Partida Rol por web

No abandonéis el sendero

Capítulo 3: El largo camino

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11/05/2020, 11:38
Kurdrim

El desvío se solventó y atrás quedaron nuevamente las dudas aunque no las preocupaciones, dado el aumento de la cantidad de telarañas en la zona que poco a poco parecían ser tejidos en mayor número y espesor, haciendo que Kurdrim no cejara en su empeño por detectar a su arácnidos amos antes de que éstos lo vieran a él... por fortuna, o desgracia, no logró descubrir ningún racimo de ojos observándolo desde los árboles y se dedicó a buscar un lugar donde acampar, logrando encontrar un nuevo recodo que los mantuviera más o menos guarnecidos durante las horas de oscuridad

- Éste parece un buen sitio para pasar la noche; dominamos la senda y tenemos cierta protección- explicó al grupo al llegar a su altura mientras fumaba sentado sobre el árbol caído que se antojaba como un improvisado parapeto - Yo volveré a hacer la última guardia con Mungo, si nadie tiene inconveniente- añadió antes de descender de un salto y reunirse con el resto - Lo que me preocupa es no haber visto araña alguna pese a la enorme cantidad de telarañas que hemos dejado atrás... será mejor dormir con un ojo abierto pese a las guardias- recomendó

Escuchándose un ronco ruido, como el rugido de un troll, Kurdrim sonrió

- Parece que es hora de cenar- rió palmeándose la acorazada tripa - Asemos un poco más de ese venado

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me uno a la iniciativa de tirar Alerta por si tocara... pero parece que no veo tres un burro xD

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12/05/2020, 18:17
Mungo Bolguer

Y Mungo se quedó dormido.

A pesar de sus preocupaciones, la fatiga del camino y la cena terminaron por dejarle roncando en un rincón del campamento. Cuando le llamaron para hacer la tercera guardia junto a Kurdrim, Mungo se sentía desorientado. La cabeza le dolía lo indecible y prefería volver a dormirse antes que quedarse en pie, escuchando el murmullo lejano del río y el tintineo de la armadura de su compañero.

Por el amor de Ulmo, cinco minutos más, maese Kurdrim.

- Tiradas (1)
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12/05/2020, 22:09
Iwgar "El terco"

La carne de venado asada y la roca hidromiel vertida por encima para que quedase bien jugosa fue una delicia al paladar, lo cual era de agradecer tras la larga jornada. Iwgar comió con apetito y disfrutando de las anécdotas que se fueron comentando a la vera del fuego, cuando al fin, una vez fueron asignados los turnos de vigilancia, el resto empezaron a retirarse para descansar, siendo el beórnida y Lain los encargados de la primera guardia.

El silencio era en determinados momentos hasta perturbador, como si una presencia maligna estuviese al acecho entre las sombras de los árboles más alejados. El sonido del agua del río se escuchaba a lo lejos, siendo junto a los ronquidos de algunos de los presentes y el crepitar de la hoguera lo único que rompía aquella monotonía. Salvo un momento en que el beórnida se alejó a vaciar el caldo de las olivas, trató de estar atento y alerta a las proximidades, pero llegando al final del turno de guardia, el sueño pesaba en el gigantón, el cual se quedó dormido sin darse cuenta. ¿Estaría Lain ahí para darle el codazo que precisaba y despertarle?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uff, pifia...

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13/05/2020, 11:41
Kurdrim

-Por Aulë que te vas a levantar, pequeño holgazán replicó el enano ante la desgana del mediano - Ahora, si no quieres que te eche un balde de agua fría por encima- añadió con el ceño fruncido mientras lo cogía de un pie y lo zarandeaba

Allí nadie se iba a librar de sus quehaceres; si el mediano pensaba que aquello era una excursión por el bosque andaba muy equivocado, y Kurdrim no tendría reparos en hacérselo saber en cualquier momento

