Partida Rol por web

No lograba entender como Hitomi podía tener la peor de las suertes, todo había salido perfecto con el plan pero lamentablemente un relampago lanzaba por el piso toda la estrategia, con los ojos como platos tuvo que tomarle entre brazos y llevarle junto con los demás hasta el médico, al parecer las heridas en su cuerpo no eran nada comparado con el shock que tendría la chica al despertar. Una vez allí todo se pudo remediar, los tres heridos en camilla y Kaito con una factura en las manos que apenas podía imaginar como pagar, su rostro se opaco levemente mientras intentaba mantener la calma. Se llevo la mano derecha hasta la nuca mientras agradecía al médico por los esfuerzos. -Vale, gracias. Veremos quienes son los que se quedan. -La tormenta podría causar problemas pero no podían hacer mucho si es que solo dos podían quedarse en el lugar para cuidar a todos, lo más justo era que un compañero por grupo se quedara allí. Se encaminó hacia quienes pertenecían a su grupo sin importarle sin Nanashi y Lux escuchaban, aunque antes decidió responder a los nuevos clientes del médico. -Fue a buscar unas cosas, ya viene. -Volvió a mirar al grupo. -Vale, les aclararé algo. -Tenía que poner en contexto todo ya que todo lo había hecho de manera casi secreta. -En la mañana fue a una tienda de carpinteria, el dueño me dijo que en esta isla hacian luchas con apuestas y que... -Apunto a la esgrimista. -al parecer ella era el campeón invicto de hace 20 combates, el viejo tenía una deuda y yo me ofrecí a ayudarle enfrentandome al campeón en un 2 vs 2, si ganaba su deuda era saldada. Por ello nos darían los materiales para arreglar el barco además de una suma de dinero. -Dio un pequeño respiro algo cabreado. -Creo que eso es sin grandes detalles, aun tengo que ir a ver al viejo. -Sinceramente pensaba que sería todo distinto, dio un leve suspiro mientras miraba a nanashi y lux. -Solo podemos dejar a dos personas para cuidar a los tres en reposo. -Entrecerro los ojos enfocandose en Nanashi y apunto a la chica pelirroja. -Ella sera la que se quede de tu grupo. -No dejó espacio para la que pudiera debatir, las razones eran más que extensas. -Si Hitomi se despierta y te ve presente lo más seguro es que terminen entre golpes y destruyendo el lugar, la chica parece más sensata. -Luego se giró hacia su grupo. -Lo mismo pasaría si se queda Dante. Denna o Sea, alguna de ustedes debe quedarse aca y cuidar a Hitomi, una vez tenga el dinero para pagar las tres consultas nos podremos ir y ellos también. -Acto seguido se puso la chaqueta, si debía salir con este frío y la tormenta debía abrigarse lo más que pudiera, por suerte había recorrido el pueblo durante la mañana así que no sería dificil llegar donde el vejete. 

Aquel extraño hombre con gafas y borracho como una cuba se les acopló, por lo visto buscaba a un capitán o más bien…un excapitán sin brazo, ¿de que le sonaba eso a Kidd?. El pirata en miniatura se quedó un tanto pensativo y negó repetidas veces.-¡No conocemos a ningún pirata que le falte el brazo!, ¡Díselo Ikame!.

Pero aquello fue en vano, el les reconoció y no tardó en hablar de su hazaña en la taberna, llegando a preguntar si podía acompañarles por la noche, aquello no le gustaba, ¡aquella ciudad estaba maldita, era la única explicación! Y el hombre con gafas debía de ser un fantasma o peor aún…un zombi.

Pero de poco sirvió, ya que tuvieron que llevar a aquel loco a visitar al médico…¿hacían falta más señales?, ese tío era un zombie y se estaba descomponiendo a cada segundo que pasaba. El chaval ni siquiera buscaba quedarse cerca de el…si mordía a alguien…que fuera a Ikame, ella tenía más sitios donde  poder ser mordida, el en cambio…era un retaco, ¿Qué podía morderle?, ¿el pie?

Fuera como fuera, terminaron llevándolo a aquella consulta, donde en su interior habían cientos de personas haciendo…¿cola?

