Partida Rol por web

Recibido Capitán. Enlaces prohibidos. Le avisaré.

Sonó gélido. Sin matices.

Smirnoff se esperaba cualquier cosa y cualquiera cosa tenía mucho que ver con lo que fuera MENOS una CAMARADA llorando a moco tendido como era este el caso.

Por un momento bloqueado mentalmente – y aquello en verdad no era difícil de conseguir -, el RUSO miro a la CAMARADA HIKARU primero luego al CAMARADA TIC TAC y de allí paso al CAMARADA CAPITAN SNOW para volver a la CAMARADA HIKARU.

Su rostro era un poema al desconcierto, una oda al “que cojones pasa” y un grito silente de “¿y ahora que coños hago?”.

Afortunadamente para él, el CAMARADA CAPITAN SNOW tenía todo el pescado vendido y sus órdenes claras y concisas le dieron al RUSO el respiro mental necesario para poder actuar.

Asintiendo entonces a las órdenes se acerco a la pequeña nipona y teniéndole la mano intento ayudarla a levantarse con sumo cuidado.

Entonces…

Perdida. Dolor. Abandono. Carencia. Nostalgia. Soledad.

Estas y otras sensaciones aterían la mente de Hikaru de una forma insidiosa y lacerante.

Nunca antes había sentido este nivel de tristeza, nunca este dolor en el alma. Y por más que poco a poco comenzaba a entender que “esto” no era suyo, por otra parte “ahora” si lo era pues había compartido con “el” una parte suya que pocos conocían.

En cierta forma, mirándolo fríamente, “estaban más unidos que nunca ahora”.

Nacer duele, pensó, nacer duele y morir también.

13.

Entonces sintió una presión en su brazo que la hizo volver los ojos furiosos y tristes. Descubrió de esta forma a Smirnoff – el patoso Ruso -, que intentaba cogerla del brazo con una expresión estúpida en el rostro.

Aquello, el gesto amable de alguna forma le resulto repugnante y por eso – rápida como una víbora -, le dio una cachetada en el antebrazo al hombretón mientras se levantaba de su sitio con estas duras palabras:

¡No me toques!, ¡ni se te ocurra hacerlo! Le ordeno con el rostro tenso y los ojos relampagueando.

Hikaru se dio cuenta de ahora no estaba sola en el cuarto. Había más soldados a los cuales odiar.

Tic Tac quien la había sacado por la fuerza del núcleo de Anubis malditos fueran todos sus ancestros.

Snow quien de forma condescendiente le hablaba como un padre a su hija. ¡no soy tu maldita hija, no necesito tu ayuda!.

Y el idiota redomado de Smirnoff y su aun más idiota camaradería. ¡Imbécil!.

Les odió, justo allí, justo entonces. A todos ellos. Les odió por que le habían visto frágil y quebrada. Les odió intensamente pero en realidad se odiaba a ella por fallar.

Se dio vuelta, secamente, y sin decir nada comenzó a caminar hacia donde lo había ordenado el capitán.

La reacción de la CAMARADA HIKARU le dolió a Smirnoff.

Ya que no tenía lugar en su mente para pensar que no era él, sino la otra quien estaba equivocada.

Afligido en verdad se giro hacia el CAMARADA TIC TAC y el CAMARADA CAPITAN SNOW buscando en ellos el motivo por el cual la CAMARADA HIKARU reaccionaba así.

¿En qué le habría ofendido?, ¿Qué había hecho el sin darse cuenta?.

Entre los dos conseguís aislar completamente la sala. Dejándola sin acceso a energía. A cambio se queda a oscuras y teneís que activar algo de luz portátil para que la sala sea practicable.

Anubis ya no tiene acceso a grabar nada ahí dentro. Os miráis el uno al otro, satisfechos.

Uno a uno, todos los componentes del pelotón Bravo se reunen en el destartalado camarote. Hace frío en el interior, y los tecnólogos del equipo que están en condiciones de trabajar han improvisado una unidad calefactora y unas luces portatiles que iluminan el lugar. Están apretados, y no les quedará mas remedio que repartirse por el escaso moviliario para tomar asiento. Aun así, los 12 caben sin problema siempre y cuando obedeciendo las instrucciones de Snow, todos los comandos se hallan desprendido de sus nanotrajes. Dado que los uniformes almacenan todo lo que pasa a su alrededor, si la intención es mantener una reunión privada, es algo necesario.

El último en entrar cierra a su espalda la compuerta con el cierre manual y mira expectante a sus comapañeros. Es el momento de empezar a hablar.

