Partida Rol por web

Al escuchar que Hitomi se haría cargo del pago le hizo tener un gesto de sorpresa, si tenía la capacidad para pagar tal cantidad de dinero entonces podía quedarse con el pago para él y sus necesidades. -¿Capitana? -Cierto, se había olvidado de eso, aunque eso le hacía pensar aún más que eran piratas al fin y al cabo. Dio un leve suspiro mientras se llevaba la mano derecha hasta su nuca. -Bueno, me parece bien. Yo me voy a hacer mis cosas cuando tengan todo listo los esperare en el barco. -Se acerco a Hitomi al notar que había una medico presente. -Por cierto, sería todo más barato si es que tuvieramos un medico en el barco. ¡Adios! -Se fue como si nada mientras se colocaba la chaqueta sobre la cabeza para evitar lo más posible la lluvia tormentosa.

Ya conocía el camino hacia la carpinteria por lo cual no fue dificil llegar aún en medio de la lluvia. Al entrar a la tienda el peliblanco movió repetidas veces la chaqueta para intentar quitarle todo el agua posible. -¿En serio? Pues no he visto a nadie allí, por un momento pensé que era un timo. -Le miro bastante enfadado como si aquello hubiera sido una trampa de aquel tipo, aunque tampoco podía enojarse demasiado debido a que había logrado el objetivo principal. -Bueno, no importa. Desde el principio que me gusta trabajar en solitario. ¿Lo que sea verdad? Bueno lo tomare en cuenta, primero llevare las herramientas y cuando la lluvia termine vendré por los materiales para el barco. Por cierto. -Se detuvo mientras sacaba martillos, sierras y distintas herramientas de por allí. -He saldado tu deuda, ahora también quiero el dinero que me has prometido. -Kaito lo que menos tenía era tono de broma, era bastante serio cuando se trataba de cumplir con algo y lo demostraba en sus ojos. -Ha sido bastante dificil vencer al campeón. Seguire tu consejo. Una vez pagues, llevare las herramientas al barco y luego me ire a taberna, no me haría mal algo con que calentar el cuerpo. 

Palideció por un momento cuando le tocó con esa mano aunque cuando le aseguró que no se había comido una fruta del diablo asintió un poco y siguió escuchando, frotándose los ojos para que sus lágrimas parasen de algún modo u otro aunque por el momento no lo lograba. Fue fácil adivinar qué le había pasado cuando hizo resonar el metal de brazo, pierna y... señaló el ojo. Hizo una mueca de disgusto al saberlo y suspiró al saber eso. - Entonces o mi padre ha conseguido que me den por muerta... O me tienen en busca y captura a mi también... Aunque yo no he cambiado tanto, sería raro que... No me hubieran pillado ya, y menos... Habiendo pasado hace tan poco. Cogió su vaso ahora lleno hasta la mitad y lo miró. -Espero... Que la encuentres. Alzó un poco la copa esperando a chocarla con la de el con suavidad. - Por el mar y por tu hermana, que es lo único que nos queda... Ya iba perjudicada, se notaba en el color de sus mejillas así como en el gesto que hizo de quitarse la chaqueta. Hmh... Se terminó de beber lo que quedaba en el vaso y se echó hacia atrás. - ¿Qué planes tienes?... Yo estoy yendo con una chica que odia a los piratas... Cree que son de lo peor que ha existido en esta vida y no estoy segura de si podré mantener mucho más tiempo la boca cerrada mientras mancha la imagen de mi prometido... 

-Por como te afecta todo - dije de manera resulutiva después de que Sea mostrara su preocupación por si la daban por muerta o no - diría que ocurrió hace poco, y por ver que estas aún de una pieza, imagino que no priorizaron rematarte... Si empiezo a pensar como creo que hace las cosas los marines, ahora estarán buscando tu cuerpo muerto en el agua y las islas de alrededor... De aquí a una semana es probable que lancen tripulaciones y carteles de se busca por todos lados. - Me encogí de hombros suspirando - A fin de cuenta somos sus cabos sueltos.

