podía soltar su ego libremente o más o menos con esta mujer... ¡Nada mal! Básicamente, sabes que quiere una buena dosis, que la hagas mierda con tus mordiscos vampíricos y la hagas pedazos, al menos en el sentido figurado, tal cual, y probablemente no solo en el cuello. La ves temblar y casi jadear anticipando, esperando, como si estuviese lista para buscar más si no te parecía bien, tal cual, a tus pies, sus rodillas temblando y todo, pero controlándolo apenas. Su mirada era seria, deseosa, tenía fuego, pero quizá el stress, la vida del campo u otras cosas la tenían así, necesitada de muchísimo dulce abuso placentero que la hiciese explotar en millones de piezas y ser rearmada a la perfección, forjada de nuevo.

Casi te daba pena, casi, pero paga es paga, negocios son negocios.

¿No es genial ser del clan más cruel de todos?

Banzai, Tremere.

- Tiradas (2)

Motivo: Mantenerse ligeramente no patética o "decente" (Apariencia+Etiqueta {Dificultad 11-Autocontrol})

Dificultad: 8

Tirada (6 dados): 10, 3, 1, 9, 4, 2

Éxitos: 1

Motivo: Percepción + Finanzas (Dificultad 9-{Empatía})

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 6, 4, 9, 2, 7

Éxitos: 3

Notas de juego

¿Por qué japonés al final? Porqueeeeeeeee misterios misteriosos. Nah, Norman tiene alguno que otro libro en japonés entre acá pero más que nada en N.Y. aunque sabes o crees que son cosas raras que le han dado o cultura importante pero que ha preferido "leer" mediante otros que sí saben japonés usando Auspex 3 (le has visto tocando los libros y todo, otro truco que podrías usar, de paso) y tal.

Y porque me dió la gana, claro, Adelitamente hablando, me salió del, em, penesitoh narrativo.

Opiniones/dudas/preguntas por MP Umbriano o Fortaleza Fatal o post A Director en el Off.

Cargando editor
17/02/2018, 14:37
Primela

La fantasía me sorprendió por completo. Si bien sabía de lo que se trataba, en el momento en el que mi mente reconoció la sensación de mi Bestia, me olvidé de no haber estado viviendo eso un instante después. Pero era curioso... era una consciencia externa, tanto a esa Primela como a ese Norman. A la vez, me reconocí perfectamente. Nos reconocí perfectamente. 

Me di miedo. Me dio... placer. Verme así a mi misma era un tipo de miedo horroroso, era el futuro haciéndome chantaje emocional. Y se aprovechaba de que conocía los miedos forjados en el pasado. A lo mejor sí que debíamos llamarle tiempo... ¿De verdad se trataba de algo tan circunstancial? ¿De verdad era Norman el abusador y yo la abusada por pura arbitrariedad? Mi consciencia invisible mirando esa película con el mejor 3d del mundo desesperó. Aunque desesperó en calma... no me importaba que mis miedos humanos me rascaran la espalda desde dentro hasta hacerme sangre por fuera, el placer que le daba a mi bestia lo compensaba, incluso gustaba de mi propio miedo. Norman vulnerable. Norman Indefenso. Norman maltratado. Norman torturado. Norman comiendo uranio. ¿Qué parte de mi ego no querría ver eso? ¿La que se creía más humana y moral que el resto? Esa la tenía que usar para Calabaza, no para reprimir tan genial delirio...

Mi consciencia invisible hizo notar una enorme sonrisa en el momento de experimentar la superioridad de mi senda sobre la suya. La sonrisa invisible no se notó más allá de la sensación que provoca. El mismo tipo de sensación que se tiene cuando sabes que ganarás una partida de poker porque has contado y memorizado todas las cartas que han salido y sabes que es matemáticamente imposible perder, pero tu rival sigue esforzándose al máximo. Superioridad, macabra y genial sensación, y más si incluye impunes torturas.

Tcht. Se sentía casi doloroso, sí. Admiré mi propio talento, sentí el narcicismo haciéndome caminar más recta, más segura, palpé la ausencia de miedo a salir de casa. ¿De verdad puedo construir algo así? Si me suelto... Mi mente gravó el perfecto collar tan fuerte como pudo. Junto con él, la sensación de placer sádico, una sensación que chocó con anticuerpos emocionales como culpa, miedo, complejos, inseguridades... Pero se necesitan todos los anticuerpos para combatir una sola enfermedad, lo que no dice mucho a favor de sus fuerzas. Finalmente, el equivalente vampírico a la serotonina reguló mi estado de ánimo con recordarlo te podría salvar la vida algún día. ¿La serotonina de los vampiros sería autocompasión?

Entonces, el uranio. Tal y como los humanos sufren una terrible excitación sexual que los lleva a cerrar la puerta de un golpe y quitárselo todo entre besos apasionados, mi Bestia quiso mirar y sentir como sufría esa atrocidad. Yo quise. Pero no quise suficiente, porque quise con todo el cuerpo, pero no con toda el alma... si es que yo tenía una de esas...

La fantasía se detuvo. Estaba cerrando muy fuerte las manos, me hacía daño y me hacía sentir a todo el mundo más... cerrado. La mandíbula tan apretada que sentía los pies estirándose hacia arriba, la coronilla de la cabeza quebrándose. Los dientes desgarrándome con pequeños aullidos de fricción. El estómago duro, paralizado. El aire caliente, húmedo, y secándose.  Como si le sirviera de algo a mi cadáver, tomé aire lentamente por la nariz, dejando que un agradable cosquilleo mandara ondas de placer por todo el cuerpo. Exhalé mientras desapretaba y aflojaba la tensión, el mundo se liberó de mis miedos. Yo no, pero al dejar de apretar tanto el cuerpo, lo noté Todo más liviano. Las paredes parecían estar hechas de plastelina en comparación, el suelo de tabletas de chocolate (con leche y avellanas), la ropa era etérea, el aire... oh... como describir el aire... 

Morí de belleza. El aire en contacto con mi piel en contraste con mi fantasía expandieron la forma de las gotas de humedad flotante por toda mi aura. Decidí una cosa: me iría a no-vivir a un bonito prado lleno de estrellas por la noche, geniales verdes calmantes, vacas viejas a las que les pareciera bien morir alimentándome, y ese precioso aire suave y liviano que me acariciaba con amor. Vacas viejas que se me acercaran llenas de paz para que las ayudara a dar el paso final en una bonita simbiosis. Dedicaría mi vida entera y mi habilidad a conocer bellezas que nadie más podría. Llenaría mi cadáver andante de belleza, siempre, por toda la eternidad.

Pero me llegaron las respuestas a mis mensajes. ¿En qué estaba pensando? Soy Primela... La gravedad volvió al mundo cuando recuperé la tensión justa para ser funcional en los músculos. La culpa, el miedo, la sensación de estar volviéndome un ser tan horrible como la Primela con la que me había encontrado volvieron con la fuerza que te hacía caer. No me parezco en nada al viento... 

Concéntrate. A lo mejor tienes poco tiempo. No seas arrogante, no hagas una montaña ni le quites importancia. Haz cosas, sigue adelante. Jude parecía dispuesto a esperar, a no ser que le saliera una buena oferta, claro. Con solo leer el mensaje de la niña invernadero, sonreí con... superioridad. La sola imagen de alguien Escribiendo "s-sí", disculpándose por lo que había escrito en vez de borrarlo y volverlo a escribir era... No pienses eso. ¡MALA! ¡ERES MALA! Me castigué a mi misma mordiéndome un dedo, no lo suficiente como para que fuera una herida, pero sí para que produciera un dolor ¡HMMMM! Que se extendió por las venas hasta la cabeza. No podía permitirme pensar eso, alguien tenía que pararme y darme una lección. El cuerpo entero quedó palpitándome, provocando que el mundo entero fuese intermitente durante medio minuto. Cobarde, tendrías que haberte hecho daño de verdad. Me volví a mirar el dedo, reconsiderando... No, realmente soy así de cobarde... Retomé el camino hacia el invernadero.

La imagen de Montserrat era agradable: joven, suave, sonriente, llena de Vida. Si la hubiese conocido en los años 40, a lo mejor hasta me habrían interesado sus bongalongas. Probablemente todo habría salido mejor si ese fuera el caso. En cambio, al notar sus fluidos aumentando, sentí asco-pena. Tuve que preguntarme fuerte por qué no hacía algo como encontrar un trabajo por internet, que se pudiera realizar sin salir de casa, y pagar las cosas con dinero, no con tu alma. Eres horrible. nononono, lo hago por mi proyecto. ¿El fin justifica los medios, eh? Pero ella también quiere. Ella es una veinteañera que en otros veinte años estará muerta, avergonzada, arrepentida, o riéndose de esto. Bueno, 1 de cada 4 es buena... 

Era como estar en una bañera llena con su baba. Tal exceso hace que cualquier fluido corporal deje de ser sexy. Aunque sí... morboso. Realmente parecido al morbo de mirar como alguien come uranio, con la diferencia de que Esto realmente era capaz de hacerlo. El morbo de joder, de lo que soy capaz... Seguí caminando por el fondo de esa bañera.

Llegué hasta ella. Su saludo nervioso fue, para más culpa-placer, de alguna manera, agradable. Norman me llamaba "inútil", "inepta", "ignorante", y otras "i"s delante de Primela. Mi corazón rebotaba desconsolado entre la baba al oír que alguien me llamaba "señorita", "dama". Cuanto luchamos para que no lo hicieran en los 40... Y aún más desconsolado de saber por qué me decía esas cosas tan bonitas... 

Hola Montserrat. ¿Como mínimo intenta ser simpática, no? HUMANIDAD. ¿C-c-malditas oclusivas, que ferte pegan-omo estás? ¿Como le vas a preguntar eso? Es que no ves como está? No hacen falta los títulos honoríficos - claramente, suenas como alguien que no los usa, vieja de mierda - , solo Primela está bien. Claro, y ahora no estás marcando jerarquía, ¿verdad? Calla un momento por favor, solo un momento.

El momento en el que tragó saliva, me hizo friccionar una mano con otra, como si tuviera frío. Era más desagradable que gusto a pedo en la boca. Pero a la vez, era parecido que con Erzsebet: alguien me quería... si hablara de Erzsebet, a lo mejor sería más exacto decir que alguien me amaba, pero en esta ocasión, alguien me quería.

¿Cuanta vitalidad podía conseguir un ser como yo? Que alguien te quiera debe ser de las mayores. Además tenía buena mercancía. Divertirse un rato está bien... Sí, está bien.

La desesperación mortal y la desesperación inmortal, empezaba a comprender después de unos años de inmortal, eran muy diferentes. Cuanto más te desesperabas como inmortal, más capaz de esperar cruelmente te volvías. Había que reconocer que eso era divertido. Mis ojos muertos hicieron contacto con los suyos. Algo sólido se construyó ahí en medio.

Activé... Activé auspex para ver su aura. Sí.

Esperé un segundo más de lo necesario, solo para verla desesperada por mi. Crucé los límites del espacio personal con un paso liviano como el viento. Ya estaba lo suficientemente cerca como para notar hasta el aire de sus pulmones agitándose hasta mi cadáver. Seria, fui acercando mi rostro centenario a su rostro casi infantil... Y di otro paso. Estuvimos un segundo codo con codo, otro dándonos la espalda.

Di media vuelta para ver su espalda, su cuello, su pelo, el aire. A pesar de que justo en ese momento tenía que actuar sabiendo que mi sire podría haber incluso vuelto ya, en presencia de esa joven mortal sentí que podía hacerla esperar todo lo que quisiera, pues yo tenía todo el tiempo del mundo. Mi respiración se fue aproximando, hasta que su tacto normal y humano pudo sentir el aire de un cadáver dibujando un camino desde media espalda hasta el cuello. Abrí la boca, cerca de su cuello. Puede que ahora fuera ella la que notara saliva muy de cerca. Apártate el pelo. Ahí me quedé, esperando hasta que cumplió mi orden. 

Ya con la piel libre de obstáculos, mis colmillos se acercaron. Estaban a punto de tocarla, podía notar el calor de su sangre escapándose por los poros y llenándome la boca. Lo más seguro es que ella no se lo esperaría, pero una de mis manos se posó suavemente sobre el lado izquierdo de su cabeza, y le indicó que la arqueara un poco, como ofreciéndome el cuello del todo. No iba a forzarla a mover la cabeza, solo que notara la inercia de mi mano, y entendiera.

Y entonces sí, mis colmillos tocaron su piel. Todavía no se clavaron, solo dejé que la sensación de contraste suave-puntiagudo recorriera mis encías, mi nariz, mi cerebro. 

Finalmente, poco a poco, empecé a clavar. Me lo estaba pasando bien.

Notas de juego

Tiradas que quiero hacer: 

1. Recordar el collar que se apreta solo de mi fantasía Primelesca maltratadora. Tipo poder recordar el diseño, ser capaz de visualizarlo l suficientemente bien como para conjurarlo.

2. Le miro el aura a la adicta *_*

Cargando editor
12/03/2018, 02:38
Montserrat Asturias

Tinieblas.

Norman alguna vez te dijo que vivimos en un Mundo de Tinieblas, tal cual. No es que el cabrón quisiese darte algo medio ocioso o de listillo bromista como una especie de acto de soltar el título de una historia o saga completa, trilogía o lo que fuese, sino que genuinamente decía y te decía así como ha dicho, desde la primera exacta noche en la que te abrazó y volvió una Vampira hacia la siguiente luego, que vives y todos vivimos, los mortales incluso, en una existencia, una dimensión oscura, plagada en sombras, físicas, psicológicas, morales y místicas. Tú al comienzo dudabas que pudiese ser, pero en el fondo lo sabías desde siempre, desde niña, desde lo de los edificios hasta ahora, a pesar de que siempre buscas dudarlo, a pesar de que es lo que busca alejarte de ser un psicópata manipulador egopático y poder-obsesionado como los Tremeres a los que, al final, perteneces, y como los que, al final, actúas, en miedo o en coraje. ¿Era el miedo miedo si podías arrojarte a salir de tu encierro sabiendo el castigo que te tocaba? ¿Era el coraje coraje cuando tu objetivo era una pobre criatura, una oveja o vaca (bien tetona por lo demás) nada vieja como las de tu imaginación dispuesta a que la abuses? Se delimitaban y difundían las líneas, haciendo que el mundo fuese más y más opaco, completamente negro. Niggah, como diría Jude en medio broma, medio legit (quién se crió así de verdad con gente afroamericana y sus culturas de joven, así que de todos modos no lo hace con mala onda), para aliviarte quizá todo este diatribal quasi-filosófico potenciado por la culpa y la autocompasión serotonínica Cainita.


Tu grotesco y cruel acto estaba por comenzar, la función dentro de aquella tina gigantesca la cual había servido cual alfombra azul o transparente en vez de roja para recibirte, como el sediento y baboso anhelo de la hermosa y trabajadora chica que habías convertido en una adicta incapaz de hacer nada excepto desear esto y conseguirlo de tí cada vez que estuvieses en el país, lugar que además poseía varias púas, pequeñas, las espigas de variadas cosechas que aún bien cuidadas por Asturias, existían. Su pared celular casi no te molestaba, era rígida como concreto para tí pero no del todo, algo así como el ideal de lo "suave que al mismo tiempo era firme", en contraste con tu idea del viento, que era "fugaz y suave pero a su vez potente e imponente". Además de eso, la tierra y otros materiales no causaban mayor cambio en el relieve del que causaría una excursión de camping y la sensación acolchada pero sintética de aquello que cubría estas carpas o invernaderos, naves, llamadas en algunas otras lenguas o incluso naciones. ¿Naves como la de Noé para llevarse todo esto a un nuevo mundo? ¿Qué nuevo mundo? ¡Solo existía este mundo, podrido, oscuro, como dijo Norman! Al llegar a ella y pasar para su lado del contador aquel de madera, bien formado pero humilde que ella usaba, como si fueses Pedrita por tu casa, que lo eras, prácticamente, pudiste sentirla... Y echaste ojo. Usaste tu ojo loco en una especie de violación psíquica a su privacidad de aura. ¿Te sonaba esto familiar, quizá? Pls, Nakamura.

No tuviste ni que concentrarte mucho, por la cercanía, por lo expuestas que estaban sus emociones y por tu propio estado de concentración gracias al ego. Si la autocompasión era su serotonina, entonces el ego psicótico y despiadado que consumía a la humanidad misma y no solo a los humanos individualmente seguramente sería la adrenalina de los condenados por Caín, sus Vástagos e hijos, nietos y progenie. Pudiste ver en la base más profunda tres colores: Amarillo, idealista, puro, de corazón noble quizá, luego un tono verde, el de alguien que creía en la vida y la buscaba al mismo tiempo, una mezcla entre una hedonista saludable pero considerada de otros, quizá, y una tenue pero aún existente línea azul de sabiduría... Y todo lo demás un mar asqueroso, intangible (casi, aún para tí) de algo, un color vomitivo no solo por la sensación que producía, sino por que era como tirar muchos colores a la vez como un noble vómito clásico: Morado, rojo, violeta, negruzco/oscuro y otros, que se distorsionaba hacia arriba en un baile que casi te hipnotizaba, y que reflejaba algo que conocías, dicho baile en espiral del aura...

Trastorno. Trauma. Adicción incontenible, anhelo, deseo, necesidad total.

Al exigirle eso sentiste casi como si hubieses hecho algo más genial que usar la disciplina que impone la voluntad sobre la de los otros, Dominación, haciendo un impasse danzarín entre vulgaridad y elegancia memética de nomenclatura de superpoderes provistos por la Vitae. Nada más ordenárselo, ella usó una serie de movimientos de manos increíblemente rápidos y precisos para no solo deshacerse sus dos amplias trenzas en grosor como largo para, tras alzarse el pelo, retomar el mismo hilo, juntarlo y así crear una única trenza aún más larga y amplia, la cual arrojó al lado contrario de donde querías impactar. Además, hizo caso y movió la cabeza. Podías escuchar sus jadeos, anhelosos, que para tí eran pequeñas tormentas, marítimas o desérticas, marítimas por estar en un ambiente (su boca) ya lleno de agua y a su vez desértica porque emanaban una sed horrorosa, una sed de placer que veías en su aura palpitando con desesperación fatal. Al jugar con ella, notaste como se retorció, casi con odio, casi odiándote por hacerle teasing sexual pero adorándote por ello, comenzando a hacer un agregado...

Se empezó a desabotonar la camisa, exponiendo esas... ¡Madre! ¡Padre! ¡Caín, Tremere, Etrius, Gor-... aquel que no podía ni debía ser nombado! Sí, sus bongalongas ahora estaban en total display o exposición mientras podías ver un gesto casi amoroso o romántico de parte de su expresión, aún mirándola desde el costado. Osó hablar. TUVO LA OSADÍA DE HABLAR EN ESTA SITUACIÓN.

- Primela... Toda suya. Yo, quiero decir.

Ahí estaba, la puta paradoja que odiabas y más odiabas y sabías que odiabas porque odiabas que supieses que la odiabas. Cuando una mujer actuaba sumisa pero lo hacía de forma voluntaria y decidida, firme. ¡Menuda mierda! Te irritaba. Te irritaba y a su vez todo esto te daba rabia. Nada más darle el primer mordisco escuchaste un quejido tan poco discreto que era como si la estuviesen destripando a mano suelta con la disciplina que exaltaba el impacto físico sobre el entorno, o con ácido... O ambas, pero sabías que ese quejido era de rico, riquísimo placer, que ningún orgasmo, que ninguna droga por avanzada o cochina que fuese podría darle como ahora. Abajo sentías otro tipo de flujo de agua, más como una catarata y ella quedó arrodillada al piso, pero no se permitió hacerlo. Se sujetó del contador mismo casi amenazando con romper la pobre estructura de madera, firme pero aún así con límites y quedó de pie, temblando sus rodillas, pero de pie. Encorvó su espalda y se ofreció, usando el mismo agarre de su contador para no tener que apoyar su espalda en tu torso y ser una insolente por eso, así dándote acceso a su cuello, su clavícula y sus inmensos pechos, así como piel, su brazo que no la sujetaba desde adelante igual. Te miraba de reojo con una sonrisa leve.

- Gracias. No soy digna, pero gracias. Gracias. Gracias... ¡¡¡¡GRACIAS!!!! ¡Por favor n-no pare...! ¡No gritaré tan fuerte, yo...! ¡Yo...!

Quería llorar pero no podía, estaba demasiado caliente, ardía. Ahora no estabas en una bañera ni en un desierto, sino en un volcán placentero. Sin embargo... Todo esto apelaba a varias facetas de tu Bestia, como si fuesen un comité de Primelas con máscaras de Norman y estuviesen en algo como esto:

- Sí, bueno, yo siento asco por esto y pena por la niña. Opino que paremos.

- COÑO, TÚ VAS A PARAR? PRIMELA QUIERE, SOBRETODO TRAS EL SHOWCITO QUE VIMOS ANTES.

- Ese show fue culpa nuestra y lo sabes, todos aquí lo sabemos.

- Objeto. Primela misma quería ver el show del uranio. Toca seguir.

- ¡Ni de coña! ¿Y si nos pasamos de rato? Norman nos pillará y... ¡Tengo miedo, huir toca!

- Cobarde. Primela es inteligente, con esto aprenderá y se volverá capaz. Venga, confía.

- ¡No confiaría en ella, o sea, en mí misma ni aunque viniera la supuesta Gehenna esa! ¡A parar!

- Alguna vez defendimos algo, y ahora lo estamos haciendo pedazos. ¿Qué somos? Castigo propio. Ya.

- ...

Y la votación la dictaría... Algo. Quizá la mala fortuna, quizá la buena fortuna.

A rodar, daditos. Que esto no es "Players", tengo que tacharlo al menos.

Al final el juicio no lo ves en tu cabeza, porque es tu imaginación, pero el resultado se muestra:

Terminas por poder optar perfectamente entre sí darle el "curso completo" como prometiste, léase, darle Besos Vampíricos por t-o-d-o-s l-a-d-o-s o al menos los que ella te ha ofrecido, suficiente como par dejarla tan llena (y exhausta de placer) que no necesitarías darle de esto en quizá una semana entera, si es que funciona así (¿o quizá a riesgo de hacerla más adicta?), pero de todos modos, sabes que está mal pasarte, tanto por conveniencia propia como por genuina humanidad y eres capaz de controlarte aunque... Al menos vas a darle un mordisqui-besito a la bongalonga que te ha puesto en bandeja, vamos, mira qué jugosa, puedes sentirla, literalmente, fluyendo en su linfa y todo. No podrías no hacerlo, y tras eso y unos cuantos más, unos... Digamos, como te dará cinco injertos y cinco packs de semillas, diez mordisco-besos más de duración media-larga como ya has hecho (de entre 10 segundos a un minuto entero), podrías terminar, con esto no tomando más de literales 10 minutos como máximo, tomar tus cosas y largarte para volver en tiempo record a casa.

Por otro lado, al estar tan concentrada producto de tu excelente control personal y moral así como físico, recuerdas el dispositivo, completo, pieza por pieza y las piezas que no pudiste "ver" por fuera, pudiste sentirlas por dentro. Es un dispositivo complicado y si bien logras calcular cada milímetro, micrómetro y casi nanómetro, sabes que recrearlo te tomará lo suyo y ya después tocará tirar de la memoria, así que o lo empiezas a armar pero ya apenas vuelvas o te arriesgas a olvidar una mínima pieza que podría ser clave. Aquel mapa mental/sensorial/táctil, casi no dibujado, sino dibujado a través de pulsos en tu interior se guarda y a su vez notas como, a cada beso, el aura de Montserrat se va calmando, casi, volviendo a ser pacífica, a la de ser una entidad siendo destrozada por su propio horrible deseo a casi una bebé, pacífica, agradable, adorable. ¿Qué tal si ella pudiese haber sido una jardinera común y corriente, humilde y sin mucho más pero no esto? No, porque algo la llevó a necesitar tu droga otorgada mediante el colmillo de los malditos. No es tan simple, nunca lo es. Eso también lo dijo Norman.

Total, al final el viento también lleva consigo pestes y destinos fatales.

- Tiradas (2)

Motivo: Consciencia

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 10, 6, 10

Éxitos: 2

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 6

Tirada (2 dados): 3, 9

Éxitos: 1

Notas de juego

Lo he dejado ahí, como dije, haremos post rápido para que finalices este ero-momento-grotesco (grot-ero-esco?) y vuelvas.

Por rol y por tu mérito, te dejé lograr ambas acciones automáticas, solo te hice tirar por virtudes por el asunto y te fue de puta madre. Tienes el "mapa mental sensorial" del collar pro ese a lo SAW/Juego del Miedo pero como dijo la narración deberás empezar a armarlo pronto ya o un mapa o tocará tirar de memoria espués.

Por otro lado, por tu tirada de Consciencia, Primela/tú dudaréis de convertir a cualquier otr@ en adicto a los Besos Vampíricos, al menos por un buen tiempo y hasta nuevo aviso. Quizá hasta impedir que otros lo hagan o ayudar a adictos que ya lo son. Tu Humanidad queda intacta, tu Voluntad igual.

Cargando editor
12/03/2018, 04:22
Primela

Al final, todas esas tinieblas físicas, psicológicas, morales y místicas, y más, se hallaban en un lugar muy concreto, pequeño, y específico: yo. 

