Partida Rol por web

Aurora, escopeta al hombro, sale de la entrada del refugio dejando la puerta casi cerrada y con paso tranquilo se acerca hasta la mitad de distancia que separa de esos desconocidos.

-Victor, deja al lupino en el sótano y vuelve. -Pidió con un tono muy tranquilo y suave, acompañado de un guiño.

-Buenas noches caballeros, hemos visto que eran tres, no se escondan, si lo que quieren es hablar de seguridad de la ciudad han venido al lugar indicado. -Habla con voz conciliadora y señala con el pulgar la casa que hay detras suya. Descuide, no nos asustamos con facilidad ¿Como nos han encontrado y como saben quienes somos? -

La anciana observa la situación dentro y fuera de la casa de forma alterna para no perderse lo que sucede y cuando ve que el tal Víctor se dispone a ir dentro con el garou simplemente se pone del lado de fuera para seguir observando lo que dicen y hacen.

Si Laila se hacía visible ahora nada podría impedir que todos aquellos Sabbat los elimínasen, posiblemente el no saber lo que la Assamita hace sirva para que el Sabbat no mate a los dos infelices de un plumazo.

De paso todo sea dicho, la banu Haquim se sentía más segura en su modo fantasma. Pasase lo que pasase ella obtendría valiosa información en estos momentos.

La mayor desventaja que tenía Laila frente a aquellos que usaban ofuscación era el elevado coste en sangre de su invisibilidad a ojos de esta.

La mujer seguiría observando tratando de memorizar todo (memoria eidetica), desde la matrícula del auto hasta cada detalle de los Sabbat ignorando la sujerencia de hacerse visible.

Dirigiéndome a Aurora, y con una mirada fugaz hacia el bulto que carga Víctor, empiezo a hablar.- .Eso es parte del problema. No voy a decirles que hacer con el Garou en su propia morada, pero podría ser importante.

-En cuanto a mi estimada compañera Laila, tiene un problema con el celo. Ahora mismo debe estar comprobando el perímetro y asegurándose de que no hay más sorpresas. En realidad, no esperábamos verles llegar tan pronto y temíamos que fuesen...- La frase queda inacabada mientras señalo al bulto que carga Víctor.- No hay nada que yo pueda hacer para que vuelva antes, es parte de su rutina y su forma de ser. Podemos esperarla antes de hablar de nada importante, si se encuentra más cómoda así, Aurora.

Intentando usar una lengua de plata. No, no creo que funcione. Por algo la camarilla y el sabbat somos enemigos. Observo al tipo que permanece apoyado en la pared, como si se estuviera cayendo y la estuviese sujetando (cos que, sin duda, sería capaz de hacer por otra parte).

Me encojo levemente de hombros y avanzo unos pasos, revelando mi forma a los desconocidos. ¿Quizá la palabra más exacta entonces hubiera sido asquearles, hum?

-Correcto, esa criatura es problema nuestro ahora, no tiene que preocuparse por  eso ni inmiscuirse. 

Entrecierra los ojos al oir la explicación sobre la mujer, esa tal Laila.

-¿Por que razón deberíamos asquearnos? ¿Por ser un nosferatu? -Niega con la  cabeza -En esta casa juzgamos a la gente por sus acciones no por su apariencia.

-Luego pasa a mirar a Henry.

-Pues no, no tengo intención de esperar.  No podemos dejar que ande suelta por el bosque, es peligroso.  Asi que Sr. Fawler y... Sr Pander mismo, vayan de inmediato a buscarla mientras nosotros nos ocupamos de los invitados.

Cuando las cosas parecían no poder estar más candentes, de la nada surgió un grupo tan variopinto como horrendo.

Se trataba de un hombre delgado y apuesto, quien iba acompañado por tres hombres lobo en su forma de guerra, completamente deformes y con olores repulsivos.

- Buenos días damas y caballeros…perdonen que aparezca tan repentinamente, pero alguien nos pidió que sigamos a este grupo tan particular y henos aquí…por cierto, si hemos aparecido, es porque nos agrada las cosas de frente y sin estar escondiéndonos, ¿no es así? –

El hombre habla sin mirar a nadie en específico, pero uno de los monstruos gira hacia Laila y le guiña un ojo.