Snow echa un vistazo aquí y allá, mientras observa como una abatida Hikaru se deja caer en un rincón. Palmea el hombro de Oso en mudo agradecimiento por su ayuda, y le indica a Tic-Tac con un gesto que tome asiento.

Aquí están todos al fin, cerraditos y bien enlatados y mirándose las caras. Aparentemente, ningún medio de grabación a la vista, Snow espera que todos siguieran las instrucciones.

- Predicador, Marius, ronda por la sala de IAs apagadas y a este cubo, gracias. - Una vez los dos hombre acaben y den su visto bueno, Snow pone el cubo a sus pies y continúa hablando.

- Bueno, pues aquí estamos, reunidos, sin trajes, y a merced de una IA inestable en medio del espacio... - Tras observar las caras por unos momentos... - ¡Ja, ja, ja, ja! Tranquilos soldados, no estamos peor que al principio, estaba de coña. Bueno, al lío. Hay cosas de las que hablar, cosas serias que debatir, e información compartimentalizada que poner en común. - El reciente Capitán suspira largamente.

- Tic-Tac, ¿podrías comenzar por favor? - Snow se recuesta en la pared jugueteando con un cigarrillo y el encendedor, mientras mira de reojo al apagado (ahora) proyector holográfico que hay en la sala.

Llegó caminando junto con Snow y se quitó el traje antes de entrar a la sala. Buscó un lugar en el que apoyarse mientras su mirada recorría a sus compañeros y su mente se preguntaba que habrían estado haciendo. Cuando Snow tomó la palabra su mente se centró de nuevo. Dejó que sus compañeros recogiesen su IA sin dejar de preguntarse a que se debía tanto secretismo. Desde Nexus podrían sospechar al ver que todos los miembros tenían sus IAs apagadas a la vez. 

Si capitán. - dijo el soldado poniéndose en pie. - Empecemos por lo importante, el salto ha salido bien. Estaremos en el planeta antes de que cante un gallo. Una vez en la órbita comenzaremos las operaciones de aproximación a la superficie, tan solo relajaros y disfrutar de los próximos días. - dijo el soldado sin perder la sonrisa. 

Y ahora la parte b. Anubis. No se que habréis estado haciendo pero a nuestro anfitrión no le ha gustado un pelo. Eso junto con la incursión de Hikaru en sus archivos lo ha puesto a la defensiva y se ha preparado para evitar algún tipo de sabotaje. - dijo el soldado poniéndose serio. - El sobrecalientamiento de antes ha sido provocado por él. Ha concentrado energía en su núcleo para freír al primero que se acercase a él. 

Puede que no sepáis esto pero la IAs se resetean cada cierto tiempo, un año creo que es que me corrijan los expertos si me equivoco. - dijo mirando al grupo de tecnólogos. - Esta no, desde Nexus no han tenido huevos a meterle mano y no me extraña visto lo visto. Cuando la tecnóloga Mizakilo ha intentado Anubis a accedido a su historial de civil y lo ha usado contra ella. Yo estaba controlando la incursión y ha hecho lo mismo con el mío. Sinceramente, creo que si desde Nexus han... preferido dejarlo estar, deberíamos hacer lo mismo. - explicó el soldado. - No me parece que hacer cabrear a la nave en la que estamos sea lo más inteligente. Si me permite una recomendación capitán, deberíamos concentrarnos en la misión que tenemos delante que ya es suficientemente jodida, acabarla y volver a casa. - dicho eso, guardó silencio y se recostó de nuevo en la pared. 

H. había estado esperando a que sus compañeros terminaran los quehaceres para poner todo en común y parecía que, al fin, se habían reunido todos. El danés escuchó tranquilo a sus compañeros mientras iba analizando la información que se le daba. De que la trayectoria iba a estar bien trazada no tenía alguna duda, por lo que le pareció trivial el exponerlo siquiera, pero la información sobre la IA disparaba muchas de sus alarmas internas. A fin de cuentas, no le gustaba verse encerrado en una lata en mitad del vacío tripulada por una máquina psicópata que podía decidir, en cualquier momento, que su integridad corría peligro y que el mejor curso de acción era sacar todo el aire de la nave de un plumazo para quitarse a las molestas lombrices que llevaba dentro. 

-Bueno, lo primero la nave está operativa al 100% y todos los sistemas parecen funcionales.-Presentó novedades a su capitán al mando- Tenemos 20 ojivas no nucleares personalizadas en el arsenal y un montón de cajas incógnitas que no hemos inspeccionado para saber si coinciden con el manifiesto. Aunque bien es sabido que sería más que recomendable- apuñaló sin piedad con una indirecta bastante directa a Snow.

