Partida Rol por web

3 de julio, 2018

-10°

10:12 hs.

Era extraño el lugar, eso sí, poder reunirse antes del mediodía en un lugar céntrico, curioso, particular e incluso intimidante, sin embargo, ahí estaban todos, llegando uno a uno a aquel edificio donde Dante solía residir.

El edificio no era para nada modesto, estaba completamente forrado con smarts crystal´s, lo que se traduce a vidrios no traslucidos que hermoseaban desde afuera, pero mantenían la intimidad desde adentro. Unas escalinatas dan acceso a la entrada principal, la cual contaba con un letrero dorado encima que dictaba: “Morgan-Lamer Building”.

Primeramente, debían anunciarse en la recepción, donde trabajaba un joven secretario y otro hombre no mayor que hacía de guardia en jefe.

Había varios guardias de seguridad desperdigados por la planta baja, todos bien equipados y preparados para cualquier tipo de menester.

Para acceder a los pisos superiores, que eran como una veintena, se debía subir por el elevador central o por las escaleras ubicadas al costado de la recepción.

La oficina de Dante estaba ubicada al final del edificio, en el último piso, justo antes de llegar a la azotea, desde ese punto se podía acceder abriendo una puerta doble de caoba finamente trabajada.

Una vez adentro, una secretaria más atendía a los que llegaban, se trataba de una mujer joven y de tinte humilde.

Ya superados todos estos obstáculos, se podrá llegar junto al que parecía el líder de toda aquella particular organización, se encontraba solo o eso deseaba aparentar.

Rick prefería rodearse con la gente de la calle, sin duda aquella ostentosa puesta en escena no iban mucho con quien estaba acostumbrado a moverse por ambientes más mundanos y peor vistos. Rick vestía con una gabardina larga y oscura como solía acostumbrar, la seguridad en el edificio parecía estar medida y nada parecía improvisado. Algo se estaba moviendo en la ciudad todos parecían llevar notándolo desde algún tiempo, pero sin duda la convocatoria de Dante podía tomarse como la confirmación de que algo estaba sucediendo en las entrañas de Erebo. Tras pasar los controles un amplio ascensor condujo a Rick hacía la última planta, allí en lo más alto de aquella torre de una veintena de pisos aguardaba el anfitrión de la reunión. El pitido del ascensor sirvió como aviso de la llegada de Rick Dawson, quien lanzó un saludo al propio Dante en cuanto cruzaron su mirada. Hacía tiempo desde la última reunión, ¿soy el primero?

El Baron estaba parado tras su enorme escritorio, frente al ventanal que hacia de pared norte, mirando al distante cielo nocturno con los brazos cruzados detras de la espalda. Reflejado en el cristal, podia verse su expresion solemne, casi melancolica. Se volvio cuando Rick se dirigio a el, adoptando una sonrisa casi traviesa.

En el centro de la sala habia una ostentosa mesa de caoba redonda, con 7 asientos. Con un paso gracil y fluido, el Gangrel la rodeo hasta estar frente al recien llegado.

-Rick, que alegria dijo mientras le estrechaba la mano con firmeza Tiempo ha, es verdad... Eres el primero, por supusto. Mientras esperamos al resto de nuestros hermanos, puedo ofrecerte una copa?

Rick sonrió mientras apretaba la mano de su amigo, el resto parecía que todavía no había llegado aunque no tardarían demasiado.

Nunca rechazo un material de primera y sin duda el tuyo siempre lo es.

Tras el saludo inicial, Rick se quitó la gabardina dejándola a un lado mientras se acercaba a uno de los grandes ventanales.  Sin duda la ciudad parecía otra desde las alturas.

¿Sabes algo de los demás? hace tiempo que no tengo noticias de algunos.  La sombra del Sabbat es cada vez más alargada.

El frío me pegaba en el rostro como una bofetada, mientras arribaba al edificio dónde nos reuniríamos. Este clima inhóspito me recordaba a mis antigüos días en casa. Decir que extrañaba mi tierra era hablar muy de menos, pero se me habían presentado varias oportunidades divertidas en Erebo, ¿y quién querría perderse un poco de diversión?

Entré al "Morgan-Lamer Building" (según el cartel), y mientras daba vueltas, mirando a mi alrededor, llegué a la recepción. Me quedé mirando fijamente al ayudante que allí estaba. Luego de unos segundos, carraspeé:

- ¡Hola! Si me hubieran avisado que hacía taaaanto calor aquí, hubiera empacado mi bikini, ¿eh? - Lo miré seria.