Al pensarlo, yo, pronunciarlo y sobretodo sentirlo yo, podía escuchar un silencio desagradable y oscuro acercándose, pegándose a mi piel como un moco lodoso. El miedo, asco, odio, y demás sentimientos horribles que la gente normal experimenta al pensar en yo podían llegar a darles algunas sensaciones físicas ligadas a respuestas fisiólogicas a esos mismos sentimientos, como hiperventilación, aumento de pulsaciones cardíacas, presión arterial, incluso concentración del calor corporal en los órganos vitales (produciendo así frío en las extremidades) como respuesta física coherente a una amenaza tan grande como miedo, asco, odio. Algo que se siente hacia la peste bubónica, los cadáveres apilados produciendo una putrefacción peligrosa para los vivos, hacia reptiles venenosos reptando hacia tu cueva, y hacia... yo.

Todas las tinieblas eran mías. Yo era de todas las tinieblas. Cooperábamos. Cooperábamos porque queríamos. Éramos libres, y elegimos trabajar juntas.

Claro que podría poner excusas. Muchas. Yo no elegí el Abrazo de Norman. Yo no elegí la sociedad vampírica, de hecho trabajo por cambiarla. Yo no elegí el encierro que me impide tener recursos. Podría enumerar muchas de mis tinieblas. Pero al final, yo elegí venir a ver a Montserrat, yo elegí morderla, yo elegí violar la intimidad de su aura. Yo elegí el mar de baba que me ahogaba todos los poros, yo elegí la espiral vomitiva de trastorno, trauma, adicción incontenible, anhelo, deseo, necesidad total. Esa fue la conclusión que saqué de la discusión entre mis tinieblas.

Pero esa conclusión traía consigo una metaconclusión: yo puedo elegir. Yo puedo elegir. La sensación que pensar eso era equiparable a... oxitocina. Sí, como oxitocina mientras sale el sol después de un día lluvioso. La gente siempre se ve más guapa bajo el sol. Y sí, sé quien y qué lo está diciendo.

Me sentí chiquita y vulnerable ante ese mar de deseo impactando contra mi cadáver hipersensitivo. Sentí que yo era el vómito de ese idealismo, búsqueda de vida, sabiduría. Sentí mi cuerpo haciendo lo que hacía, como si me hiciera el toque del espíritu a mi misma, y me encarnara en esa misma situación, y volviera a encarnarme, y otra vez, y otra, dándome más y más rabia...

Mientras descendía a las profundidades del volcán, y el movimiento de Montserrat desequilibraba frenética y apasionadamente todo mi mundo, noté muchísimo más calor. Se estaba desabrochando, dándome la vista de lo que no era escondido para mi hipersensibilidad. Sus pechos apetecibles en tantos niveles estaban ahí, ella me los ofrecía, ella me ofrecía dañar su cuerpo.

Noté su columna vertebral empujando su cuerpo hacia mi. Como si de repente yo fuera su punto de fuga. Maldito 3D. Es verdad que estamos en una dimensión de mierda. ¿Qué hacer, ahora que había aprendido que puedo elegir?

Si le hacía daño, le daba lo que quería, y me sentía poderosa, y peor que una bolsa llena de mierda y vómito. Si no le hacía daño, no le daba lo que quería, y me sentía poderosa, y como una bolsa llena de mierda y vómito. ¿Tan horrible era elegir? Piensa Primela. Ahora te sientes poderosa, ahora puedes confiar en que eres lista, aprovecha ahora. El silencio horrible proveniente de yo empezó a asomar en el silencio mental lleno de éxtasis sensorial. Sus latidos me recordaron que el tiempo pasaba, y cuanto más tardase, más probable se volvía mi castigo.

Otra metaconclusión: el tiempo. Tenerlo infinito me estaba haciendo olvidar cosas importantes. Nada es eterno. Ni Norman ni yo seríamos eternos por siempre. Algún día este mundo de tinieblas estallaría, y si sobrevivíamos a eso, las galaxias chocarían y se transformarían en vómito cósmico, y si sobrevivíamos a eso, al final el universo entero sería destruido, reagrupado, vuelta a empezar. Y hasta si sobrevivíamos a eso con alguna tecnología aún inimaginable, con tanto tiempo para que pase de todo, en algún momento cualquier casualidad estúpida nos mataría. 

Al final, las cosas cambian.

Todo eso no estaba tan bien articulado en esa situación, eran más bien sensaciones-colores tridimensionales-intuiciones que me envolvían y embalaban el cuerpo, y explotaban en mi cabeza como burbujas de jabón bajo el sol del verano. Pero supe que decidiera lo que decidiera, el tiempo me ayudaría a darle otra vuelta.

Al sacar los colmillos de su cuello, procuré que salieran con un ángulo ligeramente diferente del que tenían al entrar, levantando algo de piel y carne desde dentro. Menos de un centímetro, pero notaría un pinchazo aún más intenso que el de entrada. De momento, grita y llora tanto como quieras. Por supuesto, las vibraciones llenas de armónicos rotos me llenaría la piel de violinistas principiantes, pero yo debía sufrir por lo que estaba haciendo. De hecho, hice algo todavía más imprudente para mi hipersensibilidad.

Mientras mis colmillos acariciaban suavemente su piel desde la reciente herida hasta el hombro, desabroché el cuello de mi vestido, sin prisa. Lo abrí bien. Empecé a clavar cerca del hombro mientras sacaba uno de mis delgados brazos por el cuello abierto. Iba lentamente, el tacto del algodón rozando estruendosamente contra mi piel podía hacerme perder la destreza. Cuando saqué el otro brazo, el segundo mordisco, entre cuello y hombro, ya era oficial. Cuando la parte de arriba de mi vestido cayó hasta mi cintura, ya estaba sintiendo el terremoto volcánico de su cuerpo sacudir el mundo otra vez, su lava ya estaba haciéndome nadar en su placentero infierno.

Mis pequeños, viejos, jóvenes, muertos pechos también quedaron al aire. El contraste de su cuerpo inflamable con la temperatura ambiente me hizo también gemir. Necesité compensar aquello de alguna manera, y la abracé fuerte, desde atrás, mis manos justo debajo de sus pechos. Como a un salvavidas inesperado. Sentí una profunda y desoladora tristeza. Pasé por debajo de su brazo, a la vez que le indicaba con las manos que girase hacia mi, moviéndonos un poco las dos.

La miré fíjamente mientras me clavaba debajo de su clavícula, solo un poco. Solo dos puntitos pequeñitos de sangre... El eco de un "PC" doble rebotó contra todos sus huesos y los míos, y dos nuevos puntitos de sangre aparecieron, fue algo rápido, como un piquito, solo que con los colmillos. Volví a abrazarla, noté sus pechos contra los míos, su pulsación intentando reanimarme, la sangre resbalando entre nosotras... Y bajé un poco.

Mi cara a la altura de sus senos. Mi piel cadavérica manchada con su sangre. Agarré uno con cada mano, noté como se llenaban de infinita suavidad, el mar de fluidos volcánicos se llenó de seda, de almohadas agradables. Mordí. Primero, mordisquitos juguetones, que solo levantaban las primeras capas de piel, como mucho hacían un rasguño que no llegaba a sangrar externamente. Poco a poco, fui intercalando intermitentemente entre los mordiscos juguetones algunos más serios, que le hacían  salir goterones de sangre llorosa. Luego de pocos segundos así, lo realenticé todo. Uní sus pechos tanto como pude, haciendo que su propia sangre también se juntara, se automezclara. Y acerqué los colmillos para el gran final.

Mordí fuerte, muy fuerte, un colmillo en cada pecho. También apreté. Noté sus gritos embriagando y aniquilando el mundo, mi no-vida, mi moral, mi decencia, mi yo. Mi centro de gravedad se volvió puntiagudo y me hizo daño saliendo por cada chakra, fraccionado en cientos de miles de hormiguitas picándome desde las entrañas hasta el aire.

Mordí hasta que noté la calma. La sangre estaba alrededor de mi boca. Me la limpié con la mano, y ensucié aún más mi torso. Seguro Norman lo olería. Qué más da. Yo seguía triste, muy triste. Abracé a Montserrat, aún desnuda a partir de la cintura. Posé mi oído en su pecho, dejé que su corazón rebotara contra mi hipersensibilidad y destrozara mi cuerpo, mi mundo y mi yo una vez más.

La miré llena de tristeza. Manchada con su sangre. También me daba mucha, muchísima vergüenza. M-Montserrat... No podía mirarla directamente, tuve que apartar la cara. Qué podía hacer, yo era una cobarde. M-m-míram-mé, p-ffffssshh odio esas oclusivas al inicio de los vocablos -orfavor... m-mírame... Estaba ruborizando, toda la culpa me hacía encoger el cuerpo, la tristeza transmutada en autoodio llevaba el compás de mi lenguaje corporal. Separé un poco los brazos a velocidad de caracol, evitando que estos me protegieran de la mirada de Montserrat. Tuve que cerrar los ojos, tenía ganas de (volver a) morir, llorar, explotar, temblar, pero cerré los ojos, y aguanté un larguísimo minuto su mirada.

Lenta como una vieja sin nada que perder, en pianissimo, levanté una mano. Cerca de sus maltratados senos, mi índice tímido señaló sus heridas. Abrí los ojos con el esfuerzo de arrastrar la roca de la vergüenza, enfoqué mi rostro al suyo con el sacrificio de poner el sol en marcha. ¿...Tú... me... harías... eso... a... mi...?

Dejé que el silencio llenara la nave un momento. Deje que la savia de todas las plantas nos regularan el pulso. Seguí. Mi boca estaba moviendo montañas. Yo te... he visto... Yo te he visto. Eres pura... te gusta... la V-vida... t...e p...reocupas p...or los otros... eres... sabia... t..e ha p...asado... algo... te ha pasado algo. Yo te hago... daño. Sé q...ue d-disfrutas... yo... también... p...ero... me siento... mal... p..or hacerte daño. Mírate...

Estaba sufriendo por el esfuerzo físico de decir todo aquello en tan íntima situación. Tuve que parar un momento. Todavía tenía que soltar más cosas. Me gustaría... renovar... el... Me arrugué entera, mi cara dolía muchísimo, estaba como a punto de llorar... t...rato. Me gustaría renovar el trato. No... quiero... hacerte... más... daño... Bueno, no ese tipo de daño. Puedo... f-fabricarte drogas... s-si quieres puedo... La miré como una niña asustada... t...ocarte... o... ayudarte... c...on lo q...ue q...uieras... 

Claro que sabía que no era tan fácil. No hace f-falta... dej-jarlo... de golpe... t...ómate... t...u t...iempo... p...ero... q...uiero... dejar... de... hacerte... daño... mírate... ¿...tú... me... lo... harías... a... mi...?

Otra vez, la silenciosa y sangrienta desnudez llenó el espacio. Solo me faltaba decir una cosa más. Lo que de verdad hubiera querido decirle a la persona que vi, aunque fuera usando mis dones especiales sin su permiso. M...e... g-gustaría... s...e...r t...u... a...m...i...g...a... 

Tuve que arrodillarme y poner las manos en el suelo. El esfuerzo de decir todo aquello me había agotado el cuerpo entero. Había parecido que tenía un retardo mental, pero había conseguido decirlo todo.

Notas de juego

Intento convencerla de que cambiemos el trato, cualquier cosa (literalmente cualquier cosa, si me quieres meter en un lío, adelanteXD) menos Beso a cambio de sus plantas. Y no hace falta cambiar de golpe, se puede desintoxicar poco a poco. No sé que tengo que tirar, pero gastaré voluntad para convencerla!

Cargando editor
12/03/2018, 09:16
Montserrat Asturias

Algo que sabías bien, desde incluso antes que Norman te metiera ciencias a base de bien durante décadas, y que te contó tu padre, un hombre amable y simpático, probablemente otro de los muy pocos hombres que has visto como amenazas en todo este mundo y en toda tu propia línea de tiempo si es que no la línea de tiempo, es que en el cielo, en el espacio existían infinitos soles, estrellas, inmensos pero demasiado alejados. Tales soles, no eran aquellos al que la Tierra estaba anclada, al Sol que por la maldición de los cuatro Arcángeles de Dios quemaría y habría de quemar a todos los vampiros, carentes de tal responsabilidad, demasiado lejanos para ser contemplados por tales creaturas atascadas a este planeta. Aquellos soles pequeños pero lejanos-inmensos eran lo que dichos seres no-muertos podían ver. ¿Lo fascinante? Es que por la distancia y las leyes básicas de la física y el entendimiento de la óptica, se sabía que todos o una buena parte no eran más que imágenes muertas, como los vampiros mismos lo eran de los humanos que alguna vez fueron. Un lienzo negro con soles muertos. Solo una roca fria y gorda por lo cerca que estaba era vuestra compañera legítima, fria y apática, como vosotros. Tal era el mundo en que vivíais, no, vivíamos todos. Todos esos yoes que generaban las tinieblas de este mundo y lo hacían corrupto y putrefacto, enfermo y terminal pero negándose a morir, como un... Phuto zombie. Más referencias, pls.

Al comienzo, Monty simplemente queda en un estado post-orgásmico, y con eso quiero decir, claro, un un estado post-multiorgásmico, en donde cada orgasmo ha sido como chocarle con un camión hasta el útero, los ovarios, su núcleo Sephirótico y de vuelta a repetir el proceso, varias veces. Cuando le mordiste los pechos a la vez en tu remate final ella no gritó, se ahogó en un grito tan fuerte, tras gritar tanto y de tanto placer doloroso que su voz no pudo emitir nada, realmente y su cuerpo se estremeció, tembló, produciendo la música que bien has descrito, pero en donde los violinistas, pianistas, bateros, guitarristas, cantantes y todo dios en el puto anfiteatro se ha puesto a matarse violentamente con los sonoros instrumentos como armas, y en donde algunos han empezado un tirotéo y ese tirotéo se vuelve la nueva melodía. Eso es lo que ha sido, incluyendo los cortes que has descrito, porque han habido samurais y todo eso incluídos, ya que, por qué no.

Solo está ahí, incapaz de moverse, de pensar, de ser, de nada, arrodillada tal como tú mientras le hablas, mirándote con los ojos apenas poseyendo un resto de brillo, de existencia. Su pulso aún está, está viva, su aura, que técnicamente nunca dejaste de mirar porque no declaraste que desactivabas el don proyecta-sentidos para contemplar las auras, aún muestra signos vitales, ya calmada, ya con esos espirales apenas moviéndose como si fuesen espirales bebés en vez de remolinos de puta madre que es lo que eran cuando la miraste al empezar con ella. Su color vomitivo encima mucho más calmado, pasando a una especie de rojizo claro o rosado opaco, desentonado y feuzco pero al menos ya no asqueroso como el de antes, los otros tres pequeños colores en el núcleo de los colores de su esencia vital, existentes. Parecía tratar de vivir. Quería vivir y quizá por eso criaba plantas, porque si no podía vivir, pues daría vida a otros seres.

Trataba de actuar, apenas, moverse, pero no podía todavía. Sus manos intentaban alzarse, y nada. Sus pezones, erectos tanto como era física y fisiológicamente posible seguían mostrando señales de la excitación excesiva. ¿Nunca consideraste que podría tener una condición cardiaca? Porque para tu suerte, no la tiene o no parece tenerla, que sino, pues ya sabes. Sin embargo sigue ahí, intentando vivir sin hacerlo. ¿Sentirá envidia de las plantas que no deben moverse o se mueven muy, muy, muy lento, quizá inmortales al menos en referencia con los efímeros seres de células aniimales? Trata y trata, pero apenas respira. Está muriendo o lo hará pronto. Tú sabes el modo de salvarla seguro, pero Norman te lo tiene terminantemente prohibido, ya que no te ha dado permiso de crearlos, y tú misma no pretendías nunca hacerlo, sacarle sangre, morderla sin sacársela a veces, darle el placer, pero no darle tu sangre, porque eso crearía pistas no solo en la forma de un Ghoul, un siervo vampírico humano, sino que la esclavizaría a tí además. ¡Pero...!

¡...Movimiento! ¡Bien, bien! ¡Estaba moviéndose! Te tomó una de las manos y empezó a lamerla, dulce y sensualmente, con romance y erotismo en su rostro. ¿Cómo es que semejante chica no tenía un novio o novia o persona o personas incluso que le diesen amor, cariño o al menos, no se, aprecio sexual para ayudarla? ¿Cómo? No, eso sería, objetivamente, objectificarla, pero... Aún así, no entendías, no podía entenderse, ideologías aparte, por un mero instante. Lamía tus manos y tu brazo y tus dedos, se sentía rico aún si estuviese muerta, sin embargo, poco después o quizá, mucho después, ante tu respuesta de si ella te haría algo así, pasó a lamer completo tu dedo, justo, casualmente, el dedo que te habías mordido antes en el que tenías una leve herida... Y pasó, claro.

Sentiste ese dolor que ocurre cuando tu tacto super-sensible te permitía anticipar un movimiento ajeno a cambio de 'sufrirlo' para poder palparlo a mucha distancia y automáticamente negar que te tocara siquiese. Moviste el dedo hacia afuera con gran desliz y sutileza, usando la fuerza exacto, calculando inconscientemente el momento preciso en que ella presionaría un poquito menos fuerte y así viendo como la chica mordería, fuerte, haciendo sonar los dientes como una guillotina que pretendía cortar tu cabeza. Aquella sensación se manifestó. Si el ataque era un balazo, sentías la bala atravesándote dolorosamente y fulminando, quemando tu piel para luego evadirla y que la trayectoria del proyectil pasase de largo casi cómicamente. Si el golpe era un tacle o atropello, sentías el impacto aplastando tu cuerpo sensorialmente y luego pasaba de largo el impactante o auto, camión incluso. Si el ataque era un corte, sentías tu piel siendo rajada como una muñeca maltratada cruelmente por alguien que odiaba aquello que era infantil y aún buscaba mostrar algo de esperanza en este mundo oscuro, pútrido, negro y sin fe, donde ni las luces del cielo estaban vivas.

Y en este caso, el mordisco a tu dedo, trapichero, se sentía como lo que imaginarías, una guillotina... A tu cuello. A pesar de que fue a tu dedo, no sabes si fue tu propia culpa, tu psicología o simplemente tu mismo poder/aptitud/propiedad el que hizo que no sintieses como meramente te cortaban el dedo mientras evadías dicho cercenar del dedo, sino tu cabeza. Tu cabeza había sido "cortada" sensorialmente como merecías, a pesar de no serlo, y Montserrat te miraba a medida que habías impedido su mordisco de dedo sin ninguna dificultad, como una criminal que no podía hacer nada para negar su culpa, comenzando a llorar, a llorar sin sollozos, a regar el lugar, a reemplazar la sangre sobre sus mamas con lágrias. Otras cataratas, pero distintas.

- N-No soy n-a-die... N-no tengo na-d-a... Na-da... ¡¡¡NADA!!! -Gritó, con su amago de voluntad, de espíritu que podía demostrar. Porque tú misma lo dijiste, el poder elegir, el espíritu que nos dejaba optar, esa voluntad era la oxitocina de los no-muertos, no, de los habitantes de este mundo en negro absoluto, y quizá no la luz, pero sí la forma de traerle algo de luz y calor, ese sol tras la lluvia a los seres de dicho mundo nefasto.- Nada, nada... -Sollozó, ahora sí.- Solo quería cuidar mis plantas, disfrutar, gracias a usted, a tí... Y en algún momento, no lo sé.

Sus implicaciones podían tomarse de varios modos, pero no se detenía. Cuando ofreciste tu pacto, ella sonrió entonces, complacida y ya casi por completo de vuelta, creías. Fue entonces que, tomando aire como una pequeña tormenta para tí e inflando su torso generando aún más presión en su pecho sobre el tuyo como ya estaba haciendo al estar ambas juntas, simplemente te rodeó por el cuello, abrazándote, mimosa, legítima, aún cuando acababa de intentar cortarte el dedo y técnicamente te "había degollado", merecidamente, pero de todos modos. Oíste su susurro que confirmaría que este sí que era un mundo oscuro.

- No puedo serlo, temo. Tome mi invernadero, le será útil. Gracias, mi salvadora... Y adiós.

Aprovechando ese abrazo, te empujó. Sí, así es, una chica de granja y de pueblo que trabajaba sola un lugar de tamaño no mediocre como este poseía la superioridad física sobre una rata de biblioteca que, sí, hacía sus propios experimentos a mano cruda, pero aún asi asistida por literal magia. Todo esto te viene en recuerdo, sin usar tu disciplina favorita, de cuando tambaleó y resistió, de cuando se sujetó de su contador para no apoyarse en tí antes, de cómo ha podido resistir todos tus mordiscos dañinos y seguir tomando más. Es una chica fuerte y que, para tu orgullo como mujer y como una mujer que va en pro de las mujeres, podría darle lo suyo y defenderse así como más contra un hombre de físico promedio sin problema. Usando esto, te presionaría contra dicho contador-mueble, el piso mismo, usando su mano izquierda y con la derecha abriendo un cajón rápido, sacando algo de dicho. Una jeringa, que se veía, no, se sentía peligrosa. Aún en ese aislamiento plástico podías sentir un compuesto que era el equivalente a una piscina completa de ácido, y no metafórica, sino como ácido de ese que una vez en un lago, lo contamina y mata todo dentro. Tal cual. Se estaba por inyectar entonces y pensste:

Todas tus opciones eran muchas, podías elegir:

¿Meterle un collar normal en el cuello con algo de refuerzo y que se le rompiera la jeringa, anulándole todo el asunto?

¿Mandarle volando esa jeringa lejos que no podía pesar más del medio kilo que abarcaba tu Movimiento Mental y listo?

¿Usar tu habilidad en reversa y así sujetarla para presionarle justo el lugar donde se le doblara la mano y negarle el movimiento?

¿Quizá incluso despertar tu disciplina tuerce-voluntad y darle una simple orden de "Para", en un suceso dessperado pero posible?

No.

Tú te habías decidido. Usarías lo que jamás funcionaba contigo.

Apelativa, tu diplomacia. Por conveniencia cruel, por anhelo genuino de amistad, por ambas cosas. Luz y tinieblas. Un mundo en donde hay oscuridad significa que es uno donde la luz busca hacerse paso. No dudas que era algo que tenía que haber, que tenías que hacer. Tomaste aire preparando lo ya mentado y terminarías de haber declarado tus palabras, el cambio de trato y simplemente... Mirarla.


Norman, memoria, en pleno de este evento.

- Si este mundo está hecho mierda y quieres mejorarlo... Pues toca desarmarlo por completo y rearmarlo pieza por pieza, nada más, pequeño pedazo de idealista de mierda.

Su postura era la típica de un profesor de universidad, dándose vueltas, haciéndose el sabelotodo, el erudito, el que nunca se equivocaba, y sin embargo, lo que decía tenía cierto sentido, cierta solidez. Apuntó de nuevo en tu dirección con el dedo, no un puntero ni nada.

- No creo en la esperanza ni en la fe. Pero sí en los resultados. Sin embargo, si los resultados producen fe y esperanza... ¡Pues venga! ¡Muéstrame eso, muéstrame que puedes romper lo absoluto, Primela!

Su sonrisa entonces, aunque exaltada y torcida, parecía ser por fin, una sincera, que jamás pudiste reconocer entonces, porque nunca le has visto sonreír que no sea de modo exaltado y psicótico o en alegría por sus planes egocéntricos. Ahora, al recordar, se siente como si quizá haya querido decir lo que dijo.

Montserrat baja la jeringa y explota en llanto, ahora tirándose ella sobre tí, como una bebé, que lo era. Podías ser su abuela o, incluso, bisabuela, y sin embargo, esta bebé sollozaba en tí, aún con lo que intentó, una vez contra tí, otra contra sí misma. Tu acto de diplomacia había... ¿Funcionado? No te lo crées, pero es cierto, aunque contra una humana, claro, no contra los Tremere o los otros Vampiros, pero aún así. Y sin usar disciplinas, ni esa ni la otra ni la del lado tampoco, con sus putos nombres de líneas enteras o de una sola palabra, vulgar o pijo, no, nada. ¡Nada! Creíste... No, confirmaste algo, dos cosas. Primero, por tu tacto, que sus plantas eran felices, que producían felicidad en un plano muy leve, muy pequeño, pero clave, porque su mamá y cuidadora no se había dedicado a regarlas con su propia muerte. Segundo, miraste por el rabillo, al tener aquel famoso mueblecillo la parte de abajo abierta por las patas que tenía, logrando así tras dicho y hacia abajo a ras de piso (ya que estabas aplastada por la masa tanto muscular como femenina y curvilínea de Montserrat encima tuyo, aún llorando, aún estallando en conmoción) y hacia atrás/arriba/horizontalmente, como es que...

Sí, así es, las plantas... Tenían aura. Tienen aura. Es un aura distinta y completamente diferente de interpretar que el aura humana o de seres antropomorfos, pero la tienen. Sus auras logran mostrarte al menos algo que entiendes: Color, uno único por encima, muy claro pero no pálido como el de los vampiros, un color que entendías, un... Un blanco claro y brilloso, rojizo leve, rosado quizá.

Amor.

Amor, paz, una mezcla, pero lo entendías. Te sobrecogía un poco, ciertamente.

