Partida Rol por web

Lucía alarga la mano hacia el cigarrillo, pero la detiene en mitad del movimiento. Sacude la cabeza. -No, no puedo. Lo he dejado. Era Israel, que no viene todavía.-

¿Lo has dejado? ¿Sí? ¿Desde cuando? retiró la cajetilla y se sintió momentaneamente mal consigo misma al estar fumando delante de ella.

-Desde... desde hace unos meses.- responde, algo incómoda. Da la sensación de no querer entrar de nuevo en el edificio, pero tampoco parece cómoda aquí contigo.

No sabes muy bien que decir y cuando estás a punto de hacerlo, te fijas primero que más allá, en el límite del recinto, junto a la carretera, hay alguien que os observa mientras fuma. Tiene una farola justo detrás, por lo que no se le ve el rostro, ni siquiera si es hombre o mujer.

Una de las puertas del edificio se abren, dejando pasar al exterior a Sara, Sol y Ainara. Al segundo de salir y antes de que se dirijan a Vanessa y Lucía, que están allí charlando, escucháis los aplausos que vienen del interior. Parece que la ceremonia fuese a empezar por fin.

Al escuchar los aplausos, Sol les hace a Ainara y Sara un gesto de bancame un segundo, y vuelve sobre sus pasos para asomarse al interior del edificio a ver. Luego, gira sobre sí misma para volver hacia ellas, y lo hace con una extensa media sonrisa, como si no pudiera creerlo. Se encoge de hombros, y camina hacia sus acompañantes buscando algo en el interior de su bolso. Cerca de ellas, mientras extrae un paquete de cigarrillos, comenta en voz relativamente baja y pícara.

- ¿Y? ¿Qué les parece? Imagino que no vale la pena perdérselo a Israel hablando para todos esos.

Saca un cigarro con la boca, y ofrece el paquete a las otras dos. Le hace un gesto de complicidad a Sara.

- Bueno, a ver qué tenemos por acá...

Saca el mechero y se acerca a Vanessa y Lucía. No prende el cigarrillo todavía.

- Ya vieron qué oportunas somos, ¿no? Las salimos a buscar para ver en qué andaban divertidas, y justo que nos vamos, ahí adentro se pone - Sol se ríe, meneando la cabeza - Igual me da la impresión que vamos a estar mejor acá afuera. Ahí adentro... no creo que la cosa se ponga buena. Podemos adelantar la película y llegar al final, directamente - hace un gesto de restarle importancia - Bueno, ya vimos a la Camacho hoy. Nos falta encontrarnos con el Rulo, y cartón lleno. Hablando de eso, ¿alguna sabe qué pasó con el pibe?

-Hola.. yo sé por Israel que le denunciaron y que tuvo que cumplir una pena leve, porque parece que cuando Jose Luis salió del coma hizo lo imposible por que le tuvieran en cuenta atenuantes. Pero no sé por qué ni por qué ocurrió aquello..-

Sol arquea las cejas, y enciende el cigarrillo. Le da una larga calada y exhala el humo, mirando al cielo.

- Mirá vos, lo deja en el hospital, y cuando se despierta... - sonríe, meneando la cabeza en gesto de profunda negación - Miralo al José Luis. Inesperado. ¿Y sigue adentro el Rulo, tenés idea?

Sara hace amago de volver a entrar, pero el tabaco resulta demasiado tentador. Con un gesto amable rechaza uno de los cigarrillos de Sol y comienza a liar uno ella misma. Alguna vez había pensado que, si fumaba, era por lo entretenido que le resultaba liar cigarrillos.

Escucha la conversación en silencio, ocupada con su tabaco suelto, hasta que hablan del Rulo. Levanta ligeramente la mirada y se encoge de hombros ante la pregunta. Ni idea, pero si lo hizo él... y parece que sí lo hizo, bien se merece un par de años de internamiento... Masculla. La gente como él, esa gente sin valores, cruel, eran los que estaban sacando a su hermana del camino correcto. Suspirando, pide fuego con un gesto con el cigarro en la boca mientras guarda el tabaco.

-¿Sabéis? Israel fue un par de veces a verle a la cárcel y seguía tan gilipollas.. bueno, como siempre.-

Apenas Lucía termina de decir esto, comenzáis a escuchar los aplausos que vienen del interior. Parece que la ceremonia ha empezado. Sin embargo vuestras miradas son también atraidas por un coche que acaba de entrar en el aprking del recinto. Y menudo coche.

-Ese chico siempre ha sido así...- concluye Ainara antes de quedar estupefacta por el cochazo que acababa de llegar.

Se quedó fija en él, tenía ganas de saber quién venía dentro de ese coche... aunque, quizás deberían entrar ya, porque acababa de empezar.

-Chicas...mirad mirad.- les dijo en voz baja a Sol y Sara, señalándoles con la cabeza el sitio donde llegaba el coche. 

Sol se encoge de hombros ante los comentarios. Por experiencia propia, sabe lo que se puede encontrar adentro. Toda una experiencia para el Rulo: pero como todo, las experiencias sólo dejan algo para quienes están dispuestos a recibirlo. Ella lo había estado, pero él... Bueno, quién sabía, ¿no? Nadie ahí podía decir que lo conociera.

