Partida Rol por web

Pudiste ver cómo poco a poco todas las personas de la nave fueron teleportadas a sus respectivos lugares y tan sólo os quedasteis tú y Sam en aquel lugar, acompañadas por Brian'dak y otros tres de aquellos seres alados.

La mujer alada, abrió uno de los compartimentos, donde había guardado los tomos que le había entregado la D.C.M. y como habían prometido a la agente Donovan tras una discusión con sus compañeros, estaban, por suerte, sin unirse. En realidad, aunque eran seis los tomos que había que localizar, dos ya se había fundido sin querer con otros tomos, así que tan sólo debíais cargar con cuatro de ellos.

- Vuestra labor es la más importante en todo esto así que escuchar bien. Elara, tan sólo tú podrás leer lo que ponga en el tomo una vez se hayan unido todos los libros y una vez lo recites en algo, deberás tocar a Sam, quien recibirá el mayor poder que ha tenido ninguna persona de este planeta, aunque sólo será hasta que el líder de esos seres se acerque a ella. El mayor problema, es empezar a recitarlo en cuanto se haga de noche a mitad del mediodía.. es todo lo que tienes que recordar.

Sam parecía no entender qué ra lo que tenía que hacer con ese poder así que preguntó.

- ¿ Yo tengo que hacer algo o simplemente dejar que me toque y esperar?

La extraterrestre la miró un poco preocupada.

- Bastante tendrás con tener que contener el poder..

Miré hacia Sam algo preocupada al notar el miedo en su pregunta y la cortante respuesta que se le dio. La sonreí intentando quitarle hierro al asunto y tratando de pedirle que confiase en mí... con la mirada.

Tras un poco de silencio no pude evitar hacer esas preguntas que me rondaban por la cabeza sin importarme lo más mínimo que pudieran parecer simples:
- ¿Será mucho lo que tenga que leer? Porque si es mucho deberé darme prisa, supongo, para que no nos pille el toro... o el demonio en este caso. - forcé una sonrisa al decir eso último.- Respecto a lo de leerlo cuando se haga de noche en pleno mediodía no será para nada el mayor problema, puedo ver perfectamente en la oscuridad, incluso mejor que a la luz del día, aunque no sé si lo había mencionado antes, ciertamente. Entonces... ¿sólo podré tocar a Sam cuando haya terminado de leer lo que aparezca en el libro único este que se formará al unirlos todos?

La mujer alada no sabía si había entendido bien tu pregunta, pero aún así respondió, ya que parecía que quizás no se hubiera explicado demasiado bien y siendo vuestra labor la más importante de todas no había lugar para el error.

- Puedes tocar a Sam antes, pero nunca después de que el poder del libro haya pasado a ella. A ver.. tienes que leer lo que pondrá en el libro que tendrás en tus manos y una vez lo hagas, acto seguido tocar a la muchacha, sino, todo lo que hayamos hecho antes no tendrá ningún sentido.. ¿ Lo entendéis?

La muchacha se mordió el labio unos instante sy luego asintió, pues parecía que ella sí que había entendido su labor a la perfección. No es que lo que tenía que hacer fuera muy difícil, al menos, la teoría.

Arqueé una ceja mientras escuchaba de nuevo las explicaciones. Siguió sin quedarme del todo claro pero... bueno, supuse que ni siquiera los ángeles lo sabían todo sobre lo que iba a suceder de un momento a otro.

- De acuerdo, yo leo y leo y después toco a la muchacha, pero solo una vez para que ese poder no me haga nada a mi... - respondí dejando entrever que era eso, básicamente, y nada más, lo que entendía que debía hacer.

Miré a Sam que asintió ante todo lo explicado comprendiendo lo que se esperaba de ella... y la sonreí poco convencida de todo aquello pero intentando que ella notase que estaba con ella, que confiaba en que podíamos lograrlo. Pensé en Matt... en el dulce Matt y en las ganas que tenía de besarle de nuevo... Y deseé poder hacerlo cuando todo aquello terminase.

La " Ángel " asintió diciéndote que lo que habías comprendido era correcto y luego en seguida os pidió que os acercaráis a ella, pues debíais salir de la nave.

