Partida Rol por web

Me he cansado. Dejad que haga algo para terminar con todo esto dijo Aire levantando la mano.

El anillo que había recuperado anteriormente y que no dejaba de mirar y besar empezó a brillar. Un aura extraña empezó a rodear a la joven, que empezó a emitir un grito que se convirtió rápidamente en un rugido. Tras unos instantes, el aura desapareció. Aire ya no estaba allí.

En su lugar, estaba un dragón con dos grandes y finos cuernos gemelos que crecían hacia atrás desde sus cejas y nariz. Lucía dos adornos mellizos en forma de cresta en su largo cuello, y unos bigotes alrededor de su boca que se parecen a los barbillones de los barbos. Sus alas con forma de vela empiezan en sus hombros y llegan hasta la punta de su cola. Huele a azafrán e incienso, y sus escamas relucen como el oro pulido.

Otro rugido surgió de sus fauces. Movió su cuello hasta llegar hasta uno de los enemigos más cercanos, al cual mordió con fiereza.

Los dos centinelas que habían acabado con Dimitri sonrieron al ver como sus compañeros llegaban a modo de refuerzo. Después dijeron unas palabras en algún extraño idioma gutural y sin decir más cargaron contra Accalon, el tiflin esquivó a uno de sus atacantes, pero al otro no lo vio venir y notó como su espada le hacía un gran corte en la pierna alcanzando una arteria muy importante haciendo que se pusiera a sangrar a gran velocidad.

El duérgar se mostró un poco reacio al ver que se había librado de quien le estaba amenazando y tentado en huir miró a su lagarto, al ver que éste estaba ardiendo por culpa de los invasores volvió a rugir de ira y cargó también contra Accalon. Además aprovechó la posición de los drows para atacarle por la espalda y clavarle así su pico.

Illvander reaccionó tal y como lo estaba haciendo hasta ahora y decidió lanzar otra bola de fuego contra el mágico. El conjuro le pilló desprevenido, pero la expansión del conjuro no afectó tanto a los otros dos, puesto que lograron esquivar parte de él.

De pronto, la nueva criatura en la que se había convertido Aire, un joven dragón de oro logró alcanzar a uno de los drows que había atacado a Accalon, le dio un gran mordisco en un costado pero el elfo parecía ser lo suficientemente resistente como para soportar aquella herida.

Eldarian se movió a gran velocidad, tocó a su compañero animal para convertirlo en el fuerte tigre que había sido siempre y después se fue directamente para ayudar a Dimitri, su compañero se estaba desangrando y tenía que hacer algo por ayudarle. Tuvo que arriesgarse y pasar cerca del enano oscuro, porque de otra manera no alcanzaría a su compañero. Por suerte, el horrible falló en su intento y el druida logró alcanzar su objetivo y así poder sanar sus heridas.

Jai salió en ayuda también de Accalon y obtó por atacar al mismo objetivo que ya había alcanzado aquel recién llegado dragón. A pesar de ello, ese drow se resistía a rendirse.

Los otros dos drows vieron como Dimitri se iba recuperando de sus heridas gracias a Eldarian y decidieron enfrentarse a ambos. Eldarian recibió la peor parte ya que al estar entretenido con su aliado no vio llegar el golpe y sintió como le daban un gran tajo en el costado. En cambio, el que se enfrentó a Dimitri parecía algo más torpe y falló en su intento.

El punto final lo puso aquel lanzador arcano, que manteniendo la distancia del resto de sus compañeros para que no pasara otra vez lo mismo materializó otro rayo que salió disparado contra Illvander y esta vez no pudo esquivarlo, por lo que notó un gran quemazón en toda la cara.

Dimitry se movio con agilidad entorno a sus enemigos y se colocó al otro lado de Eldarian para poder concentrarse en hacer más daño a sus enemigos. Pagareis caro vuestra llegada. - dijo mientras elegía a uno de los dos y comenzaba a darle espadazos por la espalda.

