Partida Rol por web

La cuerda improvisada a base de sábanas y cortinas parecía que iba a poder soportar vuestro peso. Dantalion realmente tuvo la buena idea de que las cortinas quedasen al final, por lo que pudiese ocurrir. Cuando coloca la cuerda improvisada fuera, Dantalion se da cuenta del que el bosque es bastante... siniestro por así decirlo. Los árboles están casi todos muertos, apenas hay vegetación... No parece haber vida. Todo tiene un aspecto grisáceo, sin luz, sin colorido.

La anciana os mira una vez más y con una sonrisa cruel que muestra sus pocos dientes os desea "suerte".

El siniestro bosque que los esperaba abajo tal vez no era mejor que estar atrapados en la torre. Sin embargo, para Dantalion el racional sólo era un bosque más, igual que el que rodeaba al pueblo, un bosque es un bosque. Y uno muerto suele no ser abundante en especies carnívoras.

Además no sacaría nada quedándose en la cima de una torre en medio de la nada. Por no mencionar el aún latente impulso de "salvar" que aún acosaba una parte de su mente. "Ante miedo y dudas, sólo hay que avanzar y enfrentar".

Y ante todo esto, una pregunta se formuló en sus labios sin pensarlo dos veces:

- Señora, dónde consigue comida? -

Claro, si no consideráis un hacha un arma...

Por fortuna ninguno reparó en este, Delilah tampoco dijo nada. Suspiró cuando esos hombres le dijeron que fuesen con ellos, ¿tenían otra opción acaso? La rubia no baja de su montura, desearía poder irse de ahí... Seguramente el caballo sea lo suficientemente rápido, pero no le parecía bien dejar a su compañero atrás después de haberlo salvado antes. 

- ¿Dónde vamos?-pregunta, sabiendo que seguramente no recibiría una respuesta agradable.

Ayudo a mi "compañero de fatigas" con las sábanas y bajo con cuidado, en el último tramo salto al suelo de césped esquivando los espinos dándome un pequeño impulso desde la torre. Una vez abajo observo el bosque, lúgubre y tétrico. -Que acogedor...- Pienso en alto de forma sarcástica.

Bien, y ahora que? Pienso torciendo el gesto. Lo lógico es pensar en buscar una carretera o camino, y de ahí buscar un pueblo o ciudad así que me pongo a ello... Primero me subo a un árbol, el más alto que vea y miro a ver la extensión del bosque, buscando también alguna ciudad o estructura que indique que hay más gente y espero más "sociable" que la vieja esta....

-Vamos al campamento y veremos que haremos con vosotros...- cogiendo las riendas del caballo y asegurándose de que no hagáis nada sospechoso. El hombre león pone mala cara, pero es consciente de que no tiene mucha alternativa si no quiere acabar muerto. Atravesáis durante minutos el bosque, cada vez metiéndose en lo más profundo de este. 

Llegáis a un campamento, algo improvisado, donde hay varias personas de un lado a otro, todas con algo que hacer. Hay un grupo que hablan con un hombre alto, ya entrado en años. Automáticamente reconoces a tu tío James, que cuando os ve llegar, pide a los hombres que dejen la conversación para más tarde.

-Delilah- te dice con los ojos muy abiertos - pero... ¿qué diablos haces aquí? , tranquilos chicos, ella es de fiar - se acerca a ti y te ofrece la mano para bajarte del animal. 

La anciana tarda un rato en responder a Dantalion - muchacho, cada uno tiene sus formas de sobrevivir... como puede - le mira con ojos cansados y sigue a lo suyo, esperando a que os marchéis de una vez. Por su parte Will que ya había bajado, consigue subirse a un árbol lo suficientemente alto. La extensión de bosque es enorme, no sabría muy bien cuantos kilómetros podrían haber. Para más irritación del hombre, no había señales de civilización cerca, pero no todo era malo. En el norte, unas horas de su posición podía ver humo, quizás algún campamento o alguna casa. Con suerte quizás había gente más predispuesta ayudarles y saber cual es su paradero. 

Esa respuesta no le decía mucho, sólo algo normal en esa situación. Demasiado normal para la situación y el sueño en que estaban sumidos. Así Dantalion procedió a bajar después de William y mientras lo hacía, lo vio subirse a un muy alto árbol.