- Yo todavía me pregunto por qué lo hizo. Una cosa es que te joda el director de un lugar como ese y otra es partirle la cabeza contra una máquina de Coca Colas - comenta, al mismo tiempo que cómo el autazo entra al parking y empieza a dar una vuelta. Vuelve a dar una calada al cigarro y se lo quita de la boca, exhalando el humo sin sacar los ojos del nuevo intruso - Y no sé si el Rulo era tan gilipoyas - involuntariamente sonríe; nunca le dejaría de hacer gracia esa palabra, con tan poca vocación de insulto - como para mandarse semejante cosa por nada. No sé, para mí había algo ahí. Yo diría que lo quería sacar del medio, pero no tengo idea de qué, ni por qué. Tampoco me da para pensar que el Rulo estuviera metido en nada muy jodido, digo, no me da el perfil.

Vuelve a encogerse de hombros. Se inclina hacia Ainara y Sara, y susurra:

- ¡Qué máquina! ¿Alguna lo había visto antes?

Luego mira a Vanessa y Lucía, y habla para todas, con una sonrisa pícara.

- ¿Creen que sea el príncipe azul de la Camacho?

Prende su cigarro con indiferencia mientras Sol continúa hablando del Rulo, pero se lo saca de la boca al ver el cochazo. ¿Pero qué coño...?, sujeta el cigarro en la mano, mirando a sus amigas. Espero que sea el mío, bromea al comentario de Sol, guiñándole un ojo. Lo revisa de arriba a abajo con la mirada, suspirando. Unos tanto y otros tan poco...

Tras aparcar bajo una farola, donde se puede ver mejor aún el vehículo, un hombre sale del interior. Es un tipo quizá no guapo, pero sí bastante atractivo, cuarentón bien conservado, que viste más informal de lo que os esperábais, quizá.

Mira a su alrededor, examinado los edificios y atraido por el ruido de aplausos del interior del salón de actos. Pero no aprece decidio a entrar. Entonces os ve. Camina hacia vosotras y mientras saca del bolsillo del pantalón una cajetilla de tabaco. Saca un cigarro y os hace un ademán bien claro. -¿Me podéis dar fuego? Lo estoy dejando y me olvido de llevar mechero encima.-

Ainara mira asombrada al hombre que salía de aquel coche.

¿pero quién será este hombre? vaya cochazo...y encima es atractivo, y seguramente mucho más maduro que el Richard...-piensa mientras el hombre se acerca hacia ellas pidiendo fuego.

Ainara busca rápidamente un mechero en su bolso, siempre repleto de cosas. Consigue dar con él sin hacerlo esperar mucho. Le enciende y acerca el mechero hacia el cigarro, con una sonrisa. 

Sara abre los ojos como platos, pero pronto controla sus gestos y regresa a su habitual cara de aburrimiento. No le quita ojo de encima mientras se acerca a ellas, aunque intenta ser discreta, y ni siquiera se inmuta cuando les pide fuego. Seguro que las otras se morían de ganas de sacar sus mecheros.

Se atusa el vestido, aún sintiéndose ridícula con él. Apura un poco el cigarro e, ignorando al recién llegado - otra cosa no sabrá, pero lo de "no hables con desconocidos lo tiene grabado a fuego -, comenta, Habrá que entrar, ¿no?

El tipo enciende su cigarrillo y aspira una larga y anhelante bocanada de humo. -Ay, lo que se echa de menos esto.- y señalando con la cabeza al edificio al escuchar el comentario de Sara dice -Qué, ¿no ha terminado? Joder, qué leche. Un montón de chavales que aplauden como bobos y se creen que un papelito les va a dar un trabajo, ¿eh? Se hacen ilusiones. Vosotras sois más listas, ¿eh? Pasáis de ese coñazo.-

Os guiña un ojo y da un paso para integrarse en vuestro círculo de conversación, con bastante naturalidad.

Sol mira a los ojos al recién llegado, relojeándolo con descaro pero sin más gesto. Como Ainara se apresura a darle el mechero, Sol permanece al margen dando una larga calada a su cigarrillo, mirando a los actores moverse en la escena. No se le pasa la cara de Ainara al darle fuego, y se le ocurre perfectamente qué es lo que está pensando aquella. Tampoco se le pasa la reacción casi hostil, el muro de indiferencia de Sara hacia el sujeto. Lucía y Vanessa no dicen nada, y ella, que era casi la persona esperable para llevar adelante una conversación con él, ha permanecido callada.

No ha hablado, es cierto. Pero su media sonrisa lo ha dicho todo.

- Si tienen ganas de aplaudir, que aplaudan - Sol se encoge de hombros, y da otra calada - Quizás empieza algo más divertido que lo que estuvo hasta ahora. Vaya uno a saber - deja ir lenta y largamente el humo, mirando al hombre - Lástima que se atrasó. Me imagino que viniste esperando que ya estuviera terminado -  y extiende la sonrisa entrecerrando los ojos - ¿Buscás a alguien?

-Mmsí.- dice el tipo, sin quitarle la mirada a Sara, a la que pareciera estar evaluando como si estuviese ante un escaparate. -A una amiga. Pero no tengo prisa. Se está bien aquí fuera. No me gustan las aglomeraciones.-

Lucía por su parte parece un poco incómoda.

-Bueno, yo creo que voy a entrar. Os dejo.- y se da la media vuelta, despacio, dejando un par de segundos para que pueda seguirla quien quiera.