Partida Rol por web

El hombre de las granadas continua sus amenazas a los jinetes. Si bien no eleva la voz no parece ser necesario para que tomen en serio sus palabras.

- ¿Os creeis que somos gilipollas? ¿De verdad me has tomado por un puto gilipollas? La habeis cagado - Se acerca y muestra como puede hacer explotar las granadas con un simple movimiento de su dedo - Vuelve a poner eso como estaba y bajaos de los malditos caballos u os meto las granadas por el culo de dos en dos.

Mientras tanto el hombre y la mujer intenta librarse de tan tensa situacion.

-Oye, oye, esto no es asunto nuestro, déjanos que cojamos nuestras cosas y nos larguemos ¿vale? esta no es nuestra guerra. - Dice el hombre.

- No... nosotros solo estabamos... de paso... dejadnos ir. - Añade la mujer.

El hombre de las granadas, mas pendiente de los jinetes, ordena a sus compañeros que se preparen para la inminete huida.

- Eddie, revienta esa linterna, coge sus armas y walkies y pasaselas a esos dos - dice señalando al hombre y la mujer. El tipo del sombrero, que tambien llev aun traje a juego, patea la linterna contra la pared. El cristal se rompe y, viendo el resultado, la bombilla tambien. Acto seguido empuja las armas del suelo y recoge los walkie talkies que llevan los jinetes adheridos a la ropa. Deja todo ello a los pies del hombre y la mujer, que sencillamente ven como en unos intantes se alejaran los problemas.

Los dos jinetes desmontan con las manos en alto y se separan de los caballos caminando de espaldas hacia el Oeste.

- Thomas , subamos a los caballos, Eddie conmigo.

Rapidamente montan en los caballos con sus pesadas mochilas a la espalda. Sin embargo, como siempre en este mundo, nada podia salir a la primera. Cuando apenas han puesto un pie en el estribo uno de los jinetes silba con pontencia, pero no para avisar a sus compañeros, sino para dar una orden a los caballos.
Ambos se encabritan arrojando al suelo al tipo de las granadas y dejando a su compañero a punto de caer. El hombre y la mujer apenas tienen tiempo de echarse hacia atras para evitar ser pateados por los animales.
Los jinetes doblan la esquina corriendo al tiempo que los caballos parten al galope en direccion contraria.

Para cuando todo el mundo ha recuperado la verticalidad los caballos estan a dos manzanas. Pero lo mas grave es el sonido docenas de cascos retumbando contra el asfalto, un gran numero de jinetes se acerca y aparecen por el Este y el Oeste en unos instantes.

Caigo al suelo tras la orden de los jinetes a sus caballos, aquellos tipos estaban jugando demasiado conmigo y me tomaban por tonto o quizá veian que no era un asesino o un saqueador despiadado. Pero estaba muy cabreado y asustado, ahora que venían por ambos flancos. Guardo la granada en el cinto y saco la pistola cogiendo a uno de los Omega con violencia y poniéndole la pistola en la sien, situándome a su espalda cogiendole como rehen. Le indico a Thomas que haga lo mismo y voy retrocediendo hacia el centro de la calle, donde el edificio en ruinas nos permite un poco de cobertura.

Coged esas armas y venid con nosotros u os matarán -digo serio mirando al tipo y la mujer- ya se que no es problema vuestro y siento haberos metido en él pero no os van a creer que no ibais con nosotros.

Claro que si preferis intentar negociar con este atajo de locos..

Sin mas dilación sigo avanzando con el tipo, quito el seguro al arma, le tapo con la mano libre la boca y le susurro al oido.

Ya me has tocado bien los huevos y tus amiguitos estarán aqui pronto. Pero te diré una cosa.. a la tercera va la vencida y reza porque te tengan un poco de aprecio o moriremos los dos aquí.

Observo como los Jinetes intentan huir, desenfundo mi subfusil y intento apuntarles, omito la idea de mi cabeza, saco la escopeta y avanzo tras Allan con mis armas preparadas, guardo en la mochila rápidamente la linterna y todo lo que habia sacado antes y guardo en mi abrigo el walkie talkie y en el otro un montón de granadas (3) La situación empieza a desbordarnos.
Si nos rodean estamos jodidos, vallamos hacia una de las calles, en un culo de botella su numero pierde relevancia y los caballos solo les estorbaran.

Creo que ambos iconos son los ginetes enemigos.

Wright maldijo y alzó la mano para colocarla sobre la cabeza de Maiara y evitar que los caballos la golpearan, a la par que tiraba de ella hacia atrás, para apartarse. Algunas pisadas le apabullaron durante unos segundos. Al incorporarse cogió la escopeta y la amartilló.

Escuchó lo que el mas joven quiso decir y negó con la cabeza.

-Joder,  nos habeis metido en un puto problema.

Wright cogió su mochila y ofreció la mano a Maiara.

-Vamos a tener que ir con ellos. Hasta cierto punto.

El mercenario se giró despacio y miró a Allan.

-Pero luego cada uno por su lado.

Al escuchar al segundo, al mas mayor, negó con la cabeza con una sonrisa afilada.

-¿Pensais pegar tiros contra esos tios? ¡Estais locos, cabrones!

