El agua esta helada. Salgo tiritando. Me libro de gran parte de la borrachera del dia gracias al remojón.

Sonrió a Carienn con malicia y abro la manta para abrazarla con la misma mojándola en el proceso.

Estoy bien preciosa. ¡¡Han sido unos juegos muy divertidos!! Pero míranos. Estamos empapados. Deberíamos ir a cambiarnos antes de que cojamos una pulmonía.

Guiño el ojo a mi esposa.

Seguro que entraremos en calor en seguida... (Sonrió)

Ha sido un gran alivio ganar los juegos. Ha sido mucho más difícil de lo que creía y toda una suerte haber cogido al cerdito en el último momento. Soy un luchador pesimo. Debo entrenar un poco más mis habilidades. ¿Qué ejemplo voy a dar a mis seguidores si yo mismo no se ni empuñar una espada? No se espera de mi que sea un gran combatiente... tengo otras habilidades pero, al menos, saber empuñar el sable sin sacarme un ojo.

Me alejo con Carienn bajo la manta en dirección a nuestros aposentos y me disculpo ante su padre.

Si nos disculpáis... debo secarme antes de quedarme congelado.

Como ya os dije querida... celebremos nuestra victoria...

Un escalofrío recorre mi espalda por ser mojada tan de repente, soltando un pequeño grito en el proceso. Acostumbrada a las condiciones de allí no llego a tener la tiritera de mi esposo. Lo abrazo fuerte para darle calor.

-Ya nos prepararon una habitación, será mejor que pongamos vuestras ropas frente al fuego cuanto antes... Y a vos- digo de buen humor, viendo cómo se tomó los juegos. Supongo que el alcohol también habrá ayudado ante ese entusiasmo que muestra tras los juegos.

-Y que os preparen un baño caliente, aún tenéis algo de barro...- toco uno de sus mechones de pelo, hecho ahora un poco una pasta por el barro.

-Después podremos celebrar...- bajo la voz y le sonrío.

Dudo que mi esposo vaya a esperar a bañarse para "celebrar", pero al menos debo intentarlo. Me preocupa que si no toma ahora un baño caliente luego enferme por el frío. Amigos de mi padre, que habitaban a tierras más al sur, muchas veces enfermaban cuando venían a visitar a mi padre. No deseo llevarme a Asenoc enfermo a casa...

Camino hacia el castillo, mostrándole a Asenoc dónde dormiremos mientras estemos allí. En la gran alcoba de mi padre, que generosamente nos la cede mientras nos acoja en su casa.

Vaya. Que gran idea ha tenido mi esposa...

Compartamos ese baño... querida
Creo que es un dia estupendo para que te enseñe un par de cosas nuevas...
 

Miro a mi esposo.

¿Bañarnos juntos? Eso es nuevo... ¿Qué pretenderá hacer en el baño? ¿Cosas nuevas? ¿Hay más cosas?- me ruborizo ligeramente.- Esos son menesteres del lecho...

Asiento ante lo que dice y lo abrazo fuerte, aún dándole calor.

La estancia en Drogheda ha sido agradable para ambos, y a Asenoc le ha servido para estrechar lazos con su familia política. Tras un par de meses que pasan volando embarcáis de vuelta a Constantinopla, esta vez, ya solos. Y justo a tiempo, se podría decir, porque desde hace una semana Carienn se ha visto forzada a llevar ropa ancha y abrigos en momentos innecesarios para ocultar un vientre cada vez más prominente.

La primera parada es Brest, un importante puerto militar en Francia, donde atracáis tras un "breve" viaje de cinco días. Arribáis de noche a la ciudad, y entre el ajetreo y la carga y descarga de materiales y personas, Asenoc se fija en una mujer que habla con Carienn. Es curioso, es evidente que tiene familiaridad con Carienn y que viaja en el barco con vosotros, pero no recuerda haberla visto.

Al percatarse de su presencia, la mujer mira fijamente a Asenoc, y Carienn le sonríe y le hace un gesto para que se acerque, con la intención de presentársela.

El viaje en barco es tranquilo y agradable. Estoy deseando volver a mi tierra. Deje varios asuntos importantes en marcha y quiero saber cómo han concluido.
Aprovecho nuestra parada en Brest para fijarme en el tipo de soldado habitual en Francia. Las armas que usan, las formaciones... todo aquello que pueda ser de utilidad.
Con el tiempo incorporare las mejores tropas del mundo a mis unidades regulares.
Espero, algún dia, tener el mejor ejército que existe sobre la tierra.

- Lo cual me recuerda que un ejército no son solo soldados y estrategias. Las innovaciones en armamento son tan importantes o más que los propios soldados para obtener la victoria... eso sin contar con las vidas que pueden salvar. El arco fue una revolución en su día. Debería buscar a genios con una gran capacidad inventiva y ponerlos a mi servicio.

