Partida Rol por web

Las palabras de advertencia del bárbaro le pusieron nervioso y trató de controlar la tos que le dío al atragantarse con su primer trago de cerveza. La espuma formaba un largo y blanco bigote que le recorría todo el labio superior y parte de sus pómulos. Miró inquisitoriamente a la tabernera y a todos los desconocidos presentes. Parecían no inmutarse ante sus palabras; luego miró al grupo de hombres bienvestidos y se alarmó al ver que sus cuchicheos iban entremezclados con miradas descaradas hacia ellos. ¿De qué demonios hablaban? Tan descarados fueron los cuchicheos de los mercaderes como el gesto de Menzo que se colocó ambas manos encorvadas tras las orejas para percibir mejor los mensajes como si su cabeza gorda fuera un radar humano. Estuvo un buen rato intentando descifrar algo, pero no podía. Tal y como estaba en esa postura, sus dedos índices se introdujeron en sendos agujeros auditivos...¡Por todos los dioses! ¡Con toda esta cera bien pudieramos hacer cirios y velas!

Arza se mantiene callado y reprime una mueca cuando oye a Menzo gritar lo del dinero.
Como siempre, Menzo habla demasiado y en voz demasiado alta. Por suerte nadie parece haberse dado cuenta, y con Rakas con cara de malas pulgas no parece que vaya a pasar nada aunque ...; ¿de qué hablarán aquellos?
Por desgracia Menzo sigue hablando en voz alta y no consigue oir nada.
Espero que no planeen nada contra nosotros; aunque si lo intentan seguramente se llevarán una buena sorpresa.

Algo más relajado el joven comenzó a dar buena cuenta de su cerveza mientras trataba de aguzar su oido y escuchar a los mercaderes que tanto interés habían puesto en el grupo.

La conversación debia ser interesante, y si les estaban mentando sería buena saber que decían podían ocurrir dos cosas, un posible negocio o un posible problema, de manera que mejor estar preparado.

Pese a las palabras de Menzo, Rakas había desarrollado un oido lo suficientemente fino como para descartar los sonidos menos interesante y centrarse en los que le importaban.

Toma un asiento y se sienta junto a sus amigos, feliz de dejar atrás el bosque y los lobos.

¡Estos es vida chicos!

Agarra la cerveza con dos manos y la ataca con tres largos tragos, haciendo el característico ruido de bajada de nuez en cada uno de ellos.

Ahhhhh...

Antes de que la tabernera se pierda en la cocina y a riesgo de caerle aún peor grita.

¡Señora, el pan! ¡No se olvide de traer pan pan!- añade para no resultar demasiado grosero- Por favor...

El hechicero entra con el grupo y se sienta en la mesa sin decir nada.
Cuando la camarera trae las jarras mira la grupo extrañado.
Eh chicos, no se si yo debo...
Luego trata de oir algo de lo que dicen los mercaderes pero no consigue oir nada

Evidentemente los mercaderes habían echado un ojo al grupo. Mientras tomaba tranquilamente su cerveza, el barbaro escuchó las palabras que intercambiaban entre ellos

- Parece que saben usar las armas - decía uno de ellos

- Si, y eso es lo que necesitamos. Nos pueden venir bien, nunca pensé que el camino de Puntamar hasta Narbodel fuera tan largo. En barco son solo dos días y pese a todo lo que caminamos todavía nos faltan dos días para llegar - era la respuesta del otro

- Realmente para mover esas perlas era más cómodo en barco. Lo siento por los madereros, pero pese a la distancia son muchas monedas. Piensas que se acercarán o los encaramos nosotros? -

- Esperemos y veamos. Que piensas ofrecerles? 2 mo por día y por persona? -

- Supongo que si, es el precio estandard -

- Y si los tentamos con que averiguen sobre lo barcos desaparecidos? -

- No lo sé. Ya perdimos un grupo en investigaciones. Crees que vale la pena? -

- Y si no vuelven no nos sale nada. Y si vuelven... cuanto hemos perdido en perlas? podemos ofrecerles una buena suma. Les interesará? -

- No lo se. Esperemos a ver cuan curiosos son. Si se acercan lo hablamos y sino les ofrecemos el puesto de guardias, que opinas? -

- Bien, esperemos -

Los hombres, finalemnte, quedaron en silencio, bebiendo sus propias bebidas.

Los hombres conversaron un rato, con la vista fija en el grupo y luego, como si se hubieran puesto de acuerdo se quedaron callados, mirando ostensiblemente para otro lado.