Aparecisteis en una especie de plataforma de piedra, como si el centro de aquel lugar hubiera estado preparado para un concierto, pues había una explanada redonda de piedra al que sólo le faltaba un escenario y la gente alrededor. Por uno de los laterales, se veían ríos de lava, que desaparecían misteriosamente al tocar aquella piedra, como si no fueran más que un espejismo. Delante, un paísaje desolado, pues era como ver una cantera, sólo que con las piedras cortadas sin ton ni son. A vuestras espaldas, el paísaje era como un maravilloso oasis, un lugar en el que cualquier persona se tumbaría en la hierba a respirar una bonita mañana de primavera y al lado restante, ahora se podía presenciar como una momnumental tormenta descargaba incluso nieve, aunque ni el aire ni el viento llegaban hasta donde os encontrabáis.

Noté en el estómago la sensación que siempre me dejaba el teleportarme y también el aire suave rozando mi cara. Con curiosidad aunque también inquietud, abrí los ojos y contemplé todo a mi alrededor... aunque también intenté mantenerme lo más cerca posible de Sam desde entonces y hasta que fuera necesario un  poc de espacio entre ambas.

Observé a un lado, a otro... Unos extraños ríos de lava que de pronto desaparecían de la vista sin dejar rastro, como por arte de magia. Delante nuestro un paisaje casi post-apocalíptico se plantaba ante nosotras, dando a entender que ese era el destino de la tierra que pisábamos y que nos había visto crecer. A otro lado una tormenta algo alejada comenzaba a prepararse y descargar su ira aunque no llegaba a nosotras ningún ápice de ello. Y al girarme mi boca se abrió para contemplar la perfección hecha lugar, el tan recurrido paraíso de Adán y Eva parecía ahora más real que nunca tras haber visto ese lugar.

- ¿Qué sitio es este? Rodeados de semajentes cambios de paisaje... Es increíble. Ese lugar, - dije señalando hacia el idílico jardín.- podría pasar por el paraíso que narran todas las religiones.

- Me temo que no.. - dijo la mujer mientras te miraba. - Lo que ves es lo que ha creado cada uno de esos lugartenientes, para convertir su estancia aquí en algo que les pueda proteger de cualquier cosa hasta la llegada de su amo. Son trampas mortales..

Seguía sin ser demasiado alentador aquello que decía, pero en el fondo sabíais que tus compañeros tenían mucho potencial y querían confiar en que sabrían arreglárselas para cumplir con sus obligaciones.

- Creo que entonces me gusta más estar en el medio.. - Dijo Sam mirando recelosa a ambos lados, pues no se fiaba de que no fuera a aparecer nada de repente.

Escuché meditabunda lo que el ángel o la ángel, no tenía muy claro qué era exactamente o cómo se definía aquel ser alado, me respondió ante mi perplejidad ante, sobre todo, aquel paraíso. Y la verdad es que la creí, tras todo lo que habían dicho de aquellos 4 demonios... no pude sino creérmelo.
Miré hacia Sam cuando ésta habló y no pude más que asentir con la cabeza y añadir:
- Creo que... que yo también prefiero quedarme en medio, aunque... - dije sonriendo maliciosamente adrede.- Si ese paraíso terrenal permaneciera aquí tras la batalla que vamos a librar... me vendría de perlas para una romántica excursión...
Eso último no era algo que quisiera decir en voz alta pero no controlé el volumen de mi voz y, por sus rostros, supe que quienes estaban a mi alrededor me habían oído perfectamente.

Luego, recordando mi visión antes de abrir el cofre que contenía el libro en aquellas cuevas del Tibet, añadí alejando las vergüenzas ante mi confesión pública:
- Por cierto, tuve una visión de esto... y en ella había un atril sobre el que yo colocaba el libro. No lo veo por ninguna parte... - dije observadora hacia el ser alado.- Sólo es por curiosidad y por propio conocimientos para saber cuán fiables siguen siendo mis visiones... nada más.

Brian'dak miró hacia el cielo cuando le dijiste lo de tu visión y por su expresión, parecía estar pensando, aunque algo la preocupaba, pues ya sabía que las visiones que solíais tener era muchas veces demasiado acertadas.

- No lo sé. No te puedo decir nada sobre lo que viste, simplemente, espero que cuando se comienza a poner el sol, no nos llevemos una sorpresa y cambien nuestras percepciones o lo que vemos, pues eso no nos ayudaría mucho. De todas formas, no bajeis la guardia en ningún momento, no sabemos lo que nos puede deparar todo esto, y supongo, que su líder a estar alturas, ya habrá percibido que sus lugartenientes ya han tenido visita, así que vendrá preparado para hacernos frente..

