Partida Rol por web

Consigues salir tras un rato grande que se te hace eterno, acabas sudando más de la cuenta haciendo que el sudor de tu frente, debido al esfuerzo, caiga sobre tus ojos y te escueza. Además cada vez hace más calor, eso unido a los gritos de la gente del pueblo y el olor a quemado, te hace pensar que Punta Arena está incendiada. Secas el sudor de tu frente con la manga de tu ropa y sales de la celda. Ves que están los tres presos que capturasteis la última vez. Y ves su equipo, aunque no las llaves para abrir las celdas. Entre su equipo hay una espada larga, un escudo pesado de acero y una armadura completa, además hay un arco largo y un carcaj con 20 flechas, también está todo tu equipo excepto la enlutada y una poción curativa. El equipo de los presos es de gran calidad.

Me sorprendo un poco al ver a Tamlorm, pero una parte de mi se alegra, "Esta ciudad es un maldito caos, no sabemos nada de Eladamri, y este dragón se se ha cargado seguramente a mas de la mitad de los habitantes del punta arena" le exclamo a mi compañero al verlo, "¿Alguna idea Samay?" le digo a mi compañera.

Recojo mi equipo más el arco, la espada y el carcaj, para luego darle una última mirada a los prisioneros, al tiempo que recojo mi cuña.

Maldición, ni siquiera ustedes merecen esto. Venga usen esto para abrir su celda y buena suerte. - digo al tiempo que arrojo la cuña cerca de la celda.

Si salen vivos de esta no quiero volver a verlos nunca más y díganle a su amo que Oswyn está muerto. - añado mientras me marcho del lugar sin mirar atrás.

Tras dejar atrás la prisión salgo al pueblo en busca de Tamlorm, sabía que ese sujeto tenía La Enlutada y no me hacía ni pizca de gracia aquello.

Mientras avanzo por las calles en llamas presto atención a todo lo que me rodea en busca de mis antiguos compañeros y de Tamlorm. Con la espada en mano y mi determinación intacta empiezo a buscar como salir con vida de ese infierno, no sin antes elevar una última plegaria a Sarenrae. 

Sarenrae, si me ayudas a salir de aquí, mi vida será tuya para que hagas con ella lo que te plazca. - clamo en silencio mientras siento como todo se precipita a mi alrededor. 

Escuchó la pregunta del semiorco pero su cerebro no era capaz de salir del asombro que la destrucción provocaba a su paso.

-No lo se, todo está descontrolado, no encontramos a Eladamri..., es un absoluto caos...

Al momento vio a Tamlorm y siguió su mirada para ver que Oswyn y nuestro nuevo enemigo entraban en la ciudad.

-Quizás lo conveniente es juntarse todos con Oswyn y ver cual es la misión que nos enconmiendan. - dijo sumida en un mar de dudas.
 

Fuego, Fuego por todos lados. Destrucción, muerte y pánico en las gentes de Punta Arena.

A pesar del comentario de Tamlorm, vosotros (Samay y Kalimash) no habéis visto a Oswyn y al Hamatula llegar. Os encontráis en el centro del pueblo, en la plaza y desde allí no lo veis. 

Si Samay tenía dudas, más se acentúa con este detalle.

Cuando sales del edificio ves lo que está ocurriendo realmente en el pueblo. 

Un dragón dorado de unos 16´5 metros de longitud desde la cola hasta la cabeza, con unos cuernos gemelos y brillantes, con unas crestas gemelas en el cuello y unos bigotes alrededor de su boca, que se parecen a los del barbo o pez gato. Tiene la cara corta, con púas encima de los orificios nasales. Sus ojos son sesgados y estrechos que junto con los bigotes le dan un aspecto sagaz, los ojos parecen dos estanques de oro fundido. Posee aparte de los de la cabeza unos cuernos en la mandíbula que sobresalen por los lados. La cola es extremadamente larga de unos 7 metros y unas alas anchas de 10 metros cada una, que se prolongan por todo el cuerpo hasta la punta de la cola similar a una raya marina. 

Otra cosa característica es que te viene un olor a azafrán e incienso.

Este dragón es el responsable del caos y la masacre que está recibiendo el pueblo y la gente de Punta Arena que salen de sus casas desesperados.

Un dragón dorado de unos 16´5 metros de longitud desde la cola hasta la cabeza, con unos cuernos gemelos y brillantes, con unas crestas gemelas en el cuello y unos bigotes alrededor de su boca, que se parecen a los del barbo o pez gato. Tiene la cara corta, con púas encima de los orificios nasales. Sus ojos son sesgados y estrechos que junto con los bigotes le dan un aspecto sagaz, los ojos parecen dos estanques de oro fundido. Posee aparte de los de la cabeza unos cuernos en la mandíbula que sobresalen por los lados. La cola es extremadamente larga de unos 7 metros y unas alas anchas de 10 metros cada una, que se prolongan por todo el cuerpo hasta la punta de la cola similar a una raya marina. 