Casi en simultáneo la camarera, que evidentemente había oido al clerigo se acerco con una cesta llena de hogazas de pan y la dejó en la mesa, a la vez que aclaraba - Con la carne no traeré más... entienden. Sino se los deberé cobrar - Evidentemente el caracter de la moza era, cuando menos, desagradable.

Algo extraño ocurría pues el bárbaro no se había lanzado sobre la comida como solía hacer, además tras el largo camino lo lógico era dar un buen tiento a la cerveza, pero Rakas bebía lentamente, cabeceando ligeramente como si afirmara algo que sólo él escuchara.

Sonriendo dió un último trago y sin escuchar lo que dijera la tabernera cagió un pedazo de pan y le dió un buen mordisco acercandose a la mesa y mirando a sus compañeros con los ojos alegres.

-Señores puede que tengamos un nuevo un nuevo negocio muy...- Rakas pensó bien sus palabras mientras miraba a su amigo Gliadel, sabía que al clérigo el dinero le importaba poco.- ... Interesante relacionado con lo que escuchó Arza. Que nadie les mire directamente, pero los mercaderes al parecer están interesados en descubrir que ocurre con los barcos, he oido algo sobre el transporte de perlas, unos maderereros y la necesidad urgente de solucionar el problema para reestablecer la ruta en barco.

Esperó a que sus compañeros se hicieran cargo de los que les había contado mientras continuaba con el pan y la cerveza.

- También busca guiardias para su camino, pero creo que si nos movemos bien nos pedirán ayuda para los de los barcos.

Sonaba realmente interesante y lucrativo el negocio, hacer de guardias era algo menor, si unicamente quedaban dos días de viaje y dos monedas de oro, aunque fueran interesantes, no serían comparables con el precio de descubrir que ocurría con los barcos. Hablaban del traslado de perlas y de perdidas, lo único que le preocupaba era el que más gente hubiera tratado de investigar el asunto y hubieran desaparecido, sin embargo esta información era mejor no comentarsela al resto, entonces tardarían horas en decidirse y podría ser demasiado tarde.

El elfo no se hizo notar desde la entrada en la taberna, pues ya se lo esperaba todo, Menzo hablando de más, Rakas sosgándolo, Arza atento a todo pero sin mediar palabra, Gliadel pidiendo pero sin perder la compostura, y los nuevos que ya se sentían parte del grupo, se concentró en la cerveza.
Escucho las palabras del bárbaro y a falta de saber la oferta económica no le parecía mala elección, no le gustaba la idea de volver a por los lobos.-no parece mala idea, esperemos a saber que nos ofrecen-, luego se dirigió a menzo.- una cosa es que limpies las posibles cacas, pero desde luego no resultaría muy agradable estar comiendo a la vez que vemos hacer sus necesidades a tu cabra, su sitio esta fuera.-

¡Muchas gracias!-le agradece a la señora sin mirarla a los ojos. Se concentró en la bebida y probó un sorvo.
Mmh, no está mal.-y otro, y otro hasta que comenzó a beber desesperadamente.
¡DELICIOSO!-gritó captando la atención de todos los presentes. Ya desde que entró lo vieron raro.

¡Otra, por favor!-dice al comprobar que ya no quedaba una gota en la jarra.
Ni siquiera prestaba atención a lo que decían sus compañeros, él estaba concentrado en su preciada cerveza.
Al parecer estos humanos no viven tan mal, jeje.

Menzo se atragantó con la cerveza al oir al mago -cog cog cog ¡OOOOOOOOhhhhh parece que al señor Ecthelion le vienen los modales según pisa suelo urbano! ¿Ahora os incomoda mi cabra? ¡Poco digisteis en contra cuando hace unos días le estrujamos las tetas hasta dejarlas secas y sin gota de leche para aliviar nuestros gaznates! ¿Ya no os acordais? Si la Sra.Restos se tiene que ir fuera ¡yo me iré con ella encantado! Parece ser que es a Maese Ecthelion al único en todo este local que le incomoda la presencia de mi pobre cabra! Vamonos Sra Restos, vamonos lejos de sibaritas y comamos fuera. -Dijo Menzo tajante golpeando con fuerza la jarra sobre la mesa y saltando de un brinco al suelo.

Mientras el bárbaro intentaba hacerles entender el posible nuevo trabajo, un par de nuevos problemas se gestaban en la mesa.

Por un lado el gnomo descubría el sabor de la cerveza y se concentraba en esta nueva sensación. Por otro, el ácido comentario del elfo hacía mella en el explorador que amagaba con irse a comer a la calle con su animal.

