Zaina bajó con cuidado, agarrándose fuertemente a la cuerda y posando los pies con firmeza en las piedras de la chimenea. Antes de haber bajado un metro, la oscuridad se hizo impenetrable. Si podía ver algo era gracias a que Kolda estaba a su lado, y su brillo blanquecino iluminaba el hueco.
En efecto, un poco más abajo la bajada se curvaba, convirtiéndose en una especie de tobogán rugoso. No podía ver dónde terminaba, pero se deslizó un poco más, mientras por encima de ella el cuadrado de luz que era el orificio de la chimenea se hacía más pequeño. Olía a hollín, y Zaina se estaba poniendo perdida, pero pronto ya no necesitó la cuerda para poderse sostener sobre la rampa de piedra.
Más abajo, sólo había oscuridad...
Como habían acordado, Zaina hizo la señal con la cuerda lo más rápidamente que pudo. Los aliens se alejaban y no parecía haber un infierno allí abajo. O al menos no uno tan cercano como el de los aliens. O al menos... Dándose cuenta de que quizás había tirado demasiado rápido de la cuerda, avanzó unos metros, dejando también sitio para que aterrizasen sus compañeros.
—¿Kolda? ¿Estás bien?
—Estoy bien... —susurró Kolda—. Voy a adelantarme un poco para echar un vistazo...
Estaban todavía observando con terror aquella nube blanquecina, cuando la cuerda por la que había bajado Zaina se movió. Ahí estaban los tres tirones. Todo parecía seguro.
Con cuidado, empezaron a bajar en el orden que habían escogido. Fue más duro de lo que pensaban, sobre todo con lo cansados que estaban ya. Pero por suerte la bajada no fue larga y pronto Jess se encontró al lado de Zaina en el interior de la chimenea. El hueco giraba y se convertía en una especie de túnel empinado, pero que podían recorrer con cuidado.
En aquél momento, Kolda regresó de su avanzadilla.
—El túnel sigue durante un buen trecho, pero se hace menos empinado y más ancho —dijo—. Casi como si se convirtiera en una especie de pasillo. No me he atrevido a ir mucho más lejos, pero sigue todo muy oscuro...
Era tarde para echarse atrás, y tendrían que seguir aquél camino para descubrir a dónde les llevaba. Pero al menos en ese lugar estaban un poco más a salvo y podían mentalizarse para hacer frente a lo que les esperase más adelante.
Vale, mientras recorréis el túnel podéis aprovechar para hacer un cambio de tabas. Podéis cambiar cualquier número de tabas azules por la mitad de tabas verdes, o viceversa. Es decir, podéis gastar cuatro tabas azules para ganar dos verdes, o dos verdes para ganar una azul, por ejemplo. Esto representa para la pandilla una especie de "respirar hondo", centrarse y sacar fuerzas de flaqueza para el arreón final.
Claro que, si queréis dejar vuestras tabas como están, también podéis.
—Bueno, solo hay un camino, ¿no? Será mejor que vayamos en silencio— cuchicheó mientras se disponía a avanzar. La niña se llevó la mano al mechero. Si aparecía otro hada no dudaría en abrasarla, pero tenía que ir con cuidado. Si se encontraba con la malvada hada naranja a lo mejor le daba más poder y todo. Antes de avanzar, Zai lanzó una mirada triunfal a Reina Hada. Había quedado reducida a una nada absoluta. Ni a los aliens podía llamar ya —Y tú, calladita
Aún me quedaban "cargas"en el lanzallamas, creo ¿no?
Si no es por Milady no hubiese comprobado si había posteado xD
EDIT del DJ: Te quedaba una, sí. Y luego el bote se lo puedes lanzar al estilo "padre Brandt".
O gastarlo en una épica y única bomba. Zaina kaleborroka
-Sí, vayamos en silencio. Ale, sigamos el camino.
No quedaba otra, no había desvíos que nos distrajesen. Lo que quiera que fuese estaba al fondo, y hacia allí íbamos de uno en uno. Esa sensación no me gustaba, pero no había otra opción. Esperaba con todas mis fuerzas aparecer en casa, porque nos lo habíamos ganado como decían en las pelis, con sangre, sudor y lágrimas.
Y verás cuando la abuela me viese la ropa... pero esa es otra historia.