- Es bromaaa, ¡hace frío afuera! Mi nombre es Ardssen, Annelise. Igual seguro me conocías, cariño, soy toda una celebridad. - Añadí, guiñandole. - Vengo a hablar con Dante, creo que me espera... -

Una vez me dió las direcciones, subí por el ascensor al último piso, pasé las puertas de caoba, y viendo a los presentes, saludé con énfasis:

- ¡Hola, hola, mis queridos! Lamento hacerlos esperar. - Y me acerqué para saludar a todos con un beso en el cachete.

3 de julio, 2018

-10°

10:12 hs.

Conocía a Dante desde hace décadas o siglos, llego a la ciudad y noto su entusiasmo por armar un bastión completamente libre de toda presencia de la Camarilla o del Sabbat.

Lo que le pareció algo bastante gracioso al ver a Anne llegando a su refugio, pidiéndole ayuda para recuperar un pedazo de tierra que recientemente una de sus aliadas había perdido.

A pesar de decirle que, si la ayudaría, no tardo ni media hora para contactarse con su viejo camarada y explicarle la nueva situación en la que se había envuelto.

Así que si, en gran medida, era gracias a Shamil que todos estaban ahí reunidos, el dio la info, el otro se encargó de movilizar a los mejores vástagos que tenían para ir a esa ciudad.

Shamil salió con una bandeja de plata, con varias copas cargadas de vitae en cada una de ellas y comenzó a repasar entre cada uno de los presentes para servirlas como si de un simple empleado se tratara.

Era un hombre alto, realmente alto, con 2m´5cm, hombros anchos y ojos completamente oscuros.

- Buenos días – saludara a cada uno de los presentes mientras acerca la bandeja, pero teniendo mucho cuidado de no mostrar demasiado sus afilados dientes –

Una vez completada esa tarea, pasara a retirar la bandeja hacia la pequeña cocina que tenía Dante en su piso.

Ya todos servidos, se reunirá con los demás para mantenerse en silencio, evitando hablar a no ser que sea realmente necesario.

La tarea de Dante era algo bastante grande, sin embargo, con los movimientos precisos, todo era posible y los rostros de los presentes a pesar de ser la primera vez que los veía, denotaban mucha confianza en Shamil.

Rick tomó la copa que Shamil le ofreció, aquel corpulento hombre no dejaba indiferente a nadie, grande como un armario y unos ojos profundos que denotaban algo oscuro en su interior... sin duda su presencia producía escalofrios a más de uno.

La malkavian hizo acto de presencia fiel a su estilo, era imposible que pasara desapercibida, Rick respondió a su saludo mientras disfrutaba del primer sorbo de la copa.

Parecía que el resto se retrasaba, Rick miró el reloj mientras miraba a Dante quien permanecía callado... sin duda algo importante rondaba en su cabeza y tendrian que esperar a estar todos para enterarse.

Dante, pareces pensativo... ¿vas a contarnos que ha llegado el fin del mundo?

El hombre de tez oscura se mantenía erguido en una esquina desde la que pudiese observar todo con claridad. Con un porte serio y firme trataba de disimular una emoción que los más perspicaces serían capaces de percibir. Al paso de la bandeja la rechazó con un sutil ademán en muestra de agradecimiento. Estaba deseando que Dante comenzara con su explicación. Había venido desde lejos para esto, al fin y al cabo la frontera se había vuelto algo tranquilo y él estaba deseoso de acción. 

Con un ademan, el Gangrel le indico a todos que se sentaran en la mesa redonda de caoba en el centro de la sala. El tomo asiento y observo a todos, copa de vitae en mano. Sonria con satisfaccion, transmitiendo a todos y cada uno de ellos una patente, palpable sensacion de triunfo.

-"It's not the end of the world", Rick cito tras unos segundos "But you can see it from here".

Dio un lento sorbo a su vitae, saboreandola. Era la viva imagen de un gentleman.

-Sabes de donde es esa cita? Supongo que no. Es de un videojuego, "Deus Ex: Human Revolution" observo las reacciones de los demas cainitas, todos antiguos, todos supervivientes por propio derecho, todos miembros del movimiento... Y sonrio Les sorprende? No deberia. Los videojuegos son un arte, despues de todo. Y yo soy un amante de las artes.

Dejo la copa y se inclino un poco sobre la mesa.

