Partida Rol por web

Inmediatamente notas que el hombre tiene un anillo de grueso oro con el símbolo extraño que estaba en el protector de pantalla de tu pc.

Escuchas algo como: Las reuniones sociales a veces parecen un zoologico, veo a pocos que se puedan llamar conocedores. Es lo que le dice un X al lado del hombre que tiene el anillo

Al ver el símbolo del anillo de ese sujeto Ian no puede evitar ponerse nervioso. Sin embargo no es el nerviosismo normal de siempre. Esto se parece mas a una suerte de ansiedad que a otra cosa e inmediatamente logró que cesara el picor en su pierna o al menos consiguió que no lo notara.

Ese símbolo mas lo que había dicho el hombre lo obligaron a acercarse y a tratar de iniciar una conversación con esos sujetos - Disculpe, no pude evitar escucharlos... dejeme decirle que es verdad que ya casi no hay conocedores, al menos verdaderos conocedores. Justamente ese es mi caso. Por ejmplo: yo conozco ese símbolo que usted lleva en el anillo pero no se en absoluto que significa - dijo con voz serena pero firme, aparentando tranquilidad.

Ehh .. voltea el hombre con mucha sorpresa y te mira, lo conoce?...y no sabe qué significa? . En ese momento se ríe a carcajadas como si le hubieras contado un buen chiste. Seguro no lo sabe, jajajajaja. El sujeto parece agradable. No es la primera vez que me hablan al respecto. Te da la mano. Mucho gusto soy Benjamin Ashworth, director de la fundación científica Frontire, y usted es?

- Ian Bannister - dice a la ves que le da la mano al tal Ashworth - Solicitor-at-Law de la ciudad de Oxford. Junto con mi socio fuimos invitados a esta gala vaya uno a saber porqué - comenta de un modo socarrón - La verdad es que no conocemos a nadie pero estamos dispuestos a perseverar hasta encajar en el ambiente ¿Puedo sentarme?

De pronto Ian se sentía como mas relajado, mucho mas tranquilo y a gusto en ese ambiente social, en principio, hostil. No sabía que era lo que había hecho pero ese tal Ashworth había toro el hielo de un modo tal que lo hací sentirse por primera ves a gusto en la gala. Estaba... comodo, lo que ya era algo.

Como por arte de magia su nerviosismo desapareció conjuntamente con la picazón que sentía en la pierna.

Todo parecía ir bien.

El hombre hace una sonrisa misteriosa y te invita a sentarte, en ese momento el hombre que  acompañaba al otro se levanta casual y comienza hablar con alguien. Si es posible, en realidad a veces uno termina en eventos y uno no sabe porque,  se rie. Jajaja como en nuestro caso, en realidad pareciera más esta reunión como un club social. Parece divertirse cuando mira el pasillo. Uno nunca piensa que los actores sean más flacos en persona... niega con la cabeza...

En realidad señor Bannister veo que es usted un hombre que ha estudiado, pues es egresado de una universidad prestigiosa, y supongo que como abogado debe tener cierto éxito....  puedo preguntarle, claro sin atreverme a ser descortés, dice con mucha decencia... Que lo motivo a venir a esta reunión?

 - Sinceramente - dice mientras busca una mirada complice en su interlocutor - la posibilidad de conseguir algún cliente para mi firma legal. Es bastante claro que gran parte de los aqui presentes - comenta mientras hace un gesto con la mano como si tratara de abarcar todo la estancia - son gente de un muy buen pasar. Esta gente por lo general necesita abogados y, tal ves, si logró congraciarme con alguno de ellos pueda conseguir un muy buen cliente. Esos que pagan bien.

Hace una pausa de como un minuto, en parte para tomar aire y en parte para proseguir - Un poco de estabilidad financiera no le viene mal a nadie y progresar en la profesión de uno tampoco.

Es cierto. Sonríe. Me gusta su actitud ambiciosa, siempre hay que buscar mejorar, y buscar ser mejores y superarse, es claro que si uno logra un buenos contactos lograra su objetivo.... aunque bueno, ahí viene una discusión muy intelectual sobre el poder, ¿usted señor que cree, el poder está en el tener, o en el saber?

