Partida Rol por web

Nueva galería de almas

Capítulo Cuarto

Cargando editor
15/12/2020, 10:50
Director de Juego

El apartamento de la pareja del pintor Christian Starker se encuentra en la parte más elegante de la ciudad, cerca de uno de los mayores centros comerciales de toda New York. Concretamente, se halla en la última planta de un viejo edificio de arquitectura victoriana. El nombre del edificio vuelve a encontrarse escrito en una tipografía, o idioma, que hace imposible su lectura, por lo que no merece la pena ni intentarlo. Además, los cuatro investigadores parecen rehuir inconscientemente el intentar siquiera descifrarlo. Un idioma desconocido en un edificio nunca visitado.

La puerta de la calle se encuentra abierta, por lo que pueden pasar sin problemas a su interior. El edificio tiene ocho plantas y su interior concuerda con su imagen externa. Una larga escalera va girando hacia el techo, que parece perderse en la negrura, y un ascensor antiguo, ruidoso y con una reja metálica de seguridad, sube por el hueco de la escalera. El silencio más absoluto se extiende por todo el lugar y eso resulta bastante siniestro. Isaiah no siente buenas vibraciones procedentes del lugar, pero no está seguro acerca de si debe o no mencionarlo.

Cargando editor
24/12/2020, 14:52
Tiffany Clark

La chica vivía en un edificio cuyo nombre parecía una especie de enigma, hecho que comenzaba a llamar mi atención pero, al mismo tiempo, me hallaba renuente a lidiar con ello. Lo anoté en mi libreta por si acaso: tal vez pudiera encontrar una pista sobre el tema más adelante.

Cuando entramos al edificio, lo noté particularmente lúgubre. Esto también llamó mi atención.

—Me pregunto qué clase de mujer aceptaría vivir en un lugar como este —comenté al resto del grupo. Entonces noté a Isaiah bastante preocupado—. ¿Estás bien? -le pregunté tratando de sonar casual.

Cargando editor
26/12/2020, 20:58
Liam Gallagher

Me resultaba curioso el lugar elegido por la novia de Starker para vivir. A pesar de ser una zona muy lujosa y de las más caras de la ciudad, y que el edificio fuese uno de esos antiguos que alguna constructora avispada había reconstruido para hacer viviendas de lujo, el interior no parecía dar la impresión de mucha suntuosidad.

Al contrario, un escalofrío me recorrió ante el panorama tan lúgubre que se abría ante nosotros. Ya me había resultado mosqueante el nombre escrito en un extraño idioma en la fachada, pero comprobar que apenas había iluminación y ni siquiera tenía portero... Sí, todo me resultaba extraño.

Incluso miré con desconfianza el viejo ascensor que más parecía una reliquia del siglo pasado que algo que pudiera funcionar. Pero subir ocho pisos por aquella oscura escalera no era una opción que me apeteciera demasiado.

La verdad es que si resulta extraño, sobre todo viendo la zona en la que vive —respondí al comentario de Tifanny sin elevar demasiado la voz.

Pero fue la pregunta que le hizo al viejo lo que captó mi curiosidad. Ni siquiera me había fijado en que el hombre parecía mucho más receloso incluso que yo.

A ti tampoco te gusta este sitio ¿verdad? —pregunté al anciano, intentando mostrar una sonrisa que transmitiera tranquilidad, algo que ni yo sentía en esos momentos.

Empezaba a darme cuenta que Isaiah era el centro de toda aquella historia. No me creía que él fuera un profeta ni nada parecido, pero estaba claro que alguien había mostrado un interés especial en él y que todo parecía estar girando a su alrededor. Si él estaba intranquilo... entonces yo también lo estaba.

Cargando editor
28/12/2020, 22:02
Lydia Rivers

El edificio tiene un aspecto amenazador, casi siniestro. Resulta casi imposible creer que una pareja joven y de éxito quisiera vivir en un lugar tan oscuro. Me giro para intentar ver si Isaiah, que tanto han mencionado, tiene algún tipo de pálpito respecto a este lugar. Desde luego para mí es algo perturbador.

No sé si alguno sabe idiomas —digo, a pesar de saber la respuesta a la pregunta que estoy a punto de hacer—. ¿Qué se supone que pone en esos carteles? No entiendo nada... —cada vez que parece que estoy a punto de entender alguna letra o incluso palabra la imagen se vuelve borrosa.

