Partida Rol por web

-La biblioteca de Mateo quedó reducida a cenizas. Él mismo la quemó antes de suicidarse. Un día, medio loco, hizo una gran hoguera en el jardín y prendió fuego a sus escritos y a sus tomos ocultistas. Todo el mundo pensó que lo que quemaba eran sus obras de poesía, pero cuando me acerqué a mirar pude rescatar algo de aquello. Me costó un poco, pero al cabo de los años y con ayuda de Elías logré desentrañar la verdad sobre mi tío.

Jules cree que Mateo fue un mártir, pero... mi tío era un hombre muy oscuro. Parte de su diario, lo que conseguí salvar del fuego, hablaba sobre unos rituales místicos y un plan cuidadosamentre trazado para traicionar a la secta a la que pertenecía, utilizar la armadura de Kyrie para invocar al demonio... y Dios sabe qué más cosas.

Sé perfectamente que vosotros vais tras los guardianes. Agua, fuego, tierra y aire, los elementos. He oído cómo Celeste hablaba de ello. Sé lo que ha estado ocurriendo, Elías me lo ha contado. Él ha estado vigilando los movimientos extraños en Kahr -Fiona miró a su hermano mayor con admiración-. Sé que aún quedan dos por ser activados, pero no tardarán en activar los otros dos. Esa secta está preparando algo muy gordo.

Siento que somos marionetas. La secta siempre anda un paso por delante nuestra, y ahora, este duelo de incógnitas... Voy a concedértelo esta vez: Esta familia está llena de titiriteros. ¿Qué opinas sobre estas nuevas revelaciones? ¿Quién está ciego, Jules, Fiona y Elías, o nosotros mismos?

La única manera de adelantarnos a ellos es encontrando a las chicas que actúan como recipientes. Esa debería ser nuestra prioridad. Ya que, si no somos rápidos, podrían morir inocentes...

Celeste sonrió tras los últimos comentarios.

-Venga, y si puestos a suponer, ¿Jules también sabe todo esto? Es más, ¿Y si quiere para él la dichosa armadura? No es nada nuevo que nos ocultaba datos sobre la investigación, que nos mintió... al menos a Aleph y a mí personalmente sobre su conocimiento de las artes ocultistas.

No es que quiera tirar piedras sobre el tejado de la familia, pero si se niega a admitir una verdad que a vosotros os parece tan evidente... ¿No puede ser porque hay algo detrás? No sé... Jules me parece un hombre lo bastante inteligente como para no dejarse llevar por niñerías...

La peliazul miró a los demás, como si lo que hubiera dicho fuera una bomba, esperando reacciones.

Puede que me equivoque, y de hecho, me gustaría equivocarme. Pero, puestos a considerar todas las posibilidades...

Yo creo que ninguno está ciego, pero que todos vamos a quedarnos así. Todos están tratando de mirar a un sol demasiado brillante para su vista, y como no dejen de mirar se van a quedar ciegos todos. 

Solo espero que nosotros sepamos apartar la mirada a tiempo, o que nuestros ojos resistan, una de dos.

Tras sus palabras, Celeste concluyó:

-mmmm... espero que hayas entendido la metáfora Aleph.

Y sonrió a su compañero.

-¿Por qué no hablas claro de una vez, Fi? -interrumpió Elías-. Estamos asustados. Nosotros dos somos los únicos que sabemos que mi tío no era trigo limpio. En su diario se las daba de héroe sacrificado, pero no dudó en cometer asesinatos para la secta, para mantener su mascarada... Extrajo las esencias de la armadura cuando creyó que la secta a la que había traicionado lo iba a matar y las escondió en sus seres queridos, al menos las que tenía a mano. Y después desapareció. ¿Una nota de suicidio y un cuerpo nunca encontrado? ¿Alguien dijo que había visto a un hombre parecido a mi tío saltar al mar? ¡Ja! ¡Demasiado rebuscado!

Es evidente que mi tío sigue vivo y planea continuar con su plan de alguna manera. Es tan evidente que Fi y yo hemos consagrado nuestras vidas a detenerlo. Nuestro sacrificio ha sido destruir nuestras vidas. ¿Dejarlo todo en manos del hijo menor?

Elías hablaba con mucho cinismo y rabia contenida.