Y cuando parece que todo va bien y que pueden haber encontrado un camino a casa, las hadas aparecen entre los árboles, acercándose a ellos como si fuese el fin del mundo. Y quizá lo sea si no consiguen salir de allí. Zaina y Jess ya han bajado por la chimenea junto con Kolda, así que ahora les toca a Ander y a Annette.
-Amber, ¿podrías ir con ellos para que no les pase nada?
Ayuda primero a Ander y luego a Annette para que comiencen a bajar por la chimenea. Deben darse prisa. Mira con un poco de miedo hacia la nube de hadas que cada vez está más cerca.
-John... ve... ve tu primero. Vinimos... vinimos a rescatarte.
Se aparta de la chimenea para que John vaya primero.
No me queda claro si el jefe supone que ya hemos bajado todos XD
Kate dio paso a John y luego bajó ella, dejando que Siobhan y Robert cerrasen la marcha. Las Hadas continuaban acercándose, y aunque la estrecha abertura por la que se estaban metiendo sería un buen cuello de botella, más les valdría encontrar una salida o aquella avalancha de uñas y colmillos acabaría por dar cuenta de ellos.
Avanzaron en la oscuridad del túnel, iluminado sólo por el tenue brillo de Amber, Kolda y Melhi. El silencio allí era absoluto, y hacía cada vez más frío. ¿Sería por las Hadas o por otra cosa? En poco tiempo, la inclinación del pasadizo se fue haciendo menos pronunciada, y el hueco se ensanchó bastante. Quedaba claro que aquello era todo menos una chimenea...
Continuaron sin detenerse, mientras las paredes y el techo se alejaban cada vez más de ellos, como si estuviesen caminando por un embudo de piedra. Llegó un punto en el que perdieron de vista los muros y se encontraron una vez más en un espacio que parecía infinito, rodeados de tinieblas. Por un momento, pensaron que estaban de nuevo en el abismo del que habían rescatado a Ander y John, pero no se sentía igual. Y además, hacía frío, un frío que les recordaba al de un año antes, en el bosque que rodeaba la cabaña. Aquello podía ser buena... o mala señal.
Amber, adelantándose un poquito, observó la negrura que se extendía a su alrededor. Luego se volvió y miró al grupo con una leve sonrisa.
—Lo estáis haciendo muy bien —dijo—. Hemos vuelto a cambiar de lugar. Vuestra voluntad ha hecho que dejéis atrás nuestro mundo y ahora... creo que estamos en una especie de "lugar intermedio". Es como el umbral que conecta dos habitaciones. Puedo sentir que la línea que separa nuestros dos mundos es muy fina aquí, pero aún no habéis cruzado del todo.
Giró un poco la cabeza, dubitativa.
—La verdad... es que no sé qué deberíais hacer para conseguir salir del todo. Estáis cerca, pero parece que aún tendréis que esforzaros un poco más. ¿Se os ocurre algo?
Asumo que nadie más hace cambio de tabas, ¿no?
Mientras Amber decía aquello, Jess se empezó a sentir intranquila. Notaba algo, no sabía muy bien qué, que no le daba buena espina. Quizá fuera aquel frío... Le recordaba tanto al del bosque del año pasado, que su memoria empezaba a vagar por los detalles más escabrosos de aquella experiencia, y casi temía que el Espectro surgiera de la oscuridad y les atacara con las terribles cuchillas que tenía por manos. Y además, las Hadas que tenían a la espalda podían llegar hasta ellos en cualquier momento, lo cual sería el fin...
Debían darse prisa. La meta estaba al alcance de la mano, pero necesitaban llegar a ella lo antes posible.
Notaba frío, notaba esa sensación de mala espina que te da cuando sabes que algo no va bien...
-Chicos, apuremos. No perdamos ni un segundo. Zaina, tú sabes de lo que hablo, este frío que hace de repente... ¡¡Salgamos de aquí cagando leches!! -me daba igual haber usado una expresión por la que mis abuelos me castigarían, no podíamos quedarnos allí ni entretenernos.
-Vamos, vamos, vamos.... -murmuraba. Todo esto me recordaba a una de esas atracciones de feria donde caes por un tobogán y dura dos segundos, siempre en las que te lo estás pasando mejor el tiempo vuela.
Esta atracción estaba durando ya demasiado para mi gusto.
-Tenemos que cruzar esa línea de la que habla Amber... Quizás usando la imaginación... ¿Y si pensamos que estamos en una atracción de feria y saldremos en el parque?
