Partida Rol por web

Obsesión

1. La mansión Lázarus

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10/02/2011, 16:38
Elisabeth Mastrall

-¿De verdad no sabes tocar, Damien? -preguntó Elisabeth con un hilo de voz-. ¡Yo te ayudaré! Quiero decir... Yo puedo enseñarte, si te gusta la idea. Jules me ha enseñado lo que él sabía, así que te enseñaré como él hizo conmigo.

El temperamento de Elisabeth era muy tranquilo, pero a veces la alegría desaforada parecía desbordarla. Se juntó un poco más a Damien, aunque de un modo casi imperceptible.

-Vaya, ¿eres una maestra? -preguntó a Celeste cuando hizo muestra de sus conocimientos.

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10/02/2011, 16:42
Jules Lázarus

-Desconocía esa faceta tuya -agregó a las palabras de Elisabeth-. A decir verdad, desconozco gran parte de ella... Pero no deseo importunaros. Parece que estáis inmersos en una interesante conversación, por lo que yo voy a proseguir con mis quehaceres. A propósito, Damien, a las doce y media llegará la señorita Von Heuser. Vamos a entrenarnos un poco, por si quisieras venir.

Jules se despidió con una inclinación y dejó la sala de música. Elisabeth no lo siguió, sino que, como reafirmándose, dio otro paso más hacia Damien.

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10/02/2011, 16:54
Aleph

 Hasta luego

Aleph se olvidó de Jules, y miró de reojo a Elisabeth. En realidad, la pequeña le caía bastante bien, con su actitud alegre y jovial, y la calma que siempre parecía mentener. El grandullón sabía valorar esos dos aspectos, y, dicho sea, también sentía cierta debilidad por los niños. Elisabeth ya estaba crecida, pero, a los ojos de Aleph, no dejaba de ser una jovencita dando sus primeros pasos hacia un mundo inmenso, un mundo que aún estaba por descubrir, plagado de maravillas

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11/02/2011, 02:37
Damien Goldman

- Uy uy uy... no sé yo, Eli. Probablemente rompa algún piano, y no quiero tener deudas con Jules antes de hacer ningún tipo de negocio con él, ¿sabes? - dijo con tono bromista. - Pero ya hablaremos sobre ello, ¿vale? Tendremos tiempo. -

Miró de nuevo a Celeste, poniendo cara de: '¿No parezco lo suficientemente serio?' sin darse cuenta de la obvia respuesta. - Pues sí, hablo en serio... No esperes un nivel de académico de Ilmora, pero si algo me han obligado en la Citadelle aparte de a tener unos modales demasiado exquisitos es a estudiar. ¿A qué viene tanto interés? Como dice Eli... ¿eres una maestra? - preguntó también Damien

Fue entonces cuando Jules habló y salió de la habitación. - ¡Si, claro! Allí estaré como un clavo. Tengo muchísimo interés por conocerla. - entonces se giró a la niña y, cómplice, se inclinó hacia ella y le guiñó un ojo. - ¿Me hablaras de Von Heuser cuando acabemos de hablar con Celeste y Aleph, Eli?  Me gustaría que me dijeras algo sobre ella antes de conocerla, así pasamos un ratito más juntos. -

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11/02/2011, 10:21
Elisabeth Mastrall

-¿Sobre... ella? -murmuró Elisabeth, con tono bajo. Asintió y ladeó la cabeza.

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11/02/2011, 15:16
Celeste Índigo

 Celeste se vio de repente, siendo el centro de la conversación. Tanto la chica como Damien la miraban a la espera de una respuesta. La verdad es que no, no era una maestra en ninguno de los dos sentidos. Ni era especialmente buena en la materia, ni le gustaría enseñar. No es que no tuviera conocimientos, de hecho suponía que superaba a todos los de la habitación en ese ámbito, pero... humíldemente, no. No era una maestra.

-Maestra, no. Pero podríamos decir que se me da muy bien el tema, y que aprendo deprisa. Es un campo que me encanta y que nunca es mal momento para seguir profundizando en sus encantos. De hecho, he realizado algunas investigaciones en Arkángel.

Y no pude terminar la única que realmente me interesaba.

Cuando Damien preguntó a Elisabeth sobre Von Heuser, Celeste también se interesó. No estaría mal conocer a todos los inquilinos.

