Partida Rol por web

Niños perdidos a medianoche

Escena 2: La noche más larga

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04/06/2011, 20:42
Director

 Esta es la noche más larga del año.  Durante siglos, los mortales han adorado los fenómenos climatológicos, divinizado los hechos naturales. Y aún sabiendo eso, en esta noche, uno llegaría a creer que de verdad las estrellas son las lágrimas de los dioses, que alguien tira de nuestros hilos, que existe un más allá tras la muerte. 

Por supuesto, para vosotros existió ese más allá tras la muerte, pero no es exactamente lo que pensábais...

La Plaza Grande, frente al Palacio, es una extensión de roca plana, baldosas blancas que reflejan la luz de la luna como millones de piezas de puzzle cuidadosamente encajadas. Y en esta noche, la noche más larga del año, la llamada Noche Eterna, es un lugar diferente.

Por toda la plaza hay grandes hogueras, cuyas llamas resplandecientes parecen elevarse para acariciar el cielo... ha sido así desde hace siglos. Hasta el propio Caín, quien jamás toleró a ningún culto un movimiento de más, permitía que la Noche Eterna tuviera lugar. Es una noche extraña, alienígena, y hasta los no muertos temen los acontecimientos que se tejen en esta noche.

Algunos opinan que el velo entre los vivos y los muertos, en la Noche Eterna, pierde su consistencia y permite que unos caminen entre otros... eso explicaría muchas cosas, por supuesto. El Baile es una de las más importantes tradiciones, y como toda Enoch, es grandiosa y siniestra a la vez. Durante el Baile, quince jóvenes donceles y doncellas bailan alrededor de la hoguera principal, prendido el fuego con mechones de sus cabellos y sangre de sus venas, y espíritus arcanos  toman posesión de sus cuerpos durante unos instantes para clamar profecías y aullidos no necesariamente sin sentido. Dice la tradición que quien ha bailado la hoguera nunca vuelve a ser el mismo, que los espíritus los protegen o los maldicen o quién sabe qué. El único hecho real es que todos los años alguien se vuelve loco bailando la hoguera, que todos los años se pierde uno o dos de esos jóvenes que voluntariamente se entregan a el absurdo baile. Todos los años, sin falta. Y aún así, todos los años quince voluntarios abren sus mentes a lo desconocido a cambio de la promesa de nada en absoluto. Misterios de la naturaleza humana.

Los vampiros no salen de casa durante la Noche Eterna. Algo desagradable tiene esa explosión de vitalidad salvaje brotando de la Humanidad, como si las ovejas decidieran de pronto mostrar una agresividad indómita e inesperada capaz de acorralar al más feroz de los lobos. No, a los vampiros no les gusta ver su dócil rebaño convertido en desenfrenadas monstruosidades. Quizá les recuerde a sí mismos, quién sabe.

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04/06/2011, 20:53
Director

 La plaza, pues, está cuajada de grupos sentados junto a hogueras, compartiendo manjares, alcohol, sexo y drogas.  Quizá la Noche Eterna termine siendo la precusora de las lejanas en el tiempo bacanales, quién podría saberlo... y en todo caso, carece de importancia.  Licores extraños corren de boca en boca, se pasan cuencos con inciensos prendidos, se escucha el repetitivo tam-tam de los tambores empleados para disociar consciencias... esta noche, hasta el más pragmático de los mortales puede hacer magia. Aunque qué magia. 

Nunca ha sido muy estudiado por nadie, que se sepa. Pero el hecho es que los bailarines de la hoguera consiguen de algún modo abrir una brecha para los espíritus. Muertos anclados a esta tierra, a esta plaza, a esta ciudad o a esta noche, que cada año sin falta acuden como viudas a un cementerio, poseyendo cuerpos y deformando la carne para adaptarla a sí mismos. Y aunque al amanecer no quedará nada, hay quien diría que un segundo ya es demasiado. El Errante, La Madre, La Ciega, El Verdugo, El Mendigo... quince de ellos, con sus nombres y -aunque nadie lo reconocería en voz alta- quizá con pequeños rezos dedicados durante todo el año. Protégeme de las sombras, Ciega, susurran en las noches oscuras aquellos que han visto de cerca la muerte que tan generosamente reparten algunos vampiros. Protégeme de las sombras, Ciega, y ojalá que el Verdugo haga su trabajo.

