Partida Rol por web

Decidió ignorar por completo la actitud de palabras de Palmer en ese momento, no tenía tiempo de estar discutiendo con sus compañeros durante aquel caso, ella misma le había hablado por lo bajo para evitar discusiones frente a los padres, solo sacando de en medio el problema, si quería ofenderte, bien por ella. Se centro entonces en Russel y los padres, pero antes de poder decir algo más, escucharon el grito aterrador de la niña que estaban buscando. Su primera reacción era la de ir al mismo, pero sin más conocimientos podían perderse por la granja, la verdad es que deberían estar ya afuera luego de haber escuchado aquello. —Tenemos que calmarnos, no haremos nada corriendo de inmediato a ciegas — lo dijo en general, pero de algún modo para si también. Se preguntaba si sus compañeros afuera habían decidido ir al origen del ruido en vez de seguir esperando. —Por favor haganles caso a mis compañeros, terminaremos pronto para ponernos en movimiento — le pidió también a la mujer esperando que respondieran a las preguntas que eran bastante importantes para indagar más en el asunto —Señora Learmonth ¿Por qué está cerrado el granero? ¿Han habido robos recientes por la zona? — necesitaba sacarse esa curiosidad de encima, un candado enorme muy nuevo en comparación con el resto del lugar cerraba el granero que aún no habían revisado. Todo le daba más mala espina mientras más pasaba el tiempo, que estuviera oscureciendo no ayudaba en nada.

Sin más luz que la débil de la luna o la del farol de Dexter avanzar hacia el interior del bosque era demasiado peligroso; una trampa mortal en la que incluso ellos podrían acabar cayendo. El tiempo jugaba en contra del grupo si querían encontrar a la niña, pero arriesgarse tontamente no tenía ningún sentido.

Mientras los dos hombres decidían si seguir buscando el rastro de sangre, avanzar más hacia el interior del bosque o simplemente dar media vuelta y esperar a que un nuevo día les ofreciera la luz necesaria, un grito procedente de la casa hizo que el corazón de Cornelius comenzara a latir a mil por hora. La quietud que se respiraba en ese lugar había sido rota por la voz de Gregory.

—Maldita sea... Menudo susto me ha dado —dijo el inspector tras recuperarse de la impresión que le había causado aquel inesperado alarido del doctor—. El doctor Palmer es un buen hombre... Pero su constante verborrea a veces puede resultar un tanto... —Dejó la frase en el aire mientras sustituía las palabras por una sonrisa de medio lado—. ¿Echamos un vistazo en la parte trasera? Aunque me imagino que el destrozo será mayor por ahí... Solo espero que...

En esa ocasión el comentario del inspector había sido cortado por una voz muy distinta a la del doctor. Aquella era una aterrada voz infantil que procedía justo delante de donde ellos se encontraban; en lo profundo del bosque. Cornelius prestó atención para descartar que hubiera sido su imaginación, junto con el cansancio que tenía, la que le estuviera jugando una mala pasada. Pero no... Ahí estaba de nuevo la voz pidiendo ayuda.

—¿Lo has escuchado Dexter? ¿Tú también lo has oído? —preguntó, intentando asegurarse que no fueran los fantasmas de su mente los que le estuvieran gritando en su cabeza—. ¿Eres capaz de saber de dónde procedía más o menos?

Cornelius solía sabía que la voz procedía del bosque, pero era incapaz de asegurar de qué punto con exactitud.

Su primer impulso fue salir corriendo hacia adelante pero se retuvo. Era una locura y quizás fuera mucho mejor avisar al resto de sus compañeros, aunque eso podía acarrear una pérdida de tiempo que no podían permitirse.

—¿Qué te parece? ¿Seguimos adelante? —La aparente inseguridad del inspector simplemente venía dada por su inexperiencia en esa clase de terrenos y prefería tener la opinión del guardabosques antes de adentrarse a lo loco en el interior del bosque.

Muchas cosas habían sucedido en un periodo muy corto de tiempo para Jettie, quien claramente aun estaba mas que afectada por todo, sin embargo el grupo de personas que estaba en su hogar en esos momentos actuaron como era de esperar, bastante rapido tan pronto como escucharon aquel grito de la pequeña, lo cual no era para menos después de la manera en que se había presentado tal situación. En cuanto el doctor Gregory se acercó a ella comentando respecto al tranquilizante, su reacción mas pronta fue negar varias veces con la cabeza y mas bien, mirarle con una pequeña sonrisa agradecida, pues pese a su pequeño enojo anterior, sabía que estaban allí para ayudarles.