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13/02/2011, 13:15
Damien Goldman

- Ya veo... Bueno, espero que puedas continuar con esas investigaciones, seguro que son muy importantes. - dijo asintiendo, antes de volver a girar la cabeza a la más joven de aquella sala. - Tranquila, Eli, sólo que me cuentes un poco cómo es tú que la conoces mejor, me gusta saber qué me voy a encontrar cuando voy a conocer a alguien interesante. No se si te lo habrán dicho, pero yo también se esgrima, como ella. Aunque seguro que mucho menos y me pega una paliza... -

- ¡Pero seguro que así aprendo algo, jajajaja! - se rió el chico, para mirar a Aleph. - Tú seguro que sabes pelear, Aleph, tienes toda la pinta. Y si no sabes deberías, una envergadura como la tuya no se debería desaprovechar. -

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13/02/2011, 16:43
Aleph

 Aleph negó con la cabeza, levemente, mientras sonreía

La envergadura no importa. La hormiga espanta al elefante, metiéndose dentro de su trompa. El ratón se mantiene erguido frente al leopardo, y este acaba por rendirse ante la voluntad del pequeño. Sí, se pelear. Aunque dudo que mi estilo se parezca a lo que estáis acostumbrados a ver

Luego miró por la ventana, algo distraído. Hacía un día espléndido

 

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13/02/2011, 21:09
Aleph

¿No tendrán un jardín o algo parecido por aquí, verdad?

Celeste conocía lo suficientemente bien a Aleph como para saber la razón de aquella pregunta. Aunque el grandullón evitaba separarse de ella, normalmente su propio subconsciente le traicionaba. Y la naturaleza le llamaba

Vaya día hace. No comprendo como pueden quedarse aquí dentro. Seguro que un poco de aire fresco le vendría bien a Jules, con esa actitud tan estirada que tiene...

Sonrió ante su propia broma

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13/02/2011, 22:02
Elisabeth Mastrall

-La señorita Von Heuser es... bueno... Ella lucha muy bien. Sabe bastante, es una buena tutora. Ha estudiado en una academia para chicas y sabe modales y etiqueta y todo eso... Todo lo que necesita una joven burguesa, dice -contestó Elisabeth a media voz-. Es un poco seria.

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14/02/2011, 01:02
Celeste Índigo

 Aleph, dudo que se nieguen a responderte. Puedes preguntarlo tu mismo cariño. Aunque puede que las prácticas de esgrima las hagan al aire libre, allí podremos tomar el aire. Además, me gustaría ver a Tory. No me gusta estar sin él.

Y también me gustaría pasar un rato en los jardines, espero que allí no tengan problema en que Inu y Nekko me visiten.

Las últimas palabras de Celeste sonaban ligeramente tristes. Al fin y al cabo, le encantaba estar con sus pequeños. Y la idea de salir al aire libre le atraía bastante, así podría evadirse de tanta gente que parecía que iba a reunirse. Con sus "graciosos" juegos de nobles, "cortesía" y mentiras. Dan asco.

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14/02/2011, 01:06
Celeste Índigo

Celeste se quedó un momento mirando a Eli, en su cabeza bullían varias preguntas, pero solo se decidió a formular una.

-Las prácticas de esgrima las realizaréis al aire libre, o en una habitación especial. Digamos que me apetece tomar el aire.

-Y respecto a la conversación, sé que nadie me ha preguntado, pero os lo digo. Yo no se pelear, si me dierais una espada lo más que podría hacer sería cortarme yo misma. Celeste soltó una pequeña risita. Pero puede que sea entretenido veros practicar. Al fin y al cabo, no parece que tengamos muchas obligaciones en la casa,¿no os parece?

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14/02/2011, 01:39
Elisabeth Mastrall

Elisabeth asintió.

-Jules y la señorita Von Heuser practican en el patio. ¿Por qué no me acompañáis todos? Os enseñaré el jardín.

La joven salió primera, aunque aguardó a que los invitados la siguieran. Atravesó el pasillo y abrió una de las puertas que daba al exterior. El patio contaba con caminos empedrados entre el césped bien recortado, parterres de flores, un estanque con peces y numerosos árboles y espacio para juegos burgueses o lo que tocase. Cerca de la casa había bancos de piedra y madera para leer a la sombra en un día soleado, o para ver los combates de esgrima que se adivinaban por las marcas en el suelo.

