Partida Rol por web

-Bueno... podemos abrir el que dice Ander. De todas formas, no hay nada que los distinga y quizá encontremos el camino a casa de paso.

Lo que también le parece extraño es que no haya noticias de Kolda y John. Hace rato que Kolda se ha marchado, pero no parece que vaya a contactar con ellos telepáticamente. Quizá no hayan podido alejarse del árbol porque están rodeados.

-Melhi, ¿puedes contactar con Kolda? A ver si están todos bien en ese lado. 

Se acerca al baúl que van a abrir y mira a los demás antes de comenzar a levantar la tapa.

Melhi estaba a punto de responder a la pregunta de Kate, cuando de repente... ¡ZAS! Hubo un fogonazo, como una llamarada en mitad del desván de la cabaña, y cuando se disipó, Anette, Zaina, Jess, John y Kolda se materializaron como por arte de magia en el lugar.

¡Volvían a estar todos juntos!

Kolda parpadeó dos o tres veces y miró alrededor, sin poder creérselo. Alzó un brazo y luego, con todas sus fuerzas, metió el puño para celebrar aquello.

—¡Bien! —exclamó—. ¡Toma! ¡Al fin, otra vez reunidos!

Saltó sobre Melhi, la abrazó y las dos bailaron por el aire. Estaba claro que aquello había aliviado bastante al Hada buena.

John se colocó bien las gafas y se cubrió con la sábana que había estado llevando encima del fino pijama. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro al ver al completo a la pandilla que llevaba toda la noche intentando rescatarle.

—Me... me alegro de veros, chicos.

Están por abrir el baúl al que han llamado numero 3, cuando un fogonazo estalla en medio del pasillo. Está por entrar en pánico, porque bien podrían ser las hadas malvadas o la oscuridad los que han hecho estallar algo, cuando se da cuenta que los que están en medio del pasillo no son los enemigos a batir. Todos han vuelto gracias a Annette y ahora ya están todos juntos, sin problemas. 

-¡No nos asustéis así! - hace una mueca de enfado porque le podría haber dado un ataque o algo así -. Me alegro de estar todos juntos de nuevo.

Señala al baúl.

-Íbamos a abrir los baúles mientras esperábamos.

A Siobhan estuvo a punto de parársele el corazón, igual que a Kate. Pero lanzó un suspiro de alivio al ver allí a sus compañeros, y comprobar que una vez más estaban juntos.

—No lo celebréis tanto todavía —dijo, mirando Kolda y Melhi—. Aún nos queda escapar... Pero bueno, ahora al menos tenemos una manera rápida de movernos si lo necesitamos.

Estaba sorprendida todavía de que Anette tuviera ese poder. Tenían que utilizarlo bien.

—Ahora que nos hemos reunido, yo voto por que nos olvidemos de baúles, Hadas o lo que sea... y nos larguemos de esta cabaña cuanto antes. No quiero seguir aquí, es peligroso.

Miró a Jess y Zaina, sabiendo que ellas podían entender lo que sentía.

—Pero si hay un hada encerrada deberíamos liberarla— Zaina miró la carta donde la reina estaba encerrada y levantó las cejas— Bueno, si no quiere arrancarnos los ojos, quiero decir.  Por cierto, ¿es aburrido estar ahí dentro? Porque mira que tener que ver como pasa todo y como las hadas de fuego os ganan a vosotras también tiene que fastidiar... Si nos contases algo... pero bueno.

La niña se encogió de hombros y miró a Kolda. Nunca la había visto tan feliz y optimista. Destilaba fortaleza, y eso la contagiaba.

—Kolda, ¿tu podrías saber si lo que está encerrado es un hada buena o mala?

-El hada está muy débil. Se escuchaba como si estuviese muy lejos y se estuviese debilitando. Si es un hada buena, ¡tenemos que liberarla antes de irnos! Al fin y al cabo, fue ella la que dijo que éste era el lugar más seguro.

Y la cabaña ha resultado ser un buen lugar para protegerse, de momento. Y encima han podido reunirse todos sin muchos problemas. Está segura que el hada que está atrapada en el baúl será un hada buena. Si es un hada mala, pues se sentirá mal por haberlos arrastrado hasta ahí.

-Si es un hada mala, saldrá en medio de todos nosotros. Está en minoría y yo creo que con todo lo que podemos hacerle podríamos vencerla fácilmente. Preparáos a cazar a un bicho malo, por si acaso. Si es buena, podrá ayudarnos. Si es mala, volverá adentro con varias patadas más en el culo. ¿Estáis listos?