—Muchas gracias doctor, pero mi mayor tranquilizante creo que es haber escuchado ese grito... Deben darse prisa porfavor, ¿Dios mio en que estaba pensando al correr asi?— Comentó alzando la vista hacía arriba por un momento como si estuviera arrepintiendose ante algún dios por haber actuado por mero impulso, y demostrando con esto que confiaba plenamente en el grupo que estaba allí para ayudarles. Mientras ayudaba a su esposo ebrio y quien aparentemente se había quedado completamente ido seguramente por la mezcla del alcohol y el susto de escuchar a su propia hija gritar, la madre de la pequeña Pennelope trato de responder a las demas preguntas que había hecho primeramente el doctor, negando varias veces con la cabeza pero tratando de pensar —N-no que nosotros sepamos... Seguramente pueden haber algunos pero no podrían estar tan cercanos a la granja, al menos que se hayan formado recientemente— Comentó lo mejor que pudo, mirando que el hombre de la casa se hubiera sentado correctamente y tratando de simplemente guardar la calma pese a su inicial reacción que tuvo, aun asi se encontraba tamblando posiblemente debido al impacto del grito.

Despues de haber respondido esto, procedió a mirar a la detective, tratando de hacerle caso al igual que a Russell, buscando regresar a tomar asiento mientras dejaba todo en manos de los profesionales, por algo estaban allí despues de todo y parecía aceptarlo tan pronto se libro del shock inicial —¿Candado? No creo que el grito haya venido de allí señorita Williams, pero usualmente tenemos un candado allí porque estan las herramientas y todo lo que suele ocuparse para el trabajo, es mejor que este guardado— Comentó brevemente, un tanto extrañada por la pregunta pero respondiendola de igual manera, era la mejor forma que tenía para ayudar en esos momentos.

Posterior a responder todas estas cuestiones, solamente miró como algunos de los presentes estaban también saliendo de la casa, seguramente para apoyar a los demas que estaban fuera —Seguramente nuestro señor les pondra en buen camino, estaré orando por ello y porque puedan encontrar a nuestra niña, el siempre nos guía si hacemos lo correcto ¿Cierto? Rezar es lo mejor que podemos hacer— Comentó como forma de alentarles, una vez mas confirmando su alto adoctrinamiento religioso y que parecía ser el centro de aquel hogar, al menos esto había evitado que saliera corriendo por la puerta por lo que seguramente ya era un buen milagro, nadie quería tener que buscar a dos personas al final ¿No? Eso sería todavía peor y mas con aquella atmosfera tan extraña.

Tan pronto como terminó la señora Learmonth de responder las preguntas que le habían hecho, pronto terminó Russell quedandose por si solo dentro de aquella casa, en compañia de la pareja afectada y la cual parecía estar bastante impactada por los acontecimientos recientes, por supuesto nadie en su sano juicio pensaría que algo asi sucedería tan repentinamente. Por un momento el alienista logró sentir el ambiente mucho mas pesado de lo normal, seguramente producto de estar ahora él solo nadamas con aquellas personas que su espiritu estaba por lo mas bajo como era obivo.

Sin embargo en cuanto se cerró la puerta principal una vez mas, el que pareció reaccionar por fin fue Roland, quien se encontraba sentado tal como le había dejado su esposa al ayudar pero ahora al menos comenzaba a parpadear, mirando alrededor, demostrando un estado desorientado en esos momentos.

Mientras el hombre volvía en si mismo, se podía ver su cuerpo aun tambaleante y su rostro giraba en todas direcciones, como si no supiera en donde se encontraba en esos momentos. Pero tan pronto logró regresar la mirada al doctor Russell, comenzó a hablar una vez mas —Sobre, sobre la granja... Me había preguntado ¿Cierto?— Comentó, como si todo lo que sucedió de un momento a otro no lo recordara y mas bien, se había quedado solamente con aquella pregunta —Tuvimos una temporada muy buena, vaya que digo buena, era glorioso... Los campos estaban rebosantes de todo tipo de semillas, Craftsbury es un pueblo pequeño ¿Cierto? Y solíamos ser las únicas tierras de siembra, era perfecto— Los ojos del hombre por un momento se llenaron de una emocion casi palpable, seguramente Russell podría rapidamente sentirse identificado con la calidez y la alegría que salían de aquel pequeño relato de como la granja sin duda había tenido un tiempo de oro, y posiblemente pese a que los granjeros solían ser personas usualmente humildes, el simple hecho de saber que eran los únicos productores en algún momento de todo tipo de semillas podría ser el porque parecían gozar de cosas bastante elegantes.