Notas de juego

¡Arriba, gandul! xD

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13/05/2020, 18:43
Director

El grupo se encontraba un poco cansado tras la larga jornada de viaje a través del bosque Negro.Estaban en aquellas primeras etapas de un viaje donde los pies y el cuerpo todavía no se habían acostumbrado al cansancio del camino y a interrumpir el sueño con las horas de guardia. El suelo duro donde dormían, especialmente molesto cuando despertaban con una raíz o una piedra clavada incómodamente en las costillas, les hacía incluso añorar las bodegas del Rey Elfo. Después de recuperar algo de energía junto al reconstituyente calor del fuego de la hoguera y la jugosa carne del venado cazado por Iwgar la jornada anterior, el sueño se apoderaba con facilidad hasta del más avispado vigía. Por ello, Iwgar dio cabezadas hacia el final de su guardia babeando mientras recordaba el jugoso sabor de la carne regada en hidromiel. Afortunadamente no hubo ningún peligro que amenazara a la compañía, y solo tuvo que soportar la molesta sacudida que Lain le dio para espabilarle. 

Belak y Droul se hacían cargo de la segunda guardia, que también fue tranquila y aburrida hasta que, cerca de la mitad del tiempo convenido para ellos, el enano se percató de algo maravilloso. Entre la miríada de capas que ocultaban el cielo formando un techo de ramas y grandes hojas, pudo percatarse de como una enorme mariposa púrpura se descolgaba de una de las hojas y descendía hacía ellos revoloteando sobre la hoguera. Droul avisó en silencio a Belak con miedo de espantarla, pero el insecto agitó sus grandes alas con un ligero zumbido y tras sobrevolar en círculos a los compañeros que dormían alrededor de la hoguera se fue a posar justamente en la narizota de Kurdrim, quien roncaba de tal manera que la mariposa tuvo que extender sus alas varias veces para evitar ser despedida por sus abruptas respiraciones. Entonces Droul golpeó con un codo a Belak para que observara como más mariposas púrpuras aparecían en las copas de los árboles y descendían hacía ellos. Las gigantescas alas de las mariposas producían un curioso zumbido mientras revoloteaban, Belak creyó reconocer una musiquilla familiar, tranquilizadora, que le daba sosiego y calma. Droul sintió lo mismo, el sonido era relajante como el de una canción de cuna. Cerraron los ojos un segundo para concentrarse en aquel sonido tranquilizador y pronto el cansancio desapareció, la fatiga liberó los músculos del cuerpo y una profunda relajación se apoderó de ellos mientras las mariposas anidaban sobre sus cabezas.

Un sonido amargo y una horrible tos rompieron la magia de aquel relajante momento. La mariposa que se había posado sobre la nariz de Kurdrim había sido inhalada por el enano. El insecto era tan grande que por poco se le queda atravesado en la garganta. Droul y Belak se despertaron alarmados, dándose cuenta de que habían caído dormidos por culpa de aquella serenata que producía el zumbido de las gigantescas mariposas y descubrieron con horror que el grupo entero estaba cubierto de aquellos insectos que se posaban como un sudario violeta sobre los rostros de sus compañeros. Fueron a dar la voz de alarma, pero ellos también estaban cubiertos de mariposas y las tuvieron que espantar antes de poder pronunciar sonido alguno. Los dos vigías habían sido victimas de una somnolencia antinatural provocada por el hechizo de los insectos, que cruel era aquel bosque que hasta simples y bellas mariposas se convertían en un peligro brutal. Habían estado pendientes de las arañas que se escondían en la profundidad del bosque y habían olvidado los peligros que representaban sus otras criaturas. Quienes no habían sido despertados por las toses y los estornudos de Kurdrim, fueron despertados por los avisos de Belak y Droul, quienes ya despejados corrieron a alarmar al resto. Cuando consiguieron quitarse las mariposas de encima se dieron cuenta de que les costaba volver a respirar, como si hubieran estado a punto de ser ahogados por aquellos insectos. Todos ellos estaban sofocados, e incluso el ambiente viciado del bosque se les antojaba ahora como una bocanada de aire fresco en sus pulmones. Pero las mariposas habían, de alguna manera, drenado sus fuerzas y energías, dejándoles más cansados que antes de echarse a dormir aquella noche.