-Deus Ex: Human Revolution plantea algo muy interesante. En el juego, en un futuro no muy lejano, el desarrollo tecnologico permite al hombre convertirse poco a poco en uno con las maquinas. Implantes que dan a un hombre la fuerza de 30, la capacidad de pensar y reaccionar a la velocidad del rayo, de controlar las emociones de sus pares... Ven a lo que quiero llegar? Los hacen menos "Ellos"... Y mas como nosotros.

Sonrio, observando una vez mas la reaccion de sus compañeros.

-Pero la pregunta que plantea la obra en cuestion es... Como haran los hombres para lidiar con esta tecnologia que puede, en pocas palabras, convertirlos en poco menos que dioses? Despues de todo, pueden las democracias liberales del oeste aun mantener su premisa de la igualdad de oportunidades en la vida cuando un niño rico puede lanzar con la fuerza de 30 adultos en un partido de baseball porque su padre el empresario le compro un brazo robot? Como puede el pobre muchacho hijo de trabajadores de fabrica siquiera competir? Y que hay de las otras civilizaciones? Como los estados islamicos podrian aceptar la interfase con la maquina que vuelvan perfecto al hombre? Es una herejia! Mahoma era el hombre perfecto, y el no tenia ningun brazo robot o modulador hipersinaptico!

Dante se levanto, ambos brazos terminados en puños apoyados sobre la mesa. Se inclinaba como ellos con una fuerza y una pasion que parecia sacada de un relato romantico.

-No existen los implantes cibertronicos ni los moduladores hipersinapticos, pero la pregunta aun pende sobre nosotros, no lo creen? Desde hace cientos de años, nosotros los vampiros nos ocultamos de los humanos. Por que, podrian preguntarse muchos? Un humano es fragil. Es debil. Es tonto. Es inferior. Pero aun asi nos escondemos, porque en el fondo... En el fondo sabemos que perdimos la lucha. El progreso nos paso por arriba. Cuando la Inquisicion toco a nuestras puertas con antorchas y ballestas, este mundo dejo de ser nuestro. Dejo de ser un mundo de monstruos, y paso a ser un mundo de hombres. El Sabbat se pavonea rechazando la Mascarada y declarandose superiores, pero cuando los federales o los cazadores llegan al pueblo bajan la cabeza. La Camarilla usa la excusa de la Mascarada para mantener su poder, para oprimir a los que son mas jovenes que ellos, o menos carismaticos, o menos inteligentes.

Golpeo con la mano abierta la mesa de pronto.

-Pues yo no lo permitire! Nosotros no lo permitiremos! El porque los reuni aqui es simple! Esta ciudad que ahora se alza, esta jungla de concreto y acero y vidrio y cables en el fin del mundo ES el progreso! Hace menos de un año, este era un pueblucho de palurdos dedicados a la pesca y a la extraccion de petroleo, y mirenla ahora! Esta ciudad es la Nueva York del fin del mundo, la Los Angeles, la Londres, la Paris del Polo Norte! Y ese es el mensaje que le daremos a la Camarilla, al Sabbat y a cualquier otro de la sangre que venga a existir aqui! Esta es la ciudad del Progreso! Aqui sus costumbres barbaras y anticuadas, dictadas por viejos que creen que el candelabro es una invencion de punta, no calaran! Aqui todos seremos pares, todos tendremos las mismas responsabilidades, los mismos derechos y las mismas obligaciones. Fundaremos un Estado Libre Anarkista en el fin del mundo, amigos mios. Uno que perdurara hasta que el mundo se congele o se queme por complete, lo que pase primero.

3 de julio, 2018

-10°

10:19 hs.

Edificio Morgan-Lamer, imposible no encontrarlo -Dijo Corbin antes de subir las escaleras de dicho edificio, observando este desde afuera mientras sostenía con su mano derecha su confiable bastón, el cual aunque no lo necesitara ni le combinaba, se rehusaba a soltar.-

-Al entrar por esa puerta de vidrio y mirar a los guardias así de armados le causó algo de gracia, aunque entendía perfectamente el porque se debía esto.- Es mejor ser precavido que... ¡Como sea! Buenas noches bella dama, vengo a buscar al buen hombre de este edificio, el "mero mero" como ya saben, Corbin Withaney. Debería de estar esperándome. -Después de aquella presentación simplemente asintió una vez se le indicó el ascensor, el cual se subió y allí presionó el botón correspondiente al piso al que iba.-