- Argh! - gritó Illvander al recibir el segundo golpe, estaba claro que habia eliminado a muchos enemigos, pero estos magos oscuros le estaban oponiendo resistencia y no parecian halagüeñas sus perspectivas de sobrevivir si recibia otro golpe.

- Acabemos con esto rápido chicos! - digo y me preparo para intentar eliminar al mago oscuro rival. Durante un segundo se le ocurrió lanzar una ráfaga de rayos abrasadores al mago enemigo pero había cierta probabilidad de fallar algún golpe, y tal como estaban las cosas, debía garantizar el golpe. Así que, repitió el mismo conjuro una tercera vez, esperando que esta fuera la definitiva para eliminar al mago enemigo y seguidamente intentó refugiarse tras alguna esquina para poder evitar algún nuevo golpe fortuito y volver a atacar posteriormente.

Aire, convertido en dragón, emitió un rugido que parecía una risa. Atacó con todo su cuerpo. Mordió, arañó, golpeó con sus alas y dio un coletazo a todos los enemigos que tenía a su alcance.

Tenía que defenderse. Había llegado y había curado a su compañero pero esto le había dejado desprotegido. Como si su pensamiento fuera un acto, Eldarián hechó mano de su escudo y su estoque recién coseguido.

Sin pensárselo dos veces atacó al oponente que le había dañado, pero ahora mejor pertrechado.

Viendo que el dragón, que en realidad era Aire, se hacía con el oponente con el que el tigre también se batía, el felino decidió ir a por otro de los muchos enemigos que había.

En uno de los enfrentamientos vio que Accalon, su compañero abriendo camino, se estaba enfrentando a varios enenmigos a la vez. Rugiendo, Jai saltó hacia ellos con las garras por delante intentado causar el mayor daño posible.

Sergei se encontraba aturdido sin saber que estaba pasando a su alrededor...

El combate continuaba entre los centinelas y Accalon justo cuando Jai llegó para ayudar a su compañero, entonces ambos drows decidieron dividir su fuerzas y escoger como objetivo a cada uno ellos. Pero el que se enfrentó al tigre cometió un grave el error y al tratar de clavar su estoque en su rival éste se quedó enganchado en un saliente de la roca con tan mala suerte que saltó por los aires y tras el giro se lo clavó a si mismo poniendo fin a su vida de la forma más absurda y estúpida. El otro, soprendido ante semejante desmotración de incapacidad, estuvo tan distraído que no fue tampoco, capaz de encajar un golpe a su rival. Y exactamente igual le pasó al duérgar.

Accalon parecía estar de suerte, pues se había librado de un par de golpes que quizá le costasen la vida.

Ilvander decidió continuar con la misma estrategia. Tal y como había estado haciendo hasta ahora, pues parecía que daba resultado y así logró exterminar al mago oscuro rival. Esta vez, como había decidido alejarse de sus compañeros, la expansión de la bola no llegó a afectar a ninguno de sus aliados. Segundos después el hechicero del fuego dio unos pasos hacia atrás para esconderse de cualquier futuro enemigo que quisiera alcanzarle.

Después el impresionante dragón dorado estiró su cuello para dar con el duérgar que tenía rodeado a Accalon y de un gran mordisco lo tomó con sus mandíbulas para después desgarrarlo con sus mandíbulas y garras. Luego lo dejó caer al suelo, quedando tan solo los restos.

Dimitri y Eldarian combinaron sus esfuerzos en un mismo objetivo, tomando posiciones para flanquearlo y así lograr clavar sus armas en puntos más estratégicos de su cuerpo. El resultado final fue otro enemigo caído.

Y entonces los dos últimos drows que quedaron en pie decidieron escapar de la sala huyendo por el mismo punto por el que habían aparecido. Aquellos dos, desde luego que no pensaban enfrentarse al grupo tan numeroso que formabais, a pesar de que varios de vuestros compañeros estuvieran aturdidos por el ataque inicial que hizo el azotamentes.

La sensación era terrible. Parecía que mi cabeza iba a estallar y apenas podía pensar en nada. Mis manos parecían lejanas y no era muy consciente de si estaba sentado o en pié aún.

