Partida Rol por web

No te extraña en absoluto notar que la voz de Tina tiene un barniz de nerviosismo y tensión histérica.

-¿Dónde has estado? Joder, la fiesta es mañana. Te he llamado y he preguntado por tí en el trabajo. Están cabreados, por cierto.-

-¿Cabreados, en el laboratorio? ¿Por qué, porque no he aparecido? Si te cuento dónde he estado no lo creerías... -Contesta Albert un tanto acelerado, aunque no sabe bien si es por el nerviosismo y la conmoción de descubrir su extraño "viaje temporal" o por las noticias que tiene para Tina.

-Bueno, en todo caso, da igual lo que digan o piensen en el laboratorio, tengo algo mucho más importante que contarte: alguien quiere matar a tu tío Mike. No sólo quieren matarle, sino que además parece que van a encontrar la ocasión perfecta mañana en la fiesta esa, donde será nombrado rosacruz. -Hace una breve pausa para tomar aire, mientras deja que Tina asimile la bomba que acaba de soltar. Un poco más relajado, pregunta: -Bueno, ¿para qué me llamabas? -Aunque algo me hace pensar que tal vez ya no importe tanto...

-¡Qué! ¿Cómo que asesinarle? Yo.. yo te llamaba.. joder, porque mañana es la fiesta y mi prima me ha dicho a qué hora tenemos que estar y.. pero ¿cómo sabes que le quieren asesinar?- Tina se ha alterado de golpe y casi te deja sordo elevando el volumen de su voz más allá de lo educado.

-Vale vale, cálmate, si te cuento cómo lo sé no me creerías seguramente, así que no te preocupes por eso. Si tienes algo de aprecio a tu tío, seguramente podamos hacer algo por salvar su vida. De hecho, parece que mañana estaremos allí, ¿no? -Tras un suspiro compasivo, añade: -Venga, no te preocupes, ¿vale? Seguro que estará a salvo. Dime, ¿a qué hora ha dicho Carly que estemos allí?

A pesar del tono de condescendencia con el que hablaba a Tina, en lo profundo de su conciencia sentía que había una verdadera motivación para hacer todo eso, para ayudar a Tina. ¿Realmente le importaba Tina, o el tío Mike? Seguramente no. -¿Pero no sería una fantástica ocasión el salvar al mismísimo Michael Abaldon de manos de sus asesinos? -Desde luego, toda una bofetada a esos profesores intelectualoides de la facultad. Su nombre subiría puntos como la espuma en el "mercado de cerebros", y la gente empezaría a asociar su nombre a esa hazaña. ¿Cuánta gente querría simplemente poner su nombre y rúbrica en un artículo? A fin de cuentas, todo ese sensacionalismo del mundillo resultaba ridículo, pero Albert Pitrelli tenía muy claro que si podía sacar tajada, no iba a desaprovechar la ocasión.

Tina hace un silencio ambivalente que habla más que cualquier cosa sobre las dudas que tiene. Ya sabes de sobra que no le cae bien su tío y menos aún su violento primo Holden, pero sin duda que maten a alguien de tu familia.. la sangre es una poderosa coacción, supones. Finalmente Tina decide que lo mejor será estar allí y ver qué pasa. Deja a tu elección qué hacer con el laboratorio y colgáis.

Pero no tarda mucho en volver a llamarte algo alarmada. Según su prima Carly ha ocurrido algo bien extraño. Parece que un don nadie, un simple reponedor o camarero o una combinación de ambas cosas que trabaja subcontratado en la logia sólo para esta fiesta se le ha acercado y le ha pedido un puesto de trabajo.. ¡para tí! Carly casi se mea de la risa y ha prometido buscarte algo.. para después llamar a su prima Tina para informarla, claro. Ha sido un tal Marcus van Houten. Marcus no parecía en absoluto saber que tú ya estabas contratado ni que de hecho Carly y tú ya os conocíais.