Cargando editor
29/12/2020, 17:41
Tiffany Clark

—Creo que a todos nos pasa lo mismo —respondí a la pregunta de Lydia—. Tal vez sea una pista. Lo tendré en cuenta por si encontramos algo que encaje con eso más tarde.

Cargando editor
02/01/2021, 16:43
Liam Gallagher

Ni idea —contesté a Lydia mientras me encogía de hombros.

A esas alturas de la aventura tan inquietante en la que nos habíamos visto envueltos, cualquier detalle que veíamos me parecía de lo más normal. Ya nada podía extrañarme después de todo lo que había visto y ese raro idioma no iba a ser menos.

De todas formas seguía estando inquieto por el lugar donde nos encontrábamos.

Cargando editor
04/01/2021, 19:28
Director de Juego

El portal del edificio era un lugar frío y oscuro. La basura se amontonaba en las calles y el olor que emanaba de las bolsas hacía parecer aquello un estercolero a pesar del buen aspecto que tenía el edificio. Algo antiguo, una mole de cemento, tan al estilo de las construcciones del régimen soviético, auténticos armazones dispuestos para soportar prácticamente todo lo que se les echase encima. O al menos esa era la impresión que tenían las personas que vivían en su interior. Entonces la escasa luz ambiental empieza a fluctuar, algo sucede a vuestro alrededor, algo que sois incapaces de definir y mucho menos impedir. Los vientos de otro mundo amenazan con arrancaros la piel de los huesos.

Estáis viajando sin moveros del sitio. Unas brumas altas como edificios es lo único que podéis ver. Pasados escasos segundos las brumas comienzan a descender y ya no os encontráis en el mismo lugar donde ha comenzado toda esta extraña locura. Pero ahora os halláis en medio de una enorme plaza, rodeada por una estructura que bien podría ser un coliseo romano. Una serie de edificios frente a vosotros se elevan, literalmente, hasta el cielo. Sus paredes están hechas del más oscuro de los materiales y no reflejan ni un solo rayo de sol. Un sol, por otro lado, que brilla mortecino en el cielo. En él, criaturas parecidas a pájaros pero de un tamaño impresionante, pelean a muerte cientos de metros sobre las cabezas del grupo.

¿Dónde os encontráis? ¿Qué es lo que acaba de suceder? Y, sobre todo, ¿cómo demonios podréis salir de ahí?

Cargando editor
05/01/2021, 20:50
Tiffany Clark

Y cuando pensaba que esa mujer no podría haber elegido un peor lugar para vivir... se puso aún peor. O eso parecía: Realmente no podía explicar lo que había sucedido, pero, después de las cosas que había visto, no me sorprendía tanto. Aún así, lo que estaba pasando comenzaba a ser difícil de asimilar.

—¿Dónde... dónde estamos? atiné a decir luego de tomarme un rato para procesar la experiencia ¿Acaso... entramos en otra dimensión? Por favor, díganme que no hemos caído por una puerta del infierno o algo así.

Cargando editor
09/01/2021, 17:58
Liam Gallagher

Aquel lugar me producía ansiedad y desagrado. Que en una zona tan adinerada como en la que nos encontrábamos existiese un edificio como aquel era algo que me desconcertaba. Y más aún al ver el estado de dejadez en el que se encontraba, la  poca belleza del edificio o la luz temblorosa que solo mostraba dejadez por parte de los habitantes.

Pero fue precisamente esa luz temblorosa lo que hizo que me estremeciera incapaz de distinguir ya a esas alturas realidad de sueño. No sabía qué estaba pasando; me sentía desconcertado, asustado y preocupado. Todo cambiaba a nuestro alrededor como si hubiéramos sido transportados, sin movernos del sitio, a un lugar muy distinto.

Un lugar que daba miedo...

Cerré un segundo los ojos esperando, cuando los volviera a abrir, comprobar que no me había movido del lúgubre edificio al que habíamos ido. Pero para mi asombro aquellos altísimos edificios que nunca antes había visto estaban ante mí; aquellas enormes aves que parecían estar peleando por... ¿comida? ¿Por ellos? Y lo peor de todo... la falta de luz.

Esto tiene que ser una alucinación —conseguí pronunciar vacilante—. ¿Nos habrán drogado de alguna forma sin que nos enteráramos?

