Partida Rol por web

5 años terrestres atrás.

La Anubis y más concretamente el apartado de investigación estaba de enhorabuena y celebración. Una misión de hace dos meses a un asteroide.

La misión tomó distintas muestras en un primer momento para comprobar su composición química y corroborar que se trataba de un asteroide de tipo S. Estos en el sistema solar se encuentran más cerca del Sol y están compuestos en su mayor parte por silicatos. Debido a la presencia de este mineral, estos asteroides presentan colores grisáceos. Esto llevó rápidamente a la conclusión de que debía estar "cerca" de una estrella.

Lo segundo mas revolucionario fue, tras analizar muestras que el cuerpo celeste era rico en distintos elementos químicos y muy variados, algo inusual que llevó a la teoría de que era un fragmento de un planeta. 

Pero sin duda lo más sonado fue que se encontró vida o restos de vida en el asteroide. Tras mucha deliberación de los altos mandos y con el visto bueno de los xenobiologos al ser vida unicelular aparentemente inerte se procedió a trasportarla a bordo con las medidas de seguridad pertinentes. Algunos, los que tenían presente la crisis pandémica del virus no querían subir vida ajena al interior pero sus voces no sonaron con suficiente fuerza. 

Han pasado dos meses y hace apenas unos días ha ocurrido una hazaña que el propio Dr Radek ha estado presente. La reanimación de ser unicelular que encaja perfectamente con las características de una ameba. Los primeros estudios demuestran que es fotosensible, que puede vivir en entornos de oxigeno además de anaerobios o vacío y que se encontraba en un modo de hibernación a fin de sobrevivir, además de soportar temperaturas de -75º centígrados.

Radek se encontraba en su cubículo* repasando el ensayo que había dictado al ordenador cuyo foco era el proceso que había seguido el equipo de la Anubis para resucitar aquella ameba alienígena...

-No, no, Sally** quita esa frase... -dijo de pronto mientras terminaba de oir el último párrafo pronunciado por la voz femenina del ordenador- Seguro que el Decano Park lo critica por poco preciso... -suspiró y se frotó las sienes, para luego desplomarse en una silla.

-Bufff... ¡maldita tortura! Describir un proceso de forma tan exhaustiva es... realmente aburrido. Cualquiera que sea capaz de ponerse a leer esto, va a acabar durmiéndose. -volvió a suspirar- Lo harás bien Stankiewitz -imitó una voz que no era la suya- Tú tienes esa memoria portentosa, seguro que no omites ningún paso...

Suspiró otra vez y puso los ojos en blanco.

-Aaaaaaah, querida doctora Huggins***. Si me lo hubieras pedido de una forma menos dulce igual habría declinado peeeero, no puedo, no puedo resistirme a esos ojitos y esa sonrisa simpática. ¡Para una vez que encuentro una buena jefa! ¿Cómo decir que no?

>>¿Quiere poner todo ese comentario Dr. Stankiewitz << preguntó la voz del ordenador.

-No, no Sally. ¿Pero es que no has aprendido cuando expreso mis pensamientos en alto?

>>Lo siento Dr. Stankiewitz, estábamos en medio de la corrección<<

-Si, si, ¿ni siquiera puedes dejarme un momento pausa? Corregir un documento tan plano es muy frustrante para una mente como la mía Sally.

>>¿Quiere que hagamos una pausa Dr. Stankiewitz<<

-No, no... como dice la babcia Halina, es mejor antes que después... en fin, vamos a seguir...

Dr. Radek Stankiewitz trató de continuar un poco más con su informe y luchar contra su falta de concentración. Cuando de pronto su programa en el ordenador pasó a segunda plano y una llamada emergente se impuso. Normalmente las llamadas o comunicaciones no eran tan invasivas y solo unos pocos y en determinadas circunstancias de urgencia podían hacer eso.

Dentro de la ventana apareció un hombre de mediana edad con rasgos asiáticos Michael Yun, jefe del proyecto del estudio de la ameba y tercera persona más importante en el sector de la xenobiologia. Está traspirando y aparenta algo alterado.

-¡Radek! -Exclamó saltándose todo protocolo. -¡Brecha de seguridad!  ¡La ameba se está haciendo más grande y tenemos un muerto! ¡Te necesito aquí de inmediato! -

Un grito masculino se escucha de fondo y Michael exclama un improperio antes de que se corte la comunicación. 

-Sally interviene de nuevo ajena a la gravedad del asunto. -¿Quiere que hagamos una pausa Dr. Stankiewitz?-

Radek saltó del susto sorprendido por, no sólo por la brusca intromisión sino también por su contenido. Por suerte para Yun, el joven xenobiólogo era rápido mentalmente, asi que lo único que dijo fue:

-¡Voy hacia allá Dr. Yun! -exclamó apagando la conexión en un momento. La cabeza del científico bullía con miles de ideas y preocupaciones en ese momento y estuvo a punto de irse sin atender a Sally.