Sin embargo aquella ilusión y calidez en sus ojos fueron apagandose a medida que el hombre seguía hablando, sus ojos si bien estaban brillantes por unos momentos, pronto estaban casi en blanco una vez mas —Sin embargo las cosas no pueden durar para siempre ¿Cierto? El pueblo comenzó a crecer y bueno... la bebida no me ayuda mucho tampoco, aunque seguramente lo deje pronto, si, creo que es buen momento— Durante todo el relato del hombre, el señor Roland miraba cada tanto a su esposa, entrecortando a veces las palabras sin embargo Russell no podría adivinar si esto era por algún nerviosismo en particular o mas bien, por la cantidad de alcohol que tenía su organismo en esos momentos.

Lo que si estaba claro para el alienista es que posiblemente el alcohol había sido un gran factor para la caída de aquella granja, algo bastante fuerte había tenido que desencadenar todo, despues de todo la granja estaba completamente destruida para esos momentos ¿Acaso alguna competencia dentro del pueblo por el mercado había tenido que ver? 

Mientras el grito había quedado grabado en los oídos del inspector y este trataba de comunicarse con Dexter para saber como proceder, el guardabosques que se encontraba a pocos metros de donde Cornelius estaba, en vez de responder a alguna de las preguntas que le había hecho, optó por salir corriendo en dirección al bosque y sin decir palabra alguna ¿Posiblemente estaba concentrado en recordar de donde habían venido aquellos gritos de auxilio? Era lo mas probable pero igualmente no había forma de detenerse a preguntar y mas bien, si Cornelius no se ponía rapidamente en marcha seguramente el otro hombre le dejaría atrás en poco tiempo, la luz de la lampara que llevaba Dexter era igualmente el único medio de iluminación en esos momentos además de la Luna que poco o nada serviría una vez adentrados en el bosque, por lo que la decisión estaba bastante clara en esos momentos, aunque el bosque por si mismo se miraba completamente intimidante, tampoco podían perder mucho tiempo despues de haber escuchado aquel grito tan reciente, podrían estar a tiempo ¿Cierto? Debían estarlo.

Asi mismo, Cornelius pudo darse cuenta que otro sonido inundaba el ambiente, uno nada alarmante a comparación de lo que ya había escuchado anteriormente, pues tan solo era la puerta principal de la casa, indicando que sus compañeros estaban ya en camino también, indicando que el grito había penetrado hasta las paredes tan maltratadas del hogar de los Learmonth, aunque en esos momentos lo mas prudente podría ser sin duda solamente gritarles que les siguieran, pues Dexter por su lado parecía no querer mirar atrás ni un segundo, como si estuviera completamente decidido a atravesar el bosque completo de ser necesario hasta encontrar la procedencia de aquel grito, por supuesto el era también el experto.

Tanto el Doctor Gregory como Blanche terminaron saliendo del hogar de los Learmonth, siendo Russell el único que se quedaba detrás pues su profesión misma indicaba que aquello era lo mas prudente, despues de todo el alienista era quien había ido especialmente para calmar a los padres de la niña mientras los demas hacían la busqueda como tal. Sin embargo pasar de la asfixiante y ciertamente extraña atmosfera de aquella casa al exterior, no les daría mucha menos tregua sino todo lo contrario.

En cuanto estuvieron fuera, no les fue dificil encontrar tanto a Cornelius como a Dexter en la parte trasera de la granja, ambos hombres estaban bastante cerca del inicio de aquel boscoso pantano, posiblemente investigando los alrededores como habían dicho antes de separarse. Sin embargo ambos pudieron notar como el guardabosques salía corriendo hacía el interior del bosque, dejando atrás a Cornelius como si estuviera desesperado por atravesar el bosque lo mas rápido posible ¿Habría encontrado una forma de rastrear la procedencía del grito acaso? Sea como fuera parecía que tanto el doctor como la detective allí presentes no tenían mucha opción mas que seguirlo, pues aunque la Luna estaba brillando en lo alto del cielo, poco o nada serviría esta para iluminar una vez se adentraran a aquel lugar de donde había venido el llamado de auxilio, y por supuesto Dexter era el único de los presentes que tenía alguna fuente de luz adicional, en este caso aquella lampara que estaba alumbrando un buen rango alrededor del hombre, sin embargo si se quedaban atrás seguramente sería difícil seguirle el paso.

Parecía que la decisión estaba bastante clara en esos momentos, aunque el bosque por si mismo se miraba completamente intimidante, tampoco podían perder mucho tiempo despues de haber escuchado aquel grito tan reciente, podrían estar a tiempo ¿Cierto? Debían estarlo.

Creí que saldría solo de la casa, pues no vi demasiado interés en dejarla a los demás, parecía que su tendencia a realizar preguntas y más preguntas era lo que les guiaba, pero allí no servían las preguntas. Las importantes ya estaban hechas y el grito de la niña desesperado fue el claro indicativo de que teníamos que movernos. La señora Learmorth negó la ayuda de la medicación y asentí a su negativa, dando el tema por zanjado. Allí no era demasiado útil ya y quizás la pequeña estuviese herida. Era el mejor momento para irme.

