Partida Rol por web

Ahí estaba otra vez aquella criatura salida del mismísimo infierno. ¿Le estaría buscando a él? ¿Acaso no iba a cejar en su empeño hasta que consiguiese acabar con su vida?

Todos los músculos de su cuerpo se tensaron. Notó un pinchazo en el estómago y empezó a temblar de forma exajerada.

La visión de la criatura y la muerte del árabe, unido a lo que había sufrido hacia tan solo unos momentos, cuando les había sorprendido en el exterior, fue demasiado para el pobre Julián.

Los disparos de Marro impactaron contra aquella horrible criatura. No obstante, no parecía que las balas le hubieran causado demasiado daño y sumado a la gran fuerza que había demostrado al acabar con el árabe loco, se evidenciaba lo peligrosa que era.

Marro no tenía ningún plan más allá de seguir disparando hasta que la bestia muriera o hasta que se le agotase la munición, lo que pasara antes, pero también estaba claro que tendrían tarde o temprano que desenterrar la roca. López estaba en ello, así que él le proporcionaría fuego de cobertura.

— ¡Disparad! — Alzó la voz. — ¡Fuego, fuego!

La visión de la criatura y la muerte del árabe, unido a lo que había sufrido hacia tan solo unos momentos, cuando les había sorprendido en el exterior, fue demasiado para el pobre Julián, que corrió a ocultarse detrás de una columna, lejos de todo y de todos.

Lo cierto era que aquella criatura, creaba terror nada más con ser vista, pero tampoco es que eso fuese lo único. El pobre árabe era prácticamente una mancha sangrienta en el suelo y ellos, podían ser los siguientes.

La criatura recibió los disparos de Marro, pero se giró hacia López y este empezó a tener convulsiones en todo su cuerpo. En su mente, imágenes horribles y fantasmagóricas comenzaron a tomar forma, arrastrándolo hacia la locura más incomprensible.

Aún pasmado, oyó la orden de Marro, así que echó mano del revólver, apuntó como pudo, y disparó... tenía que reconocerlo.... la mano le temblaba... la sombra esa... ¿sería vulnerable a las balas?

El caso es que, pese a todo, parece que no había disparado mal, pero .... las dudas poblaban su mente y no sabía el efecto de sus acciones...

Zapata sacó la pistola y acompañó a Marro en sus disparos, que fueron absorbidos por la criatura entre gemidos que parecían provenir de otro mundo, a medio camino entre los llantos de un animal herido y algo... a lo que no se atrevía a ponerle un nombre.

Pero Julián había huido y López parecía petrificado. Solo ellos dos se interponían entre aquello y el desastre.

Este era uno de esos momentos en lo que Teresa no sabía qué podía hacer, salvo gritar ante la visión del monstruo y observar como un hombre era reducido a un charco de sangre. Después de haber visto la muerte de cerca cuando casi le parten la cabeza con un martillo, contemplar aquel horror surgido de sus peores pesadillas le causó más pánico que ver morir a un hombre de forma atroz. Los disparos resonaron contra las paredes del estrecho lugar y Teresa se tapó los oídos, demasiado asustada. López estaba paralizado por el miedo y el muchacho nuevo había salido corriendo a esconderse. Solo Marro y Zapata estaban haciendo frente a esa cosa, disparando sin contemplaciones.

Y allí estaba ella, la mujer, la estudiante, la que no había sostenido un arma en su vida, pensando si echar a correr o coger el pico y empezar a destrozar el suelo para dar con la dichosa piedra. ¿Tenía algo mejor que hacer? Lo cierto es que no, así que cogió otra de las herramientas y se dirigió hacía donde se suponía que tenía que cavar, arrastrando el pesado pico que ni siquiera podía levantar.

Desde la relativa seguridad que le confería la columna tras la que se ocultaba, Julián se asomó con su pistola empuñada, la cual encaró hacia la poliforme criatura.

-¡Disparad! ¡Matadlo! ¡Ese engendro viene a por mí! ¡Quiere llevarme al infierno con él!-chilló lleno de terror, mientras detonaba algunos disparos en dirección al monstruo.

-¡No dejéis que me lleve!

-¡Intentad dar con la piedra del Demonio!!! ¡Intentaremos contenerlo!!

Para su sorpresa, Zapata va asumiendo que lo que habían leído, lo que había dicho el árabe muerto, y ... lo que estaban viendo, era todo real, y al mismo tiempo,... irreal e inexplicable... De modo que deshacerse de la piedra puede que fuese la única forma de terminar con aquello... o no...

El caso es que volvió a apuntar a aquel ser, y a disparar....