Por suerte no parecía estar tan atormentada por todo lo acontecido en su vida recientemente, sino que además miraba por los demás. No obstante sus palabras de aliento no me fueron reconfortantes - Ya... yo también lo espero. - Y sobre todo, esperaba que me perdonara, por no ser un buen hermano, ya que ella vio todo mucho antes que yo.

Choqué el cristal del vaso y por suerte la conversación cambió - Bueno, no solo tenemos el mar o yo mi hermana... El destino ha querido que nuestras vidas se crucen, igual que me hizo cruzarme con Lux quien me salvó la vida, o tu con esa tripulación de la niña que no para de insultar. - Obviamente me refería a Hitomi - Así que se podría decir: Por el mar, y por lo bueno que vamos a ir encontrando ahora en el camino - sonreí, algo medianamente normal en mi, aunque esta vez fue por dar un apoyo

-Por mi lado no estoy seguro. Hasta ahora he viajado con Lux, quien es navegante pero... No le digas que te lo he dicho yo... Es un tanto extrema - dejé unos segundos para que reaccionara antes de explicar - Digamos que si hay un torbellino por medio del camino, no lo bordea, sino que lo atraviesa. Y hasta hace poco navegabamos en un bote. ¿Recuerdas el enano y la chica rubia? Nos trajeron hasta aquí después de un pequeño problema acaecido en el Baratie. No obstante ir con ellos es complicado... Supongo que buscaré un barco junto con Lux e izaremos velas... aunque si tuvieramos una tripulación más grande sería mejor, sobre todo teniendo en cuenta lo cerca que estamos de la entrada a Grand Line.

Era una obviedad que mi tripulación solo la formaban dos personas y una de ellas era yo. Necesitabamos desesperadamente más gente pero... ¿Como? Ni podía pedir, ni podía obligar... - Y no quiero marearme otra vez...

Entonces su voz resaltó de nuevo con lo que le ocurría a aquella niña y tras pensarlo por un momento solté una pequeña y leve risa - Bueno... No la culpes. - Antes de que pudiera reñirme levanté una mano - Ya, lo sé, no todos los piratas son malos, pero yo también los odié en su momento, y tardé en darme cuenta de que no era así, de que los verdaderamente malos eran los marines y que los piratas hay excepciones. No obstante, igual que ahora tu y yo tenemos una razón para odiar a los marines tan profunda... Igual ella también tiene una razón para odiar de esa forma a los piratas. ¿Has probado a preguntarle? - Me encogí de hombros como una nimia posibilidad, entre otras muchas.

Cuando Hitomi me abraza aprovecho para mirar la factura que parece desproporcionada y como para afirmar mis pensamientos, las palabras de la chica rubia que decía ser médica no dejan lugar a dudas, aquello es una estafa con todas sus letras y no podía permitirlo, mucho menos cuando Hitomi había dicho de hacerse cargo. Por suerte el doctor era un hombre y podía intentar algo. 

- Déjame a mí cuando regrese el médico - le susurro a Hitomi guiñándole un ojo.

Realmente se hacía la dura, por suerte nadie la conocía tan bien como para saber que era su orgullo lo que le impedía dejar salir un llanto desconsolado y triste. Sus ojos cristalinos, las mejillas encendidas al igual que la nariz indicaban que el alcohol ya la tenía con el juicio ligeramente nublado pero quizá también era causado por otras razones. Fuera de un modo u otro, lo último que dijo le hizo rebotar como resorte mal colocado con enfado y la voz ya ciertamente distorsionada.

-¡No la defiendas! Tú y yo sabemos lo que son la gente realmente cruel y mala, pero aún así sabemos que los hay que son buenos y que no merecen ese peso de " despiadados " sobre los hombros. Generalizar me da asco. ¡Me da asco! Yo no odio a los marines, la marina se creó para poner orden. ¡Odio a los desgraciados que han corrompido esa visión! Yo no estoy ya con nadie. ¿me oyes? ¡Con nadie!... Solo con el... el... ¡No hay malos o buenos! hay... personashs...que... que... Hic.... Sniff... Se acabó la serenidad en pocos segundos, después de haber aguantado tanto en silencio, dejándolo todo en su interior, la rabia hizo que saliera todo a flote, bajando cualquier defensa que hubiera construido, empezando a llorar desconsolada mientras clamaba por el nombre de su amado. Posiblemente era hora de salir por patas de ese lugar, estaba borracha, los borrachos son lo más sincero del mundo y... siendo buscados ambos por la marina no era buena idea dejar que se fuera de la lengua. 