Montserrat al final ya soltándote de ese tacle termina por dejar la jeringa a un lado, encima, en su contador y todo, suspirando, buscando calmarse y vestirse, claro, si bien sabes que falta algo y no puedes dejarla así como así. Sangrienta como está, te toca dar el elemento final, si bien ella al menos se busca parar, medio desnuda para poder pasarte tus injertos y además las semillas.

- Usted me dió un montón, así que... Pues... Tome. Yo, perdone por... Por... ¡Por todo! -Pausó entonces y tragó.- N-no sabría qué hacer si fuesemos a-amigas... ¡No sabría! ¡Perdone!

Miró apenada, temerosa. Su cuello, clavícula, hombro y pechos rasgados, dañados bastante, sobretodo la heridota en los pechos por encima y la del cuello que medio torciste para darle extra placer y daño. Sabías bien cómo tenías que curarlas. Norman te lo enseñó el día uno. Sin embargo, ahora mismo estaba el tema de que, aún con vuestro negocio saldado, tocaba cambiar el trato.

- ...Y-yo... Yo no quiero otra droga distinta, no al menos que no sea como esta, que no deja rastro alguno tras ser administrada, que produce más placer que cualquier otra y que además me deja poder ser, bueno, totalmente próxima aún como una muñeca a alguien tan inteligente como usted.

Sonrió de manera boba, pero... ¡Vaya! Con todo lo que hacía, el truquito aquel de la jeringa letal que tenía listo, su fuerza física decente y todo lo demás que decía ella misma ahora, demostrando que no era ninguna zopenca sino más bien lo contrario, ciertamente entendías un poco mejor a la chica. Fue sin embargo que viste como tu móvil, en el piso, ya que cayó cuando soltaste tu vestido abajo o quizá cuando Monty te tacleó o algo, mostraba la hora... ¡Ya había salido casi media hora en todo este asunto! ¡Norman te iba a hacer comerte tus propios ovarios por un mes, joder! Sin embargo, no podías dejarlo así. Tendrías que seguir usando ese momento de diplomacia mágica, cual estrella fugaz, otra vez para poder resolver el problema Montserrat o "Caso Monty", si nos ponemos detectivescos.

Y sí, para sanarle todas las heridas y "no dejar rastro alguno" como bien dijo ella, tenías que hacer lo que siempre hacías tras darle el Beso...

Pues lamerla, venga.

Y después a lo que toque. Que has demostrado gran valor en todo esto.

- Tiradas (7)

Tirada oculta

Motivo: ¿FdVoluntad Montserrat?

Tirada: 2d2

Resultado: 3(+2)=5

Motivo: Fuerza de Voluntad [Montserrat]

Dificultad: 10

Tirada (5 dados): 7, 7, 7, 2, 6

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Fuerza de Voluntad [Montserrat]

Dificultad: 10

Tirada (5 dados): 10, 9, 8, 1, 2

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Fuerza de Voluntad [Montserrat]

Dificultad: 9

Tirada (5 dados): 9, 2, 10, 5, 10

Éxitos: 3

Motivo: Fuerza de Voluntad [Montserrat]

Dificultad: 9

Tirada (5 dados): 9, 6, 9, 2, 1

Éxitos: 1

Motivo: Diplomacia Primélica {Parte 1} (Manipulación + Liderazgo

Dificultad: 10

Tirada (2 dados): 4, 10

Éxitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Diplomacia Primélica {Parte 2} (Manipulación + Empatía)

Dificultad: 10

Tirada (5 dados): 3, 10, 6, 6, 3

Éxitos: 1

Notas de juego

Ahora, te doy variadas opciones legítimas según cómo rolées y todo a posterior, para que vayas palpando tus opciones, si bien no son definitivas.

1. Pasarla de Contacto a Aliada, o sea, de meramente una chica invernadero otorga-cosas-plantiles-vegetales por Besos Vampíricos a una legit amiga, tal cual. Si te las va ir llevando a NY o a otros lados o lo que sea, tú dirás, que tienes 100 años de experiencia para llevarla por el universo a la pobre granjera, viejuja xD. A términos de juego ella te dará las cosas de forma mucho más directa y sin paga, pero esperará que estés ahí para ella, protegerla, etc., ya sabes, amigos, es algo más directo y menos frio que ser meros asociados, diría yo (la línea es fina, es usual que pase de un trasfondo al otro y viceversa, como te digo yo eh).

2. Quitarla de tus Contactos y 'darle un tiempo', no significa que perderás a Monty como personaje ni nada, pero vamos, que le das un tiempo eh y todo. Ya verás como ir consiguiendo tus cosos plantosos, quizá debas poner Calabaza en suspensión o usar el interesante conocimiento obtenido de que las plantas tienen auras para tu favor.

3. Convertirla en Ghoul. MUY poco recomendado por la prohibición que te dió Norman pero si lo hablas con él podría ser. Tendrían que organizarlo, verlo, etc., ver si ella sería tu Ghoul o la de él, idealmente la tuya y todo, ya que sus habilidades francamente la harían un Ghoul formidable, pero a qué precio? ¿Quieres que sea tu esclava? Imagina que su obsesión ya es notable, súmala con la del Vínculo. Sería un fiasco, pero uno muy conveniente y podrías hacerla ser capaz de protegerse a sí misma y estar contigo de forma legit.

4. Negocios, claro. No cambiar nada estrictamente pero sí hacerlo. Quizá conseguir algo de asesoría directa en el asunto, ofrecerle, como mentaste en unos dos posts atrás una nueva forma de trabajar, de hacer vida, así ir metiendo mano en lo de ser amigas sin perder el trato y sin tener que seguir con lo de los Besos. Rehabilitarla directa e indirectamente. Manejar todo esto onrol sin cambios del Trasfondo en sí. Confiar en la Dominación de Norman más tu propia diplomacia que, joder, funcionó y todo para ir curando su alma.

Cargando editor
12/03/2018, 13:26
Primela

Como mínimo, parecía haberle gustado. Miré el resultado, su estado. Su calma y a la vez excitación eran tales que parecia una luna revolviéndose en ciclos y campos de gravedad, la suavidad de su piel le hizo recordar a la mía que todos, todas, sin excepción, estamos levitando en el vacío cuántico del universo. Nos sentí planear tranquilamente por el cosmos, montadas en nuestra nave vegetal... Como mínimo lo había hecho bien.

Luego de unos segundos, me fijé mejor en su estado. ¿Estaba consciente? ¿Estaba aquí? ¿Donde estaba su mente? ¿Qué has hecho Primela? Pensé que me había controlado... ¡Mírala! Haz algo. M-Montserrat... Montserrat...  Sí, decir su nombre es algo muy útil... Mi cuerpo ya no hacía esas cosas como respuesta física, pero las compulsiones de mi psique hicieron que temblara todo mi cadáver. Así se mezclaban y confundían todas las sensaciones: el aire, el calor de su piel, la sangre resbalando por la mía, el relieve del suelo peinándome y despeinándome en cada instante de mi pelo, la oscuridad de la noche tejiendo el color de mi vestido, las plantas respirando por mis poros, el corazón de Montserrat en mi garganta... Todas las cosas chocaron unas con otras en la superficie de mi cadáver temblante. Como avestruz metiendo la cabeza en la tierra... cobarde. Montserrat...

Ya lo podía ver. Montserrat muere ahí mismo, yo me quedo sola en su invernadero con su cadáver, un castigo inminente, y algo gordo a apañar. ¿Qué haría? ¿Aceptar un castigo extremadamente inmenso a cambio de que Norman me ayudara a parchar todo el tema de un cadáver? ¿Pedirle ayuda a Erzsebet quizá? Su clan tenía una extrañísima y misteriosa manera de trabajar en conjunto, a lo mejor mi hermana podía echarme un cable y mover algún hilo por mi... ¿Y qué haría con mi consciencia después? Empecé a desesperarme, mis ojos se abrieron pesados, mirando maniáticamente a todos lados, mis manos no solo temblaban, también rebotaban arriba y abajo obsesivocompulsivamente...

Y se movió. Al aliviarse todo mi cuerpo, sentí un alivio probablemente comparable a alguna droga. Cuando mi don especial me regalaba aquellos momentos, como ese inmenso alivio, una sensación tan grande como el primer orgasmo de mi vida, sentía que quería compartirlo. El mundo dejó de levitar y de caerse de repente, juntándose en medio, en yo. Todo estaba perfectamente quieto. Entonces se acercaron más sensaciones placenteras. Tomó mi mano. Me agarró tan gentilmente, con una delicadez tan adecuada a mi tacto, que un escalofrío de lenta y placentera electricidad recorrió mi cuerpo de mano a espalda, y estalló hacia atrás. Me tenía. Nadie, en toda mi no-vida, me había tocado así. Mis pestañas aleteaban y mis cejas empujaban el cuerpo arriba. Extasiada, luché contra el impulso de mis ojos de ir hacia arriba, no quería perderme la vista. Y menos aún cuando, a cámara lenta, presencié su lengua acercarse a las yemas de mis dedos. 

Su lengua rasposa, caliente, húmeda, suave y viva recorriendo mi mano y brazo me llevó al paraíso. La única forma en la que esas sensuales sensaciones, junto con la belleza de Montserrat y su cuerpo, podrían ser descritas con palabras era... luz... Dios... un dios luminoso infiltrándose por mi cuerpo, dándole tanta vida que... Mmm... Otra vez notaba mi cara arrugándose dolorosamente, como a punto de llorar. Solo que esta vez lo estaba disfrutando, llegaban las olas de paraísos luminosos desde su lengua hasta cada célula muerta de mi cuerpo. Era, realmente, un tremendo misterio el por qué me necesitaba.

No me lo esperaba. Cuando se acercó a la herida, la velocidad de la nave vegetal flotando por el espacio se aceleró, y mi percepción del tiempo dio frenazos y saltos. Todavía estaba extasiada por la sensación, así que tardé un poco en reaccionar... hasta que sentí sus dientes cayendo contra mi cuello. Aparté la mano con miedo de ofenderla justo antes, pero demasiado tarde. Me había decapitado. Me agarré el cuello con las manos, mi cara arrugada de placer pasó a dolerme intensamente, casi tanto como notar el cuello separándose, resquebrajándose... Con las manos sujetando mi garganta como si la gravedad se fuese a invertir, me moví adelante y atrás arrodillada en el suelo, como autista bloqueada ante el exceso de estímulos. Intenté gritar, pero mi voz estaba cortada. Intenté liberar vocales, pero solo un baboso y gutural jjjghhgjjjghgggggjjj fue emitido. Luché por tapar toda la sangre invisible. Dolía frío, dolía caliente, dolía metálico, dolía adentro y afuera, localizado y general... No podía estar viva con ese dolor, ni siquiera no-viva, pero lo estaba, estaba recibiendo mi castigo. Infierno... bien. Seguí sintiendo ese dolor horrible, balanceándome, honorándolo.

Y en ese estado escuché su parlamento sobre no ser nada. ¿Quien no se ha sentido así? Me quité el collar de manos del cuello. Urgía compensar la sensación. Fricción con las manos, espasmódica fricción, fregar mano contra mano. Mis palmas hicieron ruido alisándose entre ellas. El dolor no desaparecía del todo, pero la sensación áspera y resistente de las manos acariciándose fuerte entre ellas tenía suficiente potencia como para dejar de balancearme. Me concentré en mirar mis manos. El abrazo me pilló desprevenida, aunque, otra vez, nunca me habían tocado tan bien. La cálida proximidad de su cuerpo, la suavidad de sus pechos, la seguridad que transmitían sus brazos, taparon el dolor de la gillotina hasta que solo era un eco, un segundo corazón herido palpitando por mi cuerpo. Además, seguían los fluidos por ahí. Amniótico. Sí, así debía sentirse vivir en líquido amniótico. Sus palabras agrietaron la placenta agradable en la que me había sumergido.

Me dejé aflojar. Añoré el abrazo en el instante que acabó, y la presión de su mano volvió a sorprenderme. Me hizo sentir vulnerable a otro nivel, el físico. Probablemente podía hacer algo contra ella, pero primero debería haber vencido el inmenso fluir de sensaciones intensas e inesperadas. El pánico hacia la jeringuilla me paalizó y me empujó a todos lados desde todos los ángulos de la cámara (porque siempre hay una cámara mirando, solo que desde otra dimensión). Solo alcanzo a pronunciar no... Que son dos letras.

Por si no fuera suficiente, la revelación de la sonrisa de Norman. La Sonrisa de Norman, próximamente en cines, una película que te emocionará. Tiene 3D, dolor físico, psicológico y espiritual en directo, sufrirás mucho y durante mucho rato. Si no vienes a verla por voluntad propia, habrá un castigo peor. A lo mejor, realmente, solo a lo mejor, pero realmente, ese psicópata cree en mi? Su sonrisa sincera invisible quedó en el aire, devolviéndome a la realidad, aún más confundida y desorientada, pero, por suerte, la inmersiva memoria me había apartado un momento del horroroso pavor. Luz... sombra... Norman... Montserrat... Ni yo sabía si se suponía que lo que estaba pensando tenía algún tipo de significado metafórico o simbólico, solo pensaba lo que iba pasando en el orden que iba pasando.

No tuve tiempo de procesar nada, la joven se me tiró encima rota en llanto. Ese era un mar más limpio y más salado que el anterior. La presión de su cuerpo contra el mío se sintió más apresante e igual de agradable que las primeras. Mis manos temblaron, y acariciaron su espalda de arriba a abajo, separándose al llegar al límite de su desnudez, repetidamente mientras lloraba. Imaginé que las penas iban abandonando su cuerpo con cada caricia. Mis manos fueron calmándose, hasta moverse tan suavemente como su piel.

Y entonces, más revelaciones. El Aura de las Plantas, la secuela de La Sonrisa de Norman, esta vez todo el daño producido será reparado con hermosas visiones 3D transmitiendo amor y paz a todas las terminaciones nerviosas, será como comer hongos mágicos en una pizza con salsa de sangre humana, no te lo pierdas, será útil para tu proyecto de ciencias de la naturaleza. Esta vez mi tacto se llenó de música celta. No supe qué hacer ante esa revelación, solo dejé que las plantas nutrieran la belleza del momento.

Finalmente, se apartó para darme la mercancía. La eché de menos en cuanto noté el aire entre nosotras. Sus palabras eran previsibles, claro que no se podía ser amiga mía, pero no por eso fueron menos dolorosas. Alcancé a decir gracias desde el suelo. Escuché lo que tenía que decir, había pensado bien en como destruirse. Pensaba bien. No dije nada aún, no me vestí. Es curioso el efecto de la desnudez, al cabo de un rato, se vuelve normal.

Me levanté apesumbradamente, con el equilibrio bailando como marcaba la costumbre de casi cualquier movimiento. La agarré un poco por encima de los codos, la miré con tristeza y ternura. Lo siento, Montserrat. Acerqué otra vez mi boca a su cuerpo, esta vez para deshacer el tiempo. Fui lamiendo rítmicamente y con calma, primero las heridas de los pechos. Eran, a pesar de la situación, extremadamente agradables, y sentía una mezcla de culpa, excitación, y cariño animal, instintivo, mientras iba haciendo desaparecer sus heridas. Mis pulgares acariciaron un poco sus brazos mientras daba los lametazos a las heridas principales, las finales. No tenía por qué hacerlo, pero mi lengua se mantuvo acariciando su piel mientras viajaba a las heridas cercanas a la clavícula, conociendo también la piel que no había maltratado. Me sentía perra haciendo eso, pero no en un sentido despectivo, simplemente perra. Una perra lamiendo heridas. Me despegué un momento de su piel para llegar a las heridas del cuello y hombro, esta vez sin hacerle hacer ningún movimiento. Y lamí, hasta que la curé tanto como pude.

Cuando acabé, mis manos bajaron de sus codos hasta sus dedos, intentando juntar nuestras manos con tanta sutileza y suavidad como la que había usado ella justo antes de decapitarme. Tenía miedo de que las apartara o algo, pero me gustaba mucho su piel, y creía notar suficiente intimidad. Vi mi teléfono. Media hora. Bueno, ahora ya qué importa, me va a destruir de todas formas. No me molesté en recogerlo aún. Las plantas seguían felices. Eres sabia, Montserrat. Yo lo he visto... eres sabia. Me sentí observada por las plantas. Encontrar amor de cualquier tipo te costaría menos de lo que crees. Y sabes bien qué quieres... eres sabia. Yo soy boba. Mis labios tamborilearon hasta hacer lo más parecido a una sonrisa que había conseguido en... tiempo.

Solté sus manos. Iremos reduciendo. De momento haremos por cada dos dosis, una tercera de algún otro intercambio. ¿Te parece bien? Esperé su respuesta. Y... tienes mi número... puedes contar... conmigo... p...ara... lo... q...ue s...e...a... 

Hacer aquello me costaría el diseño del collar que se aprieta solo casi seguro, pero qué se le iba a hacer. Esto era más importante. Cerré los ojos, visualicé bien lo que quería, sentí su forma siendo, existiendo. Sentí mi esencia llenándola y transmutándola, dándole la energía densa y física que necesitaba para que la existencia fuera más que imaginación. Tan real como una fragancia, apareció en mi mano:

Una enorme y colorida piruleta, con muchos y variados sabores. Así semidesnuda, se la ofrecí a Montserrat. Esto te hará sentir mejor... y es una droga que no deja rastro... Y era cierto, las sales de litio y la serotonina que había mezclado entre los azúcares, sucedáneos y colorantes, no le harían parecer una drogadicta en ningún análisis. Como mucho, en el caso de que se diera la casualidad de que en Zugarramurdi tenían avanzadísimos y muy precisos análisis de sangre, parecería que se había tomado algunos antidepresivos durante la semana (y quien no toma antidepresivos en este mundo de tinieblas?). Esperé a ver si aceptaba la piruleta mágica. es... un... r...eg...g...alo...

A lo mejor tenía una amiga. Si ese era el caso, había valido la pena ganarme un castigo. No sé por qué nunca había intentado conocer mejor a Montserrat. No sé por qué pasábamos tan poco tiempo juntas. https://mariacoma.bandcamp.com/track/on-plou-el-temps

Y como la banda sonora del final de post está en catalán, acabemos con una traducción de la letra:

 

Puedes sentirme entre el silencio,
Cuando nos vamos y nos esfumamos
en un lugar donde llueve el tiempo,
aquel lugar que los dos sabemos.

Cuando la luz nos desdibuja,
cuando el tiempo se va oxidando,
nos vamos desenfocando,
somos un sonido borroso y extraño.

Será por algún motivo que nunca podemos quedarnos
tanto tiempo juntos.

Pero quiero que te quedes conmigo
Pero quiero que te quedes aquí....

Puedo hablarte entre el silencio,
mientras escucho el vacío
que nos abraza y dice que no,
como si fuéramos proyecciones.

No quiero perder la memoria
de como llegar a aquel lugar,
por si un día acordamos
desaparecer los dos.

Será por algún motivo que nunca podemos quedarnos
tanto tiempo juntos.

Proporciones de un mundo de humanos,
son las únicas que me sé.
Si hay muchos más universos
me da igual... sé que me entiendes.

Notas de juego

Hago algo entre la opción 1 y la 4. Pasaría a ser aliada en el sentido de que Primela quiere una amiga y eso, pero no desaparece del todo la relación comercial, o no de momento. Le propongo empezar por 1 de cada 3 intercambios sin colmillos, y me pongo a su disposición. Si tengo que hacer más tiradas de convencer de cosas gásteseme otro punto de voluntad que si no, no me sale ni en bromaXD.

Y también me gasto 3 sangres para conjurar una piruleta que lleva (a parte de dulce y colorante y gusto falso a frutas) sales de litio y serotonina (las dos cosas utilizadas como reguladores de ánimo, presentes normalmente en el cuerpo humano, se administran en dosis que son difícilmente detectables, también se utilizan para tratar la depresión y la bipolaridad. Evidentemente no lleva una cantidad de litio que pudiera ser tóxicaXD), la conjuro permanentemente, no se deshace.

Me da pereza volver a paintear la ficha, así que de moment me estoy apuntando voluntad y vitae gastada en notas :3

Cargando editor
20/03/2018, 23:20
Montserrat Asturias

Pieza por pieza.

Tal como un rompecabezas, logras conjurar aquella entidad, aquella pequeña (bueno, en realidad bastante grande, pero es una forma de decirlo) abominación dulce y llena de compuestos, haciéndote ver a su vez que todo el entrenamiento riguroso en ciencias y academia que te ha dado el ya mencionado tirano desde hace décadas ha rendido frutos, dándote la aptitud y habilidad o al menos capacidad (sumada con tu propia aptitud especial sensorial) para poder conjurar el compuesto de modo artificial desde lo natural a capella, tal cual, sabiendo cual es la cantidad exacta y correcta para forjarle y así otorgárselo en el absurdo elemento que a su vez resultaba inocente en la práctica y la visión, visión desde cualquier otro exterior. Así mismo pero en un modo contrario puedes ver, esta vez en un modo completo y total, del puzzle ya hecho y soldado enteramente, como es que el aura colorida de Montserrat, de esta humana, es muy parecida al de la paleta, igualmente. Omitiendo quizá el hecho de que, en aquella solitaria pero a la vez conmovedora visión y realización de cosas, el modo en que ella la toma nerviosa y débilmente para luego lamerla sensual y lentamente no es algo que sea pasado por alto, aún si tu cuerpo no pueda reaccionar de esa forma, tus emociones lo hacen, gracias a la maldición de la sangre de Caín, la misma cuya búsqueda de sangre ajena buscas saciar con tu proyecto, Calabaza. ¿No es curioso que pienses en la leyenda e historia mítica y ancestral propia tuya y de todos los tuyos, aún de otras estirpes, frente a nada menos que una jardinera? Haberla dejado morir o matado y derramar su sangre en su propio invernadero-jardín habría sido una inversión interesante de la historia.

Y eso también se suma a... ¿Qué? A veces hasta la realidad misma se olvida de cosas para hacer ver más geniales sus narraciones y conectar cada microscópica pieza, dándole chance a los aprovechadores, a los miedosos e incluso a los meramente humanos de rellenar esos huecos. Porque ningún puzzle está cuántica y micrométricamente lleno del todo, muy como explicaste antes sobre la idea de flotar, de ser como el aire, el viento, suspendida, todo estando siempre con un vacío que no llena, que siempre da paso a buscar. Por eso es que los seres buscan, en esa nada que siempre está envolviendo el todo. Tu poder te permite crear lo sólido, pero sabes bien que incluso cada átomo sólido es una jaula con un 99+% de vacío, de nada, una jaula de sombras. ¿Y si la luz y las sombras se buscan como amantes perdidos? ¿Como personas que no pueden estar juntas, como tú y la que partió siendo la niña-jardín memética y ahora terminó siendo un personaje digno de una sub-saga dramática como bien hemos contemplado?

Notas que Monty ya ha tomado un buen poco de su paleta droguis, en esas eróticas lamidas y se ha calmado por lo mismo, y quizá por su propia voluntad. Tras hacerlo un buen poco, te mira entonces y, ya hubiéndote envuelto en un paquetito (a pesar que en esta escena altamente emocional, dramática y 200% yuri no hubo ningún paquetito en ningún momento) tus mercancías, pasa a hacer o intentar algo, al parecer. Veamos si le da para hacerlo. Tómbola, dados, agentes de la entropía y la cruel posibilidad o infactibilidad de que algo quiera o no suceder. Suficiente deseo, insuficiente disposición. Norias que toman guitarra y todo eso con los hilos de los destinos varios y azares. Y pues sí, lo hace. Se acerca temblorosa primero y luego decidida, firme, con la mano que no sujeta la drogo-paleta (acabas de convertir: "¡M'han puesto droja en mi Cola-Cao!" en algo legítimo, felicidades, tu nivel de meme sube a 10, de una, antediluvianamente) para abrir el cajón y pasarte la jeringa asesina.

- Q-quiero que la tenga-... ¡Tengas! No quiero darme el lujo de poder morir p-por mi mano, si quiero ser digna de ser tu amiga... Sobretodo con lo que hice... -Solloza, pero ya lo hace con menos brusquedad que antes, ciertamente, sonriendo levemente. Tras entregarte la jeringa, fuera de si la recibes o no, asiente entonces.- Quisiera que no fuese así, quisiera que usted-... ¡Tú! Que tú aceptases mis caprichos p-pero... Acepto. -Se reiteró entonces, erguida, fija.- Acepto. Gracias.

A pesar de que parecía estar encontrando algo como su fuerza interior seguía siendo como era. ¿Ha habido algún camb-...? Sí, todavía no habías descartado tu visión del aura, por lo que podías ver como sus colores se calmaban, como la grotesca masa encima se reducía a un mínimo de un morado negruzco o plomizo opaco nada más y creías ver el pequeño amarillo en la parte más baja o nuclear brillar con un tantito más de fuerza. Una microscópica pieza de luz en el gigantesco, gargantuesco puzzle de oscuridad absoluta. Como le decían los gringos, el negror total: Pitch black.