Tomas nota de lo que te acaba de decir Tina y le pides que se mantenga bajo el radar hasta el momento de la fiesta, en especial si ve a tipos raros rondándola. Por si acaso, le describes a Marcus y a la rubia que le acompañaba y le sugieres que se reuna contigo antes de ir a la fiesta para desplazaros juntos. En vuestro sitio habitual.

Como si las cosas no fueran lo bastante raras ya, recibes justo después un mensaje de texto: es Marcus! Quiere reunirse contigo mañana por la mañana para hablar de la fiesta. Dice que es importante, en ese tono que incluso escrito suena a impreativo..

-Hmmmm maldita sea. -Se dice Albert al leer el mensaje. Ya están las cosas bastante complicadas como para permitirse faltar un día más en el laboratorio... Rápidamente improvisa algo y cita a Marcus en una tasca del puerto cerca del laboratorio, a la hora habitual del café. Es el mejor momento para escaquearse sin que resulte raro. Y eso sin contar que hay que explicar dos días de ausencia...

Tras dejarse caer en el sofá, entre un par de prendas arrugadas, y frotarse las sienes con gesto cansado, se acerca a la cocina a preparar una cafetera.

A la mañana siguiente vuelves a recibir una de esas sorpresas que te van asaltando en los últimos días y parecen llevarte por un camino cada vez más lleno de baches. El laboratorio está cerrado. ¿De nuevo? ¿Qué puñeta está pasando? ¿Y nadie se ha molestado en avisarte o llamarte para que cobres la paga? Raya en lo anormal.

Resignado, miras el reloj y te dirijes a tu cita con Marcus. Allí le encuentras, acodado en una esquina del bar en la que no ofrece la espalda a nadie.

Al se dirije a la cafetería cavilante... ¿Qué habrá ocurrido para que cierren el laboratorio? Miles de ideas se forman en su cabeza al respecto, pero su flujo de pensamiento se ve interrumpido al encontrarse con Marcus.

-Dime una cosa, -aborda a Marcus sin más miramientos. -O bien te traes algo entre manos para jugármela y se te da muy bien hacerte el tonto, o verdaderamente no te enteras de nada. ¿Por qué has pedido trabajo para mi en la fiesta de esta noche? Ya te dije que iba a estar allí y lo que quería es un contrato más a largo plazo. ¿Qué te traes entre manos? ¿De verdad te tienen por un don nadie en la logia esta?

Marcus pone su cara más seria. Con la mano izquierda se quita las boqueras que tiene y pide un cafe sin mirar si tú quieres algo. Tras unos segundos de silencio sepulcral dice ¿De verdad? No se que importa todo eso de mí. No se qué buscas y te he llamado para saber lo mismo. Me parece que tú tampoco dices toda la verdad. De todas formas no creo que eso importe. Mira no quiero jugártela si eso te preocupa, además para qué quiero jugártela si no te conozco de nada y no eres importante... ¿O si lo eres Pitrelli? Mira necesito que me hagas un favor. ¿Puedo contar contigo?

Sin alterarse lo más mínimo, Albert pone una sarcástica sonrisa a modo de respuesta, ante las insinuaciones de Marcus.

-Venga ya, ¿quién piensas que soy, una especie de espía o algo así? ¿O un nigromante malvado? Mira, sinceramente, tengo bastante interés por todo lo que tiene que ver con la religión y la magia, desde un punto de vista científico, claro. No esperes encontrar más de mi, así que, ¿de qué se trata ese favor? Veamos si te puedo ayudar...

Marcus se tira el pelo hacia a tras. Da la sensación de que hiciera unos dias que no se ducha y su pelo puede moldearse a su gusto. Tras esto da un sorbo al cafe y te dice: Tendrias que convencer a Abaldon que pidiera una bebida especifica que no estan en las bandejas, despues venir a mi y pedirmela. Ya esta. Marcus gesticula mucho cuando habla.