Una vez abajo se acerca al árbol.

- Ves algo desde allí? - 

Le pregunta de un grito al hombre en las alturas, dudando de que consiguiera más de lo que se veía desde la torre. Pues la única diferencia era el poder mirar en todas las direcciones.

Delilah siguió a regañadientes a sus captores, aún montada en el caballo. Durante el trayecto, pensó un par de veces en echar al galope de forma sorpresiva, o en coger el hacha y comenzar a repartir golpes... Pero ambas elecciones tenían un mismo resultado: su cuerpo atravesado por flechas y seguramente tirado por ahí. Se resignó a bufar un par de veces y a dedicar miradas criminales a quienes los atraparon, todo esto con el mentón alto y con postura recta, con orgullo. 

Al llegar al campamento y ver allí a su tío James, sus ojos azules se abrieron como platos, sin poder creer lo que veía. No dudó un instante en coger su mano y desmontar para luego abrazarlo casi con desesperación. Se sintió mucho más aliviada allí.

- Tío James-lo llamó, como si diciendo su nombre confirmase que estaba allí. Ante sus preguntas, se separó de él con gesto de disgusto-. Eso me gustaría saber a mí, ya va siendo hora que me respondas a algunas preguntas, ¿no? ¿Dónde estamos? ¿Quién es toda esta gente? ¿Por qué te hacen caso? Entre otras, por supuesto-le contestó, cruzándose de brazos. Delilah estaba confundida y asustada, no estaba para que le dieran largas. 

Bajo del árbol tras asentir a Dantalion. -Si, he visto una columna de humo a unas horas hacia el norte, no creo que perdamos nada por ir para allí y ver si nos ayudan más o ver que coños de sitio es este...- Le comento una vez bajo y señalo la dirección con la mano.

Busco una rama que pueda usar de arma y con cierto esfuerzo la parto para tener una especie de garrote. -Quizás no sea muy seguro este bosque...- Apunto, más vale tener un arma y no necesitarla que necesitarla y no tenerla... -Te vienes con un negro a dar una vuelta por el bosque?- Pregunto a Dantalion con una sonrísa sarcástica.

A ver que rompe una rama para tener algo con qué defenderse, le imito y consigo una propia. Tal como dijo, el bosque no suele ser un lugar seguro... claro, no es como si en la ciudad no hubiera muerte.

- Hehe, no veo una mejor opción. Mientras no sea un callejón. -

Digo entre una pequeña risa, tratando de continuar el humor en su forma de preguntar. Y así comienzo a caminar en la dirección señalada.

- Sólo espero que el humo no sea por un incendio -

Tu tío no pudo hacer otra cosa que rascarse la nuca, es cierto que te debía muchas respuestas y tu cara de disgusto sabía que le iba a costar un pequeño dolor de cabeza- Bien, empecemos por el principio... Aquí me conocen como el Pequeño John- extendió ambos brazos, como abarcando el campamento- y ellos son Los Hombres Alegres. 

Se cruzó de brazos de nuevo e hizo esbozo de una sonrisa - Estamos en el Bosque Encantado, un lugar muy, muy lejos de Storybrooke... Por así decirlo, aquí los cuentos son reales, querida. 

Armados con vuestras "armas" rústicas, comenzáis el camino hacia la fuente de humo. Tardáis una hora, más o menos, en ver en un gran claro, un campamento con muchos hombres trabajando de un lado a otro. Dantalion puede distinguir entre ellos a un hombre que le es conocido. Se trata de James Rosebud.

Con él hay una muchacha rubia, que quienes pudiesen frecuentar el Black Rose, verían a Delilah o Lubally como se hace llamar de forma artística. Entonces, como sombras, veis a varios arqueros apuntado hacia vosotros. Demasiado bien camuflados y preparados, como si temiesen un ataque repentino de algo o alguien.

-¿Quién va? - dice uno de ellos, mientras otro se retira a buscar a su líder. 

Arqueó una ceja cuando su tío le dijo su nombre allí y, sobre todo, el nombre de la banda. Echó un vistazo a los hombres que los habían raptado y traído allí. Se cruzó de brazos mirando a su tío.