Entonces recordó también que debía ir a por sus gafas de análisis.

-¡Pausa! ¡Pausa! ¡Si! -vociferó entre una carrera y otra alrededor de su camarote como si fuera un pollo sin cabeza, para luego salir como alma que llevaba el diablo por los corredores de la Anubis lleno de preocupación. Conocía a todos sus compañeros y la idea de haber perdido a uno de ellos le provocaba un gran vacío en el estómago.

Aquello era muy malo. Si aquel ser se descontrolaba, las cosas podían acabar como en su infancia, con aquella pandemia xeno.

-¡Oh! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Hay una emergencia! -dijo al chocar atropelladamente con otro miembro de la Anubis al que apenas percibió. Todos sus sentidos y su mente estaban en llegar lo antes posible al ala de laboratorios y ayudar a frenar la brecha de seguridad.

La distancia a salvar entre el camarote del Dr. Radek y los laboratorios era de unos veinte minutos a paso ligero menos si corría y lograba mantener la velocidad, por suerte el doctor, como la mayoría de la población estaban en buena forma y lo logró en menos aunque para cuando se presentó tenía la respiración agitada, sudado y la ropa algo fuera de lugar aunque eso no importase en esos momentos.

Según llegaba se encontró personal abandonando las inmediaciones en silencio y de forma ordenada, alguno le aviso de que había una emergencia y que mejor no ir, pero nadie insistió. Se encontró con dos miembros de seguridad que ya estaban informados de a quien podían dejar pasar y a quién no, tampoco fueron un obstáculo.

Llegó a su destino y se encontró con bastante personal, tanto de seguridad como compañeros de investigación, todos con semblantes de preocupación.

-¡Stankiewitz! -Exclamó Yun al verle y se acercó hasta estar a su altura. -Observa- Dijo mientras señalaba una mampara que estaba tocando un hombre, el resto mantenían la distancia.  Al hacerlo vio una sección del laboratorio puesto en cuarentena, el mismo estuvo allí esa misma mañana. Había gente atrapada dentro donde habían estado con la ameba trabajando. Tres mujeres y un hombre, los conocía a todos de años, con una incluso estudió junto. Un vistazo más detenido pudo ver un cuerpo, de un hombre seguramente estaba en el suelo y presentaba un estado de desnutrición avanzado, casi sin índice de materia grasa aparte de pequeñas heridas.

-El hombre empezó a sentirse débil, vomitó, comenzó a presentar un aspecto deteriorado, se desplomó y siguió consumiéndose.  -Aclaró una mujer que se encontraba atrapada. Entonces se dio cuenta de que era esposa de uno de los hombres que estaban a salvo, el que estaba tocando el cristal para estar cerca de su pareja.

-¿Sacas alguna teoria con eso? -Preguntó Yun.

-¡Gracias chicos! -exclamó Radek al toparse con los de seguridad y ver que le dejaban pasar. Justo antes de entrar en la zona, se tomó unos segundos para tomar aire y secarse el sudor de la frente con la manga. Por suerte era un tipo delgaducho y con algo de aguante.

-Nota... mental... incrementar un poco el ejercicio... matutino. -se dijo así mismo mientras respiraba fuerte y se preparaba para entrar.

Lo que vino a continuación era peor de lo que esperaba... o justo el peor de sus planes. Su querida amiga la ameba parecía haberla liado. Siguió las instrucciones de Yun y se acercó a la mampara sólo para ver lo que había y componer una cara triste, negando con la cabeza y teniendo que aguantar un nudo en el estómago.

-Clarence... pobre Clarence... -empezó a decir normalmente era dado a relacionarse con todo el mundo e intercambiar unas palabras con ellos, lo que hacía el trabajo más difícil en aquella situación, sobretodo al reconocer a Kumiko y su esposo Lawrence cristal con cristal. Aquello hizo que tardara un poco en contestar a Yun.

Sacudió la cabeza y añadió: Me inclinaría a pensar que ha sido nuestra... última visitante. Ya en la Tierra, hace siglos, había amebas que eran parásitas. -sonrió de forma nerviosa sin poder evitarlo, pero casi enseguida pareció enfadarse consigo mismo mientras su ceño se fruncía. Era en aquellos momentos tan extremos cuando salía a relucir su auténtica naturaleza. No había lugar para las bromas... de hecho, no había lugar para casi nada viendo a sus compañeros en peligro- Me inclino a pensar que podría haber saltado al pobre Clarence y haber... empezado un proceso de parasitación y reproducción alimentándose de su propio cuerpo -torció el gesto- Eso quiere decir que nadie debería acercarse al cuerpo. Nadie. Bajo ningún concepto. Normalmente las amebas usan el elemento líquido para viajar... sería raro que lo hicieran de otro modo.