-Mientras escuchaba aquella tonada pegajosa y tranquila del ascensor no pudo evitar imitarla en una voz baja hasta que finalmente se abrieron las puertas.- Kept you waiting, huh? -Dijo de forma algo burlona cuando finalmente dio un paso dentro de dicha oficina. Corbin venia vestido con un gran abrigo negro encima, y abajo cubierto por otro más, Primero se quitó aquel que tenía sobre toda su ropa y lo colocó sobre su brazo izquierdo mientras sus zapatos rechinaban con el suelo con uno que otro paso que daba.-

Buenas noches mis nuevos amigos y aliados, lamento la demora pero quise ir un poco por allí y ver el lugar, no pude evitarlo y me disculpo por ello. Veo caras nuevas y... -En eso guardó silencio cuando llevó su mirada hacia la única mujer del grupo que estaba presente en ese momento, donde esa sonrisa pícara y algo alegre cambió a una de sorpresa al ver a Annelise.- ¡Esto no puede ser, la mismísima Annelise! -Como cualquier fan este fue rápido hacia ella, dejando aquel abrigo exageradamente grande en el suelo. Una vez Corbin llegó a ella colocó su bastón bajo el brazo izquierdo, dio una reverencia al mismo tiempo que tomaba su mano y la besaba.-

Sabía que usted era de nuestro bando, ¡Pero no esperaba encontrarla en este lugar más frío que el culo de un puto pingüino! Ugh, disculpe mi lenguaje pero no puedo evitar la emoción. -Entonces tomando la mano de la chica entre las suyas, volteó a mirar a Dante el cual con gran emoción y una amplia sonrisa dijo, hablando muy acelerado.- ¿¡Puedes creerlo Dante!? ¡Es ella! -Y nuevamente llevó su atención a dicha artista.- Dudo muchísimo que hayas escuchado de mí si quiera algo, pero también soy músico, no tanto del mismo estilo pero si aceptas, una pequeña colaboración seria genial. -Después de aquello le guiñó el ojo y la soltó, para nuevamente sujetar con su diestra aquel bastón de un color negro con algunos adornos de metal desde la punta hacia el mango, y con un reluciente pero pequeño  rubí en la punta de dicho mango-¡Bueno! Ya estamos listos... Aunque siento que falta alguien, ¿no es así? 

-Al ver la reacción de los demás alzó su ceja en confusión, ahora si analizando los rostros nuevos que conocía, de momento solo conocía a un poco a Dante, además de Annelise claro de la cual hizo un escándalo, pero del resto eran completos des conocidos, todos sentados en una mesa mirándolo a él- ¿Qué? ¿Tengo algo en los dientes? -Dijo en un tono humorístico de antes.- Bueno si, también perdón por la interrupción. 

Algunos ya se habían presentado, Shamil creyó que con haber repartido las copas era más que suficiente presentación de su parte.

De pronto, Dante comenzó a hablar, por fuera se lo notaba con un rostro pétreo, con los ojos negros atentos al grupo, atendiendo cada gesto por parte de sus nuevos camaradas.

Pero por dentro, se estaba conteniendo para no reír a carcajadas ante lo increíblemente bien que conocía a su Barón.

Primero tocaba hablar de algún arte revolucionario que descolocaba a los vampiros presentes, luego contar sobre la inquisición y justo en ese momento… ¡pam! Golpe en la mesa.

Shamil era más amante de la lectura, siempre lo fue, y no cualquier libro, le encantaban los libros religiosos, especialmente la Biblia Católica.

Siempre llevaba una con él y solía perderse entre sus letras y palabras para inundarse de una espiritualidad tal que le hacía sentir mejor consigo mismo, con el monstruo que decidió convertirse.

Se perdió en sus pensamientos y en sus versículos.