-Jules puede ser muy cabezota a veces. Mateo era su héroe. Tristán le llenó la cabeza de pájaros sobre lo bondadoso y sacrificado de su acción, y no pudo encajar la verdad. Mi padre se enemistó conmigo por su culpa y desde entonces no he podido pisar esta casa y sentirme a salvo. ¿Fiona? Un matrimonio de conveniencia apresurado. Todo porque Jules quería seguir creyendo que Mateo era un caballero virtuoso y entregado.

Ale... la piedra está tirada, solo hay que esperar a ver si alguien la recoge y podemos acusarle de haberla arrojado. Si al final todo se pone en contra de Jules, podría suceder un mal accidente en alguno de los enfrentamientos contra los seres mitológicos... y puede que no diera tanta pena...

Dios... ¿pero qué estoy pensando?

Celeste, tranquilizaté.

-No creo que Jules sea parte de esta conspiración -contestó Fiona-. Conozco a mi hermano. Es un hombre honesto. Quizá demasiado entregado a su familia, quizá ciego, pero... Elías, estás yendo demasiado lejos. Ya hemos hablado de esto muchas veces: ni tú eres un santo ni yo he quedado tan mal parada en este matrimonio. Soy feliz con tu padre, Damien. Admito que no era lo que esperaba en un primer momento... pero las cosas cambian.

La mujer sacudió la cabeza, como zanjando el tema.

-La armadura no es más que basura, chatarra. Ya no es más que pedazos de metal vacío, sin esencias. Ya no están allí. Mateo y la secta se encargaron de ello. Lo que importan son los guardianes dormidos y que están siendo activados. Cuando todos se activen... Jorosh volverá a la tierra. No podemos permitir eso. Por eso estamos asustados. Sólo faltan dos y no tenemos ni la más remota idea de dónde se encuentran. No sabemos qué hizo Mateo con ellos o si de verdad faltan dos. No sabemos dónde está Mateo. No sabemos qué hace la secta. Jules no nos escucha y no querrá oír nada de esto. Si se entera de que sabéis esto creerá que intentamos manipularos para enfrentarnos a él y... cuando se obceca puede ser terrible. Tiene mucho poder político y económico... No nos interesa que sepa nada de esta conversación.

Necesitamos vuestra ayuda. Tenemos mucha prisa. Sólo nos fiamos de vosotros porque sois de nuestra familia. Junette, Damien... y, si realmente sois de confianza, Aleph y Celeste. Estamos desesperados. Necesitamos unir fuerzas, todos. Si no, el mundo está perdido...

-¡Espera un momento!

Celeste, después de soltar al aire la insinuación de que Jules podía ser también más oscuro de lo que aparentaba tenía otra cosa que decir. Al fin y al cabo su vena científica tenía que aparecer, y... ¿qué pruebas les estaban dando cada uno de los bandos? Ninguna en absoluto. Podrían ser una sarta de mentiras... podría ser incluso que Mateo fuera una inocente viejecilla que vivía en una granja a la luz de las evidencias que mostraban ambos bandos.

Fiona, Elías... no niego vuestra versión, y para ser sincera me parece mucho más veráz que la bucólica historia de Jules. El poder corrompe y Mateo, según decís, es un claro ejemplo de ello. Pero no he podido evitar fijarme en la carencia de pruebas constrastables de las historias. Tanto vuestra como de Jules. Digamos que nadie me ha demostrado nada y me estáis pidiendo que crea en vosotros... ¿por la cara?

Me gustaría ver esos documentos que recuperaste... algo que demostrara vuestra versión de la historia. Si no... lo siento, solo es una hipótesis con la que jugar... nada más.

No le había gustado nada que hubiera dicho la frase: Si no, el mundo está perdido... ¿apelando a los sentimientos de heroismo y buen corazón? bah...

La esencia de Celeste volvió a vibrar, buscando la mente de Jules:

-¿Por qué no me contestas? ¿Qué significa este silencio?

Tras un denso slencio la voz de Jules sonó al otro lado.

... Acabo de encontrarme con la escena de un asesinato. Lo siento. Estoy... aturdido.

-El poder corrompe. Sí, es una buena línea de pensamiento -dijo Elías con una sonrisa irónica. Miró a Fiona como si dijera "te lo advertí"-. La pena es que como bien dices, no tenemos pruebas. Porque... ¿sabes qué? Perdimos el pedazo de diario de Mateo. Jules lo hizo trizas cuando se lo enseñamos. Dijo que era una falsificación.

