Partida Rol por web

Serviros lealmente es mi única ambición, Señor - declaro con gran solemnidad - Vuestro humilde siervo está a vuestra disposición para afrontar con decisión la tarea que ordenéis.

Sin embargo, la diplomacia no está entre mis aptitudes, por lo que creo que sería de más utilidad acompañando a estos caballeros - añado, señalando a Sellesh y Magner - pues a veces confundo las palabras, sobre todo cuando se pronuncian muchas y muy seguidas, y la naturaleza de esta tarea exige una mente más viva que la mía para los conceptos y su significado, Señor.

Sellesh se siente inquieto ante las nuevas noticias y se queda pensativo, asintiendo ante las palabras de su emperador, pero sin dar nuevas ideas. Es evidente que las noticias le han extrañado y mucho, y que no le son indiferentes.

El rápido ofrecimiento de Stred me conmueve. Sabedor de sus limitaciones, intenta hacer todo lo que está en su mano para satisfacer a su Señor. Le devuelvo la mirada mientras respondo.

-Muchas gracias por su ofrecimiento sargento. Mas no debe subestimar sus cualidades. Probablemente si se lo propusiese podría desempeñar esa función tan bien como maneja el arma.

Si ha conseguido tan rápido un puesto de suboficial en el ejército lunar sin ascendencia noble, algo especial ha de tener.

Vuelvo mi atención de nuevo a la mesa y me mantengo pensativo. Los manjares que se extienden delante de mi han dejado de saciarme, y el vino me sabe agrio. Necesito alguna buena noticia que me alegre el día de nuevo, y pueda disfrutar de la comida.

Absorto en mis pensamientos me vuelvo hacia el Conde Saxfa

-Dígame, señor Conde, ¿Cree que haya todavía alguna posibilidad de interceptar aquel navío?

Bajando humildemente la cabeza en señal de respeto, permanezco en silencio tratando de comprender por qué todo el mundo está tan serio y taciturno, sin conseguirlo del todo.

Y otra vez el barco - pienso para mi - pero, ¿no habían dicho que ya estaba lejos?..., qué difícil debe ser tener tanta responsabilidad y tantas cosas en la cabeza al mismo tiempo. Como decía el viejo maestro cuando estaba tan enfadado como para maldecirme, que vivas tiempos interesantes!... - recuerdo, con una leve sonrisa.

¿Si me permite mi señor? - Preguntó un oficial de Saxfa a su conde, tras asentir su superior prosiguió. - Emperador, hace ya tiempo que cesamos la persecución.

Dudó unos instantes.

Dudo que lo encontráramos, sin embargo si conocemos su dirección, podríamos preguntar por las costas y averiguar si lo han visto. Es una posibilidad remota, pero viable.

Con resignación encojo los hombros mientras niego con la cabeza. La posibilidad parece mínima, pero es lo único que tenemos ahora mismo. Ni yo mismo creo en lo que voy a decir, pero he de infundir a mi gente la confianza suficiente como para que ellos sí lo vean posible.

Tras unos instantes con la mirada perdida, como absorto en mis pensamientos, cambio la expresión de abatimiento y miro hacia el soldado que se ha dirigido a mi.

-Sí, eso puede funcionar.- Con un pequeño golpe en la mesa me levanto y comienzo a andar apresuradamente por el salón -¡Claro que puede funcionar! Está bien, cread una expedición, compuesta por 5 o 6 hombres que hayan visto el velero y partid hacia el sur. Preguntad en cada puerto si lo han avistado, y todo lo que puedan deciros sobre él. Cualquier información que nos puedan dar nos será útil. Iríais en misión especial para el Emperador, por lo que tendréis los privilegios necesarios para tal cometido. Decidme lo que necesitéis para llevar a cabo ese cometido, reunid a los hombres, y preparad prestos la expedición.

¿Quiénes señor? - Pregunta algo aturdido el conde. - ¿Sus hombres u hombres de Saxfa?