Era la única idea que se me ocurría. Quizás en el estudio de Starker habíamos inhalado alguna sustancia que ahora nos hacía ver aquellas extrañas y estremecedoras imágenes. Porque pensar en la locura que Tiffany decía no entraba dentro de lo racional.

Cargando editor
14/01/2021, 18:36
Director de Juego

El tiempo comienza a pasar de manera extraña en ese lugar en el que se encuentra el grupo. El sol sale y se pone en cuestión de minutos y, además, en un determinado momento hay dos soles en el firmamento. Un cielo en el que las aves de gigantesco tamaño que se han visto hace escasos minutos están peleando entre ellas. Los graznidos, horriblemente parecidos a gritos, resuenan como si estuviesen enormemente cerca y la sangre comienza a caer por todas partes. Curiosamente la sangre es absorbida por el suelo inmediatamente, como si estuviese sediento.

No puedo creer lo que estoy viendo —dice Lydia Rivers mirando a sus dos compañeros con un escepticismo enorme y sus ojos saliéndose de las órbitas—. ¿Cómo que otra dimensión? ¿Qué estáis diciendo? No… No puede ser…

Se gira sobre sí misma y ve el paisaje de la ciudad extendiéndose hacia el infinito como un enorme tapiz por donde no parece haber nada de lo habitual en una población habitada normal y corriente.

¿Sabéis dónde está Isaiah? —pregunta en voz alta—. ¿Por qué no está con nosotros?

En efecto. El hombre que habéis oído mencionar varias veces como «el profeta» no se encuentra cerca de vosotros ni a la vista tampoco. ¿No habrá sido transportado a ese mismo lugar por alguna causa desconocida o algo más terrible le habrá sucedido? De momento hay que pensar que no está allí puesto que es, por otro lado, lo más cómodo.

En ese instante una figura parece materializarse delante del menguado grupo. Se trata de un humano, o al menos eso es lo que asemeja en un primer vistazo. Se encuentra cubierto por una túnica oscura de valiosa tela con runas y glifos hermosamente cosidos con hilo dorado. Sin embargo, unos segundos después se puede percibir la totalidad de su aspecto y el resultado es el más puro de los espantos. La piel que asoma debajo de la túnica está desollada, llena de heridas purulentas y perforada por pequeños garfios, grapas y hojas de afeitar cada pocos centímetros. El dolor debe ser inimaginable, insoportable para un ser humano normal y corriente.

Su boca está cosida, pero la abre rompiendo puntos y carne para poder hablar. La sangre es escupida en dirección del grupo de aventureros al tiempo que la saliva. Sus ojos son oscuros y profundos, como pozos profundos donde la vida brilla por su ausencia. Su tamaño, si bien no es mayor de dos metros, oscila intermitentemente hasta casi los tres metros, si bien no se podría decir en qué momento se produce este cambio.

Veo que habéis venido a visitarme, después de todo —dice con una voz horrenda y gutural que suena como decenas de almas gritando al mismo tiempo—. ¿Qué queréis? Más vale que sea algo importante. Y lo digo por ti, Gallagher, ya que no gozas precisamente de mi paciencia.

Todo es demasiado extraño. ¿Cómo es posible que conozca el nombre del periodista y haga referencia a la visita como algo ocurrido «después de todo»? La Realidad está dando un giro demasiado enfermizo en muy poco tiempo y parece que ya no es lo que solía ser.

Cargando editor
15/01/2021, 15:22
Liam Gallagher

Con una mezcla de incredulidad, miedo, asombro y repugnancia observaba el paisaje de aquella macabra pesadilla en la que nos veíamos inmersos. Por más que intentara pensar qué nos había ocurrido y porqué nos encontrábamos en aquella asombrosa y siniestra ciudad, no lograba dar con una respuesta que me satisficiera lo más mínimo.

Mis ojos trataban de abarcar todos los horrores que se mostraban ante nosotros pero era incapaz de darle un punto de credibilidad a lo que veía. No fue hasta que escuché la voz de la doctora que no salí de mi oscura abstracción; dándome cuenta que no estaba solo. Me había olvidado de mis compañeros que aún permanecían a mi lado. ¿Todos? No, todos no se encontraban allí. Faltaba precisamente el nexo de unión entre realidad y aquella oscura y terrible pesadilla.