Monty solo sujetaba su paleta (a lo que le iba dando más lamidos ahora leves hacia abajo) justo con el palo entre sus pechos, también semi-desnuda, y vaya globos, la verdad, que estaban ahí, al aire, y te hacían pensar cómo es que muchos seguramente querían ir como bichos hacia una fruta bien jugosa y llena de vida. Tu Bestia entonces agarró por dentro, en uno de esos pocos tactos que no podías palpar por no existir en el universo tridimensional. "Aún si existen muchas dimensiones, da igual". Pudiste sentir por poco la idea de increíbles celos, envidia e incluso, simple desprecio y la idea de irte full Norman sobre todos esos, pero te contuviste. Tu humanidad había quedado intacta y habías demostrado ser mejor, que tu alma, si tenías una de esas, o al menos tu ética y rigidez moral había sido superior, en un bizarro contradictus de ego y virtud simultáneo. Tocaba irse, porque sabías que aún si tu diplomacia ahora, hubiese ganado, el mentado aquel sí que carecería de diplomacia contigo. Calculando el tiempo serían unos 40 minutos de desobediencia. ¿Qué tocaría?

Pues ahora lo verías.

- Tiradas (2)

Motivo: Fuerza de Voluntad [Monty]

Dificultad: 8

Tirada (5 dados): 6, 9, 8, 5, 8

Éxitos: 3

Motivo: Consciencia {Dificultad 10-Autocontrol}

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 9, 2, 8

Éxitos: 2

Notas de juego

Sigue.

Cargando editor
20/03/2018, 23:45
Norman Thessius

Aquello que termina por replegarse a tu mente, como los fotogramas de una película insistente o de gran impacto emocional es la imagen de Montserrat despidiéndose de tí tras hacer el intercambio habitual y el trato de cambio de términos que le ofreciste/impusiste con tu diplomacia que no debería funcionar nunca, pero lo hizo, exaltando así la dramática del momento. Ya al ir saliendo del invernadero no te fijaste en mayores detalles que esos porque el paso fue acelerado pero fijado, tenso pero impasible, como el de lo alguien que hacía lo que estabas tú haciendo exactamente:

Avanzar donde sabía que no ocurriría algo de su agrado.

Paso a paso, llegaste entonces y dudaste si entrar en la casona, pero terminaste por hacerlo, plegando los ojos y cerrándolos, arrugando tu existencia y al hacerlo, sentir como toda tu piel se contraía como una cuncuna o una chinchilla haciéndose bolita, quizá algo más asqueroso incluso y gutural. Tus dedos se tensaban y sentían la madera bien pulida y conservada por años, joder, décadas y quizá siglos considerando el tiempo de esta casa, que aún así en su suavidad y pulido parecían hacerte resbalar con gran dolor, como cuando el metal frio causa la sensación de "quemadura". Terminas por abrir la puerta y, bueno... ¿Qué crées?

Norman time, motherfucker.


Nada más llegar, le ves, ahí, echado al final, casi, encima de uno de los muebles, molesto, tenso, con sus ojos alterados del todo. ¿Qué pasó? Algo pasó y te dice que no tiene que ver contigo. Nada más dar un paso dentro, otro y luego cerrar atrás, escuchas un "Clack" y un "Ckckckckclck", dobles, casi superpuestos. Telekinesis de Movimiento Mental y/o la creación de cerrojos extras de Conjuración, tal cual, posiblemente efectivamente ambas. Si alguien, mejor que nadie, sabía que a este sujeto le gustaban los juegos mentales y la ennervación psicológica ajena, eras tú. Súbitamente... ¡Oh mierda! ¡Otra vez! ¡No has...! No has apagado tu visión de aura.

Tal como cuando viste a Montserrat deseosa de su droga preferida entonces, aquí ves a Norman quizá molesto por su sentimiento menos preferido, y que si lo pensabas por medio segundo en una especie de permiso propio a filosofar en el peor momento posible, era semejante, el buscar lo que más odias en una especie de masoquismo necesario para impulsarte, calzando con la conducta estrés-adicta y neurótica de Thessius, tenía sentido. Una apilación inmensa de un color café-rojizo-negruzco, mostrando rabia, nervios, tensión e incluso... ¿Miedo? Se formaba por encima de sus colores normales. Miró hacia tí y ni siquiera pudiste contemplar qué es lo que hizo atras, a pesar de que lo sabías, por tus sentidos superiores. "Sonrió" entonces como siempre hacía y, oh yeah, comenzaba.

- Primela, Primela, Primela... ¿Te imaginas lo que ocurre, no? -Posicionó sus dedos juntos, separándolos formando una especie de carpa o pirámida separada, como si fuesen costillas, con sus dedos.- ¿Te lo imaginas? No. No lo haces. Tengo claro eso.

Se levantó entonces y empezó a caminar, poco a poco. Paso por paso. Súbitamente empezaste a sentir la habitación como gelatina, pero sin sabor, solo con la sensación de agitarse, como lo que le pasaba a un maniático o alguien con un ataque de pánico entrando, o a alguien sufriendo un infarto al corazón. Paso por paso iba marcando la distancia de un lado de la habitación central al otro, desde donde estaba antes hacia donde estás tú, y donde sabes que no puedes salir, no más. En ningún momento, nótese, te miró directamente, al menos, no hasta alcanzar el exacto metro y medio, que fue donde alzó o más bien dirigió la mirada hacia tí... Molesto. ¿Eh? ¿Qué...? No tenías idea por qué lo estaba, iba completamente por sobre tí. El cambio tan abrupto de la escena con Montserrat a esto era ciertamente algo que impedía que tus sentidos más comunes pudiesen entender. Qué irónico, estar usando la visión del aura y aún así no poder leer a alguien como usualmente podrías. ¿Te estabas volviendo adicta y confiada de tus poderes? Alzó su mano hacia tí entonces y temiste. Te azotó rápidamente sin chance de usar tu habitual habilidad de esquiva porque se la conocía, porque sabía que si te limitaba el espacio y anticipaba tu movimiento producto del tacto, con un pequeño desliz de contra-acción podía superarlo, por el mínimo, que era todo lo que necesitaba, realmente, muy como interfirió psíquicamente tu fisgonéo psíquico con otros trucos. Diste tu propio paso hacia atrás, pero tambaleaste, porque él hizo que lo hicieras para luego, torciendo su propio movimiento, rozar apenas con una yema tu mejilla y pasar de largo, ni siquiera siendo realmente un azote o cachetada, solo la habilidad básica que te hacía... ¡Mierda!

- Siente tu propia humanidad, siente el temor mortal.

Te declaró con esos ojos que no pudiste interpretar. Y sí, esta escena merece doble OST.

Pálpito, un sentimiento que solo los que no han muerto puedes sentir. Te obligó a gastar sangre en expresar tus rasgos humanos, calor de piel, sentimientos, rubor, respiración, todo, y fue abrumador, absolutamente. Suficiente como para caerte de culo, y sin embargo, él no lo permitiría, porque su otra mano te sujetaría lo justo y necesario con Movimiento Mental para dejarte derechita pero sin retenerte ni asfixiarte, pareciendo un marionetero, lo que más le gustaba ser. Odiabas esa puta habilidad porque no producía movimiento. No es que fuese una mano tangible que iba hacia tí, no, es que simplemente iba y movía el entorno, y si iba hacia tí, ocurría y ya, algo por encima del viento que podía palparse dentro de todo. Tu sentimiento pasó por fin a hacer que tu corazón cainita, maldito, de vástago de Norman palpitase, una y otra vez, sintiendo el miedo mortal mientras tu sire, aquel que te trajo de cabeza a este mundo de negror total, pitch black, sin luz alguna, hace ya décadas, te informaba.

- Nos siguen. Nos atacarán. Una persona y otra, una que conozco y su chiquilla. A por nosotros vienen.

Parpadeó, como si esperara que te burlaras por su modo de decirlo extraño o algo. Parpadeó de nuevo. ¿Qué le había pasado para ser así? Aún sentías la sangre de Montserrat en la boca, que ahora, en tu estado humano te daba asco o debería hacerlo pero no lo hacía. Nunca serías realmente humana. Norman solo quería, quiere que sientas del todo la amenaza legítima.

- Probablemente buscarán ir a por mí primero y te usarán como el supuesto eslabón más débil de la cadena. Provienen de Japón. Nihon-shin desu-kara. -Japonés. Ahí estaba. ¿Por qué japonés, antes? Ahí estaba. Su acento no era excelente pero su pronunciación era decente, no, impecable para un occidental y un idioma tan difícil.- Y siendo la persona que sé, sabe sobre mis tendencias, sabrá que la anticiparé, que intentaré hacer un cambiazo, sacrificarte falsamente, comerme viva a su chiquilla desde antes, fingir que vamos a otra parte, etc. etc. etc...

Y entonces, te soltó el Movimiento Mental y cayó él arrodillado, frente tuyo, cansado. Se notaban esas características marcas rojas, sus dos heridas. Te contó alguna vez que su propio sire lo entrenó en la Via Sanguis de un modo tan brutal que ciertamente haría parecer a sus torturas mediante sangre sobre tí como poca cosa, logrando hacerle el maestro que es ahora de dicha Taumaturgia, dejando tales medialunas o cuñas en su rostro. Jadeando, miró hacia arriba, en una mezcla imposible de ruego y de demanda, de odio y de temor, de desesperación y cabreada determinación.

- ¿Qué hacemos?

Tal cual, la bomba. Él, preguntándote a tí, eso, qué hacer. Alguna vez Norteamérica, donde naciste, soltó una bomba en, precisa e irónicamente, Japón. Ahora... Pues ahora Norman Thessius soltaba esta bomba de exigencia y de necesidad de consejo sobre su chiquilla que había tratado como había tratado por décadas, tal cual.

Boom.

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción + Empatía

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 2, 2, 1, 1, 5, 2, 2, 4

Éxitos: -2 Pifia

Notas de juego

Veamos... Me sorprende que saques éxitos en tiradas de 3 dados y luego tu tirada de 8 dados PUM PIFIA DOBLE LOL. Wabisuerte.

Por otro lado... Si optas tomar la jeringa maligna, no sabes qué tiene pero asumes que alguna especie de sedante por sobre la dosis letal y/o con algún otro extra, seguramente, algo fatal e instantáneo que toca inyectar en algún punto suave, a la vena o al menos dentro.

Muy como dices, será como has dicho, un proceso paulatino.

Ahora que sucede lo que sucede, te permito rolear como sucede como veas mejor y con lo que te he dado (sumando los problemas de tus Super-Sentidos de Tacto). El efecto que usa Norman para mejor referencia es el nivel 2 de Taumaturgia, ese que te obliga a gastar sangre, solo que aquí él ha decidido en qué la gastas a diferencia de lo que dice el manual (aunque podrías, si gustas, a costo de gastar un Willyno, el negarlo y gastar la sangre en otra cosa, lo permito y retorcer la escena).

Sobre lo que ha dicho... Pues lo que ha dicho. Su aura (sí, qué conveniente es olvidar decir "Desactivo Auspex 1/2!" >xD) te delata que no está mintiendo ni de coña y esto es lo que le tiene así.

Cargando editor
21/03/2018, 00:34
Primela

Se me daba bien aquello, y lo estaba usando para no hacer daño a nadie. Puede que muchas cuestiones sobre consentiiento tuvieran que ponerse sobre la mesa, apostarse y ver como iba la jugada, pero al fin y al cabo no estaba haciendo nada malo. O eso quería creer... shh, calla tonta, no dudes ahora, ahora es un momento bonito. Mira qué bonita es Montserrat... Gocé viendo como su aura se apaciguaba, el entorno se volvía más suave, más coordinado. Las inquietudes se aligeraban... hasta que observé como lamía. Sin duda eso disparó mis emociones, quería congelar ese momento, yo mirando y ella dejándome mirar. Ojalá la hubiera conocido antes... aunque no es posible... pero ojalá... Mi mente bailó hasta antes del Abrazo de mi sire, conectó con todos los abrazos de todos los sires, con los inicios de mi especie, hasta llegar al monomito de nuestra existencia. Sin duda era gracioso pensar eso frente a una jardinera, pero pensándolo bien, la única diferencia entre el proyecto de Montserrat y el mío era... política. Y que yo no tenía la capacidad biológica de ser tan sexy, me dijeron mis ganas de seguir mirando. La idea de verla muerta me hizo ¡Noo!, no quería que muriera, por favor que no se muriera. 

Contemplo como envuelve el paquetito , mientras contemplo la posibilidad constante de volver a la nada. Antes de conocerla no había nada entre nosotras, si se muriera, ella volvería a la nada, pero yo no, seguiría habiendo algo entre yo y ella... pero no entre ella y yo. Dos estados contradictorias coexistiendo de alguna forma puede que cuántica o puede que mística, o metafísica, o vete a saber. Pero no quería que su vida, y por qué no aclararlo, su cuerpo, dejaran de existir. Me gustaban las dos cosas, y me gustaba la Montserrat que había en medio, en el centro de esas dos cosas. Mi piel escuchó a su voz temblar sobre las manchas de sangre, la declaración sobre ser la guardiana de su suicidio fue... importante. Hacía un rato que ningún tacto destrozaba mi mundo, las cosas parecían calmarse en ese sentido, pero parecía que era el turno de las emociones, que tampoco es que hubieran sido pocas, ni menos intensas. Pero en eso nos estábamos centrando ahora. 

Aunque lo primero que pasó, fue que me sentí temblar, vibrar, ante esa declaración, y con mi propio temblor, el eje de la aguja viró y se tambaleó, y con él, mi equilibrio, y con mi equilibrio, el cuerpo de Montserrat, y al notar que el temblor casi no afectaba a las partes más voluminosas de su cuerpo me hice hasta gracia a mi misma, vampira centenaria calmándose porque tiene unas tetas grandes. Primela eres tonta... Sobreí un poquito, todo lo que pude. Alargué las manos lentamente, para aceptar el paquetit y la jeruinguilla, dos diminutivos que para mi tacto también eran diminutivos. Y muy dispares, el tacto mortal, frío, fluido, puntiagudo de la jeringuilla poco tenía que ver con los trocitos de tallos, fibrosa y fuerte madera, de los injertos. Abrí un poco el paquete, e introducí la jeringuilla, para volverlo a cerrar con todo dentro. Gracias a ti. P-erdona p...or t,odo... gracias...

Pude sentir otra vez como una de las cosas que menos deseaba en el mundo era verla muerta. Mis emociones siguieron la inercia, y supe que tampoco me hacía mucha gracia que alguien más deseara su cuerpo. Por no hablar de que alguien tuviera el favor de que Montserrat lo compartiera... esa idea no me gustaba nada nada, sentí como mi bestia clamaba que ella era mía, me la he ganado. Abrí los ojos hasta que la piel estirándose me hizo daño, los cerré de golpe y aparté la cara. ¡MALA! MALA! ¡MALA! ¿Estaría mal castigarme delante suyo? Ella casi había intentado suicidarse delante mío, a lo mejor teníamos ese tipo de confianza... Norman ya te castigará bien castigada, ¡y te lo mereces! ¡MALA! ¡MALA! ¡MALA! Volví a abrir los ojos, mientras con el pensamiento me escarmentaba haciéndome saber lo que era. 

Sabiendo que no solo sería castigada, sino que también me lo merecía, aunque no fuera por los motivos que creía Norman, deshice el proceso de dejarme el torso al aire. La tela acarició mi piel, acarició la sangre ya reseca, ocultó al aire en la nada. La negrura infinita fue tapando la temperatura, el movimiento, los aromas, hasta que todos esos tactos quedaron subyugados detrás de la ligera y opaca opresión de mi vestido. Y todavía quedaba un motivo de ansiedad... ¿Como despedirme? Ya me voy... frío... no te sientas culpable... ¡MALA! Gracias... ¡FALSA! No sabía qué decirle... Acerqué mi mano a la suya... y la acaricié con un dedo mientras me levantaba. Su tacto suave se sintió de maravilla, aunque solo fuera un segundo. Quise que supiera cuanto placer me hacían sentir experiencias como... ella. Con todo el esfuerzo que pude, levanté las comisuras y le sonreí antes de irme con todo lo que me había dado.

Al salir del invernadero, la brisa me sentó bien. Refrescó las emociones vividas. Tengo una amiga... Mi memoria volvió al momento en el que su lengua me daba placer, saltó al que le daba placer a la golosina, saltó a cuando me confió su suicidio... Me sentía suficientemente bien como para tardar un poquito más en recordar que estaba volviendo a... 

Norman. Se me estremeció el cuerpo, ni toda la madera del mundo era un preludio decente para ese nombre. Dentro de mi imaginario, ese nombre equivalía a algo digno de estar en el imaginario colectivo, a algo mitológico, a algo tan horrible comopara tener nombre propio. Era como un villano mítico, uno tan malo que en sus viñetas las páginas estaban imprimidas de forma especial, con el objetivo de que te cortaras el dedo al pasar la página, y cortes era lo que me hacía sentir cada pieza resbaladiza de madera. Sentía cada fibra de ese ser al que más o menos podía llamar mi casa, cortado, aunque hace fuera décadas, aún cortándose, dentro de mi. Los árboles desgarrados que una vez había sido esa casa me desgarraban por dentro. No no no no, no entres fúgate, vete a vivir con Montserrat, vete a vivir tranquilamente con Montserrat, procúrale una linda pareja, diviértete mirando lo que hacen y luego encarna la situación con la disciplina que casi te teletransporta a un recuerdo, haz eso, séuna pervertida hedonista que divierte a Montserrat con sus perversiones hedonistas, no entres, nonononono.

Pero ni todos los pensamientos depravados, por divertidos y tentadores que fueran, ni todas las malas vibraciones sobre mi cadáver, podían anular el hecho de que yo tenía que volver. Y hasta había decidido, por mis propias razones, que merecía ese castigo. Así que seguí caminando, hasta que...

Lo vi. Ahí estaba. Los ruiditos rebotando contra mi esqueleto ignorante eran toda la banda sonora que necesitaba para que mi cuerpecito vulnerable se envolviera en sí mismo. Lo que palpé en su aura... no entendí, pero entender no era lo que más me preocupaba. Lo que más me preocupaba era qué implicaba eso para mi. El miedo que me transmitía a mi era palpable, era una fuerza de la naturaleza. Cuando me preguntó si me imaginaba lo que pasaba, pensé en decir que no con la cabeza, pero instintivamente, y con la misma lentitud con la que se separaron para Montserrat, mis brazos se fueron juntando para cubrir mi cuerpo. Sabía que algún castigo venía, todavía no había dicho nada, así tampoco había dicho nada que se pudiera usar en mi contra. Y tampoco te atreves a decir nada, cobarde. Prepárate ara recibir tu castigo por celosa y por posesiva, te l mereces, te lo mereces, te lo mereces, me lo merezco, me lo merezco, me lo merezco... 

De eso me fui mentalizando mientras Norman se me acercaba, mientras yo no podía evitar que mis brazos me cubrieran cada vez más. Fue entonces cuando desactivé mi auspex. El pánico paralizaba mi juicio, no conseguiría nada más. El mundo estaba duro, compacto, quieto. El único que podía hacer que se moviera era Norman. Y Norman empujaba el mundo entero contra mi en cada paso. Al final mi voluntad cedió contra el peso del mundo, un gelatinoso e inescapable mundo, y di un tembloroso paso hacia atrás, justo a tiempo de que no me azotara del todo. Mis manos se movieron compulsivamente a la altura de mi pecho, sus huellas dactilares rodearon toda mi piel, se perdieron por la gelatina que me envolvía. Sabía lo que se me estaba a punto de venir encima, o al menos tenía una idea. Cerré los ojos, cerré el puño, integré la desagradable gelatina a mi piel, mis músculos, mis órganos vitales y mi psique. Como un llanto contenido, mmmm-mmm-mmm-mmmm-mmm mientras agitaba los puños y me movía hacia adelante y atrás. Tenía que aguantar. Me lo merezco me lo merezco me lo merezco me lo merezco.

Mi sangre me contradijo. Solo eso ya era una sensación remarcablemente desagradable. La gelatina a mi alrededor absorbió mi vitalidad, noté como desde cada poro de mi piel se me succionaban las ganas de estar de pie, el trazo de mi cuerpo difuminándose hasta estar lejos de mi... ¿Iba a sentir mi propia humanidad? ¿Ese era el castigo? Perfecto, me lo merezco. 

El calor en la piel fue abrasador, sentí el infierno abrigándome hasta carbonizarme. MMMMMMMMMMMM.  La respiración real me hacía sentir que todos mis huesos se expandían hasta romperse dentro de mi, y las astillas resultantes de infiltraban en mis venas, rajándolas de dentro a fuera. Ammmaaammmammmmm. La sangre me inflaba las arrugas de las muecas, me caí. No me dejó hacer eso. Su fuerza vacía no me dejó.

La pulsación de mi corazón lo llenó todo de dolor binario. Cada pum-pum era un inmenso dolor haciendo eco por cada cavidad de mi cuerpo, rompiendo cada célula con una onda expansiva de sufrimiento incondicional, que se expandía hasta el infinito, y rebotaba contra la siguiente progresión de dolor. AAA, aaaaaaa, AAA,mmmmaaaaAAAA, AAAH! ¡¡¡¡¡AAAAAHHAAAA!!!! Gritar solo empeoraba el dolor, pero no podía aguantar más. Hasta ahí llegaba mi voluntad, y casi no había gritado hasta el palpitar, lo que estaba bastante bien. Pero hasta ahí, el dolor infinito saliendo de dentro era demasiado. Noté a Montserrat aún en la boca, y la sensación que la acompañaba. Tan orgánicas como el palpitar de mi corazón, las primeras palabras para mi sire salieron:

¡MMMMMMMMMMe lo MMMMerezCOOOO! Y que creyera lo que quisiera, yo sabía a lo que me refería.

La amenaza de ataque no podía competir contra el inmenso dolor físico que una bomba de dos tiempos explotando cada segundo dentro de tu cuerpo producía. La información quedó absolutamente en segundo plano, el dolor era todo. Cuando finalmente me soltó, el suelo parecía casi un alivio en comparación con mi corazón. Y eso que el suelo era frío, resistente, me devolvió el desconsiderado aterrizaje con una fuerza que me torció la columna vertebral y la vida, una onda expansiva de dolor que llegó hasta las estrellas, y las estrellas, una por una, me escupieron en cada terminación nerviosa. Yo estaba agarrándome el pecho, intentando que parara, intentando ahogarme con gggjgggjgggjgjgggjg cuando soltó la bomba. De verdad...

También necesitaremos doble Blonde Redhead. Y después de eso, ¿quería que yo tuviera un plan, o algo? El dolor todavía palpitaba. Lo primero que se me pasó fue decirle que me daba igual todo, que si nos mataban mejor para nosotros. Pero no era cierto. Ódialo, mira como te sientes. Una parte de mi, como siempre, quiso mandarlo a la mierda. La otra no se atrevía, la otra quería realmente dejarme morir, otra quería volver con Montserrat, o con Erzsebet, o con mi madre, tantas lamentaciones por mi vida... Ni siquiera me estaba dando más información que esa, ni siquiera sabía por qué querían atacarlo. ¿Quieren algo suyo? ¿Es un ajuste de cuentas? ¿Es para conseguir poder? ¿Es para medir poder? ¿Están contratados por alguien? Mi pensamiento se aceleraba y se aceleraba, hasta que una sola imagen, audio-imagen más bien apareció en mi cabeza:

Esto es uranio. Cálmate. Sí, esa Primela le dijo a ese Norman que se calme. O a lo mejor me lo dijo a mi. En todo caso, mientras yo estaba aún acabándome de retorcer por el dolor, fue ella quien habló. ¿Q... ue... busc-an...? Y esa fui yo.

Notas de juego

Ahora sí me desactivé el auspex.

Cargando editor
21/03/2018, 04:18
Norman Thessius

Pulsaciones, pálpitos, latidos, sinónimos que repetían la misma palabra una y otra vez. Peor que una uva rápidamente contrayéndote como una pasa, peor que una cuncuna palpitando o una fruta jugosa y exquisita arrugándose hasta el punto más ínfimo de su existencia por ser devorada por abusivos insectos. Así mismo se sentía, emocional, psíquica, y en tu caso, físicamente. Norman se había puesto creativo con sus castigos, si lo decimos de la manera más psicopática posible, pasando de meramente hervirte la sangre porque sí a hacerte palpar la mortalidad a tope. ¿Alguna vez hemos cuestionado tu super-tacto o "Sensorialidad Táctil Extendida", como se le, en caso de hacerse, pondría en algún examen que hablara sobre tu condición y habilidad? ¿Es algo que podías hacer desde que eras una niña en el puestito con papá y luego en casa cocinando con mamá, ahí en las calles de la vieja Nueva York en blanco y negro o a color sepia quizá? ¿Es algo que Norman mismo aumentó a base de tortura durante décadas o que la Maldición de Caín despertó y desbloqueó apenas pasaste de humana a vampira? Sea como sea, esa sensación de mortalidad es exactamente lo que el señor quería.

Sin embargo, el problema de Norman Thessius, como quizá, o no, estas supuestas atacantes orientales, sabían o podrían saber, era ese, que él no miraba entre las fisuras microscópicas precisamente por tapar todo, por abarcar todo y, en su rigidez, generar más fisuras sin considerar la delicadeza de un puzzle, de una pared tapada por cada parte y parte de intersticio, un ladrillo tras otro, una capa tras otra, un pliegue de metal tras otro. Aquellas fisuras ínfimas en sus planes eran lo que podía arriesgar a destapar su culo y entregarlo en bandeja de oro a sus enemigos, ahora reales. Fue entonces que al lentamente apagar Auspex y empezar a dejar de ver su aura, parpadeando un único instante...

Aprendiste por instantes, el siguiente paso. ¡Su mente!