Magner ha permaneceido callado durante un largo rato, ensimismado en si mimso mientras escucha atentamente las palabras que se decian. Estaba intentando encontrar la mejor solucion a los creciente problemas que comienzan a surgir.. Son varios lo frentes y quiza pocas personas.. NO se si separarnos seria lo mejor piensa el capitan.

MI señor.. todo lo que se ha dicho aqui deberia considerarse pero no creo que tengamos el tiempo necesario... habria que investigar al navio, enviar mensajeros, etc.. Mi esposa Kaa fue enviada a recabarla informacion necesario sobre Drerick, pero a menos que enviemos un mensajeros no podremos saber de manos de Kaa la predisposicion del goblin. Asi que seria necesario ir a ver a Drerick o a Kaa. El tema del navio creo que requeriria mucho tiempo y dedicacion en viajes e investigaciones.. y pienso que seria necesario enviar una patrulla rapida que no se demore en el tiempo y traiga lo antes posible las noticias. Quiza mis hombres y si usted lo considera oportuno yo mismo podriamos ir a cumplir con esta mision. O quiza prefiera que acudamos a visititar a nuestro joven amigo el goblin. En cualquier caso mi señor digame cual es nuestro cometido y lo cumpliremos de forma eficiente y en el menor tiempo posible. Otra alternativa es dividirnos en dos grupos si usted lo cree conveniten, majestad..

LA verdad es que Magner no se le ocurria la mejor forma de actuar, pues todos los interrrogantes son importantes... el navio, los mensajeros.. en cualquier caso Magner ya estaba ansioso por cumplir con su cometido

Supongo que el Emperador se refiere a los hombres del Conde, ya que nosotros no hemos visto el navío, no entiendo a qué viene eso... - pienso esforzándome en mantener la concentración con un gesto de tensión bien visible.  Sin embargo, me cuido mucho de pronunciar palabra alguna ya que la pregunta no iba dirigida a mi.

Y eso de mandar un emisario a buscar a otro emisario... - continúa mi constante fluir de ideas - si no ponemos cuidado pronto todos los soldados del reino serán emisarios o emisarios que van a buscar emisarios. Creo que Magner tiene ganas de ver a su esposa, no tiene otra explicación... - una sonrisa de satdisfación rápidamente disimulada aparece fugazmente en mi rostro al haber conseguido desentrañar las ocultas motivaciones de mi superior.

Supongo que os referís a mis hombres del navío que los persiguió. Si queréis partirán de inmediato una vez tengan todo preparado en el barco.

El conde se levantó de su asiento una vez la comida fue terminada.

Si pretendéis ir a Górnoran, os cedo mi buque como os dije.

-Sí, por supuesto. Me refería a sus hombres. Que busquen ese navío en cuanto lo preparen.

Vuelvo hacia la mesa, mientras el resto de comensales terminan de comer. Cada vez me preocupa más la situación en Górnoran; y la falta de noticias de Kaa no ayuda a paliar esta preocupación. Esto junto al ofrecimiento del Conde precipitan mi siguiente decisión.

-La verdad es que no tiene mucho sentido mandar hombres en busca de otros, pues eso no nos traerá la información que necesitamos antes. Además, imagino que nuestro vecino rey agradecerá mi visita personal, la tomará como una muestra más de respeto a la alianza que nos une. Conde Saxfa,- Miro directamente hacia el hombre, que se muestra apoyado en la mesa, como cansado ya de esta visita sorpresa -aceptaré de buen grado su ofrecimiento. Partiremos hacia Prwnk en cuanto sea posible, y nos reuniremos con Drerick.

Algo más tendré que decir en Palacio, pero ya lo pensaré con tiempo...

Mañana estará el barco listo a primera hora. - El conde hace una reverencia. - Serán mis invitados por esta noche.

Da dos palmadas y unos sirvientes entran en el comedor.

Ellos les llevarán a sus aposentos majestad.

Tal y como el conde aseguró, los visitantes llegan a sus aposentos lujosamente preparados donde duermen toda la noche sin contratiempo. A primera hora unos sirvientes les despiertan el barco estaba preparado y el alba apenas despuntaba sobre el plácido mar de Sellecktesh.

