Partida Rol por web

Ian saca el kit de herramientas y su GPS, mientras intenta hacer algo con el tema de la iluminacion.

Veamos que puedo hacer por aqui...-toca botones, y mas botones -Ajá... creo que con esto aqui y esto allá... podriamos estar bien.

Accedéis a la habitación, pero parece que Ian tiene algunos problemas para conseguir poner en funcionamiento todos los aparatos que hay en ella. No es que sea una sala demasiado amplia, pero al pasar la mano por encima del polvo, de la especie de mesa que se veía desde fuera, podéis ver como parece una especie de consola electrónica, aunque todos los símbolos son demasiado extraños, como si fuera una especie de gerogrífico pero de figuras geométricas.

Tampoco se ve que haya ningún botón de encendido o apagado.. es cómo muy extraño..

Al descubrir ya todo aquel aparato, veis como en su centro podría hacer una especie de compartimento, ya que hay una fina raja por la que se ha colado el polvo y ahora queda bastante a la vista.

Alex lo mira todo, incluso bufa un par de veces para sacar el polvo con el aire, tosiendo y estornudando después. Mira el panel, ladeando un poco la cabeza... y con un interrogante saliendo de su cerebro.

¿Alguna idea?

No, aquello no era de su materia... si fuese por ella, metía tal terremoto que abría las puertas por sus cojones. O ovarios, en este caso.

Ian, harto de estar alli... se arremete cruzandose de brazos.

Pues yo ya he hecho todo lo que esta a mi alcance. ¿Porque no buscamos la forma de salir de aqui e informar lo que hemos descubierto a las autoridades de la DCM y que se encarguen ellos del resto?

Observo atentamente la recién aparecida consola electrónica en la extraña “mesa”. Los símbolos que muestra me recuerdan en cierto modo a las películas y series de ciencia ficción en las que aparecen extraterrestres con su extraña tecnología. Pero si aquí había estado alguien de hace varios siglos también cabe la posibilidad de que sea escritura antigua.

Escruto con mi mirada el supuesto texto, no tengo ni idea de cómo descifrar escrituras antiguas, aunque esta no lo parece para nada. Con toda esta tecnología…

Me giro hacia Ian, que desiste en la labor de seguir investigando. –Pues me temo que sí ya has hecho todo lo que has podido lo tenemos difícil para seguir investigando esto. Creo que eres el único de nosotros que puede tratar con esta tecnología, aunque seguro que el D.C.M. tiene a más gente capaz.- A medida que hablo y respiro, el vaho que produzco debido a mi armadura de hielo asciende en el aire hasta desvanecerse. Casi me da la sensación de que hace frío en esta sala…

-Yo por mi parte sigo sin encontrarme muy cómodo por aquí. Pero creo que no tendríamos que dejar esto a medias.- me giro y vuelvo a mirar la consola y la extraña máquina sobre la que se soporta. Cuando vuelvo a posar mi mirada de nuevo en la polvorienta “mesa” reparo en algo en lo que no me había fijado hasta ahora. -¿Qué es eso? Parece que hay una hendidura ahí.

Arqueo una ceja mientras me acerco lentamente. Noto como el pulso se me acelera.

Frente a la resistencia de Eric, Ian se siente un poco mas halagado e importante por lo cual se le escapa una pequeña sonrisa frente a su comentario.

...Dejame ver que puedo hacer...- Ian comienza a concentrarse lo mas que puede para analizar aquellas figurillas que se hacian notar y esconder entre el polvo y la oscuridad del lugar.

Sus ojos se volvieron blancos y una pequeña aura solía aparecer alrededor de él. Tieso en el mismo lugar, concentrado y fijo sobre un punto vano en la pared. Intentaba descubrir a la fuerza que diantres era esa habitacion escondida bajo el suelo.

Ian por fin había conseguido entenderse con el sistema de la sala, no era demasiado complicado, aunque casi podía estar seguro de que la tecnología no era terrestre, ya que jamás en la vida había visto una circuitería como aquella, quizás, demasiado avanzada con respecto a la tecnología actual con la que contaba La Tierra, a pesar de sus avances y sus conquistas espaciales.

La luz se encendió, aunque no había nada más que ver que lo que ya habíais encontrado. Al activar la mesa, se abrió el compartimento sobre el que había recalcado Eric, y dentro de este, se veía una caja metálica, no demasiado grande. Un pequeño resorte se activó una vez se hubieron encendido bastantes led de colores en la mesa, sobre todo verdes, y la caja comenzó a elevarse sobre una plataforma de metal, hasta quedar accesible para ser cogida sin problemas.