No suele haber vampiros en la Noche Eterna, pues. Pero vosotros estáis aquí, atraídos por la fascinada curiosidad, por el espanto sobrecogido pero ávido de información. Mirad a las ovejas haciendo ostentación de un poder que jamás emplearán contra sus amos. Mirad a la juventud regalando su cordura a cambio de quién sabe qué. Mirad la noche más larga del año, una noche tan larga que cualquiera podría decir que durará para siempre.

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06/06/2011, 20:26
Adif Benshajar

Hay una figura sentada discretamente en un rincón retirado de la plaza, protegido por la penumbra, iluminado por el refulgir parpadeante de las hogeras. Un hábito sencillo le cubre por completo, ceñido a la cintura por un grueso cordón. No se llega a adivinar ningún rostro bajo la capucha, casi podría parecer que no hay nadie dentro de no ser porque en una de las manos (cubiertas por guantes de tela) sostiene un bastón. Quienquiera que sea puede estar tremendamente atento a lo que ocurre en la plaza... o profundamente dormido. Nadie parece haber reparado en él.

Notas de juego

Para que lo sepa Sergio: físicamente (o mejor, textilmente) Adif está inspirado en el personaje de Loom, Bobbin Threadbare

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08/06/2011, 19:04
Tsei Li

Notas de juego

¿Me atreveré a mirar bajo la capucha?

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08/06/2011, 19:07
Tsei Li

Sí, seguramente haya sido la curiosidad la que me haya atraído hasta la plaza. Mis oídos no se pierden detalle mientras me acerco al jolgorio. Mis ojos no dejan de observar con ávida hambre de conocimientos.

A pesar de lo extraño que me resultan estos ritos, asemejándose en realidad a los celebrados por los pueblos más bárbaros e incivilizados, mi curiosidad por comprender esta extraña ciudad y su extraña población no me permite apartar la vista.

Me deslizo por entre la periferia de los participantes, moviéndome con cautela, como una sombra que no está allí.

Entiendo por qué ningún vampiro quiere asistir a estos... festejos. Llenos de vida, de una vitalidad que sus señores no conocen. O al menos casi ninguno conoce... o recuerda. Cualquier déspota se sentiría totalmente inseguro de su posición ante una demostración como la que los hombres, mujeres, ancianos y niños están llevando a cabo esta noche. ¿Acaso no está escrito que lo único a lo que debe temer el segador es a una revuelta organizada de las mieses?

Al pasar por una de las bocacalles me fijo en otra sombra que, como yo, observa a los vivos. Para cualquier otro no sería más que una estatua encapuchada, pero para mí es evidente que no lo es. No se ven sus rasgos bajo el repulgo de la capucha. Sólo unas manos enguantadas que transmiten el peso del cuerpo a un bastón. Por ello no necesito utilizar mis poderes para saber que él, como yo, es uno de los... "señores" de esta enorme y caótica ciudad.

Interesante. Incluso más que el espectáculo.

Me acerco a él, despacio y tranquilamente. Cuando estoy a unos pasos dejo que mis sandalias golpeen un guijarro para así avisar de mi presencia y que no se sobresalte.

-Buenas noches, buen señor -le dedico media reverencia, ni un grado de inclinación más, pues no sé cuál es su estatus con respecto a mí.

Notas de juego

Mi personaje es bajito, delgado pero fibroso, con la cabeza totalmente afeitada. Va vestido con una de esas túnicas-kimonos que llevarán en el futuro los monjes shaolin, hecha de algodón sin teñir. Aparento unos 40 años y, evidentemente, mis ojos y mi tez son las de un habitante de extremo oriente, lo cual es, incluso aquí, extremadamente exótico. Llevo los pies enfundados en sandalias de cuero sujetas a las pantorrillas.

No parece que lleve ningún objeto aparte de mis ropas. Ni armas, ni colgantes, ni anillos... ni un triste zurrón.

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08/06/2011, 22:27
Adif Benshajar

La figura, desde luego, no parece en absoluto sobresaltada, aunque pasan unos segundos hasta que tiene algún tipo de reacción. No parece que examine a su interlocutor, sino que se dirije a él sin levantar la vista de una de las hogueras con una voz baja y grave.

- Buenas noches tenga usted. Esperaba su llegada. Sí, por favor, tome asiento, no tengo inconveniente.

Tras unos segundos más de observación, Adif gira finalmente la cabeza hacia su interlocutor. No se aprecian rasgos definidos, acaso el perfil de una cara afilada. Le vuelve a dirigir la palabra, como a destiempo, como quien se entera tarde de las cosas o está sumido en otros pensamientos.

- Muy... llamativo... ¿verdad?