Otra cosa característica es que tiene un olor a azafrán e incienso.

Este dragón es el responsable de la destrucción del pueblo y sus gentes.

Tamlorm dirigió sus ojos al grupo.

Eladamri estaba en aquella torre, dice mientras señalaba la dirección. Lo encontré encerrado en una celda y muy herido. Sané sus heridas y al confirmarme éste que había tomado la decisión de traicionarnos y salvar a la gente del pueblo, lo dejé allí con la esperanza de que afrontara las consecuencias de sus actos y saliese por sí mismo.
Su espada — dice mientras la enarbola — que fue un regalo de la diosa de la muerte ha decidido abandonar a su dueño, lo sé porque este arma tiene alma y me lo ha contado. Igualmente le dije a Eladamri que si salía por sus medios le devolvería su arma.

Igualmente podéis estar tranquilos, Eladamri ha salido de la torre, acabo de confirmarlo.

No me toméis como un villano, solo cumplo las órdenes del caos, que es completamente justo en cualquier sentido.

Eladamri había traicionado a su grupo por una ciudad cuyo destino había sido cerrado hace tiempo y que además su gente , por supervivencia, optó por acabar con nosotros y con él.

¿Qué mierda ocurre aquí? ¿Un dragón dorado? Ellos son los principales protectores del balance. - pienso mientras intento buscar una forma de acercarme al coloso a parlamentar.

Sabía perfectamente que lo que estaba por hacer era una jodida locura, pero valía la pena intentarlo con algo de suerte podría ponerme al servicio del dragón y apaciguar un poco su ira, pues de ninguna manera levantaría mi acero contra un dragón dorado.

Esos seres difícilmente albergan maldad en su interior y si está castigando al pueblo, es porque en realidad lo merece, pero tal vez, sólo tal vez podría convencerlo de perdonar a los más inocentes.

Busco un tejado al cual subirme y desde allí grito en dracónico.

¡¡¡¡Por favor aplaca tu ira, te lo imploro noble soberano del cielo y la tierra!!!! - grito desde el tejado, listo para saltar de él si el dragón me ignora.

"Vamos a reunirnos con Oswyn fuera de la ciudad, y ver que hacemos para rescatar a Eladamri" le digo a mis compañeros, estaba deseando salir de ese pozo de muerte y llamas en lo que se había convertido la ciudad de punta arena a causa de las llamas del dragón.

Con la cara llena de hollín y picor en la garganta, la picara escucha las palabras del semiorco. Tienes razón, aquí no hay nada que podamos hacer ya...es un desastre... dijo entre toses. La destrucción de Punta Arena era ya un hecho. Ahora solo quedaba seguir adelante y ver que bien mayor habían salvado

Asombrado por la indiferencia no hizo sino obviar la situación y preguntarle al dragón cuento quedaba en pie, si había mucha gente viva y si veía hacia donde se dirigían tanto Oswyn como Eladamri, al fin y al cabo, se había propuesto a ponerle fin a la situación con Eladamri....

Parece que no lo entendéis - dijo mientras el humo recorría sus envolturas - Oswyn está  en el interior de la ciudad y se dirige hacia nuestra dirección mientras que Eladamri sigue actuando como un imbécil.

Si consideráis que habéis cumplido con vuestra misión y que no tenéis motivos para permanecer aquí, si estimáis que habéis honrado el valor prestado, que vuestro cometido ha sido zanjado y que solo resta huir, ya estáis tardando en marcharos. Por lo que a mi respecta no veo más sangre en vuestras armas que la que vuestros ojos se prestan a rechazar pero no soy yo quien para juzgaros. No obstante sí hay alguien que merece mi juicio, y bien saben algunos dioses que es cierto... así pues os dejo en vuestros menesteres mientras culmino lo que he empezado.

Tamlorm se marcha, sumiéndose entre aquella visión tan aterradora y cambiante por las ondas y sombras de las llamas.

Tamlorm se aleja de vuestra posición y lo perdéis de vista.

El calor del fuego generado por el dragón ya se hace insoportable que cuesta hasta respirar.

Mientras Kalimash y Samay se dirigen hacia el sur a las afueras de la ciudad, Oswyn aparece con el hamatula matando civiles a su paso.

El dragón ignora a Eladamri que salta volviendo al suelo. Y nada más caer aparece Tamlorm con la enlutada ensangrentada mientras se dirige hacia el elfo.

Ya cuesta respirar debido al fuego.