"No, no... ¡Tengo que confiar en ella! ¡Dije que lo haría!"
"¡No seas idiota! ¡A esta cobarde se la van a comer viva! ¡Son LaSombras! ¡Tienes que encargarte de ambas y esconderla en el otro puto rincón del mundo!"
"¿Qué? ¿Y cómo mierda hago eso si mis otros enemigos la pillan? Ni Spukov ni Palomino podrían hacer algo, o si van conmigo, evitar que se salga por un puto minuto. ¡Ya se ha salido por más de media hora!"
"¡Y ha hecho bien! ¡Ya viste en su mente como lidió con la loca del invernadero impecablemente! ¡Compasión y pragmatismo! ¡Es tu chiquilla!"
"Ya lo sé, sé que tiene cien años ya, sé que es mi creación, sé que no hurgaría en su cabeza para saber sobre su proyecto y que esperaría que me dijera, sé que ya tiene cien años... ¡PERO ME VALE MIERDA! ¡NO PIENSO PERDER!"

Miró hacia tí entonces, inconsciente de que estabas logrando eso que sabías que aún no habías aprendido. Apretó sus dientes, tanto que pudiste sentir los chirridos de guillotinas chocando, como un horrible compresor metálico o un triturador en vivo y en directo, justo a muy pocos "centímetros" o "metros" de tí, pero se causaba daño a sí mismo.


"¡¿Qué hago?! ¡¡¿¿Qué hago??!! ¡¡¡¡¡¿Qué mierda hago?!!!!!!!!"
"¡¡¡¡¡¡Piensa, Norman!!!!!!!"

Y cuando entonces, le confrontaste, su mente se fue a blanco, completamente, mostrando fácilmente su gesto más contrariado posible. Este Norman que se llenaba de dudas igual que tú, que era cada vez más humano como nunca fue, aún siendo el monstruo, se quedó mirando a tu existencia y por casi un instante creíste ver y ¿ser? incluso esa Primela con pelo algo más largo pero no tanto, más alta, con tacones y traje de cabrona poderosa, quizá incluso, si nos ponemos creativos en la ficción, con alguna propia herida notoria, en su mano o algo que su propio sire le haya hecho a costa de un entrenamiento sin piedad. Al hacerlo, le viste entonces concentrarse y ejecutar una habilidad que le conocías bien. El punto que venía después, el de potenciar su propia proximidad con Caín de manera artificial. Aquella mano que antes te rozó ahora se tiró hacia atrás, concentrando rojizo torrente que sentiste cual manguera industrial a través de sus arterias, potenciando su físico, y entonces aproximándola a una velocidad directa, absoluta, hacia... ¿Tí?

No, un "plrgch" se pudo sentir claramente, equivalente al destripe de un matadero, pero muy breve, porque tu rasgo alargaba sensaciones, no lapsos. Norman había golpeado la pared de esta dura y bien formada casa post-centenaria con tal furia que se despellejó y, de hecho, desgarró la mano, soltando luego y mostrando dedos y nudillos con mucha sangre que saltó hacia todos lados. Jadeando, te miró entonces y la retiró, tronando su cuello y propagando la sangre para que esos dedos deshilados de los hilos de títere llamados husos y a su vez tendones fuesen rehilados y reformulados por completo, por el Gepetto conocido como... ¿Dios? Dios maldijo a Caín después de todo, y supuestamente hizo a los humanos o al menos al mundo en que evolucionaron. Mezclar ciencia con creencia. Creciencia. ...Sin comentarios.

- Ah. Muy bien. Suficiente.

Se calmó efectivamente y a la vez dejaste de poder leer su mente. Intentaste y nada, fue un momento producto de la chispa situacional, del flujo de tu propio poder cainita y vampírico mostrándose, exaltándose por la instancia. Norman tomó aire quizá de manera simbólica y entonces flectó un único dedo desde el lado, grandilocuente, posero pero al mismo tiempo nonchalant, vamos, haciéndose el despreocupado y de poca acción necesaria, todo a la vez. Abarcar todo, no dejar nada. Al hacerlo, una carpeta enrollada completa (que si no se desparramaría entera) por esos hilitos elásticos envolviéndola cayó justo en una mesa cerca de vosotros. Tomó dicha y la abrió, mostrándote.

- Svetlana Kozlov es un monstruo, porque no se le puede definir de otro modo. -Dijo con total audacia a pesar de ser quién y cómo era, ajustando sus lentes y pasando el dedo por sus heridas del rostro, que parecían arder un poco cuando usaba su poder en particular, prosiguiendo, una mano haciendo esos gestos, la otra moviendo los archivos, la carpeta y la mesa manualmente para que vieras mejor.- Uno que en particular pertenece al clan de los "Guardianes", que no protegen ni una puta mierda. -Te sorprende un poco oírle hablar con vulgaridad y profanidad legítima y "soltura", casi, dirías. Prosiguió.- Una LaSombra, vamos. Su habilidad, por si no lo recuerdas o quizá no lo has visto o recuerdas ver, es manejar las tinieblas, todas, crearlas, moverlas, etc., una mariconada total. No tendrá tantas variaciones como nuestros poderes pero una vez lo manejan se vuelve un fiasco, tentáculos oscuros, sombras ahí donde vas que pueden pasar del plano 0 al plano 2-3 dimensionalmente hablando aunque solo sean sombras, sombras líquidas que tapan áreas completas... Y más. Por lo que imaginarás para un ser de la noche es un problema, vivimos en la noche, eso les da la ventaja.

Ya dicho eso, te dejó mirar por tu cuenta el documento. Había sido hecho con una rapidez increíble. En el tiempo en que estuvo haciendo lo que sea, le avisaron, volvió y llegaste, tuvo que haber acumulado todo muy apurado, acelerado. Se veía la foto de una mujer aterradora pero muy hermosa, aunque en un sentido distinto del de Montserrat, su belleza era claramente maligna, la de alguien que no dudaba en picar, morder y destruir, aunque... Monty sí que había demostrado tener colmillos antes, eh, lo sabías, pero ahora mismo al ver a esta persona entendías de todos modos la diferencia crucial y quizá el motivo por el que Norman la trataba como una amenaza de prioridad máxima o alta, por lo menos.

Ponía "Svetlana Kozlov": Nombre actual, posiblemente verdadero o parcialmente verdadero. Origen: Rusa/Japonesa/Otros(Indefinidos). Su edad real, completa, se nombra como desconocida aunque se ve como una señora, no, una dama joven no mayor a los 30, ni por si acaso, su lugar de residencia más frecuente es Tokyo, Japón y Moscú, Russia, también San Petersburgo como un segundo paradero. Otras locaciones en Europa y en Estados Unidos son recurrentes e incluso en América, Centro/Latino-América de tanto en tanto. Francamente, no hay mucho más, pero...

Hay algo. Nada parece explicar en absoluto sobre, precisamente, la chiquilla de Svetlana de la que habló Norman. Sí, habla algo sobre una reunión de negocios en Japón desde Rusia pero nunca explica por qué o con qué motivos, más allá de cual sea el motivo que pueda tener un monstruo para convertir a una persona perfectamente normal o no tanto en otro monstruo y perpetuar la horrible maldición del primer jardinero asesino de todos. Ahí parece haber un vacío, es como que el informe, sí, incompleto pero aún así ordenador, digno de Norman, parece saltarse en la info que ya existe sobre: "Abrazó entonces a su chiquilla para luego seguir sus actividades en..." y nada, tal cual. ¿Hay algo ahí que no quiere ser revelado y esta persona, Svetlana, ha querido tapar (en las sombras, dicho sea, para extra punny bullshit) deliberadamente? Es lo que te viene a la mente con tu no excelente pero sí existente acto de percepción como la detective definitiva que todavía no es tan definitiva.

- Sobre su chiquilla, nada. No alcancé a armar un informe más decente o en absoluto, supe de esto hace demasiado poco tiempo, la verdad. Solo sé que es una especie de princesa heredera de no se qué de alguna compañía tecnológica de alto standing en Tokyo. Posiblemente una mujer de negocios, quizá.

Se pasó la mano entonces como un arado sobre su cara, raspando un poco el inicio de su cicatriz más alta (la otra estaba un poco más abajo, partiendo de su nariz y hacia el inferior mientras la que tocaba estaba partiendo casi desde la frente y en esta) hasta llegar a los lentes, que toqueteó y ajustó.

- Por definición, no pueden llegar todavía, a lo menos, lo harán mañana, pero su ideal es intentar hacerlo antes. Tienen ghouls, deben tenerlos, pero en eso no estamos en desventaja. -¿Leyó tu mente cuando leías su mente? No, porque habrías leído su lectura de tu mente entonces.- Tengo dos sirvientes, no creo que te acuerdes de ellos mucho, pero les tengo patrullando ahora afuera, por si acaso. -Suspiró y te miró serio de nuevo.- Cuarenta y cuatro minutos, Primela. -Se puso la mano sobre los labios frotándolos, como cierto super-detective de cierto anime que cierto otro contacto tuyo que contrabandeaba cacharros contigo te había mostrado, como pensando cómo hacerte pagar.- ¿Qué haremos con eso? ¿Y qué haremos con esto? -Miró hacia el informe.- Tenemos las de perder. Si me enfrento a Kozlov yo solo, es seguro que me mate y yo la deje malhrida o en letargo... O la mate a un costo muy grande, dejándote a expensas de la chiquilla y, seguro, cualquier ghoul o ghouls de las dos. Si Spukov y Palomino están cerca, podrías escapar, pero mmmh...

Pausó entonces y pareció tener una idea brillante. ¡Sí, "Sonrisa de Norman: Reloaded" ya había salido a los cines, justo ahora! Te miró entonces y te apuntó, sabiendo lo poco educado que era apuntarle a la gente. O sea, podías ser un monstruo bicentenario que jugaba con las (no-)vidas de otros y la suya misma, pero fijo que si no te habían enseñado eso no tenías lugar en este planeta. Aún así, lo arriesgaba, para ser dramático.

- ¿Qué castigo te darías a tí misma en mi lugar para compensar esos 44 minutos de ausencia y además servir a nuestra supervivencia? Tic toc, Primela.

Ladeó un poco la cabeza como alguna especie de ente de películas de horror, casi riendo.

No se te ocurría, pero seguías sintiendo que algo sobraba o faltaba en este asunto.

Pieza del puzzle oculto en las tinieblas.

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: ¿Auspex?

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 10, 10, 2

Éxitos: 2

Tirada oculta

Motivo: Informe (Svetlana)

Tirada: 5d10

Resultado: 3, 8, 2, 9, 5 (Suma: 27)

Motivo: Percepción + Investigación

Dificultad: 7

Tirada (5 dados): 2, 7, 5, 10, 1

Éxitos: 1

Motivo: Inteligencia + Empatía (¿?)

Dificultad: 8

Tirada (7 dados): 7, 2, 4, 9, 3, 6, 1

Éxitos: 0 Fallo

Cargando editor
21/03/2018, 16:39
Primela

Durante mi vida humana, siempre había sentido gran placer por las sensaciones físicas. El cuerpo era un lugar de gozo, el arte puro mimo, y las palabras una caricia. Pero sentir la humanidad de esa manera había sido horroroso, y a la vez una nostalgia autocompasiva me encerraba conmigo misma, todavía incapaz de atreverme a odiar a Norman por el miedo paralizante que me infundía. Los ínfimos trocitos de madera me hormigueaban por el cuerpo mientras me acababa de retorcer en mi miseria. Frío, muerto, desgarrado, eso era lo unico que recorría mi cuerpo ahora. 

¿Por qué me hace esto si quiere que sobrevivamos? ¿Por qué me hace esto? ¿Por qué me hace esto? Mi pensamiento volvía a sus bucles habituales mientras mi auspex se apagaba... sentí a mi propia voz mental adormecerse poco a poco, como regocijándose en su propia debilidad... y de pronto renacía, pero sonaba diferente... sonaba ajena, cada vez más fuerte, ajena y fuerte, pero con el tipo de ansiedad y duda que podrían compararse con las mías... era... ¿es...? ¡Es! Tuve aún más miedo, sobretodo después de lo que le había dicho, y como se lo había dicho, siendo quien se lo había dicho. No podía creerlo, y especialmente, me preocupaba, aterrorizaba la idea de que si yo podía escuchar su mente en ese momento, lo más seguro es que él pudiera escuchar la mía, escuchar todo y más, y sus pensamientos rebelaban que ya sabía donde había estado y qué había estado haciendo, temí por mí, por Montserrat, por Erzsebet, temí y temí, me apresuré a que las palmas de mis manos se apoyaran en todos los afluentes de la madera en el suelo, y con cobardía de gallina me incorporé tanto como pude, que solo fue quedarme sentada en vez de echada. Solo para ver que, efectivamente, un puñetazo comenzaba a tomar forma, probablemente hacia mi. ¡No! ¡Ya fui castigada!

Mis patosas patas de gallina escuálida salpicaron repetidamente contra el suelo para alejarme de su ataque, haciéndome notar que todas las astillas del amazonas me acariciaban las nalgas en ese suelo de madera en Zugarramurdi, pero el miedo todo lo podía, y me alejé hasta que mi espalda chocó contra la pared, y el golpecito me hizo crujir desde la columna vertebral hasta las retinas. Era mi fin. Lo era. El puñetazo era inevitable. ¡Tenía que hacer algo para salvarme! ¡Fuesinquerer! Todas juntas salieron las palabras. Mientras demasiado tarde como para salvar mi no-vida mis manos me tapaban la cara, pude sentir el aire esparcido alrededor del puño de Norman golpearme, pero nada más. El ruido a matadero todavía me hizo pensar que se trataba de mi más definitiva muerte, pero no. El eco de cada gota de sangre se ubicó cuando su eco chocó contra mi, la diferencia de texturas entre piel, piel levantada, carne, sangre, llenó la casa de... de... de Norman. ¿Me salvé...?

Ahí contra la pared, justo después de haber sufrido la tortura de sentir como una tortura a la humanidad, con los cachitos de capas lipídicas y la sangre justo al lado de mi cara, contra la misma pared a la que había ido yo a parar, vi como se sanaba, y me odio, con eso, yo me fui aliviando. Parece que sí... me salvé... El mundo volvía a su normal tensión dentro de mi cuerpo... El aire se calmaba... Parecía que no se había dado cuenta de lo que escuché... mejor si no sabía de que estaba despertando algún poder por mi cuenta.

La carpeta chocando ruidosamente contra la superficie se metió en mi boca, y chocó contra mi nuca. Todavía echaba de menos, de entre características humanas, llorar. Las muecas inherentemente dolorosas no tenían nada que ver con llorar, solo hacía daño en la cara, pero no desfogaba, y automáticamente sentía que quería parar. Escuché ese nombre, Svetlana Kozlov y la consiguiente explicación de mi sire. 

Conocía la fama de los LaSombra. Miré asustada a mi sire, esta vez no solo de él, y otra vez intentando odiarlo, pero sin éxito por el bloqueo del miedo. Claro que los recordaba. La última vez que me mandó "a buscar un libro", sobreviví únicamente porque un LaSombra creyó que no podía ver nada en la oscuridad, y porque casi me mato a mi misma gastando sangre para reacciones químicas. Pero finalmente, el libro que tanto quería mi sire, "El verdadero diario de Ana Frank", estuvo en sus manos. Nunca le he visto leyendo ese libro. Si no fuera porque re-re-moría de miedo, hasta me podría haber dado gracia mi situación.

Me maldecí por dar gracias por poder producir esas reacciones químicas que con fuegos imprevistos me salvaban la vida, porque en última instancia venían de él, de sus enseñanzas. Y por culpa de él estábamos en esa situación, nadie más podía habernos metido en eso. Sabía que los LaSombra eran algo así como los jefes del Sabbat, y que tenían fama de agresivos y de tener muchos espías... daban miedo... pero a mi todo me daba miedo... ¿Qué podía hacer yo, ahí teniendo miedo contra la pared? Y si tantos espías tenían, cualquier cosa que hiciéramos sería saboteada... ¿Por quien? ¿Quien podía venderle información a esa LaSombra? En esa casa solo estábamos Norman y yo... ¿Alguno de sus contactos? ¿Sus ghouls? No, seguro esos estarían muy agarrados por la mano de mi sire... ...¿Montserrat? ¡No! ¡MALA! ¡MALA! MALA! La paranoia y la presión mental me estaban haciendo desconfiar incluso de ella... miré el paquetito con todo lo que me había dado en el suelo, se me había caído en el momento de humanidad. ¿Huir era una opción?

¿Para qué? Nos encontrarían, estaríamos igual en poco tiempo, y Calabaza correría peligro. Tuve un pequeño instante de paz ante ese pensamiento. Por lo visto, al menos mi proyecto valía realmente algo para el ser cobarde que había en mi cadáver andante. ¿Esconderse? ¿Esconderse bajo tierra? Esperarlos bajo la luz del sol.No idiota, simplemente esperarían a que sea de noche y nos rematarían cuando estemos a las últimas. La presión mental era enorme, indescriptible. ¿Trampas? ¿Poner trampas? ¿Y si las evitan, qué? Volvemos a donde estamos. Te vas a morir porque te lo mereces Primela, me van a matar. Me van a matar. Me van a matar. Me van a matar.

Yo parecía paralizada en el mundo físico, pero dentro de mí los pensamientos, las sensaciones, las imágenes de esa señora en la foto desmembrándome con sus sombras sesucedían, daban vueltas y chocaban unos con otros, produciendo energías aterradoras que se quedaban dentro de mi como si yo fuera una olla a presión hecha de imanes... Espera... ¿eso es posible? Lo último que oí, te van a matar, es que los humanos consiguieron mantenerlo durante dos segundos, te van a matar. Puede que con movimiento mental sea un poco más fácil... te van a matar... shhh no me van a matar... sí que me van a matar... no, no quiero... pero te van a matar... y solo Norman sabrá que he muerto, así de triste es mi vida... A lo mejor... ¿si Norman no sabía de su chiquilla, la LaSombra no sabría de mi?

Tenía que empezar a hacer algo. Tenía que conseguir que pareciera que tenía esperanza. Saqué tanta voz como pude. N-necesitamos t...iemp-o... Le pediré a... Erzsebet... que difunda este rumor en su clan - ya se sabía lo misteriosa y rápidamente que viajaba la información entre los suyos - : "la chiquilla de Norman finalizó su proyecto... un arma que puede acabar con los LaSombra..." si usted también difunde el rumor, mi sire... los LaSombra se enterarán de algún, intentarán averiguar... eso nos dará un poco de tiempo...

Y todavía me quedaba una cosa más por decir. Mi sire... creo... c-creo q..ue... realmente... puedo... fabric-car... esa... arma... con... su... ayuda... No le había respondido sobre el castigo, esperando que lo que le dije fuera lo suficientemente tentador como para que se olvidara, como mínimo un rato. En vez de eso, saqué el móvil del bolsillo, y me dispuse a teclear a Erzsebet, mirando a Norman desde abajo, como perro apaleado esperando confirmación. En cuanto me la diera, este sería el mensaje que mandaría a Erzsebet:

Erzsebet, necesito que hagas una cosa por mi. Puede sonar raro, pero es importante. Necesito que hagas saber entre los de tu clan que la chiquilla de Norman ha culminado un arma que puede eliminar a los LaSombra. Perdona por ser tan mala hermana, pero de verdad necesito que cuanta más gente sepa eso mejor, es de vida o muerte. Lo siento mucho, perdona, soy mala, lo siento, perdona.

Notas de juego

Asumí que alguna vez me había encontrado con algún LaSombra en alguna de mis misiones casi suicidas, y asumí que con mi 3 en política sé que son más o menos como los jefes del sabbat. Y tengo algo muy sci-fi que a lo mejor es posible pensado :D. Evidentemente no será un mataLaSombras como quiere venderlo Primela, pero sí será algo divertido y a lo mejor eficazXD

Cargando editor
22/03/2018, 10:38

Orden post-caos.

Aún quedaba el grotesco resto y sentimiento residual de como Norman convirtió su mano en un triturado de falanges, músculos y otros varios, a pesar de haber regenerado el segmento de extremidad en su totalidad, la sangre y la idea de ello presente y, de hecho, reciente. Usaba esa mano para pasar página entre las del improvisado informe sobre Kozlov, el enemigo y jefe de operaciones del otro lado. Al haber leído su mente y mirarle ahora, aún en la calma que le impusiste o hiciste imponerse (que hay que decirlo, hoy estás hecha una máquina para inducir voluntad sin doblegarlas con la disciplina que las doblega y que nunca aprenderás, la única que te has negado más a aprender que la Via Sanguis de Norman, dígase) notabas como este sujeto la miraba con un claro dejo de rivalidad, de: "Me pertenece" o como dirían los gringos: "I call dibs on this one, m***...", se entiende. Así, él observa tu existencia, en donde ya estabas por fin de pie con tus patas gallinescas que dejaron de serlo al encontrar valor, mínimo pero existente, para poder posicionarse erguida como un ser humano y entonces establecer tu postura y propuesta ante la amenaza legítima que ambos sufríais, por igual, como un dúo. Jodidamente surrealista al ponerlo de esa forma. Peor, porque era así, de verdad.

- Producir ruido externo y paranoia además de entrampar al enemigo directamente en casa con más trucos y manipulaciones... -Su expresión se ensanchó entonces pero se contrajo, rápido. Pensó, pensaba, ahora en la privacidad de su cráneo, no como antes, y muy como a tí varias veces no te dejaba tener por tu cuenta. Observó el móvil entonces... Y no agregó nada, absolutamente nada, solo asintiendo.- Adelante.

Mandaste el mensaje y con ello, hiciste algo que probablemente cambiaría todo, de muchos modos.

Pero todavía no lo sabías, claro, tú estabas aquí y ahora.

Ante tus previas reacciones cuando aún estabas echada pensando en tu más que realista muerte y eventualmente después al ir escuchando la explicación de tu sire, suspiró, reaccionando a posteriori además de que retroactivamente, mirando con un gesto casi de preocupación y de pesar legítimo, si bien molesto, siempre molesto, siempre con ceño algo fruncido. Incluso antes, cuando le confrontaste y le hiciste sorprenderse mantuvo un poco de ese ceño fruncido leve. O era un rasgo biológico suyo que la maldición de Caín no le quitó o algo le hizo empastar esa mueca en su ser. ¿Qué pudo hacerle ser así?

- No tengo que leer tu mente... Ahora al menos, para entender tus dudas. No, no hay espías aquí, ellas han investigado por fuera y de antes, lo que yo hago, mis movimientos entre vástagos, la Camarilla, etc. -Suspiró como si supiese que admitir una culpa propia era una mierda y volvió a un gesto más apacible.- Si es que nada, mi asociado me ha avisado en tiempo record, porque sino mañana estábamos yendo a tomar el vuelo a N.Y. y fijo que nos botaban el avión o emboscaban en el aeropuerto, quizá antes.

Se encogió de hombros pensando en la posibilidad realista de eso y finalmente concentró su cerebro, cerrando sus párpados en un gesto super-dramático que le llevó finalmente a urdir algo, en su mente de titiritero, de mente maestra, de manipulador cabrón que osaba, juraba y buscaba ser, así como, sí, muchas veces era. Parpadeó entonces y te miró de nuevo.

- Una apuesta, en pocas palabras, en donde ni esa neurótica ni este otro neurótico podrán escatimar en recursos, una carrera de gallina, el que tambalée, pierde. ¡Nada mal! -Se mordió la llena y la uña del dedo pulgar de la mano entonces tras decir eso y aplaudió fuerte, suficiente para que se escuchara desde afuera y pegó un grito entonces.- ¡Palomino, Spukov, adentro!

Y sí, sentiste como por una puerta trasera que casi habías olvidado que existía, entraron dos personas que casi habías olvidado que existían, muy como dijo Thessius, tu sire, en su momento. Primero estaba un poste de al menos metro noventa, de pelo muy corto, estilo militar pero con pequeños mechones que fluían lisos, castaños. A su lado, un tipo considerablemente más bajo, como del porte de Norman (aunque para tí todos eran altos, de todos modos), con unas cejas curiosas, dirías que estilizadas pero no, tu habilidad de tacto supremo te decía que era algo que nacía, y hacía que fuesen o gruesas o con ciertos pliegues, de pelo semi-corto apegado a su cabeza, no tan liso, azabache. Aquel de menor estatura y cejas curiosas llevaba una especie de rifle-metralleta, "corto" pero disparable decentemente, mientras que el alto llevaba un francotirador o sniper a toda regla, de cadencia lenta y disparo largo.

Norman hizo un gesto a ambos y estos sin demora alguna procedieron a asegurar que sus armas estuviesen selladas y protegidas, ya sabes, para que no se dispararan ni nada, porque si bien a los vampiros las pistolas y armas de fuego les eran poca cosa, seguían siendo una molestia que podía apilarse hasta causar el daño que sí que le hacían a los humanos con gran eficiencia. Fue entonces que tomó el archivo y se dirigió hasta la otra mesa, la redonda y grande, poniendo cuatro sillas y hasta ofreciéndote una, mientras les indicaba a los que deducías eran sus ghouls a sentarse igual. Le hizo a uno de ellos, al de las cejas, un gesto y este tomó entonces una botella de licor, casi llena de uno de los estantes de Norman, poniéndola entonces en la mesa. Ante otro casi imperceptible gesto de Norman, el alto se paró y buscó vasos, ahí mismo en ese estante y os puso a los cuatro, tal cual.