Una vez en el exterior me puse el sombrero y con el maletín y el bastón en mi mano, comencé a correr hacia la parte trasera. No sabía bien donde iba, pero al menos no debía temer a los pozos, aunque por otro lado, que la pequeña hubiese caído en uno parecía no ser una opción viable.

La detective me seguía de cerca y al menos la luz de la luna nos alumbraba lo suficiente como para no caer. Al menos en aquel trecho. Una vez llegados al bosque solo Dios sabría lo que nos encontraríamos allí. Entonces Dexter salió de la nada, con la lámpara de aceite en la mano, corriendo hacia el lugar de los gritos. Estaba seguro de que él lo tendría más localizado que yo al menos, puesto que en la casa sonó extraño... me recordó al eco pasajero que se oía en la Torre de Londres, siendo las conversaciones de otros visitantes del lugar que se filtraban por la estructura del edificio y algunos se lo atribuían a fantasmas.

Así que lo único que pude hacer fue trazar mentalmente la trayectoria que llevaba Dexter y hacia donde se dirigía para correr hacia el mismo sitio, sin tener que ir a su lado primero y luego seguirle. No porque él estaba más acostumbrado a correr que yo y ese era un desgaste que no me podía permitir.

- ¡Dexter! ¡Espere! - Exclamé al ver que era más rápido de lo que pensaba. - ¡La señorita Williams y yo vamos para allá también! - Y fue cuando por el rabillo del ojo me pareció ver al inspector seguir también al guardabosques, solo que algo más alejado del mismo.

Lleno de dudas se encontraba George ante aquella situación mientras el ambiente se tornaba más denso para él, al punto de que se quitó el abrigo y el saco que llevaba puesto quedando solo con su chaleco junto a la camisa. Aún así, escuchó atentamente cada palabra y se limitó ello mientras la pareja siguió con el hilo de la conversación. 

De alguna manera podía empatizar con ciertos aspectos del jefe de familia y con otros, recordó a las dulces doncellas que se cruzaban en su camino para ser tratadas y terminaban cayendo en su espiral caótica dónde todo era una mezcla insana de descontrol y deseos que jamás podía cumplir George porque era consciente—en demasía—de lo tóxico que podía ser. Pero la mujer le inspiraba ello, al verla tan dedicada, cargando sobre sus espaldas no solo la desaparición de la niña sino también lidiar cona borrachera de su esposo, la ruina de la granja cuando en definitiva por lo que se podía ver ella, estaba para otras cosas. 

—La vida es dura de por sí, nadie está exento de ello—dijo en un tono tranquilo—. Siempre es un buen momento para dejar la bebida, más ahora que su hija y su esposa lo necesitan. Aún así, perdone si soy muy entrometido... Usted ha comentado que su granja estaba muy bien. ¿Que sucedió después? 

Tras aquella pregunta que era la segunda vez que la formulaba, contempló a la mujer un tanto pensativo. 

—Señora, cuénteme un poco más de Pennelope. Me gustaría conocerla mejor, saber que le gustaba, a que jugaba en sus ratos libres. 

La señora Learmonth respondió lo mejor que pudo las últimas preguntas, aunque no terminó por responderles realmente a Blanche sí habían tenido una razón real para cerrar el granero recientemente, si era algo que hacían todo el tiempo. Pero como en ese momento lo importante era la niña que al parecer estaba cerca, podrían dejar eso para después. —Muchas gracias señora — le dijo a la mujer asintiendo con la cabeza mientras veía de reojo al esposo catatónico.

Se puso de pie para salir de allí con Palmer, dejando a Russel atrás. Por lo menos ahora si se pondrían en acción y no seguirían intentando sacarle información a los padres desesperados.

Al salir vieron la luz del faro de Dexter y al inspector un poco más atrás. El grito del doctor la sorprendió por un momento, pero se apresuró a correr junto a él para llegar donde los dos otros hombres también.

—¿Escucharon algo más aparte del grito de la niña? — les preguntó de inmediato mientras terminaban de acercarse y seguían encaminándose a donde habían oído el espeluznante grito.