-Creo recordar que para las amebas conocidas tenemos procesados una serie de amebicidas pero... este caso es nuevo. No sabemos cómo podría afectarla. -tragó saliva- Por supuesto, podríamos revertir su estado al original... al que encontramos. Es posible que el frío la haga aletargarse de nuevo pero... no sé. -su mente empezó a trabajar sobre posibles soluciones, priorizando aquellas que podrían salvar a Kumiko y todos los que había en la sala atrapados con el cuerpo de Clarence.

Radek empezó a darle vueltas a la cabeza intentando recordar cualquier detalle que fuera importante...

Las heridas del cuerpo parecieron aumentar un poco pero a esa distancia era dificil hacerle un seguimiento. 

-Tarde entonces, le hemos hecho un masaje cardiaco sin éxito aunque no hemos hecho boca a boca. -Respondió uno de los atrapados.

Luego respondió Yun. -Podemos bajar la temperatura de la sala hasta diez grados bajo cero. Cuando encontramos la ameba aletargada se encontraba a cincuenta bajo cero, no se si será suficiente pero algo hay que hacer.

Yun en persona fue a una pequeño panel en al pared y cambió la configuración de temperatura al mínimo. Quedaba observar algún cambio antes de que los atrapados sufriesen hipotermia.

-¡Lawrence! Tienes que tomar una muestra al cuerpo, una biopsia, y ponerla en microscopio a ver si la actividad de la ameba se reduce. Si no os mataremos de frio en vano. 

La idea de que su marido se acercase de nuevo al cuerpo alteró por completo a Kumiko, que empezó a pedir que lo hiciese otro, que su marido estaba sano y no tenía por que arriesgarse. Todos empatizaban con la mujer y compartían la impotencia así que nadie dijo nada.

Finalmente Lawrence procedió a la operación de biopsia y pudo ver a la ameba que se había reproducido y estaba fagotizando o mas bien drenando el cuerpo de toda agua o fluido. Logró también conectar el microscopio a una pantalla que colocó delante de la mampara para que todos pudieran ver en primera fila los efectos.  Era una criatura maravillosa y letal con un ciclo de reproducción por mitosis de menos de quince minutos si se alimentaba lo suficiente. 

Radek entonces entendió que necesitaba un medio acuático para sobrevivir con la mala suerte de que los seres vivos éramos ricos en agua.

Una hora después soportando una temperatura inclemente dio como resultado de que la ameba apenas se vio ralentizada por la temperatura, el frío no seria un arma efectiva. Por otra parte, Lawrence, que había tosido antes, en principio a causa del frío casi sin previo aviso, vomitó mostrando el primer síntoma de estar infectado.

El joven xenobiólogo se desesperaba a cada minuto mientras veía que los primeros compases de aquella batalla los estaba ganando aquel pequeño enemigo que ahora se había vuelto muy, pero que muy peligroso.

Su cabeza daba vueltas y vueltas en busca de alguna solución. Cuando vio que Lawrence vomitaba, no pudo evitar sentir como el nudo en el estómago se le revolvía aún más. Miró los ojos de horror de Kumiko y lo entendió... o actuaban de forma urgente o todos sus compañeros atrapados al otro lado morirían.

Un pequeño plan empezó a abrirse paso en su mente, pero necesitaba fijar algunos conceptos...

Tras darle bastantes vueltas al asunto, Radek quiso tener una pequeña reunión con el Doctor Yun.

-Jefe, está claro que podríamos encontrar una salida rápida y fácil a costa de la vida de nuestros compañeros pero... existe otro modo. Más lento y arriesgado. Dado que Lawrence se ha infectado y puede que otros compañeros también, yo mismo me ofrezco para entrar a ayudarles con un traje de protección y el equipo necesario... lo que incluiría una gama de amebicidas conocidos, sustancias que puedan servir como amebicida y quizá elementos "deshidratadores". Sería llevar la batalla usando los cuerpos de nuestros compañeros, con la diferencia de que podríamos darles una oportunidad.

-Para ello necestaríamos una sala intermedia de descontaminación, asi que podríamos mover a toda la gente, para que haya una estancia entre medias y proceder. Por supuesto, si alguien más me apoya, sería de agradecer. A las malas tenemos la exposición al vacío o el usar calor  con la sala, si finalmente fracasamos, pero... no dejemos que nuestros compañeros se sacrifiquen en vano de forma expeditiva. Sus vidas son valiosas y les queda mucho por aportar a la Anubis. -terminó de decir esperando que Yun viera lo bueno de su plan.