- ¿Los hombres alegres? Que se apunte un tanto quien se inventó el nombre, muy sarcástico. Precisamente alegres no estaban cuando nos apresaron y trajeron aquí...-sorprendentemente, la siguiente información que le dio su tío James no la sorprendio (valga la redundancia). Era como si algo en su interior se calmase, como si agradeciese el hecho de no estar volviéndose loca... era real-. Vaya, "Pequeño John"-dijo-, ¿así que era esto lo que se cocía en el pueblo? ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿cómo volvemos a...-iba a decir a casa, pero sentía que allí... no estaba tan mal después de todo-... Storybrooke?

Me río con la respuesta de Dantalion. -Que va, a un callejón no te llevaría... un restaurante con buenas vistas, etc,...- Bromeo claramente mientras nos ponemos en marcha. Al llegar al lugar tras unas charlas claramente siguiendo las bromas y los vaciles nos encontramos en un claro con bastantes personas, eso es buena señal, lo que no es tan buena señal son los arqueros que nos apuntan...

-William y Dantalion, estamos perdidos en este put... en que lugar andamos? Claramente no somos de aquí, acaso andamos en una feria medieval?- Comento a la voz que nos pregunta.

_{- Creo que el problema es que no somos de por aquí... -} Le susurro a William ante la cálida bienvenida del pequeño trozo de civilización que nos habíamos encontrado. Si es que vale llamarlo civilización.

Ante los arqueros, lentamente levanto ambas manos y me quedo mirando al supuesto James, esperando a que mire en nuestra dirección. Aprovechando la posición de "rendición" de manos arriba, podría tratar de llamar su atención para que nos ayude. Aunque hay muchas posibilidades de que en este sueño tenga un nombre distinto, una actitud distinta y que básicamente me desconozca completamente. Personas de un sueño, recuerdos de un sueño, aún en sueños realistas...... de pronto me golpea una posibilidad! Será William también una representación de una persona de Storybrook?

Uno de los arqueros, el que parece el "líder", arquea una ceja al escuchar la pregunta de William -¿de qué cojones hablas? - con una señal de una de sus manos, los arqueros baja sus arcos -están perdidos y parece que el bosque ha empezado hacer estragos en su juicio...  Si demostráis que no trabajáis para la Reina, os dejaremos libres. - Mira a uno de sus compañeros y hace una señal con la cabeza indicando hacia el campamento.

El hombre se va hacia el lugar y se para hablar con el hombre de gran tamaño, que Dantalion reconoce como James. Este mira hacia vuestra posición, parece decirle algo a la chica rubia y se dirige hacia vosotros. -Vaya, los niños perdidos - os dice una vez que llega, con una sonrisa burlona. 

Se rascó la cabeza, no sabía por donde empezar el hombre y empezaba a verse agobiado - te lo contaré todo mientras comemos y bueno... lo primero y más importante, ¿quién es tu amigo?...- antes de que pudieras responder, llega un soldado que le habla sobre dos espías apresados cerca del campamento. -Tengo que atender esto querida, no es algo que se deba tomar a la ligera...

Sin añadir nada más, sigue a aquel arquero hacia un par de hombres que te suenan de haberlos visto en Storybrooke. 

Sientes una extraña sensación de familiaridad. El campamento, la gente, el bosque... todo te resulta conocido, pero distinto. No es la primera vez que has estado aquí, lo sabes... ¿quizás en un sueño? Empiezas a plantearte que realmente quizás no estáis en Storybrooke, ni en sus cercanías... 

Delilah abrió la boca para responder pero... a decir verdad no sabía quien era, no le había dicho nombre. Así que se encogió de hombros para responder que no lo sabía, pero son interrumpidos. Su tío tiene que marcharse, pero la chica no va a dejar que se vaya sin más. Resopla un poco y sigue a su tío, al encuentro de esos espías que han entrado en el campamento. 

- Voy contigo-y por el tono de su voz, no parece que vaya a aceptar un "no" por respuesta. 

Los tipos con arcos parecen bastante susceptibles y no entienden nada de lo que les digo. -Okkkk...- Farfullo tras sus palabras. -Si estuviésemos con la reina no tendríamos espadas y armaduras chulas y no esta mierda de palos y estas andrajosas ropas?- Les comento enarcando una ceja. -Aparte, sabríamos quien coño sois y de verdad que no tengo ni zorra ni siquiera de donde estamos.- Añado encogiéndome de hombros.