- Cristo… - dijo repentinamente ante las últimas palabras del Barón y al notar que todos se voltearon a verlo, callo por unos segundos - Cristo nos libertó para que vivamos en libertad, por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud, Gálatas cinco, versículo uno, – continuo luego para intentar caminar un poco y ponerse cerca a Dante – creo que no me presente adecuadamente, soy Shamil Ler, mano derecha y amigo de Dante, hace no mucho, estaba en Londres cuando Queen Anne me visito pidiéndome que la ayude a recuperar este trozo de tierra que la Camarilla había perdido a manos del Sabbat, por lo que rápidamente me contacte con Dante comentándole sobre ésta situación, por lo que él rápidamente reunió a este pintoresco y a mi parecer, muy poderoso grupo, capaz de cumplir el sueño de todo miembro anarquista, es decir, tal como lo dijo mi camarada, formar un bastión libre del yugo opresor de la Camarilla y del Sabbat brindando completa libertad a los vampiros de la zona para obrar bajo sus propias reglas y es por eso que estamos aquí damas y caballeros…por lo que propongo armar algún tipo de plan y una buena designación de tareas para lograr susodicho acometido, por lo que empezare yo comentando mi posible utilidad para la operación… -

Lleva ambas manos a la espalda y se dirige hacia la ventana que daba una vista perfecta hacia los bosques de Erebo.

- Investigando la zona, algunos de mis contactos me han comentado que la manada Sabbat que se hizo con la ciudad, cometieron la gran idiotez de regalar la capilla Tremere a los hombres lobos corruptos, a cambio de protección de estos, por lo que me da la sensación de que ni siquiera ellos se sienten seguros de poder enfrentarse contra alguna fuerza de choque capaz de hacerles frente, así que podemos usar eso a nuestro favor para intentar esforzarnos en quitarle esa protección, es decir, no necesariamente eliminar a los danzantes de la espiral negra, sino de alguna manera evitar que acepten protegerlos y de ser posible, ponerlos a trabajar para nuestra causa –

Calla, espera a ver la reacción de cada uno al respecto y vuelve nuevamente a colocarse al lado de Dante.

Martin estaba  jugando con un cuchillo táctico. Cuando su compañero terminó su presentación lo  guardó en su cinturón junto a una magnum 44 que en ningun momento trataba de ocultar. Tardó a penas unos instantes en ponerse en pie. Recto con un porte serio intentaba disimular todas las emociones que le provocaba está situación, aunque lo hacía de pena. Cualquiera que lo mirase detenidamente podría ver a estas alturas los signos propios de un niño planeando una partida de fútbol con sus amigos.

Tras unos momentos de silencio como si estuviera pidiendo permiso para hablar no puedo contenerse más y comenzó: Buenas noches. Mi nombre es Martin Black, encantado. A continuación se fijo en el barón para dedicarle unas palabras personalmente: Ansiaba vernos en persona finalmente. Continuó para todos: Soy uno de los  oficiales de la guardia fronteriza de Florida, aunque por supuesto para vosotros ese cargo es insignificante. Alguna de mis azañas debió de llegar a oídos de Dante y de pronto una carta llegó a mi departamento. El ejército de Estados Unidos me puso allí para deshacerme de cualquier criatura sobrenatural que intentase entrar en este lado del charco y supongo que detener un ataque de 2000 tropas con 50 durante la segunda guerra mundial ese  algo digno de mención. Su forma de hablar muestra una verdadera modestia con lo que cuenta. Puede verse que no lo cuenta por alardear, sino por transmitir a sus compañeros su utilidad, puesto que lo relata cómo si se tratara de un informe para un superior. Fuera de mis capacidades militares, que son más o menos limitadas, puedo servir como esa fuerza de choque de la que hablaba Shamil. Para que os hagáis una idea... Comienza a buscar por la sala rápidamente. Señala un muro reforzado de ormigón y continúa creo que podría hacer un agujero en ese muro de un puñetazo. 

Tras terminar con su informe se queda recto, tenso como esperando una respuesta por parte de un superior.

Las banales conversaciones dejarón paso a la verdadera reunión cuando Dante volvió a tomar la palabra, Rick dejó la copa en la mesilla y entrelazó sus manos mientras escuchaba al barón.

Sus palabras apoyadas con la elegancia que le caracterizaba fuerón convirtiendose de una visión filosófica a un discurso para convertirse finalmente en una arenga. Sin duda Dante tenía aquel don en las palabras, lejos de lo que uno puede esperar de un gangrel. Aquella fachada de aristrócata podía llevar a equivoco pues debajo de aquel elegante hombre había un duro combatiente.

Tras las palabras de Dante se alzaron otras voces, algunas de ellas eran nuevas para Rick. El propio Dante y Shamil parecían haber estado madurando la idea durante tiempo, pues el hombretón parecía haber estado reuniendo algo de información e incluso apuntando una primera estratégia.

Finlamente Rick sin cambiar de pose tomo la palabra.

