Partida Rol por web

Os dirigís a la calle donde el capitán había visto al extraño hombre. Os dirigís por el callejón, pero no véis a nadie. Os adentráis aun más y durante un instante creéis haberlo perdido, cuando os encontráis en el final del callejon en lo que parece una muy pequeña plaza un grupillo de personas. Allí, se distingue al criado que seguíais, acompañado de otro extraño hombre de "silueta ancha" con aspecto de no haberse duchado en varias semanas y con una ropa que, aunque no era de un pobretón precisamente, tenía manchas de comida y sudor que la dejaban con una mala presentación.

Cuando os acercáis a ellos, oís lo que parece una conversación. Distinguís además una chica joven, de pelo castaño y vestida con harapos, a los pies entre los dos hombres. Llegáis a oir alguna frase:

— Te la vendo por 100000 berries. — dijo el hombre de gruesa envergadura. — Es toda una ganga con la preciosidad que es.

— No sé, no sé. Como esta tampoco satisfaga a Melin me va a dar una buena tunda y no te diré lo que hará con la mercancía. — replicó el criado mientras agarraba a la muchacha de los mofletes con una mano y la miraba a los ojos. — Lo dejamos en 80000 berries.

— Ts, bueno, aceptaré porque las putas están cada vez más caras.* — concluyó apretándo sus gruesos dedos con la mano del sirviente en un apretón que representaba haber zanjado el comercio.

La pieza del rey continúa su camino directo hacia el único matón inmune de la pelea, el cual recibe un fuerte golpe en la frente, efecto que no se hubiera esperado de una pieza de ajedrez. El matón cae al suelo del impacto, aun sin retroceder el más mínimo ápice.

A la par, el otro matón no reacciona lo más mínimo, ya que al parecer el anterior golpe de Yoonel le dejó transpuesto para emprender acción alguna.

Con más dificultades de las esperadas, el grupo por fin encuentra a la persona que Ark había visto entre la multitud. Pero para desgracia de Hiroto la escena que allí se encuentran no podría haber revuelto más en sus recuerdos. Imágenes de su ciudad natal, donde no era más que un esclavo al igual que todos sus seres queridos pasaban por su mente. Sentimientos que creía enterrados afloraron de nuevo al presenciar como dos desalmados comerciaban en sus narices con un ser humano.

Casi de manera inconsciente, Hiroto echa mano de su zanbato y se acerca amenazante hacia aquellos dos desgraciados. Levanta su arma apuntando al hombre que habían seguido desde un principio con clara hostilidad. -Dejad a la chica y largaos de aquí si no queréis formar parte de la decoración del callejón.- Dice con un rostro serio y sombrío poco habitual en el pirata. Pocas cosas alteraban el buen humor de Hiroto, pero jugar de esa manera con la vida de una persona era algo a lo que él se oponía totalmente.

¡Maldición! Pensó el capitán al ver a Hiroto salir sin pensar. Pero poco se podía hacer ya, Hiroto había decidido intervenir y aunque el capitán también lo hubiese echo hubiera esperado a ver adónde llevaban a aquella muchacha. Sin embargo, entendía el comportamiento de su camarada por el peso del pasado que llevaba en las espaldas. Así que sin más decidió salir del callejón y acercarse a su compañero con el báculo en la mano, preparado ante cualquier necesidad de entrar en combate. 

-Creo que lo habéis oído perfectamente. Pero de aquí no se mueve nadie hasta que nos digáis quién es ese tal Melin...- comentó el capitán situado al lado de Hiroto pero sin atreverse a mirar a la chica que estaba en el suelo. Ya que habían decidido intervenir lo harían hasta las últimas consecuencias.

Ark se limitó a observar a aquellos individuos con la intención de averiguar si estaban dispuestos a dar pelea o pensaban colaborar.

Timmy miro como sus compañeros ponian a prueba a aquellos bandidos, se arriesgaban a que tuvieran compañeros de su lado que nos estuvieran rodeando y podriamos meternos en serios problemas, aunque Timmy tenia que entrar en accion rapido ya que sus compañeros ya estaban en el lio, miro atentamente la accion de sus compañeros y los movimientos de los adversarios para saber que tenia que hacer, ya que su compañero tenia a uno de ellos, Timmy se decidio a ir a por el otro y como no queria meterse en problemas por si hacia daño a algunos de ellos y su capitan le echaba la bronca decidio hacerle una presa a aquel que estaba sin ningun tipo de peligro aunque Timmy tenia muchas ganas de matar a alguno en ese viaje.

