Partida Rol por web

El dragonut hizo una reverencia tosca y comenzó a hablar con presura.

Mi nombre es Karsk, enviado de Sitti. Lord Devirius supo de las llamas de Nolsania hace 6 días, al ver lo ocurrido marchó junto a Leanan, Plesel y varios de los más grandes dragonuts hacia la isla en barcos de Maese Plesel. Ahor aya habrán llegado a la isla, supongo. Sobre la isla se veían desde Sitti, enormes seres sobrevolando la isla en llamas. Parecían dragones, pero no podíamos asegurarlo.

Hizo una pausa y se sentó en un a rídiculo pra él, sillón de la corte.

El Duque de Sitti, Lord Devirius, me pidió que os informara de la gravedad de la situación y que movilizarais al ejército de Górnoran.

Lomy observó con cara de sorpresa el continuo ir y venir de gente en la sala del rey. Cuando finalmente Drerick pone algo de orden, Lomy se acerca a escuchar las palabras del dragonout. Al parecer Devirius y alguno de sus antiguos amigos, como Leanan y Plesel, ya habían partido hacia el foco de las confrontaciones. Cuanto antes fuesen en su ayuda mejor.

Tenemos que viajar hacia Nolsania cuanto antes, Drerick. Enviar parte del ejercito de Gornoran, viajando nosotros como avanzadilla, pues iremos más rápido. Al menos si Devirius ha viajado desde Sitti hacia la isla, quiere decir que el ejercito atacante no ha llegado a la costa aún, y siguen en la isla.

La aparición del dragonout, así como la presencia, al otro lado de las puertas del salón del Rey, de aquellos que reconozco como clientes de mi local, parecen alterar aún más al monarca, y aunque alza su voz para frenar las palabras del enano, no parece ser capaz de controlar la situación ante tanta gente, y enfurecido, decide dejar fuera a tal nutrido grupo para escuchar el informe del hombre de Devirius.

Lomy tiene razón, Drerick. Si nuestros amigos están ya en la isla, no debemos perder tiempo y deberíamos partir inmediatamente, - empiezo, uniéndome a las palabras del ex-centauro. - pero creo que antes podrías hablar con esos desconocidos, no creo que sean más que unos pocos minutos, pero puede que tengan alguna información relevante. Sigo pensando que son demasiadas casualidades que los kadvuri preparen alguna artimaña mientras Nolsania es atacada, y, aunque no lo deseo, debemos tener en cuenta la posibilidad de una alianza entre ellos y el ejercito que amenaza con asolar tu reino. Quizás el objetivo de los kadvuri es distraernos mientras el otro ejercito abandona las islas, no lo sé, pero como sea, creo que deberías tener en cuenta dicha posibilidad. - agrego, son rostro serio y sincero, deseando que el goblin haga caso de mis palabras y decida prestar atención a aquello que puedan decirnos los desconocidos.

Al escuchar los nombres de esos dos humanos el pequeño verde no pudo evitar chasquear la lengua con desgana, de echo si hubiera podido evitar no lo hubiera echo, no eran de su gusto aquella loca de los perros y el listillo y avaricioso humano.
Pero la rapida respuesta del elfo lo saco de sus malos pensamientos.
-¡Yolose MALDITO!-Le grito alzando los brazos, despues recordo que el Dragonut aun estaba allí y volvio a tranquilizarse, tan tranquilo como puede llegar a estar.
-Eso estaba previsto, lo que no contabamos es que Devi, Devirius ya estuviera en Nolsavia...Nolsania.-¡Behj! Al final tendre que mojarme los pies.- Seguiremos la idea principal, Akitch y las ciudades costeras seran movilizadas, a estas alturas supongo que ellos tambien lo saben, pero igualmente llevaremos mensajeros. Se ha de reforzar la guardia en la ciudad pero movilizaremos a gran parte del ejercito con nosotros.-Sus palabras parecian retumbar en toda la estancia.

-Tu Dragonut vendras con nosotros si no tienes otro asunto a tratar por orden de tu señor, junto con una guardia personal, asi iremos nosotros mas rapido a otear el camino.-Dijo antes de que su corona le tapara un ojo y destrozada su estupenda fachada.

Tras pronunciar algo en goblin antiguo, algo mas antiguo que el propio mal que un dia hubo en esa tierra o al menos sonaba parecido, se coloco la corona, echo hacia atras su capa gris y cruzo sus escuálidas patas.
-Y si, como ya les dije pasarian cuando yo estuviera preparado para escucharles, tambien me molesta el echo que esos barbaros quieran hacer cosas raras tras mis murallas.-Termino intentando dar una rapida respuesta al borracho de orejas puntiagudas.

-Ahora Dragonut, ¿Tienes algo mas que contar? Si no es asi marcha o queda en un lugar apartado para poder dar paso a esos molestos extranjeros y finalizar asi este largo dia de reuniones.-Termino echando una furtiva mirada a la puerta la cual estaba imaginando derruida por las masas incontrolables que podrian llegar dentro de un par de dias.

Nada más Drerick. - Contestó el hombre dragón con desgana.

Se apartó un instante mientras los criados abrían las puertas de la sala. Dejándo ver a los extranjeros y guardias.

Los edxtranjeros junto alos guardias no tardaron en entrar. Esperando a que el rey se expresara, tras la espera.

Drerick tenia la garganta seca de tanto hablar y lo unico que tenia para suplir su sed era ese odre traido de la taberna que parecia darle hoy mas problemas que alegrias, por suerte dio buena cuenta de aquel curioso bebedizo antes de que los extranjeros entraran en su sala.