No puedo evitar que me tiemble la voz al darme cuenta de por qué nosotras tenemos el papel más importante:
- ¿El lí... li... líder? ¡Joder! ¡Joderrr, qué mierdaaa! ¡Me cago en la puta! - exclamo en voz bien alta sin poder contenerme tras lo que acaba de comentar Brian'dak. Después me doy cuenta de los tacos que me han salido, como de costumbre, naturales. Estoy a punto de pedir perdón por ello... como esos estúpidos niños cuando están a punto de hacer la comunión, como mi prima la modosita de Sarah, pero no lo hago. Sería absurdo. Somos mayorcitos.

Luego le miro y me pregunto qué harán esos ángeles aquí... ¿Nos ayudarán? ¿Solamente nos darán órdenes de cuándo y cómo hacer las cosas como si fueran los jefes de este cotarro?
- Oye, y... y... - añado intentando que no me tiemble la voz, aunque al principio no lo consigo.- ¿Qué se supone que vais a hacer vosotros aquí si es que vais a hacer algo? Porque si va a venir a saco a por nosotras... mucho no vamos a poder hacer. Yo al menos solo podré intentar leer más deprisa...

La mujer te miró viendo el miedo que desprendían tus gestos, aunque colocó una mano en tu hombro, tratando de tranquilizarte como si fuera tu madre, de la misma forma maternal que lo haría una.

- Estamos aquí para protegeros, para que podáis realizar esta tarea sin que os hagan ningún daño. Pase lo que pase a vuestro alrededor y veais lo que veáis seguid con lo que teneis que hacer, no os pareis.

Sam gruñó algo que no comprendiste demasiado bien, como si fuera su forma de decir que había comprendido lo que se la decía.

Sonreí ligeramente al notar la cálida mano del ángel sobre mi hombro. Era una agradable sensación a pesar de lo que estábamos haciendo allí y de lo que me dijo a continuación.
- De acuerdo. - asentí respondiendo con brevedad.- Solo espero que ese jefecillo no trate de arrancarme hojas del libro provocando tornados o quitándomelo de las manos...
Tras decir esto reí más para mí misma que para los que tenía a mi alrededor y miré a Sam pues me había parecido oírla refunfuñar por lo bajo sin escuchar lo que decía.

Ahora solo queda esperar... Ojalá Matt esté bien, ojalá vuelva sano ys alvo. Ese muchacho... es un tesoro; es una pena que tenga que haberle conocido en estas circunstancias pero... ¿quién sabe? Quizá mejor ahora que nunca. Quizá el destino quiso unirnos gracias a nuestro poder... me pongo a pensar mirando hacia la nada, allá a lo lejos... como esperando tener noticias de él.

Poco a poco comenzaba a oscurecerse todo a tu alrededor. Allí donde no había nada, se podía ver como ahora, como si de un espejismo o alguna clase de holograma se tratara, aparecía hierba verde, hierba que ya habías visto en tus visiones. Frente a ti, a un par de pasos, un atril de madera negra comenzaba a aparecer, pero como si todo aquello no fuera más que un fantasma o un producto de tu imaginación, como si cuando te acercaras a tocarlos fuera a desaparecer y evaporarse ante tus ojos, sólo que sabías que aquello no sucedería, sino que cuando más oscuro se volviera todo a vuestro alrededor, más nítico y más real sería todo aquelllo.

- No tendremos que esperar demasiado.. - Murmuró Sam mirando todo aquello.

En aquel mismo momento, de la nada, apareció Marta en mitad de todo aquello, donde Sam y elara, esperaban a que oscureciera del todo para comenzar con su cometido.

Las cuatro figuras aladas que les acompañaban ( entre ellos Brian'dak y Lhen ) levantaros sus manos hacia a ti, mientras estas se iluminaban, debido a una especie de aro metálico que llevaban en las palmas, pero al ver que era de los " buenos " en seguida la bajaron y la mujer que parecía el líder de aquel pueblo la preguntó.

- ¿ Habéis conseguido reducir a Jermeh?

Un salto veo a mi alrededor los "angeles" se giran hacia mi rápidamente y se les ilumia algo, ¿algun tipo de arma? así debía ser ya que enseguida las bajan al ver quien soy... supongo que debía haber avisado de que venía. No puedo evitar sonreir al ver a Lhen pero enseguida me fijo en la que parece la lider.

Así es, fue bastante facil gracias a Kate al parecer sus poderes nos protegierón de la dominacoión y fue sencillo... mis compañeras ahora estan fuera de combate pero yo vine a ver si podía ser de ayuda aquí.