Mientras tanto la tabernera, acercándose a la mesa con los aldeanos le soltaba, con tan malos modos como habían descubierto en carne propia, una fuente con algo que parecía un estofado de carne a la vez que les comentaba - Mejor coman y olvídense de esas ovejas. Seguro que fue el maldito mago... como todo lo malo que pasa en este pueblo. Sino miren lo de mi hija. Eso si que fue más serio que perder una ovejas a manos de unos lobos... o lo que fuera que ese maldito mago les haya hecho ver-

La mujer, al hablar, abandonó por un momento su tono agresivo para demostrar un esbozo de sentimientos. Sin embargo duró poco - Ya voy, no soy sorda - le contestó al gnomo mientras abandonaba la mesa de los aldeanos y se dirigía nuevamente a la barra para cumplimentar el pedido del pequeño druida.

No acierta a saber que decir, bien es cierto que el hecho de tener animales en el comedor no lo había aprendido como una lección de buen gusto en el monasterio en que vivía, pero tampoco era algo que le desagradara, al menos si de la Sra. Restos se trataba.

No te enfades Menzo, compréndelo.

Me acuerdo que cuando yo era pequeño llevaba siempre gusanos en los bolsillos, hasta que un día los puse encima de la mesa en medio de la comida porque me estaban haciendo unas cosquillas terribles JAJAJA el viejo Wolfren apunto estuvo de echarla por toda la mesa y no volvió a comer potaje en meses JAJAJA...Pobre- Dice esto último con tinte melancólico en la voz.- Todos queremos a la señora Restos, pero en las ciudades hay que respetar ciertas normas, no todo el mundo sabe lo limpia que es la Sra Restos y se podrían molestar. La tabernera de aquí se lo ha tomado bien pero te aseguro que en otros lados nos hubieran dado la patada nada más llegar.¡Y razón hubieran tenido! No es que la gente de ciudad sea mala, es que al convivir entre muchos humanos hay que poner algunos limites para que todo el mundo se encuentre a gusto.

Vengaaaaaaaa Menzo, no te vayas- pone voz de falsete, triste y tierna.

Y oiga señora, ¿de que mago habla? Por lo que cuenta debe ser un malaje...-Aprieta puños y mandíbula.- dígame que le hizo a su hija... Quizás podamos bajarle los humos a ese Abracadabra, estoy seguro de que mis amigos podrían con el en un abrir y cerrar de ojos ¿Verdad Rakas? - Busca la aprobación en sus ojos.-

¿Qué demonios ocurría allí?, parecía que sus compañeros no le habían escuchado, salvo Ecthelion, el resto estaba en su propio mundo. Poco le importaba a él si la cabra se quedaba o no o lo que le pudiera suceder a la arisca tabernera. Un tanto fuera de sus casilla el bárbaro se levanto y apoyó sobre las manos dirigiéndose al grupo, en voz alta

¿ALGUIEN A PARTE DE ECTHELION ESCUCHÓ LO QUE DIJE?- La mirada de Rakas fue pasando de un compañero a otro mientras hablaba.- Menzo siéntate ahora mismo y piensa que la señora restos se sentirá mucho mejor fuera que aquí dentro. Gliriel mejor que la cerveza la saborees más tranquilamente, veo que es la primera vez y no es momento para emborracharse. Gliadel nos ocuparemos de la hija de la tabernera cuando hablemos nuestros asuntos.- Con un fuerte suspiro el joven volvió a sentarse esperando que sus amigos se centraran un poco, creía haber descubierto un buen negocio, pero parecía que sólo él se daba cuenta.

- Ecthelion creo que la remuneración será buena, así como el peligro alto.

Mientras la tebernera acercaba su segunda jarra al gnomo escuchó las palabras finales del clérigo y, para no perder la costumbre lo miró con muy mala cara - SI, claro. Aventureros! Y después querran que les dejemos los pocos beneficios que nos deja el local, no? -

Resulta dificil hablar con alguien que está tan a la defensiva. Sus siguientes palabras son tan duras como las previas - Ese maldito mago! Seguro que embrujó a la pobre Noreen. Sino no hubiera ido tras el. Dicen que la explosión de la semana pasada fue la torre que explotó pero no lo creo, sino mi niña hubiera vuelto. Seguro que ese maldito mago es el culpable. Pero... olvidenlo. Conozco a los de su calaña. Sin recompensa no mueven un dedo... y yo no tengo nada para darles -

Casi sin dar espacio a la respuesta, la tabernera se da vuelta y vuelve hacia la barra, probablemente a buscar el guisado que ¿su marido? a colocado sobre la misma.