-Muy bien pasar, ya es momento de escuchar vuestras disculpas.-Dijo el pequeño gran rey.-Entre uno de vosotros alguien a echo uso de la magia sabiendo que esta prohibido bajo cualquier concepto, no importa la razon. No obstante deseo saber quien es y la razon que tomo para usarla sabiendo que esta vetado bajo pena de fuerte tortura.-Dijo tajante el Goblin, mostrando claramente su autoridad ante los extranjeros, algo que disfrutaba haciendo, sobretodo con desconocidos.

Lomy se colocó junto a Drerick mientras los extraños pasaban a la sala. En su poderoso brazo metálico sostenía su inseparable lanza, pero no en actitud amenazante. Su mirada parecía perdida, pensativa, sin centrarla en los nuevos ocupantes de la sala. Parecía que le estuviese dando vueltas a algún asunto.

Roy se acerca presuroso para ponerse bajo la protección de su amo. Ya estoy aqui, señor. Dijo en voz baja, casi un susurro, para no interrumpir. Como siempre, se puso tras el elfo pero no perdía detalle de lo que sucedia en esa sala tan atestada de gente.

Aqui esta a punto de pasar algo gordo. Pensó Roy

El enano entró en la Sala Real con el mismo gesto brusco que conservaba desde la llegada a la ciudad. Aguardó pacientemente a que alguno de sus acompañantes hablara. No tengo nada que decir sobre el tema de la magia, así que en boca cerrada no entran moscas, haber qué tal se desarrolla esta tertulia porque ir diréctamente al tema que a mí me atañe sería una locura.

Cruzó sus manos tras la espalda y esperó a que otro tomase la palabra.

Tras las palabras de Drerik, Yarr meditó un segundo la respuesta y se adelantó un par de pasos al grupo...

Haciendo un extraño gesto con la mano izquierda, al llevarsela al corazón saludó a su modo a al gran señor.

Permitidme que me presente...

Soy Yarr, un trobador viajero en busca del conocimiento de la civilización.

Procedo del frio norte, de una recondita aldea en la que ejerzo como chaman y de la que me he visto forzado a avandonar, por consejo de un antiguo y poderoso antepasado.

Hace una teatral parada propia de un trobador.

He venido a su reino por consejo de los espiritus y me encontraba descansando en la posada el "Odre de la Vida", cuando unos primitivos hombres intentaron abusar de Roy, por lo que me vi forzado a actuar.

Intenté no utilizar la magia pero el bruto me forzó a utilizarla para salvar la vida.

Mientras van entrando de nuevo en la estancia del Rey, Rufnus deja que sus pasos sean cada vez más lentos con el fin de quedarse en un segundo plano. Nunca a gustado de figurar ante ningún gran señor y no va a cambiar su costumbre precisamente ante un Goblin venido a más.

Espero que salir en defensa del viejo no termine siendo un problema. ¡Maldita sea mi suerte!

Me escondo aun mas tras la espalda del gigantesco elfo, al recordar la terrible escena que se produjo en la taberna.

Ante la presencia de los desconocidos, aunque no todos para mi, pues a la mayporia he tenido la oportunidad de verlos en mi local apenas hace un rato, me mantengo en mi sitio, observando, callado, como uno a uno se sitúan ante el rey en silencio, tan solo roto por las palabras del tal Yarr.

Instintivamente, observo como Ashane hace acto de presencia, y, educadamente, la saludo con un casi imperceptible cabeceo, mientras permito que Roy se resguarde a mi espalda.

Roy tuvo suerte de que este grupo estuviese en el Odre....si no hubiese sido así seguramente no lo habría contado.

Todo esto me sigue pareciendo muy extraño. ¿Ahora lo que dice el que es rey es verdad o como ha dicho antes aquel hombre de la taberna es lo que no dice lo que es verdad? Creo que voy a dejar de marearme tanto por lo menos un buen rato si no me quiero perder lo que va a suceder a continuación...

El que dice que es el rey exige explicaciones y el hombre del cayado se explica. En la sala, aparte del rey, hay varias personas más, pero que reconozca sólo el duque Taurnil y el muchacho de antes, que se esconde. Devuelvo el saludo al señor Taurnil, aunque aún sigo sin entender si está ahí por lo que ocurrió con el hombre del cayado o porque es su local o...

Tras la explicación del hombre del cayado, miro expectante al que dice ser el rey, sentado en su trono. ¿Será capaz de castigar a alguien que ha ayudado a mantener a raya a esos... descerebrados?

La tensión se respira, mientras la tarde va cayendo en Prwnk. Por los ventanales del salón del trono del goblin, los rayos de luz golpean la metálca piel del brazo mágico de Lomy y las escamas del dragonut heraldo.

Escuchas muco jaleo cerca del salón del trono. Tus guardias te han informado de la intrusión de un dragonut en el trono. Eso no puedes consentirlo, cualquier que quiera ver al rey debe preguntarte a tí.

Cuando llegas al salón ves la sala llena de gente, eso te desespera, parece que no estás para nada.

Un grupo de soldados humanos de Prwnk, unos viajeros elfos, enanos, humanos, un dragonut, Lomy, Taurnil y el rey hablan a gritos. No sabes de qué, pero parece importante.

Por la puerta de la sala aparece un goblin con cara perpleja y enafadado, sin duda. Es el jefe de la guardia real goblin.

Yarr fiel a las costumbres de su tribu, se mantiene en pie con el porte alto y la mirada directa sobre el soberano, de la que solo la aparta para mirar un instante al goblin que entra.

Curiosa corte sin duda donde me han llevado los espiritus.

Espectante espera las palabras del soberano.