Partida Rol por web

En el momento que Imari tomó la decisión de ser un astronavegante pasó por dos momentos clave. Una cirugía donde ya fuera en el brazo o directamente en la nuca se le injertava con cirugía un puerto que transforma las señales electricas del cerebro al tipo de los sistemas electrónicos y vicebersa. El segundo es un entrenamiento lento sobre la proyección de su mente dentro del sistemas y los peligros que conlleva.

El primero de todos es que si muere dentro de un programa, muere en la vida real. El segundo es que si sufre una desconexión estando proyectada podría quedar atrapada para siempre allí dentro o volver a la fuerza y sufrir irremediables daños, por lo que siempre se recomienda un entorno seguro.

Nos encontramos en el pasado, seis meses después de haberse iniciado como astronavegante, Imari ya ha desayunado y se encuentra sentada en la camilla donde monitorizaran toda su actividad: neuronal y fisiológica mientras entrena. Pero por ahora no han venido los técnicos encargados de guiarla, asi que tiene tiempo para pensar en lo que quiera.

cuando se marchan ella se encontraba tranquila. se relajó un poco, tomando algo de aire, casi como meditando. Así, se puso a pensar en que podría hacer con su futuro, comenzó a pensar que podría existir tras ese mundo electrónico, le gustaría internarse lo máximo posible en él, y en ello se concentra, aflorando una pequeña sonrisa en ella, solo meditandolo

Al rato, cuando comenzó a pensar de que se habían olvidado de ella entra en la sala tres personas, todas con bata blanca pero se distingue con facilidad que una es el encargo del adiestramiento y los otros dos son aprendices.

Se trata de un hombre piel oscura con pelo cano rizado, de casi un metro noventa de altura, gafas cuadradas, ojos verdes y una expresión tranquila y plácida. Los otros dos son un chico y una chica aparentemente pero la mascarilla dificulta reconocerlos.

-¡Buenos días! Exclama enérgico y muy buen humor. -Espero que hayas desayunado fuerte por que no quiero desmayos.  Vamos con un poco de retraso asi que vamos a ir directos, mea culpa.

Los ayudantes fueron hasta Imari con suavidad y mínimo contacto la tumbaron y conectaron sensores y electrodos. El último paso era contactarle en el antebrazo el puerto, una clavija que brillaba con luz amarillenta. El ayudante se la ofreció para que ella misma se conectase cunado estuviese lista.

-En esta sesión te vamos a conectar a un emulador de realidad, vas a tener a tu disposición recursos casi ilimitados. Quiero que crees un bajo comercial, de lo que sea junto al dependiente/a y a dos clientes. Cuando lo tengas voy a dañar y volver corruptos algunos códigos, deberás encontrarlos y repararlos.  Al ser tu propia creación debería resultar... relativamente sencillo.

Quedó a la espera de alguna duda, confirmación o de que simplemente se conectase.

-espere un segundo.. ¿con recursos a qué se refiere exactamente?, también, ¿cómo sabre la manera en que se pueda manipularlos todos?

Imari estaba segura de sí misma, confiaba en su habilidad, pero siempre prefiere la seguridad a hacer cosas arriesgadas o desconocidas sin motivo. quedó a la espera de una respuesta

Vas a aparecer en un calle que representa La Tierra. Delante de un bajo comercial, este por dentro estará completamente en blanco o quizá en negro y verde. Deberás crear el código para representar lo que te hemos pedido, los recursos estarán en una carpeta con sub carpetas o puedes crearla desde cero con un editor.

Esto es como un juego de simulación de vida interactivo para un solo jugador que te da el poder de crear y controlar tu propio personaje de programación o jugar, solo que en vez de fuera con un teclado insertándo códigos lo haras dese dentro de forma casi instintiva, como si fueses un dios capaz de alterar al realidad.

¿Mejor así?

Claro! sin ningún problema, puede proceder a conectarme, estoy lista y preparada!

Imari que tenía el puerto en la mano se conecto ella misma. La sensación fue inmediata y se describe como una sobrecarga de información mezclada con una electrocución leve que recorrió cada centímetro de su sistema nervioso. 

Como fuegos artificiales en su cabeza. Placentero. Adictivo.

El viaje duró segundos, hasta que una proyección de si misma manifestó en un mundo oscuro donde suelo paredes y techo erán el código. Poco a poco fué entendiendo el código y todo tomó forma hasta que se encontró en una calle en una ciudad asiática, al principio no entendía nada pero con una orden mental de "traducir" Supo que había pasado de coreano a un idioma que ella si entendía.

La calle estaba abarrotada de colores, predominando el rojo, los edificios tapaban en cielo azul pero aún podía apreciarse algo, Así era La Tierra antes de abandonarla, o lo que se tiene registro al menos. La ciudad por otra aprte estaba desierta, solo ella en mitad del asfalto.

-Ya estás dentro. -Sonó en su cabeza. -Elige un local cualquiera y comencemos, suelo paredes y techo: Color, testura y temática de la tienda. ¿Perritos calientes? ¿Batidos? ¿Una tienda de música? Tu propia tienda de reparación de artículos informáticos?

Imari poco a poco se va recomponiendo de esa extraña sensación, la cual le termina convenciendo.

-Parece agradable.. se dijo a sí misma, llamándole algo la atención esto.

tras ello comenzó a prestar atención a lo que le rodeaba, algo extrañada en primera estancia, ¿porque habían elegido este lugar en concreto?, pero bueno, eso no importaba ahora mismo, debía cumplir una tarea y lo haría bien.

Comenzó a centrarse en el código del lugar, comenzando a indagar en él, para luego tratar de manipularlo a su antojo.

Imari le gustan los helados, así que una tienda de helados es lo que haría. Se centro en darle una forma agradable, con colores vivos. Suelo y techo blancos. paredes rosadas, mostradores con muchos helados de todos sabores y colores. así como otras cosas que debería tener una tienda. Deseaba algo que fuese a su manera mágico, pues es para lo que ella tanto se había esforzado, es lo que deseaba hacer.