Partida Rol por web

No está muerto...

...lo que yace eternamente

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04/10/2013, 21:49
Narrador

Otra cálida mañana de verano en la ciudad. Ultimamente el tiempo se repartía casi a partes iguales entre calor asfixiante, calor moderado y fuertes tormentas. Dentro de la iglesia presbiteriana medio vacía la temperatura es agradable. La charla del ministro, por su lado, no lo es. Un hombre de discurso demasiado conservador, incluso en un funeral como es el caso hoy.

Y el de hoy no es un funeral común. No solo es un funeral simbólico (no hay cuerpo que enterrar), sino que, estrictamente hablando, es un funeral para un vivo. Al menos a efectos legales. Los locales, supersticiosos, están nerviosos y en su mayoría no habían querido participar. Casi todos los presentes, al menos los que conocían al homenajeado, empiezan a arrepentirse de haber asistido. Flota una sensación de estar haciendo algo malo, de pecado. No es un sentimiento agradable cuando se está en una iglesia, bajo la mirada de un enorme Cristo crucificado y la no menos intimidante del padre Donovan.

El muerto (o no) era Walter Hicks, un anciano de 65 años, enfermo de cancer desde hace 2. Es un funeral simbólico porque el enfermo desapareció al día siguiente de irse a su casa a morir, renunciando a la medicina. Eso fue solo hace dos días, tiempo insuficiente para que, a efectos legales, se le declare muerto sin encontrar el cuerpo, pero, ¿qué opción tiene un anciano que médicamente ya estaba vivo solo a medias, solo y perdido en una gran ciudad? La viuda, algo extravagante, había insistido en un funeral cristiano.

Todo el mundo sabía para sí que se trataba de un suicidio, pero nadie lo decía en alto porque sería cuestionar el derecho del muerto a un funeral de buen cristiano. Sin pruebas, hasta ahora. Atrapado en esta encrucijada, el sacerdote había aceptado. Y aquí estaban todos.

El servicio concluye y la viuda va directamente hacia una mujer que resulta una habitual en los funerales. Fulga es una vidente espiritista, tolerada en su bendita ignorancia por el padre Donovan, que ofrece sus servicios a personas desesperadas por la pérdida de un ser querido. Parece que la viuda Hicks tiene toda la intención de hacer uso de esos servicios.

Cuando la señora llega a la espiritista, tres hombres se les unen. Un periodista, un detective y un médico, la única razón de los tres para estar en el funeral era hablar con la viuda, y no van a dejar que se les escape. Hay muchas preguntas que hacer...

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04/10/2013, 22:44
Viuda Hicks

"Buenos días, querida" dice la señora, pretendiendo ignorar la presencia de los tres hombres "me han hablado de sus... servicios y tengo que, necesito..."

La señora parece a punto de llorar y le cuesta hablar. No hacen falta más palabras; Fulga reconoce cuando su ayuda es requerida.

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08/10/2013, 22:32
Charles Orson

Me dirijo lentamente hacia la viuda y al ver como se aproxima a la vidente me detengo para observar la escena desde lejos. "Quizás sea mejor dejar las preguntas para otro momento" me digo a mi mismo. Y permanezco inmóvil atento a la situación.  

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09/10/2013, 21:30
Sam Spade

Sam nota cómo no es el único en acercarse a la viuda. No tiene pensado dejar pasar esta oportunidad, pero deja que la señora despache sus asuntos con esa vidente cuentista primero.

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20/10/2013, 21:41
Fulga

Empujo con molestia a dos de los tres hombres que se le habían acercado a la viuda. Le agarro fuertemente las manos, y miro al cielo y clamo "¡Claro que sí!"

Cierro los ojos y siento la energía atravesar mi cuerpo... Entonces miro a la sra. Hicks a los ojos y digo:

"Presiento que necesita algo importante, su alma no está tranquila, Sra. Hicks. Creo que puedo ayudarla, pero no aquí, rodeada de ojos extraños e interesados."

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20/10/2013, 22:03
Phil Connors

Phil camina rápido hacia la viuda, adelantando a los otros dos hombres, pero al reconocerlos decide esperar y pedir una entrevista por la tarde de ese mismo día, pues nadie querría hablar con un periodista y su libreta en ese ambiente.

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25/10/2013, 02:22
Viuda Hicks

La viuda parece aliviada tan solo con las palabras de la mística.

"Podemos ir a mi casa. No está lejos. Yo... lo necesito, ¿sabe?"

La promesa de una sesión de espiritismo flota en el aire, impronunciada. Todo el mundo (excepto el padre Donovan, al parecer) sabe a qué se dedica Fulga, y esta iglesia no es el lugar más apropiado para hablar de sus talentos.

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26/10/2013, 01:28
Fulga

Tomo las manos de la viuda..."Debemos empezar la sesión!" y me giro a los asistentes, a los que con mirada de desprecio digo: " Es necesario que vengaís, si no quereís perderos lo importante de hoy" y cierro con una mirada socarrona.

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29/10/2013, 19:27
Viuda Hicks

La viuda Hicks se sorprendió por las palabras de Fulga, pero estaba dispuesta a hacerlo a su manera.