- Primela, Spukov, el de la metralleta y el cabello azabache, Palomino, el de elevada estatura. Ambos, Primela, venga, presentáos.

Y entonces hizo el gesto mientras ambos se servían su buen tanto en los vasos, pasando a presentarse cuando el otro se estaba sirviendo. Primero el de las cejas curiosas y pelo azabache, mirándote con curiosidad pero respeto y un gesto que parecía siempre atento, siempre fijo.

- Mikkel Spukov, a su ser-rvicio, seño-rita Primela. -Se inclinó levemente ante tí mientras Palomino terminaba se servirse y se empezaba a servir ahora. Su forma de pronunciar las R's era curiosa, casi clichada, pero le iba bien.- Si tiene duda alguna, pr-regúnteme.

Parecía manejar bien el idioma aún con casos pequeños como "si tiene duda alguna", pero no estaba mal conjugado. Ahora el poste de apellido hispano:

- ¡Hola! ¡Soy Otto Palomino, a su servicio igualmente! Lo que sea, pues ahí estamos. -Sonrió entonces, en un gesto parecido al que hizo su compañero co-ghoul. Su modo de pronunciar las "l's" y otras oclusivas o semi oclusivas como la "p" de su apellido o las "c's" era fluido, quizá inusual en alguien español del todo. Te agradaba como las hacía sonar táctilmente, por razones que tú misma entiendes.- Un gusto.

Y así, viendo como su compañero se servía entonces, pasó a buscar algo. Norman se lo otorgó entonces, una jeringa, sencilla, directa, conjurada. Ambos ghouls alzaron sus copas soltando un "Salud!" y entonces bebieron aquel concentrado ícor tóxico de gran felicidad asegurada y sopor dosificado. Tras hacerlo, se inyectaron la jeringa directamente del cuello sin mucha piedad, Palomino al menos lo hizo así. Spukov lo hizo de la vena directamente del brazo, demostrando que eran soldados de tomo y lomo. Tras hacerlo, soltarían la sangre en vuestros vasos que Norman pondría cerca. Repetirían el proceso hasta daros algo decente en cantidad y luego dejar la jeringa a un lado mientras se servían un poco más, alzando las copas.

- ¡Salud! -Dijo Norman, invitándote y casi incitándote sin mucho derecho a voto a poder beber. Tal cual, como sabías y habías estudiado por décadas, la sangre vampírica tenía tantos poderes y atribuciones que era absurdo y, en la paradójica fascinación que producía, te hacía a veces considerar abandonar Calabaza del todo solamente porque parecía un camino sin fin el estudiar lo inestudiable. Aún así, la cosa es que lo que teníais vosotros en el vaso, aún si sacado no por colmillos, era una versión concentrada, sacando los elementos más puros del alcohol consumido por los humanos, humanos que además poseían propiedades vampíricas por ser ghouls. Esto sería un trago fuerte y no solo algo inusual para Norman, sino un modo de... Soltarse, tras todo el drama y quizá tras cien largos años.- ¡Salud!

Pronunciaron los otros y, esperaban, tú también. Tomásteis los cuatro entonces (últimamente vuestro defecto y maldición peculiar de clan, el clan de los hechiceros que érais, te impedía realmente negarte a celebrar del todo últimamente, como si Norman esperase que tomases más por tu cuenta que por obligación, costándole no imponerse y manejar a otros como títeres) y los ánimos se relajaron. Te sentiste... Suelta, efectivamente, pudiendo tú tomarlo del modo que quisieses, pero suficiente para empezar a contar tu plan y explicar eso, tu proyecto rápido y el arma definitiva anti-guardianes y su clan que no protegía ni mierda, según Norman, pésimos guardianes.

- ¡ABSOLUTAMENTE GENIAL! -Soltó Norman en un acto de breve solipsismo, como la teoría de tu mini-sol-explosivo generando, en teoría, no, en la práctica, los átomos que formaban a los soles en su gran mayoría, hidrógeno estable e hidrógeno radioactivo o inestable, uno como base, el otro como activante y "Ka-Pow", sol free, luz free, anti-sombras free, bueno, no tan free de hecho por las explicaciones que diste sobre los múltiples elementos que necesitaba. Norman se frotó el mentón para tomar un poco más de su vaso con sangre con licor y estampó el vaso contra la mesa, no violentamente, sino como que estaba en un flujo de pensamiento, de ideas.- A ver, repasemos lo que nos ha explicado la joven aquí y pensemos. Ustedes también, venga, y bebed más y dadnos más, pero con cuidado eh. -Ambos asintieron y bebieron, pero Norman les hizo gesto de "Todavía no os saquéis más sangre" y siguió.- Tenemos... Tenemos este aparato que legítimamente es un arma anti-sombras, una sorpresa gratuita contra los LaSombra, un mensaje que ya fue enviado y, si la persona en cuestión rinde, será propagado sin regreso alguno. Ya nos jugamos todo aquí, pero no acaba ahí...

Pausó entonces mientras todos ponderábais ahí, en esa mesa redonda alcohólica de la Maquiavelia.

- Mañana el viaje a N.Y. se cancela y se redirige a uno hacia Madrid. Nos pondremos cuando lleguen y les daremos una cálida, amigable y confortable bienvenida a nuestras invitadas niponas, va a ser tan genial que van a querer largarse porque dirán que ha sido demasiado genial y no han podido con ello, ¡Ja! -Mostró su maldad habitual, consumiendo la sangre alcohólica por sorbos reiterados. Ninguno de los ghouls-soldados-colaboradores presentes se mostraba afectado en lo mínimo, acostumbrados a Norman. ¿Tenían idea de lo que te había hecho todo este tiempo? Seguramente no era de su incumbencia y ya. Norman agregó. Se ponía parlanchín y a nadie (o a todos) se le pasó el hecho de que dijo "En-Uaih" al hablar de Nueva York en vez de "En-Wÿh" como solía decirlo rígida y debidamente de modo habitual.- Primela, tus 44 minutos serán pagados en forma de un concierto de theremin. Me escuchaste bien. Haré que un colega lo traiga desde la capilla en Manhattan hasta acá, buscando tocarlo lo menos posible y traértelo. Moveré hilos igual para que lo des tan pronto como posible mañana en la noche. Seré tu asistente, algo de piano manejo y puedo manejar, fijo. Con eso, tenemos el escenario, en pleno centro, en un local de buen estilo pero espacio reducido, no del todo, para movimientos pero que restringe al otro lado, en pleno territorio Camarilla, de paso.

Así es. Sonaba... ¿Qué? ¿¡Qué!? Joder... ¡Joder! Sí, así es, Norman era o una torre inquebrantable o un puto tren sin frenos. Siempre era lo mismo. Ninguna inmortalidad o mortalidad nostálgica te haría olvidar, recordar o peor, cambiar eso. Pasó a frotarse el mentón entonces y su vaso estaba vacío. Palomino se extrajo un buen poco de sangre del brazo ahora, pero de la parte suave del bíceps y se la sirvió a Norman directamente. Norman te agitó la mano como anticipando tus pensamientos.

- No te preocupes, estos están más limpios que la vida, si usaras cierta senda que te cae mal lo sabría-s~ -Oh joder... ¿Norman borracho? Era raro, y bueno... ¿Tú? Te dejaré interpretar los efectos del alcohol sumado a tu super-tacto directamente, para que me sorprendas.- De todos modos, sobre el asunto militar. Opiniones. Todos.

Palomino le pasó la jeringa a Spukov, el cual se sacó ahora un poco de sangre del cuello, justo debajo de la clavícula, ofreciéndote un poco más y a tope si deseabas, y si no, el resto a Norman. Tras eso, pronunció entonces con su habitual modo de hablar que delataba ser ruso o serbio, o algo así.

- En mi humilde opinión, toca actuar-r con delicadeza primer-ro y luego br-rutalidad. Si estas gr-ranadas de luz o mini-soles que la señor-rita Pr-rimela pr-ropone pueden anular-r las sombr-ras por-r completo, es solo cosa de cuando y cómo.

- ¡Correcto, Spukov!

Dijo Norman, a lo que Palomino agregó, con gestualización incluída.

- ¡Sí sí! Por otro lado... ¿Y qué pasa con dichas? Digo... ¿Serán granadas? Tomando en cuenta que necesitan ser activados por la sita., em, señorita Primela en todo momento por su complejidad... Es ideal que sean algo sutil, algo que podría llevar un músico o incluso, si saben que son ustedes, pos algo que no destaque y sirva como una sorpresa en su cara. ¿Qué podría ser?

Pensó entonces, bebiendo de tanto en tanto, Spukov igual. Norman sonrió, con el mismo gesto de poner los codos en la mesa, unir sus dedos entre sí de cada mano formando una serie de costillas con los mismos, emulando a la muerte misma y a su vez haciendo un call back a haber hecho ese gesto cuando recién llegaste y esto era desesperante, pero ahora había esperanza.

- No es todo. Pienso poner sujetos en la audencia, quizá ustedes dos por ejemplo u otros mediante Dominación. -A secas. "Dominación". Se notaba que el alcohol estaba pegándole fuerte para ser tan vulgar, nada de "disciplina que doblega las voluntades e impone sobre la mente", ni por si acaso.- Además, haré que en los últimos dos minutos se apague la luz aposta, claro. -Si estabas bebiendo o incluso si no, casi te atragantas al escuchar eso. Dos sólidos minutos que se sentirían como una eternidad en plena oscuridad, nutriendo de modo real tu imagen de las sombras destripándote. Sin embargo...- Cuando eso pase, Svetlana no podrá resistir la tentación de usar su poder y tirarse de cara a la protagonista en el escenario.,. Y ahí estaré yo, claro, para hacerme con ella. Ustedes entonces se harán con la chiquilla y Primela podrá soltar sus dispositivos, antes o incluso después. Plan sobre plan, como una pila de cartas o dominóes. ¿Quién gana? Pues yo digo que nosotros tenemos el caballo ventajoso, eh. ¡Yehjhgejh!

Ambos ghouls rieron. Eso... ¿Eso fue una especie de sonido de caballo? ¿Agitando las mejillas y todo? Sin embargo sí, el Norman que podía poner a su chiquilla en pleno peligro (pero tocando su instrumento favorito) seguía siendo ese mismo. Todo aquello, más el alcohol, el planear, el haber conocido de nuevo o recordado a los ghouls estos y en general, tener un plan hecho de muchos elementos, muy como tú armabas pieza por pieza las cosas, cuales rompecabezas, te hacía poder pensar en calma, a pesar de que un abismo os amenazaba desde fuera. Algo había y ahora que Norman dejó el informe a un lado, quizá influido por el alcohol, pudiste ojearlo. ¿Qué era?

A ver, observa con claridad y piensa.

...¡Tenías el quid casi en tus manos! ¡Algo así como si usaras esa "fuerza vacía" como una mano invisible e inexistente para tomar esos pocos átomos de hidrógeno apilados y convertirlos en un nano-sol tras hacerlos ricochetear, usando el mismo rebote de sí mismos para, entre los imanes y placas, hacerlos generar la explosión lumínica-solar anti-LaSombras! ¡Casi casi! ¿Qué era? Svetlana era, en teoría, rusa, de rusia, como Spukov, pero mucho más antigua, quizá como Norman. Otra vez, cayendo en los clichés como las r's de Spukov... Tu única teoría era esta, por tosca que fuese: Kozlov nació en la total pobreza y miseria de una USSR aún existente, no, pre-USSR, de hecho, y la vió crecer, hacerse y podrirse. ¿Qué sentimiento sino crudo odio podría sentir por alguien que nació en cuna de plata? ¿Qué haría sino usarla y hubiéndola abrazado para ello? ¿Muy como Norman te abrazó y usó por tu inteligencia y potencial entonces? No sentías que estaba completo el puzzle pero eran... Eran las piezas típicas que uno siempre buscaba, las de los bordes, para al menos armar el contorno de la imagen. ¿Era eso? ¿Podía ser tan simple?

Por otro lado, tenías claro que la ley Camarilla mantenía al Sabbat a raya. Madrid era una metrópolis, una urbe inmensa que, por definición, debía tener actividad Sabbat, por supuesto, y sin embargo, al oir a Norman decir "pleno territorio Camarilla" significaba que pretendía forzar a estas tipas a venir a la madriguera del lobo, forzando más y más la balanza hacia el lado vuestro. ¿Qué tan "legal" era usar "ganado" de humanos? ¿Sacrificaría dichos como viles peones? ¿Tendría a Spukov y Palomino entre el público para que reventaran a la chiquilla o a Svetlana a balazos tras meterle el rayo de luz omnipresente de tu artefacto y dejarla al menos en sopor? ¿Qué tan... Aceptable sería esto? No, fijo que Norman quería decir: "Nosotros capturamos a dos criminales Sabbat" ante la Camarilla de Madrid y con eso dejaros como los buenos para poder evitar problemas y hasta tirarlos a vuestro favor. Eso tenía que ser, explotar la ley al máximo, tanto que debería ser ilegal hacerlo. Más que legal loopholes llegaba a ser un abusivo legal black hole, tal cual. ¿Podrías conjurar un ag-...? No, no empieces, ni lo pienses, además uno de esos no es un objeto tangible, sino un fenómeno dimensional. Aunque con Movimiento Ment-... ¡No! ¡Que el alcohol no te haga pensar chorradas! ¡No serías una hambrienta de poder! ¡Lo prometiste!

- Señor-r, si el dispositivo cuales gr-ranadas de luz solo puede usar-rlo usted y la señor-rita P-rimela entonces nos ceñinos a ella y a usted. Podr-ríamos llevar las nuestr-ras para aumentar-r el nivel del far-rol.

Declaró Spukov, astuto, de hecho. Norman se sorprendió.

- ¿Oh? ¿No te molestaría usar de las tuyas? Os debería compensar por la munición...

- Ser-rían cáscar-ras. Como sabe usted soy un buen chatar-rr-rer-ro. -Joder, eso sí que fue otra cosa al escucharlo y palpa-escucharlo para tu caso puntual.- Ser-rá un far-rol apilado.

- ¡Me gusta eso! -Declaró Palomino, asintiendo.- ¿Primela, usted qué piensa que podría servirle? Quizá podríamos colocar esas mini-granadas como parte de su indumentaria de presentación y moverlas de modo sorpresa.

- Hay dos opciones, o los creamos para que se activen con un tiempo pre-definido o ante un activador... O ambas. ¿Crées que sea posible, Primela? -Parecía soportar entre tanto el alcohol o calmarse, quizá. Los vampiros no meaban, así que no podía "botarlo", solo esperar o quemar la sangre, quizá.- Si tenemos de ambas versiones, es aún mejor, pero tenemos literalmente nada para armarlos.

Y así, parecía ser que tendrían lo que quedaba de esta noche para ir preparando este fiasco.

Un fiasco en el que ustedes armarían el tablero para que los de visita siguieran vuestras reglas.

Tremere style.

- Tiradas (8)

Tirada oculta

Motivo: Consciencia [Norman]

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 6, 5, 3

Éxitos: 0 Fallo

Tirada oculta

Motivo: Nombre Pila Spukov (Letra inicial)

Tirada: 3d12

Resultado: 15

Tirada oculta

Motivo: ¿No-Ruso/Ruso? (Nombre Spukov)

Tirada: 1d2

Resultado: 2

Tirada oculta

Motivo: Nombre Pila Palomino (Primera letra)

Tirada: 3d12

Resultado: 20

Tirada oculta

Motivo: ¿No-Hispano/Hispano? (Nombre Palomino)

Tirada: 1d2

Resultado: 1

Motivo: Inteligencia + Política {Dificultad 10-Academicismo}

Dificultad: 7

Tirada (7 dados): 6, 6, 7, 3, 1, 7, 7

Éxitos: 2

Motivo: Astucia + Empatía (¡¡!!)

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 7, 2, 8, 9

Éxitos: 2

Motivo: Percepción + Leyes {Dificultad 10-Ocultismo}

Dificultad: 9

Tirada (7 dados): 2, 9, 4, 5, 10, 10, 5

Éxitos: 3

Notas de juego

Te dejo más o menos espacio libre, ya que tal cual hice que explicaras el asunto para ahorrarnos el extra-post/rol y así hacer esta introducción de los ghouls así como el cochino plan de Norman de emboscada premeditada obvia y directa pero tramposa contra las LaSombra. Esencialmente, toca que expliques como vas armando los dispositivos y todo. Palomino, Spukov y, notablemente, Norman, te irán haciendo caso para poder diseñarlos. Sobre tiradas, no te preocupes, las haré yo. Por lo demás, eso, ir planeando otras cosas igual como proponer seguridad o algo sobre Montserrat si es que (o hablarle por móvil antes, o no hacerlo considerando el peligro, o sí hacerlo y pedir que la tengas vigilada 24/7 durante esta operación por si las otras les hacen un posible flanco tramposo por atrás mientras van a Madrid) y otras cosas que veas.

No puse nada del mensaje de Erzsebet porque, como dije, al parecer está ocupada ya sabes, huyendo y buscando cosas, pero el mensaje le llegó, tal cual, y supones que funcionará para tu plan caótico de causar paranoia más este asunto y todo junto. Tu theremin debería llegar la noche siguiente a primera hora o durante el día y todo, si gustas preparar para que tu PJ despierte en pleno día y lo reciba cuidadosamente sin exponerse al sol (al tener Humanidad alta no tendrás problemas con despertar a pleno día y hacer tal cual).

Cargando editor
22/03/2018, 14:53
Primela

Con el mensaje ya preparado, tenía el teléfono agarrado como si me diera calor en medio del frío caos paranoico en el que estaba metida. La aprobación de mi sire me resultaba vital, pero no porque necesitara su aprobación para sentirme bien, ni siquiera como una droga, sino por simple y enorme miedo a las represalias. Eso sí que era sentirse oprimida. Así que con ese "Adelante", el alivio fue diluyendo esa sensación de carne triturada que había producido en su mano. Apreté el botón para mandarle el mensaje a mi hermana, de quien se podrían decir muchas cosas, pero era un ángel, comparativamente hablando. Lo que dejaba a Montserrat en la categoría de... humana. Un adjetivo que sonaba como El Adjetivo. ¿o era un sustantivo? Suponí que se podía usar de las dos maneras. ¡Mala, mala! Los humanos no se usan, son personas.

Saber que no nos espiaban desde dentro también era un alivio. Si tenía que desconfiar de las pocas personas con las que me relacionaba, todo era paranoia. Por otro lado, saber que nos habíamos salvado, por casi suerte pura, solo aumentaba mi miedo a morir. La ansiedad social es una cosa, te dificulta hablar con la gente y todo eso, pero la ansiedad por miedo a morir... entonces sientes que las palabras son bombas que estás activando, el más mínimo movimiento te deja a merced de un francotirador, no quería que se notara ni que existiera, el más ínfimo músculo de mi cuerpo se oponía a que hiciera amago de moverme. 

El aplauso para llamar a sus ghouls fue cuanto menos... desconsiderado hacia mí. El ruido me erizó el pelo, la piel, desde las plantas de los pies hasta la cabeza hasta el centro de la tierra hasta las estrellas. Sentí que las líneas que separaban mi cuerpo del mundo se rompían y tamborileaban, pensé que ahora llegaba mi verdadero castigo. Otra vez me tapé el cuerpo y la cara con los brazos, y me apresuré a poner excusas, otra vez con las palabras todas juntas. ¡Nohicenada! Los portadores de esos nombres se acercaban, abriendo la puerta hasta mis costillas. Una puerta que... ¿Había olvidado? ¿Por qué se me habría olvidado? ¿Habría sido cosa de Norman y sus juegos mentales? ¿Habrían sido juegos mentales que solo un vampiro podría realizar, o sería pura indefensión aprendida? Y lo más importante... ¿Esos tipos venían a participar de mi castigo? ¿Con esas armas? nononono, dijo que estaban patrullando por si acaso, y no les daría el privilegio de castigarme, nononono, no me van a castigar. Me van a matar luego, no ahora. nonononono, sobreviviré, sobreviviré, me van a matar, sobreviviré, me van a matar, sobreviviré... 

Pum-pum, pum-pum. Dentro de los recién llegados se oían latidos. No eran tan agradables, ni estaban tan bien... presentados como los de Montserrat, pero tenían un corazón viviente. Eso era de alguna manera, reconfortante. Oír que aseguraban las armas fue un alivio, ser capaz de notar la pólvora adentro de los tubos, lista para explotar, no era tan agradable como los corazones vivos. nonono, no dije que sean agraables para comer, digo de sensación, no me los quiero comer lo juro, me van a matar, nonono, sobreviviré, sobreviviré, me van a matar. Me agarré una mano con otra, y fingí que eran un corazón que palpitaba... funcionaba un poco, la sensación era un poco calmante, a la vez que el frío de mi propia piel me recordaba lo muerta que estaba.

Con esa calma, observé las aparentes amabilidades de Norman hacia esos dos. ¿Por qué los trataba tan bien? ¿Ellos nunca eran castigados? ¿Ellos sabían como era Norman? Sus acentos eran agradables, la conjunción de uno después del otro hacía cosquillas y las calmaba con masajes, una psicodelia suave acariciando los tímpanos. ¿Dudas? ¿Están ahí para lo que sea? Lo primero que sentí, puede que porque ellos no inspiraban tanto miedo como Norman y eso lo hacía permisible, fue rabia. El odio reprimido salía hacia sus asociados. ¿Sabías que vuestro jefe me obligó a comerme una roca? Otra duda: ¿sabíais que hace un ratito me torturó haciendo que me duela la humanidad? Otra: sabías que experimentó con cuanto dolor hace falta para que pierda la consciencia, y le pareció que era demasiado poco, e intentó que pudiera agantar más torturándome cada día un poquito más hasta que se dio por vencido porque según él es inútil intentarme enseñar nada? Oh, ¿sabíais que luego me hirvió la sangre para que aprendiera lo útil que es esa senda? El miedo a la presencia de Norman no me dejaba hablar, pero fruncí el ceño, miedosa, demasiado consciente de mi expresión facial como para mantenerla más de 2 segundos, y luego otro torrente de pensamientos llenos de culpa por estar sacando mi rabia contra ellos. Otra vez quieta, demasiado miedosa de mi sire, demasiado miedosa de mi, de lo que sentía, de lo que podría llegar a hacer a seres como Palomino y Spukov. Ojalá me maten. Nonononono, sobreviviré, me maten, no, sobrevmaten, que me maten, nono, sobreviviré, que me sobrevivan, sobremoriré, ssssh responde, sobreviviré.

Encantada... Soy Primela... p-erdón, ya lo sabíais... Cuanta envidia me dio el licor, cuanto me gustaría poder volver a sentir aquello de la borrachera... La jeringuilla me llevó directa al incidente con Montserrat. ¿Qué pasaba hoy con las jeringuillas? Tuve que contenerme muy fuerte para no sacar un miedoso y flojito "no" como hice con mi nueva amiga , así como para no taparme otra vez el cuerpo con las manos. Todavía podía notar la sangre reseca sobre mi piel, todo estaba más o menos fresco aún. Pero todo parecía controlado, parecía que el momento de pincharse me dolió más a mí que a ellos, lo que por otro lado, viendo la naturalidad con la que lo hacían sumado al alcohol, era probable.

¿Salud? ¿Para mí también? Por un momento, la preocupación por morir desapareció. Por un momento, sentí que hasta mi vida con Norman podría llegar a ser buena. ¿Para qué meterse en intrincadas tramas de política y acción mortal con efectos especiales cuando podíamos convivir pacíficamente con humanos, compartiendo risas y borracheras a un nivel que hasta para la ciencia era mágico? ¿Sería eso lo que imaginaban Palomino y Spukov que pasaba en esa casa? No, están participando del plan, llevan armas... Pero su hedonismo compartido era muy natural, seguro no era la primera vez. Salud. Me levé la copa a la boca, estaba deliciosa, tan aromática que podía notar el alcohol evaporándose en contacto con el aire cambiando la temperatura de mis poros, subiendo hacia mi cabeza, bajando por mi estómago, directo hacia mis venas. Durante un corto lapso de tiempo, logré notar la diferencia entre la sangre que ya llevaba en el cuerpo contrastándose contra la sangre alcohólica de los dos ghouls. Una sensación bárbara.

Bebí hasta que noté el mundo mareado... pero más que eso. Poco importaba decir que estaba suelta, eso era el efecto secundario de notar como el mundo se doblaba, como luz bailando con la gravedad de la luna, suave y blandamente. Mi cuerpo se doblaba con el mundo, el espacio-tiempo bailaba con mi ánimo, sacaba mi cuerpo astral a bailar, y en cada intento de recolocarse, abría nuevas espirales en mi sentido del equilibrio. Mi explicación de la nueva arma salió de una espiral en mi boca, que solo una banda sonora podría tener:

A girl with kaleidoscope eyes, eso era yo mientras contaba mi nuevo e improvisado proyecto, solo que no solo mis ojos eran de calidoscopio, sino cada terminación nerviosa. ¿Lubricante social? Lubricante místico, soltura mística. El sol es una bomba... pero no hace daño... porque es güeno... Seguí una de las espirales de espacio-tiempo con el dedo antes de terminar la frase, como toda una borracha que gesticula de forma extraña... pero no es tan güeno como yo... Sí, eso dije, delante de mi sire y sus ghouls. Mi dedo continuó con las espirales, llenándome la cabeza de agujeros negros, y de que soy muy güena en lo que hago... deja de beber que tienes que trabajar... sí, tienes razón Primela, voy a sobrevivir. No dije eso, pero sísísí, voy a sobrevivir. Lo mismo deben estar pensando... vivir!