-En cuanto a la misión, se que seguimos sin más información... Creo- miró de nuevo al capitán que era famoso por callarse para luego convertirse en un obrador de milagros con información nueva que venía justo al pelo- Pero quería volver a incidir en la posibilidad de crear los señuelos sísmicos. Sí sí, ya sé que soy un pesado con el tema pero si ahí abajo hay bichos que se guían por las vibraciones fijo que los atraerán las excavadoras de marzio y preferiría que no fueramos los únicos generando ruido. Sería como marcarnos una diana en el culo.- Expuso mientras frenaba con las manos alzadas algunos bufidos de sus compañeros- Se que los tecnólogos están muy liados con el clúster y con el resto de sus cosas, pero tal vez alguien podría dedicarle algo de tiempo a esta idea. 

-Con respecto a la IA, Me extraña mucho que el dominio, con toda su ansia de control, haya permitido que desarrolle personalidad propia con todos los peligros que ello conlleva- lanzó el comando al aire viciado de aquel estrecho habitáculo- Me preocupa que sea ella misma la que esté acabando con sus tripulaciones para tener su "minuto de fama" y que todo el mundo le tema. Si por mi fuera habría mandado la nave entera a algún sol bien caliente con un palo atado en el acelerador o le habría soltado un buen pulsaco electromagnético que hubiese freído hasta los huevos de los generales antes de que se replique a sí misma.- Rió el soldado deleitándose en la posibilidad- A este respecto hemos encontrado sospechosas huellas de un soldado vaporizado en la puerta del núcleo de Anubis. Y si esta sala esta aislada es que a lo mejor tuvo los mismos problemas con la IA y se planteó el detenerla.- Advirtió de nuevo con voz lúgubre- Con esto no quiero asustar a nadie, pero no me gusta tener un decimotercer tripulante a bordo que no conozco, que se sabe todos los trapos sucios de todos nosotros (que no serán pocos), que tiene el control de casi toda la maldita nave y que no sabemos si estará imbuido con nuestro mismo espíritu compañerismo en caso de que necesitemos un posible rescate ahí abajo. Puede que sencillamente decida que no valemos el riesgo y hay varias tripulaciones muertas que pueden atestiguarlo.- terminó dejando aquella duda en el aire para que todos lo pensaran.

En las palabras del cabo ya empezaba a aparecer un poco del típico deje paranoico del que solía hacer gala durante los entrenamientos. Todo el mundo sabía que a H. le encantaba tener siempre un plan D para salir vivo de casi cualquier situación, pero a veces se le iba un poco la pinza con sus teorías de la conspiración. 

El ex-espía sigue atentamente las evoluciones y circunloquios de Tic-Tac mientras este expone la situación. Más o menos. Una vez termina se le queda mirando con cara de "¿No te has dejado algo, negro?", durante el tiempo suficiente como para que H. lance el discurso del Día de la Independencia.

El Capitán parpadea varias veces, entorna los ojos o ladea la cabeza en varias ocasiones, algunas veces varias de esas cosas a a la vez mientras H. expone todo aquello que lleva dentro. - Joder, ya era hora de poder hablar sin cortapisos. - Por último Snow interviene con rapidez, antes de que algún otro añada más leña a la hoguera.

- Bueno, antes de nada, quiero agradecer a Tournevis que encontrara este sitio tan aparente y discreto, y que tardarais tan poco en acondicionarlo. Se que lleváis currando muchas horas seguidas, un esfuerzo más y empezaremos con los descansos. -

- Por otro lado H., ¿Estás seguro de que no perteneces a alguna agencia de esas sin nombre o tal? Tienes un grado de paranoia de puta madre, jajaja, me habrías venido bien cuando... errr... fuera, vamos al lío. - Snow parpadea un par de veces mientras abre y cierra la tapa de su mechero con un característico sonido metálico.

- Iré por partes, como el Tío Jack. No el del wiskhy, el psicópata ese de las tripas, ¿lo conocéis no? Bueno vale, que me disperso. - Snow alza las manos en un gesto defensivo. - Tenemos 20 pepinos para petar algunos culos. Eso es bueno. Información nueva dices... - El Capitán mira intensamente por un par de segundos a H., para acabar sonriendo de medio lado.

- La buena noticia H., es que hoy has acertado, estás en medio de una maldita conspiración, jeje. Las putas cajas... Si no quería que abrieras nada era porque antes quería poneros sobre aviso a ese respecto en esta charla privada para que la sorpresa no nos delatara. Lo que Tic-Tac se guarda, porque no sabe cuánto quería revelar yo sobre este asunto, es que hay un montón de equipo extra en las cajas, en unas que están marcadas. Llamaremos a ese extra "regalos navideños". - El soldado enciende y apaga un par de veces el mechero.