Dan y Abigail, que como siempre, se habían quedado rezagados, se miraron el uno al otro con cara de " no entiendo nada " y sólo se escuchó un silbido que salió de la boca del agente.

- Creo Ian, que si antes de ser agente del D.C.M. hubieras participado en todos los robos que lo hice yo, ahora estaríamos retirados en una isla del Caribe de nuestra propiedad.. - Dijo a modo de broma, aunque viendo las habilidades que poseía tampoco es de extrañar que ese hubiera sido su oficio.

Sonrío al ver cómo, en efecto, había algo en esa ranura. Me acerco lentamente a la caja que ha quedado al descubierto. Quizá es esto lo que veníamos a buscar, quizá el libro o lo que sea está ahí dentro. Durante mi trayecto no puedo evitar soltar una carcajada ante el comentario de Dan. Verdaderamente estas personas que controlan la tecnología deben tenerlo fácil para saltarse sistemas de seguridad de esos tan modernos que hay hoy en día.

Cuando estoy lo suficientemente cerca de la caja la miro con detenimiento sin llegar a tocarla. –Dan, ¿es posible que sea esto lo que hemos venido a buscar?- mi segunda pregunta va dirigida a Ian. –Oye, ¿sabes si hay algún tipo de trampa a lo Indiana Jones en esta caja? Quiero decir, espero que si la cogemos no pase nada raro… Lo único que nos faltaría es que la sala se cerrara y comenzara a llenarse de arena… 

Ya era hora que hiciera algo útil.

A pesar de este pensamiento, Alex estaba sonriendo tan tranquila. Se puso las manos en la cintura y observó la caja, soltando una risotada con lo que Dan dijo, por lo que parecía, ella no era la única que se había dedicado a eso, aunque Alex no había necesitado este tipo de poderes.

Esperó a que Dan respondiera algo referente a la caja, si estaba allí el libro ya tenrían la faena hecha.

Dan se volvió hacia Eric sin saber demasiado bien que responderle, ya que esto se escapaba totalmente de su comprensión. Él tampoco entendía esta tecnología, ni por qué hacía unos minutos había tenido que estar disparando a criaturas esqueléticas, ya que la primera vez que estuvo en la zona de las estátuas no se vio nada amenazante.

- Creo que es mejor que tengamos cuidado a la hora de abrirla. Estando tan cerca sería una auténtica putada joderla..

Tras sus palabras miró a la muchacha oriental y luego sonrió, símbolo inequívoco de que había tenido una idea.

- He visto que Abigail resiste muy bien los golpes debido a su constitución. Me parece que debería ser ella quien probase suerte, ya que lo que para nosotros puede ser letal, para ella puede ser sólo un golpe.. pero claro, esto es sólo una idea.. ¿ qué os parece?

La muchacha se acercó y se puso a la par de Eric, mirando la caja y luego se encogió de hombros mirando al resto.

- Vale, creo que me podré pelear con una caja sin problemas, aunque yo que vosotros me apartaría por si acaso.. - dijo la joven al resto, más bien a modo de " vamos a abrirla para largarnos cuanto antes " que preocupándose por nadie.

Las palabras de Dan eran correctas, ya que según la anterior pelea, la que resultó aguantar mejor los golpes había resultado la que a la vista parecía la más frágil.

No se sorprenderá de lo que he tenido que hacer en mi vida comandante.- Decía en respuesta del agente Smith.

Luego de la interlocución entre sus compañeros... Ian se queda a la espectativa de la acción de Abby.

Ten cuidado. No creo que sea demasiado bueno si nos cae 5 toneladas de tierra encima.

Cuando Abby se acerca a la caja doy unos cuantos pasos hacia atrás. En mi interior deseo que mi hielo sea lo suficientemente espeso como para resistir lo que se me eche encima, que espero que no sea así.

Me coloco junto a Ian y me sumo a su advertencia. –Opino lo mismo, no me agrada para nada la posibilidad de que nos quedemos aquí enterrados.

Mi pulso se acelera levemente. Mi creciente nerviosismo queda al descubierto ante mis exhalaciones de vapor continuadas. 

La muchacha os miró a todos durante unos instantes, ahora mostrando una leve preocupación, pero si expresión no tardó en variar y se mostró con una determinación incluso asombrosa para alguien de su edad.

Llevó las manos a la caja y la cogió sin que ocurriera nada, mientras su lobo, no mostraba signo alguno de preocupación. Abigail, con cuidado, muy despacio abrió la tapa, levantándole como si lo que contuviera pudiera morderla hasta que la abrió del todo y por unos instantes, todo permaneció en calma. Pero en el fondo, todos sabíais que algo iba a ocurrir y la respuesta a qué sería lo que ocurriría no tardó en llegar.

