Partida Rol por web

- ¿Qué hacen esos imbéciles?- Musita por lo bajo al mismo tiempo que ve pasar el auto negro junto a él. Quizá fueran a tomar otra ruta, o quizá habían acordado dejarlo solo. No le importaba en verdad lo que hicieran esos sujetos tan opuestos a él. Ahora estaba centrado en el vehículo que bloqueaba el paso, sabía que no estaba allí por casualidad.

- Arghh... ¡Mierda! -Gruñó mientras bajaba de su preciada Harley y se acercaba precavidamente con su Colt en mano apuntando al cielo a la altura de su cabeza.

Todo eso le daba mala espina...

- Ya habrá tiempo para las explicaciones en la mansión. - sentenció con un gesto de la mano - Ahora busca otro camino mas seguro. - ordenó con cierto tono de rabia en su voz.

Los del auto se detuvieron a cierta distancia, ya no podías detallarlos bien, pero algo te decía que se habían asustado, bien podría ser que ellos se fijaran en algo que tu pasaste por alto. Pero tu estabas aquí y ellos allá, y ellos tomaron su decisión, mientras tu... te bajabas con tu arma, dispuesto a saber de que iba todo aquello... bien recordabas que el viejo tantas veces había elogiado tu valor... el ser lanzado podía ser bueno, a veces... pero incluso en momentos como ese, la duda era latente, y fuerte. A costa de que?... y lo ibas a averiguar.

El auto estaba solo, silencioso, el motor estaba apagado, al acercarte por la ventana del conductor, te pudiste fijar en que no había nadie allí, pero un detalle llamó tu atención, sobre el asiento, un brillo pequeñito, en un llavero de plástico, sucio y con algo que se había borrado, dos llaves de aspecto descuidado, y una tenía el aspecto de ser la llave del auto. Por lo demás, no había nada visible o destacable, la tapicería era barata, parecía haber sufrido el embate de muchos años de uso, la guantera oscurecida, había perdido color, al igual que el tablero del carro, pero los instrumentos estaban aparentemente en orden, en el asiento de atrás, no había mayor cosa, ni en el suelo ni en las sillas, a excepción de un par de ejemplares del Philadelphia Inquirer, desordenadamente puestos, arrugados y quizás de un par de días atrás.

Por lo demás, todo estaba atronadoramente silencioso...

No obstante, algo llama la atención de Erik y los tres, William Danton no se devolvió tras ustedes, sino que se bajó de su motocicleta con algo en la mano, no era bien visible en la oscuridad, pero la forma en que lo empuñaba, indicaría que lo usaría para defenderse en caso de... cualquier cosa inesperada. ¿Que estaba pensando aquel sujeto? ¿Era tan arriesgado de exponer su pellejo así tan a la ligera?¿Había algo que el supiera y ustedes no?

O solo era un vástago muy estúpido?...

- Espera, frena. - ordenó de nuevo contraviniendo su orden anterior - No podemos dejarlo solo... - sentenció señalando a William levantando el reposabrazos y extrayendo el arma del interior - Ahora vengo. - inquirió cargando el arma y saliendo al exterior.

Empezó a caminar hacia William con el arma empuñada - ¡¿Danton que haces?! - alzó la voz para que este la escuchase.

William no tardó en tomar las llaves del cenicero al verlas allí, aunque no tenía intención de manejar tal carro. En lugar de ello se dirigió a la parte trasera del vehículo y probó las llaves tratando de abrir por las buenas el baúl del mismo.

-"No es casualidad"- Se repetía al girar las llaves en la cerradura.

- ¡¿Danton que haces?!- la femenina voz de Lauren Rienne llegó como un débil murmullo, se había bajado, y parecía caminar con cautela en tu dirección, llevaba algo en su mano, pero no podías detallaro bien...

No es casualidad

La llave encajó a la perfección, y el baúl del vehículo se abrió con inusual facilidad.

No es casualidad

Tus pensamientos resonaron con intensidad, hacía falta el latido de tu corazón, el miedo se sentía tan distinto siendo una criatura muerta que caminaba, y los instantes parecían eternos. Que significaba todo aquello?

No es casualidad

Y allí estaba, aunque era difícil de identificar, un hombre agazapado y metido en el baúl, de manera incómoda y visiblemente brusca, era rubio, con una cabellera que se te hacía familiar, su rostro... su rostro era irreconocible, ya que estaba desfigurado y lleno de moretones e hinchazones, con rastros de sangre, como si hubiese sido golpeado con tal intensidad... apenas si era posible determinar algún rasgo que te permitiera decir algo... además, no respiraba y su corazón no latía, estaba muerto. Aquel hombre estaba muerto, y atrás de él, un maletín deportivo, estrecho contra el fondo del baúl.

No es casualidad

Había un sujeto muerto en el baúl, tenía unos pantalones marrones, una chaqueta, y si querías saber más, tendrías que moverlo para determinar que había sucedido.

Macraba escena tenía ante sus ojos... De inmediato guardó su arma, no había de que preocuparse al parecer. Tomó el cadaver del hombre y se lo puso al hombro con molestia, y con su otra mano sujetó el maletín. Caminó entonces unos pasos hacía la mujer que se acercaba a los gritos y tendió en el suelo boca arriba el cuerpo inanimado, mientras miraba con extrañeza el maletín.

- Me resulta familiar, aunque no sabría decir por qué. -Comentó a la mujer como si encontrar muertos en las cajuelas de los autos fuera algo rutinario en su no-vida.

Ante la mirada sorprendida de ambos, Lauren Rienne se baja y se dirige hacia el sitio, la que hace unos instantes había dado la orden de alejarse, ahora se bajaba y se acercaba precavida hacia donde estaba Danton... y que estaba haciendo Danton?