Casi al mismo tiempo que llegaban vieron que lo hacía también Celia Von Heuser. La instructora de esgrima y tutora de Elisabeth llevaba un traje acolchado, guantes y una máscara, sin olvidar el estoque en la cadera. Se levantó la máscara, sorprendida por la cantidad de gente que esperaba en el patio, pero no dijo nada.

-¡Señorita Von Heuser! Jules la estaba esperando, aunque dijo que vendría después.

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14/02/2011, 01:49
Celia von Heuser

-Ya está enterado y viene de camino. Ha ido a ponerse su ropa protectora -informó la mujer, con su duro acento togarense. Se fijó en Damien y ladeó la cabeza hacia él-. Ah, usted debe de ser Goldman. El señor Lázarus me ha comentado que fue usted educado en la Citadelle. Algunos de mis maestros se entrenaron allí.

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14/02/2011, 12:41
Aleph

 Aleph inspiró el aire puro, agradecido. Hacía un tiempo espléndido, y aquel pequeño patio interior era bastante idílico, al menos en apariencia. Artificial, sí, pero también tranquilo y sosegado. Un pequeño remanso de paz, un mundo interior entre toda aquella fachada de nobleza y elegancia, frías e inertes. El contraste entre aquellos dos marcos era palpable, y casi irónico. Pero nada poner un pie fuera, sintió que de nuevo, estaba en su terreno. Los árboles se mecían con la agradable brisa que soplaba, los peces e insectos que se movían por aquel lugar rebosaban de vida y energía

La tal Celia ofrecía una figura intimidatoria y majestuosa, a pesar de las múltiples protecciones que cubrían su cuerpo. Las duras líneas de su rostro, su mirada, e incluso sus simples gestos, perfilaban la imagen de una luchadora experta, de alguien que, probablemente, llevaba muchos años a cuestas en el arte de manejar la espada. Desde luego, no parecía una persona común. Claro que, hasta ahora, no se habían encontrado con mucha gente "común" en aquel lugar; Si es que realmente se podía aplicar tal calificativo de forma tan precipitada y descuidada, teniendo en cuenta que resultaba tan abstracto como poco útil

Ante la pequeña conversación entre las dos, se limitó a guardar silencio. No veía la necesidad de presentarse, ya que no le habían preguntado. Y, a pesar de todo, tampoco podía evitar centrar su atención en la instructora. Sabía distinguir un depredador activo de un manso herbívoro. Y, al igual que en el mundo animal, las personas podían clasificarse según la energía latente que emitían. Celia Von Heuser, desde luego, no era un herbívoro manso y dócil. Era solo una corazonada, una manera fútil de juzgar prematuramente a la instructora. Pero, por alguna razón que el mismo Aleph no acababa de comprender, sus corazonadas, por norma general, acababan siendo bastante acertadas

En realidad, había un pequeño detalle que no le gustaba de aquel lugar: El suelo. Empedrado, frío y carente de cualquier vestigio de vida. Le habría gustado sentir la hierba bajo sus pies, pero no era el momento, ni el lugar. Y, al parecer, había varios caminos prefijados en aquel lugar, por lo que apartarse de ellos supondría una conducta extraña y, probablemente, no del todo bien vista. No es que le importara mucho lo que dijeran esas personas sobre él, pero sabía que su comportamiento sería asociado con Celeste. Y eso sí que le importaba. Así que reprimió el impulso de descalzarse y sentir la hierba bajo sus pies, y se mantuvo quieto, a la espera de que el combate comenzaba. Al menos, podría observar las costumbres de aquellas personas. Quizás incluso se divertía con el combate

Al fin y al cabo, siempre se podía aprender algo más

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14/02/2011, 14:09
Damien Goldman

Damien respiró hondo al salir al patio, esbozando una sonrisa de satisfacción al sentir el sol acariciando su rostro. Aquí se está de fábula. En cuanto avanzaron y llegaron hasta Von Heuser, Damien la estudió de arriba a abajo (pese a las protecciones). No dijo palabra hasta que la instructora se dirigió a él, momento en el cual saludó con una inclinación de cabeza y con una sonrisa mucho más... neutra.

