Partida Rol por web

- Ja, sabía que tenía que ser algo de ese estilo. Mi olfato nunca me falla.- Dije dandome un golpecito en mi nariz sin perder la sonrisa.

- Will antes de que te vayas, dile a Kahane que trate de llevar una vida rutinaria, así yo podré disponer de más tiempo y él se ahorrará problemas creo.

Realmente no terminaba de encontrar la razón por la que hacía aquello, el que me pagaba era el señor Michaell, no aquellos dos. Pero bueno quizás resultaba que en el fondo era un buen tipo

-Lo capto. Así se lo diré. Adiós Demian.-

Y de esa manera breve y sin más ceremonias, William Iron se levanta y se marcha escaleras arriba al exterior del local para perderse en Nueva York. Te deja a solas con tus pensamientos y tus decisiones sobre los próximos pasos a dar.

Levanté el vaso para despedir a William y de paso aprovechar para pedir otro, luego volvería para echar un vistazo a la casa de Kahane, tenía que aparentar que trabajaba. A estas horas difícilmente podría informarme de nada especial sobre las logias donde se estaba moviendo Holden.

Apuré la segunda copa pensativo, aun seguía sin encontrar la relación con la desaparición de la otra chica, la del periódico, pero seguro que la había.

Mierda, quizás aquel tipo supiera algo sobre April Summers, seguro que el fantasma de esta pululaba por algún lado, en cuanto tenga tiempo veré que puedo encontrar.

Deje el bar con mi sempiterno cigarrillo brillando en las oscuras calles, con paso tranquilo llegué finalmente hasta el coche, desde allí se podían apreciar las ventanas de Kahane, no parecía haber movimiento. Mi estomago vacio rugio, la verdad es que sería una buena hora para probar algo, pero antes mejor ver si Jhon estaba o no en su casa.

Tras mirar a uno y otro lado de la calle crucé con paso rápido mientras pensaba donde poder comprar una buena hamburguesa grasienta. Pulsé el telefonillo del piso de Kahane con insistencia, aun mirando por la calle en busca de algún vendedor de comida rápida o comercio donde comprar.

Los perritos calientes de Nueva York... sin duda los mejores del mundo. Nomimporta la calidad de la carne, no importa el sabor de las salsas. Lo que importa es que personas de absolutamente todo el mundo han visto en su mente esta imagen una y otra vez: un hombre comprando un perrito caliente llenod e condimentos en una calle de Nueva York. Cosas por las que este lugar es un mito lleno de energía mística.

Llamas por segunda vez al telefonillo mientras masticas el perrito que te ha traído un vendedor cercano. Por fin, suena la voz de Kahane. -¿Sí?- dios, está llena de miedo, aunque intente disimularlo.

Eso era bueno, mejor que el tio tubiera miedo, así no cometería ninguna estupidez, el miedo era bueno, si señor.- Con este pensamiento dejé que a Jhon preguntando por el telefonillo y mientras continuaba degustando, más bien engullendo aquel perrito, busqué un cabina de teléfonos y realicé algunas llamadas a las logias que conocía.

Era difícil pero si tenía suerte quizás Holden se había interesado en alguna y podrían darme alguno datos, desgraciadamente muchos de esos grupo solían ser unos hijos de puta arrogantes y altivos, lo cual solía dificultar las cosas, de todas formas por la noche hablaría con Blod y Felina a ver si podían echarme un cable.

Mientras sonaban los tonos recordé que debía regalarle algo a Felina, tendría que ser algo bonito, aunque con mi estado financiero actual, seguramente tendría que conformarse con una botella de leche.

Tus llamadas arrojan alguna información parcial. No consigues saber mucho, pero sí resolver un error en el que estabas. Quien está solicitando entrar en las logias no es Holden McNeill, sino su padre, Michael.

Joder que forma de cagarla, como coño no había pensado que el padre también estaba relacionado, joder parecía que toda la familia Abaldon tenía intereses ocultistas.

Busqué un nuevo cigarrillo y me puse a fumar mientras permanecía apoyado en el capot del coche leyendo sin mucho interés algunas noticias de los periódicos. Apenas me fijaba en estos pues mi cabeza daba vueltas a el asunto de Michelle y como encajaban los Abaldon en este asunto, por dónde continuar.