Abrió la cajuela del carro, y por unos instantes se quedó allí, mirando.

-: Lauren?... que tienes en mente mujer!- dijo Erik, el chofer por lo bajo, bajándose, pero quedándose junto al carro

Luego Danton se agachó un momento y sacó del vehículo... un bulto, un grande bulto, que al detallarlo con cuidado, solo podía ser... un cuerpo! estaba sacando a alguien del baúl, y con su otra mano traía otro bulto más pequeño, los tendió en el suelo acercándose un poco a Lauren.

-Pero que dem...- dijo Erik, perplejo ante tal escena.

Cada vez más la escena se volvía más macabra... término que resultaba irónico cuando en medio estaban involucrados cuatro vampiros, muertos entre los vivos. Pero así era, Danton tenía un maletín deportivo en su mano y como si fuese un bulto, tenía un hombre... o lo que quedaba de él.

Lo puso en el suelo, y la imagen terminó de colorearse de tonos oscuros y sombríos, era un hombre de estatura media, supondrías, de cabello rubio con un corte que por alguna razón te resultaba familiar. Pero su rostro, su rostro era algo que alcanzó a horrorizarte, estaba deformado por moretones y hematomas, manchas oscuras sobre su rostro, así como sangre fluyendo, era difícil reconocer algún rasgo, su nariz se parecía destrozada con gran fuerza contundente, su frente tenía heridas y había perdido su forma, y su boca dejaba entrever un hilo de sangre también, tenía un aspecto sencillamente perturbador. Vestía una chaqueta, unos pantalones marrones, unos zapatos deportivos, y allí, inerte y sin vida, el silencio se apoderó de la escena.

Danton parecía más curioso que transtornado por el descubrimiento...

Esto ya se esta saliendo de control - suspiro mientras bajo del auto y me acerco al lugar a paso ligero.

Edward baja del auto también, se aferra a su daga en el bolsillo. -Eah, Bernard, yo voy!- dijo caminando para ponerse al lado de su compañero.

-Que mierdas es todo esto... cada vez entiendo menos- se quejó en voz alta, caminando hacia donde se encontraban William Danton y Lauren Rienne.

Se mantuvo en pie frente al cadaver de aquel humano, con Danton frente a ella, escuchaba el caminar de los demás tras ella, acercandose hacía lo que sin duda sería un motivo más para inculparles la muerte de Lewis.
- Es él... - susurró cubriendo su boca con su mano derecha - Estoy segura... Es el fotografo. - señaló empezando a caminar de un lado a otro - El hombre que nos hizo la foto con Kingsley a tí y a mí. - explicó dirigiendose a Danton - Y al que me crucé antes de encontrar a Lewis muerto. - terminó meditabunda.

Al llegar a la escena es posible detallar lo que sucede, Lauren Rienne parece algo turbada, es un hombre de mediana estatura el que acaba de sacar William Danton, su cabello es de mechones rubios y un corte que a Bernard Jones se le hace bastante familiar, pero su rostro... su rostro es lo más impresionante de la escena, deforme a base de moretones y hematomas, es difícil reconocer algún rasgo específico, su nariz rota, su frente irregular, los cambios de color entre piel y piel, y rastros de sangre por algunas heridas, su boca (si es que se podría llamar así ahora) era una hinchazón, con un hilo de sangre también... era difícil observar aquel rostro sin forma sin sentir al menos un poco de repulsión.

El hombre por lo demás, parecía normal, vestía una chaqueta, pantalones marrones, zapatos deportivos, no había nada que más detallar... excepto el maletín deportivo que Danton también había sacado del auto. ¿Cuál era el significado de todo aquello? ¿Que hacía ese hombre allí? ¿Porqué Danton y Lauren parecían encontrar algo familiar en él?

Pero había algo en el hombre que no encajaba... sencillamente, algo que lograba despistarte por un momento, pero tras observarlo por unos instantes, lograste notar el detalle! Aunque la chaqueta era la misma del fotógrafo de la recepción, los pantalones y los zapatos no eran los mismos! de hecho, la única prenda que te daba ese aire de que era él, era la chaqueta! porque además de la rubia cabellera, el rostro estaba en tal estado de deformidad, que decir a ciencia cierta quien era, era una labor imposible.

¿Cuál sería el sentido de todo aquello...?

- Su calzado es diferente... - musitó señalando los pies - No me resulta facil asegurarlo, - susurró meditabunda - puede ser él o no... - inquirió mirando a Danton - Tal vez este hombre sea una cabeza de turco, empleada por el fotografo para que se le dé por muerto... - se encogió de hombros - Lo que está claro es que nos intentan inculpar a nosotros. - terminó sin dejar de caminar de un lado a otro.

Llevandome mi pañuelo a mi nariz digo - Oh pero que horror, pobre diablo. - mientras observo a mis nuevos compañero en busca de respuestas - ¿Dice usted que lo reconoce, Lauren?

- Reconozco la chaqueta. - asintió girandose hacia el coche y empezando a caminar hacia él - No deberiamos estar aquí, William; siganos hasta mi casa. - inquirió sin mirar atras - Daremos un rodeo. - terminó entrando en el vehiculo y volviendo a guardar el arma donde estaba.

Al observar con detenimiento, y la afirmación de Lauren te hacen pensar... en efecto, esa tenía que ser la chaqueta del hombre, pero era lo único que coincidía si lo recordabas bien... entonces, apareció ese detalle... en la manga derecha de la chaqueta había una mancha de sangre, también, pero no había una herida visible, la sangre se había asentado un poco sobre la ropa, y estaba como un hilo largo sobre ella, y no como una mancha uniforme.

Otra pregunta más para el historial.