Aunque el ofrecimiento sorprende al joven matemático, sus nervios hacen que ni se inmute, no dejando traslucir en su rostro las emociones que se producen en su interior. Tras unos segundos de silencio, le devuelve una carcajada a Marcus, comentando distendidamente:

-Vaya, así que así es como pensáis cargaros al gran Abaldon, ¿eh? ¡Envenenándole! ¡Wo, y ahora yo también soy parte de la conspiración! Venga, y ya que estoy dentro, cuéntame, ¿por qué queréis matarle? ¿Qué ganáis con todo esto Colin y tú? -Continúa en susurros, para evitar miradas indiscretas. -Bueno, creo que no pierdo nada ayudándote, pero ya me conoces, y sabes cómo es esta jungla en la que vivimos, nadie da nada por nada. Supongo que ya habrás pensado en qué vas a ofrecerme a cambio, ¿no? -Pitrelli cruza los brazos en ademán defensivo, con semblante serio, tras hacer esta proposición.

Marcus apura el cafe y te mira a los ojos y sin dejar de mirarte levanta la taza de cafe para que le sirvan otro. Mientras espera a que la camarera le sirva otro café te dice: Por qué supones que vamos a matar al gran Abaldon? Solo te he pedido que hagas que pida una bebida especifica y que me la pidas a mi. No creo que eso tenga mucho peligro pero si quieres algo... pues dime lo que quieres y dentro de mis posibilidades te lo dare. No te conozco no se que te gustaria. Dinero? Mujeres? o demasiado simple para ti.

Cuando llega la camarera y le sirve otro cafe, espera a que se vaya y dice en voz baja Que sepa Colin esta muerto y ahora en este mundo de vivos no nos es de mucha ayuda. Así que lo que necesitemos de Abaldon, no es cosa de Colin.

Marcus bebe un sorbo de cafe y dice: Dime entonces Pitrelli qué quieres?

Los ojos de Al se desvían sin querer hacia la taza de café que Marcus agita delante suyo.

-Póngame otro a mí, por favor. Con leche fría.

Tras esto, se acerca a Marcus con ademán misterioso, mirada sombría y voz susurrante.

-Información. -Contesta escuetamente. -Quiero información. Quiero que me digas quién eres, para quién trabajas, y qué tenéis tú o tu organización en contra de Abaldon. De todas formas, ya estoy en el ajo, ¿no te parece? -Añade sonriendo. -Ese trabajito me compromete con los tuyos, así que, ¿por qué no meternos hasta la cocina?

Una idea comienza a formarse en su cabeza, de repente. Como si no quisiese la cosa, saca de su maletín de mano una revista arrugada. -Por supuesto, sé que estoy pidiendo demasiado, pero... -De entre las páginas de la revista, extrae algo que parece un dossier impreso en papel reciclado, sin encuadernar y un poco desordenado; desde luego, la presentación no es su fuerte. Lo coloca sobre la barra, boca abajo, con su mano encima. -...puede que yo también tenga algo que ofreceros. -Sus ojos serios se clavan en la mirada de Marcus, parapetados tras los gruesos cristales de las gafas, mientras su mano se dirige por su cuenta hacia la taza de café.

Marcus alarga el brazo hacia el dossier y cuando ya lo tiene en la mano y manteniendolo en la posicion dice No te voy a contar eso que tu quieres, no por ahora. ¿Crees que esto va así? Te equivocas, enseñame de lo que eres capaz deja que confie en ti y te contare todo lo que quieras. No estoy dispuesto a correr riesgos. Marcus levanta la mano y dice. ¿que es eso que has sacado? ¿Es para mi? ¿Es una prueba de que puedo confiar en ti? Pitrelli Marcus hace una parada casi amenazadora mientras separa el cafe de el y dice Esto no es un juego, si cruzas esta puerta quizas nunca salgas. Marcus vuelve a coger el cafe y lo apura, mira a Pitrelli seriamente para despues dar paso a una sonrisa burlona y añade Lo curioso del tema es que das por sentado que quiero algo de Abaldon. Cuando solo te he pedido que hagas que pida una copa y que me la pidas a mi.

Y como si de un juego se tratara vuelve a ponerse serio y dice De verdad, ¿que es eso?

