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No abandonéis el sendero

Capítulo 4: El castillo de las arañas

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13/08/2020, 17:58
Mungo Bolguer

Mungo se encontraba de buen humor. Haber salido relativamente airosos de la fortaleza de las arañas ya era un hito importante, pero la mejoría de Baldor ya suponía el regreso a la normalidad en aquel accidentado viaje. Y si hay algo que le gusta a cualquier hobbit (por aventurero que sea) es la tranquilidad.

No se preocupe, maese Baldor. Lo importante es que todos estamos bien. Aún queda un largo camino. O quizá estemos a punto de salir. Lo cierto es que cuesta orientarse en este bosque, pero mientras permanezcamos unidos y bebamos solo el contenido de nuestras cantimploras, todo irá como la sed… a las mil maravillas.

- Tiradas (1)
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13/08/2020, 19:09
Director

El regreso al sendero les proporcionó la suficiente tranquilidad como para detenerse a comer y beber algo para reponer fuerzas después de una noche movida. A pesar de todo habían tenido suerte, Baldor había bebido del arroyo creyendo y eso le había hecho perder la memoria y salir corriendo al confundir a su grupo de escoltas con bandidos que querían asaltarle, habían tenido que abandonar la protección del sendero e internarse en la profundidad del bosque hasta llegar a un nido de arañas construido alrededor de una abandonada fortaleza, tuvieron que luchar con las arañas y fueron perseguidos por decenas de ellas. Pero a pesar de todo aquello, habían logrado regresar sanos y salvos. Baldor había recuperado algo de su memoria perdida y aunque seguía sin reconocerles, ni a ellos ni a su propio hijo, había logrado aceptarlos como parte del grupo. Especialmente tras salvarle la vida.

Así pues, tras llenar la panza y refrescar el gaznate se pusieron de nuevo en marcha, retomando las posiciones habituales y recorriendo un buen trecho del sendero del bosque. Los árboles se repetían a su alrededor en una sucesión que parecía infinita, como si el bosque no pensara terminar nunca. Sabían que todavía les quedaban varias semanas de viaje, pero a excepción de algún giro del camino, de algún desnivel o de algún pequeño claro que se aparecía de vez en cuando, resultaba extraordinariamente homogéneo. El arroyo que les había seguido durante buena parte del viaje, incluso con su arrullar cuando no podían verlo, había desaparecido por completo internándose en la profundidad del bosque, dejándoles a solas con los árboles y las telarañas que de vez en cuando se deslizaban de un árbol a otro.

Finalmente, cuando la oscuridad comenzaba a ganarle terreno al día, Kurdrim señaló uno de esos claros que se aparecían de vez en cuando y sugirió tomar allí descanso. Era un claro pequeñito y muy cercano al camino, lo cual les daba cierta seguridad. Cuando se sentaron en la fresca hierba notaron el cansancio acumulado del viaje y de la mala noche anterior, especialmente Belak y Kurdrim, que tenían las piernas completamente doloridas. Cenaron con tranquilidad, recordando alguna anécdota de la aventura con las arañas, como que a más de uno le había parecido ver como Iwgar cargaba con Mungo como si fuera un saco de patatas y corría con él a cuestas descendiendo las escaleras de aquella maliciosa torre e incluso en la huida a través del bosque. Se repartieron las guardias como venían haciendo hasta entonces y uno a uno fueron quedándose dormidos en sus sacos mientras el fuego crepitaba lentamente.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Belak y Kurdrim, vuestro cansancio aumenta dos puntos. Estáis cansados.

Además Kurdrim ha activado una secuencia de peligro. La secuencia de peligro será para los vigías (Droul y Belak) que deberán superar una tirada de Alerta.

