Partida Rol por web

Cuando vió allá adelante la tela, con un descomunal grosor, "tapar" el camino, se le puso la piel de gallina. Acarició a su perro y comenzó lentamente a mirar a su alrededor. No se había percatado hasta ese momento que la silenciosa caverna era aterradora y oscura, y el lúgubre sonido que hacían los remos para romper el silencio intensificaban ese sentimiento.

Venir no fue una buena idea...-el gnomo solo estaba esperando las palabras mágicas.

Cita:

En ese momento cerró los ojos y comenzó a temblar. El gnomo era, dentro de todo, muy valiente, pero tenía un problema, no con las arañas, sino con las criaturas gigantes.

Mierda.

Procurando no dar demasiado protagonismo al temita del agua, entre otras cosas para evitar que entre sus gestas sea recordado su episodio cruzando el río, acepta la idea de Rakas con la mayor discreción posible. – Si, no me vendría mal esa poción… - Y de inmediato cambia de tema. – Pero no me acaba de convencer eso de que te acerques nadando a las telas de araña. Parece demasiado arriesgado incluso para nosotros. ---- Creo que me estoy haciendo viejo ---- Por una vez creo que lo mejor va a ser seguir remando, volver por donde hemos venido, y decidir que hacer desde tierra firme. Podríamos utilizar, incluso, algún cadáver de los que hemos ido ajusticiando por el camino de señuelo. Si es que esa cosa tiene estómago de comerse a un orco.

Mientras remaban, Menzo asentía al comentario de Gliadel -Es demasiado arriesgado Rakas. Pero tengo una idea que pudiera funcionar: tumbados sólo cabemos ...más o menooooos...2 en cada barca. Propongo lo siguiente: el gnomo y yo con nuestros respectivos animales tumbados junto a ellos para mantenerlos tranquilos y que no se muevan y Gliadel también con la armadura puesta...los demás podéis ir al agua agarrados a los laterales de la barca y dejarnos llevar por la corriente.

No había conseguido ver lo que había mas adelante, pero estaba claro que los demás estaban decididos a seguir por allí. -Si el problema es hacer un camino eso lo soluciono yo-, el mago se puso en pie en el bote tomó la gema de poder en su mano, e invocó una nueva esfera de fuego justo donde se encontraba la tela de araña. -Dejad ir los botes a favor de la corriente, en cuanto tangamos suficiente espacio remad todo lo fuerte que podais-, una vez que un trozo de la tela se hubo quemado la movió hacia un lado para despejar el camino para los dos botes.

El hechicero miraba confiado la tela, una araña no seria mucho problema, a fin de cuentas, se puede quemar.

Si nos acercamos un poco mas podría tratar de quemar la tela, no necesitaríamos estar justo debajo, con algo de suerte la tela entera se quema y la araña o salta al agua o muere quemada.

Oh, si gran idea, y si salta al bote?
Confiemos en que ala araña no piense en eso

Buena idea M...-la bola de fuego salió disparada hacia la tela. En ese momento miró alarmado hacia todos lados, esperando que la gran araña caiga sobre el grupo, o lance sus telas inmundas, y nos vaya matando tranquilamente, uno por uno.

Este es el fin, ¡EL FIN!.

Ante la sorpresa de los presentes el mago volvió a convocar una esfera como la que había usado contra los trolls y la dirigió con calma hacia la tela, comenzando a quemar la misma, aunque, todavía, el sector quemado un sector no era lo suficientemente ancho como para que pasaran los botes.

Sin embargo, mientras la tela se quemaba todos pudieron apreciar al enorme monstruo que caminaba por la misma. Era, realmente, enorme. Mientras mantenían el bote a distancia el mago intentó dirigir su esfera contra la araña, lamentablemente la esfera no se podía mover entre las hebras si no era quemandolas... y eso demoraba

La enorme sabandija levanto sus pinzas y, os pareció, os miró con odio. Evidentemenet no le gustaba que le quemaran su "red".

-¿Es suficientemente grande el bichito para vosotros? ¿La véis? ¿Por qué no me creisteis? Cuando dije que era enorme...es que era enorme la muy asquerosa. Parece que desde esta distancia estamos seguros ¿Intentamos anclar las barcas, eh Arza, dejamos caer tu gancho? Quizás desde esta distancia podamos matar a esa cabrona con nuestros proyectiles Menzo jugueteaba con dos balas en la honda. Su intención no había sido dispararlas, pero al ver el rostro de su enemgia predilecta, el disparo doble se produjo casi sin querer.

Sí, era mejor seguir remando y más ahora que había aparecido la dueña de la tela con no muy buenas intenciones. Estaba claro que lo de acercarse en aquellos instantes se antojaba un poco comprometido, por lo menos había que intentar mantenerse a cierta distancia.

Ésta ya no se mueve de ahí, al menos mientras nos vea... afirmó, está claro que le hemos caído en gracia... sí, será mejor hacerle daño desde lejos, quemándola o lo que sea... respondió a Menzo. Antes de entrar cuerpo a cuerpo con aquella criatura de dimensiones considerables desde la inseguridad de un bote, era mejor debilitarla, si es que no conseguían matarla, que se perfilaba lo más deseable. Quizás podamos anclar los botes con el garfio de Rakas sin necesidad de soltarlos...añadió.