"Ya han oído los señores" dice, dirigiéndose a los hombres que se habían acercado a ella como para hablarle.

"Pueden acompañarnos y, tras eso, estaré encantada de atender sus asuntos".

Está claro que la viuda debía de haberse acostumbrado recientemente a responder preguntas de policias, reporteros o curiosos. Eso sin mencionar las propuestas comerciales que le hacían ahora que era la única en su hogar.

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30/10/2013, 08:03
Charles Orson

Ante la propuesta de la viuda, Charles no lo duda, "no se me puede escapar esta oportunidad" piensa, y asiente con la cabeza a a viuda. 

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02/11/2013, 00:50
Sam Spade

Sam parece sorprendido, pero su sorpresa no le va a privar de aprovechar la oportunidad.

"Muy amable, señora Hicks" dice, quitándose el sombrero y poniendo su mejor cara de buen chico.

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02/11/2013, 21:18
Phil Connors

"Estupenda oportunidad para mi artículo", piensa Phil, que no pensaba presenciar hoy una sesión de espiritismo. "Sabré las inquietudes de la viuda de primera mano, y quizás hasta pueda tener una charla con el inspector de policía para ponerme al día en sus investigaciones".

"Detrás de usted, señora Hicks" añade en voz alta.

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02/11/2013, 21:43
Narrador

Los tres hombres y la estrafalaria Miss. Fulga siguen a la viuda hasta su cercana residencia. Tras atravesar un descuidado jardín ante la casa, esperan en el poco usado porche hasta que la señora Hicks entra, cogida del brazo a Fulga. Los caballeros entran tras ellas y esperan de pie respetuosamente hasta que la dueña de la casa dé instrucciones.

El mal cuidado patio frontal recordó a todos que este hogar no había contado con un hombre desde hacía meses. Incluso antes de morir (o desaparecer), el señor Hicks había sufrido una larga enfermedad y una prolongada estancia en el hospital.

Sin embargo, el interior de la casa está limpio y ordenado. Un sillón de dos piezas a la derecha con tapetes bordados; una mesita para la radio; muchos cuadros con paisajes. Si bien un poco oscuro (la mayoría de las persianas están echadas, probablemente en busca de privacidad) el hogar resulta acogedor.

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02/11/2013, 21:58
Viuda Hicks

"Por favor, señorita Fulga, acomode la habitación como sea necesario. Nunca he hecho esto...".

Y, sin embargo, la viuda sí parece haber oído historias de fantasmas por la radio, porque enciende una vela y la pone en el centro de una mesa de té redonda con seis sillas.

"Por favor, caballeros, tomen asiento".

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03/11/2013, 15:31
Fulga

Ordeno a los presentes de forma brusca que se sienten, excepto a la viudad Hicks, a la que enternezco con expresiones como "la dama de la casa tiene buen gusto".  Le digo a la viudad: "Madame Hicks, requiero de tres elementos de su difunto marido: un bien personal de gran aprecio, un accesorio de ropa, y otro elemento suyo que sea de color rojo. 

En cuanto la señora Hicks se marcha, me giro hacia Sam Spade y le digo con una cara desagradable "Sé lo que haces aquí, y que sepas que no lo vas a conseguir. Me juego el cuello a que no."

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03/11/2013, 17:33
Sam Spade

Sam no sale de su sorpresa. Al levantarse esta mañana no esperaba ir a formar parte de una sesión de espiritismo, pero que la vidente que le va a sacar unos dólares a la viuda le cuestione la moralidad es algo más allá de lo insólito. En todo caso, reúne paciencia y contesta con toda la educación.

"No sé por quién me toma, señorita Fulga, pero si busco algo aquí es solo la verdad. Mi nombre es Sam Spade, por cierto, investigador privado. Pueden llamarme Sam, ya que estamos entre amigos"

Si esto último tiene un toque de ironía, su cara no lo revela. Mira a los demás, esperando más presentaciones.

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07/11/2013, 19:54
Charles Orson

Ante la presentación de Sam, Charles decide darse a conocer. "Mi nombre es Charles Orson, y soy el doctor que atendió al Sr. Hicks" dice y repasa con la mirada a los hombres allí presentes, tratando de adivinar lo que pretenden. Finalmente se detiene en el último hombre que queda por presentarse, esperando saber algo más de él.

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07/11/2013, 20:19
Viuda Hicks

La señora Hicks regresa portando con reverencia la alianza de su marido, un sombrero y un pañuelo rojo. Ha vuelto a tiempo para escuchar las presentaciones, y saluda a Orson con una ligera inclinación de cabeza. Lógicamente, ya le conocía, pero parece que el doctor le trae malos recuerdos y no tiene mucho que decirle.

"¿Y usted, caballero?" se dirige hacia el tercer hombre "¿conocía a mi marido?" pregunta. Una forma cortés de pedir que se presente él y sus intenciones.

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08/11/2013, 23:11
Phil Connors

"No, no tuve oportunidad de conocerle. Soy Phil Connors, reportero del Daily Journal... y creo que su marido sigue vivo"

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09/11/2013, 02:16
Fulga

¡Maldito sea! ¿Cómo se atreve de decirle eso a la viuda el día del entierro? Además... 

(desmayo en la silla)