¿Isaiah? —pregunté perplejo, mirando a mi alrededor para encontrar al viejo—. Joder... ¿Dónde se habrá metido? —No podía disimular la procupación en el tono de mi voz—. Quizás él supiera qué está pasando... —Al fin y al cabo alguien lo había nombrado como el profeta.

Pero el miedo que estaba sintiendo hasta ese momento no fue nada ante la terrorífica aparición de aquel ser ante nosotros. Aunque en un primer momento sus ropajes me hicieron pensar en una mala película de fantasía, su aspecto estaba muy lejos de ser algo distinto a una de terror.

Sin embargo, no fue solo su aspecto, sus extrañas palabras o ese desconcertante cambio de tamaño lo que hizo que me estremeciera violentamente. Fue comprobar que me conocía, que sus palabras iban dirigidas directamente a mí.

¿Quién... quién eres? —Conseguí preguntar entre balbuceos. Sentía la garganta seca y las palabras se quedaban pegadas a mi paladar—. ¿De qué me conoces? ¿Qué sitio es éste?

Cargando editor
16/01/2021, 16:41
Tiffany Clark

Lydia no creía en mis palabras. Era entendible, pero no por ello menos cierto. Pero no había tiempo para tratar de convencerla: De pronto nos dimos cuenta que Isaiah no estaba con nosotros.

—¿Dónde se habrá metido ese viejo? comenté al pasar.

Pero tampoco tuvimos mucho tiempo para preocuparnos de eso: Otro personaje extraño se presentó ante nosotros. Al principio creí que nos habíamos metido en una situación similar a la del parque, pero este sujeto al menos se mostraba dispuesto a hablar. No podía ser tan malo ¿O sí? De cualquier manera, parecía conocer a Liam, aunque el sentimiento no era mutuo.

—Haz memoria, amigo le murmuré al periodista. No creo que quieras hacerlo enojar.

Cargando editor
19/01/2021, 13:50
Director de Juego

La situación ya era lo bastante extraña como visitantes de una ciudad mastodóntica en extensión y misterio. Una situación empeorada por la desaparición de uno de los suyos de manera misteriosa, aquél conocido como «el Profeta» que quizá hubiera podido arrojar algo de luz al asunto, aun en medio de sus desvaríos. La ciudad, vacía de automóviles, autobuses o medio de transporte alguno, era recorrida a pie por algunas figuras oscuras que desaparecían rápidamente por esquinas situadas a cientos de metros de distancia. O quizá tan sólo a un par, era difícil asegurarlo con seguridad.

Lydia Rivers abrió la boca para mostrar su asombro, pero ni una sola palabra surgió de ella. Estaba en shock, paralizada por la extraña situación y, seguramente, con la mente algo enajenada por las circunstancias. ¿Acaso es consciente de una manera segura de dónde está?

¿Por qué no está Isaiah con nosotros? —repite mientras no puede apartar su mirada del hombre alto y destrozado cubierto con una bella túnica oscura que está hablando a Liam.

¿Quién... quién eres? —pregunta el periodista entre balbuceos—. ¿De qué me conoces? ¿Qué sitio es éste?

Haz memoria, amigo —murmura la fotógrafa a Liam—. No creo que quieras hacerlo enojar.

La voz del extraño ser (pues quizá sea muy aventurado pensar en él como un hombre), volvió a escucharse, cavernosa y horriblemente múltiple. Su tono era autoritario aun cuando no estaba dando órdenes.

Entiendo… —dice al fin—. Aún no nos hemos encontrado. De hecho, Lydia está con vosotros y eso no debería ser así —reflexiona más para sí mismo que para el grupo—. Así que estamos en un momento del pasado, en el que aún no nos hemos conocido. No habéis oído hablar de la Ciudad Eterna y no tenéis ni la menor idea de lo que está pasando en realidad. ¿Verdad?

Sin dejar que nadie le responda, sigue hablando (esa voz… esa maldita voz…)

Seré breve, puesto que soy requerido en otro lugar: Rhine Howart recibió la orden de asesinar a Christian Starker debido a la facultad de este último de poder ver la Realidad. Pero Howart se enamoró del arte de Starker y, en lugar de acabar con él, ha decidido tenerlo un tiempo pintando su sublime arte sólo para él —sonríe de una forma macabra al percataros de que le falta un labio—. Esto ha provocado la ira de fuerzas más allá de vuestra minúscula comprensión.