Albert pega un largo sorbo al café. Después, poniendo cara de circunstancia, coge los papeles y los retira del alcance de Marcus soltando un sentido suspiro, apenas dejándole ver un montón de palabras y unos intrincados gráficos.

-Vaya, no sabes cómo lo siento. De verdad que creo que podría interesarte, ¿sabes? Lo que tengo aquí -dice mientras golpea con los papeles enrollados sobre la barra, como para dar énfasis a sus palabras, -es algo en lo que llevo trabajando largo tiempo, pero algo que no está al alcance de cualquiera. Se trata de... tecnología, -continúa en susurros. Tecnología que va más allá de lo que los pobres transeúntes que pasan a tomarse un café por aquí pueden llegar a imaginar. Simplemente es algo en lo que llevo tiempo investigando, pero claro, no se trata de algo que uno le pueda mostrar a cualquiera, o le toman por estúpido, ¿entiendes? Por eso pensé que... bueno, tú no trabajas con gente "de a pie", tú tienes contacto con fantasmas, y ves cúpulas azules donde otros no. Así que suponía que a tu organización podría interesarle. Pero ya veo que no es el caso. -Poniéndose en pie, saca una raída cartera de sus vaqueros y pone unas monedas sobre la barra, suficiente para dos cafés y una buena propina, tras apurar el café de un largo sorbo. -Sobre Abaldon... en fin, si no quieres nada de él, no sé a qué viene que beba "eso" en concreto; comprenderás que después del mensaje de Colin resulta difícil no relacionarlo, heheh. Pero bueno, supongo que no soy tu hombre. Si no estoy dentro, debo de estar fuera, así que supongo que no podemos confiar mutuamente. Te deseo suerte, seguro que encuentras otro cabeza de turco entre tus empleados. -Termina dirigiendo un guiño a su interlocutor, antes de girarse a la puerta.

Marcus mira como Pitrelli se levanta y antes de que pueda salir de la zona de su brazo, Marcus alarga la mano y le coge el brazo. Con el otro saca unas monedillas y grita ¡Quédate las vueltas! aunque solo sobra un dólar. ¿Crees que no eres el hombre elegido? Estas equivocado. Desde que te cruzaste con Colin ya eres el hombre que busco. dice susurrandote al oído mientras se levanta y te acompaña hasta la puerta. ¿Quieres saber más sobre mi? ¿Y los menesteres del Sr. Abaldon? Bien te lo dire pero necesito confiar en ti ¿como puedo saber que no eres una agente doble que trabaja para el Sr. Abaldon?

-Bueno, verás, la cosa es muy sencilla. Yo vi un anuncio en el campus, -Pitrelli omite cuidadosamente referir nada acerca de quién había colgado el anuncio, -sobre un trabajo para la Fundación Abaldon, en un laboratorio. Llevo allí poco más de una semana, en la que no han hecho más que marearme con artículos científicos, pero es tiempo suficiente como para ver que algo raro está pasando. Eso si, te puedo asegurar que no conozco personalmente al gran Abaldon, ni tengo ningún interés por ello. Sin embargo, está claro que no todo el mundo que trabaja en ese laboratorio se dedica a la ciencia, no al menos en el sentido más estricto. -Continúa con aire sombrío. -En realidad, estuve haciendo algunas pesquisas por mi cuenta, y descubrí una especie de... portal, o algo así, que me llevó hasta Colin. Él me dio el mensaje, me envió al lugar de la logia donde nos encontramos... y hasta hoy, eso es todo. Como puedes ver, no hay trampa ninguna. -Termina con gesto de obviedad. -Claro, que siempre podría estar inventándome todo esto, pero entonces seguramente no te diría que trabajo en un laboratorio de la Fundación Abaldon, ¿verdad? Pero tú mismo, no sé qué pruebas podría darte de que no soy ninguna Mattahari, si no confías en mi palabra. -En ese momento deja de andar, y se detiene mirando fijamente a Marcus, como esperando alguna respuesta.