- Empezaremos por ver la relación que tienen padre e hijo, quizás esos dos tubieran una vida interesante de donde sacar algo, comencemos por su vida corriente y veamos si llegan a lo sobrenatural.- Dije sin dirigirme a nadie más que a mi mismo.

Das unas cuantas vueltas a varias opciones, a varias líneas de investigación antes de tomar una decisión. MIentras lo haces, la tarde va pasando languidamente. El vendedor de perritos recoge y se marcha, un aire frío va llegando y las sombras de los rascacielos se alargan sobre la ciudad.

Piensas en Michelle. Si está muerta, habrá algún registro del cuando y el como. Luego piensas en los Abaldon. Sin duda su empresa tendrá muchos documentos públicos sobre su actividad. Y los clubs sociales donde haya pedido ser aceptado el padre sin duda tiene registros indicando si lo ha logrado.

Estirándome me separo del coche mientras tiró la boquilla de un cigarro apagado hace algunos minutos, de manera automática enciendo uno nuevo y le doy una calada. Entro en el coche y enciendo el motor antes de decidir mi próximo destino.

Bueno, ¿qué hacer?, joder con lo fácil que habría sido buscar en unos cuantos hospitales y esquelas sobre Michelle, voy y decido buscar a Abaldon. Sacudí la cabeza intentando centrarme y decidirme de una vez, en algún lugar debía haber información sobre las empresas Abaldon. Dando un golpe en el volante sonreí mientras volvía a pensar en voz alta.

- Coño seguro que con algún ordenador y demás sacaba algo de la red, allí según decían se podía encontrar todo. Joder con mi edad tener que pelearme ahora con las nuevas tecnologías.

La otra opción era visitar algunos clubs y ver si el señor Michael Abaldon estaba registrado, incluso pisar una biblioteca, hacía años que no lo hacía, pero que cojones allí guardaban periodicos y los ordenaban, podía haber algo sobre Abaldon.

Finalmente me puse en camino hacia el 188 de Madison Avenue, donde se encontraba la biblioteca pública de negocios e industria, allí seguro que podría encontrar un ordenador conectado y buscar algo sobre las empresas de los Abaldon. Mientras por el camino llamé a Blod y a Felina, aunque ninguno de los dos parecía estar disponibles, les deje sendos mensajes en sus teléfonos para ver si descubrían algo sobre los clubs y logias que había visitado Michael.

Pasas esa tarde y el lunes siguiente en la biblioteca, usando el ordenador lo mejor que puede, con algo de ayuda de un bibliotecario con olor a lechuga y gafas gruesas que está encantado de tener algo menos aburido que hacer.

Mientras, Blood y Felina hacen sus propias indagaciones, removiendo algo del estiercol acumulado en las logias y clubs secretos que ellos mismos visitan. Felina está más relacionada con wiccanos y rosacruces, gente centrada en la brujería y la mística, mientras que Blood pertenece a un club al parecer muy selecto del que no le gusta hablar. Según te comentan, Abaldon está intentando entrar en un par de logias, pero la que más posibilidades tiene de aceptarle es precisamente la rama rosacruz a la que pertenece Felina. Aún están valorando su solicitud. Al parecer la persona encargada de valorarla es una tal Aisling Sturbridge, directora de la logia.

Sólo en ocasiones como aquella, uno se alegraba de que existiera gente sin vida como el gafapasta que me estaba ayudando con el ordenador, aquella maldita tecnología nunca se había llevado bien con él, o quizás fuera yo el que nunca se había llevado bien con ella.

- Mierda, he de reconocerte que estos aparatos son la hostia, que cantidad de información puede uno encontrar.- Estaba visiblemente sorprendido por el resultado que estaban dando mis indagaciones

Dandole una palamada en la espalda a el bibliotecario me levante de la silla.- Mira a ver si puedes pasarlo a papel o alguna forma de que me lleve eso, mientras voy a fumar.- Aunque tenía notas apuntadas allí había mucha información que debería ser leida con calma, pero ya estaba cansado de no poder fumar, aquella era una de las grandes razones por las que no solía visitar las bibliotecas.