-¡Pues nada viejo zombie!, aquí está el médico.-Terminó por anunciar.-Ahora tienes que quedarte aquí quietecito con los tuyos mientras nosotros vamos a comprar un poco de ajo y crucifijos.-Exclamó frunciendo el ceño, pero como siempre la codicia le podía y no dudó en estirar la mano, esperando una “propina”.

-El servicio de taxi no es gratis…huh…600 berries y no se hable más, vamos, vamos paga que tenemos más cosas que hacer, ¿o es que eres un moroso zombie?, ¡Este tío no me quiere pagar por el viaje!.

Al llegar al doctor y dejar a la chica sobre una camilla, me quedé apartado apoyado en una pared esperando el resultado del medico. Obviamente no iba a ser cosa de un día, y en parte Inzory había sido nuestro compañero... No podiamos dejarlo así. Era un hecho.

El de la gabardina roja, el cual parecía el lider, empezó a hablar pero justo entraron otros tres en la consulta. - Mierda... otra vez ellos... No quiero más gritos por dios... - Intenté pasar desapercibido, a fin de cuentas estaba apoyado en la pared de donde estaba la misma puerta, no debería ser objetivo de miradas, aunque si que Lux estaba por allí y tendría que responderle al peliblanco-carmesi - Hola... Hoy todos terminamos aquí por lo que parece. - dije a modo de gracieta. - ¿Ajos y Cruzifijos? ¿Vais a hacer una cacería de leyendas ahora o que? - dije sorprendido por la lista de la compra de Kidd

Luego escuché al susodicho hablar sobre quien debería quedarse y quien debería irse... Lo medité por un momento y parecía bastante lógico aunque no me gustara separarme de Lux - Es sensato... ¿Te parece bien Lux? - Le pregunté para saber su opinión. Sin embargo yo tenía otros planes si ibamos a quedarnos fuera el resto. - Si vas bien solo a por ese dinero, buscaré entonces otra cosa que hacer - dije mirando a Sea ya que el mal momento había pasado - Si no, puedo acompañarte.

No obstante no estaba del todo dormida... Para cuando desperté vi como Kaito se había dado la vuelta, así que para reposar un poco más solo escuché lo que decía... Estaba bien para variar hacer el vago y ver como otros mandaban para dejarte a su cuidado. Incluso más gente llegó y no me importó tanto...

Lo único que me importó fue lo que mencionó Kaito a la hora de evitar que el tuerto se quedara conmigo. Abrí los ojos mirando su espalda con un tanto de molestia, me incorporé y levanté en la cama, y le di con el Kanto de la mano en la cabeza - Estoy despierta... Aunque me duele la barbilla... y los dientes... y la cabeza en general... Auch menudo golpe... - Aún así, mantuve mi personalidad y por ello le quité la factura a Kaito para verla mientras bajaba con delicadeza de la camilla quedandome sentada en esta... - Puedo pagarlo yo Kaito y tranquilo, que no tendrás que deberme nada... salvo tu amistad y... SUMISION ETERNA - intenté hacer un poco cara de demonio para hacer reir al pesimista de turno y luego miré a Denna y Sea.

-Estoy bien... Jamás pensé que podría ser tan torpe por culpa de un relampago... Aunque tampoco me lo esperaba - Y por último miré a los recien llegados - ¿Quienes son los nuevos? ¿Vienen con nosotros?

Estaba un poco perdida, todo había sucedido muy rápido, y de pronto me había visto envuelta en un mar de gente en una ¿consulta médica? Por suerte mis nakamas estaban bien y no había sucedido nada que hubiese que lamentar.

Sin tardar demasiado Kaito tomó el control de la situación, sus palabras me parecieron muy acertadas, así que le miré con una sonrisa mientras asentía con la cabeza.

- ¡A sus órdenes Kaito!

La verdad es que me daba igual hacer una cosa o la otra así que miré a Sea por si ella tenía alguna preferencia.

- ¿Cómo nos dividimos entonces? - cuando Hitomi empezó a hablar me di cuenta de que no era la única que no se enteraba de lo que estaba pasando, menos mal.

- Pues la verdad, es que no tengo ni idea, solo sé lo que ha dicho Kaito y voy a hacerle caso, ni siquiera sé de donde han salido la mayoría...