Era consciente de que estaba hablando, pero no sabía muy bien qué decía, así que decidí dejarme caer, cerrar los ojos y esperar sintiéndome totalmente a merced de cualquier cosa, débil e indefenso como un niño pequeño...terriblemente frustrado...

- Esos dos daran la voz de alarma, será mejor que nos recuperemos y nos vayamos de aqui cuanto antes. No se yo si aguantaremos otro combate contra tantos enemigos.

Aire salió corriendo hacia aquellos drows con gruñidos que parecían carcajadas. Ambos desaparecieron por una puerta, pero la dragona no entraba por esa puerta, así que se terminó estampando contra ella.

Sacudiendo la cabeza, se dirigió hacia sus compañeros. Agachó su cuello para observar a Jai y los cerró contenta. Podía seguir acariciando al tigre, ya que ella seguía siendo más grande que él. Levanto una garra para acariciarle y juguetear con él.

- Deberiamos ir a otro sitio y recuperarnos, no creo que tarden mucho en volver con refuerzos. -digo, tras ello me examino las heridas, todas quemaduras por algún conjuro de los magos drows. "Ellos también pueden utilizar una poderosa mágia, debemos ser mas listos que ellos si queremos sobrevivir a esta misión... ¿Merecerá la pena tanto esfuerzo por simplemente venganza? Supongo que ya es tarde para plantearselo, ya estando aquí es mejor acabar con la misión".

Tras mis reflexiones miro a Eldarian con una sonrisa en mi cara llena de heridas mágicas, esperando recibir cierta atención médica antes de continuar con la encomienda.

Valduane seguía flotando cerca de la gran telaraña.

Su mente era un verdadero caos. Parecía como si alguien hubiera jugado con ella y después no lo hubiera dejado todo en su sitio. No era consciente de lo que pasaba alrededor. Se sentía como un niño indefenso que no encuentra el protector abrazo de su madre. 

-Bien, es cierto que no tardaran-Respondo- Pero creo que deberiamos ver lo que los caidos pueden aportarnos antes de salir de aqui. En lo que registramos los cuerpos los demás estaran repuestos y nos será más fácil movernos, ¿No os parece? Ademas, con suerte quizas encontremos algo que nos sea util en el futuro o nos de alguna pista de utilidad sobre lo que hacian aqui y su hostil reacción.

Dicho esto, me lanzo sobre los cadáveres de los drow caidos para ver si tienen algo que pueda servirnos.

- Te hecharé una mano. Creeis que tardarán mucho en volver a recuperar el conocimiento?- Digo señalando a los que habian caido bajo el efecto del azotamentes.

Tras ello me dirijo a los magos drows en el el otro extremo de la sala y a los guardianes que tengan mas cerca en busca de objetos de valor.

Eldarian miró fríamente por donde se habían marchado los drows. Se le habían escapado y eso significaba que era muy probable que supieran de su presencia en los túneles, la casa de los drows. El juego había comenzado y la ventaja inicial parecía haberse diluido.

El elfo se rozó los talones para detener su magia y dándose la vuelta miró a sus compañeros. Al momento captó la atención de Illvander, quien sutilmente le pidió que le curasen. El druida se acercó a éste y se concentró para curar sus heridas. Le costaría conjurar el poder e Obad-Hai, aun así aplicó su conjuro curativo sobre su compañero.

Luego e acercó a Asmodeo y le aplicó la misma curación que a Illvander.

Aire se acercó hasta Valduane y le olisqueó. Después, le lamió la cara para que se despertara, al tiempo que se reía, aunque sólo se podían escuchar pequeños gruñidos.

Cierro los ojos con mucha fuerza esperando que la situación se pase pronto. Es desagradable y me desespero imaginando que fuera algo permanente y que el resto de mi vida sufriera este efecto. Intento decirme que son pensamientos irracionales, que se me pasará pronto, así que procuro respirar con calma y permanecer muy quiero para no agarbar la situación,,,