Veo a Carienn hablar con la mujer e intento recordar si la he visto antes. ¿Cómo ha podido pasar desapercibida? Más tarde le preguntare a Carienn por ella. Veo que me hace señas... me acerco a ambas con un semblante amable y espero a que mi esposa haga las presentaciones.

Aprovechando nuestra primera parada decidí presentarle a Asenoc a mi madre. No pude hacerlo en casa por temor a que la descubrieran y que oyeran nuestra conversación, temía que no nos dejaran marcharnos de allí y no solo por el motivo de mi embarazo.

Estas noches he aprovechado para hablar con mi madre cuando Asenoc dormía, conociéndola poco a poco mejor. Creo que ya es el momento de explicarle qué soy y que él me diga qué es...

Sonrío a mi madre cuando se acerca e indico a mi esposo que haga lo propio.

-Querido... Os presento a mi madre, Ayleen McDowell. Ha viajado con nosotros desde que salimos y nos acompañará el resto del viaje hasta Constantinopla...- miro a Asenoc, tanteando su reacción. Él sabe por mi y por mi padre que mi madre está muerta, o debería de estarlo.- Ella es como... Como aquel al que servís...

Mantengo mi expresion afable tal cual la tenia. Tras la increible sorpresa deberia estar atonito pero jamas he mostrado mi verdadera reaccion ante ninguna situacion de estres o sorpresa. Es una habilidad desarrollada tras años de negociar y parlamentar con otros nobles manipuladores y mentirosos.

Mi querida esposa... sois una caja de sorpresas. Sorpresas muy agradables debo decir. Me siento feliz por vos.  No solo vuestra madre esta viva sino que ademas es una criatura encantadora.

Ahora puedo ver de donde proviene vuestra belleza.

No os habia dicho nada por temor a asustaros pero veo que sabeis mucho mas de lo que aparentais.

Quizas sea yo quien necesita mas informacion amor mio.

Os escucho...

-Permitid que me presente... Soy Ayleen, progenie de Abetorius, del Clan Tremere. Supe de vuestra naturaleza en cuanto os vi llegar a Dublín acompañado de mi hija, y así se lo hice saber a ella. Por no aburriros con una historia larga e innecesaria, os diré que mis habilidades mágicas llamaron la atención de la Inquisición, y me vi forzada a fingir mi muerte para salvaguardar la seguridad de mi familia. Mi hija me ha convencido de viajar con vosotros a Constantinopla, allí me reuniré con mi maestro, y podré iniciar una vida nueva sin miedo a ser descubierta.

Espero que no os moleste el hecho de que haya viajado de polizón en vuestro barco sin avisaros.

Beso con suavidad la mano de Ayleen.

Es un placer conocerla. Siempre habra un lugar para vos  a nuestro lado, ya sea en un barco o en nuestra propia casa. No dudeis en visitarnos cuando os apetezca. O incluso pasar un tiempo con nosotros para recuperar el tiempo perdido con Carienn y disfrutar de vuestra nieta.

Sabia que en algun momento debia contarle todo esto a Carienn pero me estaba costando decidir como y cuando. 

Ahora que ya sabeis, mi querida esposa, el privilegio y el regalo que se nos ha otorgado...

Hay algo que querais saber? Os prometo no ocultaros nada mas por el resto de los tiempos.

-Hay más esposo mío...- miro a Asenoc.- La razón por la que pregunté sobre mi madre... El por qué dí con ella...- tomo aire, tomando valor a su vez.

Comienzo a hablar con calma y desvío la mirada.

-La razón por la que busqué saber más sobre mi madre, es la misma por la que sé que nuestro primogénito será varón... Yo soy como ella cuando aún no era... Vampiro... Soy una bruja...- vuelvo la mirada de nuevo a mi esposo, mirando cómo reacciona.

-No sé qué implica mi condición... Apenas lo sé desde poco antes de llegar a Dublín... Por ello me parecía importante estar cerca de mi madre...

Muestro una expresion de comprensión.

Tus secretos son mis secretos amor mio.

Estoy seguro que Ayleen te enseñara todo lo que debes saber y tienes todo mi apoyo para desarrollar tu don sin restricciones. 

Quizas Ayleen desee pasar una temporada con nosotros. .. teneis mucho de que hablar.

Miro a mi esposo, mostrando sorpresa.

-¿No os molesta algo así...? Si alguien me descubre... Yo iría a la hoguera...- digo con ciertas notas de temor en mi voz.

Rio leveente mientras abrazo a mi esposa.

Bueno querida. Yo ya era un hereje antes de conoceros, lo era antes de conocer a los vampiro y, ahora mismo, merezco el calor de esas llamas mas que vos.

Somos unos privilegiados por tener estos dones y poder acceder a poderes vetados a la mayoria.

Estamos juntos en esto... como en todo.

Y aquel que quiera hacernos daño conocera nuestra ira.

Hago cosquillas a Carienn y rio con ella mientras beso su cuello cuando se encoja a causa de las cosquillas...