No llevo tanto tiempo en la ciudad como Dante y siempre he pensado en que no me quedaría para siempre aqui... he vivido en muchas ciudades cambiando una y otra vez. Nunca he pertenecido a ningún sitio y quizá la visión de Dante de este bastión fuera lo más parecido a un hogar de lo que he tenido nunca.

Tras aquellas palabras, Rick se levanto dando la espalda al grupo, con la mirada en el muro que Martin había señalado.

Si vamos a empezar esto, no habrá marcha atrás... el sabbat se nos echará encima y la camarilla espera a su vez una oportunidad para ganar posiciones en la ciudad. Debemos actuar con inteligencia, la camarilla avanza y debemos aprovechar esa oportunidad. Mostrarnos indiferentes a su juego como hasta ahora, golpear a la sabat pero de tal forma que pienen que es la camarilla no nosotros. Porque hay algo más importante que golpear fuerte

Rick se dio la vuelta dirigiendo su mirada a Martin

y es saber donde golpear pareciendo que ha sido otro.

Rick chasqueo los dedos y derrepente una grieta atravesó el muro que el brujah había señalado, una grieta desde el suelo hasta el techo profunda y a la vista de todos.

Ughh, ¡Por favor! No empiecen a destrozar la oficina de nuestro querido aunque tal vez no tanto... Líder, ¡claro! Puede ser divertido y todo, pero igual no sería lindo que esto no pase  -Dijo el caitiff mientras giraba y giraba su bastón sosteniendolo del mango, moviendo en círculos su muñeca mientras caminaba hacia la bandeja que estaba en el centro de la mesa, donde se tuvo que estirar un poco al posicionarse en el medio de Martin y Rick como si no le importara demasiado el interrumpir de esa forma en la conversación. Al tomar la copa dio un gran buche llegando a manchar levemente la comisura de sus labios con aquella exquisita sangre, que alejar la copa soltó un suspiro desde adentro de su cuerpo.-

¡Ahhhh! Le magnific, o como se dice en cristiano. Delicioso. -Nuevamente dejó la copa en aquella fina mesa de caoba, donde la vitae se resbalaba hasta la base de la misma hasta dejar una mancha pequeña sobre la misma, ante esto Corbin frunció el ceño, de su bolsillo trasero sacó un pañuelo, levantó la copa y así pasó este por la mancha hasta limpiar esta, lo mismo con la base de la copa.- Mis disculpas, ¿Ahora es el momento de las presentaciones? Porque traje esto.

-Desde uno de los bolsillos de su abrigo ahora sacó unos 7 "stickers" que tenían escrito "Hola, me llamo _______", excepto uno el cual ya tenía escrito "Corbin" en él, el cual él mismo se colocó sobre su ropa en el pectoral derecho.- Al menos espero que con esto les haya causado algo de risa... 

Martin se había quedado de piedra tras ver lo que hizo Rick. Intentó mostrar una mueca de lo que parecía una sonrisa ante la intervención de Corbin, pero estaba tan atónito con lo que había visto que no pudo prestar demasiada atención a lo demás. Solo pretendía explicaros mi fuerza, aunque veo que no soy el único Brujah. A mi sire le encantaba alardear de esa misma manera exactamente. Paró un segundo pensativo y después continuó. Había algo que me permitió sobrevivir a lo que él no pudo, mi resistencia. No soy demasiado bueno en falsificaciones o embustes, es mas, si pretendéis que mienta no serviré de nada en la operación. Sin embargo puedo aseguraros que si necesitamos a alguien que cargue contra la puerta de la camarilla para crear una distracción soy vuestro hombre. Repito, no soy tan fuerte como Rick, pero alguna vez he aguantado el disparo de un tanque a bocajarro. Fuerza y resistencia a partes iguales, eso es todo lo que os puedo ofrecer.

Mientras esperaba a que el Barón nos comentara la razón por la que nos había convocado, entró saludando un chico al que nunca había visto. Me lo quedé mirando, divertida por su manera de aparecer, y quizás lo llamé como la mente, porque se giró hacia mí. La cara de asombro y emoción que puso me hizo recordar a un niño recibiendo sus regalos en Navidad, y la idea me causó aún más gracia cuando se acerco todo emocionado a saludarme.

- ¡Vayaaaa, pero si es un admirador! Uno muy galán, y encima vinimos a juego, ¿eh? - Le dije, señalando mi pelo. Y cuando se dió vuelta para aclararle a Dante quien era, no pude contener la carcajada. 