Mira hacia delante, a algún punto detrás del grupo.

En un momento del cercano futuro, Howart se verá obligado a entregarme a Starker. Vosotros estaréis allí presentes para contemplarlo… ¡y no haréis nada para impedirlo! Desobedecer esta orden llevará aparejado mucho dolor de manera eterna.

Mira a su espalda.

Bajando esta calle —dice señalando una calle pavimentadas con adoquines que hace sólo unos segundos no estaba allí con un esquelético dedo (cuya escasísima carne está sujeta con alambre)—, llegaréis hasta la Ciudad de los Muertos. Allí encontrareis un portal para regresar al mismo punto del que habéis partido. Nos veremos.

Y, de una espantosa manera espectral, su cuerpo lacerado y torturado comienza a desvanecerse hasta desaparecer por completo como si jamás hubiese estado allí, frente al grupo de visitantes.

Cargando editor
19/01/2021, 14:44
Tiffany Clark

Así que el tal Howart estaba detrás de todo. Pero no había matado a Starker, si no que se había convertido en una especie de mecenas forzado. La buena noticia era que Starker estaba vivo. Pero... ¿Cómo sería eso de que Howard lo iba a entregar y nosotros no haríamos nada para impedirlo? ¿Seríamos cómplices de asesinato?¿Por qué lo haríamos? No sólo habíamos viajado a otro mundo, sino también en el tiempo. Esto se ponía realmente interesante. Iba a hacerle más preguntas al sujeto, pero se fue tan rápido como había llegado.

—Bueno, al menos nos dijo cómo volver. No sé qué será eso de la ciudad de los muertos, pero si allí está la salida, sugiero que vayamos. Ya tendremos tiempo para localizar a ese Howard.

Notas de juego

Vayamos a la ciudad de los muertos entonces.

Cargando editor
19/01/2021, 17:23
Liam Gallagher

Definitivamente me había vuelto loco. Todo lo que aquel repulsivo ser nos estaba diciendo sonaba a película de terror barata; lo malo era que nosotros parecíamos ser parte de un elenco que ni siquiera se había leído el guión. Todo lo que decía con aquella horrible voz, todo lo que nos rodeaba, toda la historia que habíamos vivido hasta el momento estaban carentes de lógica y razón.

Aquel maldito sueño; aquella macabra alucinación producto de algo que seguramente nos habían suministrado, todo parecía estar dispuesto para volvernos locos. Pero ¿por qué? ¿Por qué nosotros? Aunque según ese monstruo que no dejaba de hablar la doctora no debería estar aquí.

A pesar de seguir petrificado por el pánico; a pesar de no entender nada de lo que sucedía, fui capaz de retener las palabras que el ser nos decía. Sus explicaciones, aunque no del todo claras, nos hablaban del pasado y del futuro, algo que aún no había sucedido pero que estaba destinado a suceder, quisiéramos nosotros o no.

Fui incapaz de pronunciar palabra alguna antes de que el ser se desvaneciera. Seguía mudo de miedo, asombro y perplejidad. No fue hasta que escuché a Tiffany hablar que no salí de mi estupefacción, aunque solo fuera por unos instantes. La miré un instante, sorprendiéndome una vez más por la sangre fría que mostraba, sin inmutarse ante unos acontecimientos que a mí me parecían una pesadilla. Ella seguía inmutable, tomándose aquella experiencia como si de una nueva noticia morbosa se tratase.

Tardé un instante en abrir la boca en respuesta a lo que ella comentaba.

No será fácil acercarse a Howart —comenté casi en un susurro y desviando la mirada a la doctora. Estaba preocupado por ella, por su inmovilidad y su silencio—. Vamos entonces, intentemos salir de aquí. Aunque no suena nada bien el lugar donde vamos... Ciudad de los Muertos —dije moviendo negativamente la cabeza—. Nada bien.

Cargando editor
21/01/2021, 05:54
Lydia Rivers

En mi vida jamás había contemplado una criatura como esa, al menos no fuera de una película de horror de serie B. No entendía lo que estaba sucediendo, no sabía unir los acontecimientos que habían ocurrido hasta ese momento con la macabra aparición que acabábamos de presenciar. Y si no hubiera sido por la extrema frialdad del sitio, que me helaba hasta las huesos, ni siquiera habría pensado que era otra cosa más que una alucinación causada por alguna droga que alguien me hubiese obligado a ingerir.