La caja comenzó a brillar con una luz roja que os cegó. Vuestras cabezas escuchaban de nuevo aquel mar de susurros, haciéndoos partícipes de un dolor infinito, mientras vuestros músculos ya no os respondían y caiaís al suelo, volviendo a llevar las manos a la cabeza y sintiendo un dolor tan agudo que no soportaríais, esta vez no, era un dolor que no os dejaba ni respirar.

Una imágen se formó ante vuestros ojos. Unos ojos rojos en los que ardían las llamas y todo el mal del mundo se podía ver a través de ellos. Una especie de grito pasó por vuestras cabezas: " No podréis pararme.. nunca conseguiréis vencerme ni reuniendo todos los libros ".. - Decía para luego reirse con una carcajadas que helarían la sangre hasta del más valiente.

De ahí pasasteis a la oscuridad más intensa, habíais caído inconscientes todos. Al despertar, en el lugar donde antes de había hallado aquella piedra redonda y que ahora, como por arte de magia había desaparecido, el libro estaba a vuestro lado, pero no había ni rastro de la muchacha oriental, del lobo o de la caja que contenía el libro.

Teníais sangre reseca en la cara, sin duda habíais estado sangrando por la nariz y en el cuello también, esta vez parecía que vuestros oídos habían hecho otro tanto. Al cabo de un rato, os disteis cuenta de que estaba amaneciendo, pero cuando entrasteis ahí dentro aún no había atardecido..

Alex empezó a abrir los ojos lentamente, se llevó una mano en la cara, confusa, y se levantó pesadamente, miró alrededor, mirando a los tres chicos que estaban con ella... parecía que faltaba algo. Pero por el momento no cayó. Se llevó una mano a la sangre reseca y chasqueó la lengua.

Vamos, despertaos... parece que hemos estado descansando por un buen rato. - les dijo, dando un pequeño golpecito con el pie a las costillas de Eric.

Se agachó a coger el libro, y bufó el posible polvo que tuviera encima.

Ya tenemos el libro, podemos largarnos de aquí - anunció en voz alta, alzó una ceja - ¿Y Abby y su chucho?

La oscuridad me engulle completamente tras el intenso dolor. Durante un tiempo indefinido mi conciencia vaga sin rumbo por las tinieblas. Y, finalmente, tras una ayudita por parte de un pie ajeno, abro los ojos.

Mis sentidos aún no han acabado de recuperarse, por lo que tardo varios segundos en conseguir enterarme de la situación. La voz de Alex consigue que haga un esfuerzo extra por levantarme. Mi piel ha recuperado el calor, parece que mi armadura se desactivó cuando Abby abrió la caja. Cuando Abby abrió la caja…

Alex se percata de que nuestra compañera oriental no se encuentra con nosotros. Se me hace extraño, siento las consciencias de Alex y Ian e incluso la de Dan, pero en el lugar en el que estaba Abby siento un vacío. Antes no podía escuchar sus pensamientos, pero sabía que estaba ahí. Ahora ya no hay nada…

En el rostro noto el tacto de algo extraño. Cuando me llevo la mano a la cara noto la sangre reseca que me ha salido de la nariz. Me recuerda a cuando Josh y yo descubrimos el esqueleto en esa discoteca. Resoplo, añorando tiempos más tranquilos.

-No la veo por ningún sitio, ni siquiera siento su presencia.- Con las uñas me rasco levemente la sangre reseca para quitármela de la cara. –Creo que podría intentar buscarla si se encuentra lo suficientemente cerca.- Mi mirada vuelve a Alex, que tiene un libro entre las manos. Debe de ser lo que hemos venido a buscar…

Dan que sí estaba con vosotros trató de fundirse con el suelo en el lugar donde antes había estado aquella piedra totalmente redonda, pero no hubo forma, así que comenzó a buscar por los alrededores sin mucho éxito.

Eric, no había conseguido encontrar la mente de la muchacha así que o se había quedado encerrada ahí dentro o no lo podría contar, porque había " cero " rastro mental de ella.

Habíais estado inconscientes sobre el encharcado suelo y la lluvia no es que hubiera sido demasiado clemente con vosotros, así que os dolía todo, estabais mojados y lo más importante, teníais el maldito libro. Eso sí, tras cerca de una hora no conseguisteis encontrar ni rastro de la muchacha, como si nunca hubiera ido con vosotros, aunque todos la recordabais claramente.