Frunció el ceño: ¿Qué tal se le dará saltar?... Esto último lo preguntó más bajito, como si hablase consigo mismo, mientras visualmente calculaba la distancia que les separaba de ella.

Uno de los balazos del mediano impacto en la enorme araña que permanecía en su tela con sus ojillos rojos mirándolos con... deseo? hambre? impotencia? Era difícil decidirlo, pero todos estaban de acuerdo en que acercarse al insecto superdesarrollado podría ser peligroso para cualquiera.

Observando aquel enorme animal el bárbaro decidió mantener la distancia hasta que el hueco que realizaba la esfera de Ecthelion fuera lo suficientemente grande como para que pudieran pasar ambas barcas sin problemas. Nuevamente metió ambos remos en el agua y forzando sus músculos a actuar dejando que la barca avanzara unos metros pero no demasiados. -Hasta que no haya un buen hueco será mejor mantenernos apartados, parece que nuestra amiga tiene hambre y desde que Menzo la golpeara nos mira con poco aprecio.- A aquella distancia Rakas se sentía a salvo y podía permitirse cierta relajación, que él recordase las arañas no solían nadar. - Vosotros centraros en darle más razones a esa enorme masa de ojos más razones para tenernos aprecio, no estaría mal que nos deshiciéramos de ella por si tuviéramos que volver por el río nuevamente., con ese tamaño debe cagar seda en una cantidad asombrosa, no le costaría mucho volver a tender una red como esa.

Al ver que el bote se acercaba la araña hizo un movimiento extraño y, repentinamente un hilo surgió de su boca en dirección al grupo, por suerte su puntería no fue buena, una pegajosa hebra paso al lado del druida, que intentaba que su perro o se moviera errando su objetivo.

Si las arañas hablaran, podrían jurar que estaba maldiciendo por su mala puntería.

Tantos combates en tan poco tiempo permitieron al druida conocer mejor sus posibilidades, y le permitió aprender habilidades que le salían naturalmente.
Fue casi involuntario. El grupo lo vió tirar la antorcha siempreardiente en el bote, y que luego su mano comenzó a prenderse fuego. Como si se hubiese incendiado con la antorcha. Pero se quedó un rato mirando su mano, notando que no sentía dolor, y que ese fuego provenía de su cuerpo.
Luego decidió que esa llama era perfecta para arrojársela a la araña. Y así lo hizo. Ya sabía controlar su nuevo poder.

El hechicero esperaba que el mago parase su conjuro al oir su idea pero puesto que no fue asi se resigno y apunto a la araña con su varita.

Hazlo, si tenemos que esperar que nuestros amigos la maten tendremos bastante que esperar
Si, si, si, calla y deja que me concentre

De nuevo al pronunciar la palabra de activacion, un rayo salio en direccion a la araña, que, aunque fue muy bien dirigido era muy pequeño por lo que no produjo el mismo resultado que con los trolls

El fallido ataque de la araña fue la señal para que el hechicero y el druida, cada uno a su manera, respondieran con sus propios lanzamientos. El hechicero utilizando la varita que tan buenos resultados le estaba dando y el druida convocando, de alguna manera unas llamas que arrojaba a la araña.

Sin hacer caso de si sus compañeros remaban o no, volvió a concentrarse en la esfera para moverla por la tela, esta vez dirigiendola hacia la araña. Colocó una flecha en el arco y disparó a la araña. El tamaño del bicho favorecía el ataque a distancia y l flecha la alcanzó con facilidad aunque sin causarle apenas daño, no era de extrañar comparando el tamaño de la felcha con el de la araña.

Muy bien... aquella afirmación salió de sus labios dirigida a los tres lanzadores de conjuros y al "hondero", que parecían estarse encargando a la perfección de hacerle daño a aquel ser. Estaban realizando un buen trabajo, mucho mejor que el suyo propio con aquel remo, que a ratos se le resistía. Menos mal que eran tres los que remaban.

Miró al objeto contrariado e intento colaborar en condiciones con sus compañeros para seguir manteniendo la embarcación a una distancia prudencial que dificultara al máximo el ataque del “arañón”, pero a su vez pudieran seguir hiriéndole. Chicos, se dirigía a los remeros, a ver si hay suerte y conseguimos encontrar una distancia que nos beneficie... No le había gustado nada el hilo que había nacido de las fauces de aquella criatura en dirección al druida y, de repetirse, era mejor prevenir en la medida de lo posible que solventar problemas después. Vamos, Arza, tienes que hacer tu trabajo, ellos están haciendo el suyo... se animó.

¡UFA, por los pelos! Había remado a lo loco, sin preocuparse por el ritmo del resto, y eso le costó un buen susto al gnomo. - ¡Vamos chicos, sincronización…! - Empieza a contar, resuelto a no cometer el mismo error esta vez - Uno, dos y... ¡TRES! - Rema con todas sus fuerzas, pensando únicamente en alejar las barcas lo máximo posible de la mole arácnida que tienen detrás. -