Ese ser sin nombre nos hablaba del tiempo, del antes y del después, como quien habla de cerca y lejos. Parecía moverse a su antojo por él... o de percibirlo de alguna manera que a nosotros se nos escapaba completamente. Hechos que no habían ocurrido habían sido relatados como ya cumplidos. Y... yo no estaba en ellos. Eso sólo podía significar que, en algún punto entre el "ahora" y el momento al que nuestro horrendo interlocutor hacía referencia, yo... moriré.

La Ciudad de los Muertos —dije, cuando pude recuperar el habla—. Eso no puede ser nada bueno, Liam, desde luego. Pero creo que no tenemos opción y parece que... eso que se nos ha aparecido no nos deseaba ningún mal, sólo nos avisaba.

De los tres, Liam parecía el más afectado de todos o, cuando menos, el que más consciente era de la situación que estábamos viviendo. Hacía algún tiempo que yo había tratado de desconectar emocionalmente de lo que sucedía y me gustaba pensar que estaba a salvo de cualquier estímulo. Pero no era cierto. Mi mente se estaba fragmentando, descomponiendo ante la avalancha de información que se alejaba de la "normalidad". Me apoyaba en la aparente tranquilidad de Tiffany y la seriedad de Liam para seguir adelante.

Cargando editor
21/01/2021, 06:33
Director de Juego

Caminando por la extraña calle, tan igual y parecida a cualquier otra, el grupo de investigadores se percata de que poco a poco van entrando en un círculo de colinas que se pierde en la lejanía. El terreno se eleva y desciende abruptamente y las calles se convierten en caminos asfaltados con piedras de gran tamaño al tiempo que siguen siendo de asfalto en muchos sitios. Parece una extraña mezcla de civilizaciones y culturas que se fusionaran de una manera que parece extraña y al tiempo familiar a los sentidos. Si tan sólo pudieran saber qué clase de sitio es ese…

En realidad, ya han entrado a la Ciudad de los Muertos. Dicho lugar se alza sobre una de las 7.777 colinas de la Ciudad Original. Todo está lleno de monumentos fúnebres de inaudita belleza y mausoleos que alzan cientos de metros por encima del suelo. Poco a poco, el camino se va estrechando hasta que casi sólo puede caminar una persona por él. Las tumbas y monumentos de mármol parecen surgir de la nada, aunque siempre hayan estado allí. Algunos féretros, hechos de cristal, están en el suelo. En su interior hay criaturas de extrañas morfologías que están muertas… pero aún respiran.

Parece que nieva, aunque no es algo blanco y hermoso. Por encima de algunos mausoleos pueden vislumbrarse columnas de humo de inmensos grosores que se alzan al infinito cielo. Los tres miembros del grupo saben, de manera instintiva, que pertenecen a hornos crematorios que vierten las cenizas hacia arriba para caer lentamente. Como nieve. Millones de cuerpos hechos ceniza caen sobre vosotros y sobre todas las tumbas en las que os encontráis. Existe algo hermosamente macabro en ese lugar. Quizá se trate de su reverencioso silencio o de la fascinación por la muerte que inunda al ser humano desde épocas primigenias, pero se respira una cierta paz lúgubre y sombría.

No puedo creer lo que ven mis ojos —dice un hombre que ha aparecido frente al grupo.

Se trata de un hombre de estatura media, enjuto, ataviado con ropas que podrían pasar por normales, especialmente después de lo visto en la criatura con la que hablaron anteriormente. Su piel es negra, tiene el cabello blanco y la piel muy arrugada. Tanto que Tiffany tarda más segundos de lo normal en ella en darse cuenta de que se trata de Isaiah, el exdeportista, desaparecido compañero y bautizado por algunos como “profeta”. Parece que tuviera más de cien años y, pese a ello, su aspecto es saludable. Quizá más aún si se tiene en cuenta el lugar en el que se encuentran.

Estáis vivos… —dice con sorpresa—. No puedo creerlo. Estábamos tan cerca cuando desaparecí. Cielos, Tiffany, tú sacaste fotos de los cuerpos de aquella casa… los del estudio de Starker… ¿sabes que están aquí, en la Ciudad? Están muertos, claro, aunque hablo con ellos de vez en cuando. Los mataron esas bestias que envió Howart… Lo peor fue el Cairat, pero ¿quién podría pensar que había uno de esos allí?