Tanto a Blanche como el doctor Palmer les fue fácil alcanzar al inspector de policia que estaba hasta hace unos momentos con Dexter mirando y escaneando los alrededores, sin embargo el objetivo no era este sino lograr alcanzar o al menos seguir el paso que el guardabosques estaba marcando de una manera sin duda extraña. Tan solo bastó un parpadeo de parte de todos los allí presentes para notar que la robusta y fuerte figura del hombre que se había adelantado desaparecía entre una de las muchas entradas que aquel boscoso pantano tenía, y de igual forma no tardó mucho para que se encontraran de igual forma todos sumergidos en este mismo. La luna aun lograba filtrar unos cuantos rayos de su tenue luz en las zonas en donde los árboles estaban lo suficientemente espaciados el uno del otro, sin embargo mientras mas se adentraban en su intento de alcanzar a Dexter, mas y mas estrecho se volvía el lugar, la luz de igual manera se iba apagando hasta dar con un ambiente no solo siniestro sino que también era imposible moverse correctamente, sin contar por supuesto con las grandes extensiones de lodo que comenzaban a surgir debajo de sus pies, todo esto causaba una sensación de opresión para nada adorables.

Sin embargo pese a la poca iluminación y que Dexter parecía haber desaparecido de la vista de todos al irse internando mas y mas dentro de aquel oscuro ambiente, si que podían todos detectar aun la calida luz de la lampara de aceite que el hombre llevaba consigo, la cual por momentos se iba haciendo mas y mas pequeña, obligandoles a apurar mas el paso o de lo contrario podrían perderla. Sin embargo por momentos, cualquier podría jurar que miraban aquella fuente de luz hacerse mas grande por ratos, o incluso moverse de un lado a otro como si el hombre estuviera corriendo erradicamente por todo el lugar ¿Sería su imaginación jugando travesuras? O tal vez podría ser que su sentido de la orientación era el que estaba dando ese efecto tan curioso pero al mismo tiempo tan desorientativo para todos los presentes.

El señor Learmonth no hacía mas que asentir en repetidas ocasiones a las palabras que el alienista iba comentando, mirando cada tanto a su esposa aun y con una mirada que seguía indicando tristeza, no solo por el tema de su pequeña que estaba en esos momentos como una herida abierta y latente, sino también por recordar todo aquello que le estaba contando a Russell y que seguramente eran fantasmas del pasado del hombre, despues de todo recordar una epoca grandiosa no era bueno si en la actualidad se encontraba en la ruina, en toda la expresión de la palabra sin duda alguna.

—Tiene toda la razón del mundo... Oh, con dios como mi testigo, tengo que dejar la bebida, si— Siguió repitiendo la palabra 'si' el hombre como si se tratara de algún tipo de ave que solo había aprendido una única palabra, sin embargo pronto su esposa suavemente le apretó el hombro, como si estuviera acostumbrada a ese tipo de desvíos en su esposo, mismo que de inmediato abrió los ojos de golpe y dio un salto en su lugar como si se hubiera espantado —Oh lo siento mucho, la granja... si la granja, es cierto. Realmente no supe bien que sucedió, creo que tal vez lo deje de recordar por la pena ¿Sabe señor Russell? Las ventas comenzaron a caer en picada, no eramos la única granja que existía en ese entonces, entonces creo que es normal ¿Sabe?— Una falta de pasión era evidente en Roland mientras este hablaba de lo que había sucedido, como si simplemente el hecho de tener competencia le hubiera quitado las ganas completamente de querer ponerse al pie del cañon, aunque sin duda, una cosa era que ante los problemas, la granja se descuidara un poco, pero de eso al estado en que toda esa propiedad se encontraba, seguramente el hombre había tenido una reacción extrema.

Una vez terminó de hablar, llevo temblorosamente una de sus manos a la mano de su mujer que se encontraba aun en su hombro, acariciando esta casi como si fuera una necesidad para él.

Mientras su marido estaba hablando con el señor Russell, Jettie se encontraba aun como si estuviera intentando regular su propia respiración, algo lógico despues del impacto que había tenido cuando aquel grito había roto el silencio que había alrededor de la granja, sin embargo la mujer se encontraba de igual forma bastante al pendiente del reaccionar de su esposo y por supuesto, de las preguntas que el alienista tenía para ellos. En cuanto el hombre tocó el tema de Pennelope, sus ojos brillaron como nunca y una pequeña y débil sonrisa apareció en sus labios.

—Oh, cielos santo señor Russell, podría contarle tantas cosas de mi pequeña, que seguramente no terminariamos aunque nos llevaramos toda la noche— Comentó mirandole detenidamente y con una expresión bastante hogareña y calida en esos momentos, como si recordar a la niña fuera el recuerdo mas dulce que la mujer tenía —Es una niña fenomenal, sin duda alguna. Al igual que yo cuando era mas joven asiste a las clases mas avanzadas dentro de nuestra venerable catedral, suele pasar las tardes leyendo, en realidad pocas veces jugaba cerca del bosque o alrededor de la granja, aunque claro que tenía sus momentos— Terminó de contar, con una amplia sonrisa.

—¿Que hay de usted señor Russell? Entiendo que en la gran ciudad... no todos los médicos son iguales ¿Cierto? Supongo que es su caso— Comentó a continuación, mirandole detenidamente y tratando de seguir aquella platica, tal vez como forma de mantener su mente ocupada en esos momentos.