Completamente ajena al problema de Hitomi, Sea iba poco a poco junto a la chica malherida y Nananshi, entrando de espaldas por la puerta y dejando por fin de presionar las heridas en cuanto el médico se puso a atenderla una vez el chico la dejara sobre una de las camas.  Estaba silenciosa y pálida como si un fantasma la hubiera asustado, Kaito ya conocía esa mirada aunque quizá por la borrachera que se pillaron ambos no recordase el motivo en si. En silencio vio llegar a los tres nuevos "inquilinos" a los que saludó con una cabeceada y sin mediar palabra le puso una mano en el hombro a Denna, anunciando que le dejaba a ella la responsabilidad para con Hitomi por mucho que esta ya estuviera despierta, pues necesitaría reposar un poco. 

- Me voy a la taberna.

Salió del lugar y entonces pasó por al lado de Nanashi, susurrándole antes de salir por la puerta.

-Invita y hablaré

Su intención de pillarse una borrachera estaba bien clara, quería ahogar esa pena que volvía a salir a flote tan fuerte y tan reciente, tan dolorosa. 

Eh... ains... no tengo ni la más remota idea de como me he dejado convencer para acompañar a este borracho hasta aquí. Supongo que porque el tio dijo que necesitaba ir al médico y porque nombró al capitán aunque simplemente guardara silencio en lugar de responderle... pero vamos, que la situación se me hacía bastante rara. Sobretodo cuando llegamos a esa consulta y nos volvimos a encontrar con los polizones -Agh... ¿es que no hay forma de que nos podamos librar de esta gente?- pensé suspirando, e intentando pasar de ellos lo más que podía.

Cuando el chico del pelo blanco (Kaito) dijo que el médico se fue a hacer algo, suspiré -Ains... pues no es que tenga muchas ganas de esperar sin hacer nada- pensé, mirando todas las camillas que habían ocupadas... ¿pero que leches habría pasado? Bueno, la charla de él me puso en contexto... pero la verdad es que después de escuchar tampoco es que me interesara demasiado. Además tambien estaba escuchando a Kidd pidiendo propina al tío al que habíamos traído... y sin duda eso me quitaba bastante las ganas de entender todo esto -Kidd, si esta así es que se ha gastado todo el dinero en el bar... aparte de las gracias dudo te de nada más- le dije a mi compañero, suspirando antes de mirar a Nanashi que se reía un poco del pequeñajo -No preguntes...- le dije... más por advertencia que por amenaza... mejor no darle cuerda al pequeño.

Algunos se estaban levantando, y una de las chicas se quejó de que le dolía la cara o algo así. A falta de algún responsable de la salud... -Yo soy médico... Si alguno de ustedes esta malherido, le puedo ir examinando y tratando de mientras ese doctor venga...- terminé ofreciéndome. Lo dicho... no tengo ganas de quedarme sin hacer nada. Empecé acercándome a la chica que estaba sentada en la camilla -Te puedo aliviar el dolor... aunque te lo pregunto, ¿te dan miedo las inyecciones?- le pregunté a la chica con seriedad profesional. La salud de la gente no es algo que me tome a la ligera.

Resultaba que la isla no era tan grande como uno esperaría, y es que finalmente terminamos por reunirnos de nuevo: solo faltaba el capitán sin brazo y estaríamos todos juntos. Saludé alegremente a los recientes llegados, fijándome en aquel hombre que los acompañaba.

-Hm... ¿Le he visto en alguna parte?

Finalmente, me mostré un tanto sorprendida por el señalamiento del peliblanco, el tal Kaito, que decía que yo tenía que quedarme. Por un momento dude, pero tras su explicación y la aprobación de Nanashi asentí.

-Me parece bien ¡Pero ni se les ocurra dejarme aquí! -no les perdonaría si me dejaban varada en la isla.

Entonces, me despedí de los que se iban y tome asiento junto a una silla junto a las camillas, viendo a Inzory y su amiga con cierta preocupación, a pesar de que ya habían sido tratados y se mejorarían tarde o temprano...

Ante las acusaciones de Kidd, el hombre borracho negó rápidamente con las manos.