Sonreí al ver la reacción de mi compañera, y cuando lo hubo soltado todo hasta tal punto de empezar a llorar, me aproximé a ella con lentitud y suavidad para ofrecerle un abrazo y un hombro sobre el cual llorar, mientras tanto la consolaría acariciandole la cabeza como un animalillo perdido en el camino.

-Lo sé... lo sé... No la defiendo. Solo quiero que entiendas que... por muy insufrible que pueda ser - Al menos lo decía por la experiencia que había tenido con ella -, o por unos ideales tan clavados que tenga, es posible que se sienta igual que tu, y nadie, o nada, haya estado ahí para decirle lo que tu y yo ya sabemos. Aunque si me equivoco y es porque la enseñaron así, entonces soy culpable por aún pensar en positivo. - dije riendo un poco - Como bien dices, piratas, marines... da igual, todos somos personas. Algunos buenos, otros malos, otros influenciables, pero sobre todo, todos equivocadonos en algo. Lo único que es realmente puro y real de todo ser humano... - Busqué entonces por su espalda la altura de su corazón para palmearlo levemente

-Son nuestros sentimientos, sobre todo los que más están a flor de piel. - Esperaba que quizás eso lo entendiera, pues es algo que había aprendido durante mi recuperación y algo que tendría en cuenta siempre de mi mismo, al igual que de los demás.

-Anda, vamonos de aquí. Te vendrá bien airearte un poco. Esperemos que la lluvia haya parado - Dije haciendo una seña al barman para pagar antes de irnos.

Lux simplemente escuchaba lo que hablaban mientras se fijaba de vez en cuando en Inzory; ya le había visto resistir cientos de cosas que a ella le podrían haber matado al mínimo toque, por lo que no dudaba que superaría aquello, mucho más ahora que había sido tratado correctamente a diferencia de en los otros casos.

Entonces el médico bajó, y se encontró rodeado por la mirada de las chicas... Especialmente por la de Denna que saltó a la acción.

Tras varios minutos se encontraban aún allí. La cuenta había sido reducida bastante, al punto de que Ikame podría asegurar que el médico acababa de ser robado en gran escala. Finalmente, aquel hombre, al cual ya se le había pasado un poco el alcohol, se levantó de su silla e hizo algunos estiramientos.

-Bueno, supongo que ya los he molestado mucho... Creo que me iré ya... -justo entonces, empezó a escucharse un fuerte ruido venir desde afuera, específicamente fuera de la isla: el sonido de los cañones fue acompañado por las explosiones en dirección al muelle. -. ¿Hmph...?

Efectivamente, bastaba con asomarse para darse cuenta de que el muelle de la isla estaba siendo atacado por cañonazos de algunos barcos. Por la forma organizada en la que disparaban y "controlaban" las explosiones, tenían la idea de quienes podían ser, y el grito de "¡MARINES!" de las personas solo les despejó la duda.

-... -Inzory y Yuul continuaban inconscientes, y seguramente de despertar no estarían en estado para luchar.

-¡¿Q-Que hacemos?! -preguntó un tanto alarmada Lux. -. ¡D-Debemos buscar a los demás! ¡Un barco, necesitamos un barco! -así mismo, se acercó a la camilla de Inzory e intentó levantarlo ineficazmente. -. ¡Tampoco podemos dejar a ellos aquí!

Poco luego de salir, el suelo fue sacudido por un estruendo nacido en el muelle. El sonido de los cañones impactando una y otra vez contra los barcos y los alrededores, seguido por el grito de "¡Marines!" de las personas, solo les daba la idea de que estaban en problemas...