El inspector no respondió de inmediato a la detective y yo no sabía como tenía ganas de seguir hablando aquella mujer, cuando lo que había que hacer era correr y alcanzar a Dexter, que parecía un ciervo corriendo en medio de su hábitat y nosotros unos simples cazadores humanos que no le daríamos alcance jamás.

No tardó en adentrarse en la oscuridad del bosque y la luz que portaba era el único indicativo de por donde estaba. A mí comenzaba a preocuarme cuanto nos habíamos alejado ya de la granja, cuánto habíamos corrido ya... demasiado lejos estábamos como para haber escuchado a la pequeña con tanta claridad dentro de la casa.

La teoría de una caída en un pozo era la mejor que tenía.

El bosque se iba cerrando a nuestro paso, cada vez había más espesor. El cielo ya casi no se veía y la luz de la luna no penetraba por el follaje de las altas ramas que cubrían aquel lugar. Algo me decía que daría igual si fuese de día, aquel bosque estaría siempre sumido en la más profunda oscuridad.

Y por ir pensando en lo que quizás no debía y estar pendiente de la luz, sentí que algo tiraba de mi maletín hacia atrás. Me detuve y tiré de él con fuerza. Nada. - Mi maletín, se ha quedado enganchado en las ramas.* Sigan corriendo, les alcanzaré en cuanto lo libere. - Les dije a mis acompañantes, mientras que en la oscuridad del bosque, buscaba donde se había quedado enganchado para liberarlo cuanto antes y seguir corriendo. No podía dejarlo ahí, era imprescindible para mí. El sobrero o el bastón podía perderlos, pero el maletín no.

Por un instante, tuve la estúpida sensación de que el mismo bosque no me quería dejar avanzar, no quería que llegase a tiempo a encontrar a la niña. Pero sabía que todo aquello estaba en mi mente y que simplemente la oscuridad hizo que no viese bien por donde me movía.

Los otros parecieron no escucharla pues el bosque comenzó a tragarselos con cada paso que daban. El guardabosques comenzó a alejarse y todos empezaron a correr para seguirlo ya que tenía la única luz que podía darles algo de guía. Blanche estaba bastante preocupada por esto y se concentró en seguir a los hombres y no perder de vista la luz, aunque lo errático que estaba siendo Dexter y la opresión que comenzó a sentir tan solo se adentraron en el pantano la pusieron bastante nerviosa.

Siguió corriendo tras el inspector que era el que tenía más cerca, y pasó por un momento a Gregory quien se detuvo, pero antes de poder mirar hacía atrás a ver qué sucedía, algo la atrapó también. Sintió que se hundía un poco y luchó contra el suelo pantanoso tratando de salir de pie. Sus botas no se habían hundido del todo, pero el borde de su vestido ya estaba embarrado y mientras lograba sacar un pie, otro se hundía un poco, por lo que buscó agarrarse de un árbol cercano para intentar ayudarse, sin ver a ninguno de sus compañeros lo suficientemente cerca o atentos para ayudarla, así que siguió intentando salir sola, si se ponía peor gritaría, a ver si ayudaba en algo. Todo se oscurecía con el pasar del tiempo y eso no ayudaba a su calma.

Muy perdido en su ruina se encontraba aquel hombre y George pudo saberlo de antemano, no sabía si era viable rescatarlo pese a que su yo interno se negaba quizás por el atractivo de la mujer y su vulnerabilidad que podía enloquecerlo ya que de eso de trataban sus juegos de seducción, el buscar aquellas personas débiles, necesitadas de todo. Pero se contuvo, intentando mantenerse centrado en la conversación y realmente se le daba bien aquello. 

Sin emitir un juicio escuchó con detenimiento cada palabra del padre de la niña y meditó sobre ciertos aspectos que eran relevantes a simple vista. El deterioro de la granja, que pese a tener competencia se reflejaba un descuido importante en todos los sentidos, pero seguramente algo más había detrás de esa fachada suya que tenía. Pero detestaba especular sin más conocimiento. 

Luego la bella Jettie le comentó sobre su hija, tomó apuntes sobre la adoración de la pequeña y al parecer no halló nada oscuro detrás de las intenciones de la madre. En cuanto le preguntó algo más directo, se sorprendió y aún así le respondió porque era una buena forma de fortalecer la dinámica para que más cosillas se revelen.

—Una niña llena de curiosidades e intereses—dijo y con respecto a lo otro, se atrevió a decir—. Soy un enamorado de la mente y mi profesión de Alienista. Algún día podrían pasarse por mi consultorio así lo conocen. 

No quería invitarla directamente, por eso la extendió a los dos más allá de que iba dirigida a ella. 