Notas de juego

Mungo y Kurdrim se me han adelantado un poco, veamos primero la secuencia de peligro de Belak. Este incidente os hace aumentar el cansancio de cada uno de vosotros en 4 puntos.

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14/05/2020, 10:07
Droul

Qué preciosidad. No podía negar que la mariposa era muy hermosa, y el enano se sorprendió que una criatura tan delicada como aquella pudiera encontrarse en un lugar tan escalofriante. ¿Cómo se las arreglaría para mantenerse alejada de las telas de araña que habían visto por doquier?— Ptss, ptss. Eh, Belak. ¿Lo oyes? Qué maravilla de canción...

Ni siquiera se detuvo a pensar por qué había música en el vuelo de aquellas mariposas. Sólo quería escucharlo mientras se relajaba junto al fuego. Era lo más parecido a estar en casa: el rítmico golpeteo de un martillo sobre el metal, o quizás el sonido de una flauta o una lira, mientras te calientas los pies en una chimenea tras pasarte días pateando tierra dura bajo la lluvia. Y cuando cerró los ojos, allí se vio, lejos en las Montañas.

Frufru. Droul abrió los ojos repentinamente al escuchar un gorgoteo. ¡Se había quedado dormido! Ahora la situación distaba mucho de ser una onírica experiencia y se había convertido en una pesadilla de aleteos morados— ¡DESPERTAD! ¡ARRIBA! —corrió hacia sus compañeros agitando una rama para quitarles las mariposas de encima mientras resoplaba de por la falta de aliento.

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17/05/2020, 23:03
Mungo Bolguer

Mungo despertó, sobresaltado y extrañado. Juraría que ya se había despertado y que estaba teniendo la última guardia con Kurdrim. ¿Acaso era todo un sueño? ¿Qué clase de nigromancia era aquella? 

Dio un par de pasos, rascándose la cabeza, hasta personarse junto a un vociferante Droul.

Buenos días tenga, maese Droul —acertó a decir, rumiando palabra por palabra—. ¿Puedo saber qué asuntos le llevan a despertar a la compañía con semejante urgencia?

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18/05/2020, 00:30
Iwgar "El terco"

El beórnida ya estaba profundamente dormido cuando en sus sueños le pareció escuchar las voces de sus camaradas gritando su nombre para que les prestase ayuda. Iwgar jamás había rehuído de un combate, y no tardó en tomar entre sus manos el hacha hendedora y correr para combatir los infectos trasgos que por momentos parecían rodear al resto de sus compañeros beórnidas. Los gritos se intensificaban, pero por mucho que Iwgar corriese para alcanzarles, siempre parecía que la distancia no se acortaba, y que por el contrario, ésta aumentaba. Y entonces despertó...

- ¡Arghhhhhh! ¡Esperadme! ¡Dejad que sea yo quien les rebane el cuello a esas infectas criaturas! ¡¡Roarghhhhhh!! - expresó levantándose de golpe y con fuertes aspavientos como si en realidad estuviese combatiendo contra trasgos imaginarios, profiriendo gritos semejantes a rugidos de oso, y todavía desorientado y sin saber que diantres ocurría. Poco a poco fue percatándose de que había tenido una pesadilla, y que en realidad estaba rodeado por la compañía con la que estaba cruzando el bosque negro, lo cual le tranquilizó pese a que más de uno se llevase un buen susto. ¿Pero que...? ¡Diantres, me siento como si un Múmakil me hubiese pisoteado! ¿Qué demonios son esas mariposas de color púrpura? ¿Estáis todos bien? - preguntó mirando uno a uno a los integrantes del grupo, al tiempo que trataba de estirar la espalda agarrotada. Siento haberte asustado, pequeño Belgo. No fue mi intención... - terminó por disculparse con el mozalbete, que sin duda alguna estaría todavía sobrecogido.