-¡¿Pero qué dices?! ¡Claro que pagaré! Soy un hombre honrado, ¿sabes? -tanto que, de verdad, sacó de sus ropas una bolsa con varios berries, la cual entregó en las manos de Ikame. -. Es peligroso dejar a un niño con monedas: mejor se las dejo a tu madre, aunque también dudo un poco de una madre que deja beber tanto a su hijo... ¡Que agallas!

Mientras los demás se disponían a ir saliendo de la enfermería, el hombre fue parando su carcajada, fijándose en los que quedaron...

Se dirigieron a la taberna de la isla, la cual no se encontraba demasiado lejos del muelle donde habían atracado. Extrañamente, a esas horas no habían muchos clientes, pero si que quedaban unos pocos bebiendo y jugando...

-¿Que le puedo servir? -les preguntó el encargado, fijándose entonces en Nanashi detenidamente. -. Hmph... Disculpe, solo me ha parecido familiar... -por aquella falta de respecto, o al menos lo que el bartender consideraba como una, sirvió al peliblanco un trago de whisky. -. ¿Que querrán?

Obviamente, la taberna de Loguetown estaba bien surtida de muchas bebidas para satisfacer a cualquier viajero.

Dejaste atrás la enfermería para volver a la carpintería, la cual a pesar de tener el letrero de "cerrado" se encontraba con la puerta abierta; el viejo seguía allí, esperándote.

-De verdad no me creo que lo hayas logrado. Las noticias corren rápido en esta isla, ¿sabes? -con una agradable sonrisa, el hombre te señaló todas la mercancía a la venta. -. Toma todo lo que necesites. Desgraciadamente no estoy en edad de trabajar con cosas grandes como barcos, mucho menos si piensan partir pronto, por lo que todo el trabajo sera tuyo.

El cielo relampagueaba, la lluvia caía cada vez más fuerte, y las calles empezaban a ser recorridas por un frío viento.

-Aunque no te recomendaría empezar ahora... Hay un clima terrible, y no es muy usual en esta isla... Para no perder el viaje, te recomiendo llevar algunas cosas, dejarlas en el barco, e ir a una taberna o algo...

Tras decir aquello Sea, la miré de refilón y suspiré - Espera marinera, te invito a un trago. Nos vemos luego, y tranquila Lux, no pienso abandonarte.

Seguí entonces a Sea a la taberna separandome del resto de gente y en el trayecto manteniendonos en silencio. No fue hasta que llegamos allí y traté de ocultarme un poco frente al barman poniendo mi unico ojo en blanco, que empecé a hablar, tras que Sea pidiera lo que quisiera

-No es que hayas elegido un sitio muy bueno para hablar. Entiendo el tema de la bebida y de la confidencialidad... Pero me parece que no has visto que se me busca ¿verdad? - Obviamente, si se sorprendió tanto porque estuviera vivo y ahora no me había hecho nada... Es que le ocultaron información - Mejor eso a que no la matasen como a mi.

-Bueno - bajé el tono de voz - Si que estaría bien ponerse al día así que... ¿Las damas primero? - dije alzando mi copa ofrecida por el barman hacia la suya, para brindar un poco - Tranquila, te corresponderé de la misma manera que tu lo hagas. Y no le diré nada a nadie.

Finalmente me moví lo suficiente mirando a Kaito - Entonces si he de quedarme aquí, me pido a Denna - agarré su brazo para tirar de ella hacia mi y abrazarla un poco. - Y Kaito, tu no te preocupes, lo pago yo. ¿Entendido? Haz caso a tu capitana... aunque estés organizando por ahora todo este embrollo. - finalmente me relajé un poco volviendome a sentar esta vez con las piernas cruzadas en la, aunque la tranquilidad no duró mucho.

Cuando aquella rubia nueva mencionó lo de la inyección, mis pelos se erizaron por completo - No, es necesario, yo estoy bien, solo tengo un pequeño dolor de cabeza. Los que están peor son ellos que han sufrido multiples heridas que necesitan muchisima más atención que un simple y tonto dolor de cabeza. Por favor. Antes que a mi mira a ellos dos - Señalé a las camas donde estaban Inzory y su capitana. - No me asustan las inyecciones, pero hay que tratar primero a los graves ¿No? - Mentira...