—Señora Learmonth... ¿En ningún momento vio algún comportamiento raro en la pequeña?

  La mala pasada que le había jugado el mismo bosque al médico del grupo había terminado en este teniendo que buscar en medio de la profunda oscuridad como poder desatascar su maletín, el cual estaba firmemente atorado en medio de las ramas de un enorme tronco, el mismo tipo de árbol tan grande y frondoso que causaba precisamente aquella oscuridad tan molesta que se extendía mientras mas se adentraban en aquel lugar. Encontrar su maletín no le tomó mucho tiempo y pronto las manos de Gregory pudieron encontrar la manera de sacar el maletín de aquel desafortunado lugar en donde se había atascado, sin embargo el húmedo y musgoso tronco que sus manos estaban sujetando no era lo único que se podía sentir, y aunque sus ojos aun se estaban adaptando a la poca oscuridad que tenía disponible en aquel lugar, no fue muy dificil para estos en dar con aquella enorme criatura que estaba sintiendo debajo de las yemas de sus dedos, la textura peluda y seguramente bien conocida por el médico era suficiente para sentir aquella sensación de cosquilleo recorriendo su espalda, y por supuesto el tamaño, casi tan grande como la mano del mismo hombre causaba que el cosquilleo no solo incrementara, sino que se convirtiera en un caracteristico escalofrío de golpe.

Aquella tarántula sin duda no era para nada normal y Gregory pudo darse cuenta de esto casi de inmediato, sin embargo la situación no acabo allí, pues aquel arácnido comenzó a mover sus patas tan pronto sintió los dedos del hombre sobre su cuerpo.

Casi como si fuera una señal divina de que debía sacar el maletín tan pronto como le fuera posible y corrrer, comenzaron a salir mas arañas, de mucho menor tamaño y que parecían claramente crías, invadiendo prontamente el tronco ¿Que especie seria esa? Sin duda era mejor no preguntarse estas cosas y mas bien, salir pronto de aquella situación antes de que el temor que el hombre tenía hacía estos animales comenzara a invadirle en mucho mayor medida.

A pesar de esta situación tan inesperada para el médico, la buena noticia es que el maletín no estaba profundamente atascado y un ligero jalón podría funcionar correctamente para salir de allí y continuar con su objetivo de alcanzar a Dexter cuanto antes pues aun tenían cosas que hacer dentro de aquel bosque.

Mientras la detective estaba sintiendo que su cuerpo seguía hundiendose en aquel suelo tan complicado, prontamente para buena suerte de la mujer (Y quedando como una clara advertencía para ella) Sus pies lograron tocar el fondo de aquel charco que la había atrapado, indicando con esto que aun no estaban tan adentrados en el bosque o al menos no lo suficiente como para encontrarse con lagos pantanosos que pudieran realmente desaparecer un cuerpo completo, esto por supuesto ayudaría a Blanche a tener mas cuidado pues seguramente podrían encontrar mas trampas naturales del mismo estilo y mucho peores si se adentraban mucho mas en aquel lugar. Afortunadamente, tan solo hacía falta jalarse a ella misma fuera de aquel charco, usando como apoyo el árbol del cual se había aferrado en un momento de temor.

Si bien el charco había sido un pequeño susto para la mujer, pronto el problema no sería este y mas bien aquella sensación que le vendría a la mente tan pronto se tomó un tiempo para respirar y mirar a su alrededor, los árboles ya no se encontraban tan espaciados los unos de los otros, sino todo lo contrario, esto añadiendo el hecho de que la luz natural de la luna ya no entraba debido a lo frondoso del bosque causaron que la detective experimentara una ligera sensación de claustrofobia tan pronto pudo percatarse de estos pequeños pero poderosos detalles, el sentimiento no era nada bueno considerando la situación y ante todo la mujer debía de estar consciente que la misión que tenían todos los allí presentes era mucho mas importante que el temor que pronto podría apoderarse de ella, sus alrededores, dondequiera que volteara eran peligrosamente repititivos, los árboles parecían pronto amontonarse los unos contra los otros ante la mirada de la señorita Williams y la oscuridad parecía envolver cada rincón y abertura que pudieran dejar en algún momento, añadiendo mayor sensación a lo que estaba experimentando.

Sin embargo la tenue y parpadeante luz de la lampara de Dexter seguía al alcance de ella, recordardole lo que era realmente importante y el objetivo al cual debía llegar, no era momento de sumirse en aquellos sentimientos y mas bien, debía de ponerse en marcha pues sus demas compañeros seguramente también estaban tratando de darle alcance al guardabosques en esos momentos.