—Creo que el frío significa que estamos en el bosque del año pasado... Y ese estaba muy cerca de casa. —Zaina miró a su alrededor, como temiendo que apareciese de pronto el espectro o como tratando de localizar algún sitio conocido.— Debemos seguir adelante. Estoy segura de que si seguimos en linea recta encontraremos la carretera, las caravanas o el parque que está al lado del bosque. El bosque de Knoxville era uno de esos sitios intermedio. Si logramos salir de la niebla estaremos en el mundo real. Pero tampoco podemos irnos ahora, tenemos que acabar con esto, ¿no Amber? Si no seguirá pasando una y otra y otra vez
No creo que sea "tan fácil" como gastar taba y salir... :/
- ¿No tendrá que ver con las hadas rojas o las naranjas? - preguntó Ander sin tener realmente ninguna idea. Quizás hubiera que hacer algo para acabar con ello de una vez por todas. - ¿No habrá algún modo de evitar que todos los años nos pasen cosas así? Si estabais aqui el año pasado, ¿qué les impide hacerlo el que viene? O a otros niños... - No le gustaba nada esa perspectiva.
- Creo que tenemos un tema pendiente y que no podremos salir hasta solucionarlo. ¡Yo no les tengo miedo! - dijo Ander muy serio, dando un puntapié en el suelo.
Gasto 4 tabas azules por 2 verdes.
Nada más terminar de decir aquello Ander, Anette trastabilló y cayó al suelo de rodillas. Se había vuelto a llevar una mano a la cabeza.
—Zai... Zaina... —llamó a la gitanilla con voz débil—. Algo va mal...
Kolda y Melhi también estaban intranquilas, y escrutaban las tinieblas que les rodeaban.
—Yo también noto algo raro —murmuró Kolda alarmada—. Algo que no me gusta nada. Sea lo que sea lo que hagamos, tenemos que hacerlo ya...
El debilitamiento de Anette, las palabras de Kolda, tener a las Hadas pisándoles los talones... Todo estaba haciendo que Robert se sintiera cada vez más asustado. La idea de Jess le parecía estupenda. Bueno... ahora que había vivido todo lo que había vivido, porque un par de días antes le hubiera parecido una fantasía sacada de un cuento. Pero ahora creía que merecía la pena probar.
Cerró los ojos fuerte, concentrándose todo lo que pudo.
—Estoy en el parque... estoy jugando al baloncesto en la cancha del parque...
Al principio no pasó nada, pero después una brisa se levantó y movió los cabellos del grupo. Incluso pudieron oír claramente el trino de varios pájaros... ¡y el ruido de un balón de baloncesto al dar varios botes en el suelo! Robert abrió los ojos sorprendido y los sonidos desaparecieron.
—Ostras... —se le escapó otra palabra fea sin querer—. ¡Funciona! No sé cómo pero... A lo mejor conseguimos algo...
Robert gasta 1 taba blanca.
—¡Anette!— Zaina se arrodillo al lado de la niña, preocupada. Temía que algo así pasase y ahora... Cuanto más cerca estuviesen del mundo real, más se debilitarían los seres del otro mundo. La niña miró a Ander y asintió. Si hacía falta, se quedarían ellos solos, pero no iba a "matar" a su nueva amiga —Yo no me voy, Anette no puede seguir, y no la voy a dejar sola.
Ni devolverla a su mundo. Vendrá conmigo. Y si no, encontraré otro sitio para ella.
El sonido del baloncesto, le sorprendió tanto como a Robert, pero no le hizo cambiar de opinión. Zaina miró entonces a Amber. Era raro que no hubiese dicho nada, ¿estaría tan mal como Anette y Kolda?
—Si queréis, poned a salvo a John, pero yo me quedo.
Amber y Melhi están bien o también débiles?
EDIT del DJ: Están físicamente bien, pero con cierto agobio por algo.
Amber se acercó preocupada a Zaina. Parecía que quería decir algo, pero no sabía muy bien cómo hacerlo.
—Zaina... —empezó, dubitativa—. Te... te entiendo. Pero no puedes quedarte aquí con ella, debes regresar. Y ella no puede ir con vosotros a vuestro mundo. Ella es...
Se interrumpió de repente y miró un punto a su izquierda.
—Algo viene... ¡Tenéis que iros ya!