Preparé mi gorra, intentando imaginar un tornado inverso si hiciese falta. Uno que en vez de expulsar a las hadas las chupase hacia la gorra como un desagüe cuando se vacía el fregadero. Si hacía falta, quedaría encerrada en mi gorra, y de ahí a su prisión de nuevo.

Cuando Zaina se burló de la Reina Hada diciendo aquello, la criatura rojiza se limitó a mirarla ceñuda. Había estado callada bastante rato. Quizá se había resignado a que la hubiesen derrotado por fin... pero entonces se cruzó de brazos y habló.

—Búrlate cuanto quieras de mi, criaja —dijo—. Tal vez esté atrapada... pero tú tampoco puedes pavonearte demasiado mientras estés aquí con tus amiguitos...

Siobhan ignoró los comentarios de la Reina Hada y resopló.

—Está bien... Liberemos a esa Hada, o lo que sea. Pero démonos prisa.

Sin querer demorarlo más, Robert abrió el baúl que Ander había propuesto. La tapa pesaba bastante, pero con esfuerzo fue capaz de levantarla. El baúl estaba vacío. El chico resopló, y sin perder tiempo fue a abrir otro baúl. Al abrir el segundo, ahogó un grito. 

Del baúl salía un resplandor anaranjado, como si dentro brillara una hoguera. Pero parecía igualmente vacío, y no había velas, lámparas ni llamas de ningún tipo. ¿De dónde venía aquella luz?

Cuando Robert abrió el segundo baúl, Kate oyó un suspiro prolongado. Sonaba como si alguien hubiera sentido un infinito alivio... pero no podían ver a nadie.

—¡Gracias, Kate! —dijo la voz que ya conocía—. Aún estoy débil... tardaré un poco en poder tomar forma... pero al menos ya no estoy atrapada. Gracias, de verdad.

Robert estuvo a punto de caerse de culo al suelo de madera. La luz anaranjada le iluminaba el rostro.

—¡O... ostras! —estaba tan asombrado que se le escapó aquél "taco"—. ¿Y esto?

- ¿Hola? - dijo Ander esperando encontrarse con aquel hada que le había ayudado antes. 

Tras llegar a la conclusión que no se puede dejar a aun hada encerrada, excepto si es malvada, se deciden por abrir uno por uno los baúles hasta que la encuentren. El primero de todos está completamente vacío y lo hay oscuridad en el interior. En las pelis siempre pasa... el baúl correcto siempre es el último. Seguro que esa vez tampoco es diferente. 

Pero se equivoca. ¡El segundo baúl tiene premio!

Una luz anaranjada parece venir de dentro. Primero piensa que es un hada malvada, pero esas son de color rojo y no anaranjado. Luego escucha una voz que ya conoce.

-¡Es el hada! Dice que tardará un poco en tomar forma... que está muy débil.

— ¡Naranja!¡Es de fuego! —gritó Zaina— ¡Como la que me atacó!

Mientras decía aquello, la niña señaló la fea quemadura que tenía en el hombro. Aquello no le gustaba nada en absoluto, por mucho que Ander pareciese pensar que era buena... Sin dudarlo, sacó del zurrón uno de los botellines de agua y lo abrió, dispuesta a vaciar su contenido contra aquella maldita mentirosa si sus sospechas resultaban ser ciertas.

- No seas tonta Zaina. - dijo Ander mirando su quemadura y sonriendo. Para él estaba todo claro. - Las rojas son malas, las amarillas buenas, y las naranjas hacen un poco lo que les conviene. Si nos llevamos bien con ellas no tienen por qué atacarnos, pero no nos olvidemos de quién es el enemigo. 

Ander acababa de decir aquello cuando la luz anaranjada, que había estado aglomerándose y espesándose como si una extraña gravedad la hubiese ido reuniendo, fue tomando poco a poco una forma humanoide. Hubo un destello y una llamarada naranja, y en el aire apareció volando una nueva Hada. Tenía, igual que Kolda y Melhi, pequeños colmillos y grandes ojos anaranjados, pero su piel y brillo no eran blancos, si no de color ámbar. Zaina sintió un escalofrío al comprobar lo mucho que se parecía al Hada de fuego que la había atacado. Pero esta, al menos por el momento, no parecía mala ni amenazadora...

El Hada abrió los ojos y parpadeó un par de veces con lentitud, como si acabara de despertar de un sueño profundo. Emitió un largo suspiro. Y luego sonrió débilmente.

—Gracias, Kate... —susurró—. Gracias a todos... Por fin me siento libre.