Parecía que había sido un parpadeo solamente... Sin embargo el guardabosques pronto se encontró a si mismo en medio del bosque, completamente desorientado y sin saber realmente como o en que momento había corrido tanto hacía dentro del mismo, había logrado escuchar aquel grito tan desgarrador de la pequeña Pennelope por supuesto, asi como recordaba las palabras que él y el inspector Cornelius estaban intercambiando tan solo a pocos metros de la propiedad de los Learmonth, sin embargo en esos momentos era claro que estaba en un lugar totalmente distinto, la luz de la luna había desaparecido por completo y en su lugar, una profunda y deprimente oscuridad envolvía tanto al hombre como todo a su alrededor, los árboles formaban estrechos y confusos caminos, indicando lo adentrados en el bosque que estaban y por supuesto, esto estaba acompañado de amplias zonas llenas de lodo que alentaban el paso casi seguro ¿Acaso había seguido el rastro de los gritos por el mismo? Aquello parecía obvio pero lamentablemente, el robusto hombre no podía recordar en que momento había llegado hasta allí, sus compañeros parecían estar corriendo metros atrás en un intento de darle alcancé, aunque seguramente su inexperiencia les estaba afectando.

Sin embargo esto no fue lo que mas preocupación debía generarle a Dexter, sino mas bien debía ser el hecho de que la lampara de aceite que el tenía anteriormente, en esos momentos no se encontraba en su mano y mas bien, se podía ver a la distancia moviendose de un lado a otro y alejándose cada vez un poco mas, como si el fuera uno mas persiguiendo a alguién que claramente no existía ¿Aquello podría ser posible? Tal vez tan solo se le había caído la lampara en algún momento y tal como había pasado ya, no recordaba en que momento había sucedido.

Sea como fuera el hombre comenzó a sentir una sensación de panico por todo lo que había sucedido para él, ni siquiera sabía en que momento había corrido dentro del bosque y por supuesto esto su cuerpo estaba comenzando a demostrarlo con una sensación de cosquilleo en su espalda y un pequeño sudor apareciendo en su frente, mismas adversidades tan solo se hicieron mas grandes al ver aquella luz, la única que lograba penetrar la oscuridad de ese lugar y que tenía que pertenecer a Dexter mismo, sin embargo no era asi y mas bien, estaba allí parado mirandola como un espectador mas.

A pesar de esto, el guardabosques debía regresar en si y avanzar, suponiendo que todos sus demas compañeros allí presentes estaban de igual modo persiguiendo la fuente de luz que no estaba tan lejana de su posición, recordaba también aquel grito de la pequeña, demostrando que seguramente aun estaban a tiempo de poder actuar y cumplir con la misión que tenían en sus manos en esos momentos, después de todo esto era lo mas importante y la prioridad principal para todos, sin importar aquellas cosas que estaban sucediendo y que despertaban ciertas alertas.

No tardó mucho para que todos los presentes en aquel engañoso bosque lograrán notar la luz de la lampara detenerse en seco justo cuando pensaban que se seguiría alejando, dandoles oportunidad de alcanzarla prontamente una vez todos pudieran encontrarse e ir saliendo de los contratiempos sufridos durante aquella agitada persecución que sin duda, no tendría que haber sido necesaria pero que había sucedido de una forma bastante inesperada. ¿Tal vez Dexter había logrado encontrar el origen de aquel grito? Realmente no podían saberlo hasta lograr dar con el lugar en donde la luz se había detenido y que aunque parecía ser un trabajo fácil ahora que ya no se encontraba en movimiento, ciertamente el moverse dentro de aquel lugar era toda una experiencia y no precisamente en el buen sentido, sino todo lo contrario.

La vegetación se hacía mas y mas abundante a cada paso que daban, dificultando un poco el paso, incluso los árboles comenzaban a mostrar enredaderas que podrían ser una gran molestía si caían sobre sus rostros, aunque para ese punto no era de extrañarse en lo mas mínimo.

Sin embargo el interior de aquel bosque no era ya una sorpresa, no tanto al menos como el hecho de que la lámpara que portaba el guardabosques del equipo se encontraba tirada en el suelo, sin Dexter junto a ella y mas bien, como si se hubiera caído en algún momento de sus manos, un hecho bastante extraño considerando que todos le habían visto salir corriendo con esta fuente de luz en mano y era muy improbable que el hombre la hubiera dejado de lado ¿Cierto? No solo porque era la única manera de dar un poco de luz dentro de toda aquella oscuridad sino también porque hasta hace poco todos habían estado persiguiendo aquella luz activamente. Tal vez tan solo era el bosque jugando con ellos una vez mas, ya habían visto todos lo traicionero y hasta cierto punto lo activo que ese lugar era después de todo. Sea como fuere, aquella lampara de aceite al menos lograba crear un punto de reunión para todos los del grupo.