Partida Rol por web

Darra Mael en plena Guarida del Cangrejo se encontraba enfrentando a aquel monstruo gigante, ella sola y todo por su cuenta. Rin Flare la había abandonado y ni siquiera había lanzado "advertir" ni "buscar" para saber el color de la tripita del monstruo... aunque claro, eso le llevaría un turno.

Aunque al parecer Darra Mael no parecía tener necesidad alguna de saber el punto débil de aquel monstruo, simplemente tenía que seguir golpeándolo hasta que cayera.

Aquella criatura gigante decidió atacar a Darra Mael usando la pinza grande como si fuera un enorme garrote con el objetivo de aplastar a la joven, y aunque el primer ataque que este hizo fue bloqueado y desviado por la joven pirata, el segundo ataque, a la vuelta, llegó con demasiada rapidez y golpeó de lleno a Darra Mael.

El ataque había sido poderoso, al punto en el que había dañado a la joven Darra Mael de gravedad, cuyas heridas pasadas le habían jugado una muy mala pasada estando ahora malherida.

La pequeña y adorable Rin Flare decidió una vez que dejó allá el botiquín que había recuperado volver corriendo hacia la sala donde el cangrejo gigante se encontraba, esperando así poder terminar de una vez por todas con la criatura, buscar más botiquines o alguna otra cosa que el narrador no prevé que hará.

La única fuente de luz que había en la zona de las habitaciones se encontraba por la que venía de la bodega, pero entre las sombras de los objetos destrozados que había en el lugar, lo que antaño era una zona de descanso, un dormitorio, una zona de juegos (de mesa) y un hogar... se había convertido en la Guarida de una bestia temible, en la Guarida del Cangrejo.

Apenas los muebles destrozados eran reconocibles entre los escombros de lo que antaño había sido un bonito hogar para todos ellos. Y claramente este sitio se había vuelto el hogar para ese monstruo.

En el interior de aquella lúgubre estancia, antaño mucho más hogareña y cordial, se encontraba no otra que Darra Mael y al parecer la joven timonel mostraba una actitud preocupada, algo normal teniendo en cuenta que había un cangrejo gigante enfrente de esta.

En efecto, el cangrejo gigante seguía ahí, imponente y aterrador como siempre, y aunque su caparazón estaba gravemente dañado por la batalla que había tenido, este claramente parecía mantenerse aún en pie y con ganas de terminar de una vez aquel combate constante contra estos piratas.

La pequeña y adorable Rin Flare decidió una vez que dejó allá el botiquín que había recuperado volver corriendo hacia la sala donde el cangrejo gigante se encontraba, esperando así poder terminar de una vez por todas con la criatura, buscar más botiquines o alguna otra cosa que el narrador no prevé que hará.

El ultimo golpe ha dolido, desde luego, sangro de un brazo, no creo que pueda pelear bien

- JODER, RIN, ME HAS DEJADO SOLA Y ME HA DADO, HABERLE REVENTADO CON UNA BOMBA, YO ME RETIRO A CURARME Y VOLVER OTRA VEZ.

Cojo a Rin, a mi escudo y salgo corriendo.

Darra Mael puso pies en polvorosa y huyó a toda velocidad hacia la zona de la Bodega, dejando a aquel enorme monstruo cangrejo atrás. Con este rápido movimiento de la muchacha esperaba largarse antes de que el cangrejo gigante tuviera oportunidad de atacar.

Tenía que conseguir un botiquín para Rathy antes de que hubiera explotar todo esto - me defendí de las palabras de Darra dando un saltito para evitar que me llevará.

¿Porqué nos estás haciendo esto? - dije enojada señalando al cangrejo - nosotros sólo queríamos un barco volador y tu has matado a nuestra capitana y nuestro bardo. Ya no me podrá cantar la canción que me había prometido.

Me crucé de brazos mientras mirabs disimuladamente la panza del cangrejo. 

Por desgracia para Darra Mael, la pequeña Rin Flare era demasiado pequeña y escurridiza como para que esta pudiera transportarla echándosela al hombro, por lo que cuando esta vino con intención de tomarla, entre las prisas que había, esta lo único que agarró fue una almohada con la forma de Rin Flare.

La pequeña Rin Flare echando un vistazo a aquella criatura, pudo reconocer cuál era el color de su pancita, este no era otro que de una tonalidad anaranjada, por lo que si recordaba la importancia de este color, podría descubrir cual era su punto débil en un santiamén.

Aquella criatura gigante era claramente un animal herido y asustado que había tratado de comunicarse con ellos previamente y tan solo había recibido por parte de esos piratas ataques. Por lo que cuando Rin Flare decidió volver y quedarse, este lo tuvo claro: No confiar en ellos. Atacando a la pequeña Rin Flare con sus tenazas, esta la cortó de tal forma que dejó inconsciente a la pequeña antes de que esta pudiera atacarle a traición como había hecho su compañera.

La única fuente de luz que había en la zona de las habitaciones se encontraba por la que venía de la bodega, pero entre las sombras de los objetos destrozados que había en el lugar, lo que antaño era una zona de descanso, un dormitorio, una zona de juegos (de mesa) y un hogar... se había convertido en la Guarida de una bestia temible, en la Guarida del Cangrejo.

Apenas los muebles destrozados eran reconocibles entre los escombros de lo que antaño había sido un bonito hogar para todos ellos. Y claramente este sitio se había vuelto el hogar para ese monstruo.