¿Sabía que en teoría nos íbamos a gringoland? Ya no sabía si lo sabía, suponí que no, porque me acordaba más o menos de lo que le había dicho a Jude. Curiosamente, si hubiese sabido lo que pasaba, habría hecho planes para conseguir las piezas de Jude, y luego los tendría que haber cancelado. Me reí de mi miseria, como buena borracha. hihihihi... el cosquilleo inhabitual de mi propia risa me io un poquito más de risa... hahaha... para que tienes que trabajar. Sobrevivir. Tengo que parar un rato de tomar antes de trabajar, mi tacto... Miré a Norman, con la column vertebral siguiendo a la primera espiral que pasaba... ya sabe... ¿Castigarme dejándome tocar el Theremin en uno lugar con buena acústica? Pff hahaha... se le confunden los conceptos... sobrevivir hahaha...

Las aportaciones al plan fueron sucediendo hasta que... ¿¡Dos minutos!? De repente las espirales en el espacio-tiempo eran un asunto muy agobiante, la Primela miedosa y güena para nada había vuelto. nonono, no quiero, no quiero, no por favor no, oscuridad no por favor no... Me encogí entera, con el equilibrio empujándome aquí y allá, con la mueca dolorosa que substituía al llanto que esta vez en vez de dolor, provocaba espirales en mi propia cara... sobrevivir, sobrevivir, sobrevivir... Poco importaba, ese era el castigo que había decidido mi sire, y eso pasaría, lo sabía bien... Y encima el ruido de caballo me desgarró todo...

Con eso, y un rato, la sensación de borrachera espiral había bajado considerablemente. Ya solo quedaba la soltura, y una agradable sensación de calor general, como si siempre estuviera al lado de un fuego acogedor que calentaba acojedora a mi cadáver, y crepitaba de vez en cuando en trocitos de realidad. Con ese poquito de claridad yalgunos trocitos de claridad, pensé que los bordes del puzzle de Svetlana daban a entender que algo habría hecho Norman en el pasado, puede que algo que afectara al país entero de Svetlana... Sonaba poco probable, pero otra vez, posible. ¿Quien podía asegurar que Norman no jodió la economía de un país entero solo para debilitar a un enemigo? Sobrevivir... No podía armar ahora ese puzzle...

Todavía con la soltura del alcohol, y la agradable sensación, me dispuse a perfilar un poco más el funcionamiento de mi arma. Un poco, solo un poco, de la antigua Primela, la que estaba viva y discutía en los debates, salió, junto con un dedo índice que se apoyó de golpe en la mesa para aclarar un asunto. No me llamen señorita, soy más vieja que... que agradable es la mesa... sí, los grumitos de madera tenían cada uno su personalidad, su historia, su nombre... cada centímetro de la mesa se estaba haciendo amigo de mi dedo índice... d-da igual, lo siento, llámenme como quieran... Seguí acariciando la mesa con el dedo, hasta que la repetición se volvió áspera y ya no me gustó. Luego de ese rato mi dedose había vuelto demasiado caluroso, la fricción era demasiado alta, el tiempo no era amigo de las sensaciones agradables. ¡Tonta! ¡Lo arruinaste! Tuve una idea.

Una de las... canicas solares... - me gustaba como sonaba - irá en... en una lámpara... la bombilla de la lámpara le dará calor, cuando se apague la luz... sobrevivir... podrá explotar con solo ordenárselo con movimiento mental... si puedo hacer otra... canica solar... la podría poner dentro del oscilador del theremin... y prepararlo para que salga y explote cuando quiera... la canica solar... de la lámpara a cargo de usted... ¿mi sire? mis ovarios, le estoy salvando la vida... Norman... nononono qué has hecho tonta! ¡TONTA! ¡TONTA! ¡TONTA! ¡TE VA A MATAR! Rápido, sigue, sigue, sigue diciendo cualquier cosa, haz que pase el tiempo antes de que se le ocurra matarte! Pgfshahm ahm... la del theremin... me encargo yo... Si salía ligeramente mal, adiós a mi theremin, pero sobrevivir...

Quedaba poco de la borrachera, pero había estado bien mientras duró. Ya teníamos que ponernos a trabajar. ¿Lo bueno? Estaba yo a cargo del trabajo. Eso me dio miedo. Bebí un sorbito más, solo uno, lo justo para potenciarme lo suficiente como para decir: Acompáñenme... Me levanté... lo llevé... sí, los estaba llevando a mi lugar especial, mi iglú, mi semilla, mi laboratorio, mi habitación, mi despacho, mi célula... parecía que Norman ya sabía más o menos lo que se cuece ahí, y tarde o temprano debería decírselo por lo visto, y entonces tampoco era mala idea que sus leales ghouls se fueran acostumbrando. Además, ningún lugar era mejor que mi minudito para fabricar cosas como canicas solares con fusión nuclear dentro. Esta vez no una canción, sino un poema, apareció por mi mente:

Después de un rato de, como mínimo para mí, incómodo silencio, llegamos. No había mucho espacio para estar los cuatro, pero era suficiente. Mi pequeño iglú, con todas sus moléculas redonditas de plástico, sus enlaces rectos y curvilineos, colores diferenciadores para cada molécula, plásticos de formas transparentes y creativas para cada puente de hidrógeno, estructuras fractales y ordenadas acogiendo a mi sentido del tacto con familiaridad, con introspección, esta vez también acogieron a los intrusos. Encendí la luz del escritorio, que no daba para iluminar mucho más que el escritorio, y la moví hacia arriba, dando una tenue pero suficiente luz a toda la sala. Lo más seguro, al ver las estructuras de las paredes, y la maqueta pequeña en en el escritorio, es que Norman ya se hubiera dado cuenta, si no lo sabía ya, de qué se trataba mi proyecto. Estábamos en lo más parecido a mi mente en el mundo físico. Tenía que empezar a repartir trabajo.

Abrí un cajón del mueblecito con cajones del escritorio, y saqué unas cuantas piezas pequeñitas. Las más pequeñitas que usaba, protones, pelotitas rojizas, neutrones, pelotitas grisáceas, y electrones, pelotitas aún más pequeñitas. Finalmente, unas piezas retráctiles que servían para juntar las partes y simular las órbitas elípticas de los electrones. En silencio, como era costumbre en ese lugar, armé una maqueta de deuterio, y otra de tritio, con las manos, sin ninguna magia. El tacto del plástico alisado por mi habilidad de crear objetos me calmaba y me gustaba. En pocos segundos armé las maquetas, y me coloqué una en cada dedo índice, en perfecto equilibrio gracias a mi tacto potenciado. Soplé un poquito a cada electrón, y la inercia más el acelerón de la pieza retráctil encogiéndose y alargándose los mantuvo girando unos segundos, lo justo para explicar y mostrar lo que debía hacer. 

Esto es deuterio.                    Esto es tritio.

  

Lo que queremos es que colisionen para formar un átomo de helio. Ahora sí, usé mi movimiento mental para hacer chocar a las dos maquetas, separando y rejuntando hasta la pieza retráctil que servía para emular las órbitas. Oh, y un neutrón cayó al suelo, pero ese no importa. Importa que nos saldrá esto:

 Parece sencillo, pero tenemos tres problemas. Empecé a desmantelar mi creación con las manos mientras explicaba, y me senté en mi silla. Claro que no tenía sillas para todos, pero me daba igual, no iba a disculparme, ese era mi mundo, el único lugar en el que era segura y poderosa. Presión, temperatura, y precisión. En la realidad los núcleos se repelen entre ellos, los electrones revoloteando molestan, así que se necesita mucha presión y temperatura para que colisionen. Además, hacer que coincidan dos átomos tirándolos uno contra otro requiere una precisión comparable a tirar una piedra desde Madrid y otra desde Zimbawe con la precisión suficiente como para que choquen en un punto intermedio de la Tierra. Parte del problema se puede solucionar con movimiento mental, pero no podemos confiar en que sea suficiente.

Saqué hojas, normales hojas de un cajón, lápices, y una calculadora científica, de las que tienes que poner "introducir" y darle al enter para cada cosa que haces. Planeo que la canica solar - esta vez no se me fue la voz - de la lámpara aproveche parte del calor de la bombilla para activarse, y la del oscilador del theremin, parte de su magnetismo para comprimirse. Lo primero que debemos hacer es... Empecé a escribir números y símbolos en una hoja, me gustaba el tacto del lápiz contra el papel, y me gustaba mi mente mientras estaba así. Es calcular esto. Le pasé el papel con cálculos a mi sire. Sí, le estaba dando una hoja con deberes a mi sire. Con esto sabremos cuanto calor y cuanta presión deberemos aplicar, además del calor de la bombilla, que deberemos procurar sea el tipo de bombilla exacto que proponen mis cálculos, y en el otro caso, además del magnetismo del theremin.

En otra hoja, empecé a hacer un esquema, miré a los dos ghouls. Vosotros dos, sacad todo lo que hay en este cajón. Le di un golpecito con el pie al susodicho cajón, golpecito que me llenó el cuerpo de expansiva... ¡ciencia! En él está todo lo necesario para armar una maqueta de esto... un momento... Id haciendo, si necesitáis cualquier ayuda con cualquier cosa, avisadme. Lo siguiente eran los imanes. También necesitaba un dibujo para hacer una maqueta de eso. Probablemente Norman ya habría acabado los cálculos para cuando yo acabara el dibujo. Lo miré, asustada pero decidida. También necesito una maqueta de esto. 

Observé y repasé los cálculos, temerosa de que mi sire pudiera considerar que repasar sus cálculos fuera una ofensa a su persona, pero sabiendo que siempre hay que repasar los cálculos. Cuando confirmé que todo estaba bien tres veces, seguí con el diseño de un motor de microondas, que nos daría el aumento de temperatura necesario. Por suerte, el movimiento mental nos disminuía considerablemente la necesidad de un súper microondas enorme y potentísimo, con un pequeñísimo motor, probablemente solo fabricable a través de artesanía por una artesana como yo, sería suficiente. Espero. Sobrevivir. 

Mientras los otros trabajaban en sus maquetas, yo empecé la mía, la del motor de microondas. Necesitaba una batería, alguna fuente de poder para que todo eso funcionara, pensé un momento... conectarlo a la luz, conectarlo al theremin. Sí, según los cálculos consumía tanto como una tele durante unos 45 minutos, era posible. Solo necesitaba instalarle al circuito básico del microondas otro circuito para acoplarlo en la lámpara y el theremin. La canica solar de la lámpara empezará a activarse cuando la luz se apague, como un circuito de doble interruptor, solo le hará falta el acelerón del movimiento mental para estallar. Necesitaremos enchufarla a la lámpara. La otra... ¿Como lo hago con el theremin? Conecto la canica al oscilador, que el movimiento vaya alimentando el microondas de la canica, sí, es posible. Sobrevivir. Tracé el diseño de las maquetas que yo misma necesitaba:
 (no encontré imágenes del diseño de la dinamo que estoy pensando, es la dinamo de las linternas que de bateria tienen una dinamo a la que puedes ir dando cuerda, la idea es ir alimentando una batería con el movimiento del oscilador del theremin, y usar la energía para alimentar el minimicroondas).

Le pasé otro diseño a Norman para que fuera haciendo maqueta, y yo hice la otra. Si era necesario, también me ayudaría con movimiento mental para hacer bien las maquetas.

Una vez hechas las maquetas de todos los materiales básicos, observé-tacteé. Ya podía hacerme una idea de todos los materiales básicos. Ahora solo hacía falta pasar un esquema de material súperconductor, circuito de imanes, microondas y dinamo a esto:y en miniatura. Volví a la hoja de cálculos. Dibujé esquemas con formas geométricas, indicando numéricamente todo lo que tenía que soportar cada forma, y apuntando nuevos cálculos que deberían darnos cosas como ángulos, medidas, espacios. Le di otra vez la hoja con cálculos a mi sire, y no solo eso, también añadí: Cuando acabe los cálculos necesito maquetas de cada pieza... si no es demasiada molestia... Y para esas no tenía piezas, eran demasiado específicas y demasiado alejadas de mi trabajo habitual. No quería drenar toda mi sangre creando piezas. Seguí haciendo esquemas y cálculos, y pasándoselo todo a Norman y los ghouls. 

Al acabar este proceso, ya debía tener todas las piezas que necesitaba para armar una maqueta decente. Teniendo en que solo con mi súpertacto podrían ser creadas las canicas solares, sería mejor si solo yo armaba las maquetas de las dos canicas, pues el objetivo de armarlas era ser capaz de reproducirlas en su medida original con mayor naturalidad. P-podéis descansar, esto tengo que hacerlo sola. Fui dibujando esquema tras esquema, siguiendo mis propias instrucciones, ensamblando, moviendo, juntando y solapando, hasta que las maquetas tomaron forma. Se podía observar un cacharro a escala, del diámetro de mi brazo, en el que una primera capa de material súperconductor envolvía a un pequeño hilito vacío, donde irían el deuterio y tritio en cuestión, recubierto a su vez por placas de imanes, recubierto a su vez por otra capa de conductores eléctricos que conectaban a un bultito en el que iría la alimentación para el microondas (ya fuera en circuito doble que conectara a la lámpara o en dinamo que conectara al oscilador). Si los cálculos eran correctos, la fusión aguantaría dos segundos, y en el auge de esta, la estructura entera se desmoronaría por un solo encaje, dejando salir la explosión, toda la energía solar destruiría su envoltorio, y vería el mundo. Tanto esfuerzo, para romperlo todo en el momento de usarlo.

Llegaba el momento crucial. Conjurar a esa cosita. No sería fácil, tendría que conjurarla siguiendo las maquetas. Tenía por un lado el nivel de la maqueta de material súperconductor, circuito de imanes, circuitos eléctricos y dinamo, microondas, por el otro las piezas grandes. Ojeé por última vez las maquetas, tenían que estar tal y como me gustaban para que esto funcionara bien. Después de acomodarlas a mi gusto, no solo activé la disciplina que te hace sentir mucho y aún más fuerte (auspex 1) y toqué las maquetas, sintiendo todas sus estructuras en el eco dentro de mi cuerpo. También olí, lamí, me refregué delicadamente, sin romper nada, en ellas. Me rodeé de ellas en el orden que debía crearlas: súperconductores, imanes, microondas, circuitos para la alimentación, deuterio, tritio. Tan inocuos sin conectarlos a una fuente de poder, tan bombas cuando lo hiciéramos. Cerré una mano, me concentré en las maquetas, me concentré en la mano. Sentí la estructura de los súperconductores en mi mente, tan ligeros y ordenados, tan armónicos, tan quietos y a la vez tan fluidos... dejé que tomaran la forma de las piezas que les correspondían, los ángulos dibujados y calculados y acomodados anteriormente en las maquetas, sentidos actualmente en las maquetas que me rodeaban... visualicé una miniprimela ensamblando tal y como había ensamblado para la maqueta... circuitos de imanes alrededor de estos, forcé mi mente para sentir la fuerza trayéndome de un lugar a otro, haciéndome dar vueltas, tantas como necesité para crear la maqueta que se súpersentía con mi tacto aún más potenciado... infiltrándose entre imanes, un conducto por el que el calor del microondas debía pasar, el circuito eléctrico del microondas recubierto por más conductores, seguido por las fuentes pertinentes de alimentación... Sentí mi sangre vaciarse una vez más...

Cerré los ojos, dejé que mi energía drenándose alimentara la energía de esa imaginación. Esperé en el silencio recubierto por las maquetas enseñándome la estructura de todas las cosas. Si el resultado era satisfactorio, o como mínimo si lo parecía, debía tener dos artefactos con forma de donut en la mano, tan pequeños que el vacío del medio casi ni se notara, del radio de una uña. De estos, un pequeño bultito, donde iría el motor de microondas, sobresaldría ligeramente en su minimalismo, y de este bultito saldría un cablecito chiquito y mortal, que serviría para conectarse a la lámpara u oscilador del theremin. Si mi creación no se presentaba en esta forma, lo más probable es que fuera defectuosa. Si se presentaba en esta forma... no era seguro, habría que probar, pero tendría buena pinta.

Abrí los ojos, abrí la mano.

Notas de juego

Intento hacer 2: una que se conectará a una lámpara, otra que se conectará al theremin. La de la lámpara consumirá energía del mismo circuito eléctrico de la lámpara, en el momento en el que la luz se apague y nos quedemos a oscuras, estará lista para darle el último empujón con movimiento mental y que explote. La del theremin se carga con una minidinamo, que convierte el movimiento del oscilador del theremin en energía para el microondas, de manera que se va cargando mientras Primela toca, se puede usar cuando lleve X tiempo tocando. Tendría que hacerle algún apaño al theremin en cuanto lo tenga.

La idea es hacer que la canica no aguante del todo la reacción, y justo en el momento de la explosión estalle, liberando la fusión justo cuando está en su máxima potencia. Y voy armando las cosas por partes, antes hago las maquetas y todo eso.

A ver como van las tiradas :3

Cargando editor
08/04/2018, 05:50

Muerte, todo era siempre muerte.

Aquello de que eras una abuela centenaria era y es, en realidad, falso, porque no eres dicha, sino que eres un puto zombie, tal cual. Sí, referencia a cierta otra historia que si bien ha perdido potencia entre nosotros, nos permitió estar aquí, y ahora. ¿Viajes dimensionales? Eh, que la última exaltación y capacidad otorgada por la disciplina que proyecta los sentidos, Auspex (mezcla entre vulgaridad y elegancia, etiqueta, podría decirse) efectivamente permitía que te movieras de manera casi trascendente, así que pensar en ese pequeño cruce dimensional no era tan imposible, aunque en reversa, de allá para acá. Referencias aparte, es cierto, la muerte, como has mentado en el poema sobre la ciudad que visitarás mañana para vuestro ataque preventivo o emboscada ofensiva (por paradójico que suene, como solía ser todo con Norman además de enervante y neurótico), era lo que te definía, y os definía, siendo tú un cadáver frio y animado por la magia de la vitae, la sangre. Tú, como mago o al menos una maga muerta, lo sabías bien.

Tu trato con los ghouls era bueno, o al menos su trato hacia tí o el trato mutuo entre ambas partes. Te trataban con respeto y deferencia, si bien por lo mismo, algo de distancia prudente, sabiendo que estabas por encima de ellos en la cadena de mando aún cuando no fueses la domitora directa de dichos, su ama, léase, sino que lo era Norman y por él vivirían y morirían, como hacían y habían estado haciendo. Atendían tu plan y todo, más, notabas como Norman mismo entre que te escuchaban observaba con sospecha. ¿Qué miraba? A tí, en particular, pero también quizá al documento de Svetlana. ¿Acaso notó que estabas haciendo un puzzle sobre la mujer en cuestión? No, algo más era, pero no sabías. En un momento notaste como te miró beber alcohol, quizá como diciendo que no te pases, pero al final no lo hiciste y de humana eras fuerte contra el alcohol, eso y que el miedo de los dos minutos de oscuridad total te hicieron quitarte rápido cualquier felicidad extra alcohólica, dejándote solo con el calor relajante del mismo, cortesía justamente de los ghouls, Otto Palomino y Mikkel Spukov. Vaya nombracos para personajes pseudo-secundarios. Sea como sea, suponías que no había mayor problema y tu alcoholismo de entonces te hizo dejar en una bóveda mental estos mirares raros Normanianos. Sí, "Normaniano" era un adjetivo aceptable.

Ya con eso pasaron al asunto tal cual, al lío, como diríais los españoles. Cuando dijiste lo de ser más vieja, posiblemente el doble o hasta más que estos humanos (con poderes vampíricos) te miraron curiosos, si bien asintieron ante lo de decirte como quisieran. Norman te miró de nuevo y... ¡Ah, ya! Lo tenías, fijo que estaba evaluando tu trato con sus ghouls y todo. Eso tenía que ser, sí. Explicaste tu plan y ellos quedaron fascinados por los detalles, a lo que entonces decidieron seguirte, Norman incluído. No podías negar que se sentía de la recontraputa hostia el hacer que Norman te hiciese caso. ¡Toma eso, Pirámid-...! No, mejor no pasarse, ni medio borracha siquiera.

Mientras salían al patio en donde estaba tu iglú/laboratorio/residencia/espacio/cédula/etc. (si bien dormías en una cama de la habitación de la casa, pero era casi como una habitación de hotel permanente para tí más que nada, muy como la de N.Y.) Norman te comentó algo antes de llegar a tu terreno de gran ciencia, como un análogo equivalente a una mezquita o parroquia.

- Tu theremin estará aquí a primera hora, quizá antes de que anochezca incluso. Sé que ese sujeto tendrá sus modos y lo traerá eficientemente además que intacto.

"Ese sujeto"... ¿Quién? No tenías idea, realmente, o sea, aparte de que es el mismo que mencionó antes que te traería tu theremin y ya. Fuese como fuese, suponías que Norman el neurótico (¿título medieval o "heroíco"{villánico}?) no dejaría una operación tan delicada en manos de alguien inepto ante su propio ojo crítico e inflexible, así que te daba alivio, un alivio tenso, pero alivio. Ya ahí, tomaste tu postura de la Señorita Primela en su [Modo Ciencia], tal cual, en donde ella era la que mandaba, un switch completo, como esa Primela de hace unos... 80 años más o menos, que todavía estaba viva, con un corazón palpitante y tal. Oías de nuevo los jugosos, deliciosos, y llenos de vida (aún si manchada por la sangre vampírica latiendo entre sus jugos) corazones de Spukov y Palomino y... ¡No! ¡No hambre! ¡Hambre mala, shu! ¡Personas, humanos! ¡No tan queridos como Montserrat pero aliados y que no te han hecho nada malo! ¡Mala, Primela! Dime si no roleo bien tus propios asuntos, eh, juo juo juo.

Al final aquellos tres, sobretodo el grandulón alto estaban prácticamente en la entrada de tu casita de ciencia, mirando desde fuera, Norman el más adentrado, Spukov un poco más por el lado y Palomino agachándose para mirar. Los tres miraban con fascinación no solo tu cambio de personalidad al cien con determinación y firmeza de palabra y acción, sino que además claro, lo que explicabas ahora en directo. Los ghouls miraron el neutrón que cayó entonces y uno al parecer quiso decir algo pero no parecía tener los cojones (redondos como los átomos que usabas para representar el fenómeno que estábamos aquí buscando replicar y sobretodo, artificializar), siendo un jodido soldado, de todas las cosas. O la maldición Tremere era algo fuerte aún en sirvientes humanos con sangre vampírica o realmente se notaba que sabías lo que hacías. Ya diría tu ego cual era la respuesta.

Aún atentos, los ghouls en particular sonrieron, aunque brevemente, más para sí mismos cuando hablaste sobre la precisión ilógica e imposible de poder hacer tal logro, como si fuese algo que sonase como un desafío para ellos por alguna razón que no conocías, si bien Norman les hizo uno de esos gestos de manos suyos, en donde calmaron las sonrisas y siguieron atendiendo. Todos tan callados y tú hablando, te daba nervios... ¡Pero no! ¡Viva el poder del alcohol! ¡Trasciende hasta la humanidad mera! ¡Viva! ¡Viva! Ok, suficiente, a seguir con el asunto, venga.

Pasando al tema, tuviste a los dos ghouls en lo suyo, comenzando a armar sus maquetas. Palomino logró meterse con su escandalosa estatura arrodillado y agachando la cabeza para con Spukov comenzar a armar las maquetas, cuidadosos. Al final notó que era una bestia alta, demasiado, y se apartó, quedando inclinado y aportando con su percepción, que era buena de hecho en pos de los detalles. Spukov por otro lado era increíble con las manos, haciendo las maquetas con una fineza que, en su crudeza personal de hombre y de hombre ruso, era elegante. Palomino le indicaba donde habían deslices o partes que podía poner mejor o donde había quedado algo mal y así entre ambos tenían un buen trabajo en equipo que les hacía doblemente, sinérgicamente eficientes. Te preguntabas si era el caso para todos los ghouls, si es que se unían mediante el vínculo a un mismo amo vampírico o si esto era algo más de ellos. No creías que esta pregunta fuese a tener ninguna importancia para el futuro. En absoluto.

Ya con eso, Norman, de pie, hizo los cálculos entonces y además en algún momento o de algún modo sacó un par de hojas más, algo así como: "Respeto tu privacidad de laboratorio e investigadora, pero impongo mi autoridad como sire sobre mi chiquilla de todos modos", y temo que esta vez no te voy a dar 200 puntos de experiencia por esa referencia, por ser mucho menos difícil que la otra, pero sí te daría un, no sé, dulce-droga como el que le diste a Montse o algo, fijo. Norman hizo tres sets de cálculos muy como has mentado: Uno normal, bastante rápido y preciso y luego otros dos, con ecuaciones más complejas y detalles hasta el más ínfimo milí-valor y micro-valor incluso así como una tercera considerando factores externos, con esquemas toscos del local y etcs., agachándose entonces para armar la maqueta que pediste y, en un acto de obediencia y generosidad, quizá voluntaria, usar su propia sangre para conjurar tus maquetas completas. Anatema para tí hacerlo así, claro, pero alguien como él la había conjurado con cercanía absoluta (épsilon, tipo, 0.999999999999999999 periódico llegando a 1 exacto) a la perfección, tal cual. Por lo demás, empezaste a hacer la tuya y él hacía gestos igual usando su propio Movimiento Mental, bastante superior al tuyo para ejecutar movimientos más precisos y a mayor escala en pos de arreglar cualquier cosa y dejarlo todo perfecto. Si no eras neurótica antes, la maldición específica de Norman te hizo serlo del todo, aparte de la maldición de Tremere, vuestro líder supremo en eterno sopor en su cofre mágico y aparte de la maldición de Caín misma.

