Partida Rol por web

Juan sonrío amablemente a Mina, su actitud era totalmente diferente después de lo que acababa de ocurrir con Luciana - Vamos Mina - decía en un susurro audible únicamente para los cinco - esos otros 3 individuos que han entrado, vestidos similar a la pareja que ya vimos vienen a matar a Luciana, son caballeros Templarios y por ende yo también moriré, con gusto responderé todas tus dudas pero primero déjame salvarte la vida - sin decir más, Juan dejó ver que bajo su chaqueta, en sus mangas, había dos armas que estaba dispuesto a usar - Por favor, vámonos - acto seguido aceleró su paso y casi sin correr se dirigió a la salida del museo

Sin que se aclaren sus dudas, una frase entre como una lanza helada por sus oidos: "...vienen a matar a Luciana...". ¿¡Que carajos!? -penso Ben, mientras agarraba con fuerza a Luciana y seguia a Juan hacia la salida del museo. No sabia si era cierto o no, pero no se arriesgaria. Si eso era parte del espectaculo que el Museo ofrecia, era algo extremista y Juan pagaria las consecuencias. Tal vez Liliana tambien, pero la parte fisica se la llevaria el guia.

Luciana, al escuchar las palabras de Juan, aferró con mas fuerza la mano de Ben. Sabía que el chico decía la verdad.

Mientras comenzaban a mezclarse con la gente que ocupaba la muestra, la muchacha vio a los dos que había señalado Juan al principio, cada vez más cerca.

-Vamos Ben, no podemos dejar que nos alcancen-

Bien, Luciana y Ben salen con Juan, quién más sale?

Finalmente todos salen con Juan del museo, su paso se nota algo acelerado

Mientras corren, Luciana se percata al igual que Juan que los extraños individuos, cinco en total les siguen sin disimular, en cuanto salen del museo Juan les guía rápidamente por entre las calles vacías del barrio cercano al mismo perdiéndose rápidamente de la vista de los ciudadanos comunes, sin embargo, los 4 hombres y la mujer vestidos de negro siguen tras de ustedes, en un segundo Juan se gira y saca dos poderosas armas automáticas cada una de cada uno de sus brazos equipadas con un potente silenciador - Bien, como sea que te llames ahora, necesito que me ayudes para que estos otros cuatro entiendan que está ocurriendo - ésto último lo decía claramente a Luciana mientras apuntaba con sus armas a los misteriosos seguidores. En cuanto estos salieron por una esquina una ráfaga de disparos de las armas de Juan impactaron silenciosa y rápidamente el cuerpo de uno de los hombres cayendo de inmediato al suelo, en ese preciso instante ellos sacaron pequeñas armas automáticas de repetición para atacarles

Luciana pudo ver claramente entre la multitud a sus perseguidores. Eran como faros para su vista.

Salieron del museo y siguieron a Juan entre las calles del barrio, dejando atrás a la gente pero no a los 5 de negro que venían pisándoles los talones.

Al girar en una esquina, el muchacho sacó dos enormes armas automáticas. La cosa se había puesto realmente fea.

-Pues, quien quiera que seas tú en realidad- la muchacha contestó duramente a la increpación de Juan -apenas recuerdo quien soy... y este cuerpo no está especialmente dotado para la lucha. Dime que puedo hacer, y si eso salva nuestros culos, con ganas te ayudaré... y luego tendremos que hablar.

Después de disparar y escuchar a Luciana, Juan sonrió, como no lo habían visto antes, parecía disfrutar el momento - Vamos, una criatura ancestral como tú segúramente tendrá forma de hacer uno o dos hechizos para acabar con estos malandros - realmente parecía un niño pequeño en una fiesta y su esperanza se notaba que estaba centrada en Luciana

Tras la apresurada salida del Museo, aun con Juan como guia del grupo, el mismo intento escabullirse entre las calles de la zona sin suerte. Cinco personas vestidas de negro los seguian a buen ritmo. Entonces Juan saco dos armas con las que comenzo a disparar a sus seguidores. Esto iba realmente en serio, y Ben solo hubiese querido agarrar a Luciana y salir corriendo de aquella locura. Pero Luciana tenia otro importante papel que jugar. Por alguna razon Juan y ella se estaban entiendo y el ala no tenia ni idea de que hablaban. Pero dada la gravedad del momento no interfirio en lo absolupto, por mas que el lo dudara, si Luciana podia hacer algo para sacarlos ilesos de ese lugar, el estaria agradecido.

Altair no tenía nada claro lo que estaba pasando, pero sabía que ella estaba metida hasta el cuello. También había notado el cambio de luciana, y se había acabado de convencer de que Juan no iba a venderles nada. Las armas que llevaba eran reales, y el hombre que había caído también. Sólo se alegró de que estuviera de su lado, fuera lo que fuese lo que eso podía significar. No tuvo otra opción más que quedarse detrás del guía y de Luciana. Si hubiera tenido algún arma, la habría usado, pero no solía sacar su 9mm cada vez que iba al trabajo, pensó mientras la acción en el callejón aumentaba.