- En teoría debería ya haber varios señuelos sísmicos en los contenedores, algún que otro cacharro técnico de dudosa utilidad, como el equipo de análisis que pidió la Doctora, y como guinda del pastel cuento con que haya algunas municiones extra para todos, puede que armas a mayores en cantidad y tipo desconocido, y alrededor de diez Raynor Balísticos, junto con algún explosivo algún explosivo potente. Del dicho al hecho... - Snow se encoge de hombros. - Veremos. -

- El cómo ha llegado todo eso a la bodega de carga es algo que le dejaré el placer de explicar a Tic-Tac, ya que él es el que maneja más detalles al respecto. Por mi parte estamos todos en el mismo barco, y creo que todo el mundo tiene derecho a saber por dónde le vienen las ostias. Así que negro, sírvete de ordenar tus ideas para responder las preguntas del personal de manera sincera en lo que comento el tema de la IA. - Cambiando de tema, Snow retoma sus explicaciones.

- Anubis, una retorcida y excéntrica IA a la que no le pasan reset hace tiempo, parece. Te diré que no me parece peligrosa H., no más que un rebelde o un terrorista. Si bien su comportamiento es algo raro, también puede que hayamos "acariciado al perro en las pelotas" en vez de en la testa. Tener un ojo abierto, me parece bien. Medidas más extremas  y sospechosas, de momento no lo veo. Si alguien ve algo raro, por supuesto informa. - Snow mira a Hikaru.

- En cuanto a lo tuyo, ya hablaremos. No quiero más interacción a nivel cortical con Anubis, sólo interacción vocal y volcado de datos a través de las IAs propias como filtro. Sólo comentar que si alguien quiere decir algo que no quiera que quede grabado para la misión, o se discuten temas tácticos que implican información conseguida en por cauces no pertenecientes a la misión, este es el lugar donde se han de tratar esos temas. Coincidir todos aquí a la vez en las próximas horas puede que sea algo imposible. Es vuestra oportunidad, hablad ahora si tenéis la necesidad de hacerlo. - Por último y con un ligero encogimiento de hombros a modo de disculpa, Snow se prende un cigarro, eso sí, uno de esos insípidos cigarrillos del Dominio, con más filtro que tabaco.

Smirnoff les escuchaba a todos con mucha atención. No entendía ni jota respecto a mucho de lo escuchado y menos aun que tuvieran que llevar equipo no declarado dado que estaban allí por una misión del Dominio y trabajando para ello pero si el CAMARADA CAPITAN SNOW ordenaba que se debía charlar allí, sin armaduras ni IAs, el iba a hacer lo que mandaba el superior a cargo.

Por ello, recostado cómodamente contra el muro y con los ojos entrecerrados – por el esfuerzo que le requería concentrarse en las palabras y no divagar -, se mantenía en silencio aunque cada cierto tiempo le lanzaba miradas dolidas a Hikaru quien recientemente le había tratado bruscamente.

Hikaru no se digno a responder a Snow aunque si le miro brevemente girado un poco su rostro y fulminándole con los ojos rasgados.

Haré lo que me salga del coño capullo decían sus ojos para quien pudiera entender de miradas asesinas y despectivas.

Aunque la atención para con su capitán fue más bien breve pues tenía sus propios asuntos y una gran incertidumbre le atenazaba tanto el cuerpo como la mente.

Trece, pensaba, somos doce pero yo te he visto allí.

Tu eres (eras), uno de nosotros y ahora ya no, sin embargo no te has ido del todo, no te has ido.

Aun.

El soldado se removió inquieto. Snow no podía estar hablando en serio, estaba poniendo en peligro a todos los que allí estaban. - No puedes estar hablando en serio. - dijo el soldado. - No necesitan saberlo, lo único que harás será ponerlos en peligro y no es necesario. - le dijo a Snow con la incredulidad dibujada en el rostro. - Joder, macho... ¿No podías callarte? ¿No? Atribuimos las cajas extras a un error de dominio, acabamos la puta misión le damos el vídeo a esa zorra y chis pum. Fin del espectáculo. - dijo el soldado negando con una mezcla de incredulidad y rabia. 

Viste lo que hizo en el callejón, ¿Crees que se quedará quieta cuando sepa que toda la tripulación está al corriente? Joder, Snow... Sería ponerles a todos una diana en la espalda. - dijo dando una patada a algo cercano. 

Snow mira a Tic-Tac por un segundo para responder después con sorprendente calma.