Se sentía genial por lo demás el tener a tres hombres arrodillados ante tí, haciendo lo que les has exigido y sin chistar, toca decir. ¿Y lo mejor? No hacían preguntas ni dudaban, porque les quedó todo jodidamente bien claro de lo que explicaste, e incluso el ghoul, Spukov crees, el ruso/serbio/algo, pareció entender por su cuenta al final lo que iba a consultar y quedó como "Ah, um, supongo", y luego siguió a lo suyo concentrado, Palomino ayudándole, a veces metiéndose o tomando piezas que le hacía sujetar su colega de trabajo y batalla (aunque ahora exclusivamente trabajo), Norman igual. Ninguno decía una puta palabra ni pío como si entendieran la importancia de este santuario científico tuyo, tal cual. Al final, Norman negó y se concentró.

- No es problema.

¿Parecía acaso amable? No, solo estaba asistiendo, serio, un plan que como bien dijiste, le salvaría su patético culo que sería pillado con los pantalones bien abajo, nada más. No te engañes, no dejes que tu chutada de ego o tu modo especial científico de la "Señorita Primela" bad-ass te nuble la vista. Fue entonces que tras armar mucho las maquetas los ghouls, Norman asistir con materiales y con Movimiento Mental, en donde de paso, los dos ghouls y hasta Norman se veían como niños armando juguetes, felices, dirías, Norman les hizo un gesto, fuera, tal cual. Asintieron y te hicieron un gesto de agradecimiento o reverencia, quizá. Se apartaron un buen tanto de tu pequeña choza/iglú/laboratorio y entonces Norman quedó ahí, medio afuera en la entrada pero presente. Notabas que quería sacar un cigarro porque una de las pocas cosas que podían consumir los vampiros directamente era nicotina, si bien no era en absoluto como consumirla de un adicto a dicha por la sangre, podían con esfuerzo, si bien no lo hizo, jugaba con el cigarro como jugó con el lapiz antes que usó para tus cálculos.

Creíste ver un "Ah" saliendo de tu sire, pero nada. Se puso ahora de modo que su espalda del todo tapaba la entrada, generando eficientemente casi por completo la privacidad que necesitabas para armar esto en tu total aislamiento. Ahora era la hora de la verdad. ¡Todo o nada! Tenías todas las maquetas hechas por seres que se orientaban a ir de frente, enfocarse en una sola cosa y hacer tareas únicas, frontales pero de manera absoluta, en donde tú eras un ser que podía hacer múltiples tareas, manejarlas con eficiencia y no perder el ritmo entre dicho multi-trabajo por tu mira compuesta y extendida, lateral. Con estas maquetas hechas de modo frontal y tu habilidad multidireccional de enfoque y actuar para tomarlas todas y crear un algo desde dichas, lo harías. Crearías las canicas solares.

Sentiste la presencia de Primela, microscópica y dirías que casi cuantoscópica, existiendo en lo más mínimo de todo, algo tan pequeño como...

Puede que lo que hagamos sea pequeño, mi niña, pero nuestro esfuerzo y el amor que ponemos al hacerlo es gigantesco, como eso que está allá arriba...

¿Uh? ¿Quién? Una figura sombría, sin rostro pero amable, cálida... ¿Madre? ¿Hace casi cien años? Ahí, el sol en tus memorias cuando creabas este micro, nano-sol casi, potenció tu concentración entonces, todo tu esfuerzo y logros, concentrándote en la primera parte, armando todo, moviéndote y teleportándote poco menos en aquel espacio imaginario, poco a poco armando la cosa esta, gastando tu vitae, quemándola, y con ello quemando el efecto del alcohol, tal cual, saliendo del sopor, no el sopor vampírico, no, sino el sopor alcohólico, ensamblando la base de este coloso gigantesco, esto que era prácticamente un reactor del CERN mismo puesto en el tamaño que alguien, tú, no, incluso un niño con manos más pequeñas podría tomar en sus manitos, una niña quizá como aquella entonces. Todo lo externo listo, ahora tocaban las conexiones, sin embargo...

Lo siento, creo que al final no hay nada más que hacer, Prime, te pediría que no me odies, pero es mejor... Quiero un futuro para tí. Hemos fallado aquí, toca volver.

Aquella figura sombría, masculina. Tu padre justo antes de informarte que volverías a volverte una niña ordenada, obediente y más, todo cuando falló vuestro negocio por ser pequeño, aún si lleno de ese jodido amor del que ta hablaron tanto. Tu rabia hizo a la Primela no saber cómo poner los aparatos, aún cuando tenía todas las maquetas, todo el trabajo de su original. ¿Qué acaso trabajar y esforzarse no era suficiente? Esa era la memoria que tenías, y que representaban los hombres cayendo de los edificios, que trabajaron y perdieron todo ante la crueldad, la injusticia. ¡Maldita sea!

No, no podías fallar. ¡Anda, hazlo, Primela!

Te concentraste entonces y lograste hacerlo. Cable aquí, conector allá, el bulto que serviría como conector clave, y por último, ahí en el centro, como los toques finales... Ambos pequeños proto-soles que se convertirían en el fugaz sol, el helio, el elemento que lo representaba y el explosivo neutrón que saldría mostrando su gran potencia y destruyendo todo, respondiendo la duda de Spukov que nunca dijo pero que prácticamente sabías, sin usar ese Auspex que proyecta los sentidos hasta poder percibir los pensamientos y las psiques de los otros directamente hacia uno mismo. Apuntaste entonces al mejor estilo Norman con sus gestos de utilizar magia y les generaste, dos gordos soles flotantes, quietos, tranquilos, esperando volverse uno fugaz, todo conectado, todo ordenado, rodeado de conectores y conductores con más conductores y más, finalmente dejándote a tí y a la pequeña Primela descansar. Te hizo hiciste un pulgar arriba, desapareciendo y tú volviendo entonces, cansadísima, hecha pedazos, pero entonces con... Así es, dos impecables canicas solares en tu palma de la mano que se veían como lo que deseabas. Fantástico.

Norman entonces se dió vuelta, sabiendo cuando alguien hacía magia o no cerca suyo, quizá atento al proceso aún dándote la espalda antes, para mirarte con lo que parecía una mirada fija, directa... ¿Cálida? ¿Ardiente como lava aún si seria? ¿Qué significaba? Tal mirada no era como las miradas que te daba cuando te hacía hervir la sangre, cuando te tiraba de edificios o te mandaba contra monstruos como el "Ciego Sombrío", ese LaSombra del bosque que mencionaste que vivía por solo y al cual eventualmente la Camarilla capturó tras tu invasión a su propiedad, no. Era una mirada que sabes que significaba algo y no olvidarías por ser de aquel al que más temías y... ¿Odiabas? Pero que no sabías qué significaba ahora mismo. Parpadeó tras dicha expresión entonces y asintió.

- Absolutamente perfecto, te felicito. Al parecer conseguiste lo que buscabas, no, lo que buscamos. Prepararé todo lo demás. ¿Algún tipo de prenda que gustes? No, espera, eso suena algo acosador, em, ya improvisaremos mañana eso y te pondrás bien, yo tengo mi propia "tenida" de pianista. -Sonaba tan raro escucharle decir eso, pero solo era opacado por la rareza de... Felicitarte. Parecía un Norman de la dimensión desconocida, turururururururuuru~ y tal.- Ya con eso, está todo dicho. Preferiría que descanses temprano ahora si buscas usar el tiempo de día para hacer más cosas, si el theremin llega temprano y buscas trastocarlo para ponerle la canica. Yo con mi escasa humanidad sería un estorbo y no podría salir de mi sopor somnífero por esa misma razón en contraste contigo. Aún así algo podremos improvisar antes de ir a Madrid.

Y entonces notaste como parecía haber estado empuñando su mano y... ¿Y qué?

- Sería todo. Ya te compensaré por las piezas gastadas y tal.

¿Qué...? No, era raro, total, sí, es cierto que el cabrón con sus manipulaciones dobles-triples-cuadruples había logrado en una serie de giros de giros de giros forzarte a mostrarle lo que quería que le mostraras por tu propia voluntad, lográndolo así, haciéndose con una idea de tu proyecto que no indagó en tu cerebro, sin embargo tus proyectos eran cosa tuya, lo sabían ambos, era parte del trato, por abusivo que fuese, y eso hasta lo hacía algo más legítimo, pero... ¿Compensarte? ¿Qué pasaba? Le veías en camino hacia los ghouls a los cuales abrazó por el lado como uno de esos rodeos de brazo que hacían los hombros, lo cual les sorprendió pero agradó, sinceramente. ¿Qué sucedía?... ¿Qué?

Apenas podías verlo pero jurabas que Norman estaba... ¿Triste? ¿Él? ¿Por qué? ¡No lo entendías!

Tus instintos, tu vitae misma y la Bestia contenida en ella o mediante dicha parecía hacer tu mano tiritar, queriendo ir y alcanzarle, exigirle una respuesta, ya que en teoría aún estaban en el área de tu territorio, sin embargo te detuviste. No te importaba, no tenía por qué importarte. Ni siquiera tu Primela interna parecía, al menos por mi parte narrativa, decirte nada, como si entendiese que entendías, pero...

Oh bueno, había mucho en qué pensar. Lo habías logrado. Ahí estaba el poder, en tu mano.

Y a pesar de eso, a pesar de todo eso, todo esto seguramente llevaría a vuestra victoria y supervivencia, pero a un precio, claro, y no era la soledad solamente, ni la melancolía, ni el cansancio o el riesgo, sino que era lo que causarías sobre otros, sobre tus enemigos si ganaban y sobrevivían. ¿Qué creías que era? Pues claro...

Muerte. Todo, al final, no era más que muerte.

- Tiradas (10)

Motivo: Astucia + Alerta (Percibir Norman y miradas sospechosas en mesa) {Dif 10-Emp}

Dificultad: 7

Tirada (4 dados): 4, 7, 7, 3

Éxitos: 2

Motivo: Astucia + Investigación (¿"Ese sujeto"? ¿Quién?) {Dif 10-Alerta}

Dificultad: 7

Tirada (1 dados): 2

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Percepción + Ciencia

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 9, 10, 6, 8, 6, 4, 10, 10

Éxitos: 5

Motivo: Percepción + Ciencia

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 5, 6, 3, 7, 9, 7, 4, 9

Éxitos: 2

Motivo: Percepción + Ciencia

Dificultad: 8

Tirada (8 dados): 3, 4, 6, 7, 5, 5, 6, 2

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Taumaturgia: Conjuración (Fuerza de Voluntad) {-2 Dif +1 Dados}

Dificultad: 8

Tirada (11 dados): 8, 1, 8, 9, 5, 8, 4, 1, 10, 10, 5

Éxitos: 4

Motivo: Taumaturgia: Conjuración (Fuerza de Voluntad) {-1 Dif +1 Dados}

Dificultad: 9

Tirada (11 dados): 7, 2, 9, 3, 7, 3, 4, 1, 5, 6, 6

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Taumaturgia: Conjuración (Fuerza de Voluntad) {-2 Dif}

Dificultad: 7

Tirada (10 dados): 5, 7, 2, 9, 6, 10, 3, 8, 10, 7

Éxitos: 6

Motivo: Percepción + Empatía (¿¿¿???)

Dificultad: 10

Tirada (8 dados): 5, 10, 4, 6, 8, 5, 2, 2

Éxitos: 1

Motivo: Autocontrol {+1 Dif}

Dificultad: 8

Tirada (2 dados): 4, 8

Éxitos: 1

Notas de juego

Spoilers spoilers, presagios del futuro(?).

¡Explicaciones extras en tu tema personal y tal! ¡Disculpa la demorazawa!

Cargando editor
08/04/2018, 22:17
Primela

Cansancio, flashbacks, ganas de comer-matar gente, reflexiones randoms, "lil' Prim" (que es como apodaremos a la pequeña Primela), todo pasó por mi mente y como mi tacto como un huracán a cámara lenta, cada fotograma resbalando como aceite desde la capa más superficial de mi piel hasta el centro de mis átomos, pasando en diferentes niveles de viscosidad, moho y velocidad por el calcio de los huesos, la proteína muerta de los músculos. Pero vayamos por partes.

Las miradas sospechosas de Norman me llegaban como olas de pimienta negra clavándoseme en las primeras capas de piel, como astillas picantes que quería quitarme como sea, pero debía soportarlas. A lo mejor realmente morí y ahora estaba viviendo en el infierno o el purgatorio o algo así, suposición que claramente se basaba en la ignorancia hacia la cantidad de criaturas que habitaban este Mundo de Tinieblas. Suerte, mucha suerte del alcohol, que evaporó todos esos mirares Normanianos. Normaniano es un adjetivo bastante Dantesco. El ego se me subió un poquito más al pensar que lo que hacía era evaluar mi trato con los ghouls. A lo mejor estaba... ¿celoso? ¡CONTROLA TU PENSAMIENTO! ¡No pienses cosas peligrosas, creída, fea, inútil! Trabaja, haz tu trabajo. Pero a lo mejor sí que los ghouls me querían más a mi que a él... ¡calla! 

Asentí levemente con la cabeza cuando Norman me aclaró lo del theremin. A lo mejor "ese sujeto" era peligroso... ¿Podía preguntar quien era? Preferí no hacerlo, al final mi castigo había sido traerme mi theremin y tocarlo en un lugar con buena acústica, y seguir mis instrucciones durante un rato... y sí, para poder seguir adelante con eso debía pagar un alto precio, varios altos precios, pero me sentía demasiado bien como para arriesgarme a curiosear en algo que mi sire considerara que no era asunto mío e hiciera algo así como conjurar una cremallera en mi boca... así que solo eso... asentí... Y del miedo a perder mi oportunidad de sentirme bien un rato aparecieron dos sensaciones más... chocando vivamente contra mi piel... chocando apeteciblemente contra mi piel, a ritmo de respiración... se sentía jugoso, calentito, mordible... eso venía de los ghouls... los miré como quien mira carne de buena calidad y a buen precio durante pocos y demasiados segundos, y al darme cuenta miré al suelo directamente. ¡Los humanos no son comida! ¿¡Como no te ha quedado claro!? Eres un bicho malo, escoria, depredador cobarde y descerebrado, eso es lo que soy. Cuando tengas un momento para ti, recuerda castigarte, castigarte fuerte. Pero también tengo que comer... ¡Piensa algo que no haga daño a la gente! Atracar un banco de sangre... ¡eso lastimará a los que necesitan una transfusión de sangre, egoísta! Pero yo necesita "transfusiones" de sangre... Más o menos así fue el "mala, Primela". Y el asunto de comer se quedó flotando en algún lugar de las aguas de mi mente. 

Lo de que los ghoul no se atrevieron a preguntar por el neutrón sobrante me pareció interesante. La respuesta fue ego, claramente. Pensé en cuanto poder tenía sobre ellos. Como de flexible podía ser la frontera entre mi liderazgo sobre ellos y el contrato de propiedad privada con Norman. Claramente no podía hacer que le mintieran, ni que siguieran órdenes contradictorias. Pero... ¿hacerles omitir verdades? ¿Decirlas a medias? ¿Pedirles cosas aparentemente insignificantes? Shhhh no pienses cosas peligrosas, me va a matar si me escucha pensando esto, shhh shhh por favor por favor no me mate mi sire, por favor ya sabe que temo sus castigos, solo por eso no haré nada contra usted lo juro es solo mi ego es solo mi bestia no soy yo, yo no decido, yo solo sigo sus órdenes por favor... Hasta, sobretodo en, el pensamiento se puede mentir... pero no mucho rato, y el miedo subyacente en la mentira es palpable.

¿Pero como no sentirme ligeramente genial y capaz de hacer cosas? Tenía a mi sire y a sus ghouls trabajando para mi, siguiendo mis instrucciones, para llevar a cabo mi plan, hasta se podría decir que dependiendo de mi. A lo mejor... a lo mejor si me tenía más confianza podría conseguir alguna mejora en el trato que recibía. Empecé a soñar todavía más arriba que vivir con vacas viejas y agradables, empecé a soñar con un futuro en el que Norman me trataba como igual... y entonces noté ciertas "anomalías" en sus hojas de cálculos. Se podría decir que mi tacto vio algo así como un mapa de huellas dactilares. Mi hype de confianza estaba demasiado bien y el miedo a los misterios Normanianos era demasiado influente como para seguir ese mapa justo antes de confeccionar mis altamente sofisticados artefactos sci-fi, así que solo respondí gracias a su "no es problema". Puede que lo borrachera estuviera dejando escapar un poco de mi síndrome de Estocolmo, pero añadí un misterioso (hasta para mi) por todo. Sus juegos de cigarrillo me presionaban, me obligaban a contar el tiempo en movimientos. 

Nanomanos a la obra. Enfoqué mis sentidos. Me hice un zoom gigantesco, tan inconmesurable mente enorme, que el universo estaba en los átomos. Mi casa estaba en los átomos, el plano general más general posible estaba en moléculas que tenía que ir agrupando con esfuerzo. Y... ¿Qué es eso? M-madre... Estaba casi ahí dentro, en lo más pequeño y profundo de la lil' Prim. Estaba ahí, dándome ánimos, cálidos ánimos que me hicieron sentir como una niña que se creía capaz de hacer lo que quería si se esforzaba, una forma de confianza que no disparaba ego, solo confianza... seguí, me sentí ayudada por mi madre, sentí que entre el vacío de los átomos ella seguía ahí, cuidando de mi. Sentí que ese era un momento hermoso. Sentí que mi vida era una experiencia hermosa. Sentí que estaba creando algo hermoso. ¿Papá...? ¿Tú también estás aquí...? ¿Qué dices? ¿¡Qué dices!? ¡El amor es hermoso y todo eso! ¡Fuck da sistem! La lil' Prim tuvo algo así como un berrinche coherentemente infantil, ¡te equivocas! ¡Me van a pasar cosas malas si nos vamos! ¡No me hagas esto! El berrinche revolcaba moléculas por el vacío, las agitaba, las rompía... Y la ilusión-recuerdo también se rompía, mi padre se iba... ¡no te vayas! ¡No nos vayamos! ¡No por favor! ¡Perdóname, no te vayas! ¡No!

Pero sí, se fué. Y mamá también. Se fueron para siempre. Otra vez. La rabia seguía ahí. La tristeza. El vacío tragándose mis razones para vivir. Me sentí sola entre enormes átomos. Get your shit together. No seas débil, no le quites importancia ni hagas una montaña. Get your shit together. Tenía que chutarme fuerzas. 

 Nadie se daría cuenta si me regalaba un poco de sentido del humor en ese nano-mundo. Soy tonta y tengo complejos y muchas inseguridades y me da miedo casi todo, pero puedo hacer esto. Puedo. 

Saqué fuerza de donde pude, junté elementos, capas de fibras y estructuras, la sensación del alcohol evaporándose en mi sangre me hizo esforzarme aún más, la sobreestimulación física me hizo trabajar como un robot sin mente forzando todos sus circuitos, mi mente se centró en notar como mi cuerpo se apretaba y tensaba, presionaba, pero sin juzgar la sensación, hasta que estuvo hecho. Lil' Prim y yo nos hicimos el gesto de victoria. Abrí los ojos, desactivé el exhaustivo auspex (demasiado cansada para nombres vulgares-rimbombantes). Ahí estaba. El éxito de todos los fracasos. Gracias papá, gracias mamá... gracias abuela, gracias abuelo... 

Sí, muchos fracasos, decepciones, cansancio, dolor y miseria me habían traído hasta el momento en el que creaba esa maravilla de la tecnomagia. Y claro, más poesía de la post-guerra española. Poesía izquierdosa de la post-guerra española, curiosamente la poesía derechosa de la post-guerra española es heroica y exaltante... algunos sociólogos e historiadores consideran que la españa actual sigue siendo la españa de post-guerra, y eso que no saben nada de vampiros. Bueno, no nos desviemos del tema, está a punto de pasar algo importante:

Gracias, Norman. 

Del cansancio, el dolor, las decepciones y la mala no-vida, salieron esas palabras. ¿Por qué? Me sorprendí a mi misma. Fue en ese instante, entre maquetas y hojas de cálculo que decidí palpar bien el mapa de huellas dactilares que había dejado Norman. ¿Los demonios japoneses tienen los ojos dorados? A qué, quien, se refería? A las LaSombras a las que nos enfrentaríamos? O a lo mejor... ¿A "ese sujeto" que me traería el theremin? A lo mejor... ¿A mi? A lo mejor me intentaba advertir de que mis prodigiosos artilugios sci-fi me transformarían en un demonio con su dorada explosión? ¿A qué? Y para colmo, ahí estaba su tristeza. Su tristeza me pilló absolutamente desprevenida, la tristeza era... humana.

Una fugaz sucesión de reflexiones pasó por mi cabeza. ¿Por qué no consigo odiarle? Claramente, quiero odiarle. Quiero sentir una rabia incontenible que me impida controlarme, e intentar asesinarlo (nótese el juego de complemento directo e indirecto en "odiarle", "asesinarlo"). ¿Era miedo? ¿Solo por miedo no elaboraba algún plan con el que pudiera acabar con su no-vida? Luego de lo que acababa de crear, de alguna manera, me quedó claro que podía dar un poco de guerra. Mi cansancio extremo me obligó a aparcar lo que sentía respecto a eso, ya me inflaría-desinflaría el ego, me haría cobarde, recuperaría la valentía, la perdería, mesentiría mala, me sentiría creída, me sentiría una mierda, me sentiría rota, me sentiría arreglándome luego. De momento, solo había descubierto que si realmente me lo proponía, podía dar algo de guerra contra mi sire. Era un conocimiento cualquiera.

¿Qué siento hacia él? ¿Por qué no odiaba a Norman? Mi mente saltó a mi madre. Norman se esforzaba con la pasión de mi madre. Salté a mi padre. Norman aceptaba el fracaso como mi padre. Y jugaba con él, lo doblegaba, preparaba, manipulaba, y fracasaba como quería. Me castigaba cuando fracasaba dominándome, presionaba todo su universo cuando fracasaba protegiéndose de unas LaSombras peligrosas. Por algún motivo, estaba triste. ¿Por qué no odio a Norman? Lo miré bien, palpé sus movimientos mientras abrazaba a sus ghouls.

Imagina que no lo conoces de nada. Imagina que no te ha hecho nada, ni bueno ni malo, nunca. Imagina que ves a ese tipo con sus dos amigos dominados por primera vez. ¿Qué sientes, lil' Prim? 

Se hizo un silencio mental palpable en mi piel. 

Ese tipo me da... pena. 

¿Por qué me daba pena, si me daba tanto miedo? Es así por algo... tiene su historia... por algo es así... Inmediatamente, al pensar eso, me di cuenta de otra cosa que sentía hacia Norman: condescendencia. Me sentía superior a él. No solo en el ámbito ético o moral, en el fondo de mi ego, en el que se sentía bien mandándole a montar maquetas, me sentía capaz de hacer más cosas que él. Sentía que si no fuera por los años de ventaja, yo mandaría, porque yo sí lo merezco. En el fondo, yo quería ser esa Primela. 

Yo nunca consideré a Norman como un igual. Yo siempre me creí superior. Siempre, en el fondo, creí que si yo estuviera en su posición, lo haría mejor. ¿Pero él lo haría mejor en la mía? Es fácil trabajar para tratar como igual a alguien como Montserrat, alguien por debajo de ti dentro de una jerarquía establecida. Es fácil decirle a alguien que está debajo "sube hasta aquí". Pero alguien que está arriba... Es más fácil decir yo solo sigo órdenes y planear muertes. El miedo no venía solo por los potenciales castigos, es que

yo no soy mejor que Norman.

Se estaba alejando. La superioridad ética y moral que se siente por ser la parte menos privilegiada nubla el juicio, te hace gastar energías en cosas inútiles en el mundo físico, como pensar y dar discursos, en vez de actuar. Siempre vi a Norman como alguien inferior, porque es mi superior. Pero lo más seguro es que él también sufre. Su tristeza estaba ahí para demostrarlo. Y si sufría, podía entenderme. Si sufría, podía entenderle. Si podíamos entendernos, podíamos tratarnos como iguales.

Cuando dejas que alguien superior en una jerarquía establecida te maltrate, lo estás consintiendo. Consentir es algo que solo puedes hacer hacia alguien que está bajo tu responsabilidad. 

Esp...era... Ahí estaba la Primela que casi no sabía hablar de nuevo, intentando mover un brazo hacia adelante... no... t...e.. vayas... Poco a poco, conseguí levantar el brazo, ahora tenía que hacer el gesto de pedir que venga... P...or favor... no... t...e... vayas... Norman... ¿Qué quería decir? Qué motivo le daba para quedarse? Q...uiero... c...ontar...t...e... tutearlo era casi imposible... s-sob-r...r...r...e m-mi... p...r...o...y...e...c...t...o... 

Notas de juego

Intento convencer a Norman de que se quede un rato en mi iglú, quiero hablar con él.