Ya cuando estabamos tanto los nuevos como los ya conocidos solos, miré mejor la factura y me sorprendí al ver tal sarta de numeros. Tanto que mi cara se volvió más palida de lo que estaba. Miré a Denna en un primer momento, pero luego recordé a la rubia. - Perdona, has dicho que eres medico ¿No? ¿Puedes hacerme un favor? Y no tiene que ver con mi dolor de cabeza. ¿Podrías decirme si esta factura es normal? - Le muestro una factura que para mi era imposible que fuera así de carera, teniendo un total entre 100-200k de berries.*

Cuando el borracho al que llevamos me dio el dinero... Me lo guarde de forma agresiva por lo que había oído... Si no llevase las gafas todos podrían ver el enfado de mis ojos -​​​​​​No soy la madre de nadie... Ni que fuera tan vieja. Que el beba lo que quiera- dije claramente molesta... Una cosa es que sea seguramente la mujer más mayor de esta sala... ¡Pero otra cosa es que me vean con cara de madre!

Miré como Nanashi se iba a ir con la mujer que quería irse... Y sinceramente me daba igual, deje que se fuera sin que me importase. Tenía cosas más importantes que atender que a ese polizón.

Al parecer, la chica a la que me ofrecí a ayudar le tenía pánico s las inyecciones... Por mucho que diga que no, se reconocer cuando alguien les tiene miedo o no -¿Así que ese par es el más malherido?- dije... Suspirando levemente cuando vi al fortachón polizón junto a otra que no conozco -Ains... No hace nada que nos separamos y ya se metió en líos... Estos polizones son tontos...- dije mientras los veía a ambos... Pues supongo que tendría que tratarles -Esta bien... Iré con ellos primero...- le terminé diciendo a la chica.

Me acerqué a esos dos, comprobé como estaban, si sus heridas eran graves o ya habían sido tratadas... En fin. Aunque no me gustará malgastar recursos en ellos... sobretodo en el musculitos, cargue mi pistola con jeringuillas... Y poniéndola en su hombro, se las inyecte para acelerar su curación.

Una vez tratados, la chica me llamó la atención -¿Eh? ¿Un favor?- pregunté yendo hacia ella... La cual me dio una factura -¿Una factura médica de verdad? Que la economía no es mi fue~ ¡COÑO, POR TODA LA HIERBABUENA DEL MUNDO!- exclamé cuando vi el precio exagerado de la factura -Joder, si yo hubiera cobrado estos precios ni falta me habría hecho salir de mi isla... Creo que os han... Engordado mucho el presupuesto...- le terminé diciendo a la chica.

Fue en silencio hasta la taberna y en cuanto el barman le sirvió el wisky a Nanashi y preguntó, levantó dos dedos indicando que quería exactamente lo mismo. -No lo sabía, aunque creo que en el tiempo en que eso ocurrió... Yo ya estaba en otros temas. Dijo eso tapándose el anillo de prometida, apretándolo con fuerza mientras esperaba a que el Bartender llegara con su Wisky y en cuanto lo hizo lo miró y miró a Nanashi. - ¿Puede traer la botella entera? Con esto se evitaban el tener que ver pululando a su lado al bartender más de lo adecuado y si el chico estaba siendo buscado lo mejor era evitar que el dueño del lugar tuviera oportunidad de fijarse bien en el. Dejó el anillo en paz, alzando el vaso para chocarlo con el de Nana y brindando siendo que Sea se bebió el Wisky entero de un trago, dejando el vaso vacío sobre la mesa. 