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17/08/2020, 12:15
Droul
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Ouch! Dejo solo la tirada de cara a postear luego con lo que pase

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19/08/2020, 17:18
Director

La noche transcurrió con total normalidad, al menos con la normalidad que era posible en un siniestro lugar como aquel. El grupo fue alternando las guardias hasta que llegó el turno de Belak y Droul, quienes hacían pareja en esta ocasión para encargarse del turno central. Ambos compañeros se quedaron junto al calor que desprendía la hoguera y estuvieron bien atentos a lo que sucedía alrededor mientras contaban alguna historia para mitigar el tedio que suponían esas guardias, levantándose de vez en cuando para pasear por las cercanías y así vencer la monotonía de aquella necesaria tarea.

El bosque Negro por la noche era un lugar de lo más sombrío, constantemente sentían que había ojos escondidos tras los árboles que les miraban, que las ramas se inclinaban demasiado sobre sus cabezas o que había siluetas aviesas que los contemplaban desde la distancia como si esperaran el momento oportuno para saltar sobre ellos. Afortunadamente, no fue así. A veces se preguntaban qué tipo de criaturas extrañas debían habitar aquel lugar, especialmente por la noche. Aunque algo les decía que no sería buena idea tratar de comprobarlo.

Hacía mitad de su turno de guardia, sintieron que algo se movía entre los arbustos cercanos. Aquellos ruidos nocturnos eran habituales en un bosque normal, y normalmente uno los pasaría por alto adjudicándolos a cualquier animal. Pero en el bosque Negro el mínimo ruido les ponía en alerta y les hacía palpitar el corazón a ritmo desbocado mientras instintivamente se llevaban la mano a la empuñadura de sus armas. Nuevamente, el ruido no delató peligro alguno. Sin embargo, los ponis se alteraron, pues al igual que les ocurría a ellos, los animales sentían algo peligroso en aquel bosque. El poni que solía llevar Belgo se puso demasiado nervioso, se agitó inquieto y de un fuerte tirón logró soltar el amarre que lo sujetaba. El animal comenzó a correr por el camino para huir de aquel lugar. Droul se lanzó al suelo, para intentar echar mano de la brida del poni antes de que fuera demasiado tarde, pero el animal dio un brinco y le saltó por encima. Belak echó a correr tras él y se lanzó en plancha logrando agarrar las riendas que se arrastraban por el suelo en el último instante y finalmente, logrando detener al animal y calmándolo. Lo cual fue todo un alivio, porque de haber perdido uno de los ponis les hubiera resultado muy difícil que el otro pudiera seguir tirando de la carreta cargada como estaba, y hubieran tenido que dejar parte de las mercancías.

Nada más ocurrió en aquella noche, y aquellos que dormían ni siquiera se enteraron del incidente, a excepción de que encontraron a ambos compañeros cubiertos de arañazos y rasguños en la mañana.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Había olvidado que Belak estaba de vacaciones, así que hago la tirada por él y adelanto acontecimientos.

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20/08/2020, 10:13
Droul

La última vez que Droul había estado de guardia, fueron atacados por ese enjambre nocivo de mariposas, y después del incidente con las arañas deseaba que no sucediera nada más y pudieran pasar una noche sin sobresaltos. ¿Por cuántos obstáculos y peligros pasarían mientras estuvieran en aquel misterioso lugar? Apenas si podían ver la luz del sol, el agua que corría raudo había demostrado ser muy peligroso y cada sombra escondía una bestia que buscaba su sangre.

Y de repente, ¡un ruido! ¿Arañas? El enano estaba convencido de que esas criaturas de ojos malévolos les habían seguido y esperaban a que estuvieran desprevenidos para terminar el trabajo que empezaron en su fortaleza particular. Pero fuera lo que fuese, no se atrevía a entrar al círculo de luz causado por el fuego. Buena señal. ¡Pero el pony no estaba de acuerdo!

¡Belak! —susurró el enano para llamar la atención de su compañero tras dar de bruces contra el suelo. Afortunadamente, el hombre de los bosques ya había corrido ágilmente hacia el pony y lo había atrapado. 

¿Es que no podían pasar una guardia sin sobresaltos?