Lo que estaba claro era que si alguno quedaba por despertarse, con aquel espectáculo que acababa de ofrecer Iwgar, sin duda alguna habría terminado de espabilar.

- Tiradas (1)
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19/05/2020, 10:12
Kurdrim

Mungo no se levantaba, el enano empezaba a enojarse y el resto dormía. El inicio de la guardia estaba empezando con mal pie, y ya a punto estaba el barbudo guerrero de poner el grito en el cielo cuando el olor a comida lleno sus fosas nasales. Un aroma a jugosa carne de venado asado, regado con jugo de verduras asadas lo llevó a darse la vuelta y toparse con un enorme banquete servido en una larga mesa

Allí estaban sentados sus amigos y parientes, brindando con grandes jarras de cerveza, ante lo que Kurdrim no dudó en unirse. Las risas e historias se sucedieron una tras otra, así como canciones, mientras degustaba aquellas viandas tan oportunas pero, cuando le llegó el turno de tomar la palabra un trozo de carne se le atragantó en el gaznate

Los intentos por sacarla de aquel mal lugar dieron pasos a roncos exabruptos y una tos fuerte y gutural, hasta que finalmente...

Con un sobresalto Kurdrim despertó, topándose con algo que le hacía cosquillas en la barba. Al mirar qué era observó una peculiar mariposa de color violáceo; alzando la vista extrañado, aun con aquel regusto amargo en la boca, vio que estaba rodeado de un enjambre de aquellos insectos tan peculiares y que el resto también despertaban, sobresaltados por las voces de Droul y el mal despertar de Iwgar que parecía querer abatir a un balrog

Entendiendo, a medias, el peligro real que entrañaban aquellas bestezuelas aladas, el enano no dudó en avalanzarse sobre las paupérrimas llamas que aun danzaban en la hoguera y, tras avivarlas, coger uno de los troncos y esgrimirlo a modo de antorcha entorno suya y de sus compañeros para espantar a los insectos

- ¿¡Pero qué clase de maldad es ésta, que incluso seres tan diminutos pueden ser tan peligroso!?- bramó aun medio atontado por el peculiar sueño y el aun mas raro despertar

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19/05/2020, 11:03
Belak

Pese a la opresiva atmósfera del bosque, lo único que interrumpía ocasionalmente el avance del grupo era el propio cansancio. Por suerte no tuvieron ningún otro contratiempo más que enfrentarse a su propia resistencia física. Nuevamente no fue complicado encontrar un lugar en el que descansar tranquilos y seguros. Pero el encontrar un lugar adecuado en el que descansar tampoco suponía una gran mejora al fin y al cabo, pues hasta la estera más humilde resultaba más cómoda que el duro suelo del que disponían. 

Belak pudo dormir un poco a pesar de todo, aunque no pudo evitar despertarse con el cuerpo dolorido cuando lo avisaron para hacer su guardia. Con algún bostezo ocasional y todavía somnoliento, el joven hombre del bosque vigilaba en lo que parecía ser una noche tranquila. Pero cuando pensaban que no ocurriría nada de interés, Droul lo avisó para que mirase a una mariposa que revoloteaba cerca. -Vaya... nunca vi antes una así.- Respondió ciertamente sorprendido por la belleza y el tamaño del insecto. Incluso parecía que el aleteo se tornaba en una dulce melodía... Tan relajante... Tan calmada... Los párpados de Belak pesaban cada vez más, dejando paso a un descanso más que merecido y que llevaba un par de días sin poder alcanzar. Pero entonces un fuerte sonido, una fuerte tos seguida de un carraspeo lo despertó. -¿Qué...? ¡¿Qué?!- La confusión al despertarse daba lugar a la sorpresa. Lo que pudo ver al abrir los ojos fue a sus compañeros sepultados por montones de esas mariposas que ahora calificaría de antinaturales y demoníacas incluso. -¡Despertad!- Se unió a los avisos de Droul, apresurándose a apartar a esos insectos de sus compañeros. -¿Qué demonios son estos seres?- Preguntó mirando a cada uno de sus compañeros terminando por posar su mirada en Baldor, pues él era veterano en estos caminos y quizás pudiese decirles más. Por lo de pronto, podía sentir que su cansancio no se había aliviado pese a haber dormido un poco y podía ver como a alguno más le costaba recuperar el aliento después de quitarle de encima a la mariposas. 