- Así es. No cabe duda tampoco de que usted es Celia Von Heuser, es todo un placer conocerla, he oído maravillas de usted... más bien de sus capacidades en la esgrima. No le han informado mal sobre mi educación. Debe ser muy interesante verla combatir, si mezcla las bases de la Citadelle con la forma de ser de los habitantes de Togarini debe ser un rival temible. - dijo el noble. Por primera vez se le escuchaba un tono de profundo respeto y seriedad. - Para serle sincero, quería conocerla también con la intención de probar sus habilidades por mi mismo... si le parece bien, por supuesto. -

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14/02/2011, 15:19
Celia von Heuser

A modo de respuesta, Celia le tendió un chaleco protector acolchado y otra máscara.

-¿Me permite su espada? Es para colocarle la punta roma de seguridad.

Cuando Damien se la tendió, Celia encajó en la punta una bola, como la de los actores. Damien había practicado con espadas así en la Citadelle, y sabia que sólo se permitía empuñar armas con punta a los maestros. Aún así, la espada era suficiente como para perforarle un ojo a alguien desprotegido, con lo que se hacían necesarias las máscaras y los acolchados.

Tras devolverle el arma, Celia desenvainó la suya.

-Cuando quiera. El que toque primero tres veces gana.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Abierta de Celia, 175 en Iniciativa.

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14/02/2011, 15:42
Jules Lázarus

Junette acababa de llegar a la mansión y se dirigía al despacho de Jules, como siempre. Ningún criado la importunó de camino, ya que todo el mundo la conocía y la consideraba casi una empleada más. A pesar de ser sábado, había un par de asuntos que tenían que tratar. No obstante, no pudo llegar hasta la habitación. Su primo y jefe caminaba por el pasillo vestido con lo que parecía una armadura acolchada y una máscara de esgrima, sin olvidar de la espada que le colgaba de la cadera.

Al verla, Jules se llevó una mano a la frente.

-¡Ah, Junette! Se me había olvidado que teníamos una cita. He decidido posponer los negocios hasta el lunes. Pero no quiero que el viaje haya sido en vano. ¿Te gustaría quedarte a comer? -Habló rápido, sin darle tiempo a reaccionar. A pesar de que solía ser extremadamente cortés, en familia no lo era tanto.

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14/02/2011, 15:41
Celeste Índigo

Celeste contempló el bello paraje que se abría al salir de la mansión. Todo era precioso, pero tenía una chispa que no le gustaba... era artificial. Puede que después de varios años viajando con su compañero se le hubiera pegado algo de su amor por la naturaleza.

Empezó a sentir el aire limpio a su alrededor, el sonido de los pájaros, y el susurro del viento. Realmente el ambiente era bastante bucólico. Digno para que una pareja de enamorados pasara la tarde, o que un grupo de amigos se acomodara para contar batallitas. A pesar de eso, hubiera apostado cualquier cosa a que su compañero quería entrar más en la naturaleza, más que simplemente seguir a los espadachines a sus clases. Celeste cerró los ojos un momento, respiró hondo, y... tras unos instantes, los volvió a abrir, renovada.

Cuando vio llegar a la instructora, y a su acompañante retándola a duelo, buscó un sitio donde sentarse. Tampoco quería presentarse, no hasta que le preguntaran. Al fin y al cabo, lo único que quería en ese momento es ver a su amigo Tory. ¿Estaría sobrevolando el lugar? 

Como me gustaría que nos viera y bajara a saludarme. 

La destreza con la espada no era su fuerte, al fin y al cabo sus métodos de negociación solían ser más sutiles. Un espadazo era demasiado obvio. Pero nunca está de mas contemplar una batalla. Podía ser un entretenimiento divertido y...

Puede que con suerte uno de los dos salga herido, y se les bajen un poco sus humos burgueses. Aunque, si tengo que elegir, me gustaría que no fuera Damien. No es que me haya caído en gracia... pero le tengo más aprecio que a Sofía. No se por qué...

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14/02/2011, 15:56
Damien Goldman

Damien se puso las protecciones y le tendió el arma a Celia para recogerla después. Se colocó de lado e hizo una floritura con el estoque sólo girando la muñeca: era su forma especial de 'saludar' al contrario. No podía negar que estaba algo nervioso.

- Empecemos. - dijo Damien, tensando su cuerpo.

- Tiradas (2)