- Para tener es preciso saber - dice muy seguro de si mismo - esa es la verdadera clave del poder, del poder real al menos. Me explico: El mero hecho de poseer cosas nos puede dar cierto poder, eso es indiscutible pero... pero sin el conocimiento preciso ¿a que suma esa suerte de colección de poseciones? prácticamente a nada util, sin verdadera dirección. Sin eso el poder no puede realizarse. El poder implica la facultad de salvaguararse a uno mismo y el poder influinciar, algunos dirían forzar, a los demas a comportarse como nosotros queremos. Aunque me parece que su principal razón de ser es la primera, el ponernos a salvo a nosotros. Lo otro es una consecuencia de ello. Casi lo mismo puede decirse del conocimiento. Solo con el no podemos hacer nada. Tal ves sepamos así como manejar el "poder" o como prefiera llamarlo pero sin los recursos materiales necesarios ese conocimiento es abstracto e inútil. Y no hay nada peor que la inutilidad en estos menesteres. Es un pecado imperdonable.

Durante toda esta exposición Ian estaba muy serio, mirando fijamente a los ojos de su interlocutor. Era claro para cualquiera que lo oyera que el creía cada una de las palabras que decia. En cierta forma este discurso era un resumen de todas las actitudes que tomo desde muy jovén para superarse a si mismo y salir de su clase social cuasi servil. De ahí el enfasis que el ponía en el conocimiento y en la facultad del poder para protegerse a uno mismo (y es de suponer que a los suyos también). Lo otro, lo de influinciar o dirigir los destinos humanos, era algo que para el era secundario. No por ello menos importante pero si subordinado al otro fin, al de "salir del pozo".

Porque en realidad para el era eso, sin importar como lo llamara.

Luego de hablar se sintió un poco raro. No sabía porque pero estaba siendo demasiado franco con este sujeto. Tal ves este habilmente logró llevarlo hacía este tipo de reflexiones o tal ves, por algún motivo, le inspiraba cierta confianza. No lo sabía con seguridad.

El hombre se le dibuja una sonrisa misteriosa en la cara. Creo, que estoy totalmente de acuerdo con usted, veo que usted valora el saber, sonríe, creo que le ayudare un poco. Señala con la cabeza. Ve ese hombre de allá, su nombre es Bill McConner, empresario exitoso, se que muy pronto tendrá líos judiciales, además que creo saber que su esposa quiere el divorcio... Te señala levemente a la izquierda, ella es Sofia de la Prada, diseñadora, y estoy seguro por algunos rumores que pronto necesitara un abogado, así que...

Te sonríe con curiosa picardía, ese saber le puede ayudar a llegar a donde necesita. Hace una pausa y te mira de manera interesante. Pero si desea tener otro tipo de saber. Te entrega una tarjeta con una dirección y el símbolo que el lleva en su anillo. Puede buscarme.

Se levanta mirando su reloj. Me disculpa, supongo que esta reunión por hoy, ya termino para mí. Te da la mano. Gusto en conocerlo.

Ian le da la mano al amable extraño (pues seguía siendo un extraño) mientras se pregunta el porque de tan amable consejo. Ciertamente el tal Bill McConner y su mujer eran la clase de presa que el estaba buscando. Si podía lograr convercerlos a ambos de ser representados por su firma podría lograrles un divorcio por mutuo acuerdo y así ganar a dos clientes importantes para si.

Era algo digno de considerarse y de planearse, si.

Se queda un par de minutos solo en la mesa pensando en ello para luego levantarse y buscar a su socio. Mirando entre la multidud lo encuentra y se le acerca. Una ves que obtiene su atención (o algo parecido) le dice lo mismo que le dijo Ashworth acerca de McConner y su mujer, agregandole por supuesto su propia cuota de lo beneficioso que sería ganarlos a ambos y no solo a uno de los lados de esa terrible y fascinante moneda, una que que les daría muchos beneficios si sabían cultivarla bien.

- ¿Y bien? ¿Qué opinas? - le dice finalmente.

Que qué opino... pues como dicen en las batallas a por ellos... Tu habla con uno, y yo con otro... es posible que tengamos algo de éxito.

Y así de manera casi predecible, y aunque curiosamente fácil al final de la  velada tuvieron contacto con esos personajes y ellos parecían estar muy dispuestos a que ustedes los representaran, y , curiosamente, otros recibieron su tarjeta con agrado...

¿Qué curiosa es la vida verdad?

Siendo las 2 a.m te sientes cansado.

Ian estaba rendido y podía sentir como el cansancio se le apilaba sobre los hombros y hacía presión detras de sus ojos. Eso era la consibida señal de que el cansancio había llegado a un punto límite. Sin embargo sentía que realmente valió la pena esta ves. Habían conseguido una buena lista de clientes potenciales. Nada mal para un salto de fé como fué el acudir a esta fiesta.