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19/05/2020, 18:46
Baldor

Baldor se despertó también tosiendo, alarmado por los gritos de la compañía, y casi a punto de ser ahogado por las mariposas violetas que no tardó en quitarse de encima tras darse cuenta del peligro que suponían. Luego se giró hacía el montón de mariposas que tenía a su lado, que ocultaban al pequeño Belgo y espantó a los insectos para comprobar después que el muchacho estaba bien. Afortunadamente así era, pero al igual que todos, se sentía prácticamente asfixiado por culpa de los insectos que, según sospechaban, habían tratado de ahogarles. Luego el bronco despertar de Iwgar asustó a Belgo, aunque no fue al único al que asustó bramando y gritando como si un troll le persiguiera.

-Este bosque está lleno de criaturas extrañas y, me temo, también peligrosas. - Respondió tras recuperar el aliento a las preguntas de Belak. -Nunca había oído hablar de semejantes mariposas, pero espero no volver a verlas.
 

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19/05/2020, 20:18
Director

Tras aquel susto, la compañía intentó volver a dormir, dejando a Kudrim y a Mungo al cuidado de la última guardia. Aunque no fueron muchos los que lograron conciliar el sueño rápidamente después de un susto de semejante envergadura. Quienes pudieron volver a dormirse, tuvieron sueños intranquilos y muy ligeros, despertándose varias veces a lo largo de la noche, sin apenas poder descansar.

Una vez llegó el final de la guardia del hobbit y el enano, despertaron al resto y desayunaron con el recuerdo todavía de las mariposas en la mente. No fueron pocos los que dirigieron sus miradas alrededor mientras llenaban la boca esperando no encontrarse ningún insecto púrpura rondando cerca. Cuando terminaron la ración de venado que les correspondía para aquella mañana, se pusieron en pie y recogieron el campamento para retomar la marcha. Kurdrim abría el camino como siempre, e Iwgar cerraba la marcha mientras el resto se repartía entre ambos. Aquella fue una jornada tranquila, pero bastante cansada. Las piernas y los pies les dolían, sentían que el aire del bosque cada vez se volvía más espeso y el ambiente más agobiante. Y el hecho de pensar que acaban de empezar el viaje les desalentaba en gran medida, al menos tenían un buen número de historias y canciones para cantar mientras compartían el viaje.

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20/05/2020, 06:09
Lain

-La próxima vez te despertaré con una roca, todavía me duele el pie por la patada que te di al dormirte, ja ja- dijo Lain a Iwgar, un poco en broma pero en verdad le había dolido, pareció que le había dado a un árbol. Confiaba en que luego del desayuno ya no le dolería y podrían volver a la marcha como para espabilar al grupo, la noche no le había sentado bien nadie y más que descansar era como si hubiesen corrido toda la noche.

-Bien, de vuelta al ruedo que nos falta casi todo el camino recorrer y sería una vergüenza decir que ya estamos cansados, que el pequeño Belgo no nos vería con respeto, ja ja- dijo el cartógrafo y comenzó a caminar.

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20/05/2020, 10:48
Droul

Durante el desayuno, Droul no dijo mucho. Sólo un escueto gracias cuando alguien le ofreció un pedazo de carne que masticó lentamente y sin ganas. El enano sólo estaba ahí, con los ojos clavados en la menguante oscuridad como si quisiera atravesarla por pura fuerza de voluntad. No había dormido bien el resto de la noche, ¿y quién podía culparle? Por muy poco se habían salvado, y si en el último momento no hubiera abierto los ojos, todo el grupo habría muerto mientras dormían. Que a priori parecía la más dulce de las muertes pero, ¿qué serían de sus familias? ¿Qué pensarían de su desaparición? Seguramente sus restos no habrían sido encontrados hasta semanas después por alguna patrulla élfica, que probablemente se burlarían por su penosa muerte.