El hombre sonríe y hace una pausa.

Perdonad, siempre he hablado mucho. Ya sabéis lo que quiero decir… de manera incontenible. Además, hace casi cuarenta años que no veo a nadie vivo y supongo que me he emocionado… Imagino que querréis preguntarme cosas o necesitaréis mi ayuda, ¿verdad?

Cargando editor
21/01/2021, 14:54
Tiffany Clark

A medida que nos adentrábamos en aquel lugar, comencé a entender por qué lo llamaban la ciudad de los muertos. Las criaturas que yacían, a pesar de que aún respiraban, le daban un toque perturbador. Así y todo, habría sido soportable, pero cuando me di cuenta de qué era aquella nieve, fue demasiado.

-¡Ay, por Dios! ¡Qué asco! ¡Estoy cubierta de cadáveres!

Pero me olvidé del asunto cuando volví a ver a Isaiah. Estaba mucho más viejo.

-¿Isaiah? -pregunté perpleja- ¿Qué te pasó?¿Y qué es eso de Cairat?

Cargando editor
24/01/2021, 19:06
Liam Gallagher

A pesar de ser incapaz de abandonar el miedo que había sentido desde el incio de aquella alucinante aventura, la curiosidad que despertó en mí a medida que caminábamos hacia esa Ciudad de los Muertos fue cada vez más fuerte. Lo miraba todo con ojos abiertos de sorpresa, haciéndome mil y una preguntas con cada paso que daba; inseguro e incrédulo, al igual que fascinado, ante todo lo que veía.

No había ninguna duda del porqué aquel lugar llevaba semejante nombre. Mausoléos, tumbas, féretros... todo lo que uno pudiera imaginar en un cementerio salvo que los muertos parecían no estarlo tanto; de hecho los seres que se veían en alguno de los ataúdes respiraban.

Y la nieve... Aquella sucia, gris y triste nieve que lo cubría todo. Hasta que, al escuchar la queja de Tiffany, me di cuenta que solo eran cenizas de los cuerpos quemados. Miles y miles de cuerpos lanzaban sus restos al aire tras pasar por un fuego supuestamente purificador. Mi mente no pudo evitar evocar un tiempo no tan lejano cuando miles de personas fueron quemados de aquella forma en la vieja Europa.

¿Europa? ¿En aquel lugar existiría Europa? Intentar anclarse con algo de la realidad, por muy absurdo que pareciera, era lo único que me mantenía con un hilo de cordura.

Pero las sorpresas aún no habían cesado. Isaiah, el anciano que nos había acompañado hasta que desapareció sin darnos cuenta, se mostraba ante nosotros con un aspecto que reflejaba el paso del tiempo. ¿Aquel era el futuro? El llamado profeta salía a recibirnos y, aunque mostré cierto alivio al volver a verlo de una pieza, no pude evitar sentir cierto escalofrío al pensar en que nosotros no debíamos estar allí... Nos habíamos anticipado a nuestro momento.

¡Isaiah! —exclamé, bailando entre la perplejidad y el alivio—. ¿De qué estábamos tan cerca? —pregunté, después de las cuestiones que Tiffany había formulado—. ¿Cuarenta años? Por favor Isaiah, cuéntanos todo lo que recuerdes de aquel día.

Un día que a mí me parecía que aún estaba viviendo pero por las palabras del monstruoso ser y las que pronunciaba ahora Isaiah debía haber sucedido hacía mucho tiempo.

Cargando editor
24/01/2021, 21:03
Lydia Rivers

Los cementerios siempre han sido llamados también necrópolis, pero nunca pensé que la traducción exacta de dicha palabra pudiera ser verdad. Toda una extensión de terreno más grande que una ciudad dedicada a la muerte. A un extraño tipo de muerte en el que no todos los muertos tenían forma humana y muchos de ellos no estaban definitivamente muertes. Aquello que podría considerarse, de manera habitual, como el descanso eterno no se cumplía de esa manera para todos los que estaban en ese lugar.

¡Por el amor de Dios! ¿Te encuentras bien? —pregunté tan emocionada como asustada.