Partida Rol por web

Nada. Nada excepto apatía y pobredumbre en este mundo. Un sueño que has tenido, crees, desde antes, incluso, desde todos esos días humanos que o perdiste a propósito o te quitaron directamente al volverte parate de ellos, los Asesinos, el noble clan de aquellos que matan a los indignos. ¿Indignos de qué, sin embargo? No podías ni pudiste entenderlo nunca realmente, sobretodo ahora que mirabas en este plano onírico pero nítidamente aquel plano, desierto, portador de nada excepto vacío, excepto miseria, excepto ruinas y ruinas y más jodidas ruinas. ¿Esto querían los tuyos? ¿Esto querías tú? Pues al parecer, esto era a lo que iría el mundo en sí y lo sentías, lo percibías, o quizá era solo un reflejo de tu alma que carecía de cualquier cosa excepto traición y pragmatismo, excepto la astucia de un fugitivo manipulador y la completa desconsideración de alguien con una doble cara literal, con una máscara tan grotescamente puesta que podría fusionarse a tu rostro y ahorcarte.

Tú sabías que eso era cierto, tú, el Traidor. Itan-Sha.

Te encontrabas en un departamento vacío con pésima seguridad el cual lograste escalar entre esos espacios que hay dentro y entre los tejados varios, logrando pasarte y abrir las ventanas con uno de tus aparatos simples pero eficientes que las separaban o directamente cortaban para después volver a forjarla casi en tiempo record y dormir aquí, a escondidas de todo y todo, tus buscadores e incluso los Vástagos o Vampiros de la Torre de Marfil, la Camarilla, sobreviviendo una noche más, un día más, una instancia más. No eras un maestro en seguridad pero sí en pericias y disponías de tu absurdo arsenal ninja que mal no estaba. Supondríamos que repasarlo no está mal, así que ahí vamos, y es algo que puedes hacer tras salir del sopor en aquel lugar oscuro y por lo demás hueco, tanto como el mundo de tu sueño. Ahí vamos:

Primero, tu gancho, una mezcla heterodoxa entre lo que sería un gancho clásico ninja de antaño pero expandible y arrojable por una pistola a presión neumática. Por su portabilidad no daba mucho más de, a tope, cinco metros con toda potencia, pero daba y servía bastante. Tres metros era su capacidad rápida, cinco su máxima y un único metro su disparo potente, como para, digamos, combatir o jalar algo, quizá tirarte contra un auto en un instante de huida y todo. Porque una cosa era usar los poderes conocidos como Disciplinas rompiendo la adorada Mascarada y otra era simplemente ser excéntrico, una no rompía la otra así que bien estabas. Se arrojaba y podías llevarlo más o menos escondido, vamos, que era/es genial. Tú mismo lo has forjado y reforjado muchas veces con esa habilidad que tenías pero no sabías cómo ni de donde o por qué, perdida en tu cuerpo, en tu mente.

Ya tras eso tienes aparte: Estrellas ninja, kunai, los arrojables estos que quedan de pie y sirven para cagarle los pies a otros y detenerles el paso, tu par de dispositivos para abrir ventanas, tus dispositivos para pasar por cuerpos acuáticos, un par también que se pliegan en tus tobillos o pies y la hacen, dos shinobigatanas, recortadas obviamente, un tantou por cada una de estas que además se pueden replegar en el mango de las katanas ninjas para sacarlo por sorpresa mientras usas dichas, contenedores hechos de cosas como pelotas de ping pong o bombitas de agua con todo tipo de sorpresas (arena, picante, tóxicos incluso, dentro de lo que tu saber científico te permite manejar y así) para lanzárselas en la cara a enemigos, bombas explosivas que son más bien fuegos artificiales de esos como pelotas gordas lanzables, ambos dispositivos para escalar, de manos y de pies, unos cuantos kusarifundos de largos variados, cortos, medios y uno largo, podría decirse... Y un montón de casquitos bien cuidados y sellados de venenos abundantes, como ese que le metiste en la Vitae a tu Sire para poder cargártelo a duras penas, ocultos todos en una pequeña maleta y sellados sobre el sellado, tal cual.

Ya otras cosas deberás armarlas en el camino, pero no es mal equipo, dirías.

Además, entre cosas que has ido haciéndote o haciendo (o ambas), tienes lo que se podrían denomina como "multi-GPS", que son pequeños dispositivos arrojables a alguien para poder rastrearle luego mediante un móvil normal o simplemente con un pulso, usando tu propio Auspex, la Disciplina que expande y proyecta los sentidos. Tales GPS son variados, pequeños y se pueden arrojar en varios puntos para poder triangular posiciones y generar una pequeña área, no como un radar completo pero sí algo como para ir rastreando a una presa a larga distancia con poco problema, si bien tienes que ir recuperándolos a posteriori, en donde ya entra tu creatividad propia y astucia con sigilo.

Supones que tienes que largarte pronto antes que vengan a revisar aunque tampoco confías que sea así del todo. Ahí afuera, por la ventana, puedes ver los inmensos puentes que separan ambos Manhattans como parte de la inmensa urbe metropólica que es Nueva York y en donde seguramente podrías hacerte con nuevos amigos malditos para usarles como escudos no-humanos y no-vivos para tus habituales haberes a través de tus casi carismáticos pareces, como sujeto excéntrico, interesante, un asesino que ya no sirve a los Assamitas y pretende servir a la Camarilla local. ¿Quizá presentarte al Príncipe o preguntar?

Total, en tu caso todo es riesgoso, seamos honestos.

Siempre está el shinobi a un paso adelante o atrás de la muerte.