¿¡¿¡¿Asesinato!?!?!?!?! ¿Quien?¿Dónde? ¿Podemos ayudar?

No estaba muy claro si Celeste había dicho la última palabra por inercia, o porque realmente quisiera ofrecer su granito de arena. Ni siquiera ella lo tenía claro...

Aleph la estaba cambiando... mucho. Y de manera muy extraña. Partes de su mente seguían su cuerso normal, fría y calculadora, mientras que otras mostraban un lado altruista impropio en ella...

¿Quien era Celeste en ese momento?

-¡No es ninguna hipótesis! -exclamó Fiona-. Y Elías, ¡ya hemos hablado de ello! Sé que estás enfadado con Jules, pero eso no significa que sea una mala persona.

-¡Hizo que padre me quitase casi todos mis derechos! -gritó Elías, rojo.

-¡Estabas poniendo en evidencia a la familia! ¿Acaso esperabas un abrazo?

-¡Cuando él lo hacía no parecía ser tan importante!

Parecía que los hermanos estaban tan en desacuerdo entre sí como con Jules.

Celeste abrió mucho los ojos de pronto, como si algo la hubiera atontado. Pero, segundos más tarde, volvió a contestar a Elías.

-O bien estaba tratando de tapar su alianza con su hermano, destruyendo "indignado por la infamia de la falsificación" la única prueba que destapaba sus planes. Sinceramente Fiona, no conozco a Jules tanto como tú, pero mirado desde fuera tampoco me parece que haya que excluirlo de las sospechas tan fácilmente. 

Pero una frase acudió rauda a la mente de la peliazul.

Y tampoco a vosotros.

Han matado a uno de mis socios. Es... Lo han... Hay cristales por todas partes. Le han torturado. Todo está lleno de sangre.

Hubo algo de silencio.

Ya he llamado a la guardia. Están tomándome declaración. Celeste, esto es serio. Jeff no era uno de mis socios-socios. Era mi... uno de mis informantes... Me pasaba información sobre los Siete Círculos.

Creo que le han pillado... y nos han pillado a nosotros.

¿Donde estás? Quiero ir allí, ver si han dejado alguna huella digamos... sobrenatural.

No he entendido la metáfora. Y, de hecho, me he perdido en tus razonamientos. Pero confío en ti

La cara de decepción por la quema de la biblioteca pasó a ser rápidamente sustituida por cierto enfado ante las acusaciones contra Jules. No podía poner la mano en el fuego por él, pero podía acercarse lo suficiente a la llama como para jurar que él no tenía nada que ver en toda esa conspiración. O no hay más ciego que el que no quiere ver. Sin embargo, antes de reflexionar sobre qué era sensato o no, se encaró con Celeste.

- No deberías dudar de Jules tan fácilmente, sobre todo después de la acogida que te ha dado. - soltó abruptamente - Creo que como mínimo le debes un poco de confianza.

Calló de repente, consciente de lo injusto de sus palabras. Defendía a Jules porque no quería creer que él fuera culpable, pero su raciocinio no dejaba de insistirle en que ponerlo en la lista de sospechosos no era tan descabellado. Se llevó las manos a las sienes y las masajeó, intentando que las ideas fluyeran mejor.

- Perdona, Celeste, no debería haber dicho eso. - suspiró y volvió a mirar a Fiona - Nuestra mejor opción de momento son esos papeles que dices. Y si, como Elías dice Mateo sigue vivo, deberíamos intentar reconstruir sus pasos en el pasado, buscar en sus escondites preferidos, encontrar a sus contactos de entonces por si han vuelto a verle. Seguirle la pista, en definitiva. Tal vez así encontremos a los dos recipientes que faltan. - miró hacia la casa un momento - Aunque ahora mismo no se me ocurre qué excusa podemos darle a Jules para que no sospeche. Tendremos que trabajar por separado y ser muy meticulosos.

Tiene todo el aspecto de ser algo sobrenatural. No estaría más que vinieras, tú tienes una... hum... afinidad especial para estas cosas.

Estoy en una habitación de la posada El rabo del cerdo, en el barrio bajo.