- Te voy a decir dos cosas Talley. - Muestra un dedo. - La manera más fácil de acabar muerto por un secreto es si sólo lo sabes tú. Si es de dominio público dejará de ser peligroso, y te apartará del punto de mira. - El soldado muestra dos dedos a continuación.

- Y por otro lado, si tanto te preocupaba la seguridad de tus compañeros, no haber montado todo este puto circo con esa zorra. - Snow resopla exhalando una bocanada de humo.

- Llevo en el negocio de los secretos casi veinte años, y estoy harto de ellos. No me sale de las pelotas tener a compañeros en la inopia. Al menos que puedan elegir si quieren saber de dónde les vienen las ostias. La cuestión es que todo ese equipo que ha llegado aquí para hacer frente a la misión ha venido por un cauce nos obliga a dar algo a cambio. No es nada grave, dirá alguno, pero es ilegal y nos puede causar problemas, lo sepáis o no. - Snow mira duramente a Tic-Tac como diciendo "Alegar desconocimiento no salvará a ninguno si la pifiamos". - Y Ya que Tic-Tac se tomó la molestia de asegurarse en mejorar las probabilidades de la misión y de supervivencia para con nuestras vidas en ella, embarcándonos por desgracia en algo ilegal, creo que es justo que todos sepáis al menos hasta aquí. Ahora viene la puta pregunta. ¿Desea saber más? - Snow mira a todos los de la sala. Puede que lo mejor es que la cosa se quedara ahí. Pero dudaba que todos aceptaran eso.

- Legal o ilegal- interrumpió Bad- no importará demasiado si nos quedamos en el camino. Si volvemos- se encogió de hombros- tal vez juegue en nuestra contra pero creo que el Dominio preferirá volver a utilizarnos en una segunda OEM antes que condenarnos a lo que sea. Ya sabéis, por lo del bien mayor, los males menores y todo eso. En Nexus, lo admitamos o no, el fin justifica los medios. Yo no me preocuparía demasiado.

Mansell no era demasiado hablador pero, cuando lo hacía, como en muchos otros asuntos, le gustaba ser directo y no perder tiempo andándose por las ramas.

- Por otro lado, ¿qué hay del cinturón de asteroides, piloto?- dijo dirigiéndose a tic-tac- ¿qué hay de esa supuesta lluvia de mierda espacial que iba a destruir la nave con amplias posibilidades? Para eso montamos el clúster, ¿Cómo es que ahora vamos a llegar felizmente a nuestro destino?

One Hit permanece callado, como siempre, sentado y con los brazos cruzados, como siempre, mirando a Tournevis que está sentada a su lado también callada y con los brazos cruzados, con la mirada perdida, totalmente en la inopia.

Cuando Snow pregunta y el alemán ve que la francesa no responde, cosa muy anormal en ella debido a su curiosidad, le da uno de sus típicos codazos. Sin embargo ni con esas la chica reacciona, con lo que Karl opta por llamar su atención nombrándola.

- Gabrielle.

Al escuchar mi nombre levanto la vista despacio hacia el rostro del alemán, y le miro casi con la misma mirada inexpresiva con la que él me mira a mí, sólo que cuando Karl te mira así en realidad expresa más de lo que él cree, si le conoces. Entonces como si despertara sin saber dónde me he quedado dormida miro a los demás y a mi alrededor.

No me había enterado de absolutamente nada de lo dicho tras la exposición de H. el cual prácticamente me había leído la mente respecto a Anubis. Entonces me había puesto a pensar en si dar mi opinión o no y una cosa me había llevado a otra y había dejado de escuchar.

- Ehmmm... Perdón. Estaba pensando... Y creo que no me he enterado bien de lo último.

Mientras la española se mantenía callada a un lateral de H., este llevaba la iniciativa de la conversación. 

-Si, la verdad es que me gustaría saber todo lo que se cuece. No solo para saber de donde me vendrán las hostias, sino porque puedo ser parte de la solución en lugar de parte del problema. Somos compañeros y debemos confiar los unos en los otros. A mi yo paranoico a veces se le ocurren buenas ideas- apoyó a sus compañeros con una sonrisa que le curvaba únicamente la mitad derecha del labio- Aunque debo reconocer que me gusta que me hagáis regalos como estos en navidad. Esos señuelos sísmicos me habrían llegado a mi corazoncito si tuviera alguno- terminó de sonreír mientras miraba socarronamente a Tic-Tac y a Snow- Así que ahora venga, que le habéis prometido a esa periodista zorrona de ojos achinados de Yanice liu para conseguir todo este material ¿eh?