Ian se despide de su socio y va al bar del hotel para tomarse un último trago con la intención de, luego, ir directo a su casa y dormir un poco.

Sentía que se lo merecía.

Duermes como un bebe. Al otro día te despiertas tarde, no lo acostumbras hacer pero vale la pena. Te preparas  un café mientras estas en piyama y no dejas de pensar todas las cosas curiosas que te han ocurrido, no dejas de pensar en todas esas curiosas coincidencias.

La luz del sol entra  fuerte por la sala, mientras tu tomas tu café en silencio, reparando en todos los rostros que encontraste el día de ayer.

Ayer había sido un día muy raro pero increiblemente productivo e Ian apenas podía disimular una sonrisa que le bordeaba la comisura de los labios. Estaba increiblemente satisfecho de su desempeño personal tanto como profesional.

Y todo se lo debía al fortuito accidente de su socio.

Era casi increible.

Pero lo mas increible de todo era ese sujeto que, aparentando desinteres, le apunto hacía la pareja McConner como clientes potenciales. Era claro que el desinteres era tan solo aparente (o quizá ni eso) ya que estos favores siempre se cobran y mas cuando vienen de una persona como ese sujeto y sus disquiciociones acerca de la naturaleza del poder y el conocimiento.

Decidió terminar su café antes de que se le enfriara y luego iría a la oficina pues algo ese día debía trabajar.

Ese día  vas a tu oficina con una sonrisa, tu secretaria te saluda, tu compañero ya ha llegado  y se encuentra igual de satisfecho. Intercambian opiniones y tras un café en la oficina te sientas al frente de la pc  y cuando mueves el ratón para que la pantalla reaccione, por un segundo   en tu mente se dibuja el extraño símbolo que  te ha estado acompañando, y luego se borra con otros pensamientos.

A pesar de que las cosas se le estaban dando de maravilla todavía algo le preocupaba. Tal ves la palabra "preocupaba" fuera una exageración pero no tenía otra con la cual describir lo que le pasaba. Aun seguía preguntandose que era ese extraño símbolo que se repetía una y otra ves sobre su cabeza. Al parecer nadie salvo el tal Ashworth parecía conocerlo y, por lo que este le había dicho, el mismo estaba asociado con algo poderoso, un grupo o algo similar. Algo quizá como los masones durante el siglo XIX. Todos sabían que en esa época pertencer a alguna de las logias era algo que abría puertas y eso era justamente lo que el buscaba. Puertas abiertas, caminos franqueados hacía el éxito y la seguridad, tanto material como emocional. Para el y los suyos (los actuales y los que tal ves un día vendrían). Tal ves ese símbolo era de una nueva masoneria (por llamarla de algún modo), de alguna sociedad que ayuda a los suyos a obtetener mejores oportunidades y cosas similares.

Tal ves incluso les estuvieran buscando ya que ¿Por qué el símbolo apareció en la pantalla de su PC? ¿Por qué Ashworth le ayudo a conseguir nuevos e importantes clientes? Tal ves el grupo le quería como socio o tal ves fuera nada, tan solo imaginaciones suyas, pero la cosa era que la idea ya estaba firmemente plantada en su cabeza y un poco lo distraia. No mucho, pues aun seguí exultante por lo de la noche anterior pero un poco distraido estaba.

Trabajo tranquilo por algunas horas como si nada pero cuando no pudo contenerse mas entro a internet con su PC y googleo "Benjamin Ashworth" a ver que encontraba.

Quizá pueda contactar a este sujeto. Quizá no.

Pero no perdía nada con intentarlo.

Encuentras la pagina  de la Fundación científica Frontire, donde señalan al hombre como su director, hay un teléfono, una dirección en el centro de Houston y un teléfono. La pagina en si  tiene apartados científicos y académicos escritos por otros autores, pero no por el señor en si. No hay mayor información.

A pesar de haber conseguido una ingente cantidad de datos estaba un poco desanimado por no poder sacar nada en concreto de Ashworth. En fin piensa al menos lograste conseguir algo.

Sin dudarlo toma el auricular del teléfono de su escritorio y marca el numero que le aparecia en pantalla. Sentía curiosida por esta fundación y estaba seguro que, con el tiempo, daría con Ashworth.

Luego, si tenía tiempo, leería algo del material de la pagina. Pero por ahora su prioridad era dar con este sujeto.

Escuchas la voz de una mujer. Fundación científica Frontire, habla Aixa ¿en que puedo ayudarle?