Ya en la calle respiré el aire cargado de la gran ciudad y encendí el cigarrillo, como siempre observé la calle y la gente que iba y venía en busco de algo, o alguien sospechoso, desde que el abogado comentara que Abaldon podía haber mandado unos matones, tenía la mosca detrás de la oreja por si me estaba siguiendo alguien.

Con ayuda del bibliotecario obtienes una información bastante completa sobre las empresas Abaldon. El empresario en cuestión parece metido en todo tipo de asuntos tecnológicos, especialmente en investigación médica y militar. Sus empresas asociadas desarrollan productos químicos, medicamentos, prótesis, aparatos de diagnóstico... pero también sistemas de seguimiento, hardware para aviones militares, programas de simulación táctica...

Descubres una sede central de Abaldon en Nueva York y la sede también de la Fundación Abaldon, una ONG donde hacen estudios de medicina que en teoría ceden con motivo altruista.

Miras tu reloj: ¡mierda! Llegarás tarde a la cita con Iron.

Tras mirar el relog entro apresuradamente en la biblioteca aun con el cigarrillo humeando en la boca mientras mascullo entre dientes.- Mierda, mierda, mierda...

Al llegar al ordenador encuentro el lugar vacio, - Que cojones, dónde está. Joder lo que me faltaba que el tio este se haya pirado a hacer saber que fricada.- Recojó un poco cabreado las cosas que tenía sobre la mesa y comienzo a mirar alrededor en busca del joven que me había ayudado.

Finalmente le veo salir de lo que debe ser un almacen o despacho con una carpeta llena con varios folios, sin demasiados preámbulos me acerco hasta él sonriendo.- Gracias...- Coño como se llamaba, dos dias ayudándome y no me había enterado del nombre, ¿me lo había dicho?- Eh.. Jimmy, muchas gracias por todo, ahora tengo que largarme.

Tras salir subo al coche y guardo en la guantera una multa por no pagar el parquímetro, no tenía tiempo de andar con chorradas. Esquivando la mayoría del tráfico pero dando alguna vuelta de más consigo llegar finalmente y aparcar cerca del ACME, sólo un cuarto de hora tarde.

Iron está allí, esperando, ya con una consumición y un plato de alitas con salsa barbacoa. Al verte saluda desde lejos y pide la cuenta para pagar lo suyo antes de que llegues. Qué tipo tan raro.

-Hola. ¿Qué tal va todo? Si no te importa, empieza tú. Te va a gustar lo que tengo.-

- Hey, al menos dame un segundo para pedir algo.- Levantando la mano pido una cerveza y algo para comer antes de sentarme en la mesa donde se encuentra Iron.- Joder que hambre tengo, ¿puedo?.- Sin dar tiempo a que responda cojo un alita para devorarla sin miramientos.

- Bueno veamos que he sacado de Abaldon.- Limpiandome las manos en una sevilleta saco mi libreta de notas y la carpeta de la biblioteca.- Dijiste que Kahane trató de hablar con Holden Abaldon, pues es su padre el que ha intentado entrar en algunas logias. Parece que tiene posibilidades en alguna, en la rama Rosacruz.

La camarera llegó con la cerveza y un plato lleno de patatas con Kepchup, guardé silencio mientras la chica dejaba el plato sobre la mesa y le di un trago a la birra.

- También saqué algo de las empresas de los Abaldon, el jodido cabrón tiene que estar montado en el dolar, anda metido en todo tipo de asuntos tecnológicos, desarrollan productos químicos, medicamentos, prótesis, aparatos de diagnóstico y un montón más de juguetes informaticos.- Di un nuevo trago de cerveza, mientras me planteaba la escasa relevancia que parecían tener estos datos en relación con Michelle, aunque una idea comenzó a formarse en mi cabeza.

Lo más interesante quizás sea esto, las empresas tienen una sede central en Nueva York y la sede también de la Fundación Abaldon, una ONG donde hacen estudios de medicina.- Me rasqué la cabeza mientras encendía un cigarro y observaba el rostro de Iron por si descubría algún tipo de reacción. - Bueno ahora te toca a ti, se te ve contento eso debe ser que has descubierto algo gordo.