- ¡Pero que lindura! Mira, querido, me encantaría hacer un dueto contigo. No hay nada peor que cantar sola, es lo que siempre digo. Y no te preocupes por el frío, si bien aquí está frío como culo de pingüino (guiño travieso), en casa también solíamos tener un clima parecido. -

Hice silencio, impaciente por saber más de lo que Dante tenía para decirnos, y una vez hubo terminado, aplaudí fuerte ante tal discurso.

- Eso ha sido ciertamente bello, min Dante, ¡algo digno de un amante del arte como vos! - Me restregué los ojos, como quien se limpia una lágrima. - Por supuesto que puedes contar conmigo, eso lo sabes. Si lo que necesitas es algo de información, tienes aquí a la chica más sociable y bella de toda Europa. - 

Me giré hacia los demás. - Ya que estamos todos presentándonos, bueno mi nombre eeeeeees: ¡Annelise! Si no me conocían es porque tienen muuuuy mal gusto con la música, a diferencia de mi querido... (Mira el sticker, intentando ser disimulada, pero no lo es en absoluto) ¡Nibroc! ¿Nibroc? Ehmmm - Giré la cabeza, para ver el sticker al revés  - ¡Corbin! - 

- Fue a propósito. - Murmuré. - En fin, me especializo en obtener información, y soy muy buena, modestia aparte. También soy muy buena cantando, así que si tenemos un duelo con el Sabbat en un karaoke, ¡soy su chica! Es un placer conocerlos a todos. -

El Baron se sento, con una expresion de triunfo y una sonrisa de satisfaccion. Ni el ni Shamil se habian equivocado con la gente que reunion. Observo al grupo charlar entre si reclinandose en la silla. Intercambio una mirada rapida con su hermano, que al parecer pensaba lo mismo.

-No te falta razon, Rick concedio Dante cuando todos cesaron un momentode hablar y pudo retomar la palabra Debemos, como faccion, operar al limite de nuestras capacidades sin perder nuestras formas o identidades como individuos, ya que ahi radican nuestras fortalezas y las debilidades de nuestros enemigos. Sin embargo, creo yo que tenemos mas posibilidades que ninguno.

Señalo con el menton el agujero que el Ravnos hizo en la pared. Era falso, seguramente. Para la analogia que, le seria incluso mejor que uno de verdad.

-Que es el poder sino una sombra en la pared? pregunto a todos Cierto es que Martin podria abrir un boquete en mi edificio, pero tu lo haz hecho sin levantarte. Puede uno argumentar "Pero no es real", a que si? Eso seria, por supuesto, perder el punto de lo que quiero ilustrar. Cada uno de nosotros nos encargaremos de algo. Si bien ostento el titulo de Baron,  espero que todos entiendan que es algo mas nacido de la necesidad que de la gala de poder, teniendo en cuenta el papel administrativo que debo ejercer. En esta mesa, los siete de nosotros, incluso la que aun no ha vuelto, seremos iguales. Martin y Leona, a quien ya te presentare, se encargaran de las tropas del Movimiento. Yo me unire a ellos cuando haya que golpear, ya que un par de garras extras no vienen mal. Pero para eso, necesitaremos penetrar en las masas de la ciudad: Que sean nuestros ojos y oidos. Ann y Corb nos serviran bien en esto: Seran nuestra voz dentro de las distintas subculturas entre los mortales. Rick, tu y Shamil se encargaran del entrismo entre los que no comparten la Sangre: Lupinos, espectros, hechiceros y otras rarezas, que no quede piedra sin voltear en cuanto a lo que bichos raros se refiere; quiero estar seguro que no interferiran en nuestra empresa . No se me ocurre nadie mejor que ustedes dos para esta tarea. Llegara el momento en que necesitaremos un boquete de verdad, pero ahora... Por ahora alcanza con uno falso.

Dio un trago a la copa de vitae y sonrio una vez mas. No habia podido ni en sueños pedir un mejor grupo.

-La Camarilla es un tigre de papel: Cierto es que sus antiguos son capacez. Tienen metida la mano en cada pastel de cualquier ciudad donde residen. Pero no aqui. Esta ciudad es tan virgen como puede ser, y me asegure que el sector financiero y privado, la sangre vital de nuestro nuevo Estado Libre este estrictamente bajo la influencias de las corporaciones que yo poseo. De ese modo, no solo podemos movernos con un margen de error mas grande a la hora de movilizar las tropas del Movimiento, conseguir inteligencia y manipular los medios en caso de necesitarlos, sino que quitamos a la vez la mayor fortaleza de la Torre. Debemos atraerlos a la luz, y como los gusanos que son, quedaran ciegos. Y una raja en la Torre, tanto una verdadera o una ilusoria, nos viene bien para estos fines.