-Me destinaron a una isla para vigilar y avisar si veía a un famoso pirata que se rumoreaba que siempre iba allí... Conocí a... un chico, era amable, toda la isla lo conocía y lo amaban de todo corazón, era el único que los atendía en los problemas que tenían, que los defendía... Acabamos enamorándonos y al final tras un año... nos prometimos. Sonrió un poco, con profunda tristeza en sus ojos mientras se quitaba el anillo y jugaba un poco con el, mirando la fina piedra brillante que había incrustada en el medio. -El sabía que yo era marine, lo que no sabía ni se esperaba era... Que yo llamara a mi padre para presentárselo formalmente, ya le había hablado de el varias veces por Den Den Mushi y quería que se conocieran. Se quedó callada cuando el barman trajo la botella y se llenó el vaso hasta casi el borde, algo nada normal en alguien como ella, o al menos por como era antes. Se colocó de nuevo el anillo y bebió la mitad del contenido del vaso de golpe, cerrando los ojos con fuerza por sentir el ardor en su garganta. 
- Resultó ser ese pirata tan... ¿Malo? Al parecer era una amenaza para la marina porque el pueblo lo quería de Alcalde... Y la marina jamás permitiría que algo así ocurriese... ¿Sabes? Jamás me lo dijo porque si no, tenía que renunciar a lo que en ese momento era mi pasión, ser marine o bien... Perderle a el.  Empezó a reír con nervio, se le caían ya las lágrimas nublándole la vista por completo. - Lo maté, ¿Sabes?... Mi padre lo acabó atrapando hace cosa de una semana y poco... y me obligó a ver como su cabeza... No pudo terminar la frase, se metió entre pecho y espalda el resto del vaso y entonces se quedó callada por unos segundos. Intenté huir... mandó que fueran a por mi, me creen muerta pero... por capricho del mar y último deseo de el... 

Ya estaba tocada, después de todo un vaso y medio de wisky en tan pocos minutos podía ser muy perjudicial, por lo que decidió simplemente jugar con el vaso. - Te toca... 

Escuché todas y cada una de las palabras de Sea con tranquilidad y naturalidad, y ni siquiera cambiando por un apice mi expresión, pues si bien fue duro lo que le ocurrió por otra parte me alegraba que alguien más se diera cuenta de lo que yo tardé en darme cuenta. Bebi junto con ella y cuando se sirvió me serví, viendo como usaba el alcohol para ahogar sus penas

-Lamento lo de tu chico. Sin duda tuvo que ser desgarrador... Pero por otro lado, me alegro de que te dieras cuenta de lo que "significa" los marines ahora. Igual podrías ahora entender mejor lo que me ocurrió - Jugué con el vaso tal y como hizo ella sin saber por donde empezar.

-Como ya sabes mi padre fue Marine, y murió en circunstancias extrañas que no me fueron aclaradas. Me alisté y subí de rango tan rapido como podía para averiguar la muerte de mi padre... entre otras cosas personales que quería realizar. Pues bien, ya lo sé. - Di un trago hasta el final del vaso y lo dejé en la mesa, antes de alzar mi mano izquierda y tocar su mano, para que pudiera notar un frio inhumano. - No te asustes, no me comí una Akuma.

-En la última salida que tuve con la tripulación en la que navegaba, nos mandaron a por una tripulación pirata en medio de la nada. Ni un solo apice de tierra o embarcación cercana. Justo en ese momento, comenzó un motin en todo el barco, ocasionado por los más fuertes marines y de los más altos cargos que vinieron en ese momento con nosotros como añadidos. El barco se destruyó, con todo los tripulantes... Aunque yo me libré, no sin llevarme un recuerdo. - di un leve golpe a mi brazo izquierdo haciendo resonar un sonido metalico, de igual manera lo hice en la pierna y señalé mi ojo izquierdo tapado con un parche.

-Acabé practicamente en manos del destino y el mar, esperando morir... Pero, esa chica me encontró, Lux. Me "curó" con un poco de ayuda, y me reparó lo que tenía perdido... El fuego de la explosión me había cambiado fisicamente, pero por dentro ahora sabía la verdad. No existen marines buenos en la marina. Y los pocos que hay, son manipulados o... acaban "siendo dados por muertos". - Suspiré buscando un tablón de anuncios por allí aunque no con mucho exito

-Me di cuenta que daba igual lo mucho que estuvieras muerto. Si tu cuerpo sin vida no aparece con los marines corruptos o llevan tu cabeza separada de tu cuerpo con ellos, seguirás en busca y captura. Allí me di cuenta de que mi cabeza tenía una recompensa. O más bien, que estaba siendo buscado por los marines. Soy el único testigo de lo que ocurrió... - Llené entonces los dos vasos con Wisky hasta la mitad. - Lo único que me queda es esa pelirroja que me ha devuelto a la vida, y mi hermana, si es que consigo encontrarla en Grand Line.