Cuando llegaron al puerto un barco de gran velamen y apariencia veloz les espera con una buena guarnición de marineros del conde. Él mismo espera a los cuatro viajeros en el muelle.

Ya han sido aleccionados para que hagan su voluntad. Disponga del barco el tiempo que considere necesario. - Señalando un velero de menor eslora prosigue. - En cuanto tengamos no ticias del barco de los extranjeros, les enviaré un correo a Prwnk, para que sepan de nuestras noticias.

Meticulosamente y sin prisas recojo mis pertenencias de la habitación en la cual he pasado la noche. Repaso mentalmente lo que he de llevar, para que no se me olvide nada. En un último vistazo a la habitación me percato de un papel encima del escritorio. Lo recojo y leo la carta que la noche anterior había escrito para Lezmar.

El aire fresco del muelle me despierta. Ese olor me trae recuerdos de todos y cada uno de los viajes en los que he partido por mar, y en parte alivia mi pesadumbre al poder evocar recuerdos pasados. Me despido del Conde Saxfa, agradeciendo de nuevo su hospitalidad

-De nuevo le doy las gracias Conde, por la inestimable ayuda que nos está prestando. En cuanto lleguemos a las costas de Górnoran mandaremos su barco de vuelta.- Antes de girarme y embarcar le extiendo la carta, y espero a que la coja -Encárguese de lacrar esta carta y hacérsela llegar a Lezmar. Es un asunto de importancia nacional.

Querida Lezmar:

La situación actual es mucho más comprometida de lo que esperábamos. Los kadvuries siguen acosando nuestra frontera norte. Hay navegantes con bandera desconocida que pueden estar acosándoles en su territorio. Nolsania se encuentra envuelta en llamas.

Es por eso que me dirijo ahora a visitar personalmente al rey Drerick; a ofrecerle la ayuda del Imperio Lunar, y a renovar nuestra alianza. La situación requiere que sea así. Continúa llevando las riendas del Imperio, pues te considero perfectamente capaz de manejarlo; y sobre todo cuida de que el Príncipe Faze continúe su entrenamiento a manos del viejo Hans. En cuanto a mí, no conviene alarmar al pueblo. Mantén en secreto mi paradero mientras no sea necesario revelarlo; y una vez lo hagas, comenta que tan solo es una visita diplomática a nuestros vecinos.

Te quiere, Talgor.

El conde toma en su mano la carta.

No tema, hoy mismo haré partir a un heraldo conla misiva a la emperatriz.

Apartándose de la plataforma habla con voz mas señorial.

Espro que tengan buen viaje mi señor.

Drerick..., por fin conoceré al mítico rey, y cómo ansío asistir al momento en que se reúna con mi Señor el Emperador - reflexiono, justo antes de dormirme, abrazado a la mullida almohada - He de agradecer a la Diosa el privilegio...

A la mañana siguiente, madrugo antes que los demás. Desayuno frugalmente y con rapidez acudo al navío, localizando entre los marineros al que parece el capitán. Le interrogo con profesionalidad sobre los preparativos, insistiendo en varios puntos que me parecen poco claros. Después de un buen rato, mis preguntas parecen molestarle, y su tono se vuelve agrio. Le contesto con toda la corrección que puedo que todo debe estar dispuesto pues llevará pasajeros importantes, pero esto no parece más que aumentar su enfado e indignación.

Está bien, no hay necesidad de llevar este asunto más lejos - comento de repente con humildad, al observar por el rabillo del ojo la llegada de Magner - Confío en su criterio por entero... - añado, levantando la mano y alejándome del capitán antes de que tenga oportunidad de contestarme.

Espero que esto quede aquí, no creo que el señor Magner comparta mis puntos de vista sobre la logística esta vez...

Señores, me he tomado la libertad de comprobar que todo está preparado - digo a Sellesh, Magner y Talgor saludándoles militarmente con la palma de la mano hacia arriba, como se acostumbra en el ejército imperial.