Tocaba la siguiente parte del viaje, y el enano hizo de tripas corazón para mantener ocupado al pequeño Belgo con historias de las Montañas Azules. Quería hacerle olvidar cuanto antes el mal trago de la noche y distraerlo de la tenebrosa atmósfera que se cernía sobre ellos cada vez más.

¡Oh, buena pregunta, muchacho! Bueno, si nos remontamos al año 1974 de nuestra edad...

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20/05/2020, 11:49
Belgo

-¡Qué interesante, maese Droul! - Exclamó el muchacho cuando el enano trató de distraerlo con una historia de varios siglos atrás, sobre la caída de Fornost y los grandes héroes que surgieron en las batallas posteriores, la caída del Reino de Arthedain, y gran cantidad de historias sobre aquellos días de grandes hazañas y dolorosas derrotas que terminaron por configurar la Historia actual de la disposición de los diferentes reinos y lugares. -¡Cuénteme más! ¿Qué fue de los reyes de Arthedain? ¿Dónde fue el príncipe Aranarth?

Belgo era un muchacho curioso y de mente muy despierta, le encantaba la Historia y ponía atención a todo lo que le contaban, lanzando preguntas muy perspicaces y cuestionándose todo. Se habían fijado en que, cuando se asustaba por alguna cosa, por ejemplo el rudo despertar de Iwgar, solía aferrarse a un talismán que llevaba colgado al cuello, como si pudiera protegerle de cualquier peligro.

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21/05/2020, 00:53
Mungo Bolguer

Las canciones y las historias hicieron el desayuno bastante más ameno. Sin duda, necesitaba fuerzas para continuar el camino. Aquel bosque le embotaba los sentidos —y de la peor manera posible, no como el plácido ensimismamiento que provocaba la hierba del Viejo Toby—.

Cuando Droul empezó la historia sobre los reyes de Arthedain, Mungo se sumó a los coros de Belgo.

¡Sí, por favor, maese Droul! ¡Cuéntenos más!

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22/05/2020, 10:16
Kurdrim

La guardia se le antojó dura y cansina al enano mientras intentaba, en vano, recordar alguna historia sobre aquellos pequeños pero letales insectos que casi los sumen en el sueño eterno; sin duda el bosque era un lugar peligroso, incluso en el camino, y sería bueno extremar las precauciones después de lo ocurrido. Fuera cual fuera la magia de los elfos era evidente que su influencia o bien había perdido fuerza o, directamente, ya no llegaba tan lejos

Llegada la hora de partir, Kurdrim despertó al resto y tras un desayuno que pese a ser venado le supo insípido, retomó sus andanzas por delante del grupo sin acabar de quitarse el peculiar sabor de la mariposa que casi había engullido mientras dormía, buscando que la senda fuera segura para el resto... y aunque esperaba no tener que usarla, ahora su hacha viajaba en sus manos de forma perenne

- Tiradas (1)
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23/05/2020, 12:28
Director

Aquella jornada fue algo más dura de lo habitual, se encontraban cansados por culpa de la experiencia de las mariposas púrpuras, y aunque a duras penas lograron recorrer la distancia que se habían propuesto para aquella jornada, les pareció que habían recorrido tres veces más. Las piernas les pesaban, las mochilas parecían más cargadas que de lo habitual, y para colmo, el ambiente del bosque era cada vez más agobiante, falto en aire puro que respirar y daba la sensación de que los árboles cada vez más se inclinaban hacia ellos.