Fue silenciosamente aunque rapidamente y se coloco detras del adversario y le cogio con una mano mientras con la otra saco su espada y la apunto contra el adomen para que no se moviera.

En un abrir y cerrar de ojos, el silencio que reinaba en el callejón se traduce en unos cuantos movimientos rápidos y en unas pocas amenazas que surgen desde la oscuridad. No pasaría ni 10 segundos cuando Hiroto se encontraba amenazando al criado con su zanbato y Timmy se hallaba apresando al hombre rechoncho mientras lo amenazaba con su espada. Los dos asustados hombres dirigen una mirada de terror hacia Ark, el cual aparece de entre las sombras como el que parecía ser el líder.

— ¿Quiénes sois vosotros? — preguntó el criado mientras contemplaba cómo la posibilidad de huída de su compañero se veía anulada por Timmy, por lo que decidía resistir a lo que tuvieran que decir. — No sabéis en el lío que os estáis metiendo. — la voz se le notaba entrecortada por el miedo, y lentamente daba unos pocos pasos hacia atrás.

El otro hombre mientras tanto temblaba como un flan entre los brazos de Timmy, temeroso de acabar su vida en un santiamén si el pirata pelirrojo se lo proponía.

 Después de un buen rato tratando de recabar información sobre un bar o hotel que pudiera ser interesante como fuente de información, me doy por vencido, ya que no logro que la gente me diga ninguno que sea de interés. Miro a mis compañeros, moviendo negativamente la cabeza:

 - Parece que no estamos de suerte... Tal vez podamos probar suerte preguntando en algún periódico local, pero antes... ¿a alguien le busca la marina?. No conviene entrar y que le reconozcan...

La noche no estaba siendo productiva... No es que nos tuvieran miedo o algo... Casi que hasta nos ignoraban... Me habia sorprendido mucho esas reacciones...

- Hum.... No que yo sepa. - Le respondí. - Claro que tampoco he estado atento a los carteles... Mi rostro seria reconocible. - Digo enseñando los dientes con una sonrisa. - Vamos a ver.

Mientras os encontrábais hablando en la ciudad algunas personas os observaban con rostro de repugnancia, parecía como si os infravaloraran por vuestras apariencias. Pudísteis notar como estas miradas estaban mucho más presentes en Hoshi que en el resto del pequeño grupo, aunque ningún marine parecía importarle lo más mínimo. El único punto a favor de que estuviérais siendo ignorados.

Podéis notar como algunos ruidos se llegan a alcanzar desde un pequeño casino de aspecto modesto. Al parecer, había comenzado una pelea y la gente se arremolinaba frente a la entrada.

 Señalé en dirección al casino:

 - Parece que se a armado una buena, vamos a ver. pero evite,os involucrarnos, recordar que el capitán no quiere problemas, ¿entendido?.

 Mi mirada no daba lugar a discusiones, sobre todo al payaso.

Hiroto sonrió sin perder su expresión amenazante al ver como Timmy inmovilizó rápidamente al otro hombre. De alguna manera se sentía feliz de que sus compañeros lo apoyasen con tanta rapidez y eficacia. Aunque también se dio cuenta de lo impulsivo de sus actos, sobre todo al escuchar a Ark. "Ya tendré tiempo de pedir disculpas más tarde." Pensó al ver que la rueda de acontecimientos ya había empezado a girar.

Vio como el hombre al que habían seguido daba unos pasos hacia atrás tembloroso. Hiroto avanzó velozmente para colocar su zanbato pegado al rostro del criado para que sintiera el frío acero de su arma y evitar que decida tratar de huir. -Creo que el que no sabe muy bien donde se ha metido eres tú. Te aconsejo que respondas a la pregunta que te han hecho.- Gracias a la agudeza de Ark podrían sacar algo de provecho de la situación.

Ark vio como Timmy había amenazado con su espada al otro tipo dejando atrás las simples amenazas verbales de Hiroto. Aquellos dos canallas parecían estar realmente asustados y Hiroto puso su arma en la cara del que parecía el criado.

-Sólo somos piratas pero las armas de mis compañeros están bien afiladas y como veis no tienen mucha paciencia.- dijo el capitán con una leve sonrisa socarrona en los labios- Y no. No sabemos en que lío nos estamos metiendo, así que nos lo vais a explicar T-O-D-O, ¿verdad?- comentó remarcando cada letra de la palabra "todo" y inclinando levemente la cabeza para ponerla en la misma posición que la del criado que ahora se encontraba con el zanbato a escasa distancia- ¿Quienes sois, quién es Melin y porqué traficáis con personas?

