Tras un rato mirando el mapa, caísteis en la cuenta de que todas las muertes estaban en calles que rodeaban a esa enorme construcción que estaba llevándose a cabo, el templo de la Sagrada Familia. Era como si aquel monstruoso edificio, aún sin terminar, fuese el principio y el final, el origen de todo o alrededor de lo que sucedían todas aquellas muertes.
-Anótelo todo bien anotado, Zapata. - Le dijo Marro mientras se ponía al volante del vehículo policial. - Vamos al cuartel, supongo que no quedará demasiado tiempo hasta que lleguen los compañeros.
Marro se centró en la carretera. Estaba muerto de sueño. Las guardias nocturnas no estaban hechas para él. Sin embargo, todo lo acontecido esa noche le mantenía despierto, en especial el estropicio que había provocado su compañero en la redacción del periódico. Todavía le estaba dando vueltas en la cabeza, por encontrar las palabras adecuadas para contarle lo sucedido al comisario.
Creo que con ésto ya podemos cerrar nuestra participación hasta la llegada al cuartel.
Oki. Los otros van algo retrasados, pero no creo que quede mucho ;)
El Comisario no te esperó sino que se fue directamente en dirección hacia alguna parte, llevándote a ti detrás con la lengua fuera. Ni siquiera supiste a dónde ibais hasta que no estuvisteis justo enfrente del hospital.
-El forense me ha llamado y me ha dicho que hay otro fallecido, así que vamos a ver qué es lo que se cuece por allí. Los hombres están por la ciudad, espero que buscando pistas y no en algún local de mala muerte, porque si no... pero en fin, el caso es que quiero que te pongas al día, a ver si se te ocurre algo.
Cuando llegasteis, un celador medio dormido se levantó de la silla, demasiado tarde, para indicaros que no podíais entrar. El Comisario ni siquiera se entretuvo en responderle. Caminaba como si tuviese prisa. Siempre caminaba como si tuviera prisa.
Finalmente, llegasteis a una oficina o despacho en cuya puerta podía leerse el siguiente título:
Esteve Rius.Médico Forense
El Comisario ni siquiera llamó. Entró directamente.
En su interior, un hombre sentado a una mesa levantó la vista.
-Soy el Comisario Morales. Este es el agente Calafell. Me ha llamado por lo del nuevo fallecido, ¿recuerda? ¿Mis hombres estuvieron ya aquí?
Eh, pero qué... - empezó a decir aquel hombre, cuando os vio entrar de cualquier manera, pero en cuanto el Comisario de identificó, se relajó -. Sí, sí, efectivamente, yo le llamé. Horrible, es horrible, sin duda.
Te echó un vistazo rápido y después volvió a centrarse en el comisario.
-Sus hombres estuvieron aquí, en efecto, hace algunas horas. Y se fueron, no sé exactamente a donde. Lo único que puedo hacer es mostrarles el cuerpo. No sé si querrán preguntarme algo.
El doctor miró al Comisario y éste te miró a ti. Quizás te estuviese poniendo a prueba.
De manera instintiva sacó una pequeña libreta forrada de cuero y un lapiz, al que lamió la punta.
-Estaría bien empezar por los datos más elementales. ¿Nombre del fallecido y edad? ¿Causa? ¿Lugar del hallazgo del cuerpo? también sería interesante poder echar un vistazo al cuerpo, como dice....
Su rostro ahora no mostraba otra cosa que concentración. Incluso su deseo de impresionar al comisario había pasado a un segundo plano en el momento en que se enfrentaba a un caso real que necesitaba ser resuelto.
Bueno, creo que puedo ayudarles un poco con eso -dijo el doctor, acercándose a una camilla sobre la cual había un cuerpo tapado por una sábana.
-Pero les advierto al igual que hice con sus compañeros, que en toda mi vida como forense no he visto nada como el cadáver de este hombre. Les puedo decir que en 20 años de profesión no he visto nada igual. No presenta heridas. Ni síntomas de envenenamiento, asfixia o algo similar.
El doctor destapó la sábana. La imagen es terrible. Un varón de entre 30 y 40 años aparece ante vosotros con una expresión de puro terror en el rostro. Las cuencas de los ojos las tiene vacías y ensangrentadas. Tiene sangre por la parte delantera de su traje y en las manos.
Tirada de cordura guapetón ;)
Ok, para mantener la coherencia, hasta que no estemos todos juntos, mejor no actualizamos la libreta de notas común...
Claro, mejor así. Cuando deis la noche por terminada, lo hacéis ;)
- Mira Teresa todas las muertes se centran en este edificio, el de la sagrada familia, un lugar emblemático pero que puede tener algún tipo de problema para que todas las muertes sean alrededor de él.
Miraré el periódico con más detenimiento a ver si pone algo de este edificio...
Antonio leyó por encima el periódico buscando esta vez algo que concerniera a dicho monumento.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 42-
Resultado: 5 (Exito) [5]
Hecha y superada!