- Por favor… ¿Aurora verdad? – mira a la cainita – dinos que haremos ahora – la sonrisa del desconocido no era para nada tranquilizadora, parecía la de un psicópata que deseaba derramar sangre en cualquier momento –

Huelo el peligro en cuanto hablan de buscar activamente a Laila. No van a traerla por las buenas.

Pero la visión de los danzantes acompañando a un hombre cuya mirada pide sangre, termina de advertirme de sus intenciones. La decisión estaba tomada antes de mirar a Clark por última vez.

-Voy a buscarla -anuncio con los ojos clavados en Clark, para, casi sin terminar la frase, echar a correr a velocidad sobrehumana en dirección a la espesura.

Busco dirigirme hacia el pueblo. Mi objetivo es llegar a las alcantarillas o al refugio de Kat. Evito a toda costa el camino, en el que el coche podria circular y alcanzarme.

Sonrío a los lobos que aparecen y me giro a los vampiros.

Vaya, hablando de esos que... "¿cómo dijeron? ¿Unos débiles chuchos a los que pueden derrotar cuando quieran?" Si, creo que dijeron eso cuando advertí que uno nos guió hasta aquí.

De todos modos, yo como que me voy yendo.

Laila planeaba atacar a alguno de los vampiros allí presentes pero ahora mismo que se han presentado los lobos, ya no ve posibilidades de hacer nada así que se cuela de nuevo en la casa a través de las paredes como si fuese a esconderse y sale corriendo por la pared contraria hacia el mar o un lago (lo más cercano).

- He visto cosas más perturbadoras - murmuró Víctor al ver que el otro sujeto era un nosferatu

- Engel - saludó con una mano, sonriendo abiertamente-. Te dije que con nosotros siempre habría diversión. 

-Buenas noches Engel y compañía, bienvenidos todos al refugio del Sabbat en Erebo.  -Dijo como si fuese una maestra de ceremonias algo cansada.

-¿Así que estos son los vástagos que husmeaban en la casa del difunto Niel? Pues no se, Engel, pensaba hacerles pasar a nuestro refugio y torturarlos hasta que que me diesen la información que quiero y lo que sobrase dárselo a los cuervos pero llegados a este punto he perdido el interés y se sacarle información a los muertos...

Te diria que los mates a todos pero vamos a divertirnos antes.

Levantó el dedo indice para pedir una pausa. Se colgó la escopeta al hombro para tener las manos libres y se llevo estas a la cintura, luego miró a Henry con una mirada burlona. Pasó a hablar con voz alta para que se le oyese bien.

-Teneís una sola oportunidad, esto va para los tres suponiendo que la mujer esté escuchando, de salvar el pellejo: Confirmarme que sois de la camarilla, quien os envía, como habeís encontrado el refugio, si solo sois vosotros tres y donde puedo encontrar al resto de vástagos que han llegado a la ciudad. 

El primero que conteste saldrá de aqui sano y salvo. Lo juro.

Henry comienza a correr, pero apenas cincuenta metros despues, siente como sus pantalones se caen haciendole perder completamente los pantalones.

Clark por su parte intenta desaparecer, pero solo logra quedarse ahi en puntillas, en una extraña posicion fetal.

Laila seguia escondida a pesar de ser activamente seguida con la mirada por todos los danzantes.

Humillado y con un poco de tierra en la cara, lucho por librarme de los pantalones que intentan atacarme. Atrapado en unos pantalones muy luchadores, permanezco en el suelo. Así que si que quieren algo.
Desde ahí, contesto a Aurora.
-Nadie va a hablar. Sepa disculparnos si no confiamos en ustedes después de las amenazas veladas y los ataques. Tengo una oferta mejor -digo a viva voz.
>>Nos vamos los tres con tres de ustedes. Les diré quienes somos, y a quién tienen que silenciar para que su refugio deje de ser vox populi. Les prometo 3 días de tregua para cambiar de refugio si lo desean.