Al parecer tenían la situación más o menos controlada, si no pasaba nada inesperado podrían obtener información y luego... bueno, esta no era una buena manera de empezar en una nueva isla puesto que seguramente ese tal Melin fuera alguien influyente y en menos de dos horas ya se habían ganado su enemistad. Si estaba en lo cierto no podían dejar que aquellos tipos fueran a contarle lo sucedido a su jefe pero tampoco tenía intención de matarlos a sangre fría en ese callejón.

Al parecer ninguno tenia idea de que hacer, era hora de que "el payaso" actuara. -Siganme la corriente- les susurra a sus compañeros mientras salta hacia el frente y se acerca a la gente dando un par de piruetas y terminando con un salto mortal, despues comienza a gritar.

-DAMAS Y CABALLEROS, NIÑOS Y NIÑAS, SEAN BIENVENIDOS AL RINCON DEL MISTERIO, EL LUGAR DONDE LOS SUEÑOS SE VUELVEN REALIDAD,DONDE LA MAGIA Y LOS SUEÑOS SE JUNTAN... LOS FENOMENOS HAN LLEGADO-

Culro saca unas pelotas de su manga y comienza a malabarearlas.

Solo espero que el resto no la lie en el puerto. Escribo de nuevo en la pizarra.

Cahuelche compadece a Timothy. Esta pidiendo un imposible. Tras reflexionar sobre las ultimas cosas dichas, se le ocurre una idea: Oye Tekila ¿por que, en vez de armas o colgantes, no haces unas campanas y las colocamos por los puntos de vigilancia del barco? Que cada una suene un poco distinta para saber, solo con oírla, donde suena la alarma?

Le lancé una mirada asesina a Culro dejando a las claras que no le iba a seguir el juego, "Los fenomenos..." pensé bufando, ya era un fenómeno allá donde fuese... solo me faltaba que alguien me anunciase a mi paso. Pasé de largo a Culro en dirección a la entrada del casino, aprobechando que la gente se giraría a verle a él, me verían a mi, Un "monstruoso" gyojin con cara de malas pulgas, y seguramente se apartarían para dejarme paso hasta ver con detalle que ocurria. 

La gente comienza a contemplar asombrada a Culro, y algunos niños salen corriendo y empujando a la gente para poder verlo de cerca. El bullicio se dividió en 2, algunos contemplando al payaso que comenzaba a sacar su juego de malabares, y otro contemplaba desde la entrada el interior del casino.

La gente se apartaba ante la llegada de Hoshi, el cual con su aspecto imponía una mezcla de temor y desprecio que hacía que nadie quisiera ponerse en su camino.

Dentro del casino puedes ver a tus compañeros luchando contra una serie de matones. Estos son Magnus, Yoonel y Zidane, y al parecer van ganando frente a la inferioridad numérica. Los golpes se suceden unos tras otros pero ellos no han recibido daño mientras que no se podría decir lo mismo del enemigo, con bastantes de ellos con magulladuras y otros golpes; e incluso con uno inconsciente.

Ante la interrogativa de Ark, el criado no puede sino ponerse a suplicar por su vida mientres promete contarle lo que sabe. Llevaba los brazos en alto a modo de anunciar que no pensaba atacar ni nada por el estilo, mientras los ojos se volvían lagrimosos, aun sin mostrar llanto alguno.

— Os lo contaré todo, pero por favor no me matéis. — rogaba el criado sin dejar de mirar la espada de Hiroto amenazante. — Soy un criado de Melin, el gerente de este complejo hotelero. Antes de esto, mi padre trabajó para la familia Melin, y antes de él mi abuelo. — continuó de una forma atropellada las palabras. — Esta era una esclava para mi señor, ya que adora disfrutar de buenas mujeres. Es del todo legal traficar con esclavos.* — terminó el criado con fuerte convicción.
 

Tras terminar Cahuelche su frase, podéis oir el bullicio más fuerte de lo normal proveniente de la calle principal de la ciudad. Alcanzáis a ver unos utensilios de malabares volar en el centro de un grupo de personas mientras que Hoshi (el cual destacaba al ir formando un espacio por allá donde pasara, al evadirles las personas) se dirigía hacia un casino de aspecto no tan destacable como otros casinos, pero que presentaba un grupo grande de personas alrededor de su entrada.