-¡MI BARCO! -gritó una figura en un tejado cercano. Al observarlo se percataron de que se trataba del tipo peliblanco de gabardina roja del grupo de antes, el cual se estaba llevando las manos a la cabeza mientras miraba en dirección al muelle. Entonces, al bajar la mirada se percató de vuestra presencia. -. ¡Ustedes! ¡Tenemos problemas! ¡Los marines están atacando la isla! -les anunció antes de bajar de un salto y aterrizar delante de ustedes. -. Hay un único barco, pero el desgraciado no esta ahorrando ni una bala de cañón... ¡Tenemos que ir antes de que nos quedemos sin barco! -esto último se lo dijo a Sea, antes de fijarse en Nanashi y en el estado parcialmente notable de ambos. -. Espero que aún puedan disparar luego de beber.

Aunque sabía que en el fondo eras un buen tipo, el hombre no pudo evitar sentirse intimidado por tu tono y expresión, asintiendo antes de sacar de detrás de la barra el dinero prometido como recompensa.

-Espero que tu y tu grupo puedan cumplir sus metas -comentó con una cálida sonrisa.

Pero entonces, antes de que salieses de la carpintería, un estruendo en el muelle llamó tu atención. Al salir a asomarte, pudiste ver a lo lejos un humo surgir cerca de donde estaba el barco; de manera constante se escuchaban cañonazos de algún barco que se atrevía a atacar sin importar las personas que pudiesen haber en el camino.

-Por dios... -el hombre rápidamente empezó a guardar sus cosas con la intención de cerrar. -. Te recomiendo dejar las cosas aquí y buscar un lugar seguro. Tal vez se traten de bandidos. Cuando se vayan puedes venir a buscar lo que necesites.

Tras escuchar la pequeña petición indirecta de Kaito a la chica que dijo ser medico y luego de comprobar la factura, vi como Denna estaba dispuesta a volver a usar sus encantos predominantes para rebajar la cuenta. Sonreí levemente y asentí - Lo dejo en tus manos - a fin de cuentas, yo sabía robar y regatear, era ella la que sabía extorsionar un poco con sus encantos femeninos - Maldita sea... que envidia... Pero no pienses en eso, soy más ligera y por eso puedo trepar y saltar las cosas

Pagué de buen grado la factura al ver cuanto se había reducido y tras marcharse el borracho, empezaron los problemas con explosiones lejanas. Al ver el origen de esto me quedé palida - El barco... D-debemos ir y salvar nuestro barco - Mencioné antes de ver como la pelirroja reaccionaba similar a mi - Ellos... Están bien. Si están atacando el muelle solamente estarán a salvo de los cañonazos. Pero debemos proteger nuestro barco Denna. Si no ¿Como vamos a navegar? - sin duda el motivo más importante por el que había escapado de mi isla

-Por favor Denna. - intenté buscar la ayuda de mi amiga mirando en sus ojos profundamente

-No debiste haber bebido tanto - mencioné mientras saliamos poco a poco Sea y yo - Ya, se que ayuda, pero... Antes que el alcohol es mejor un amigo - aseguré dandole a entender que pese a la distanciación obligatoria que teniamos, podía encontrar en mi un amigo. Quizás por eso yo bebí mucho menos que ella, porque tenía a Lux y ahora me encontré con Sea. Aún así estaba con sentimientos extraños, pues aunque llegué a perder incluso personas como ella por culpa de los marines, mis sentimientos fluctuaban.

-Cuando lleguemos al hospital o a un hostal o incluso al barco, te tiendes y duermes ¿Vale? - la mejor solución para el alcohol, si no fuera porque una GRAN explosión venía de camino.

Tras la sacudida traté de que ninguno de los dos se cayera al suelo y luego miré a todas partes hasta encontrar aquella voz que gritaba y ahora empezaba a pedirnos ayuda - Y empiezan los problemas. Cuanto lo he echado de menos... No pasa un día sin que haya pelea. - ayudé entonces a incorporarse a Sea y le pregunté - ¿Puedes pelear? Si ves que no puedes por el alcohol, ve a buscar a los tuyos y traelos. Algo me dice que necesitaremos toda la ayuda posible... - Saqué uno de mis revolveres y lo comprobé su tambor para ver que estaba totalmente cargada - Por suerte, no me llamaban "Ojo certero" por nada. Hasta borracho podría acertar.