Dio unos golpecitos a la mesa de caoba con el dedo indice, como si señalara algo.

-Ahora, el Sabbat... Podemos decir lo que queramos de la Camarilla, pero no podemos quitar el merito de la individualidad a sus miembros, verdad? El Sabbat... Hombre, que contradiccion verdad? Un movimiento que dice luchar por la libertad de nosotros los de la sangre es uno de las organizaciones mas colectivistas que hay. Es como el comunismo en esteroides y mas retrasado incluso, si cabe. No digo, por supuesto, que les falte cerebro... Quizas un poco. Pero el que tienen no pueden usarlo de manera muy eficiente. La sutileza les es ajena, por lo cual aqui la estrategema debe ser diferente. Contra la Camarilla sera una guerra de desgaste, pero contra la Espada debemos de ser rapidos, eficientes... Brutales. Como dijiste, Rick. Tenemos que golpear rapido. Tenemos que golpear fuerte. Tenemos que golpear de forma que parezca que no fuimos nosotros los que dimos el golpe.

Sonrio de forma siniestra por primera vez desde que comenzo a hablar.

-Y lo mas importante de todo: Tenemos que golpear primero.

Rick se recostó levemente sobre su asiento, una preciosa y elegante butaca de piel negra más bonita que comoda. Las palabras del barón resonaban como la letra de un himno de una patria, un lugar por el que luchar. La camarilla y más tarde el sabbat siempre se han creido poseedores del derecho a governar al resto, era hora de decir basta, era hora de decir que Erebor estaba por encima de ambas sectas.

El ravnos asintió a las palabras de Dante mostrando así su apoyo al anfitrión.

No conozco a alguno de vosotros, pero si tenéis la recomendación de Dante es suficiente para mi. La camarilla y el sabbat pueden tener puntos débiles pero sin duda nosotros también los tenemos y los búscarán. Sin duda ellos sohn sectas son siglos de tradición y subestimarán nuestra capacidad de organización, esperarán disputas internas una falta de compromiso con la causa.

La vista de Rick iba pasando de uno a otro, haciendoles complices de esa idea, mientras su voz pausada ponía sobre la mesa lo que podía ser su fracaso.

Así es, tenemos la ventaja de que nuestro punto más debil depende solo de nosotros. Debemos ser uno y solo así podremos vencer. Divididos en apariencia, unidos en la sombra. Si es con los sobrenaturales no vampiros con quien he de tratar así lo hare, debemos ser sutiles, manipular su percepción sobre la camarilla y el sabbat sin ver que el plan que esta detrás.

Martin se puso en pie de un salto. Se le veía eufórico y de no ser porque su corazón hace mucho tiempo que dejo de latir podría oírse como palpitaba a través de su pecho. Se acercó a la mesa mientras hablaba --pues parece que tenéis el plan bastante mascado. Me alegra saber que estoy tratando con gente tan profesional. Agarro un bolígrafo de la mesa del Barón mientras seguía expresándole sus sentimientos a sus compañeros. --Aunque tal y como habéis dicho, si queremos hacerlo rápido y queremos hacerlo bien será mejor ponerse manos a la obra cuánto antes, porque cuánto más tardemos más probabilidades habrá de que nos pillen. Lanzó suavemente el bolígrafo hacia el agujero. Esto deshizo la ilusión de su compañero, chocando el objeto contra la pared y cayendo al suelo.

Mostró una enorme sonrisa mientras se acercaba a Rick, y mientras le daba una palmada de complicidad en la espalda dijo --¿Bueno jefe, cuando empezamos?

Shamil se sentía realmente contento de tener como compañeros a vampiros tan proactivos, con tantas ganas de hacer algo en la ciudad, no sonríe, solamente muestra un rostro menos pétreo.

- Pues bien, tengo una cita con algunos danzantes el día de hoy, si alguno desea acompañarme, estoy dispuesto a aceptar dicha compañía con gusto –

Se dispone a salir no sin antes mirar a Dante.

- Claro, a no ser que usted mi barón tenga otros planes conmigo -