En esta ocasión, Kurdrim encontró un curioso lugar para pasar la noche, sin duda un buen lugar para acampar donde el camino se abría a un claro del bosque agradable y cubierto de césped. Podían ver el cielo después de tantas jornadas sin hacerlo, y la luna brillaba con fuerza trayendo consigo un aire fresco y renovador. Un arroyo cristalino de agua transparente corría junto al borde del claro. Era un buen lugar para que los ponis pudieran pastar un poco y el pequeño Belgo, cansado más que ninguno de ellos, se dejó caer en el césped y comentó lo cansado que se encontraba. Distribuyeron las guardias como de costumbre, aunque rotando en el orden para que no siempre la misma pareja tuviera que encargarse del segundo turno, aquel más tedioso porque te rompía completamente el sueño y luego, tras un par de horas de alerta, dificultaba el volver a dormir.

Hicieron una hoguera, se colocaron entorno a ella y cenaron un poco. Apenas se quedaron hablando y contando historias como en otras ocasiones, ya que estaban realmente cansados. Pronto todos se durmieron a excepción de Droul y Belak, que se encargarían de la primera guardia con el recuerdo vivo de las mariposas de la noche anterior. Estaban seguros de que si veían descender algún insecto de las copas de los árboles, en esta ocasión iban a propinarles un buen golpe para espantarlo. Afortunadamente, la primera guardia pasó sin ningún sobresalto en esta ocasión. Y Droul y Belak dieron paso al segundo turno de guardia, formado por Kurdrim y Mungo.

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23/05/2020, 12:57
Baldor

Durante la noche, mientras Mungo y Kurdrim estaban de guardia, pudieron sentir que Baldor se despertaba, daba varias vueltas en su saco de dormir intentando conciliar el sueño y finalmente se ponía en pie y se acercaba a ellos hablándoles en voz baja.

-¿Qué tal la guardia? - Les preguntó tras saludar con un movimiento de cabeza. -He tenido unas pesadillas horribles. - Se quejó. - Me despertaba y una y otra vez volvía al mismo sueño. Lo he pasado fatal.

Baldor continuaba medio dormido, apenas podía abrir los ojos y pestañeaba continuamente para aliviarlos. Estuvo un rato sentado con ellos junto a la hoguera pero cabeceaba intranquilo, así que se puso en pie y estiró las piernas.

-Voy a dar una vuelta por el claro a ver si me despejo. No me alejaré mucho. 

Baldor dio un paseo por el césped del claro y se acercó al arroyo. La luna iluminaba las aguas cristalinas y Baldor se agachó para lavarse la cara con el agua. Tenía la boca seca, por culpa de las pesadillas, así que todavía medio dormido, tomó un trato de aquellas aguas para aliviarse la sed. En ese momento, ninguno de ellos se preocupó por esa acción, habían dejado el arrollo Encantado del que los elfos les habían prevenido bastante al este un par de jornadas atrás, pero algo debió sucederle a Baldor tras beber de aquellas aguas. De pronto comenzó a mirar alrededor como si se sintiera perdido, se giró hacía ellos y al ver la hoguera y a los dos guardianes allí observándolo se alarmó de pronto.

-¿Quiénes sois? - Les gritó asustado. -¿Dónde...? - Baldor miró en todas direcciones, parecía no reconocer el lugar. -¿Dónde estoy? - Baldor se armó con una rama que encontró en el suelo y la encaró hacía el grupo. Los gritos terminaron por despertar al resto del grupo, incluido Belgo. 

-¡Hay fuego bajo la montaña! - Grito clavando los ojos en la hoguera. - ¡Esos insensatos han despertado al dragón! ¡Tengo que encontrar a Halla! ¡Yo... me habéis secuestrado! ¡Rufianes! ¿Dónde está Belgo?

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23/05/2020, 13:18
Belgo

-¡Estoy aquí, papá! - Dijo Belgo levantándose para que su padre pudiera verlo. -¿Qué pasa? - Preguntó sin comprender muy bien qué ocurría.

Baldor miró al muchacho en silencio, pero no pareció reconocer a Belgo. El muchacho se dio cuenta de que en los ojos de su padre no brillaba chispa alguna de reconocimiento o amor. Lo miraba como si fuera un extraño. Él, que había relatado una y mil veces durante el camino lo orgulloso que se sentía de su hijo.

Notas de juego

Haced una tirada de Perspicacia.