Wright respiró hondo y apoyó su escopeta en el hombro.

-je, por preguntar ¿conoceis a un tal Heinkel?

Chasqueo la lengua , esos cabrones se me han escapado. Agudizo el oido y les miro.

Vienen por los dos lados. Estamos jodidos, joder...

No nos queda otra que refugiarnos en aquellas ruinas de en medio del edificio.

Observo al hombre extraño.

Claro, cada uno por su lado. 

Me quedo unos segundos con la mente en blanco pero tengo tanta tensión que me es imposible pensar con claridad.

Hen.. prr.. ¡es posible! Pero ahora no estamos para pensar con claridad..

¡Vamos.! 

Si nos quedamos aqui nos aplastan, lo suyo seria meternos en medio de una de las calles por las que avanzan, ellos deverian juntarse para atacar por un unico lado y serian un blanco facil.

Entonces si que nos aplastaran con los caballos en cuanto nos alcancen al galope, que no será mucho...

Miro a la chica, Eddie y el otro a ver que dicen de hacer ellos. Bueno, Eddie no creo que este para pensar mucho. 

Gracias a su compañero estaba viva de milagro, sino la habrían aplastado los caballos o se habría llevado un buen golpe. Recoge su mochila y se la echa a los hombros, tambien cogiendo su arma, pero siempre cogida de la mano de Wrigth.

- Deberiamos escondernos y rápido, tardarán segundos en alcanzarnos y como nos vean corriendo, ya no habrá escapatoria.

Dijo la chica mirando constantemente de un lado a otro, ahora mismo se sentía bastante perdida de la situación de por donde venían los caballos.

Con apenas medio minuto para pensar comenzais a intentar evaluar la situacion. La huida no es viable, los caballos son mas rapidos y os verian correr. El enfrentamiento directo seria un suicidio, no tardarian en rodearos.
La unica opcion factible parece ser, tal y como apunta Allan, la gran abertura del edificio. Pese a que es evidente que no tiene salida es el unico punto que ofrece cierta cobertura.

Eddie, el pintoresco hombre de color con traje y sombrero de hace decadas, ni siquiera habla. Mira y escucha a cada uno de vosotros y antes de que os deis cuenta sale corriendo hacia el edificio. Cuando esta a punto de llegar detras del monton de escombros la tierra se lo traga. Literalmente veis como desaparece introduciendose en el suelo.
Rapidamente os acercais y comprobais que efectivamente hay un agujero en el suelo, parece que estaba tapado con algun tipo de lona que lo disimulaba en la oscuridad.
Bajo lo que hace años era el salon de una vivienda se encuentra un pasillo del sotano comunitario. Por el agujero asoman tuberias diversas, lo cual indica que pudo haber una explosion de gas en el subterraneo.
No podeis ver mucho del subsuelo, solo que el tunel avanza unos diez metros hacia el Norte y despues gira hacia la izquierda. Lo mas extraño es que podeis verlo gracias al resplandor de una luz que llega desde algun punto al doblar la esquina.
Eddie, desde el acceso al tunel, se levanta sacudiendose el traje y os mira, los caballos se pueden oir ahora mucho mas proximos.

- ¡Tios, dentro o fuera, pero moveos!

Señala hacia el fondo del pasillo con el pulgar y despues al monton de escombros con el indice. Sus ojos, abiertos a mas no poder, reflejan su miedo y estres por la situacion.

Miro a la chica unos instantes y luego veo como Eddie sale corriendo como una rata cuando se hunde el barco , y literalmente , porque se hunde del todo en el suelo. Le sigo corriendo preocupado y me asomo al agujero. Un sótano. Con o sin más salidas, eso no lo sabemos. Pero es eso o luchar arriba contra al menos 10 o 12 jinetes, una locura.

Giro la cabeza para mirar al resto.

¡Adentro! No olvideis coger sus armas, estarán mejor que las vuestras! 

Y tras eso me meto dentro del túnel de un salto avanzando hacia la esquina. Mientras espero al resto intento buscar algo en mi mochila nervioso. 

¡Y que el último vuelva a poner la lona para taparlo!  -grito ya desde dentro.

Wright observó al pintorezco grupo, el más que le llamaba la atención era el moreno, que acabó sepultado en un agujero. Pensó en salir corriendo con Maiara en ese momento, pero tal y como antes le dijeron, no le creerían aunque quisieran. Así que la única opción pasaba por aquel agujero.

Wright se agachó levemente y observó hacia fuera para vigilar.

-Vamos, vamos, todos dentro, yo pondré la lona.

Desvió la mirada a Maiara un momento.

-Ten cuidado.

Miró hacia Wright cuando les dijeron de meterse en el agujero, ¿esa gente sería de fiar? Al menos no les habían pegado un tiro..y parecían preocuparse por ellos, pero seguro que todo esto tenía otra intención, aquí nadie daba nada a cambio de nada, pero mejor salir corriendo para evitar a esos que venían que quedarse fuera y averiguarlo en primera persona.

Asintió y se metió corriendo en el agujero que habían dicho, llevando sus cosas y un arma que cogió del suelo. Se detuvo una vez estuvo dentro para recoger las cosas de su compañero para que pudiera entrar y echar la lona sin complicaciones.