Contemplando a mi alrededor, sin bajar la vista hacia mis brazos, sé que lo que está empezando a prepararse delante mío me ha puesto la piel de gallina. Poco a poco todo lo que recordaba de mi visión se va creando tal y como yo lo ví entonces.
Ante la frase de Sam la miro dándole la razón y me quedé mirando al frente, al atril... el mismísimo atril en el que me vi leyendo el libro. ¿Cuándo iban a entregarme el libro?

De pronto noto que los ángeles se ponen en tensión. Ya está, pienso, pero me doy cuenta de que es Marta así que mi corazón se calma un poco. La chica cuenta que ha sido fácil acabar con Jermeh y yo solo espero que sea igual de fácil acabar con los otros 3... Quiero que mi Matt regrese sano y salvo.

- Me alegro de que haya ido bien. - le digo a Marta tratando de sonreir sin lograrlo demasiado debido a mis nervios que son ya visibles.- Aquí parece que la cosa va a empezar de un momento a otro...

Lo que teníais a vuestro alrededor, cambió del todo cuando ya casi la luna había cubierto de todo al sol, cuando ya no había nada que pensarse y los tomos debían ser unidos. Frente a vosotros, ahora estaba el atril, perfectamente visible, esperando pacientemente a que Elara se acercara a él pues era su cometido.

- Es el momento Elara.. - Brian'dak le entrgó los negros tomos señalándola al atril y un suspiro muy sonoro de Sam fue lo único que se escuchó de fondo.

Lehn se colocó al lado de Marta y la dio la mano, por si aquello era una despedida, al menos, que supiera que estaba allí hasta el último momento.

Tengo miedo, no se lo que va a pasar ni si habrá un mañana, Lhen se pone a mi lado y me coge de la mano, se la apreto un poco, estoy muy tensa aun con él a mi lado, me niego a despedirme, esto no puede ser una despedida simplemente me giro para verle a la "cara" aunque la tenga totalmente tapada y le sonrío, es una sonrisa tensa pero quiero trasmitirle que me da igual a lo que nos enfrentemos mientras este a su lado. No se que decirle en un momento así por lo que solo guardo silencio esperando a que Elara empiece a leer y empiece lo realmente duro...

Con un miedo terrible en el cuerpo pero todo lo decidida que puedo, me coloco mis oscuras gafas debido a la oscuridad que ahora invade el lugar donde estamos y cojo los tomos de manos de Brian'dak tras escuchar un tanto intranquila un sonoro suspiro por parte de Sam. Intento quitármelo de la cabeza... y concentrarme en mi cometido, solamente esperando que ella realice el suyo sin problemas.

Una vez con los tomos en mis manos intento caminar todo lo recto que puedo a pesar del peso de los varios libros hasta el atril donde, de inmediato, me pongo a leer...

El tiempo que transcurrió entre que Brian'dak daba los libros a Elara para que se dispusiera a hacer su labor, fue suficiente como para que pudierais comenzar a ver como vuestros compañeros regresaban. Aún no podíais saber si estaban todos o si alguno se había quedado en el intento, pero al menos, Elara pudo ver como Matt llegaba con esa velocidad que le caracterizaba y aunque parecía que le habías dado una buena paliza, estaba bien y estaba a su lado.

En cuando la muchacha pisó aquel atril, la más absoluta oscuridad lo cubrió todo, como si alguien acabara de apagar la luz de una bodega en pleno mediodía, y hasta los sonidos de vuestro alrededor parecieron desaparecer, incluso vuestras respiraciones parecían no hacer ruido.

Los tomos comenzaron a brillar en las manos de la pelirroja, y cuando todos se juntaron para formar un único libro, Elara, como si estuviera poseída, como si de la peor de sus visiones de tratara comenzó a recitar unas palabras en un idioma que os recordaba vagamente al latín, pero que tampocoe stabais muy seguros si lo era.

Tras las palabras, el tomo desapareció de sus manos y con una de ellas, tocó a Sam, quien rápidamente comenzó a brillas como si en su interior tuviera una enorme luz, como si cada latido de su corazón hiciera que brillara más o menos. Elara sintió como si estuviera tocando un cable de alta tensión y cuando todo aquel poder abandonó su cuerpo, salió un grito de sus labios debido al dolor que había sentido, pero ahora la que gritaba era la otra muchacha, quien levantó las manos mientras sobre ellas se comenzaba a formar una enorme esfera de luz, que recordaba a una de esas imágenes de un arco solar.

Por si no estuviera resultando todo bastante extraño, el suelo comenzó a temblar bajo vuestros pies, mientras comenzaba a formarse una fractura en el suelo, con un horrible sonido que asociasteis a un agujero que debía llegar hasta el mismísimo centro de la Tierra.