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10/06/2011, 21:03
Tsei Li

Enarco una ceja ante el... extraño comportamiento del desconocido.

-¿Me estabas esperando, señor?

Ya me extrañaba, pues sólo debido aun impulso súbito había decido venir aquí esta noche. No ignoro la última pregunta que me dirige, pero la considero superflua y obvia, por lo que no me molesto en contestarla. Además... parecía una pregunta retórica.

O, tal vez, el producto de una mente enferma.

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10/06/2011, 22:14
Adif Benshajar

Se queda mirando al desconocido con extrañeza, como no entendiendo muy bien.

- ¿Esperándole?

De nuevo unos segundos de silencio.

- Oh, no, no le esperaba, quiero decir, no a vos. Tan solo tenía la... sospecha de que no estaría solo esta noche.

De nuevo dirige su mirada a una de las hogueras, sumido en sus pensamientos. Absorto. Murmura algunas frases para sí mismo, dejando escapar algunas palabras.

- (...) frenéticos (...) como sólo los necios (...) ciegos, están ciegos (...) puede ser, puede ser.

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11/06/2011, 13:45
Director

 De vez en cuando se destaca un grito entre la multitud, una voz, una risa. La marabunta de gente casi parece comportarse como si fueran dueños de una consciencia colectiva que les permitiera compenetrarse de un modo total, fascinante y definitivamente anómalo. Llega hasta vosotros el olor de las drogas quemadas...

Alguien relativamente familiar pasea entre las hogueras. La palidez de su piel revela que es uno de vosotros. Es una joven, vestida con túnica corta y el tobillo y brazo izquierdos cuajados de pulseras de cuero y plata. Para vuestros sentidos hiperdesarrollados, el tintineo de esa plata es capaz de sobreponerse al murmullo constante que es el ruido de fondo. Parece estar comiendo una manzana, pero desde donde estáis, ni siquiera le veis el rostro.

En una esquina de la plaza, los tambores se vuelven más opacos, graves. Tam, tam, tam... y sobreponiéndose, los susurros más aterradoramente escandalosos que habéis oído nunca. Ahi hay lilitu. Ahi hay lilitu. Ahi hay lilitu.

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11/06/2011, 16:12
Tsei Li

-Jan Shi... -murmuro, permitiendo que se me escape una levísima sonrisa al ver a la joven de las pulseras de plata bailando.

Por un momento me dejo abstraer por el sonido, el retumbar de los cientos de corazones que laten y bombean, el golpeteo de las manos y los pies. Entonces ese mantra...

Me giro hacia el encapuchado.

-Disculpa, pero no entiendo lo que dicen. No conozco las lenguas de este extremo del mundo... ¿"Ají jay lilitu..."? ¿Qué significa eso?

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11/06/2011, 20:27
Adif Benshajar
Sólo para el director

Notas de juego

¿Yo entiendo algo de todo esto? ¿Es mi idioma? ¿Tirada?

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11/06/2011, 22:29
Director

Notas de juego

 No es tu idioma y no te suena de nada. Nada de nada. No hay tirada. Si tienes lingüística 3 o más, te dejo hacer una tirada a ver si sacas algo, pero no lo vas a entender.

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11/06/2011, 22:38
Adif Benshajar

Por unos segundos parece como si Adif aguzara el oído e intentara entender realmente el murmullo multitudinario, pero finalmente desiste.

- Tampoco forma parte de mi entendimiento. Yo también soy forastero en esta... ciudad.

Hace una levísima inclinación del bastón, casi imperceptible, en dirección a la mujer.

- Parece que no hemos sido los únicos, aunque sin duda alguien está participando de esta noche de una forma bastante intensa. ¿Os resulta familiar? Me ha parecido que su presencia os ha hecho sonreir.

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13/06/2011, 15:58
Tsei Li

Asiento levemente mientras miro a la joven bailar y danzar, haciendo estrambóticas piruetas, casi inhumanamente posibles de realizar.

"Es muy ágil y rápida, podría valer..."

-Es... una extraña conocida. La llaman Yin Zi, pero como no hay sombra sin luz yo prefiero llamarla Jan Shi, pues es la luz de la hermana luna, la que brilla extraña en la noche -vuelvo a sonreír levemente-. Aunque ¿quién no es extraño a nuestros ojos? ¿Acaso no está escrito "Ni la misma gota de agua vista dos veces nos parecerá una sino dos"? -sonrío, me giro hacia el encapuchado y me inclino-. Mi nombre es Tsei Li, hijo de Zam Iel, humilde discípulo del Tao de Zao Lat.