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20/08/2020, 15:54
Iwgar "El terco"

La jornada había sido más larga de lo previsto pero por suerte la situación había mejorado notablemente después de salir airosos del encuentro con las arañas y ver como Baldor poco a poco iba recobrando algunos recuerdos y por lo menos, entendiendo que los que le acompañaban eran amigos y no enemigos. Sonrió al ver que reconocía el amuleto que llevaba su hijo, y pese a que todavía le costase entender que habían pasado años desde el recuerdo que tenía presente y experimentaba como realidad, viese en Belgo los rasgos de su pequeñin. El beórnida estaba convencido que tarde o temprano lo reconocería como tal, recuperando todos sus recuerdos y vivencias, siendo aquello una anécdota que poder contar con el tiempo.

Durante todo la travesía de aquel día, Iwgar anduvo cerca de Droul, con quién curiosamente empezaba a empatizar por ser carácteres bastante similares, en los que no era necesario hablar mucho y que con unos pocos gestos era suficiente. A diferencia de otros, al llegar al claro donde descansarían no sientió tan pesadamente el cansancio como otros, pero aún con todo, después de distribuir los turnos de las guardias, descansó plácidamente abrazado a su hacha hendedora, como si fuese una almohada.

Cuando abrió los ojos nunca llegaría a saber lo ocurrido con el poney que casi escapó, ni sobre las amenazas que se cernían en la sombra y creaban esa atmósfera siniestra de que en cualquier momento podían ser atacados. Iwgar amaneció de buen humor, estirando su cuerpo y bostezando con energía, para después sacar un poco de lembas de miel y rica hidromiel casera. Él no se cansaba de aquellas provisiones y se sentía revigorizado tras tomarlas, aunque quizá al resto empezasen a serles un tanto pesadas, después de varios días tomando lo mismo.

- Come un poco, joven Belgo. Todavía tienes que crecer muchacho. ¿A caso quieres ser escuálido y pequeño toda tu vida o alguien fuerte y robusto como yo? JAJAJAJAJA - expresó el hombre colosal, dándole unas lembas al jovencito y riendo divertido al ver que todavía lo miraba con temor. ¡Venga holgazanes! ¡En marcha! - comentó divertido dirigiendo la mirada al camino por el que continuarían aquel día, que parecía interminable. Entonces se percató de las ojeras y cansancio de Droul... ¿Que pasa, maese Droul? ¡Parece como si no hubiéseis podido pegar ojo en toda la noche! ¿Y esos arañazos y magulladuras? ¿Te peleaste con el hombre del bosque? JAJAJAJAJA

Evidentemente, Iwgar no sabía de los problemas que habían sufrido aquel par. Hsbía dormido como nadie, y aunque se hubiese desatado una tormenta, puede que el beórnida no se hubiese percatado. ¿Cómo podía dormir así de plácido alguien?

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21/08/2020, 12:54
Mungo Bolguer

Mungo despertó algo somnoliento. Tras un par de bostezos de rigor, se dispuso a arremangarse y preparar el desayuno. Había tenido una guardia tranquila, por lo que solo tenía que preocuparse por llenar el estómago y disfrutar de unos minutos de tranquilidad antes de retomar el camino.

Tras olisquear su porción de carne seca y sobras de la cena, se percató de los cardenales de Belak y Droul.

No recuerdo que las arañas os hiriesen tanto. ¿Pasó algo anoche? —preguntó con la boca llena. Una porción de cecina sobresalía cómicamente entre sus labios.

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23/08/2020, 12:31
Belak

Belak había saltado a por el pony y por suerte para él y para el grupo había conseguido apresarlo. A cambio de su éxito, había conseguido un montó de arañazos y magulladuras. Además le dolían las piernas del viaje. Maravilloso. Todo maravilloso.

Miró para atrás y vio que Droul se levantaba del suelo.

- He andado más rápido que tú .- dijo con un ligero tono burlesco propio del hombre de los bosques. Pero en el fondo el susto había sido tal que estaba tratando de recuperar una respiración normal.- No te preocupes, mañana diremos que nos peleamos JAJAJAJ! - rió ante la sola idea y dio una palmada en la espalda a Droul.