Cachissssss... digo, genial!!! jajajajaja
El Comisario ni siquiera apartó la mirada. Se veía a la legua que estaba acostumbrado a eso y cosas peores, sin duda, pero te miró para comprobar tu resistencia, observando para su satisfacción que más que horror, sentías curiosidad por saber más de aquella horrible muerte.
-Hummmm. Creo que conozco a este desafortunado. Es Carles Seguí -dijo el comisario, volviéndose hacia vosotros -. Redactor del semanario satírico La campana de Gracia, una publicación famosa por sus libelos y críticas contra el Gobierno Municipal en general y contra la Policía en particular. Supongo que era de esperar que tarde o temprano acabase así. ¿Qué más ha podido averiguar, doctor?
Lanza idea.
El doctor se quitó las gafas para limpiárselas con su pañuelo.
-No demasiado. Sus hombres me hicieron la misma pregunta y lo único que puedo asegurarles es que todos los fallecidos presentan el mismo gesto de terror en sus rostros. No hay rastro de veneno o sustancia tóxica alguna, y por lo que sabemos, todos ellos se comportaron en sus últimos instantes de vida como si tuviesen algún tipo de ataque de pánico.
-Bueno...-dijo pinzándose el mentón mientras observaba la macabra escena con fascinación.
-¿Que hay de los ojos?- preguntó siendo plénamente consciente de que no acababa de descubrir nada, si bien era una información que no se le había revelado aún.
-¿Podría haberle fallado el corazón al haber tenido que afrontar algún tipo de situación estresante?
Agarró las manos para comprobar si en ellas había algún rastro de defensa o lucha. Muy a menudo las uñas solían decir mucho más que el resto del cuerpo en casos de muertes violentas.
El doctor te miró muy serio.
-El señor Seguí se arrancó el mismo sus propios ojos. Es... de lo más horrible que haya visto jamás. Por eso debe haber sufrido algún tipo de brote psicótico, pero me temo que no he descubierto en su cuerpo nada que hubiera podido inducirle a tal estado. Su corazón falló, pero desconocemos por qué. Eso... les corresponde a ustedes averiguarlo.
Rápidamente, volvió a cubrir el cuerpo con la sábana.
El comisario miró al doctor con el semblante serio pero inalterable, como una roca.
-Gracias, doctor. Señor Calafell. Este caso dista mucho de lo que solemos encontrarnos. El turno de noche está trabajando en él pero le quiero también a usted. Quiero frescura y sobre todo, rapidez. Así que dígame, ¿cuál será su próximo paso?
Lanza idea.
-Bueno-dijo sin dudar demasiado-La prioridad es descubrir el detonante de semejante reacción-Anotó algunas cosas en su libreta
-Teniendo tan poco de donde tirar creo que tenemos que agarrarnos a las deducciones más sencillas. Quiero decir que suponemos que sufrió algún brote psicótico o algo similar que derivó en que se arrancase los ojos. Uno se arrancaría los ojos si no quisiese ver algo que está viendo, ¿no?- golpeó con la punta del lápiz en el canto de la libreta.
-Y uno solo puede ver lo que tiene al lado- se encogió de hombros-Lo que simplificando hasta la máxima expresión nos viene a decir que el detonante del ataque de pánico tenía que estar junto a él en el momento de morir.
Con el pulgar se acarició el arreglado bigote que cubría el labio superior.
-Creo que revisaré el lugar del hallazgo a fondo, quizá luego busque algún tipo de relación entre las víctimas de los casos que me ha comentado. ¿Todos se arrancaron los ojos o llevaron a cabo algún tipo de conducta similar?- preguntó
El doctor se fue hasta su mesa y extrajo un tocho de informes que te ofreció en la mano.
-Estos son todos los datos de los cuales disponemos, incluyendo el del reciente señor Aureli.
Juana López 33 años, soltera, de profesión cocinera. Murió el 3 de abril en el cruce de las calles Mallorca y Sicilia. Atravesó la calle corriendo y gritando, siendo embestida por un coche de caballos.
Un mendigo desconocido Probablemente de 50 a 60 años. Hallado por un sereno la noche del 20 de abril, acurrucado en el portal número 263 de la calle Lepanto. Muerte por ataque cardíaco, al parecer por contemplar algo espantoso. ¿Delirium Tremens, quizá?
Mariano García 40 años. Obrero metalúrgico, casado y con 6 hijos. Fue encontrado en la zanja de los cimientos de un edificio en construcción situado en el chaflán de la calle Marina con la calle Provenza, el día 7 de Mayo. Según parece, cayó allí mientras corría asustado por algo. Se rompió la columna vertebral, muriendo poco después.
Marius Aureli. Abogado, 76 años, viudo. Se arrojó por la ventana de su estudio de la calle Cerdeña, la noche del 20 de mayo.
-No todos se arrancaron los ojos, pero en cada caso, parece que hubo algo que les provocó un horror sin igual.
-Decidido pues. Me desplazaré al lugar en el que el cuerpo fue hallado, por si alguien ha pasado algo por alto, si le parece bien, señor comisario- dijo en tono diligente, esperando el permiso de su superior para desplazarse sin más dilación