El coro de humanos gritando y aullando no se interrumpe en ningún momento. Si no hubiera pasado por las cosas que he pasado, sin duda se me erizaría el vello del cuerpo ante tales muestras de animal primitivismo. No obstante anoto en mi mente que he de volver a entrevistarme con Jan Shi. Hay varios temas que he de tratar con ella.

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14/06/2011, 12:02
Adif Benshajar

El encapuchado sigue mirando a la danzarina un momento de una manera que quizá alguien realmente perspicaz podría calificar de desconfiada. Desconfianza ante la mujer y ligero cinismo ante los comentarios de Tsei Li sobre nomenclatura y filogenia de las luces. Sorprendentemente (o no), el comentario de las gotas de agua le hace quedarse profundamente pensativo unos segundos más de lo esperable en una conversación fluida, mientras la música y el desenfreno continúan.

Unos instantes después de que la pausa hubiese pasado a considerarse un "silencio incómodo" para un interlocutor normal, el encapuchado responde inmóvil con cierta hosquedad, posiblemente involuntaria.

- El mío es Adif Benshajar. Soy hijo del desierto. Si tuve un padre distinto antes no merece la pena que lo mencione y en este momento estoy bajo la tutela de Margulis.

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15/06/2011, 17:19
Tsei Li

Curioso personaje el que tengo a mi lado. Aunque no más extraño de lo que me han parecido otros, y entre ellos incluyo al gran Zao Lat.

-Saludos, Benshajar-san -digo, poniendo cuidado en pronunciar su nombre correctamente. Desconozco el nombre de Margulis, por lo que deduzco que no es uno de los 13 Padres, sino uno de sus hijos.

Vuelvo a mirar a la muchedumbre.

Tras unos diez minutos en completo silencio, sin que ninguno de los dos hable:

-Es extraño, ¿verdad? La vida es salvaje y rabiosa. Primitiva y carente de iluminación, de tranquilidad. ¿Acaso no está escrito que "La única tranquilidad viene tras la muerte, pero sólo la vida trae la tranquilidad"? Pero se equivocan. Hay cierta... iluminación en ese primitivismo que se despliega ante nuestros ojos.

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15/06/2011, 18:49
Adif Benshajar

Adif niega muy ligeramente con la cabeza, rechazando lo que ve para finalmente responder como en un gruñido

- En verdad, en verdad os digo que ninguno de estos infelices está más cerca de la iluminación por el derroche de sus energías efímeras, sino que más bien al contrario sólo alargan infructuosamente la alucinación y el espejismo del que sólo hay una salida posible. En la necedad abunda el inconsciente y en el abandono disfruta el chiflado, pero ¿quién de todos estos osará a ofrecernos un espectáculo digno de mención? Eso es lo que me pregunto. Eso es lo que me pregunto... - dice mientras continúa mirando absorto a un joven bailarín que trastabilla peligrosamente cerca de la hoguera, embriagado por los excesos de la más larga de las noches.

Adif, de repente toma consciencia de nuevo de la situación y recupera la compostura

- Aunque, claro, si está escrito eso que decís, en alguna parte, por algo será...

Notas de juego

Anda, que menudo par de individuos X-D

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15/06/2011, 19:59
Director

 El tam-tam-tam de los tambores que retumban en la esquina norte de la plaza es tan intenso que sentís las vibraciones subiéndoos por las piernas. El viento seco repentinamente se ve rajado por una ráfaga de brisa helada... una nube de murciélagos revolotea sobre vuestras cabezas, oscureciendo el cielo.

La masa da la sensación de reordenarse levemente y veis como una de las hogueras prácticamente duplica su altura en un instante. El tam-tam-tam continúa...

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15/06/2011, 21:27
Director

 Como un flujo sutil, deslizante, varios jóvenes mortales avanzan lánguidamente hacia la hoguera principal, con los ojos perdidos... las llamas se vuelven de un intenso violeta, y aullidos desgarrados se elevan en la noche. Formando en un círculo perfecto, los bailarines de la hoguera comienzan su extática danza, evidentemente ahogados en estupefacientes. El tam-tam se vuelve insoportable de puro veloz, y cuando el sonido y el baile desenfrenado llega a su clímax, los colores de la hoguera se invierten, como un negativo. 

La plaza está en silencio, no se oye ni un suspiro. Sólo el gorgoteo ahogado de los bailarines de la hoguera cuando formas fantasmagóricas salen caminando de entre las llamas oscuras y entran en sus cuerpos jóvenes con un rasguido de seda...