Alcé pues la mirada y la voz al espadachin aquel - Estoy contigo. Vamos a los muelles y protejamos ese barco. - y acto seguido corrí tras el para ir hacia el muelle, acompañado o no de Sea*

Estaba a punto de tomar el dinero cuando escucho el estruendo. Al salir a ver que sucedía dimensiono que aquello podía ser el barco o incluso cerca del hospital, no podía permitirse que todos salieran heridos o quizás peor, sean capturados por la marina, sobre todo con quienes se habían enfrentado y se encontraban heridos por culpa de ellos. -Mierda...Cuento contigo viejo. -Le dijo a la par que salia corriendo del lugar en camino hacia el muelle, si lograba dimensionar el riesgo en el cual estaban implicados quizás podría saber como actuar de mejor manera. 

-No tengo comunicarme con nadie, ahora mismo estamos dentro de las peores condiciones para escapar o incluso tomar decisiones. -Se iba diciendo a si mismo sin detener su trote. No podía quedarse escondido siendo que las cosas podían empeorar en poco tiempo.

-Mmmgh... Asintió a todo lo que decía, al final tenía razón y se había dado a la bebida como una desesperada. En realidad quería hundirse en la pura miseria pero... ¿Era a caso lo correcto? No, sabía que no y aún así el impulso había sido ese. 

Estaba bastante despistada y el grito del peliblanco le hizo girarse de tal forma que casi se cae por lo que tuvo que ser sostenida por Nanashi. - ¡SHI EGHTOY PERGECTA! Entonces sacó su pistola y sonrió, estaría borracha pero era una profesional, no dejaría de ayudar por una " tontería" así. Empezó a correr medio tambaleada tras Nanashi para poder ayudar al resto aunque en el fondo esperaba que ningún aliado se pusiera a tiro, por... si las moscas. 

Mis encantos femeninos cumplen su propósito y la factura médica nos sale casi regalado, cuando el doctor se va me vuelvo a abotonar la camisa mirando a Hitomi - ¡Ha sido todo un éxito! - Digo sonriente pero en ese instante una explosión hace que los cristales del hospital tiemblen - ¿Qué demonios?

La marina estaba atacando el muelle, ¿vendrían a por nosotros? Hitomi parecía preocupada así que me mostré mi mejor sonrisa de confianza y coloqué mis manos en sus hombros - Nuestros Nakamas son fuertes, no les pasará nada... ahora vamos a salvar a nuestro barco - Cogí a Hitomi de la mano y empecé a correr hacia la puerta con la intención de dirigirnos al muelle donde teníamos amarrado el barco.

Ay Dios... ¿Es que no puedo pasar ni un segundo tranquila en este maldito mundo? Hace unos minutos estábamos aquí reduciendo el precio de la factura médica hasta el punto de que el pobre matasanos me daba pena incluso después de que fue él el que aumentó el precio muchísimo en primer lugar -Creo que os habéis pasado...- dije un poco de forma disimulada, esperando que me hubieran oído... aunque tampoco sabía de que serviría que lo oyesen.

Y ahora... ¡cañonazos en el muelle! ¡Es que me cago en todo! -Kidd, debemos comprobar como esta el capitán, ¡vamos!- le dije a mi enano compañero. La polizona pelirroja decía que necesitaban un barco... otra razón por la que irse rápido de aquí; porque sinceramente no tengo ganas de que se nos vuelvan a colar como polizones en nuestro barco; además de que si se quedan aquí estarán más seguros y a salvo que si salieran fuera donde los cañones. Solo esperaba que no fuera nuestro barco el que estuviera perjudicado.

Debía admitir que, de todo aquel embrollo en el que estábamos metidos Ikame y yo, esperar en la enfermería valió verdaderamente la pena únicamente por ver la actuación de una de las piratas para conseguir un descuento del doctor; definitivamente, él hombre no disfrutó tanto como lo hice, después de todo, ¿quien dudaría de la mirada de un niño inocente como era yo?

Pero la paz se acabó con el sonido de unos cañonazos. Prontos todos empezaron a hablar de reunirse con sus amigos, de comprobar que la gente este bien, que los barcos...