La reacción del barbaro hizo que se girara un momento y los mirara sin ninguna sorpresa - Si. Como dije. Aventureros. Ja! -

Si, si te escuché Rakas, barcos de madereros que van de perlas...-parece obvio que mientras dice esto el clérigo tiene puesta su atención en otro lado, es probable que ni siquiera esté escuchando lo que el mismo dice.-

¡OIGA SEÑORA!- Gliadel se levanta de la mesa, solemne, antes de que la tabernera se vaya.- Un respeto, no somos...Bueno si, AVENTUREROS, y a mucha honra ¡Pero no desalmados! Está hablando usted con un clérigo de Pelor, ¡POR EL AMOR DE TODO LO SAGRADO!¿Quien se ha creído usted que soy? No movería un dedo, no, si no todo mi cuerpo y alma por defender al bueno e indefenso de un mago malvado. Usted cuente lo que pasa, y YO mismo iré a ver al mago si es verdad lo que cuenta, y se me entere, NO QUIERO RECOMPENSA ALGUNA DE USTED.

Encendido acaba su perorata para de pronto mirar a sus amigos y cambiar de tono radicalmente- ¿Verdad chicos?

Rakas agachó la cabeza derrotado, estaba claro que con Gliadel no se podía, cuando se le metía en la cabeza ayudar a alguien. Bueno que se podía esperar de un clérigo.
Sujetándose la cabeza entre las manos y con tono cansado contestó a su amigo.

-Claro Gliadel, ayudaremos a la señora y mataremos al mago malvado, y salvaremos a su hija del depravado haciendo justicia... y es cierto no queremos que nos den comida nuevamente por ayudar...

Con cara de resignación miró a su espalda hacia el grupo de mercaderes, poco a poco se le ocurrió un idea, mientras Gliadel hablaba con la desagradable tabernera él se centraría en los mercaderes.

-Gliadel será mejor que hables tu con la Señora de los pormenores de la misión, luego hablamos.- Tras esto se levanto y miró a Ecthlion y Arza con la esperanza de que le siguieran para hablar con los mercaderes.

- Bueno, debo reconocer que el viejo Remus no era malo - contesta la tabernera - pero no pudo con ese maldito Elzid! - Aparentemente la mujer ha reaccionado ante la declaración de Gliadel - Pero por lo menos solucionó algunos de los entuertos que organizó el mago. Desde que Remus no está... En fin, necesitaríamos que alguien mantuviera esa capilla. Es una lástima que el pueblo sea tan chico... nunca quisieron mandar a otro clérigo para reemplazarlo. Y ahora hace un par de meses que está cerrada. Realmente es una pena que haya muerto, pero por lo menos la suya fue una muerte natural. No como mi hija que... solo desapareció -

La tabernera, finalmente olvida su postura agresiva y comienza a llorar desconsoladamente - Mi pequeña... Yo le dije que el mago era una mala persona. Todos lo sabemos. Incluso le prohibí que lo viera... pero quien puede controlar a los chicos... sniff... Después de la explosión, salió... y no volvió. Me dijo que solo iba a caminar por el pueblo, pero... estoy segura que fue a la torre. Yo... Yo... - Finalmente la mujer sale corriendo y tras traspasar la barra se pierde en el interior de la taberna.

El hombre tras la barra, tras mirarlos con furia, la sigue y podeis escuchar como intenta consolarla - Está bien, está bien. Controlate, quizás vuelve. Quizás no fue el mago, no lo sabes. Loren dice que la torre no existe, así que quizás... - el hombre también se queda sin palabras y tras unos minutos vuelve al salon.

Solo atina a mirarlos y comentar - Ya se le pasará. Está muy preocupada por su hija y... Ya os terminará de atender. Por favor... no le volvais a hablar del tema si no es con buenas noticias, ella... yo... por favor - os suplica antes de volver a su posición tras la barra.

Arza setaba muy ocupado con la comida; las peroratas de una tabernera no le importaban en absoluto, ya fueran sobre una cabra o sobre su hija. Pero Gliadel había empezado a hablar de hacer algo y sin recompensa.
Glidael, lo siento pero yo sin una recompensa no pienso meterme en contra de nadie. Después de todo, sin saber toda la historia, hasta es posible que la chica haya ido porque está enamorada de verdad; ¿o crees que todos los magos han de ser malvados?
Tomó un largo trago de cerveza, que no estaba nada mal. Después se dirigió a Rakas en un murmullo para que no le oyeran en mesas vecinas.
Rakas, por mi si deciden a venir a hablar los comerciantes que lo hagan. No voy a ir tras ellos.