-Bueno. No sé si será gordo, pero desde luego es muy sospechoso.- responde William bebiendo de su copa y picando a su vez de alguna de tus patatas. -Estuve indagando un poco sobre la muerte de Michelle. Según parece, se la encontró nadando en su propia sangre, en la bañera del piso de John, con las muñecas abiertas con una navaja. Se determinó que había sido un suicidio, pero...-

William se detiene de nuevo para beber. Sus ojos viajan de un lado a otro de la sala, como si buscase algo, pero es más probable que sólo esté divagando o pensando en la mejor forma de contarte lo que va a continuación. Dirías que es una persona sobre actuada o que lleva tanto tiempo actuando de esta manera que lo ha incorporado a su propia personalidad.

-...pero el forense no parece estar de acuerdo. Ni tampoco dispuesto a declarar sobre el tema. Me da la sensación de que alguien le presionó para que firmase que la muerte fue un suicidio, alguien al que teme tener que rendir cuentas. Y encontré aún otra cosa curiosa: el cadáver fue encontrado por el novio de Michelle, un tal Holden... McNeill. el chico no dió su verdadero nombre y curiosamente la policía no hizo informe alguno sobre él.-

No pude evitar reirme unos segundos y dar una palmada en la mesa.- Vaya, parece que el pequeño Abaldon era el novio de Michelle y que esta se suicidó según la influenciada versión oficial.

Tras dar una nueva calada a mi cigarrilló me acomodé y continué con mis elucubraciones, aquello parecía comenzar a aclararse. - Bueno entonces tenemos un asesinato, un hijo de papa, un fantasma y un padre tratando de esconder lo que ocurrió de verdad.- Fuera de esto no existían pruebas que indicaran hacia nadie en concreto aunque se podía suponer que Holden Abaldon había estado involucrado en la muerte de Michelle.- Apuesto a que alguno de los Abaldon fue el causante de la muerte de la chica. ¿Cúando dices que tu amigo recurrió a Abaldon?, quizás el señor Michael trate de deshacerse ahora también del insidioso fantasma, por ello busca entrar en algúna logia...

Will te hace un gesto para que esperes y saca de su chaqueta una libreta de anillas de las que se abren en vertical. Rebusca en ella hasta encontrar el dato que le pedías.

-John fue a hablar con Holden Abaldon hacia el 30 de agosto, hace bien poco. Y lo que consiguió fue una paliza y una visita bastante agresiva a su casa, amenazándole con que debía marcharse, una visita del propio Holden Abaldon.-

- Entoncés está claro que están ocultando algo sobre la muerte de Michelle, Jhon simplemente ha tenido la mala suerte de encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocado. No tenemos demasiado tiempo para saber que sucedió antes de que las cosas se pongan difíciles para tu amigo.- Pegué un trago a la cerveza mientras volvía a comer algo y observaba a Iron.

- Tenemos menos de una semana para saber que demonios hizo Michelle para que se la cargaran, según quien me contrató la chica dió problemas. Podriamos informarnos un poco más de los Abaldon, pasar por la sede central de su ONG a ver si conocían a Michelle. ¿Sabes el nombre completo de esta?, saber algo sobre sus amigos, familia, esas cosas que suelen ayudar.- Sonreí ligeramente mientras hablaba, aquellos datos no debían ser demasiado complicados de conseguir, pero lo que me hacía gracia era la mala costumbre que tenía para meterme en jaleos que no me incumbían.

- Imagino que Jhon estará haciendo lo que te dije, ¿ha buscado ya algo nuevo?, mi cliente necesita alguna novedad y noticias frescas.

-He averiguado algunas cosas de Michelle. Nombre completo, Michelle Carter, nacida en Alabama, muerta a los 32 años. Tiene un hermano Robert (Bobby) Carter, que murió en el Golfo. Sus padres Robert (Bob) y Amanda Carter siguen vivos. Se fue a NY a los 16 años con la idea de ser bailarina y triunfar en Broadway. Participó en alguna función de segunda clase. Bailó en algún club de Manhathan para pijos sacándose dinero extra. Duró una temporada hasta que al final acabó en la calle, sin dinero y ejerciendo para salir adelante. Sigo creyendo que el forense oculta algo.-

-Y sí, John está haciendo sus deberes, no te preocupes.-