-¿¡E-Eh!? ¡P-Pero si el capitán sabe defenderse solo! -honestamente, lo último que quería era estar nuevamente metido en una lluvia de balas, principalmente porque ahora no estaba la cocina repleta de alimentos para mi cuerpo en desarrollo. -. ¿Y-Y si mejor nos quedamos aquí y... esperamos a que se resuelva? -como un niño inocente, me agarré suavemente a su blusa y le miré con ojos cristalinos. Me había funcionado con mucha, mucha gente... Aunque otros terminaban por darme palizas terribles, pero Ikame no era de esos... ¿Verdad?

Al ver que muchos opinaban que era mejor dejar a los heridos en la enfermería, lejos del fuego de los cañones, Lux lo pensó y decidió dejar a Inzory en la camilla. No se le veía muy feliz por ello, pero era una expresión mejor a la que tendría si salían heridos por llevarlos con ellos.

Por otro lado, aquel hombre que había llegado con Ikame y Kidd se levantó de la silla.

-¿Marines? Últimamente causan más problemas que los piratas... Yo me quedaré aquí y cuidaré de vuestros heridos. Si tienen barcos en el muelle deberían ir a revisarlos; he leído mucho de barcos dañados por marines con mala puntería... -a pesar de que aún tenía algo de ebriedad encima, hablaba con más claridad y lógica.

-Y-Yo también me quedaré -declaró Lux. -. No soy muy buena peleando... Nanashi estará más tranquilo si sabe que estoy lejos de las explosiones de los cañones... Él vendrá por mi -afirmó con seguridad.

Así pues, todos salieron de la enfermería, siendo que Ikame tuvo que llevarse a Kidd a rastras al estar decidida a no tener que regresar por él en caso de tener la oportunidad de huir de allí sin polizones.

El peliblanco no se veía muy convencido de la claridad de Sea, pero parecía más bien emocionado de verla tan motivada en ese estado.

-¡Pues vamos! -indicó alzando una de sus pistolas antes de correr a vuestro lado directo al muelle.

De camino encontrarían a muchas personas corriendo lejos del muelle, y cada vez las explosiones se sentirían más cerca, hasta que finalmente dieron con el muelle.

He allí varios barcos atracados, dos en particular que podían distinguir cada uno: en el primero había llegado Sea, Dante y su tripulación; en el otro llegaron Nanashi y el resto con Inzory y el capitán de un solo brazo.

Más allá del muelle, sobre las aguas, llegaba un barco de la marine que disparaba constantemente al muelle. Muchas de las balas fallaban y caían al agua, otras pasaban de largo y daban con alguna casa cercana, pero todas intentaban dar con un barco en específico: El barco en el que Nanashi había llegado.

Entonces, sobre este mismo barco que estaba siendo asediado, una figura se asomó por la popa del barco. Utilizando su abrigo sobre los hombros, el capitán Holmes dirigió una mirada al pistolero.

-¿¡Donde está el resto!? ¡Debemos salir de aquí de inmediato! -le dijo, fijándose entonces en en quienes le acompañaban. -. ...

-... -por alguna razón, Dante y Holmes conectaron miradas fijamente durante unos instantes, poco antes de que el capitán de un solo brazo fuese a la proa del barco a encarar los cañonazos de la marina.

Justo entonces, el resto del grupo llegó detrás de ustedes.

Kaito salió corriendo a toda prisa apenas escuchó los cañonazos, acelerando el paso de tal forma que en algún punto, tras pasar la enfermería, dio con el grupo que también se dirigía al muelle: Denna, Hitomi, Ikame y Kidd. A pesar de que en esas situaciones era bueno hablar de lo que podía estar sucediendo, todos tenían claro de que no era momento para hablar, y de que fuese lo que fuese que estuviese pasando, debían ir al muelle a impedirlo.

Fueron velozmente hasta el muelle para encontrarse allí con Sea, Nanashi y Dante, quienes habían llegado antes. Los tres observaban a lo lejos, sobre el mar, un barco de la marina que disparaba al muelle de manera un tanto... torpe. Muchas balas daban al agua o llegaban a alguna casa cercana, pero todas iban ligeramente dirigidas a aquel barco donde Ikame y Kidd habían llegado con los polizones.