...

A la mañana siguiente, asintió a cada uno de los que les hizo alguna broma y no pudo evitar reirse con los comentarios de Iwgar pues era lo mismo que había propuesto a Droul unas horas atrás.

- No me hables, no me hables. Solo quiero salir de este Bosque - dijo con una sonrisa. En el fondo Belak estaba aliviado porque perder un pony habría sido algo terrible.

Notas de juego

máster, puedo gastar un punto de esperanza para superar la tirada y evitar el cansancio?   XD Olvidalo, que he mirado los atributos de Belak XD

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24/08/2020, 11:57
Droul

La única respuesta que dio el enano al día siguiente, pese a lo bienintencionadas palabras de sus compañeros, fue un brusco gruñido y un hosco silencio que se fue mitigando a lo largo de la mañana hasta reflejar su actitud habitual. No le apetecía hablar de lo sucedido durante la noche y lo poco que había podido dormir después de su turno porque no hacía más que soñar con ponis con alas que revoloteaban por todas partes y le molestaban, riéndose de él.

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24/08/2020, 12:19
Director

Durante el resto de los días de aquella semana, el viaje fue tranquilo y no hubo más sobresaltos con arañas ni con salidas nocturnas inesperadas. Se mantenían en el sendero Elfo tal y como les habían aconsejado, y no lo abandonaban bajo ningún concepto. El grupo recorrió una gran distancia durante aquellos días, recuperando el tiempo perdido por culpa del incidente en el castillo de las arañas y el rescate de Baldor. Durante el día, el bosque Negro era un lugar siniestro, donde sentían una miríada de ojos observándolos desde las profundidades del bosque. En ocasiones, incluso tenían la sensación de que algo los iba siguiendo caminando por entre los árboles hasta que abandonaban cierta zona y la sensación desaparecía. En la noche, en cambio, los ojos parecían ser sustituidos por otros, igual de inquietantes. Ni siquiera las aves con las que se topaban parecían amistosas, los pájaros no cantaban y sólo algún córvido pasajero les dedicaba un graznido que más bien sonaba a advertencia. Incluso los árboles parecían estar en contra de su presencia allí, inclinando sus ramas sobre ellos, estrechando el sendero en algunos puntos y enviciando el aire del camino.

Baldor recuperó buena parte de su memoria durante el viaje, recordando algunos eventos de años más recientes. Sin embargo, todavía se sentía extraño con Belgo y eso creo cierta distancia entre ambos. Belgo se sentía en cierto modo traicionado, aunque era bastante maduro para su edad, no dejaba de ser un niño, y no siempre comprendía porque su padre no volvía a tratarle como antes. Eso hizo que fuera adquiriendo una actitud solitaria, en algunas ocasiones, cuando paraban a descansar, veían al muchacho apartarse del grupo y juguetear con su amuleto, hacer dibujos en la tierra con un palo o a algún entretenimiento similar. Si le preguntaban decía que estaba bien, pero su tristeza era evidente. Baldor, por su parte, seguía demasiado confuso y nervioso como para ser capaz de confortar a su hijo. El mercader intentaba estrechar lazos con su hijo, pero se le hacía complicado reconciliar las memorias que le quedaban de su hijo con la situación actual.

De igual modo, durante aquella semana, el resto de miembros de la comitiva también sintió como la sombra era cada vez más oscura en sus corazones conforme se alejaban de la protección de los dominios del Rey Elfo y se adentraban en el centro del bosque. Las piernas cansadas y las espaldas doloridas por la carga del equipo de viaje no ayudaban a desviar la atención hacia algo más esperanzador. Solo unos pocos, los más resistentes, mantenían la esperanza y el buen ánimo, ayudando a mejorar la moral del grupo.

Pero todavía quedaba mucho viaje, y la tranquilidad de aquellos días podía cambiar en cualquier momento.